HABLEMOS DE SEXO

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Mensajepor Invitado » Mié 24 Ene, 2018 2:14 am


Sexo. Las noches de Ortega

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HABLEMOS DE SEXO

Mensajepor Invitado » Sab 10 Feb, 2018 5:04 pm

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El actor David Carradine murió axfisiado, teóricamente masturbándose.

Muerte por masturbación: la causa de defunción de 100 alemanes al año

Un forense afirma que estas prácticas letales distan de ser un fenómeno aislado.


La masturbación mata hasta 100 alemanes al año, según ha asegurado al diario Bild el examinador forense Harald Voß, que también ha descrito las formas extrañas en que la gente ha muerto complaciéndose. Un hombre que vestía medias, un impermeable y un traje de buceo, y que llevaba una bolsa de plástico sobre su cabeza, murió en Hamburgo después de sentarse junto a un calentador y tratar de derretir rebanadas de queso en su cuerpo.

Otro hombre en Halle fue encontrado muerto con las luces del árbol de Navidad clavadas en sus pezones aparentemente tratando de estimularse por electrocución.

El experto se basó en el dato de que por cada millón de ciudadanos alemanes hay "uno o dos" casos de muertes al año en las que se utiliza un accesorio o dispositivo para mejorar la estimulación durante la actividad sexual.

Por ejemplo, un hombre fue encontrado asfixiado en el sótano de su casa en el estado de Hesse, aparentemente con cadenas atadas alrededor de su cuerpo y cuello. Como estaba rodeado de revistas pornográficas, los investigadores asumieron que había sufrido una muerte autoerótica.

Voß dijo que el número de casos similares que no se denunciaron fue "extremadamente alto", y que él sólo había atendido personalmente cinco casos en las últimas tres décadas. Los casos a veces no se denuncian porque las familias de las víctimas se sienten avergonzadas, agregó.

El Departamento de Medicina Legal de Hamburgo registró 40 muertes autoeróticas accidentales entre 1983 y 2003 con todas las víctimas entre 13 y 79 años, informa el medio alemán The Local. Las víctimas generalmente son hombres, dijo Voß, ya que las mujeres eran "más cautelosas y no incorporan tantas complejidades". Dijo que los riesgos involucrados en la actividad autoerótica se subestiman, y agregó: "Perder la conciencia puede ocurrir más rápido de lo que la gente piensa".

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Mensajepor Invitado » Jue 03 May, 2018 11:25 pm


Senegal: el paraíso sexual de las abuelas europeas
El turismo es uno los motores económicos de Senegal, un país con 15 millones de habitantes y un 95% de población que profesa la fe musulmana. Estas profundas y arraigadas creencias religiosas conviven con más de 2 millones de turistas anuales; la mayoría busca turismo disfrutar de sus playas y su buen clima durante todo el año. Pero hay más.

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febarsal
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Ni primera vez

Mensajepor febarsal » Mar 18 Dic, 2018 3:46 pm

CAPÍTULO 6º
La actitud de Lourdes me tenía perplejo; no sabía ese cambio que se había producido en ella en el aspecto erótico sexual a que obedecía... ¡Pero ¡qué buena estaba la tía! Aquel furor uterino que tuvo en el Chispero de súbito a la mente me vino. ¡Y yo que creía que las mujeres ese arranque no tenían...! Porque a la sazón creía que todas las mujeres eran como la Virgen María, que sólo las casadas y las pvtas jodían... ¡Pero qué ingenuo era... madre mía!
No conforme con mis razonamientos sobre "el Sexto" en el celibato, decidí consultar en confesión con el padre Renato el tema de la relación con mi novia. Cura bondadoso y beato, sencillo y enemigo de todo boato. Seguro que, con su luz divina, daría respuesta a mis pensamientos innatos sin inquina.
—Ave María Purísima.
—Sin pecado concebida. ¿Traes esta vez muchos pecados?
Antes de seguir con la narración, debo informar a los lectores jóvenes de hoy, que en aquellos años España no era aconfesional, por lo tanto, la única religión que imperaba era la católica, la cual tenía una enorme influencia en todos los estamentos del Pueblo. Los Diez Mandamientos de la Ley de Dios eran de obligado cumplimiento. ¡Y claro! con veinte años te creías que de no observarlos te condenabas al fuego eterno del Infierno; pero a esa edad tener que observar el Sexto era demasiada observación, y como era irremisible pecar contra ese mandamiento de todas las formas pecaminosas que los curas nos decían, cada dos por tres a confesarte de esos pecados (sobre todo los de la mano), que eran los que los jóvenes de ambos sexos caíamos más por razones obvias.
—Más que confesión, padre, busco una solución.
—¿Una solución? ¿A qué?
—A una duda.
—Hijo, yo sólo te puedo dar la absolución, pero procuraré además servirte de ayuda. —Dime cual es esa duda.
—Verá padre... es qué... yo... no sé... sí... debo...
—¿Tú duda es que dudas? Porque tu voz sale como tartamuda... ¿o es un velo?
—No padre, verá. ¡Es qué en mi duda me enredo!
—¡Duda sin denuedo! Por lo que intuyo es una duda que te da miedo.
—Nunca mejor dicho, padre Renato... nunca mejor dicho... Lo que siento es que no me lo creo.
Pues deja de tartamudear y dime de una vez que es lo que quieres confesar.
—Qué si es pecado follar. —Me salió así, de repente, no lo pude controlar.
La mirada que me echó me recorrió toda la espina dorsal. Ya sé que mi pregunta estuvo muy mal.
—¿Te refieres a fornicar, verdad chaval? Me dijo en tono guasón.
—Disculpe padre por mi salida sin ton ni son, pero ya sabe que esa palabra que suena tan mal es la que hoy todos los jóvenes utilizamos cuando de ese tema se trata de hablar.
—Dejemos de divagar. Pero antes tienes que confesar el motivo de tu titubeo; si es por pecado mortal o venial, ¡pero por la cara que te veo…! parece un pecado más grande que una catedral.
—Verá padre... Es que tengo novia.
—Bueno, la cosa no empieza mal, lo grave hubiera sido que me dijeras que tienes novio.
—¡Jolín padre, que agobio?
—¿Y qué pasa con tu amiga?
—Qué bochorno padre! Es que confesarlo me da fatiga.
—Pues cómo no me lo digas...
—Déjeme que siga.
—Sigue, y cuenta todo del pecado, que parece que tiene miga.
Ya más sereno y tranquilo, al ver que el padre Renato se había tomado la confesión en un tono relajado, seguramente para darme confianza, pues ya he apuntado que es un cura muy sencillo y afable (y bastante irónico), su actitud me animó a contarle mis dudas sobre las relaciones sexuales prematrimoniales.
—Resulta padre que mi novia me ha pedido relaciones sexuales, y yo he accedido...
—¿Hasta "el higo"? —Me preguntó sorprendido.
—No le entiendo padre...
—Es que en el relato me había perdido. Sigue hijo, sigue con el desmadre.
Cómo le confesaba, mi novia me pidió "hacer el amor"...
—¡Calla, obsceno! No mezcles la palabra amor con hacer esas guarrerías. Se dice fornicar for-ni-car. Si te supieras los Mandamientos de la Ley de Dios sabrías que el Sexto es no fornicar.
—Lo sé, padre, lo sé. Pero es que la palabra parece un poco pretenciosa.
—¡Cómo que pretenciosa! —Me dijo malhumorado; —es la palabra justa que determina tus dudas. Y no te rías que la cosa no es nada graciosa; pero sigue con la confesión. ¿O sea, que hubo fornicación?
—Sí padre, hubo fornicación. (Le mentí para saber las consecuencias celestiales del pecado)
—¿Y de qué manera? Me dijo don Renato alarmado.
—Bueno, la manera no fue como yo quisiera, fue en una especie de catre en un local para parejas enamoradas...
—¡Cómo qué para parejas enamoradas! Querrás decir para parejas adulteradas...
—Perdone padre, pero en este caso no hay adulterio, estamos los dos solteros.
—¡Y un huevo! ¡Ay! ya no sé lo que digo. Perdón Señor. —Dijo el cura a la vez que se santiguaba. —Y prosiguió. —El celibato es un compromiso con Dios, por lo tanto, en la soltería hay que guardar castidad, pues la fornicación en esa circunstancia es poner en evidencia a nuestro Señor.
—Pero padre, si yo le juro que amo a Lourdes.
—¡Ah! Pero… ¿Se llama Lourdes?
—Sí padre... ¿Qué tiene de particular?
—Qué es el nombre de la Virgen, y debe hacer honor a su nombre. Pero prosigue la confesión con arrepentimiento sincero y sin dejarte nada en el tintero.
—Pues resulta que... —Después de contarle todo lo acontecido en "el Chispero".
—Otra cosa padre.
—Dime hijo.
—Esto… me da apuro … no sé si también es pecado…
—Me puedes decir de una vez lo que te da congoja.
—Que si también es pecado hacerse pajas.
La cara que puso don Renato, no sé si fue de sorpresa o de risa o de sorpresa, por lo que tardó un rato en responder.
—Mira Camilo: la castidad es la virtud más sublime que toda persona soltera debe observar, la pureza es la luz que ilumina a las personas decentes. Los pecados del sexo en el celibato son espinas que se clavan en el corazón y sólo conducen a la destrucción de la ética y la moral. Mantente puro y casto hasta que llegues al altar con esa novia que tanto dices amar. Y verás cómo ahí se encuentra la felicidad. —Camilo: espero que después de perdonar tus pecados contra el Sexto, respetes a Lourdes, y después de casados dar rienda suelta a vuestro amor. Pero hasta entonces… duchas de agua fría cuando sientas el ardor, nada de sexo.
—Sí padre, le juro que me someteré literalmente al texto.
Pero mi problema no eran los pecados carnales, si pecamos, es porque a los veinte años a la castidad se le hace caso omiso, pues cuando la pasión reclama… pecar contra el Sexto es preciso.
Al día siguiente, domingo, sentados en una terraza del Retiro l Lourdes me dijo:
—Cariño. ¿Cómo y cuándo vas a tomar aquello que te estoy deseando dar?
—Voy a hablar con mi amigo Manolo, seguro que nos puede indicar donde podemos ir.
—¿Ves? si tuviéramos nuestro pisito…
—Lo tendremos, lo tendremos, ahora voy a ganar dinerito y lo compraremos.
—Mi amiga Milagros se ha comprado uno en el barrio de San Ignacio de Loyola y es precioso. ¿Podíamos ir a verlo un día? ¿Vale?
—Sí mi amor, y pronto podré dar la entrada para comprarlo, ya lo verás.
—¿Y tú crees que tu amigo Manolo nos podrá facilitar un pisito?
—Seguro, ya lo verás.
Llamé a Manolo, —Lolo para los amiguetes, — y le expuse mis deseos.
—Hecho Camilo, llamaré a doña Juana que alquila habitaciones para parejitas de toda confianza.
Manolo llamando a doña Juana
—Manolo, tu amigo es de confianza, ¿verdad?
—De absoluta confianza Juana, es un chaval de lo más decente y prudente que circula por Madrid.
—¿Y la chica?
— Novia de casar, doña Juana.
—¿Ya? Y quiere "el melón antes catar". —Respondió doña Juana con su ironía habitual. ¡Pero cómo le salga rana...!
—¡Bueno! Si le sale rana el que vaya por detrás se dará cuenta que otro antes se ha comido "la miel de su panal". Pero no es eso lo peor, lo peor es que la tome por una fulana, ya sabe cómo somos los tíos, doña Juana: novia desvirgada, ha sido catada o es un lío.
—¡Pero qué machismo más atroz! —Dijo doña Juana bastante airada y con tono de queja.
—Comprenda doña Juana... Pero si a la novia con cualquiera se deja, novia pendeja. Y yo le aseguro y por ello pongo la mano en el fuego, que la novia de mi amigo es pura, virgen e inmaculada, y que él no es ningún mujeriego, y si eso yo lo dudara, no me atrevería a buscarles el nido donde sellar un amor que de seguro lo verá Dios desde el Cielo.
—Pero que liante eres Manolo… si no fueras tan simpático. ¿Y cómo dices que se llama tu amigo?
—Camilo, se llama Camilo.
—¡Pues si le tienes que buscarle el nido! poco de las artes amatorias se le imaginan a ese buen señor.
—Cierto que no es gran amante, puesto que en esas artes es un principiante, pero le echa mucho pundonor. Y lo más sublime que lo hace por amor, por eso le ayuda en esos menesteres un servidor.
—Vale Manolo. Dile a Camilo que me llame antes de venir, y que suban las escaleras separados; ya sabes, para evitar el cotilleo, que, aunque estén enamorados… los vecinos saben que aquí “hay fulaneo”.
—No te preocupes Juana, aunque se sabe que en tu casa hay puteo, se te respeta porque no se arma ningún jaleo.
—Por eso me protege el comisario Mateo...
—Y porque también tienes con él de vez en cuando algún devaneo, según creo.
—Pero te juro que no es chuleo. es un señor, por eso le hago algún que otro favor.
—Adiós Juana. ¡Ah! y gracias por el favor que me haces por Camilo.
—0—
Desde una cafetería llamé a doña Juana
Llamé a doña Juana con más miedo que vergüenza, ya que esta situación me superaba; eso de tener que depender de una señora para poder amar a mi novia en la intimidad me parecía una profanación al amor puro y verdadero. Y otra vez me plantee lo precario de mi situación profesional: si hubiera estudiado o aprendido un buen oficio, fontanero, por ejemplo, a mis veinte y cuatro años ya estaría situado y proyectando la boda con mi amadísima Lourdes. Esta reflexión me trasladó a un estado tan deprimente, que colgué el auricular antes de que respondieran. Así, de repente.
—Pero… ¡Qué haces! ¿Por qué cuelgas?
—Porque nadie responde.
—¡Pero… cómo van a responder si has colgado en unos segundos!
—Es qué…
—¡Qué te pasa! Tienes la cara lívida.
—¿Estás segura de lo que queremos hacer? Esto para mí es como una reválida. —Le dije con la tez pálida.
—¡Ah!... ¿Pero tú no estás seguro a estas alturas? Mi decisión ante esta situación nadie la invalida; sigo igual de cálida.
—De lo que estoy seguro es que te amo con toda mi alma, pero hacer el amor de esta manera… tan furtiva... ¿No es una locura, mi mariposa crisálida?
—Déjate de poemas ahora Camilo. Ya veo que la situación te da frío y no te atreves a "cruzar el río".
—¿Y a ti te da calor?
—Anda cariño, vuelve a llamar que estoy deseando hacerte mío; y que me apagues este ardor que me da escalofríos.
No podía olvidar los consejos de don Renato.
Los pecados del sexo en el celibato son espinas que se clavan en el corazón y sólo conducen a la destrucción de la ética y la moral. Mantente puro y casto hasta que llegues al altar con esa novia que tanto dices amar. Y verás cómo ahí se encuentra la felicidad.
—Vaya oxímoron ¿ardor y frío a la vez? Cada día entiendo menos a la mujer. ¿Me estaré volviendo "panoja"?
—Seguro, porque se te está poniendo la cara roja.
—Cariño es que la situación me da congoja.
—¿Pero vas a llamar, o no vas a llamar?
—No me atrevo.
—Déjame que llamo yo, que a mí llamar me importa un bledo.
Con decisión tomó el auricular y el número marcó de una forma singular.
—Sí, dígame.
—Doña Juana, por favor.
—Soy yo. ¿Quién llama?
—Me llamo Pura, y llamo de parte de Manolo.
—¿De qué Manolo? ¿De Manolo Rioboo?
—Un segundo por favor.
—Camilo, ¿Cómo se apellida Manolo?
—Rioboo, Manuel Rioboo.
—Sí, sí, de Manolo Rioboo.
—Pues dígame que desea.
—Bueno... verá... mi novio es amigo de Manolo, se llama Camilo, y creo que ya ha hablado con usted...
—Ya...ya... ya sé de qué va el asunto; cuando quieras puedes venir con tu trasunto, pero no entrar juntos.
—Mañana por la tarde ¿puede ser a partir de las cinco?
—¿Os puso Manolo en antecedentes?
—Si señora, no se preocupe que somos personas de confianza y actuaremos como mandan las ordenanzas.
Entra tú primero, pero antes te aseguras de que del portal no entra ni sale gente.
—Vale. Delo por hecho señora, somos personas prudentes. ¿Es el piso bajo?
—Sí, el bajo letra D.
—Bajo D. Mañana tarde a las cinco estaremos a la disposición de usted.
—Muchas gracias señora. Hasta mañana.
—Hasta mañana.
— ¡Ves! ya está solucionado el problema. No sé por qué has tenido tanto miedo.
—No es miedo cariño, son los nervios que me hacen tartamudear, pero estoy deseando contigo estar, mira cómo tiemblo sólo en ello pensar.
— ¡Jolín Camilo! Ni que fueras un pipiolo.
—Me has dejado anonadado es con tu desenvoltura y buen rollo. ¡Qué cara más dura! Has estado tan tranquila y segura, que cualquiera diría que dominas esta asignatura.
— ¡Qué insinúas, criatura...!
—No te mosquees mujer; me refiero a tu tesitura, has brillado a gran altura. ¡Ojalá! yo pudiera adoptar ante todas las situaciones esa postura.
—Ya está la suerte echada.
—Mañana por la tarde te prometo que, aunque novato sabes muy bien que te respeto… te amaré al son de una oda y un soneto.
—Menos poemas Camilo. Me conformo que me ames callado, pero que traspases con ardor mi muralla.
—Ya sabes que calzo tralla, por lo que traspasaré esa muralla como el guerrero que le espera su amada en la atalaya… ¿y cómo soy de Vizcaya...? el vasco en estos menesteres… nunca falla.
—Por cierto: ¿Y el tema de los profilácticos? —Me preguntó cómo preocupada.
—A los condones te refieres... ¿no? —Le pregunté con sonsonete y cierto recelo, ya que yo quería hacerlo a pelo.
—Qué lenguaje más poco sintáctico.
—A veces hay que usar un lenguaje menos práctico y más extático y menos didáctico. No te das cuenta aquel fulano que nos observa con mirada de tísico.
—Es verdad, ¿le conoces de algo?
—De nada, pero igual es un metafísico.
—O un astrofísico, ve a saber.
—Yo creo que es un músico que observa tu carita de sinfonía.
—O un místico, ¿no ves al verte la cara que ponía?
Pero era un pobre paralítico que sentado junto al pórtico de la cafetería se dedicaba a mirar a toda la gente que entraba y salía, y a las guapas como Lourdes con más porfía. Lo supimos porque al levantarse dos muletas cogía del rincón donde las tenía.
Llegamos a la casa de citas a la hora acordada.
Después de dar mil vueltas a la cabeza sobre el pecado del sexo de soltero, llegué a la siguiente conclusión: no puede ser pecado cuando por hombre y mujer es requerido. Sea por amor o por pasión cuando lo reclama la libido el pecado no es de recibo. Hagamos el amor o follemos, si el sexo se creó para disfrute del ser humano. ¡Disfrutemos hermanos! Por lo tanto, no hace falta ser esposa y marido para gozar con el ser querido. Y el que no tenga una pareja a su lado, que disfrute con su mano.
Así que todo decidido dije a Lourdes:
—Mi vida, ha llegado la hora. ¿Ya sabes cómo lo debemos hacer?
—Sí, como dijo la señora, yo entro primero y tú después.
—Pero que no te vea nadie asegúrate.
A dos metros del portal miró para delante y para atrás, y al ver el sitio despejado entró.
Para acceder a la casa había que traspasar el portal de unos seis metros de recorrido y diez peldaños después había que subir para llegar al rellano.
Desde la acera de enfrente observaba como mi niña entraba, y es cuando me di perfecta cuenta, quizás por la perspectiva, de lo buena que estaba. Sin duda era mi diva,
Se había puesto para la ocasión una falda de esas que llaman de tubo. ¡Cómo se le marcaba el culo! Y si para ella era un calvario, para mí era como la campana de un campanario, y aunque no tengo fama de perdulario (decirlo no es necesario) si de penitencia me echa don Renato diez rosarios, voy a idolatrar con el máximo fervor su hermoso tafanario.
Cuando la dejé de ver, supuse que ya había llegado al bajo D, y entonces yo entré y a la puerta llamé.
—Hola Camilo.
—Buenas tardes doña Juana. Me manda Manolo sus respetos.
—Buen chico Manolo, aunque un poco pillo. Su amiga ya está en la habitación, la del fondo del pasillo.
Saqué la cartera del bolsillo. — ¿Le abono ahora doña Juana?
—Sí, mejor que abone ahora, y así se despreocupa, no sea que en pleno rodaje se acuerde que tiene que pagar el peaje, “y se le baje”.
—Me dijo Manolo que cobra veinte duros. ¿Verdad señora?
—Sí, pero ya sabe: tres horas.
—No se preocupe, a las ocho la habitación un servidor la desocupe.
—Qué lo disfrute.
—Gracias doña Juana. Y ahora la dejo que me espera un buen tute.
Fumando un cigarrillo a medias entre las sábanas, (seguro que de algodón) entre mis brazos rezagada, me sentía un campeón antes de librar la primera batalla. A pesar de que no esperaba la sorpresa de la toalla.
—Cariño: ¿Para qué traes esa toalla? —Le pregunté con sorpresa al sacarla de la bolsa que llevaba.
—Qué poca imaginación tienes Camilo, es para recoger los restos de nuestro amor; ¿o es que pretendes que queden impregnados entre estas sábanas? ¡Qué horror!
—Es verdad, si al cortarte la flor lo que se derrame que no quede en este nido, porque doña Juana como unos marranos nos hubiera definido.
—Pues por eso he traído esta toalla de lino. ¿Y cómo empezamos? —Me preguntó con carita de preocupación. —Pues hacerte muy feliz quisiera... ¿Y si mi deseo no atina?
—Mi felicidad eres tú: tus ojos, tus labios... tus caderas... Le tomé su mano con mi mano y llevándola a donde se izaba mi bandera le dije: empieza de esta manera y verás que cosa más divina.
No tuve el valor de pedirle que me la besara. Me pareció que la primera vez hacer eso no debiera, pues por un degenerado quizás me supusiera, ¡y eso no! ¡eso no quisiera!, pero mi sorpresa fue cuando me dijo cómo si ya de siempre la conociera.
—¿Te importa que la bese?
Y pese a quien le pese, no besaba aquel rosáceo glande que cada vez se hacía más grande; lo devoraba como si estuviera muerta de hambre.
—Para cariño... para. Que cómo sigas degustando sin tara tendré dificultades para que luego en su sitio entrara...Para... para.
—¿Te ha gustado?
—¿Me ha encantado, nunca nadie así me la había besado?
—¡Ah! ¿Pero es qué alguien antes te la ha besado? —Me dijo de forma altanera.
—No cariño mío, jamás dama ha descorrido lo que esconde mi cremallera, ni mujer pura como tú ni ramera. Ha sido un lapsus, una emoción, un sueño, una quimera; quizás he perdido la perspectiva debido a la emoción que he sentido al ser la vez primera.
Con suma delicadeza, con el dedo pulgar de mi mano derecha limpié de la comisura de sus labios un hilito que prendía, seguro que de los exudados que quedaron allí estancados y seducidos por la dulzura de la miel que de ellos se extraía.
Y posé mis labios sobre los suyos para poder yo también degustar aquellos belfos que de puro amor se habían impregnados con las efusiones emanadas de aquel lugar.
El beso fue interminable por la postura adoptada: ambos tumbados de costado, frente con frente, pero con las napias hacia un lado para que aquel beso por nada se viera perturbado.
—Ahora te lo hago yo a ti, ¡vida mía!
—¿El qué me vas a hacer? —Dijo al captar lo que se temía.
—Una cosa que te va a estremecer, tú cierra los ojos y calla.
—Espera que me ponga la toalla.
—Ahora no cielo, no voy a cortar tu flor.
—¿Entonces, ¿qué vas a hacer?
—Una cosa que te hará desfallecer.
—¿De pena, de dolor?
—No mi amor, de loor y de placer. Pero colocarte de esta forma es menester para que sin problemas a tu jardín pueda acceder.
—¿Así, de esta manera? —Dijo apartando sus colosales “pilastras” para que entre ellas me estableciera.
¡Dioses del amor! ¡Eros, Cupido, Venus o Minerva! Aquel cuadro que ante mis ojos se presentaban a mi alma enerva. Su contemplación me extasía. Y es sólo ¡mía... mía... mía!
Con inusitada ansía, como un reloj parado al que no se le da cuerda, me suicidé en aquel pozo profundo y misterioso donde mis papilas gustativas laminaban con la ansiedad de un goloso. Y en mi alma quedaron impregnados los aromas y sabores que hoy todavía recuerdan del placer más hermoso.
—Para ahora tú, Camilo. —Me dijo mientras con sus manos retiraba mi cabeza con cierto estupor. —Qué de tanto placer me da dolor. —Fumemos otro pitillo mientras se me pasa el sopor.
Una hora había pasado en el preliminar... yo parecía un río... ella parecía el mar. Océano donde mi corriente muy pronto iba a desembocar.
—Mi vida: ¿estás preparada para afrontar lo más subliminal? —Le decía con los ojos del enamorado que la toma con esmero. (Mientras yo me colocaba la goma, y ella adoptaba la posición del misionero)
—Sí mi amor, ya puedes cortar la rosa de mi rosal; y a todo el mundo diré donde vaya… ¡Camilo fue el primer jardinero que traspasó de mi parterre la valla! (Y a continuación debajo de sus fondillos se colocó la toalla)
Y allí, en esa tarde del once de junio de mil novecientos sesenta y cinco, dejé constancia con ahínco que no fue uno, ni dos, que fueron tres los "jacintos" que planté en el sagrado recinto de mi amada divina, con el amor más puro surgido de la fuente del agua del amor más cristalina.
A las cinco empieza la "corrida",
“torea” Camilo "El Maletilla";
en su alma lleva una rosa prendida
y dos claveles en la taleguilla.
Capote bordado de azul y grana.
Muleta de la sangre de sus venas,
espada pura de la raza hispana
que trasmite a cristianas y agarenas.
Su amada en la barrera con mantilla
le envía un ósculo que le enajena.
¡Pero qué preciosa está mi chiquilla!
Hoy haré la mejor de mis faenas.
Lances de dolor doblan su testuz,
pases de pecho y por bajo de asombro,
estocada en el centro de la cruz.
Salida por la puerta grande a hombros.
Transcurrieron casi dos años, y a partir de aquella tarde de amor en casa de doña Juana, empecé a comprender que ya no era aquella chica enamorada de aquel chico alto y guapo que la llevó a cama la desfloró, pero que no supo o no pudo llevarla al altar.

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HABLEMOS DE SEXO

Mensajepor Invitado » Jue 10 Ene, 2019 5:34 pm

Siempre está bien hablar de sexo abiertamente :happy0021:

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Re: HABLEMOS DE SEXO

Mensajepor Assia » Jue 10 Ene, 2019 9:31 pm

Para hablar abiertamente de sexo, el hombre mas rico del mundo: el fundador de Amazon, despues de estar 25 anos casado ha anunciado su divorcio en las redes sociales de no se cuanos millones de $$$s norteamericanos para su mujer. Todo porque se ha hecho publico su descarado sexo con otra mujer mas joven que su esposa.Eso es hablar ''abiertamente de sexo''

P.D. No sabia o se me paso que el profesor Fausto, tan franquista el, escribiera 1 mensaje tan largo (no lo he leido) de sexo. Franco prohibia hablar de sexo y durante el franquismo y sobre todo despues de la post-Guerra Franco prohibio el divorcio pero AUTORIZO ''LAS BIEN PAGA''

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Re: HABLEMOS DE SEXO

Mensajepor Assia » Jue 10 Ene, 2019 9:39 pm

Perdon: no lei bien o me maree al leer lo que le va a costar el divorcio a Jeff Bezos: 140 BILLONES DE DOLARES!!! Todo eso por 8 mesesitos con 1 amante de mas de 40 anos!!!

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HABLEMOS DE SEXO

Mensajepor Invitado » Jue 17 Ene, 2019 3:15 am


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febarsal
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Re: HABLEMOS DE SEXO

Mensajepor febarsal » Lun 21 Ene, 2019 11:41 am

El arte de bajar unas bragas
Una braga, es la prenda erótica femenina por antonomasia, la guinda de la culminación de la obra perfecta del cuerpo femenino, la representación del erotismo en su más alta forma.
Debo reconocer sin ningún pudor, que soy un fetichista e idólatra de las bragas; ¡qué quieren que yo le haga! Para mí, unas braquitas colocadas, bien colocaditas entre las piernas de mi "diosa", es el más alto pináculo del erotismo. El rito de desbragar a una señora, lentamente... muy lentamente... es una de las emociones más fuertes que un servidor puede obtener entre los placeres de este mundo.
Lo que no me gustan demasiado son los tangas, pero no, no es que no me gusten colocaditos en el cuerpo de una mujer, al contrario, quedan monísimos para contemplarlos puestos, pero para bajarlos no mola ¡Coño! si no tienes nada que bajar.
Para ver a una señora en el máximo esplendor la anatomía de su hermoso y precioso culo, tienes primero que imaginártelo, ya que la superficie de seda y blonda lo cubre, y después ir "descorriendo el telón" como dije antes, muy lentamente.
Un buen bajador de bragas que se precie debe de seguir todos los pasos pertinentes con la máxima precisión que requiere el rito. La ceremonia se debe efectuar con toda la pompa, boato, magnificencia y esplendor, ya que el "ídolo" que se esconde entre ellas, es el dios del placer y de la vida, y ¡coño! a los dioses hay que adorarlos y venerarlos.
Lo primero que debe hacer, es colocar a "la diosa vestal guardiana del tesoro" boca abajo, extendida en toda la superficie de su anatomía y contemplar las esculturales formas de los glúteos de la "divina", esas redondeces tan sugestivas que hacen brillar y bailar nuestros ojos.
Si el tafanario es descomunal, se aconseja centrar la vista en un solo glúteo, y dejar para mañana el otro, pues si te quieres centrar en las dos a la vez, mucho me temo que te perderás entre esas enormes montañas, y no podrás disfrutar del panorama con la perspectiva adecuada.
Si tiene celulitis, imaginad que son surcos para sembrar los deseos del amor, da resultado, ¡oigan! Y si su piel es de las que llaman piel de naranja, imaginad que es un frondoso valle de cerezos en flor. La imaginación todo lo puede.
Sigamos con el culto: Una vez "la celestial" posicionada como antes dijimos, hay que hacer un ejercicio mental para que lo que vamos a descubrir en unos segundos no nos lleve a la locura, y cedamos ante la tentación de llegar al final por la vía rápida; entonces se rompe el encanto y caemos en lo vulgar y grosero de los albañiles del sexo. ¡Hala! a follar ya. No, no y no, paciencia y control de las emociones.
Asir con ambas manos muy delicadamente la prenda por la parte superior de la misma, (por donde pone Cacharel). Muy despacito, muy despacito ir descorriendo "esa cortina" maravillosa e ir disfrutando del inusitado espectáculo que se ofrece.
Una vez descubierta la parte posterior de las fuentes del placer, aspirar muy profundamente para llenar los pulmones de esa fragancia mezcla de tomillo y Chanel que emanan volátilmente de ella, llenando la estancia de efluvios afrodisíacos.
Dar la vuelta con delicadeza a la hembra, y ¡oh! La apoteosis, el delirio, el arrebato, el máximo júbilo. El espectáculo que se ofrece es asombroso. Allí, desafiante, arrebatado, sonrojado... se descubre el "gran dios del placer". Las emanaciones de sus aromas alcanzan el máximo sopor que te invade el cerebro y llegan a hacer perder el sentido de la realidad. ¡Aguanta! ¡Aguanta! ¡Aguanta...! No sucumbas, que ya falta poco para "acabar la misa".
Esa braga medio vencida, doblegada en si misma, ya sólo espera que la rescates de su situación. Tira de ellas con dulce energía y que deslice por las columnas del templo hasta su total liberación.
Y ahora dispón tu espíritu a la consagración del sacrificio "más cruento" que creó la naturaleza.

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HABLEMOS DE SEXO

Mensajepor Invitado » Mar 05 Feb, 2019 2:19 am


El Imperio de los Sin Sexo: Japón
Japón tiene el récord mundial de abstinencia sexual, pero la industria pornográfica es muy lucrativa.

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Assia
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Re: HABLEMOS DE SEXO

Mensajepor Assia » Mar 05 Feb, 2019 3:55 am

El fundador de Amazon: Jeff Bezos, esta buscando al ''traidor'' que hizo publico en las redes sociales su sexo con otra mujer que Bezos queria ocultarle a su esposa, Ahora, es la esposa de Bezos la que ha pedido el divorcio del hombre mas rico del mundo. Este divorcio es muy complicado porque las esposa todavia de Bezos pide la mitad de la riqueza que tiene Bezos. Resultado de la investigacion de Bezos: fue el hermano de su amante el que hizo publico en las redes sociales que su hermana es la amante del hombre mas rico del mundo.Pese a que Bezos no quiere el divorcio su esposa si lo quiere y tambien la mitad de todos los millones y mansiones que tiene Bezos.

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HABLEMOS DE SEXO

Mensajepor Invitado » Mar 11 Jun, 2019 2:20 am

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Jiménez Losantos: "He tenido muchas proposiciones sexuales de gays importantes"

“El franquismo no afectó a mi idea del sexo: lo importante era la píldora y buscar sitio para hacerlo” / “En los setenta yo ligaba con gente del PCE y opuesta: siempre me gustaron las chicas formales” / “De jovencito pensaba que el amor nos protegía del sexo, pero es al revés” / "Al final resulta que a los hombres nos gustan gordas".


Federico Jiménez Losantos es uno de los intelectuales más mordaces, agudos y genuinos de esta España nuestra, que cantaba Cecilia: ya casi se editan diccionarios recogiendo sus creaciones lingüísticas, sus motes imposibles, sus mofas exquisitas que acaban dominando el país usando como arma la lengua propia. Es también uno de los periodistas que más pasiones y ventiscas levanta sencillamente existiendo; quizá por eso resulte tan apropiado charlar con él sobre la sexualidad patria: por todo lo que ésta tiene que ver con la violencia. Y con las devociones.

Ahora publica Barcelona. La ciudad que fue (La esfera de los libros), donde activa el ojo de la nuca y teje la crónica sentimental de aquel centro neurálgico de la cultura y la libertad que la capital de Cataluña fue en los setenta -y cómo fue minada a manos del nacionalismo-. Lecturas. Placeres. Recuerdos. Canciones de Cohen y de Carole King para hacer el amor las primeras veces. La llegada de la píldora. El tonteo con las compañeras del PCE. Los amigos, los maestros. El florecimiento del movimiento gay. Las películas de Eloy de la Iglesia. Lauren Bacall. Carmen Sevilla. Ava Gardner. Fumar en pipa para parecer más mayor. Diminutos soplos de alegría y de sorpresa. El sexo como un deporte pasajero hasta la irrupción de la verdadera tragedia, de la angustia definitiva: el amor.



¿Qué es el sexo para Federico Jiménez Losantos?

La verdad es que no lo sé. Llevo toda la vida dándole vueltas. Hubo una época en la que era algo prohibido, por lo tanto era algo atractivo; hubo otra en la que estaba permitido y parecía normal pero no lo era tanto; y otra época en la que parece obligatorio, por lo tanto resulta repulsivo. Pero esto se va alterando en la vida y en la sociedad y en las edades. Así que sigue siendo difícil entender lo que es el sexo.

Bueno, pero colaboraste en un libro llamado La revolución teórica de la pornografía, acerca de pornografía y psicoanálisis, en 1978.

Sí, es sobre el cambio que se produce en los setenta sobre el sentido de lo prohibido y lo permitido, que está siempre en el desnudo. Las sociedades marcan una división sobre lo que consideran visible y prohibido. Eso cambia continuamente. La “pornografía” es la grafía del desnudo, pero el desnudo puede estar permitido en unas zonas y en otras no. En un cuadro sí, en la vida corriente no, con una novia no, con una señora sí… es decir, las sociedades cambian según su definición de la pornografía. Hicimos varios ensayos y unas conversaciones largas sobre la pornografía vista desde el psicoanálisis. ¿Qué parte consciente e inconsciente hay siempre en las prohibiciones sexuales? Lo que tienen de arbitrario, lo que tienen de lógico, lo que tienen de profundo.

Ese libro sólo se vendió en sex shops.

Sí. Esa aventura fue sensacional. Y refleja uno de los grandes problemas del sexo: que es que cuando se habla de él siempre se habla donde no toca y además nunca escucha la gente que en teoría tiene que escuchar. Podría decirse que el sexo sería un gran malentendido si no estuviéramos aquí, porque si estamos aquí… es que algo de sexo hubo. En cualquier caso hay que entender que lo que se permite en una sociedad no altera los valores profundos de esa sociedad. Hay sociedades más represivas en teorías y más permisivas en la práctica y viceversa. Ahora estamos siguiendo la línea que se siguió en los setenta.

Podría decirse que el sexo sería un gran malentendido si no estuviéramos aquí, porque si estamos aquí…"


La hipersexualización.

Sí, por un lado la hipersexualización y por otro lado la comisarización del sexo. El sexo tiene que obedecer a normas LGTBIJKLM… ya no sé por cuál vamos. Bueno. En esa época estaba lo de “el desnudo es bello” pero a la vez había comportamientos… por ejemplo, la izquierda era muy machista, más que la derecha, sobre todo en la gente joven. Había una ambivalencia con respecto a la homosexualidad. Los comunistas eran muy antihomosexuales, de siempre lo han sido. Che Guevara fue quien creó el primer campo de concentración para homosexuales. Sin embargo, la gente tanto de izquierdas como de derechas en la Barcelona de los setenta (época de Ocaña, del travestismo, de Bibi Andersen…) coincidió y actuó de manera razonable. Me preocupa que las sociedades crean que tienen que hacer una codificación del sexo. Esa codificación siempre falla. El sexo es algo individual, momentáneo, inconfesable, inconsciente (en buena parte)… y no se puede codificar. Pero siempre hay quien cree que se debe codificar para bien del individuo. Antes decían para bien del alma, tal y cual… El sexo, por definición, es un misterio. No sabes por qué funciona. Y ahí el psicoanálisis sirve de ayuda, pero no resuelve.

¿Y qué es el amor para Jiménez Losantos?

Cuando era jovencito pensaba que el amor era lo que nos protegía del sexo. Con los años me he dado cuenta de que es al revés: el sexo es lo que nos protege del amor.

¿Y esa revelación?

Porque te das cuenta de que al final el sexo puede ser una cosa episódica, deportiva, cariñosa, caritativa, excitante, aburrida, sorprendente, tal. Pero el amor es una cosa trágica. Y en las relaciones entre los sexos (con el sexo que te atraiga) el amor es lo trágico, lo definitivo. El sexo es pasajero, es agradable, normalmente… lo trágico es el amor.

¿Cuánto tiene que ver el amor con la admiración?

En el caso de las mujeres, muchísimo.

¿Y en el de los hombres?

Depende del tipo de mujer que les atraiga. A los que le gusta una mujer dominante, todo, todo. Una mujer de uniforme, en general, es irresistible. Pero no es lo mismo un uniforme de la legión que de enfermera. Bien. En el caso de las mujeres la idea de “poder” está profundamente anclada en la medida en la que el poder protege a la prole. Se buscan esos fundamentos ancestrales. Los biotipos sexuales no cambian. La mujer necesita a un macho, aunque sea malo; de hecho, si es malo es probable que sobreviva y que proteja a su familia. El bueno suele ser héroe y fallece.

Una mujer de uniforme, en general, es irresistible. Pero no es lo mismo un uniforme de la legión que de enfermera"


Eso lo decía El Fary: el hombre blandengue.

Hombre, es que las mujeres mucho de tal, pero… las fantasías son las fantasías. El otro día, en el único momento de lucidez política que yo le he visto, decía Clara Serra que sólo faltaba que encima les prohibieran las fantasías masoquistas, a las mujeres.

De violaciones, decía.

¡Pero claro! Una fantasía es una fantasía. La manía digamos que tiene la política moderna es que la fantasía, la vida inconsciente, se puede regular, controlar. Eso es una idea comunista. La idea de que la libertad es individual y que tiene muchos rasgos de profundidad es muy difícil de aceptar. Cambian con la edad, pero no mucho: los prototipos sexuales te atraen desde el principio y están ligados al fetichismo. Por eso hay gente que se casa tres veces y una mujer se parece sorprendentemente a la anterior, y le fue mal con una, y con la otra, y le irá mal con la tercera, probablemente. Hay algo ahí inscrito. Es una mezcla de estética (de la simetría de las facciones, se supone…).

La distancia entre los ojos. O de la nariz a la boca.

Sí. Y el cuerpo. Al final resulta que a los hombres nos gustan gordas, o, por lo menos, macizas.

Con caderas, ¿no? Para parir.

Claro, es que una madre siempre se ve como algo lleno, algo macizo. Uno busca otra madre. Hay una fantasía asociada a una idea redonda, mullida, atractiva, cálida, etc. Las mujeres, en cambio, buscan algo recto, serio, de fiar, alguien con quien poder abandonarse y saber que si se hacen pedazos, serán recogidos. En el hombre hay una fantasía de comodidad y en la mujer de seguridad.

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¿Cómo dirías que afectó el franquismo a tu forma de entender la sexualidad?

De ninguna manera.

24 años viviste con el franquismo.

Es que yo creo que los más jóvenes tenéis una idea mitológica del franquismo. Tú ves las películas francesas y Francia era como España, la única diferencia es que cuando ibas a París había algunas revistas y algunos libros pornográficos, los que podías comprar al final del franquismo, vaya. Los 130 días de Sodoma. No había diferencia sustancial con otros países de Europa. Yo sólo sé que en el 68 lo que afectó fue la píldora. Yo llego a la universidad en el 69 y en esos años ya existía la píldora. No se vendía en las farmacias, pero se podía conseguir. Y en ese sentido, la cuestión era encontrar una pareja que quisiera.

¿Que quisiera qué? ¿Tomar la píldora?

No, que quisiera buscar… el problema era dónde. Si no tenías coche, como era mi caso, el problema era dónde. Y en Zaragoza había muy pocos sitios. Con el frío que hace en Zaragoza era horroroso. Y afortunadamente no existía esa manía de ahora que sale en las películas: lo de que hay que hacerlo contra la pared rompiendo varias cosas; o en una bañera con 12.000 velas, flores y tal… esas cursiladas…

Muy barroco ahí, ¿no?

Horroroso. No, no. En Zaragoza era “Menganito tiene una buhardilla”. Y uno: “Menganito, con lo que yo te quiero, por favor...”. Pero al final en el franquismo se produce con un año o dos de diferencia lo que sucedió en Francia, que siempre ha sido la sociedad más avanzada en costumbres.

¿Cómo ha cambiado tu concepción del sexo desde que eras comunista hasta ahora?

¡Bueno! No ha cambiado mucho. Me siguen gustando las mismas cosas que entonces, que, naturalmente, no te voy a contar.

¿Ninguna me vas a contar?

Ninguna. No, porque tú vas y lo cuentas.

Pero, ¿no crees que la ideología sí influye a la hora de entender la sexualidad, el erotismo?

No, es que los comunistas de ahora son muy siesos y muy estúpidos. Por eso antes he citado elogiosamente a Clara Serra como excepción. En general son muy corticos. El partido que yo conocí era otra cosa: era más bien gente… unos sacrificados que querían socialismo y otros a los que no nos gustaba la dictadura, y como lo único que había organizado era eso, pues ahí fuimos. El único problema que tenías en el comunismo era si te ibas, porque te dejaban de hablar. Yo lo estudié mucho: el marxismo lo he estudiado y me lo sé bien, a diferencia de los comunistas de ahora. Aquella gente no era dogmática, era gente que perdía con la política, no que ganaba. Tú en el partido ligabas con gente del partido o si no con alguien cercano…

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¿Tú ligabas con gente del partido?

Pues algo. Pero si no, tampoco pasaba nada.

¿Y con personas opuestas, aún durante la militancia?

¡Por supuesto! A mí siempre me han gustado las chicas muy formales.

¿De derechas, quieres decir?

Formales. Apolíticas, se decía entonces. Pero era igual. Muchas del partido eran muy de derechas, igual que ahora.

Decía Sánchez Dragó que las mujeres de derechas hacen mejor el amor porque las de izquierdas se creen que están salvando el mundo.

Bueno, a Fernando le tocó una generación anterior. Y él ha salvado el mundo con tantas mujeres… Pero lo cierto es que entonces no. Lo único que teníamos era falta de información. Yo estudié con Labordeta, Sanchís Sinisterra… lo único que les puedo reprochar (lo demás es todo agradecimiento y afecto) es que no dieron nunca el paso de dar información sexual. ¡Y te la tienen que dar! Entonces lo mecanismos no existían. Luego, quizá, en exceso.

¿Crees que uno siente atracción sexual por personas de otra clase social, como pasaba, por ejemplo, entre Teresa y el Pijoaparte de Marsé?

Yo… no, no creo.

¿No es un exotismo?

Eso es algo más femenino, el gusto por los malotes. Y los malotes se asocian al lado más quinqui, delincuencial, y tal y cual, y a la idea de redención. De “a este tío tan malo yo le cambio”.

Eso es algo más femenino, el gusto por los malotes. Y los malotes se asocian al lado más quinqui, delincuencial, y tal y cual, y a la idea de redención. De “a este tío tan malo yo le cambio”"


¿Tú has sido un malote, alguna vez?

No… no. Yo lo que soy es entretenido. Y depende. Pero eso es una cosa muy de mujeres. Como decía Cecilia, “de alta cuna y de baja cama”. Los hombres somos más elementales: vas a lo que vas, si te gusta, te gusta, y te da igual la choni que la duquesa. Lo mejor sería una duquesa choni, pero bueno.

Mucho pedir igual, ¿no?

No creas, no creas.

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¿Cuáles han sido para ti los romances patrios más sorprendentes o más inauditos desde los setenta hasta ahora? En el libro cuentas que te encontraste a Lolita con Serrat. Las dos Españas.

Hombre, Concha Velasco, que estaba con Sáenz de Heredia, el de Franco, ese hombre, y se fue con Juan Diego, del partido, al que llamaban Juan Pliego, porque era quien recogía los pliegos de firmas. Fue muy sorprendente y muestra de adaptación de las mujeres al malote de turno. Sáenz, primo de José Antonio, era, digamos, el malo de una familia de héroes, y Juan Diego, que era guapo en el estilo barbudo y piloso de la época, era también un tipo formal, pero con esa pinta. Pasar del movimiento al partido era una manera de seguir, como diría Mazagatos, en el candelabro. Es una adaptación. Es muy de la época. Esas cosas no salen en Cuéntame, pero es la realidad de lo que pasó. Historias de actrices que han estado con ministros de Franco… lo normal, vaya, al final todo es lo mismo. El ministro se acaba liando con la secretaria, o con la jefa de comunicación. En Francia, en Alemania, España. Y quien sale del armario siempre sale una noche que no debe, y tal, y le delata el compañero de partido para ocupar su sitio.

Hay una película al respecto muy curiosa: El diputado, de Eloy de la Iglesia, sobre una historia real y un personaje que ahora es noticia. No voy a decir quién es, porque me podría demandar y tal, pero Pedro Jota lo sabe. Conoce la historia. Era un tipo que era bisexual… se había casado, digamos, pero era homosexual. Y lo pillaron con un chapero. Y lo delató el jefe de su partido. Pero además era objeto de chantaje. La película era el pan nuestro de cada día. Cuando te pillan en la cama de quien no toca, sea hombre, mujer, casado, o soltero… te pueden chantajear. Son atavismos de la vida social. La gente sabe que el sexo es un punto flaco en las personas, porque es un punto que ni la propia persona conoce, por eso es tan fácil atrapar a la gente. En todas las películas de espías, el hábil es el que capta un punto secreto, débil, del otro que no sospecha.

Cuando te pillan en la cama de quien no toca, sea hombre, mujer, casado, o soltero… te pueden chantajear. Son atavismos de la vida social"


¿Has tenido alguna vez una pulsión homosexual?

No. He tenido muchos amigos homosexuales, y muchas proposiciones. Bueno, muchas…

Razonables.

¡Bastantes! Importantes. De homosexuales importantes. Pero no. En la época mucha gente probaba, pero yo sólo he probado lo que me gustaba. Siempre. Nunca me han gustado los hombres para acostarme con ellos. Pero siempre he tenido muy buena relación. Todo el movimiento gay que empieza en Barcelona prácticamente empieza en la Filmoteca y en el Café de la Ópera, que era donde pasaba yo medio día, así que lo vi nacer. Y me molesta mucho eso que ahora estúpidamente se llama “homofobia” (no sé qué significa “homofobia”, que es el llevar mal la libertad en que otros desarrollan su vida sexual).

En la época mucha gente probaba, pero yo sólo he probado lo que me gustaba. Siempre. Nunca me han gustado los hombres para acostarme con ellos"


En ese momento se desarrolla un momento interesante y actual sobre el outing, es decir, sobre sacar del armario o no a los homosexuales. Y ahí es donde hubo una gran división desde el principio en el movimiento gay. Y todos los homosexuales amigos míos siempre se han dividido en una mayoría contraria al outing y una minoría que dice “es la única manera de que esto adelante”, que son los que de pronto denunciaban a Menganito porque tal y cual. La vida resuelve muchas cosas de una manera mucho más sencilla. Lo que entonces parecían cosas muy intrincadas… en esos años mucha gente iba a Barcelona para salir del armario, y cuando se echaban novio veían que era lo mismo que echarse novia: un lío. Yo viví la Barcelona antes del sida, que era bastante orgiástica, las cosas como son.

¿Participaste de esa Barcelona orgiástica?

Participé, pero no voy a salir de ahí, de esa Barcelona.

Pero sonríes.

No, es que sé por dónde vas. Lo importante es que como no había temor al sida, las relaciones de homosexuales con mujeres, con hombres, tal… eran muy libres, y si te acostabas con una mujer de tu entorno no sabías si había estado con un gay, y cuando se descubre el sida y eran todos saunófilos… bueno, no sabías. Ahí se produjo un momento de terror que primero se canjeó en la negación de que existiera el sida. Y luego dijeron que era un virus que había inventado el Vaticano. “No, eso lo ha hecho el Vaticano para combatir el movimiento gay”. Imagínate, el Vaticano movimiento gay: ya creo que eran mayoría entonces. El sida fue el fin de esa época de efervescencia sexual, porque creó la obligación de la precaución y luego, te creó la sospecha. Y luego vinieron fenómenos extraños, como dos que se enamoraban y uno tenía sida y el otro cogía sida para morir juntos.

El sida fue el fin de esa época de efervescencia sexual, porque creó la obligación de la precaución y luego, te creó la sospecha"


En el libro hablas de Camilo Sesto, de Las Grecas, de Cecilia, de Georgie Dann. ¿Cuál es la banda sonora perfecta para hacer el amor?

Pues yo te digo la que tuve yo, así, en mi primer amor duradero, que dura. Las canciones desde una habitación, de Leonard Cohen. Songs from a room. O You’ve got a friend, de Carole King. Esos dos discos están asociados a una época ya de plenitud, de tranquilidad.

¿Y en castellano nada?

Pues no sé por qué, creo que el sexo queda mejor así. En español las canciones eran más de bailar. Lo otro era música de acompañamiento, y como medio sabías inglés… en francés tampoco me gustaba. Eran dos canciones maravillosas, dos canciones de éxito. Mezclaban lo social, lo político… Cohen, como es tan triste… con él lo único que puedes hacer es meterte en la cama, es inevitable. Con Carole King podrías hacer un trío (como le pasaba), pero son de esas cosas extrañas… unos años después, preferiría otras. Pero ya nunca es la primera vez. La primera vez fue con esas canciones.

¿A qué gran mujer te hubiera gustado rechazar?

No la hubiera rechazado.

¿Pero estás pensando en alguna?

No, no. Pero es que tampoco la he buscado. Alguna, pero… no, no la hubiera rechazado. Pero tiene que ser una ¡gran mujer!

¿Quién ha sido para ti una gran mujer, entonces?

No sé.

¿A lo mejor te hubiera gustado rechazar a La Pasionaria?

No, por dios, a La Pasionaria no. Para eso hubiera rechazado a Enrique Líster. O sea, no, no, no. Por dios. La Pasionaria es lo más parecido a un abuelo que ha habido nunca. No, no. Esa sí que es una historia: cuando a Antón, que era un machote, un malote, lo hace comisario jefe con treinta años menos que ella… y cuando él encuentra a una joven de la que se enamora, ella lo persigue salvajemente, consigue que lo encarcelen… o sea, La Pasionaria es una de las tías más malas que ha habido. Como Caridad Mercader, la madre de Ramón Mercader. Mujeres diabólicas que tienen una idea vengativa del sexo. Son como mantis. “Mientras me sirve, sí, luego lo devoro”. No se ha dado el caso así de una gran mujer… me hubiera gustado conocer a Clara Campoamor. No sé si me hubiera gustado en la época doña Emilia Pardo Bazán. Eso sí, con doña Emilia, por carácter, lo hubiera pasado divinamente. ¡Si Galdós lo pasó divinamente…! Y las cartas son maravillosas. Por tener esas cartas, mira, se puede ir en coche con doña Emilia. Luego te puedes reír el resto de tu vida.

[Hay] Mujeres diabólicas que tienen una idea vengativa del sexo. Son como mantis. “Mientras me sirve, sí, luego lo devoro”. No se ha dado el caso así de una gran mujer…"


Tener una amante con ese sentido del humor y luego llevarlo bien, y saber lo que ha pasado… esa sensación sí que es la civilización. Haber estado con alguien, luego hacer tu vida, que ella haga su vida, encontrarte… y que haya una reacción extraña que sólo sabéis vosotros dos, pero que al mismo tiempo os mantiene en un estado de buena educación exterior y de inevitable atracción interior, porque esa complicidad no se va. Esa situación es particularmente atractiva. Una situación de madurez. Cuando eres joven eres un becerro.

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¿Tu cultura te ha servido para ligar?

Sí.

¿En qué porcentaje?

Pues nunca lo sabré. Porque yo antes pensaba que mucho, luego vi que no tanto. Años después me han confesado: “Pues mira, no hacía falta”. Esto lo aprendes después. Cuando yo tenía 17, 18 años… parecía que tenía 13, era una cosa terrible, no podía entrar en los cines para mayores. Pues me dio por fumar en pipa para hacerme el mayor. Había una chica… guapísima, maravillosa. Y años después me dijo: “Lo único que no me gustaba de aquello nuestro era la pipa”. “¿Y por qué no me lo dijiste?”. “Hombre, como te lo iba a decir”. Estas cosas te sorprenden. Lo de usar la poesía, por ejemplo… igual no hacía ninguna falta, pero bueno, cada uno usa las muletas que tiene, igual que la que se maquilla mucho y se pone, y tal… “Pero si no hacías falta que te pusieras nada. Si a mí me gustas de vaquero, o sin él”. Pues eso.

¿Has escrito poemas eróticos?

Sí, alguno. No muchos.

¿Y han llevado a buen puerto?

Bueno… eh… estoy pensando en uno que publiqué cuando tenía 18 años o una cosa así (risas). Bueno, sí. Ese… sí.

Ojalá pudiera ver lo que estás recordando.

No, bueno, es un poema. Aparece en el libro de Barcelona la portada de un poemario pequeñito que sacamos y hay tres poemas, y hay uno que si lo lees, lo entiendes.

¿Qué opinión te merecen los piropos?

Pues hombre, a mí… depende, cuando me los dicen, me gustan. Lo que más me dicen últimamente es “está usted mucho más guapo al natural que en las fotos o tal”. Y siempre digo lo mismo: “Imagínase que fuera al revés”. Y luego hay un momento fantástico donde me dicen: “Ayyyy”. Las mujeres mayores, como pierden ya por completo el pudor, se creen fuera del mercado y te dicen cosas realmente tremendas. Pero lo más descarado que te dicen es este sonido: “Ayyyy”.

[Hay]Cuando me dicen piropos, me gustan. Lo que más me dicen últimamente es “está usted mucho más guapo al natural que en las fotos o tal”"


Como de “te achucho”.

Sí, te achucho, te devoro, te como. “Mmmmmm” (ríe). Eso me hace muchísima gracia. Hombre, si eso se lo dicen a una joven entiendo que se moleste. Pero yo que ya soy mayor, y me lo dice una señora, y no hay una voluntad más que de manifestación de lo que podía haber sido… “Lo que yo te hubiera hecho”… “¡Me pilla usted con 20 años…!”, me dicen (ríe).

“Qué pena para usted”.

No, bueno, qué pena en general. Oye, que a veces son imponentes. La que tuvo retuvo. Y cuando se lanzan a eso normalmente es porque han tenido éxito en su vida sexual, o por lo menos estéticamente. Son de esas cosas divertidas. Es la parte divertida del sexo, visto con distancia, sin lo trágico que tiene entre la infancia y la aborrescencia, donde nadie sabe. “¿Me quiere, no me quiere? ¿Lo hago bien, lo hago mal? ¿Cómo habré estado…?”.

¿Tú también has tenido inseguridades en el campo sexual?

Pues hombre, lo que pasa es que nunca las he confesado. Todos los hombres tienen inseguridades, porque además en nosotros es muy difícil fingir. Eso es así. Pero bueno, hay que confiar en la maquinita. Y luego, en fin, en el sentido del humor.

¿Vale un gran amor para toda la vida? ¿La fidelidad es un valor o es una forma de hipocresía?

No, hipocresía no, hay gente que tiene fácil ser fiel.

¿Porque son feos?

No, no, no…porque piensan que pierden más de lo que ganan. No se ven engañando a alguien. Hombre: al revés, yo creo que se produce gente que no quiere engañar y engaña (una noche loca, una atracción, una asignatura pendiente de hace años…), y ahí hay que decir “bueno, somos humanos, vivimos muchos años, por un perro que maté no me vais a llamar mataperros”… pero cada persona es un mundo. No hay un comportamiento estándar. Que Ava Gardner fuera promiscua me parece casi una obligación. Simone Signoret lo explicó muy bien cuando le dijeron que su marido, Yves Montand, se había liado con Marilyn: “Bueno, es que si no yo me sentiría ofendida”. Ya otra cosa es las historias de doble o triple vida, de dos familias… eso sí me parece ya muy complicado, y, al mismo tiempo, a veces obedece a casualidades de la vida que son difíciles no ya de juzgar… no sé, son fatalidades. Seguramente hicieron desgraciada a esa persona toda la vida. Uno se enamora de quien no debe. Mira los amantes de Teruel. Nadie ha pensado nunca en el marido. Yo sí, porque era de al lado de mi pueblo.

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¿Cómo sería una cita organizada por Jiménez Losantos diseñada para conquistar a su acompañante?

Bueno, nunca te lo contaría.

Cómo que no. Danos una pistas a los que estamos aprendiendo.

No, no. Primero, tú sabes más que yo seguramente, y además es que no se me ocurre lo de preparar una cita para alguien. A mí me tiene que atropellar el tren, pero yo no voy a la estación.

Cronología de tus mitos sexuales.

Las mujeres que gustaban en mi época, lo primero que yo vi en el cine y me atraía, era estilo Liz Taylor, Carmen Sevilla, Lauren Bacall, Grace Kelly…

Qué buen gusto, ¿no?

Hombre, es que para lo otro ya… (risas). Al final los mitos sexuales responden a características tan típicas. La morena ardorosa, tal. La rubia angelical.

¿Y ahora, quiénes son los grandes mitos sexuales de la España actual?

Ahora hay tal confusión y profusión. En el mundo de las redes, donde todo el mundo se desnuda… ya es un poco difícil.

¿Has mandado algún desnudo por redes?

Nunca jamás, por dios bendito. No, no.

A tu mujer.

Nos conocemos lo suficiente.

Por jugar un poco.

¿En las redes? Estoy mañana en el programa de Wyoming. Eso sería suicida. El problema cuando eres conocido y más o menos políticamente controvertido, como te metas en un jardín, no sales. Es seguro. Estás perdido. Cuando eres muy joven lo vas buscando y cuando eres mayor lo vas evitando.

¿Crees que el feminismo ha matado el sexo o le ha dado una doble y mejor vida?

No, yo creo que el feminismo es una adaptación del marxismo a los nuevos tiempos, es una forma de dominación, como el ecologismo y tal. El feminismo actual está haciendo mucho daño a las mujeres.

[Hay]yo creo que el feminismo es una adaptación del marxismo a los nuevos tiempos, es una forma de dominación, como el ecologismo y tal. El feminismo actual está haciendo mucho daño a las mujeres"


¿Y a los hombres?

A los hombres les está acojonando. Pero no les está haciendo daño. Hace daño a la libertad de las mujeres. Han entrado en un régimen de una especie de terror intelectual, sobre todo mediático, que priva de libertad a las relaciones más o menos normales entre los sexos de personas adultas. Cuando veo las denuncias por violación de varios años después de un famoso (siempre es un famoso)… porque yo entiendo que denuncies a uno que ha abusado de ti y si lo meten en la cárcel de por vida, pues muy bien. Pero estas historias previo pago de su importe… venga, hombre, ¿y las mujeres que de verdad sufren? Quedan desvalorizadas. Humilladas.

¿Cómo habría sido Jiménez Losantos de haber nacido mujer?

Pues yo creo que interesante. Interesante. Me habría cuidado más, probablemente. Creo que me habría casado bien.

¿Muchos amantes?

Algunos.

Los suficientes.

Los necesarios.

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HABLEMOS DE SEXO

Mensajepor Invitado » Jue 13 Jun, 2019 4:41 pm

ya .... estan buenas ... bueniiiiisimas diría yo.

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HABLEMOS DE SEXO

Mensajepor Invitado » Lun 15 Jul, 2019 12:13 am

«Las claves de una relación de buenos tratos son respeto, comunicación y confianza»

María Sánchez Psicóloga y sexóloga, responsable del programa 'Educando los buenos amores' | «Más que prohibir o reñir, los padres tienen que enseñar, acompañar y estar pendientes de lo que hacen sus hijos»

Domingo, 14 julio 2019, 01:13
María Sánchez Sánchez es psicóloga y sexóloga, postgrado por la Universidad Europea Miguel de Cervantes. Desde 2015 es la responsable de la puesta en marcha del programa de 'Educando los buenos amores' que imparte el Centro de Atención Sexual del Ayuntamiento de Avilés a través de Astursex a ochocientos alumnos de primero y segundo de Secundaria -todos los públicos y cuatro concertados, además del colegio de San Cristóbal y algunos centros de FP- cada año. Es la primera fase de un programa más amplio que completa con educación sexual su compañero Iván Rotella en los institutos.

-¿Qué es educar en los buenos amores?


-La idea es potenciar los buenos tratos ya desde antes de que tuvieran las relaciones de pareja, para que así cuando estén empezando a tenerlas sepan diferenciar lo que es amor y lo que no lo es. Acabar con el tema de ver los celos como algo bueno o el control a través de las redes sociales, o todos los mitos del amor romántico. Intentar deconstruirlos antes de que tengan pareja para que cuando la tengan puedan diferenciar lo que es amor de lo que no lo es. Muchas veces los medios de comunicación nos cuentan que el amor es otra cosa, y por eso la idea de educar en los buenos amores.

-Los alumnos al final hacen su propia receta con ingredientes que hay en una relación de pareja.

-Cuando da tiempo al final se hace el decálogo de los buenos amores, que ellos, alumnos desde primero de la ESO, digan diez cosas que creen que tiene que haber o no en una relación para que haya buenos amores.

-¿Tienen que darse todos? ¿Cuáles son los esenciales?

-El respeto, la comunicación y la confianza. Si una relación se basa en eso podemos hablar de una relación de buenos tratos.

-¿Se debe educar a todos los alumnos por igual?

-Depende sobre todo del alumnado hay que cambiar la manera de llegar a ellos, pero en sí lo que tenemos que enseñar y el objetivo es el mismo. Las relaciones positivas, donde se trate bien, que no se sufra, acabar con el tema de que el amor es sufrimiento. Enseñar ese tipo de modelos para que los tengan en contraposición a lo que muchas veces se enseña. Por ejemplo, trabajamos mucho las películas más antiguas de Disney, como 'Blancanieves', 'Cenicienta', donde el amor es sufrimiento, es imposible... Dar vuelta a todos esos mitos que tenemos en la cabeza sobre el amor.

-Antes era más fácil porque no había tantas fuentes de información.

-Les intento dar pautas para que lo vean, porque también trabajamos otro tipo de series. Por ejemplo, 'La que se avecina' es una serie que ven todo el rato desde que son pequeños. Voy utilizando a las parejas que salen para enseñarles, «pues mira aquí tenemos una relación de celos, aquí, aunque no se peguen, no hay buenos tratos, o aquí tenemos diferentes formas de tratar a los hombres y a las mujeres».

-¿De dónde reciben más datos?

-Internet, Youtube, Instagram..., pero de 'La que se avecina' es también alucinante. Los chavales de 13 y 14 años llevan viendo esa serie desde que nacieron, es como el fondo de su vida. Se saben los diálogos incluso, es algo que me gustaría haber podido cambiar en estos cuatro años, pero cuando llego a clase les pregunto: «¿Visteis 'La que se avecina'?» y la mayoría dice que sí. Y quien no lo ve, sabe lo que es.

-Me imagino que ahí entran en acción los padres.

-También nosotros siempre proponemos hacer sesiones de familias, así cogemos junto a los profesores a toda la comunidad educativa. Y lo que damos son herramientas, lo malo no es a lo mejor que vean 'La que se avecina', sino que no la vean con ellos, que la familias les enseñen a diferenciar que es una broma. El problema de 'La que se avecina' es que es una sátira, pero a veces los niños y niñas tan pequeños no tienen herramientas para diferenciar si es broma o no. Que es una exageración y a veces se lo toman en serio, como un modelo a seguir. Las familias tienen que enseñarles a diferenciar. Igual que en internet, no es tanto decir «no puedes hacerlo», sino enseñar, estar pendiente de lo que hacen tus hijos, de lo que tienen en sus redes sociales. El problema que tenemos es que muchas veces las familias no vienen a las sesiones.

-Explicar antes que prohibir.

-Claro, tender puentes.

-¿Qué es lo que más le sorprende?

-El tema de las redes sociales. Porque a lo mejor sí saben por charlas de la policía o los padres que tienen que tener privacidad, que es peligroso, pero a la hora de la verdad no lo tienen asumido. Lo de la privacidad, que tengan seguidores muchas veces desconocidos... Intentas explicar que no tienen que tenerlos, que sus perfiles deben ser privados, pero muchas veces su objetivo en la vida es ser 'youtuber', ser 'instagramer', entonces quieren tener más seguidores, y es un poco al final la pescadilla que se muerde la cola. Ven internet como un mundo paralelo donde lo que pase allí no va a afectar a la realidad.

-Y luego acaban en los juzgados, con problemas de acoso escolar...

-Lo que encuentro últimamente más positivo es que esto ha pasado desde que hay redes sociales, pero ahora como que se atreven más a decirlo, a denunciar, a decir lo que está pasando. ¿Se dan cuenta? Algunos sí, algunos no. Tampoco hay que culpar a las víctimas cuando pasa eso, pero creo que todavía no tienen metido en la cabeza el tema de la privacidad, y es algo que trabajamos con ellos, junto con el respeto a su propia privacidad y a la de los demás. Cuando hablamos por ejemplo el tema de las contraseñas en las redes sociales, «como eres mi novio y te quiero mucho, te doy mi contraseña». O «como eres mi amiga...». No acaban de ver que eso forma parte de su intimidad, entonces lo que deberíamos hacer es educarlos en ese respeto. Muchas veces en teoría sí saben lo que hay que hacer, y luego en la práctica tienen muchísimos problemas con este tema. Pero también pasa con adultos, no solo con adolescentes. Precisamente este proyecto pretende que antes de que tengan novio tengan claro que no hay que mirar el teléfono móvil de tu pareja, que tienes que tener tu espacio personal, intimidad en las redes, que eres una persona aparte, no una fusión.

-Y en las redes sociales encuentran también los modelos de relaciones sexuales.

-Además, cada vez empiezan a consumir porno más pequeños. Y volvemos a lo mismo, la solución no es «no veáis porno». Es educar en que el porno no es la vida real y si ahora tenemos de media que empiezan a ver porno con ocho años, pues cuando llegan a los catorce años llevan cuatro viendo porno y viendo relaciones que no son reales. Igual que con las series, con las redes tenemos que educar que eso no es la realidad. Puede ser divertido o no, pero lo que te encuentres en una película porno no es la realidad. Y eso es lo que trabajamos, que luego tiene su continuidad con Iván Rotella en los institutos.

El control parenta
-¿Qué papel deben jugar los padres?


-Al final muchas veces por mucho que pongamos puertas al campo, los niños van a llegar. Es más explicar, estar atento a lo que hacen y es importante que te vean como un referente. Si tú no hablas de estos temas y no contestas a este tipo de preguntas o riñes, al final van a dejar de verte como referente en estos temas. Y el día de mañana cuando de verdad esté preocupado, cuando tenga algún tipo de dificultad con temas como el sexo, no van a ir a ti porque no te van a ver como una fuente fiable, si le has mentido, has callado, te has reído de él o ella, o has reñido cuando sacaste ese tema. Es importante tender puentes con tus hijos durante la infancia o la adolescencia temprana. Y que no vayan a internet, o al amigo de clase, o a otras fuentes.

-¿Qué hay que hacer en casos como los de la difusión de imágenes?

-Lo primero quitarles la culpa a las víctimas, que entiendan que es una responsabilidad, que tienen que tener intimidad y que no deberían haber hecho eso, pero sobre todo desculpabilizar, y hacerlo también en el entorno. Porque al final lo que ocurre es que el entorno las ve a ellas como culpables de lo que ha pasado y lo que tenemos que evitar es que el hecho de que salga a la luz les haga daño a ellas. Hay que fomentar que salgan a la la luz, que sigan denunciando, que haya justicia. Que en clase no se rían de ellas, sino que se vea lo malo que ha hecho la persona que ha difundido las fotos sin permiso, que es un delito.

-Luego está la hipocresía de los adultos.

-Muchas veces a los adultos se les olvida que fueron adolescentes. Y se les olvida lo que han vivido ellos y cómo lo vivirían con los medios que tenemos ahora. Al final la empatía también falla en las familias y sobre todo el desconocimiento de lo que hacen tus hijos y tus hijas. A veces dicen que son muy pequeños para educar en los buenos amores, tanto los profesores como la familia. Si ellos estuvieran en el aula y vieran los ejemplos que cuentan los niños, lo que hacen o lo que aprenden en internet, los novios y las novias que tienen... Muchas veces para los adultos un novio o novia que tienes cuando tienes trece años no es un novio o novia. Pues es una relación, aunque tú lo veas como una tontería de niños. Muchas veces se nos olvida que fuimos adolescentes y tendemos a banalizar las relaciones que tienen ellos tan pequeños, o lo que ven en la televisión o en internet, y para ellos es importante. Si los adultos desde que son pequeños estamos en las redes sociales difundiendo imágenes de nuestros hijos, estamos todo el día con el móvil en la mano, subiendo fotos a Facebook o Instragram, ¿luego no entendemos que nuestros hijos cuando crezcan hagan lo mismo?

-¿Son los adolescentes más tolerantes con la diversidad?

-Los adolescentes son políticamente correctos. Son tolerantes, pero luego si profundizas en las relaciones entre ellos vemos que sigue habiendo más dificultad para aceptar la diversidad. Hay más conocimiento, que es bueno porque ayuda a respetar, pero muchas veces queda de cara al público. En lo privado siguen faltando al respeto muchas veces. Tenemos el grupo Diversex que fomentamos en clase, explicamos qué es para personas que puedan tener dificultad con su orientación e identidad, para que puedan ir y sentirse arropados. Funciona muy bien para crear vínculos.

-¿Qué es el empoderamiento?

-Es dar herramientas (en este caso se suele hablar de empoderamiento femenino) a las mujeres para poder orientarse su vida y enfrentarse a cosas que en otras épocas o en otros momentos no se habrían enfrentado.

-¿Y una relación tóxica?


-Es una relación que de por sí hace daño. Que atrapa, que aísla, que es control... Al final es una relación donde hay dolor desde siempre, no es porque en un momento dado lo estés pasando mal. Aparece el aislamiento, dejas de salir con tus amigos, de hacer las aficiones que hacías antes, de tener relaciones con los compañeros de clase, con la familia. Y se va convirtiendo en una relación tóxica de la que es muy difícil salir.

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Mensajepor Invitado » Mié 24 Jul, 2019 11:10 pm





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