Meghan Markle, duquesa de Sussex

Las últimas noticias de la Realeza. Monarquía vs. República
¿Cuánto reinarán Felipe VI y Letizia?


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Re: Meghan Markle, duquesa de Sussex

Mensajepor Assia » Jue 17 May, 2018 4:16 am

El padre de Meghan operado sactifatoriamente de corazon. La hermanastra de Meghan 1 accidente de coche le ha fracturado creo que el tobillo y el biografo de Meghan: Andrew Morton con 1 ataque cerebral hospitalizado,
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Re: Meghan Markle, duquesa de Sussex

Mensajepor Assia » Jue 17 May, 2018 1:12 pm

Segun ABC.es (Pagina GENTE) la madre de Meghan, despues de 11 horas de vuelo desde los Angeles ya esta en Londres, donde 1 juaguar la esperaba. No creo que se haya instalado en 1 hotel. Hace algun tiempo, UK dijo en este foro: '' el huracan de Sarah..'' No se, pero me temo que Meghan y toda su familia son todos el Apocalipsis que le ha caido a la ''reina mas reina del mundo'' como Penafiel llama a la reina de Inglaterra. Tambien parece ser que Guillermo asistira a la boda pero que tienes otras obligaciones oficiales que cumplir ese dia y se marchara pronto despues de la boda de su hermano. Raro, rarito, raro, parece todo esto.
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Re: Meghan Markle, duquesa de Sussex

Mensajepor Assia » Vie 18 May, 2018 1:30 am

Etaba desconectando mi ordenador de Internet cuando en la Pagina Web, me ha salido la noticia que Meghan y su madre han estados invitadas y recibidas para por el Principe Carlos y su esposa Camilla.
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Re: Meghan Markle, duquesa de Sussex

Mensajepor Assia » Vie 18 May, 2018 1:32 am

Disculpad: puse ''para'' tomar el Te con los padres de su prometido Enrique.
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Re: Meghan Markle, duquesa de Sussex

Mensajepor Assia » Vie 18 May, 2018 12:05 pm

Segun la pagina Web del canal 9 australiano, sera el Principe Carlos de Gales (padre del novio) el que llevara a Meghan al altar. Hay comentarios poco favorables hacia Meghan por el comunicado que ha hecho de que se siente triste que su padre no pueda asistir a su boda. Creo que anade que ella siempre se ha preocupado de su padre.
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Meghan Markle, duquesa de Sussex

Mensajepor Invitado » Sab 19 May, 2018 3:09 am

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HARRY Y MEGHAN
ASÍ SERÁ LA BODA REAL MENOS REGIA DE LA HISTORIA

El empeño por no convertir en enlace de Estado la unión del príncipe Harry y Meghan Markle, y la ausencia de miembros de la realeza europea restan pompa a la ceremonia del año. Carlos de Inglaterra llevará al altar a su nuera, en ausencia de su padre.

EDUARDO ÁLVAREZ

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La Capilla de San Jorge ha acogido bodas como la de Carlos y Camilla.


OTRO NEGOCIO REDONDO PARA LA MONARQUÍA


Las cifras de la boda real del año son mareantes. Se calcula que va a costar unos 30 millones de euros, lo que incluye partidas como la de la seguridad. Los gastos de la ceremonia y del banquete corren en este caso a cargo de la reina Isabel II, ya que no estamos ante un enlace de Estado organizado por el Gobierno. Por esta razón, no han sido invitados dirigentes políticos.

La ceremonia, que será cubierta por 5.000 periodistas de todo el mundo y retransmitida en directo en medio planeta, reporta un beneficio incalculable al Reino Unido en términos publicitarios. Además, analistas británicos estiman que generará unos beneficios de hasta 1.200 millones de euros gracias al consumo de los ciudadanos, a las ventas de toda clase de objetos de ‘merchandising’, a las reservas hoteleras y al incremento del turismo.

Hay ‘souvenirs’ para todos los gustos: desde las clásicas tazas, platos, vasos con las caras de los novios, servilletas, mecheros, llaveros... hasta objetos exravagantes como bañadores con el rostro impreso de Harry y Meghan, cajas de comida para animales con motivos alusivos al enlace, etcétera.

La boda pemitirá a los espectadores disfrutar de la magnificencia de la Capilla de San Jorge, que ha acogido bodas como la de quienes fueran reyes Eduardo VII y Gustavo VI Adolfo de Suecia. También aquí se casaron Carlos y Camilla.

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Hay ‘souvenirs’ de la boda real para todos los gustos, siempre ‘kitsch’.


QUE NI LA MONARQUÍA británica es ya lo que era se va a comprobar hoy en la boda real más importante del año: la del príncipe Harry (33), segundo vástago de Carlos de Inglaterra y la añorada Lady Di, con la ya ex actriz californiana Meghan Markle (36). Sí, es un enlace real, dado que el contrayente es hijo del próximo soberano británico. Pero la falta de invitados de relumbrón de las grandes dinastías europeas y de miembros del Götha, sumado al desfile de celebridades de la farándula que veremos acceder a la imponente Capilla de San Jorge del Castillo de Windsor, convierte al enlace en el menos regio de la Historia. Está claro que a estas alturas Isabel II está ya de vuelta de todo. Lo que han visto sus ojos... y lo que le queda por ver.

Confiemos en que la Cenicienta de este cuento no sea supersticiosa y haga caso omiso a lo de que mal acaba lo que mal empieza. Porque a Meghan Markle se le deben de haber atragantado los preparativos nupciales con tanto sabotaje familiar. Eso sí, tras la inevitable cancelación de la asistencia a la boda de su padre, quien estaba llamado a llevarla del brazo al altar, el Palacio de Kensington dio un contragolpe de efecto ayer al anunciar que le sustituirá el mismísimo príncipe de Gales, su suegro.

Todo está milimétricamente preparado para que el acontecimiento, que será televisado en directo en medio planeta, mantenga cierta pompa, aunque no estemos ante una boda de Estado y desde Buckingham no hayan dejado de insistir en que el rango ceremonial estará años luz del enlace del hermano del novio, el príncipe Guillermo, que sí reunió a la práctica totalidad de las testas coronadas de la Tierra. Una ocasión pérdida...

En torno a 500 afortunados accederán al interior de la Capilla. Entre ellos, todos los Windsor –ellos solitos suman ya medio centenar– y de amigos y allegados de la pareja. Como Harry no ha frecuentado mucho las Cortes europeas, sólo se especula con la asistencia de un puñado de royals, entre ellos el príncipe Seeiso de Lesotho –junto a su mujer–, quien preside con Harry Sentebale, una institución que ayuda a la integración de jóvenes africanos con VIH a través de la educación. A falta de más aristócratas, llenarán los bancos del templo famosos como David Beckham y su mujer Victoria, el cantante Elton John –que dedicará algún tema a los novios–, las tenistas Serena y Venus Williams o el reparto casi al completo de la serie Suits, último trabajo de Meghan.

Además de estos invitados de clase A, otros 1.200 ciudadanos de distintos sectores y orígenes podrán seguir la ceremonia desde los jardines de Windsor. Eso sí, deberán llevarse la fiambrera de casa, porque Palacio ha advertido que no les proporcionará ni bebida ni comida para sobrellevar la jornada. Y, junto a ellos, se ha invitado a 200 representantes de las ONG con las que colabora la familia real británica, a un centenar de estudiantes de diferentes colegios y a todos los empleados del Castillo de Windsor, la residencia favorita de Isabel II y que, junto con Buckingham, acoge a los mandatarios internacionales que acuden al Reino Unido en visitas de Estado.

Con la mirada puesta en los nubarrones del cielo, los invitados que se repartirán por el jardín tienen que llegar al recinto real a las 10 en punto (hora española). Media hora después, y hasta las 12:30, se producirá el desfile de los 500 invitados VIP, que será cerrado protocolariamente por los miembros de la familia real, en función de su rango.

Un cuarto de hora antes de la una, el príncipe Harry su hermano y padrino, Guillermo, llegarán a pie hasta la entrada principal de la capilla para así poder saludar a los congregados. Y cuando falten cinco minutos para el mediodía inglés, harán acto de presencia Isabel II y su esposo, el duque de Edimburgo.

Sólo entonces llegará la novia, a la que acompañará montada en el coche su madre. Se desvelará en ese momento el diseño de su traje nupcial, que según lo publicado por la prensa británica será obra de los australianos Ralph y Russo. Se estima que su precio ronda los 450.000 euros, casi 100.000 más de lo que costó el vestido de Kate Middleton.

Como decíamos, el príncipe Carlos llevará a su nuera hasta el altar, en un recorrido que hará las delicias de los fotógrafos porque contará con un buen puñado de damitas de honor y de pajes, entre ellos George y Charlotte, los dos hijos mayores de Guillermo y Kate.

UN AMOR QUE LLEGA TRAS NO POCOS CHASCOS

El príncipe Harry y Meghan Markle se conocieron en julio de 2016. Fue en una especie de cita a ciegas, ya que les presentó una amiga común en Londres durante una visita de la actriz a la capital británica. El flechazo fue inmediato.

La prensa no tardó en enterarse del romance, a pesar de que el hijo de Carlos de Inglaterra intentó ver a su novia en América en muchas ocasiones viajando de incógnito.

El príncipe tiene un largo historial amoroso a sus espaldas. Entre sus ‘amigas más especiales’, destacan Chelsy Davy y Cressida Bonas, que al parecer forman parte de la lista de invitados al enlace de este sábado. Harry y Chelsy Davy estuvieron muy cerca de comprometerse. Pero, a pesar de lo enamorados que se dejaron ver en muchas ocasiones, la relación del príncipe – entonces demasiado tarambana – y la abogada sudafricana nacida en Zimbabue sufrió toda clase de altibajos hasta desembocar en la ruptura definitiva.

Por su parte, Meghan está divorciada, algo que hasta hace poco le hubiera cerrado las puertas de Buckingham. En 2011 se casó con Trevor Engelson, tras una larga relación de seis años. El matrimonio apenas duró 24 meses.

La ceremonia durará una hora y estará oficiada por el deán de Windsor, aunque también estará presente el Arzobispo de Canterbury, primado de la Iglesia anglicana. Todos los detalles más nimios tendrán simbolismo. Así, por ejemplo, el anillo con el que Harry desposará a su prometida llevará obligatoriamente oro de las minas de Gales. Y el ramo nupcial debe incluir flores de mirto –para mantener una tradición iniciada por la reina Victoria– y presumiblemente rosas blancas en homenaje a Diana de Gales.

La fallecida estará muy presente. Sus tres hermanos ocuparán asientos de privilegio en la Capilla y a cargo de una correrá la lectura de uno de los textos que se esperan más emotivos de la ceremonia.

Tras el sí quiero, los ya marido y mujer realizarán un recorrido por las principales arterias de la bellísima localidad de Windsor, en un carruaje abierto Ascot Landau acompañado por unos 200 miembros de las Fuerzas Armadas británicas, con traje de gala. Si lloviera, se sustituiría el vehículo escogido por el Carruaje Real escocés, techado. Todo está previsto, desde luego.

A las 14:30 comenzará el almuerzo ofrecido por Isabel II a los 500 invitados VIP, en St. George Hall. Desveló el indiscreto presidente cántabro Revilla que pasó hambre en la boda de los Príncipes de Asturias. Otro tanto les ocurrirá hoy a los invitados de Harry, ya que la comida –que será de pie– apenas contará con algunos aperitivos en tazones cómodos de degustar y canapés muy medidos para que puedan ser ingeridos en dos bocados. La tarta nupcial, de frutas, la ha elaborado la dueña de la repostería Violet Bakery. Pero todo apunta a que, siguiendo otra absurda tradición, será de puro atrezzo para que quede mona en las fotos, ya que los pedazos que se repartan corresponderán en realidad a otros pasteles.

Tras un receso en la hora de la siesta, 200 privilegiados –la cosa ya se reduce– se plantarán en Frogmore House, dentro del recinto real de Windsor, para disfrutar de una cena mucho más informal, a cargo en este caso del príncipe Carlos.

El ingreso de Meghan a la Corte de San Jaime aporta modernidad a la monarquía más rancia de Europa. Aunque igual se han pasado de frenada y lo de hoy se asemejará más a una alfombra roja de Hollywood que a una boda real, real.


LA OTRA CRÓNICA EL MUNDO SÁBADO 19 DE MAYO DE 2018

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Meghan Markle, duquesa de Sussex

Mensajepor Invitado » Sab 19 May, 2018 3:11 am

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UNA FAMILIA PROSCRITA CON MOTIVOS

Su padre pactó unas fotos con un ‘paparazzi’. Su hermana ha escrito una biografía sobre ella y su otro hermano envió una carta intentando impedir la boda. Sus sobrinos están en Londres para merodear por los alrededores de Windsor. Su madre, Doria, es la única familia que tendrá en el enlace.

CARLOS FRESNEDA


TODAS LAS PELÍCULAS SOBRE BODAS pasan siempre por un momento de desastre. Una veces es la novia fugitiva, otras es el suegro traicionero. Hay incluso una maldición de la cuenta atrás, en la que todo parece salir mal y el aire se tiñe de dramático y caótico infortunio... Algo así les ha ocurrido a Harry (33) y Meghan (36) en la antesala del sí, quiero, con los tabloides británicos en el eterno papel de aguafiestas y la familia americana alimentado la hoguera de los desbarajustes.

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SAMANTHA, UNA HERMANA ENVIDIOSA[


Samantha Grant, 52 años. La hija mayor del matrimonio anterior de Thomas Markle con Roslyn Markle, tuvo celos de Meghan desde muy pequeña, ha reconocido su madre. Fue la nefasta intermediaria con los ‘paparazzi’ para intentar mejorar la imagen del padre. Criticó duramente a los ‘royals’ por haber dejado a su padre en la estacada frente al acoso de la prensa. Acabó también esta semana en el hospital con una rodilla rota por un accidente de coche en Florida intentanto esquivar a los fotógrafos. Sufre esclerosis múltiple. Lleva más de 10 años sin ver a Meghan y tres sin hablar con ella. Es escritora y planea publicar ‘El diario de la hermana entrometida de la Princesa’.

En Palacio se llegó incluso a acuñar un término the Markle debacle, (la debacle de los Markle) para describir la cadena de eventos catastróficos que condujeron hasta el hospital al padre de la novia, Thomas, el gran ausente. El Príncipe Carlos, que también pasó por las suyas, será el encargado de cubrir su baja de última hora bajo las ojivas de la capilla de San Jorge, aunque toda la atención recaerá antes sobre la madre, Doria, la única representante de la familia en la iglesia.

Con su dignidad a prueba de contratiempos, Doria Ragland intentará dejar atrás la debacle y silenciar al mismo tiempo a los díscolos representantes del clan de los Markle que han rivalizado por quitarle el primer plano al padre jubilado y ausente. Ahora entendemos por qué no les invitaron a la boda… Aunque quizás habría sido más fácil hacerles un hueco entre los 600 invitados. Puede que así habrían estado contentos y callados. Quizás alguien debería haber pensado también en la difícil situación del padre, que ni siquiera conoce aún al novio y sólo ha hablado con él por teléfono. En palacio insisten en que le dieron “consejos prácticos” para capear el temporal mediático, pero pocos se explican cómo días antes de la boda seguía bañado en cerveza y comiendo tacos de pollo en una de las calles más decrépitas de San Antonio del Mar.


DECISIONES EQUIVOCADAS

Todo esto no habría pasado si aún estuviera en palacio el ex secretario privado de la reina, Christopher Geidt, famoso por su capacidad para “arreglar los desatinos” y curtido en bodas reales como la de Guillermo y Kate. Claro que una cosa es lidiar con una familia de clase media-alta británica y otra muy distinta es tener que vérselas con una familia disfuncional americana…“Con toda su buena voluntad, la inexperiencia le ha pasado factura a Harry, que decidió tomar las decisiones clave de la boda, sigiendo el ejemplo de su hermano”, escriben en el Daily Mail los cronistas reales Richard Kay y Geoffrey Levy, que consideran también imperdonables las ausencias reales de la princesa Alexandra y del príncipe Michael de Kent, para hacer sitio entre otros a los Beckham.

Meghan ha invitado, por su parte, a casi todo el plantel de la teleserie Suits y a su mejor amiga, Jessica Mulroney. Pero su decisión de dar portazo a su familia y la sensación de solo ante el peligro que ha tenido hasta el final su padre le ha terminado pasando factura.

La debacle de Thomas Markle empezó a mascarse realmente con una serie de reportajes sobre su vida solitaria y depresiva en ese destartaldo enclave de la frontera mexicana donde, según testigos, se dedica mayormente “a beber sus penas”. A sus 73 años, el ex director de iluminación de Hollywood se levanta a eso del mediodía y no asoma la cabeza hasta primera hora de la tarde, rumbo a la taquería más cercana o al bar Plan B, donde se junta con los expatriados americanos. Allí lleva desde que se jubiló en 2011, huyendo de las deudas acumuladas y de los altos impuestos, fundiéndose mensualmente su pension. El estrés de la boda le ha hecho beber y comer más de la cuenta, hasta superar los 100 kilos.

En un deseo comprensible de mejorar su imagen, instigado por su hija Samantha (nacida en su primer matrimonio con Roslyn Markle), Thomas Markle contactó con unos paparazzi para urdir un montaje con traje de bodas y cobrar por la exclusiva unos 100.000 dólares. Los tabloides británicos le crucificaron el domingo pasado en portada y el padre se amilanó a las pocas horas. Anunció por primera vez que no viajaría a Windsor “para no avergonzar a su hija”.

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THOMAS PIDIÓ ANULAR LA BODA

Thomas Markle Jr., 50 años. Hijo menor del primer matrimonio de su padre, mantuvo una relación más cercana con Meghan. Arremetió sin embargo contra su medio hermana al no ser invitado a la boda. Dirigió una carta personal a Harry advirtiéndole que su relación con Meghan “no es un cuento de hadas, sino el mayor error en la historia de los royals” y pidiéndole que cancelara la boda. Se dedica a arreglar ventanas. Se casó con Tracy Dooley y tuvo dos hijos: TJ, de 26 años (trabaja en una empresa de recaudación de deudas) y Tyler, de 25, que cultiva legalmente cannabis en Oregon y recuerda los días felices en que su tía hizo de niñera. No han sido invitados a la boda pero han viajado al Reino Unido para hacer de comentaristas para varios medios .

La cosa se complicó con su supuesto ingreso en un hospital para una operación del corazón. El estrés final fue aparentemente la causa de su recaída. También influyó el sopetón que se llevó al leer la carta firmada por Tomas Markle Jr. (su segundo hijo con Roslyn) y dirigida al príncipe Harry, previniéndole contra su hermana.

De todo esto daba constancia el portal TMZ. Aún así, el martes y desde la cama del hospital el padre de la novia volvía a crear falsas expectativas: “Odio la idea de perderme el momento histórico de caminar junto a mi hija el día de su boda”. La propia Meghan confirmó el jueves lo inevitable: “Tristemente, mi padre no asistirá a la boda”. Meghan ha llorado en privado estos días, según relata Sean Mandell, periodista de TMZ y confidente de Thomas Markle. La procesión va por dentro, y la actriz no parecía muy afectada cuando asistió el jueves al ensayo de la boda. Para Harry ha sido también un trago amargo: el acecho de los paparazzi le remiten a la muerte de su madre.


CONTRA LA PRENSA

“Esto no es un juego”... La advertencia lanzada hace año y medio por el Palacio de Kensington, ante “el acoso y los abusos” sufridos por Meghan vuelve a resonar estos días. La pareja había hecho las paces con los medios en el preámbulo de la boda, pero lo ocurrido puede interpretarse como una nueva señal de alerta. Como telón de fondo, la guerra que existe desde hace tiempo entre Buckingham, Clarence House y Kensington Palace por el control de la imagen real. La disparidad de criterios ha creado un vacío como el que existió durante dos días consecutivos, hasta que el anuncio de las damas de honor y los pajes volvió a darle a la boda un ribete de cuento de hadas.

Aunque lo cierto es que la debacle de los Markle ha sido hasta cierto punto incontrolable. La principal instigadora ha sido Samantha Grant, que al final ha terminado también con sus huesos en un hospital de Florida tras un accidente de coche. “A Samantha nunca le gustó Meghan y siempre tuvo celos de ella”, ha declarado su propia madre. La hermanastra fue la primera en oler a dinero con el anuncio de la boda y en firmar un contrato para la publicación de The Diary of Princess Pushy´s Sister. La promoción del libro le convirtió en experta en relaciones con los medios, de ahí su decisión de mediar en la “mejora de la imagen” del padre.

El hermano, Thomas Markle Jr., se desmarcó con la carta a Harry en la que describía a Meghan como “falsa, vacía y pretenciosa” y como “actriz de serie C”. Repentinamente, y por gentileza del Daily Mirror, Thomas Jr. ha cambiado de opinión y asegura que su hermana tiene las hechuras de “la perfecta princesa moderna”, sin necesidad de recordar su condición de mujer indepediente, birracial, y divorciada. Thomas Markle Jr., montador de ventanas, tiene a sus espaldas un problemático historial por su adicción al alcohol y llegó a ser detenido en enero por apuntarle con la pistola a su última novia. Eso sí, mientras duró su matrimonio con Tracy Dooley mantuvo una estrecha relación con Meghan, que llegó a ejercer de niñera de sus dos hijos: Tyler y TJ.

Los dos sobrinos tampoco están invitados. TJ, 26 años, ha trabajado en una empresa de recaudación de deudas y ha regentado un restaurante de pizzas. Aunque la principal atracción ha sido Tyler, 25 años, que cultiva legalmente marihuana en una granja de Oregón y que aprovechó el tirón de la boda para lanzar la variedad Markle Sparkle.

La única que ha estado a la altura de la boda ha sido la madre de Meghan. Doria Ragland, trabajadora social y profesora de yoga, ha sabido meterse en el bolsillo a Harry con su afecto natural. Doria ejerció de madre y de padre desde que su hija cumplió seis años, y tres décadas después se ve en la misma tesitura en el momento crucial, superada ya con creces la prueba del té a la vera de la Reina, dispuesta a marcar con paso firme el camino a Meghan en el momento de la llegada triunfal al castillo de Windsor. Aquí acaba el culebrón del Markle y arranca el cuento de hadas…

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¡Qué familia!. El padre de Meghan negoció con un ‘paparazzi’. Su hermano pidió anular la boda y su hermana ha arremetido contra ella. Ninguno estará en su enlace con el príncipe Harry.


LA OTRA CRÓNICA EL MUNDO SÁBADO 19 DE MAYO DE 2018

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Re: Meghan Markle, duquesa de Sussex

Mensajepor Assia » Sab 19 May, 2018 2:07 pm

Estaba deconectando mi ordenador de Internet, cuando me ha salido (canal 9 australiano) fotos de la boda de Meghan y Enrique.El traje de Meghan tiene escote de barco. Espermos que maxi que sabe mucho de como vestir se pase por el foro y no de su opinion tan acertada siempre. Yo me voy a la cama que manana quiero madrugar.
Buenas noches a todos.
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Meghan Markle, duquesa de Sussex

Mensajepor Invitado » Sab 19 May, 2018 3:50 pm

Estaba rascándome la punta del pie cuando me ha salido por el canal 69 de Alpedrete que las climatéricas ociosas tienen más peligro que un Vitorino. Esperemos que un experto en endocrinología nos aclare si es normal que yo os cuente que me voy a dormir la siesta debajo de una higuera porque me gusta que estéis al tanto de mi peripecia vital.

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Meghan Markle, duquesa de Sussex

Mensajepor Invitado » Sab 19 May, 2018 6:05 pm



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La Boda del Principe Harry y Meghan Markle

Mensajepor Invitado » Sab 19 May, 2018 10:42 pm


La Boda Real del Principe Harry y Meghan Markle




FULL CEREMONY: Prince Harry and Meghan Markle Royal Wedding

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Re: Meghan Markle, duquesa de Sussex

Mensajepor Assia » Dom 20 May, 2018 12:09 am

Antonio Lorca, critico taurino de EL PAIS, todavia no ha subido su cronica. Como Lorca es muy monarquico se habra quedado viendo esa famosilla boda. Es que Lorca es muy monarquico, tan monarquico es Lorca que hasta pide que Felipe VI asista a las corridas de toros.

Las pocas fotos que he visto de esa boda, he visto la sonrisa de la reina de Inglaterra con resignacion y sonriendo forzada por no llorar. La cara de Catalina, nuera del heredero al trono ingles,muy seria y sin su sonrisa brillante a la que estamos acostumbrada a ver siemre en fotos. En resumen: algunos miembros de la familia real, parecen que estan en 1 misa-funeral mas que en 1 boda.
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Re: Meghan Markle, duquesa de Sussex

Mensajepor Assia » Dom 20 May, 2018 1:12 am

Vaya titulo que le ha dado la reina a su nietecito y esposa: Duque y Duquesa de Sussex. El ultimo Duque de Sussex abandono a su esposa por 1 pension.
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Meghan Markle, duquesa de Sussex

Mensajepor Invitado » Dom 20 May, 2018 3:06 am

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Ella, un poquito despeinada, quizá de tan sencilla y, él, algo impertérrito ante un enlace en el que primó la diversidad. Poca realeza para tanta pompa en la boda del príncipe Harry y Meghan Markle que, a fuerza de ser repetido por el obispo llegado de Estados Unidos tendrá eslogan propio: «El poder redentor del amor cambiará el mundo».


THE POWER OF LOVE

UNIÓN REBELDE
ESTUPOR EN LAS ÉLITES, FERVOR EN LA IZQUIERDA

Huracán de modernidad. La oveja negra de la familia, la novia birracial y feminista, los invitados llegados de Hollywood y ninguna casa real en una boda donde la estrella fue el obispo que llegó desde Chicago para hablar de “fuego y energía”

CARLOS FRESNEDA


Pasada la tormenta del padre, llegó el vendaval del predicador. Meghan Markle eligió a conciencia al reverendo Michael Curry, el primer obispo negro al frente de la Iglesia Episcopal americana, para dar el sermón de la boda del año sobre «el poder del amor». La novia acogió la enérgica homilía con su sonrisa más ancha, aunque Harry empezó a sentirse incómodo, los 600 invitados se lanzaron miradas de estupefacción y la propia Isabel II sintió un escalofrío.

Las ojivas de la capilla de San Jorge en Windsor nunca escucharon nada parecido. Frente a las lacónicas peroratas anglicanas, el verbo apasionado y directo del reverendo norteamericano –que arrancó con Martin Luther King y acabó con homenaje a John Lennon– tuvo el efecto de un huracán tropical o de una de esas galernas que sacuden en periódicamente Chicago.

De allí se trajo Michael Curry ese viento renovador, como si su sermón fuera la metáfora de los nuevos tiempos encarnados en la novia birracial, feminista y dispuesta a dejar su impronta entre los Royals, que escucharon también con la boca abierta el Stand by me de Ben E. King a cargo del coro de góspel The Kingdom Choir.

Hasta el padre ausente, Thomas Markle, confinado en la cama del hospital tras su supuesta recaída cardíaca, deseó haber estado allí para sumarse a la fiesta americana. En la distancia y a deshoras (cuatro de la madrugada en la costa oeste) dio su bendición al show de Windsor: «Mi niña está guapísima y feliz».

Llegado el momento, Meghan Markle no se dejó amilanar ni por el boato real ni por el sabotaje de su familia disfuncional. Tuvo siempre cerca a su madre, Doria, que mantuvo el tipo y dejó escapar las lágrimas justas. El principal empeño de la novia fue entrar en la capilla en solitario y pisando fuerte, escoltada por los dos pajes que les sostenían la larguísima cola del traje, diseñado para la ocasión por Clare Waight Keller para Givenchy. Luego se uniría la alegre comitiva infantil, incluido el príncipe George y la princesa Charlotte, entre las damas de honor).

Meghan aprovechó la ausencia del padre para sentar precedentes y evitar la tradicional entrega de la novia. El Príncipe Carlos puso el brazo tan solo en el tramo final, y se apartó a su debido tiempo ante la presencia de Harry, vestido con el uniforme de capitán de los Marines para realzar su bagaje miltar (tal vez la única nota anacrónica de la ceremonia).

Llegado el momento, y siguiendo los pasos marcados por la princesa Diana, la nueva duquesa de Sussex decidió eludir la mención a la «obediencia», dentro de los votos matrimoniales, y dejarlo en «amor y aprecio» al marido. El arzobispo de Carterbury, Justin Welby, llevó las riendas de la ceremonia en los primeros lances del enlace, que discurrieron dentro de lo previsible.

La pareja rompió la solemnidad inicial con las primeras sonrisas de complicidad y alivio, en el momento de pronunciar el «sí, quiero». Fue entonces cuando alguien debió dejarse la puerta abierta, y hasta la capilla de Winsdor –cielos soleados, rondando los 20 grados– llegó el viento refrescante de Chicago…

«There is power in love», «hay poder en el amor», dijo el reverendo Curry, que incitó a los presentes a recordar la primera vez que se enamoraron. «El amor puede ayudarnos a sanar como ninguna otra cosa. Hay un poder en el amor que nos hace mejorarnos y liberarnos». Curry habló del fuego y de la energía, y fue entonces cuando la familia real empezó a moverse en sus bancos. El príncipe Carlos miró hacia el suelo, Camila escuchó perpleja. Guillermo aguantó mejor el primer plano y la princesa Beatriz sonrió encantada, como diciéndose: «A este predicador le quiero yo me en mi boda...»

Con el permiso de la rutilante novia, con el permiso también de George y Amal Clooney, de David y Victoria Beckham, de Oprah Winfrey y de Idris Elba, con el permiso incluso de Elton John, que venía de despedir su show en Las Vegas, la estrella de la boda fue sin duda el reverendo Curtis, que hace unas semanas expresó sus simpatías por el movimiento #MeToo y pidió «un compromiso para acabar con el sexismo, la misoginia y el abuso de poder».

Su sermón causó estupor en las elites, profusamente representadas en Windsor, pero conquistó el favor de la izquierda británica, empezando por el ex líder laborista Ed Miliband, que escribió en twitter: «El reverendo Curtis casi me ha convencido para hacerme creyente».

«Este es el momento Obama para el Reino Unido», atestiguaron Patricia Guzmán y Liliana Murillo, norteamericanas de sangre hondureña y llegadas desde Miami y Chicago para sumarse a los 100.000 asistentes que se invitaron a sí mismos en las calles de Windsor, engalanadas con Union Jacks y barras y estrellas. «El cambio llegará con Meghan y Harry, que no ha podido elegir mejor. Se ve que la mamá, Diana, hizo un buen trabajo con él».

«Si nos dicen hace 20 años que uno de los Royals se iba a casar con la hija de una afroamericana, no nos lo habríamos creído», confesaban al alimón las hermanas Anita Neil y Linda Neil-Smith que, a su manera, también rompieron moldes: fueron las primeras atletas negras en el equipo olímpico británico en México 68 y llegaron a las finales de 4x100. «Ha sido una carrera muy larga para la gente de color en este país. Una boda así es sin duda una celebración de la diversidad»

Millones de personas siguieron en todo el mundo la ceremonia, culminada con el paseo en carroza de la pareja bajo un sol inusual en la campiña británica. Pese a la fiebre mediática, un sondeo de YouGov reveló que el 66% de los británicos dieron su espalda a la boda. Se estima, en cualquier caso, que el enlace ha dado un impulso de más de 1.100 millones de euros a la economía local.

Rachel Meghan Markle y Henry Charles Albert David quisieron romper de entrada el protocolo y pidieron al arzobispo de Canterbury, Justin Welby, que les llamara por sus nombres de pila, Meghan y Harry. El reverendo Curry fue aún más allá y les llamó directamente «brother and sister» («hermano y hermana»). Harry quiso ceder un protagonismo especial a la hermana de su madre, Jane Fellowes, que leyó la obligada Canción de Salomón. La tradición dejó paso a la modernidad, con la actuación estelar del joven violoncelista Sheku Kanneh-Mason, lanzado al estrellato por el novio, melómano.

A primera hora de la tarde, con 10 minutos de retraso sobre el plan original, los Duques de Sussex pasearon su recién estrenado título por las calles de Windsor, subidos a una carroza Ascot Landau prestada para la ocasión para la reina. Isabel II agasajó a los invitados con un almuerzo en Windsor, rubricado con una tarta de limón y flor de saúco y concebida por la pastelera vegana Claire Ptak «para chuparse los dedos y no dejársela en el plato».

El príncipe Carlos celebró después una segunda fiesta, reservada para 200 invitados, en la cercana Frogmore House, donde la pareja pasará la noche de bodas.

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Charles Spencer, hermano de Lady Di, y esposa. David y Victoria Beckham, a su llegada. De azul, Chelsy Davy, ex pareja del novio. Pippa Middleton y James Matthews El reverendo Michael Curry.
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La reina Isabel II y su marido, el Príncipe Felipe. El Príncipe Carlos y Camilla, duquesa de Cornualles. El Príncipe William junto a su familia. Doria Ragland, madre de la novia y único apoyo familiar.
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La televisiva norteamericana Oprah Winfrey. El cantante Elton John junto a su marido. El público asistente recordaba a Lady Di. Amal y George Clooney, conjuntados. Cressida Bonas, ex pareja del Príncipe Harry.


EL MUNDO. DOMINGO 20 DE MAYO DE 2018

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Invitado

Meghan Markle, duquesa de Sussex

Mensajepor Invitado » Dom 20 May, 2018 3:07 am

MUCHO HOLLYWOOD Y POCO ‘ROYAL’

CONXA RODRÍGUEZ




EL CONTINGENTE DE INVITADOS de Hollywood superó con creces a la realeza en la boda de Harry y Meghan. Además de los principales miembros de la monarquía británica – primos segundos y terceros fueron excluidos – , el único invitado extranjero real ha sido el príncipe Seeiso y su esposa, la princesa Mabereng, de Lesoto, en su condición de amigos del novio. Por parte de Hollywood, en cambio, los representantes hicieron legión. Desde una veintena de protagonistas de Suits , la serie de televisión en la que trabajaba la nueva duquesa de Sussex hasta el actor George Clooney y su esposa, la abogada Amal, británica de origen libanés.

Las actrices Priyanka Chopra, que ha ido de Bollywood a Hollywood, y Abigail Spencer llegaron juntas como si surgiesen de un plató. El cantante Elton John y su marido, residentes en Los Angeles, acudieron también a la hora citada así como la ex novia de Harry, la actriz Cressida Bonas, que va camino de Hollywood, Carey Mulligan, protagonista de la película Sufragistas , el actor Idras Elba o la presentadora de la televisión estadounidense Oprah Winfrey.

La hora de la llegada y la ubicación de los 600 invitados en la iglesia de San Jorge constituyó una afinada coreografía que amortiguó las tensiones que palpitan tanto en la familia real como en cualquier otra. Sin nombrar a los Markle. El conde Spencer, hermano de la princesa Diana, y su tercera esposa, Karen, entraron a las 9.45 horas (más de dos horas de espera, en el rango de menos importantes) al templo y se sentaron lejos de los otros tíos carnales del novio. Desde que el noveno conde Spencer criticó públicamente a los Windsor en el funeral de Diana, el príncipe Carlos lo quiere lejos. Detrás del hermano de Diana se sentó Sarah Ferguson, duquesa de York, en otra ubicación escenificada y lejana al príncipe Andrés y a las princesas Beatriz y Eugenia. Esta última estaba acompañada de su novio, Jack Bankbrooks, con quien se casará el próximo día 12 de octubre en la misma iglesia en otra boda real.

Charles Spencer y Sarah Ferguson ni se rozaron en la capilla de San Jorge con el príncipe Carlos evitando así hacer florecer la tensión familiar en público. Sarah, que no fue invitada a la boda de Guillermo y Kate, ha sido invitada a la ceremonia religiosa y a la recepción de la tarde ofrecida por la reina Isabel II, sin embargo, ha sido excluida de la fiesta de la noche dada por el príncipe Carlos. Las medias tintas le han sentado como una patada, pero ha preferido asistir a la iglesia y a la recepción en lugar de irse de vacaciones como hizo en 2011. Otra de las incorporadas a medias fue Victoria Lockwood, primera esposa del conde Spencer, a quien arroparon los cuatro hijos que tuvo con el hermano de Diana. Victoria ha salido del oscuro túnel de las adicciones y de matrimonios fallidos.

Dos de los invitados ubicados para contrastar fueron Sir Nicholas Soames, nieto de Winston Churchill y diputado tory, quien utiliza gramática y fonética pulcras en su hablar, sentado junto a David Beckham, conocido como innit por las contracciones linguisticas que hace en su incorrecto uso de la lengua inglesa.


EL MUNDO. DOMINGO 20 DE MAYO DE 2018




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