Mensajepor Invitada » Dom 08 Oct, 2017 6:28 pm
Federico Jiménez Losantos
Hacia la reconstrucción de España: ha muerto un Estado, renace un Reino
Desde el domingo pasado han pasado tantas cosas y tan graves en la política española que es preciso recordarlas con cierto orden para aquilatar sus consecuencias. Todo ha cambiado: incluso aquel "gobierno de gallinas presidido por un avestruz" al que me referí en mi último artículo ha mutado dentro de su condición gallinácea: en la noche del domingo 1 de Octubre, el avestruz se exhibió ante la opinión pública como un auténtico pavo real. Repasemos la agenda de la semana más tremenda de la España moderna.
Domingo 1 de octubre
Rajoy se felicita por el fracaso de un referéndum, que según aseguró días antes en la Casa Blanca, no podría celebrarse porque no había censo, urnas ni papeletas. Montoro añadió que, además, no había presupuesto. El viernes anterior, el Ministerio del Interior había confiado a los Mozos de Escuadra el cumplimiento de la orden judicial para impedir el referéndum.
Como había anunciado Albert Rivera, único líder nacional que pidió la aplicación inmediata del artículo 155, los mozos de Trapero se pasaron al bando separatista, abandonaron a la Policía y la Guardia Civil ante hordas de matones golpistas que destrozaron tres vehículos y robaron sus armas. Previamente, la Policía fue humillada por el Gobierno, que la metió en un barco pintado con el monigote del Piolín y la alojó en lugares insalubres, la utilizó unas horas ante la deserción de los mozos, la retiró después y la dejó convertirse en símbolo de una supuesta represión brutal en la que habría apaleado ancianos y abusado sexualmente de mujeres, según dijo sin prueba alguna la alcaldesa de Barcelona.
La Vanguardia denunció –y Guardiola lo repitió con enorme eco internacional- que había roto uno a uno los dedos de una joven votante. En realidad, era una concejal de ERC y no tenía ningún dedo roto, pero ni La Vanguardia rectificó ni el Gobierno hizo siquiera un vídeo demostrando la manipulación de la mayoría de las imágenes de las cargas. La derrota diplomática de España fue total, abrumadora y absurda, fruto sólo de la pavorosa incompetencia política e informativa del Gobierno de Rajoy.
Los golpistas se exhibieron como víctimas de una eterna dictadura. El número de heridos por la brutalidad policial se cifró en un millar, luego en 800 por los medios golpistas, que incluyeron la Sexta, La Cuatro y TVE. Al final, sólo hubo cuatro, dos hospitalizados; uno de ellos, un anciano que sufrió un infarto y fue auxiliado por la policía. El Gobierno no respondió a la campaña de embustes de la Generalidad, Podemos y las televisiones del PP, ovacionadas por Putin y por la Izquierda y Extrema Derecha europeas. La sensación de derrota, injusticia, humillación e indefensión fue absoluta.
Lunes 2 de Octubre
El triunfo de los golpistas catalanes y la derrota del Gobierno que, como era de temer, no había preparado nada, y confió, como el 9-N de 2014, en quienes no debió hacerlo, las instituciones autonómicas, provocó una jornada de huelga general y violencia callejera en Cataluña. Nada hizo el Gobierno, sumergido en una pasmosa parálisis mientras se encrespaban los ánimos en todos los sectores sociales y las instituciones europeas, con la excepción de Francia, no se daban por enteradas de la gravedad para la UE del desafío separatista catalán, en buena parte por la abulia del Gobierno de Rajoy. Valls y Macron defendieron la soberanía española más que Rajoy.
Una noticia en el ámbito empresarial pasó casi inadvertida: Oryzon, empresa puntera de biotecnología, anunció que ante el terrible deterioro de la situación en Cataluña se trasladaba a Madrid. De inmediato subió en Bolsa.
Martes 3 de Octubre
El Rey dirige a las 21.00 horas un solemne mensaje televisivo a la nación -de formato idéntico al de su padre el 23-F de 1981- en el que denuncia la deslealtad inadmisible de las autoridades catalanas, la urgencia de que las autoridades legítimas hagan frente con todas las armas de la Ley a este desafío contra la democracia y asegura a todos los españoles, en especial a los que viven en Cataluña, que no están solos, y que la Corona se compromete a defender la unidad de España y el régimen constitucional. La reacción en los medios y en la mayoría de la opinión pública es de sorpresa y entusiasmo. Protestan airadamente Podemos y los separatistas.
La Huelga General, en realidad un lock-out de la Generalidad, había paralizado por completo Cataluña, sin intervención de CCOO y UGT. La CUP se adueña de la calle. Hubo asaltos a supermercados, como Caprabo. Los CDR –copiados de Cuba- empezaron a señalar a los vecinos opuestos a la Independencia. Cundió el pánico empresarial y Oryzon se convirtió en el modelo a seguir. Pero el mensaje del rey, con una contundencia y claridad absolutamente inesperadas, cambió por completo el horizonte político e institucional. Una generación descubre de pronto la utilidad de la Corona. Varias generaciones condenan la traición de la Iglesia Católica a España.
Miércoles 4 de Octubre
Se multiplica el efecto popular del mensaje del Rey. Actos de apoyo a la Policía y de afirmación nacional española. Alfonso Guerra, en una resonante entrevista en Onda Cero aplaude al Rey, censura a su partido por no apoyar a la policía, pide -como ya había hecho Felipe González- la aplicación inmediata del Artículo 155 y la intervención de las instituciones golpistas catalanas y ataca a los que viven mentalmente en la Dictadura. El sector susanista del PSOE se une a Ciudadanos contra el Golpe y rechaza la reprobación de la Vicepresidenta presentada por Margarita Robles sin más datos que las imágenes manipuladas de la Generalidad contra la policía.
En resumen: España tiene un Rey y poco más
El avestruz Mariano Ensumomento se ha convertido en pavo real. Por desgracia, su desidia es la ideología común de casi todos los partidos, con el PSOE a la cabeza, que prefieren dejar que la situación se pudra para "cargarse de razón"… electoral. La entrevista del diario sorayocebrianita dibuja el mapa que predijimos hace dos semanas: un 2 de mayo en el que la Nación, abandonada por sus élites, debe defenderse por sí misma. La gran diferencia es que en vez del Rey Felón Fernando VII España tiene al rey Leal, Felipe VI. Por eso cabe decir que en la semana política más terrible y vertiginosa de nuestra historia moderna ha muerto un Estado, el de las Autonomías, pero ha nacido, o más bien renacido, un Reino, el de España.
Libertad Digital
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