Casa real de Belgica

Las últimas noticias de la Realeza. Monarquía vs. República
¿Cuánto reinarán Felipe VI y Letizia?


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Mensajepor Invitado » Mar 05 Ago, 2014 2:08 am

Centenario del inicio de la I Guerra Mundial
Lieja (Bélgica), 04.08.2014



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Mensajepor Invitado » Vie 29 Ago, 2014 4:34 am

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Felipe de Bélgica y su padre resuelven su disputa por las facturas del 'rey jubilado'

■ La Casa Real devolvió facturas del rey Alberto al considerarlos gastos privados

■ Alberto de Bélgica ha manifestado su descontento por su mermada asignación

■ En junio, padre e hijo resolvieron qué facturas pagará la casa real y cuáles el rey jubilado



El rey Felipe de Bélgica ha resuelto la disputa que mantenía con su padre, al que sucedió en julio de 2013, por el pago de ciertas facturas que la Casa Real no quiso cubrir por considerar que incluían gastos personales del rey Alberto y la reina Paola, informa hoy el diario 'Le Soir'.

El descontento del rey Alberto con su nueva situación económica tras la abdicación ha aparecido en diversas ocasiones en los medios nacionales, que citan fuentes próximas al monarca al referir sus quejas por las dificultades que su nueva dotación reducida le plantea para seguir adelante con su agenda de compromisos.

La confusión sobre los gastos que debe cubrir la Casa Real y los que deben correr a cargo de los recursos personales del rey Alberto ha quedado resuelta en junio, señala 'Le Soir'.

Esta publicación asegura que varias de las facturas que remitió el Palacio del Belvédère, residencia oficial del rey Alberto y la reina Paola, a la Casa Real fueron devueltas.

El diario considera que tras la abdicación había que aclarar definitivamente el reparto de los gastos, después de que el rey Alberto II se beneficiara durante sus 20 años en el trono de una 'lista civil' de gastos que cubría todo, desde los ligados a su función de rey (de mantenimiento, de personal, desplazamiento, actividad, material de oficina) y también de los vinculados a su vida privada (vacaciones y ocio).


Gastos privados y gastos públicos

Hasta la reforma de junio de 2013 el rey no tenía que justificar en qué se gastaba el dinero público, pero ahora la Casa Real belga debe presentar cada año un informe al Tribunal de Cuentas.

Desde el 21 de julio del año pasado, Alberto II ya no dispone de una lista civil para los gastos, sino su hijo Felipe, pero sí recibe una dotación con la que pagar los gastos de su vida privada, mientras que los relacionados con su función pública los paga el actual rey, de acuerdo a 'Le Soir'.

El diario indica que el Palacio de Belvédère quería por ejemplo que se le reembolsaran los gastos de material para el funcionamiento de la corona adquirido durante el reinado de Alberto II y que es utilizado por el nuevo rey.

Su hijo Felipe se ha negado a pagar esta factura, aseguran las fuentes conocedoras de la disputa, que también afirman que siguen llegando todavía facturas desde Belvédère no ligadas a gastos oficiales relacionados con el ejercicio de la función de monarca.

El reparto de los gastos prevé que los relacionados con el coche oficial, muebles, material informático y de oficina y de personal ligados a la función real los debe pagar Felipe, en tanto que los automóviles privados del antiguo rey y de Paola, los empleados domésticos, del secretariado o las asistentas de Paola los cubre su padre, que también se hará cargo del mantenimiento del palacio.

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Mensajepor Invitado » Vie 05 Sep, 2014 4:11 pm

[imageleft]Imagen[/imageleft]La hija ilegítima del rey Alberto le lleva ante el juez

Delphine Boël exige al retirado monarca belga una prueba de ADN

La convulsión vuelve a la casa real belga. En un año marcado por las divergencias públicas entre sus miembros, la única monarquía europea con dos reyes, tres reinas y dos príncipes —uno de ellos proscrito—, se enfrentará a finales de este mes de septiembre a su caso más complejo: los tribunales tendrán que pronunciarse sobre la demanda de Delphine Boël, una artista de 46 años que reclama ser hija del rey Alberto II, quien ocupó la jefatura del Estado hasta julio de 2013. Si la justicia dictamina que debe someterse a la prueba de paternidad, el caso supondrá una nueva fisura en la institución, que vive su momento más complejo de las últimas décadas. Además, pese a gozar de inmunidad, afectaría directamente al rey Felipe —el reinante—, a quién Boël también ha llevado ante los tribunales para que se someta a la prueba.

La historia se remonta a 1999, cuando el periodista y escritor Mario Danneels publicó una biografía no autorizada sobre la dolce vita de Paola de Bélgica —esposa de Alberto II—, en la que se afirmaba que Boël era hija del monarca y de la baronesa Sybille de Selys-Longchamps. La historia volvió a adquirir relevancia pública en junio del año pasado, cuando Boël llevó el caso a los tribunales y solicitó que ambos monarcas y la princesa Astrid se sometiesen a una prueba de ADN que confirmara el parentesco, dada la práctica imposibilidad de que los reyes pudieran ser directamente citados por los tribunales. Este nuevo giro propició el retorno del escándalo a la prensa belga y francesa. Un mes después Alberto abdicaba el trono en favor de Felipe.

Alberto II nunca ha admitido oficialmente ser padre de Boël, pero en el discurso de Navidad de 1999, pocos meses después de que se destapara el caso, reconoció que su relación con la reina Paola atravesaba por un momento de dificultades. Pero pasados los años la situación ha cambiado, y hace apenas tres meses, en una entrevista en la cadena privada RTL, el rey Alberto habló durante dos horas de su vida sentado junto a su esposa, aunque prefirió guardar silencio sobre el asunto.

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Mensajepor Invitado » Dom 28 Sep, 2014 12:15 am

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ALBERTO II / DELPHINE BÖEL
Un proceso a puerta cerrada determinará si el ex rey belga es el padre de la hija de una antigua amante

EL LARGO JUICIO DE SU HIJA BASTARDA

EDUARDO SUÁREZ / Bruselas



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EL CASO DE DON JUAN CARLOS

Albert Solá e Ingrid Sartiau no han cesado en su empeño de ser reconocidos como hijos legítimos de Don Juan Carlos de Borbón, aunque podrían estár lejos de su objetivo. Su teoría se tambaleó cuando el genetista Jean Jacques Cassiman cambió de criterio y afirmó que ambos no compartían el mismo padre como había asegurado en un principio. Por lo tanto y según el último estudio del experto, al menos uno de los dos miente. Tanto el barcelonés como la belga no se vinieron abajo con el cambio de parecer del genetista y continuaron su batalla en los tribunales. Solá asegura que su madre biológica, perteneciente a una estirpe de banqueros, mantuvo una relación en Barcelona con el demandado cuando era Príncipe. Por ello, ya ha presentado dos demandas de paternidad. El Juzgado de Primera Instancia número 34 tumbó su primera reclamación en virtud de la inviolabilidad de la que disfrutaba el entonces jefe del Estado. Tras abdicar, decidió presentar una nueva demanda de paternidad ante la Audiencia Provincial al entender que el Rey ya no era inviolable. La demanda está pendiente de admisión a trámite por parte del Supremo y sigue el procedimiento ordinario. El mismo camino tomó Sartiau, que jura que su madre mantuvo relaciones sexuales con Don Juan Carlos en Marbella, y que presentó en junio su segunda reclamación de paternidad. Ésta también se encuentra en la misma situación que la presentada por Solá.



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Una niña rubia nació en un hospital de Bruselas el 22 de febrero de 1968. Su madre se llamaba Sybille de Selys Longchamps y era la hija de un conde valón que ejerció como diplomático belga en varias capitales europeas. El único indicio de la identidad del padre fue un ramo de 24 rosas rojas que un desconocido dejó en su habitación.

El bebé adoptó el apellido del primer esposo de Sybille, que la inscribió en el registro civil como Delphine Boël mientras mantenía en secreto su relación con Alberto, hermano del rey Balduino y por entonces primero en la línea de sucesión.

Sybille asegura que su hija pasó muchas tardes con Alberto, al que siempre se refirió con el apodo cariñoso de Papillon. Delphine se enteró de su vínculo familiar al cumplir 16 años pero al principio no buscó notoriedad. Su nombre sólo emergió en 1999 al calor de una biografía de la esposa italiana de su padre, que se había coronado como Alberto II al morir Balduino sin hijos en 1993.

Delphine intentó entonces retomar el contacto pero el monarca belga se negó. "¡Déjame en paz! No eres mi hija", le espetó Alberto II durante una llamada en la que la joven le pidió ayuda para su madre, asediada por los periodistas por los rumores sobre su relación.

Ofendida por ese silencio, Delphine concedió una entrevista televisiva en la que desveló que su madre le había dicho que era hija del rey. Sus palabras propiciaron un rifirrafe judicial que se extendió durante años y que se vio acelerado por la renuncia el año pasado del monarca, que desde entonces se ha quedado sin inmunidad.

El caso llegó esta semana a la duodécima sala de lo civil de los juzgados de Bruselas, cuyo juez abrió un proceso para determinar si Alberto II es el padre de Delphine. Su letrado Alain de Jonge decía este lunes que la motivación de su clienta no era el dinero sino el reconocimiento personal: "Si todos los miembros de la familia real fueran asesinados por un loco como en Nepal, mi cliente sería la reina. Pero su ambición no llega tan lejos. Quiere sobre todo acabar con el estigma de ser una posible hija ilegítima del rey".

Delphine estudió Bellas Artes en Londres y ha expuesto sus obras en varias galerías europeas. Este lunes llegó vestida de negro a la primera jornada del proceso, que se celebrará a puerta cerrada a petición de la familia real. La primera decisión del juez fue aceptar la prueba de ADN que certifica que el padre de Delphine no es Jacques Boël: el magnate que fue el primer esposo de su madre y cuyo apellido lleva todavía hoy.

[imageleft]Imagen[/imageleft]Boël anunció su intención de desheredar a Delphine al darse cuenta de que Sybille le había mentido sobre su paternidad. Ambos se divorciaron en 1978. Justo cuando Alberto estuvo a punto de divorciarse de su mujer. Balduino llegó a aprobar un plan según el cual Alberto renunciaría a sus derechos dinásticos y conservaría la custodia de sus tres hijos a cambio de irse a vivir con su amante y con Delphine.

Fue Sybille quien frenó la operación unos meses después de su divorcio. Según dice porque no quería que la presentaran como una villana en todos los medios de comunicación. Se mudó a Londres y se volvió a casar en 1982 con un barón británico. Su hija sólo se enteró de la identidad de su padre al cumplir 16 años en 1986. "Al menos no tengo la narizota y el carácter desabrido de Jacques Boël", dijo Delphine al escuchar la verdad de labios de su madre, que respalda a su hija en su intento de desenmascarar al rey.

¿Logrará su objetivo Delphine? Por ahora es difícil saberlo. Alberto puede negarse a hacer la prueba. Pero los expertos recuerdan que una negativa mermaría el crédito de sus argumentos y podría empujar al juez a tener en cuenta otros detalles a la hora de tomar una decisión. "No he encontrado ninguna decisión en la jurisprudencia que considerara legítima una negativa", decía esta semana Nathalie Uyttendaele, especialista en derecho familiar. "Si al juez le parece abusivo negarse y considera otras circunstancias, puede dar la razón a Delphine sin una prueba de paternidad".


EL MUNDO / LA OTRA CRÓNICA /SÁBADO 27 DE SEPTIEMBRE DE 2014

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Mensajepor Invitado » Sab 06 Dic, 2014 6:26 pm

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FABIOLA DE BÉLGICA
UN OCASO MARCADO POR LA POLÉMICA

Fue víctima de amenazas de muerte y era poco popular por su carácter conservador. Creó una fundación que permitía que su herencia no tributase, lo que causó un gran escándalo en Bélgica. Tuvo que dar marcha atrás. El escándalo se hizo público en 2012 y provocó que le bajaran la asignación. Ferviente católica, se negó a llevar pantalones durante gran parte de su vida

PABLO R. SUANZES


[imageleft]Imagen[/imageleft]Fabiola Fernanda María de las Victorias de Mora y Aragón, viuda del rey Balduino y reina consorte de Bélgica durante 33 años, murió ayer a los 86 años en el Palacio de Stuyvenberg, a las afueras de Bruselas, donde residía desde que en 1993 falleciera su marido.

LaReina Fabiola, nacida en Madrid en 1928, llevaba años en un delicadísimo estado de salud. Su deterioro físico era evidente en las contadas ocasiones en las que salía actos públicos. Pasó de caminar erguida y elegante, siempre sonriente, a usar bastón y finalmente, resignada, a tener que depender de una silla de ruedas.

En un escueto comunicado oficial enviado a última hora de la tarde, el Palacio Real informó del suceso. "Sus majestades los reyes y los miembros de la familia real anuncian con una gran tristeza el fallecimiento de Su Majestad la Reina Fabiola". La reina tenía problemas con sus riñones y desde el verano necesitaba asistencia respiratoria. En 1993 se había trasladado al palacio, conocido como 'El de las Viudas', por las damas que durante tanto tiempo le hicieron compañía. Y allí permaneció hasta el final de sus días.

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FABIOLA NO SE MERECÍA ESE REGALO

JAIME PEÑAFIEL

FUE UNA DE LAS PRIMERA BODAS REALES DE VERDAD.
Quien se casaba no era un príncipe heredero, sino un rey reinante, Balduino de los Belgas. Además, lo hacía con una española de Madrid, Fabiola de Mora y Aragón. Como Napoléon lo había hecho con la granadina Eugenia de Montijo. En España reinaba el general Franco, que utilizó la boda en su propio beneficio: el reconocimiento, eso se creyó él, de su régimen por un país tan democrático como Bélgica, refugio de republicanos españoles exiliados.

A tal boda, tal regalo. Aunque era del pueblo español fue doña Carmen, la ‘Generalísima’, quien se encargó de comprarlo. Como se trataba de una reina, decicidió que fuera... una corona. Pero no una corona cualquiera, sino con sus rubíes y sus esmeraldas, parecida a la de la reina de Inglaterra. Se desconoce dónde la adquirió. Unos dicen que en un anticuario; otros, que en su joyería habitual; otros, en un convento donde se hallaba depositada desde la guerra. La solemne entrega de este regalo a Fabiola se realizó a bombo y platillo en su palacete de la madrileña calle de Zurbano. Este columnista fue testigo.

También lo fue la noche en la que la estrenó, en el baile de gala en el Palacio Real de Laeken, la víspera de la boda. Si la Cenicienta perdió su zapato a las doce de la noche, a esa hora Fabiola también perdió su corona, porque alguien presente en aquella cena descubrió que el regalo del pueblo español era falso. Ni de oro ni de plata. Las piedras preciosas eran cristales de colores. Ni Fabiola se mereció esto ni tampoco el pueblo español. De aquella corona falsa... jamás se supo.

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"Bélgica ha perdido esta noche una gran reina que irradió la imagen de nuestro país en todo el mundo. Vamos a recordar una gran dama que será parte de la historia de nuestro país ", se lamentó el primer ministro, Charles Michel. Mensajes similares a los que se podían ver en la prensa. "Fabiola, la pasión", se despedía de ella el diario Le Soir. "La reina Fabiola, madre de todos los belgas", decía La Libre Belgique.


TRES DÉCADAS DE REINADO

Fabiola fue reina de los belgas durante tres décadas, y durante dos más, reina a secas. Un personaje muy apreciado como consorte, pero cuestionado en su ocaso. Una figura respetada entre los mayores, y totalmente desconocida entre los jóvenes. Una mujer, una monarca, que ayer fue recordado con cariño por la clase política y los medios. Pero que fue también, muy a su pesar, un personaje polémico por aquello que más podría disgustar a alguien de su procedencia: el dinero.

El 1 de octubre de 2012, el Boletín Oficial belga publicó la constitución de la Fundación Fons Pereos, el vehículo escogido por Fabiola para canalizar su herencia, el mecanismo por el que traspasar a sus sobrinos sin tener que pagar a hacienda el 70% estipulado por el Impuesto de Sucesiones en el caso de fallecimiento sin descendencia directa.

Según cálculos de la prensa belga, la reina había recibido desde 1993 casi 27 millones de euros de las arcas públicas para su manutención, más de un millón al año. Además de la herencia directa percibida tras la muerte de Balduino. Y todo ese dinero no tendría que tributar gracias a la figura de la fundación. Una decisión legal, pero que supuso un escándalo, uno muy largo en el país, y generó un debate público en el que participaron miembros de todos los partidos políticos, condenando una decisión desafortunada.

Es algo que acompañó a la reina hasta el final. Se abrió un largo proceso, legal y público. Ella aseguró que daría marcha atrás, y tuvo que hacerlo, pero la sombra siempre permaneció, y más cuando el país tenía que afrontar austeridad y las calles se llenaban de manifestaciones y huelgas. En realidad, era exactamente lo mismo que había hecho Balduino en 1992, cuando días antes de someterse a una delicada operación estableció la Fundación Rey Balduino Astrida, algo que, a su vez, causó conmoción cuando se hizo público a principios del siglo.

Y no fue el único problema. El Parlamento redujo sensiblemente la aportación de los Presupuestos nacionales a su figura. Y poco después investigó la residencia que tenía en Motril, y que presuntamente había sido cedida a otra fundación, creada en 1999, pero cuyo usufructo, descubrió una comisión, seguía beneficiando a la española.

Fabiola, que jamás concedió una entrevista, insistía en que la fundación no era una forma de evitar al fisco, sino de preservar su legado. Y se remitía a sus estatutos, que establecían cuatro objetivos: filantropía, mantener viva la memoria de la pareja, ayudar al mantenimiento de la fundación de Balduino y, por ultimo, apoyar a diferentes instituciones religiosas a las que la reina, muy piadosa, siempre permaneció cercana. "Lamento que la creación de mi fundación Pereos haya generado malentendidos y reacciones tan negativas. Estoy profundamente afectada", dijo entonces.

Durante mucho tiempo Fabiola fue el ejemplo de lo que una tradición antigua y anticuada pedía de una reina. Silenciosa, cercana, devota de su marido, en vida y en la muerte. Su distancia se tradujo en pocos testimonios, apenas un puñado de biografías, una de las últimas publicada por el español Fermín Urbiola.

El reinado de Fabiola será recordado como el de las dualidades. Llegó a Bruselas completamente por sorpresa, tras un romance secreto, discreto, sereno y muy dubitativo. El anuncio de su enlace convulsionó a un país moderno, pero conservador en sus tradiciones. Un país democrático, pero conmocionado por la independencia del Congo. Un país en el que la palabra España despertaba rencores históricos y suspicacias políticas.

Pero Fabiola, reina de una era ya pasada, sin medios de comunicación de masas, donde las monarquías eran sagradas, los conquistó como al reino Balduino. Venía de una familia noble, rica. Era elegante discreta, formada. Hablaba con soltura inglés, francés y alemán, tras haber estudiado en Suiza. Tocaba la guitarra y el piano y apreciaba el arte, pintar, escribir, leer.

No protagonizó escándalos y su aversión a la publicidad no deseada fue extrema. Y sin embargo, su boda, el 15 de diciembre de 1960, fue el primer enlace real que pudo verse en directo por televisión en Europa, en todo el continente, una de las ventanas de oportunidad que el régimen franquista no dejó de aprovechar, pero que ensució la carta de presentación ante los belgas. Un estigma que nunca llegó a abandonarla del todo.

Fabiola era, fue, extremadamente religiosa. De misa diaria y devoción. En 2012, enferma, se perdió por primera vez en más de 50 años el Te Deum tradicional celebrado por el Día del Rey. Muchos en Bélgica creen todavía que la polémica decisión de Balduino de no querer firmar la Ley del Aborto en 1990, lo que llevó a apartarle momentáneamente del trono para poder ser aprobada, fue responsabilidad de ella. Una católica ferviente que no pudo tener hijos y sufrió, como ella misma recordaba con dolor en unas declaraciones en 2008, hasta cinco interrupciones no deseadas.

Las nuevas generaciones nunca llegaron a entender a Fabiola. Las encuestas de opinión la situaban una y otra vez entre las menos populares de la familia real. Por su bajo perfil público y su conservadurismo, que llevó a que se negara a usar pantalones durante gran parte de su vida.

Tampoco entendió nunca las numerosas amenazas de muerte que recibió, pero que llevó con entereza. En 2009 estuvo ingresada y grave por una neumonía. Y en la primavera de 2010 llegaron a la prensa local de Bruselas amenazas directas, de disparos con una ballesta. "Te quedan 21 días de vida", rezaba alguna. Y aunque las medidas de seguridad se multiplicaron, Fabiola acudió al desfile nacional y, desafiante, se puso, como en Guillermo Tell, una manzana sobre la cabeza.

En 2006, cuando se celebró una misa en Bruselas en memoria de Loyola de Palacio, Fabiola llegó sin avisar y ocupó un discreto asiento al final de la iglesia, hasta ser descubierta por la familia y ser obligada a ocupar el lugar que por estatus le correspondía. Fue, para muchos, la anécdota que mejor resumen la larga trayectoria de la madre de todos los belgas. De la reina española de Flandes.



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Mensajepor Invitado » Sab 06 Dic, 2014 7:41 pm

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De izq. a dcha: José Mª Ruiz de Bucesta y María Luz de Mora y Aragón; Gonzalo de Mora y Aragón y Mercedes Narváez Coello; la reina Fabiola; Jaime de Silva y Agrela y Ana María de Mora y Aragón, y Alfonso Escrivá de Romaní y María de las Nieves de Mora y Aragón.


FABIOLA DE BÉLGICA
LOS 37 SOBRINOS ESPAÑOLES

De sus seis hermanos, la reina ha sido la última en fallecer. En su familia son pocos los que no tienen un título nobiliario. Repasamos el álbum de su vida.

COTE VILLAR


Fabiola de Mora y Aragón nació en el Palacio de Zurbano, la elegante mansión madrileña de los marqueses de Casa Riera. Gonzalo de Mora y Blanca de Aragón y Carrillo de Albornoz tuvieron seis hijos, a los que criaron en las tradiciones y la fe católica. De los seis, que aparecen en las fotos de la época sonrientes en blanco y negro, sólo quedaba con vida la reina de los belgas y hoy son los 37 sobrinos los que mantienen vivo el espíritu de este linaje.

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La reina, durante sus vacaciones de verano en Zarautz, en 1968[/left]
Los Mora, los Silva, los Ruiz de Bucesta y los Escrivá de Romaní forman una familia tan extensa como discreta, donde son pocos los miembros que no ostentan un título nobiliario. Los herederos directos de Fabiola son 37 sobrinos y cerca de un centenar de sobrinos nietos que nunca han buscado la publicidad. Abogados, empresarios, especialistas en el negocio de la importación y la exportación, restauradores, sacerdotes y monjas, de todo hay entre los miembros de este linaje, que reúne una apabullante cantidad de ducados, marquesados y condados, y cuya posición en general es bastante desahogada.

Además de mantener con su parentela una relación de afecto y cariño, Fabiola de Mora también compartía con algunos de ellos pequeños porcentajes de territorio en España, fruto de las sucesivas herencias. Son cuatro parcelas en Guetaria, dos despachos en Madrid, una parcela en Pamplona y parte de una casa y un terreno en Aiguamurcia (Tarragona). En vida de Balduino, la reina Fabiola y él pasaron muchos años de veraneo en su finca Villa Astrida, en la playa de Motril, donde precisamente encontró la muerte el rey en 1993.

Los marqueses de Casa Torres o de Casa Riera, los duques de Bournonville, los condes de Palamós, de Sástago o los de la Rosa de Abarca no pertenecen a la nobleza más pública. Tan sólo cuando se hizo público el escándalo de la Fundación Fons Pereos los medios hurgaron en los parientes españoles de Fabiola, que ella defendió en un comunicado: "Mi familia en España jamás se benefició durante la vida de mi marido de mi posición de esposa del rey de Bélgica", les defendió ella entonces. En realidad, no lo necesitaban.

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En el palacio real belga, el príncipe Alberto y la reina Fabiola, en 1967[col]Imagen[col]Imagen

Fabiola y su sobrino, el actual rey Felipe de Bélgica[/table]

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La reina Fabiola junto a Grace Kelly, en un acto en el Palacio Real de Laeken, en 1968


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Los reyes Balduino y Fabiola, con el entonces Príncipe de Asturias, en una visita oficial de los años 80


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Fabiola con su cuñada Paola, esposa de Alberto de Bélgica, sucesora en el trono


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Los reyes Balduino y Fabiola, en 1976

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Mensajepor Invitado » Sab 06 Dic, 2014 7:47 pm

MISIÓN CUMPLIDA

FERMÍN J. URBIOLA



ESTAS DOS PALABRAS, QUE ENGRANDECIERON el acto de abdicación de don Juan de Borbón en su hijo Juan Carlos I, definen muy bien la trayectoria vital de la reina Fabiola de Bélgica: ha hecho realidad la voluntad de su esposo Balduino, hasta el final de sus días, incluido su deseo de ver en el trono de los belgas a su sobrino Felipe, a quien educaron desde niño para ser su sucesor. Ciertamente, el empeño se vio truncado por la prematura muerte de Balduino (Motril, 1993), aunque la reciente renuncia de Alberto II al trono ha hecho realidad el proyecto de Estado que diseñaron Balduino y Fabiola hace más de 40 años.

Fabiola Fernanda María de las Victorias Antonia Adelaida de Mora y Aragón (Madrid, 11 de junio de 1928) no hizo, sin embargo, un balance tan complaciente de su vida. Ella misma ha recordado que, pese a que quiso dar un hijo a su matrimonio “aunque en ello me fuese la vida”, no pudo cumplir esa promesa. “Te he fallado”, llegó a comentar a su esposo a principios de los años 70, cuando ambos supieron que definitivamente no tendrían hijos.En 2008, durante una cena de gala celebrada en el Palacio de Leaken con motivo de la visita de Laszlo Sólyom —en aquel momento presidente de Hungría—, la reina Fabiola de Bélgica desveló que había sufrido cinco abortos: “Perdí cinco niños, pero he aprendido a vivir con ello. No me ha convertido en una persona resentida. Por el contrario, se aprende de esa experiencia. Tuve problemas con cada embarazo, pero al fin seguía pensando que la vida es hermosa”.

En este sentido, los años 1967 y 1968 son claves para el matrimonio real belga. Fabiola había sufrido su primer aborto en la primavera de 1961. En julio de 1966, la Casa Real anunció que la reina esperaba un hijo, pero tres días más tarde se supo que su segundo embarazo también había resultado frustrado.

Debido a su avanzada edad, ya que Fabiola cumpliría los 40 años en 1968, el matrimonio decidió poner todos los medios científicos a su alcance. Y así, en 1967 decidieron suspender todos los viajes oficiales, con el fin de evitar cualquier riesgo, por mínimo que fuese. Sin embargo, ese mismo año volvió a experimentar el dolor de su tercer aborto.

A lo largo del año 1967, Fabiola visitó al afamado doctor Carl-Alex Gemzel de Estocolmo. E incluso mantuvo una consulta con la doctora rumana Anna Aslan, que ha pasado a la historia como la “inventora” de la fórmula de la eterna juventud. Y el 25 de febrero de 1968 se sometió a una operación quirúrgica, en Bruselas, que supondría el último intento para mantener la esperanza de la fertilidad. No fue así. Posteriormente sufriría dos trágicas experiencias más.

Éste fue, probablemente, el itinerario más doloroso de la vida de Fabiola, la española reina de los belgas. El capítulo más amargo de su matrimonio. Doloroso, sí. Amargo, seguro. Ocurre, en todo caso, que ambos adjetivos son perfectamente compatibles con un estado de ánimo alegre, sereno, feliz…

Sirva como ejemplo el mensaje que transmitió públicamente el 14 de diciembre de 1990, con motivo del trigésimo aniversario de su matrimonio: “Os diré simplemente que fueron años de felicidad, debidos por una parte a la amabilidad de mi marido, a sus atenciones, a un constante olvido de sí mismo que no faltó jamás. Ese olvido de sí a favor del otro es, de verdad, la clave de un matrimonio feliz. Pues amor y alegría es todo uno, lo cual no excluye el sufrimiento. El compartir las mismas pruebas consolida el amor”.

Así lo advirtió la periodista Margit Ejellman, autora de la biografía de la reina Astrid —madre de Balduino—, durante su encuentro con Fabiola en el Palacio de Leaken: “La inteligencia en los ojos marrones es asombrosa. La fuerza de su personalidad. Es pequeña y bastante delgada, pero tiene una aureola de fuerza; esto es algo que no esperaba», escribió posteriormente Ejellman, que finalizó su reportaje con lo que ella denominó el «adagio de la reina Fabiola», que parafraseando a Gandhi había declarado: “Toda felicidad viene del amor”.

Fermín J. Urbiola es autor de ‘Nacida para reina. Una española en la corte de los belgas’ (Espasa).

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Mensajepor Invitado » Sab 06 Dic, 2014 8:52 pm

Adiós a Fabiola, la reina española de los belgas

La reina Fabiola de Bélgica ha fallecido este viernes a los 86 años de edad, ha anunciado el Palacio Real belga. El estado de salud de la viuda del rey Balduino había empeorado en los últimos meses y permanecía desde el pasado verano con respiración asistida.

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    Fabiola fue en la quinta soberana de un Trono fundado en 1830 y la única reina de origen español en toda la historia de la realeza belga. (En la foto, Fabiola y Balduino de Bélgica, el día de su boda, en diciembre de 1960)


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    Fabiola Fernanda María de las Victorias de Mora y Aragón, nació en Madrid el 11 de junio de 1928. Su madrina fue la reina Victoria Eugenia de Battenberg. Era la penúltima de los siete hijos de Gonzalo de Mora y Fernández del Olmo, decimotercer Conde de Mora y cuarto Marqués de Casa Riera, y Blanca de Aragón y Carrillo de Albornoz, descendiente por línea directa del rey Sancho III


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    Estudió en Lausana (Suiza) y en el Liceo alemán de la capital de España. Obtuvo un diploma como enfermera de la Cruz Roja y ejerció esta profesión en el Hospital Militar Gómez Ulla de Madrid. En septiembre de 1960, la Casa Real belga anunció su compromiso con el rey Balduino. [En la foto, el día del anuncio]


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    Se casaron sólo tres meses después. [Balduino y Fabiola de Mora y Aragón, en el Palacio Real de Bruselas tras su boda]


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    Fiel al estilo clásico a la hora de vestir, Balenciaga, amigo de la familia Mora y Aragón, firmó su vestido de boda


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    Los recién casados, pasando bajo el arco de espadas formado desde el altar hasta la salida de la iglesia gótica de San Miguel y Godula


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    Posado de boda de los reyes de Bélgica en 1960


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    La vida de Fabiola, la reina consorte de los belgas durante más de treinta años por su matrimonio con Balduino I, estuvo marcada por su gran fe católica


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    La pareja siempre estuvo muy vinculada a España, donde pasaron su viaje de novios y donde veraneaban. Realizaron también diversas actividades relacionadas con el país donde nació Fabiola. [En la imagen, en los años 80 con Felipe de Borbón]


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    Balduino y Fabiola de Bélgica, junto a los reyes Juan Carlos y Sofía y los grandes duques de Luxemburgo


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    Los monarcas belgas no tuvieron hijos. En tres ocasiones vieron frustrados sus deseos de tener descendencia: 1961, 1963 y 1966. Como consecuencia del último embarazo, Fabiola tuvo que someterse a una delicada operación que le fue practicada en la clínica Saint Jean de Bruselas


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    Mujer de costumbres, llevó el mismo peinado a lo largo de casi 60 años sin que nadie consiguiera convencerla de un cambio


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    El 31 de julio de 1993 el rey Balduino I falleció sin descendencia durante unas vacaciones, en su residencia Villa Astrida de Motril (Granada) y una semana después, su hermano, Alberto II asumió la Jefatura del Estado. Aunque Fabiola dejó de ser Reina de los belgas, conservó el título de reina Fabiola. En la retina de muchos belgas quedó la imagen de Fabiola vestida de blanco y con un semblante sereno el día en que se celebraban los funerales por el rey


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    A la muerte de Balduino, Fabiola dejó el palacio de Laeken a los nuevos reyes de Bélgica, sus cuñados Alberto II y Paola. [En la foto, Fabiola, Alberto y PAola en 1984]


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    La reina Fabiola y el rey Balduino en una visita al Taj Majal


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    Los reyes de Bélgica en una visita a África


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    Tras la muerte de Balduino, la reina Fabiola pasó a ocupar un segundo plano dentro de la familia real belga, pero no dejó de asistir a numerosos actos sociales, religiosos y musicales. [En la foto, junto a los actuales reyes en 2007, en una cena de gala]


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    Urdangarin y la Infanta Cristina posan con los reyes belgas durante una cena en París en 2001


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    Fabiola de Bélgica, en la boda de Felipe y Letizia, en mayo de 2004


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    Según su biógrafa, Fabiola tenía buena relación con la familia real española: \"Fabiola recordaba entre risas haber enseñado a jugar al tenis al hoy rey Felipe durante alguno de sus veraneos en la Costa del Sol\". En la foto, Fabiola, con la infanta Pilar de Borbón, en 2003


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    Los últimos años los pasó sola, acompañada de varias damas de compañía, en el palacio de Stuyvenberg, e involucrada con algunos de los proyectos de ayuda a la infancia y la cultura como la fundación Rey Balduino o el concurso de música clásica reina Elisabeth de Bélgica


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    Sus últimos años estuvieron empañados por su polémica fundación Fons Pereos, que fue vista como una estrategia para que la viuda de Balduino I -anterior rey de Bélgica y hermano del actual, Alberto II- dejase sus bienes a sus familiares sin pagar el 70 % de gravamen que impone la Hacienda belga a las herencias cuando no existen herederos directos. Finalmente, se vio obligada a disolverla


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    La reina Fabiola, la reina Matilde, el rey Felipe de Bélgica, el rey Alberto II y la reina Paola celebrado el Día Nacional de Bélgica el año pasado


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    Además, vio reducida su dotación en más de la mitad (de más de un millón de euros anuales a menos de 500.000), según un acuerdo alcanzado por los ocho partidos que negociaban una reforma del Estado

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Mensajepor Invitado » Sab 06 Dic, 2014 9:18 pm

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Fabiola de Bélgica: El legado más polémico de la 'buena reina'

■ Bélgica acogió con los brazos abiertos a la mujer que cambió la imagen del 'rey triste'

■ Se desmarcó de sus predecesoras afirmando su presencia en las obras sociales

■ Sus últimos años estuvieron empañados por su polémica fundación Fons Pereos

■ La fundación fue vista como una estrategia para que sus herederos no pagasen impuestos

■ El escándalo llevó al gobierno belga a controlar las dotaciones reales



Cuando en 1960 se casó con el rey Balduino (rey de los belgas desde la abdicación de su padre Leopoldo III en 1951), Fabiola de Mora y Aragón pidió a su hermana María Luz que rezase por ella para ser "una buena reina". Sin embargo, muchos recordarán a Fabiola de Bélgica -fallecida este viernes a los 86 años- por la polémica que protagonizó en los últimos años de su vida.

Tras un discretísimo romance, el rey Balduino y Fabiola sorprendían a media Europa anunciando su compromiso en septiembre de 1960. Se casaron sólo tres meses depués y Bélgica acogió con los brazos abiertos a su nueva reina y dicen los cronistas reales que Fabiola contribuyó a cambiar la imagen del "rey triste", al tiempo que influía a su marido con su profundo catolicismo (Balduino le pidió la mano en Lourdes). Siempre planeó la sombra de Fabiola sobre la negativa del rey a sancionar la ley del aborto en 1990.


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Fabiola y Balduino de Bélgica, en 1976

La reina de las obras sociales

El gran "sufrimiento" del matrimonio, en palabras de Balduino, fue la falta de hijos (Fabiola sufrió varios abortos espontáneos) y muchos preveían que, tras la muerte del rey Balduino, la reina Fabiola regresase a su España natal. Balduino, de hecho, había fallecido en su casa de Motril, 'Villa Astrida'.

Aunque la viuda Fabiola pasó a un segundo plano en la agenda real, siguió participando en actos de cariz social que la habían caracterizado como reina de los belgas. "Ella se desmarcó de las reinas que la habían precedido afirmando su presencia en el terreno social", declara al diario belga Le Soir el historiador Christian Cannuyer.

"Atenta a los desheredados o desfavorecidos, llevó a cabo una acción filantrópica y se la nombra, con un punto de ironía, 'primera asistente social de Bélgica' o 'la reina de corazones", escribe el escritor Patrick Rogiers.


La polémica fundación

Sin embargo, el legado de la reina querida por los belgas se ha visto empañado por el escándalo que protagonizó en sus últimos años y que dañó su imagen y una monarquía ya de por sí debilitada.

Fue a comienzos de 2013 cuando la prensa belga desvelaba que la reina Fabiola había creado una "fundación privada" destinada a ayudar a sus sobrinos y sobrinas y a las obras culturales y sociales que promoviesen sus convicciones católicas.

Muchos vieron aquella fundación, Fons Pereos, como una estrategia para que la viuda de Balduino dejase sus bienes a sus familiares evitando pagar el 70 % de gravamen que impone la Hacienda belga a las herencias cuando no existen herederos directos.

La reina se defendió asegurando que no tenía intención de usar el dinero público para ayudar a sus familiares ni evitar el pago de impuestos. Sin embargo, Fabiola, "profundamente afectada" por las críticas, se vio obligada a disolverla.

Asimismo, el gobierno -en medio de la polémica que rodeaba a la familia real- decidió atar en corto las dotaciones reales y redujo la de Fabiola a la mitad.

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Mensajepor Invitado » Sab 06 Dic, 2014 9:30 pm

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La reina Fabiola deja toda su herencia a una fundación para ayudar a personas indigentes

Su última voluntad fue testar en favor de una organización filantrópica belga


La reina Fabiola decidió dejar en herencia sus bienes privados a la Fundación OEuvres de la Reine, una organización filantrópica dedicada a prestar ayuda económica y asistencia de emergencia a personas sin recursos en riesgo de exclusión social. Así lo ha adelantado el periódico belga 'Le Soir'. Este medio asegura que la ex soberana dejó expresada esta voluntad en su testamento, redactado hace años. Fuentes del Palacio Real belga han confirmado este extremo, aunque no han querido dar más detalles, por considerarlo un asunto privado. En las próximas semanas, los albaceas de Fabiola de Mora y Aragón, viuda del rey Balduino I, realizarán un inventario sobre todas las propiedades y bienes privados de la noble de origen español.

La Fundación OEuvres de la Reine fue creada en ocasión de la boda de Balduino y Fabiola en 1960. Desde entonces, siempre ha sido gestionada por el gabinete de la reina consorte, en la actualidad, Matilde, esposa del rey Felipe.

Fabiola de los belgas no tuvo hijos. De hecho, sufrió cinco abortos y durante los primeros años de su matrimonio vivió con angustia el hecho de no poder engendrar un heredero al Trono. Tiene decenas de sobrinos, sus herederos más directos, que al parecer no recibirían como legado más que algunos objetos de significación afectiva, pero sin valor económico.

Aunque todavía habrá que esperar bastante tiempo para que se conozca el testamento de Fabiola, esta noticia ha sido muy bien recibida en Bélgica, donde causó una gran conmoción hace años la noticia de la intención de la reina viuda de constituir una fundación a la que destinar su herencia privada no sometida a la altísima fiscalidad del país. Tras las críticas de la clase política y de los ciudadanos se echó atrás.

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Mensajepor Invitado » Sab 06 Dic, 2014 9:36 pm

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[imageleft]Imagen[/imageleft]Cuando el día 3 de agosto de 1993 la reina Fabiola apareció en el balcón central del palacio real de Laeken dando la alternativa a sus cuñados Paola y Alberto como nuevos soberanos de los belgas tras la muerte del rey Balduino, comenzaba la cuenta atrás para el desahucio. Aquel día, precisamente aquel, en el que entre la emoción de la multitud la reina española de Bélgica se asomaba, por última vez, en el balcón de la casa que había sido su hogar durante 38 años, qué lejos estaba de pensar que, cinco años más tarde, la dulce Paola y el ambicioso Alberto iban a expulsarla del paraíso.

¿Se trataba de una venganza con carácter retroactivo? ¿De una guerra entre cuñadas? ¿O de una maniobra para apartar al heredero y protegido de Fabiola y Balduino, el príncipe Felipe, de su camino hacia el trono en favor de su hermana la princesa Astrid, candidata de sus padres?

Analicemos uno por uno estos tres polémicos y presuntos motivos del espectáculo en una de las monarquías más tristes de la vieja Europa. Aunque, a lo mejor, todo es mucho más simple y se reduce al conocido dicho español de "el casado, casa quiere".

No sé por qué, aunque sí creo saberlo, recuerdo hoy a otra ilustre viuda a la que también hubo que invitar a abandonar lo que ya no era suyo. Me estoy refiriendo a doña Carmen Polo, la viuda del General Franco que cometió el error tremendo de no dejar el Palacio del Pardo cuando su esposo fallecía el 20 de noviembre de 1975.


A la vuelta de un viaje al extranjero, Fabiola se encontró con toda su ropa embalada

Como Fabiola cuando muere, tan repentinamente, Balduino el día 31 de julio de 1993. Y ambas piensan que continúan siendo, la una, reina de los belgas, la otra, primera dama española, cuando la soberana de Bélgica es Paola y en España doña Sofía.

Tanto Doña Carmen como Fabiola debieron de tomar la palabra cuando el Rey Juan Carlos y el rey Alberto les sugirieron, con la exquisita cortesía que el doloroso momento requería: "Quédese todo el tiempo que necesite, que ésta es su casa".

Doña Carmen se lo tomó tan al pie de la letra que, durante tres meses (Fabiola, cinco años), todo continuó en El Pardo como si el general siguiera rigiendo los destinos de España: el guión del caudillo se izaba y se arriaba todos los días, una compañía del regimiento de la Guardia del Generalísimo seguía rindiendo honores a la señora y los jefes de las casas civil y militar de su Excelencia, así como los ayudantes de servicio continuaban en sus puestos.

Mientras, doña Sofía, la reina de España, en La Zarzuela, sin hacer el menor ruido u ostentación. Andando casi de puntillas para no molestar a la gran familia franquista. Hasta que alguien decidió que había que acabar con aquella situación tan surrealista. Elocuentemente expresiva fue la portada de ¡Hola! en la que aparecía una patética imagen de doña Carmen, enjugándose las lágrimas con un pañuelo en el momento de abandonar, para siempre y bajo honores militares, el palacio en el que había vivido durante 36 años para irse a vivir a un piso en la planta baja de un edificio de la madrileña calle de Hermanos Bécquer.

La historia se repite con Fabiola, aunque con otros ingredientes, más sombríos, porque están llenos de intrigas palaciegas y conspiraciones.

Al igual que la señora de Meirás, la ex soberana de los belgas llevaba viviendo 38 años, desde diciembre de 1960, en el palacio real de Laeken, residencia del jefe del estado belga, que es el rey. Pero el 31 de julio de 1993 y en la localidad granadina de Motril, frente al mar Mediterráneo que tanto amaba, fallece, repentinamente, el rey Balduino. Y el mundo entero supo, sobrecogido de emoción, que aquellos 33 años de matrimonio habían constituido la más hermosa prueba de amor jamás vivida por nadie, pero habían terminado. Desde ese día, la reina Fabiola de los belgas se convierte en la reina viuda, figura no contemplada en los protocolos reales, como lo es la reina madre. Pero sigue viviendo en Laeken, compartiendo vida y honores con Alberto y Paola, quienes, contra los deseos de Balduino y Fabiola y los pronósticos del pueblo e incluso del gobierno belga, se convierten en reyes. Y aunque el hoy rey de los belgas ocupaba el primer lugar en la lista de sucesión al trono, sabía que el heredero in pectore de Balduino no era él, sino su propio hijo, el príncipe Felipe, al que los reyes habían estado preparando.


Carmen Polo también continuó viviendo en El Pardo como si el Generalísimo no hubiese muerto

Así fue desde que, a causa de los escándalos, sobre todo de Paola, pero también de Alberto, en la década de los sesenta y setenta decidieron, Fabiola y Balduino, tan religiosos y de tan estricta moral ellos, apartarle de la sucesión. Motivos, había. Los escándalos de Paola (su entrada en el Vaticano fue prohibida por la guardia suiza en 1968 cuando quiso acceder a él, vistiendo una escandalosa minifalda y un reducido corpiño; y sus presuntas aventuras sentimentales con Adamo y el fotógrafo de Paris Match Albert Adrien de Munt, casado él y sorprendidos juntos y entrelazados cuando en bañador paseaban por las playas de Porto Rotondo en Cerdeña). Y otros escándalos que hoy dejarían pequeños los de Lady Di.

Los amoríos del príncipe Alberto con la modelo Melice Menzies y la condesa Sybile Boel también fueron de nota. Ante tan criticables comportamientos, Fabiola y Balduino tuvieron que intervenir "castigando" a la pareja a vivir en el castillo de Belvedere, cada uno en un ala del edificio. Pero obligándoles a comparecer juntos en los actos oficiales. Eso no se olvida nunca.

A ello añadimos el apoyo de la reina viuda Fabiola a su sobrino Felipe frente a su hermana la princesa Astrid, candidata de los actuales reyes. ¿Por qué prefieren a la hija en detrimento del hijo varón?, se preguntará el lector. Posiblemente tienen sus razones. La revista francesa Point de Vue, especializada en temas reales y conocedora de los secretos de las monarquías del mundo entero, ha publicado que, en la corte belga, se sabe que el príncipe Felipe, el todavía heredero de la corona belga, sucesor directo de su padre ya que ocupa el primer lugar en la lista de sucesión al trono, no reúne las mínimas condiciones para ser, un día, rey de los belgas, independientemente de que desee serlo. El joven, ya no tanto pues acaba de cumplir 38 años el pasado 15 de abril, es lo más parecido a su tío y mentor el rey Balduino antes de que éste conociera a Fabiola. Es débil, taciturno, introvertido y solitario. Además, dicen en la corte que no ha logrado superar la muerte del soberano y la actitud de su padre, quien, cuando ocurre la terrible tragedia, se apresura a manifestar, en el propio Motril adonde había llegado a recoger el cadáver de su hermano, que el nuevo rey no es su hijo Felipe, como todo el mundo esperaba, sino él. Aun en contra de la voluntad, numerosas veces manifestada, del propio soberano.

Por otro lado, se piensa que Felipe no está dispuesto a sacrificar su amor por una joven, hija de un ferroviario, lo que le aparta de sus derechos dinásticos. Como además, en 1991, el Parlamento belga abolió la Ley Sálica, la princesa Astrid ocupa el segundo lugar, en el orden de sucesión, tras su hermano. Es una princesa muy querida por los belgas, tanto como lo fue su abuela, la reina del mismo nombre, trágicamente muerta en accidente de coche cuando conducía su esposo, el rey Leopoldo. Astrid está felizmente casada con el archiduque austriaco Lorenzo de Habsburgo y tiene cuatro hijos, lo que asegura la continuidad de la dinastía. Por éste y otros motivos cuenta con numerosos e influyentes partidarios que están conspirando contra el heredero y en favor de Astrid y, por supuesto, contra la permanencia de la reina viuda Fabiola en el palacio real de Laeken. Por todo lo anteriormente expuesto entenderemos que, al regreso de un viaje privado al extranjero, Fabiola se encontrara con la desagradable sorpresa de ver toda su ropa embalada y sus habitaciones sin muebles porque van a ser reformadas. Y por si algo faltaba, la orden de traslado, fecha fija, al llamado "palacio de las viudas", el de Styvenberg, donde también vivió, hasta su muerte en 1965, la reina Isabel, viuda del rey Alberto I, abuelo de Balduino y Alberto. Se mire por donde se mire, se trata de un ataque frontal a la reina viuda.

¿Tendremos que repetir lo que se decía a los emigrantes españoles en la Europa de la década de los sesenta? Tendremos que gritarle desde aquí: "Fabiola, vente pa España..."

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ala madri

Mensajepor ala madri » Dom 07 Dic, 2014 1:33 am

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Mensajepor Invitado » Mié 10 Dic, 2014 11:18 pm

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Siete días para despedir a la reina Fabiola de Bélgica

■ El funeral no se celebrará hasta el viernes, una semana después de su muerte

■ Han confirmado asistencia la emperatriz Michiko, la princesa Beatriz de Holanda...

■ Aún esperan la respuesta de Don Juan Carlos y Doña Sofía

■ La capilla ardiente se celebrará el miércoles y el jueves en el palacio real

■ Los restos mortales fueron trasladados la noche del martes allí desde el Palacio de Laeken


PABLO R. SUANZES



El próximo viernes, a las 10.00 de la mañana, Bélgica despedirá con honores a la reina Fabiola. Exactamente una semana después de su fallecimiento, a los 86 años, las puertas de la Catedral de San Miguel y Santa Gúdula se abrirán para dar el último adiós a la que durante 33 años fue soberana de los belgas y durante dos décadas más, reina viuda. Una figura histórica que ha acompañado la memoria de tres generaciones en un país en el que la corona es prácticamente el último nexo que mantiene unidos a francófonos, flamencos y valones.

La ceremonia será retransmitida por la televisión nacional, e incluso la televisión neerlandesa emitirá un programa especial de más de tres horas de duración que será difundido en las zonas flamencas y en Holanda. Han confirmado ya su asistencia la emperatriz Michiko, de Japón; la princesa Beatriz de Holanda. Los reyes de Noruega, los reyes de Suecia, la reina de Dinamarca y la princesa Sirindhorn de Thailandia. Se espera la confirmación de Don Juan Carlos y de Doña Sofía, así como de algún miembro distinguido de la Casa Real de Marruecos.

La familia real belga despedirá a la española en una ceremonia religiosa privada. Pero el pueblo tendrá ocasión de hacerlo personalmente el miércoles por la tarde y a lo largo de todo el jueves en la capilla del Palacio Real, el que fue su palacio, el que fue su hogar desde su histórica boda en 1961 hasta el fallecimiento de su amado Balduino en 1993.

Los restos mortales de la española fueron trasladados el lunes por la mañana desde el Castillo de Stuyvenberg, a donde Fabiola se trasladó en 1993, hasta la capilla del Palacio de Laeken, acompañados en todo momento por los reyes, Felipe y Matilde, así como por los anteriores reyes, Alberto y Paola y los príncipes.

Y en la noche del martes fueron llevados desde Laeken hasta el Palacio Real de Bruselas, para que los ciudadanos, que desde el sábado han depositado cientos de coronas de flores en memoria de su reina, puedan dar su último adiós. El Gobierno decretó el sábado siete días de duelo nacional, y los diferentes Parlamentos regionales han respetado minutos de silencio. Desde el viernes por la noche, las banderas ondean a media asta en todos los edificios oficiales. Los monarcas han cancelado su agenda de toda la semana para poder velar el cuerpo.


Duelo nacional y banderas a media asta

Al ser duelo nacional y un funeral de Estado, el Gobierno ha asumido, de forma coordinada con la Casa Real, la organización de los preparativos. La ceremonia estará inspirada en el sepelio de la reina Elisabeth pero "adaptado a la época moderna, a las tecnologías y los cambios sociales", ha explicado el gabinete del primer ministro, Charles Michel.

Al ser un funeral nacional, algo cuestionado por parte de la sociedad civil en los últimos días, cinco elementos excepcionales estarán presentes: la bandera belga, el rey, el primer ministro, una homenaje militar y el himno nacional, según el diario 'Le Soir'.

Después de la ceremonia en la Catedral de San Miguel y Santa Gúdula, el cuerpo embalsamado de la reina Fabiola será conducido a la iglesia de Nuestra Señora de Laeken, donde se celebrará un servicio religioso íntimo. Sus restos descansarán para siempre allí mismo, en la Cripta Real, junto a su familia.

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capilla ardiente

Mensajepor capilla ardiente » Mié 10 Dic, 2014 11:24 pm

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Assia
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Mensajepor Assia » Jue 11 Dic, 2014 6:26 am

Pues no se, creo haber leido que la ex-reina consorte Fabiola dejo dicho que no se expusiera su ataud abierto al publico. Alguien sabe algo de esto.?

Me temo que al ex-rey de Espana Juan Carlos I no les gusta ni asistir a funerales ni a bodas fuera de la familia. Como siempre,tendremos que esperar para saber si Juan Carlos I asistira al funeral o ira la Sofi solita.?




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