LA EXPLOTACION SEXUAL INFANTIL

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Mensajepor Invitado » Mié 05 Mar, 2014 8:46 pm

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Diálogo y generar confianza en los niños, claves para prevenir y detectar abusos sexuales


"Si le hubiera pasado a mi hija, estoy segura de que me lo habría contado". Ese es uno de los comentarios que podían escucharse a muchos padres y madres después de que, hace poco más de dos semanas, saliera a la luz el caso de los supuestos abusos sexuales a varias menores en el colegio madrileño de Valdeluzpor parte de un profesor. Al menos tres de ellas han admitido ante el juez que no comunicaron los hechos a ningún adulto, ni de su familia, ni del centro escolar. Cuando algo así sucede, lejos de criminalizar al menor, habría que preguntarse cuál es el porqué. Los abusos sexuales a menores "son una realidad tan extendida como silenciada", explica Margarita García Marqués, psicóloga especializada en la materia y presidenta de la Asociación para la Sanación y Prevención del Abuso Sexual Infantil (Aspasi). Una de cada 4 niñas y uno de cada 7 niños lo sufre antes de cumplir los 17 años, según esta asociación, datos que vienen avalados por un informe del Consejo de Europa y por el único estudio realizado en España a nivel nacional, realizado en 1994 por orden del entonces ministerio de Asuntos Sociales. Sucede en todos los niveles sociales y en el 85% de los casos lo cometen familiares y allegados, gente de confianza. Esto último es la principal razón por la que, además, estos abusos se silencian en un 86% de los casos.


    Recomendamos que al menos una vez a la semana tengan un espacio en privado para hablar con cada uno de sus hijos
Ante este panorama, muchos padres se preguntan qué hacer para prevenirlo, cómo detectarlo y, en caso de que suceda, cómo actuar. Aquí hay algunas pautas:

-No bajar la guardia. "La negación del problema y la creencia de que es algo que le puede suceder a otros niños, pero nunca a los nuestros, conduce a bajar la guardia y descuidar uno de los pilares de la lucha contra el abuso sexual: la prevención familiar", explica García Marqués. "No hay que pensar que tu hijo puede estar exento; si no piensas que pueda existir, nunca serás capaz de verlo", añade Pilar Polo, responsable de sensibilización de la Fundación Vicki Bernadet, especializada en el asesoramiento y la prevención de este tipo de abusos.

-Mantener una buena comunicación y buscar momentos de diálogo. Ambas expertas coinciden en que la forma más eficaz de prevenir el maltrato sexual a los niños es mantener una buena comunicación con ellos. "Mucha gente cree que tiene una buena comunicación con sus hijos", pero no es así, afirma la presidenta de Aspasi. "Recomendamos que al menos una vez a la semana tengan un espacio en privado para hablar con cada uno de sus hijos, de lo que les preocupa, de lo que es importante para ellos. Hay que invitar a los niños a hablar y a confiar en los padres". Pilar Polo añade: "Es bueno propiciar un momento de papá o un momento de mamá; ya sea en un paseo, en el coche... Hay que buscar espacios para ello".

-Empezar en torno a los tres años. ¿Cuando empezar? Tanto García Marqués como Polo lo tienen claro: en torno a los tres años, cuando tengan adquirido el lenguaje y control de los esfínteres. Esto último es muy importante porque, como explica Margarita, es difícil decirle a un niño que cualquiera no puede tocarle en sus partes íntimas si luego hay que quitarle el pañal y limpiarlo. "Hay que usar un lenguaje adecuado a su edad, explicarles que hay partes públicas de su cuerpo, como los brazos, y partes íntimas. "Su cuerpo es suyo, les pertenece. Los padres tienen que dar herramientas a sus hijos para reconocer los abusos y saber decir no a tiempo. Es importante que aprendan a reconocer lo que les gusta y lo que les molesta. Por ejemplo, te pones a peinarle y le das un tirón, y le instas a que si le duele o no le gusta, que lo diga".


    Lo más fácil es empezar por evitar la manía de que los niños den un beso a todo el mundo
-Enseñarles a expresar lo que les gusta y lo que no. "Lo más fácil es empezar por evitar la manía de que los niños den un beso a todo el mundo", explica Pilar Polo. "El primer no y el más importante es el no de piel. Hay que enseñarles a decirlo y nosotros tenemos que aprender a aceptarlo. Tener educación es saludar, despedirte, dar las gracias y pedir las cosas por favor, pero no pasa por el contacto físico". Otro aspecto esencial para Polo en este sentido es "aceptar el pudor o no pudor del niño". "A veces les obligamos a hacer pipí en un árbol, o a quitarse el bañador en la playa, o le cambiamos la ropa delante de terceros, y hay niños a los que les da vergüenza. Si tú no les enseñas que su no es importante, nunca podrá decirlo. No basta enseñárselo con palabras, sino con hechos. Los niños no pueden ni saben pedir respeto, hay que proporcionárselo".

-Trabajar con toda la familia. Polo aclara que es clave trabajar con los abuelos, tíos y demás miembros de la familia que tengan contacto con los niños. Muchas veces no entienden que estos no quieran darles un beso y que a los padres les parezca bien. "Está bien que los niños digan que no, pero son sus padres quienes tienen que protegerlos y ponerles voz a veces, aunque te cueste una discusión con el pariente". Además, "cuanto más gente haya pendiente, menos vulnerables serán".

-Evitar los secretos. En la lucha contra el abuso sexual infantil es clave que los niños entiendan que todo lo que les pase, absolutamente todo, lo pueden contar y nadie les puede obligar a guardar silencio. "Los abusadores son grandes manipuladores, y recurrir al secreto es su gran baza", explica Pilar. Suele ser gente allegada, en quien el niño confía y a quien incluso quiere, por lo que suele recurrir a aquello de "te quiero mucho, eres muy especial para mí, no me traiciones, es nuestro secreto, si lo dices me harán daño...". Tanto ella como Margarita coinciden en que los niños tienen que saber que dentro de la familia no hay secretos, e instan a distinguir entre cuando callamos algo para dar una sorpresa a papá o mamá, y el resto. Hay que evitar situaciones del tipo "hemos roto esto, calla no se lo digamos a mamá". "Sea lo que sea, se puede contar", agrega Margarita.

-Utilizar un lenguaje adecuado a su nivel. Si se trabaja bien desde la base, desde los años en que empieza a haber lenguaje, luego será más fácil abordar la sexualidad cuando tengan 7 o 8 años", explica Pilar. "A partir de esa edad ya se puede empezar a hablar de ciertas cosas, pero siempre a su nivel. No se trata de hacer un tratado fisiológico, cada familia tendrá que encontrar su propio vocabulario, pero se les puede decir que hay personas que hacen cosas que inapropiadas y que nadie puede acceder a su cuerpo ni obligarles a hacer lo que no quieren". Margarita recomienda no hablarles de gente mala, "sino enferma". La razón es que, como decíamos, muchos de los abusadores son gente querida por el niño y tacharlos de malvados puede crearles resistencia a hablar.

-Observar mucho y estar pendiente de cambios de conducta. Los abusos sexuales a menores no son fáciles de detectar. El 40% de los niños son asintomáticos, sobre todo sin son muy pequeños, según Aspasi, y esto es porque suele tratarse de tocamientos que no dejan rastro y los niños lo integran en su vida cotidiana. Los síntomas pueden variar en función del niño, pero los más habituales suelen ser tristeza, cambios repentinos de conducta, agresividad, aislamiento, comportamientos excesivamente sexualizados, vocabulario inadecuado para su edad, pesadillas, terrores nocturnos, fobias, ansiedad.


    Las secuelas del abuso pueden ser como un cáncer que va comiendo por dentro al niño
-No ignorarlos ni poner el grito en el cielo. "Muchas veces los niños no cuentan cosas porque temen que los padres se sientan mal, por ello hay que mostrarles en todo momento que podemos con cualquir cosa que nos cuenten", cuenta Margarita. "Por mucha alarma que nos cree, hay que mostrarse neutral, sin ignorarlos pero sin poner el grito en el cielo. Los niños mandan globos sonda, van dando pequeños indicios, pero si les hacemos ver que nos desborda la situación o les ignoramos, dejarán de contarnos".

-Escuchar y hacer preguntas abiertas. "Hay que hablar sin imponer, es importante escuchar y no condicionarles ni poner en boca del niño palabras que no ha dicho haciendo preguntas directas. Lo mejor son las preguntas abiertas, algo como últimamente te veo triste, ¿estás preocupado por algo?, ¿quieres que hablemos de ello?", añade la presidenta de Aspasi. "Hay que observar y abrir mucho los ojos".

-No minimizar el problema y darles confianza. "Hay que pensar que, cuando un niño hace algo, casi siempre hay una razón detrás. Si ves algo que no te cuadra, pregunta, y cuando te cuente, actúa, porque no hay nada más frustrante que expresarte y que no te hagan caso. Hay que explicarles que vas a solucionar su problema, sea el que sea, que vean que das la cara por ellos. Si ven eso confiarán en ti. No hay que minimizar lo que nos cuenten", indica Pilar. Ambas expertas alertan, no obstante, de que no todo cambio de conducta implica un abuso. "Simplemente es un indicativo de que algo pasa y hay que averiguar qué es. Si nos vemos desbordados, pues vamos a un especialista que nos ayude. A veces es que han visto algo inadecuado en la tele o en Internet, no siempre es que alguien les haya hecho algo", explica Margarita. O puede ser que le suceda cualquier otra cosa, como una situación de acoso escolar, o que se haya peleado con sus amigos, o que no esté a gusto con su nuevo equipo de natación, aclara Pilar.

-Si se detecta, actuar cuanto antes para reducir las secuelas. En cualquier caso, si se sospecha que ha habido abusos y el niño lo confirma, hay que trabajar cuanto antes para reducir las secuelas. "Cuanto antes se detecte y comience a curar un abuso mucho mejor, porque así las secuelas para el niño podrán reducirse al mínimo. Si no, las secuelas del abuso pueden ser como un cáncer que va comiendo por dentro al niño", afirma Margarita.

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Mensajepor Invitado » Sab 22 Mar, 2014 4:20 am

Un profesor de religión de Ourense evita la cárcel por admitir que abusó de ocho menores


El profesor de religión acusado de abusos sexuales a ocho menores en varios colegios de la comarca ourensana de Valdeorras alcanzó un acuerdo con el fiscal para evitar la celebración del juicio previsto para este miércoles y la prisión, pues ambas partes aceptaron su inhabilitación durante 32 años para dar clases a menores, dos años de prisión por uno de los delitos [aunque no llegará a ingresar en la cárcel por no tener antecedentes] y multa económica por el resto, frente a los 17 años de cárcel que pedía el fiscal en su escrito de acusación.

El abogado de la defensa del profesor, Alfonso Pazos, explicó a la hora en que estaba previsto el juicio, que, momentos antes, se había conseguido el acuerdo, que calificó de "malo pero preferible", aunque supondrá la "imposibilidad casi segura de que vuelva a trabajar en la enseñanza pública", añadió.

"Sería injusto que se le condenara tras un juicio, pero comprendemos que el fiscal tiene que proteger a los menores, y en este caso, además, la fiscalía es la única acusadora pues ningún padre se personó como acusador, ni tampoco la Consejería de Educación", ha manifestado.

Además, Pazos aseguró que la acusación surgió de la "interpretación de los padres" y se debió "al contexto y al ambiente en el que un profesor mostró ternura" y ahora "tiene que vivir de la caridad de su familia y amigos porque fue suspendido cautelarmente desde la llegada de las quejas a la Consejería de Educación". El acusado, según su defensor, está "muy dolido" porque su acusación surgió de la "interpretación subjetiva" y, según indicó Pazos "sólo cuenta con la tranquilidad de saberse inocente". Asimismo, expresó la satisfacción de haber conseguido que no quede cerrado, al profesor acusado, de 48 años de edad, el camino de la docencia, "sino sólo limitado".

A la hora prevista para el inicio del juicio, al Juzgado de lo Penal Número 2 de Ourense comenzaron a llegar padres, escolares, profesores que expresaron su apoyo al acusado; el inspector de la Xunta de Galicia que investigó las quejas recibidas en la Consellería de Educación; trabajadores del servicio de Menores de la Xunta, todos ellos convocados en calidad de testigos, pues ni Administración autonómica, ni padres, ni centro escolar ejercieron acusación alguna.

Todos se repartieron entre la sala de espera del Juzgado de lo Penal número 2 y la sala de la Audiencia Provincial, adonde derivó la primera sesión prevista del juicio, que finalmente no se ha celebrado al alcanzarse un acuerdo.

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Mensajepor Invitado » Sab 22 Mar, 2014 4:34 am




"El abuso sexual infantil es uno de los últimos tabúes de Occidente"

La fotoperiodista Lorena Ros retrata en el libro 'Unspoken' a adultos que sufrieron vejaciones cuando eran menores


Un 25% de las mujeres y un 13% de los hombres sufrieron abuso sexual en las sociedades occidentales antes de los 17 años, según datos del Estudio de las Experiencias Adversas en la Niñez (ACE). La fotoperiodista Lorena Ros (Barcelona, 1975) pone rostro a algunas de las personas hoy adultas que han sufrido estas vejaciones en su primer libro ‘Unspoken’ (Editorial Blume). Ros, que vive a caballo entre Barcelona, Nueva York y Bombay, ha fotografiado a hombres y mujeres de España, Estados Unidos y México. Completa los retratos con las imágenes de los “lugares donde se ha cometido el abuso en algunos casos y en otros la memoria que tiene la persona de ello”, explica Ros, que trabaja para medios como ‘Newsweek’ y ‘The Sunday Times Magazine’ y ha colaborado para ‘La Vanguardia’, entre otros. Un reportaje sobre la inmigración ilegal en España le valió un World Press Photo en 2001 y también obtuvo una mención de honor del prestigioso premio de fotoperiodismo sobre un proyecto de tráfico de mujeres nigerianas a Europa. Ahora su cámara y su mirada se han centrado en los supervivientes de aquellos niños y niñas que sufrieron abusos sexuales.

- Empezó estudiando humanidades y literatura, pero al final acabó siendo fotógrafa. ¿Cómo llegó a este mundo?
- La literatura me interesaba mucho por contar historias, pero nunca podía escribir porque era demasiada inquieta. Por otro lado, siempre me ha gustado viajar y la danza. Encontré en la fotografía el medio de expresión idóneo. Concurrían esas tres vertientes: contar historias visuales, viajar y el movimiento de estar con la cámara.

-¿Cómo empezó con la fotografía?
-Antes de estudiar fotografía en Londres estuve cinco años trabajando en un restaurante y buscándome la vida. Estaba muy perdida y cayó una cámara en mis manos. Me cautivó. Primero hice un curso de revelado en blanco y negro, luego un intensivo y más tarde el postgrado en Londres. Allí aprendí muchos conocimientos y herramientas para dedicarme profesionalmente.

- ¿Aquí no encontraba oportunidades?
- Me pasó desde el principio. También me he sentido más reconocida fuera de España que dentro.

- Uno de estos reconocimientos ha sido el World Press Photo. Usted ha retratado desde bandas latinas hasta el tráfico de mujeres nigerianas a Europa. Ahora publica un libro sobre los abusos sexuales en la infancia. ¿Por qué ha decidido abordar esta temática?
- Una noche iba por las Ramblas y me encontré a una de las mujeres nigerianas que fotografié. Incluso su fotografía estuvo expuesta en el edificio de las Naciones Unidas en Nueva York con el World Press Photo. Después de haber hecho tantas fotografías, ganado premios…esa mujer continuaba en las Ramblas. Nada había cambiado en su vida.

- ¿Qué pensó cuando volvió a ver aquella mujer?
- Creía que el trabajo de fotoperiodista era para cambiar el mundo de alguna manera y considero que hay que denunciar las cosas que pasan en el mundo. Me chocó que hay una realidad muy cercana que nadie está documentando y era hora de empezar. Así surgió la idea del libro.

- ¿Cómo empezó a documentar este trabajo?
- Me puse en contacto con la Fundación Vicki Bernadet, que realiza un trabajo muy amplio e importante de sensibilización y concienciación sobre los abusos sexuales. A través de ellos estuve con un grupo de personas que había sufrido abusos sexuales en la infancia. Les expliqué mi idea y las razones. A partir de ahí empezamos a trabajar.

- ¿Cómo ha ido la experiencia?
- Ha sido un proceso lento de ocho años de trabajo. Las personas fotografiadas han estado de acuerdo en cada momento.

- ¿Qué es lo que le ha dado más importancia a la hora de hacer las fotografías?
- Ha sido una tarea difícil y complicada. No quería representarlos ni como héroes ni como víctimas, sino de una forma neutral aunque con algo roto en su interior obviamente, pero que han logrado recomponerse. Espero haber conseguido este equilibrio.

- ¿Qué le han dicho las personas que aparecen en el libro?
- El halago más grande que me han hecho en la vida ha sido de una de las personas retratadas. Me dijo: “Has fotografiado mi interior”.

- ¿Les costó mucho explicar su caso?
- Querían hablar sorprendentemente. Por ejemplo, muchas veces no lo hacen porque los medios de comunicación no les dan el interés suficiente o siempre es a un nivel muy sensacionalista. Es interesante dar otro punto de vista, poner cara a estas personas y no estigmatizarlas porque es parte del problema.

- Usted ha realizado este trabajo fotográfico en diversos países, ¿el abuso sexual infantil sigue siendo un tema tabú?
- Totalmente. Es uno de los últimos tabúes de las sociedades occidentales. Las personas no hablan si les ha ocurrido. Es un tema muy perturbador.

- En concreto, el libro recoge casos de personas de España, Estados Unidos y México. ¿Los abusos sexuales no entienden de fronteras?
- Para nada. Podría haber continuado este proyecto en muchos otros países. Los patrones se repiten en sociedades que son muy distintas e incluso las tácticas de los abusadores son muy similares. Es bastante espeluznante.

- La verdad que sí...
- Son personas siempre de mucha confianza con el niño, sino no se dejaría tampoco. No suele ser el extraño que da caramelos en la puerta del colegio sino que lo espeluznante es que es gente muy cercana, miembros de la comunidad respetados, como pueden ser profesores o eclesiásticos.

- Las fotografías del libro, que está disponible en librerías, van acompañadas de un texto en el que se explica la historia de la persona retratada y en algunos casos son los propios familiares que piden que no hablen de ello para que no se rompan familias. ¿Es algo que suele suceder?
- Hay poca denuncia y mucho encubrimiento. Por otro lado, está el tema legislativo. Cuando la persona ha sufrido los abusos en la infancia y está preparada para denunciar el caso a lo mejor ya ha prescrito. Es un tema muy complicado en el que hay poca conciencia social. Creo que la sociedad es cómplice, un niño no.

- ¿Qué se podría hacer para evitar esto?
- Es muy poco probable que un niño hable abiertamente porque el abusador se encarga de crear esa complicidad, ese secreto. La responsabilidad está en los adultos, en los padres, los profesores, los miembros de la comunidad, etcétera. Han de estar pendientes si hay algún síntoma y el abuso tendría que ser una de las posibilidades, pero que no se descarte automáticamente porque es muy duro el tema.

-¿Cómo las personas pueden pasar página de una situación así?
- Ser consciente de que esto ha ocurrido, tratarlo y buscar apoyo psicológico ya es el primer paso para poder llevar una vida normal El problema es que por la vergüenza o la culpabilidad que rodea todo este tema uno se lo guarda y de ahí vienen muchos otros problemas, como la anorexia, la drogadicción… La sociedad no está poniendo el dedo en el origen de muchas cosas.

- Por otro lado, usted ha vivido situaciones muy extremas y de riesgo en otros trabajos fotográficos retratando desde bandas latinas hasta el tráfico de mujeres nigerianas a Europa. ¿Cuál ha sido el momento que peor lo ha pasado?
- Hay muchos momentos. Cuando trabajé en el proyecto sobre el tráfico de mujeres nigerianas a Europa pasé mucho miedo en París.

- ¿Qué sucedió?
- Había un hotel lleno de nigerianas, pero el dueño no me dejaba entrar y me colé. Oí que subía por las escaleras y pasé miedo porque si él me hacía algo yo era quien había infringido la ley por estar dentro de la propiedad privada. Las mujeres nigerianas me escondieron en un lavabo. Ahora no tomaría esos riesgos.

- ¿Cómo ve el fotoperiodismo actualmente?
- Hay una crisis total en los medios de comunicación y el fotógrafo cada vez tiene menos opciones de acceder a esas situaciones. También está el tema de la digitalización aunque creo que no todo el mundo puede explicar una historia con una cámara. Lo que perdurará será la mirada de autor.

- ¿Hay algún tema que no pueda tratar la fotografía?
- Depende todo de la mirada. Todo se puede explicar con otros recursos o de una manera más conceptual.

- ¿Qué es más de digital o analógico?
- Los encargos para algunos medios de comunicación los hago en digital, pero en el libro es todo negativo de medio formato.

- ¿Ya tiene en mente nuevos proyectos?
- Acabo de ser madre y me estoy dedicando bastante a la maternidad. Antes de serlo empecé un proyecto sobre la industria del cine en la India que retomaré en algún momento.

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Obse
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Mensajepor Obse » Mar 25 Mar, 2014 11:12 pm

Irak pretende legalizar la pederastia y el ABC que se deje de eufemismos:


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Irak pretende legalizar el matrimonio con niñas

El proyecto del gobierno determina también el número de noches que un polígamo puede pasar con cada esposa


Once años después de la salida de las tropas norteamericanas de Irak, donde Estados Unidos se dejó 4.500 vidas con el objetivo de introducir la democracia, el gobierno de Bagdad ha presentado al Parlamento un proyecto de ley sobre la familia que pretende legalizar el matrimonio de los niños, siguiendo los preceptos más estrictos de la ley islámica, la Sharía.

Además de permitir que, en particular las niñas, puedan contraer matrimonio a cualquier edad (una cláusula autoriza que se puedan divorciar a los 9 años, para unirse a otro hombre), el polémico proyecto incluye otros artículos insólitos. Entre ellos, las condiciones en las que una mujer puede amamantar a su bebé, o el número de noches que un polígamo puede pasar con cada una de sus esposas.

Según los analistas, la concesión al integrismo islamista es una operación política del primer ministro Al Maliki, de confesión musulmana chií y considerado hasta hoy “moderado”, para atraerse el favor del partido chií radical Fadhila. Las elecciones legislativas previstas para el 30 de abril otorgan a Al Maliki, según los sondeos, una minoría en el Parlamento, por lo que su súbita conversión a la Sharía busca en realidad asegurarse el apoyo del partido fundamentalista.

Una eventual aprobación parlamentaria de esa legislación sobre la mujer y la familia aumentaría, no obstante, la violencia y la fragmentación religiosa del país, ya que la minoría suní defiende otra interpretación del Corán. La minoría cristiana de Irak, en su día una de las más importantes del mundo árabe, ya no cuenta; desde el comienzo de la invasión norteamericana y la posterior guerra civil, los cristianos iraquíes han sufrido una auténtica hecatombe, víctimas de los ataques terroristas y del exilio.

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Assia
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Mensajepor Assia » Mié 26 Mar, 2014 12:42 am

Pena,penita,pena que en el siglo XXI tengamos que ver o leer estas cosas.

QUE ''DEMOCRACIA'.?" Si la ''DEMOCRACIA'' de USA y sus aliados era: EL ORO NEGRO.

El dictador de Irak era 1 despota, pero bajo su bota las mujeres tenian mas libertad para estudiar 1 carrera universitaria.

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El Monstruo de los Andes Pedro Alonso Lopez

Mensajepor Invitado » Vie 25 Abr, 2014 11:23 pm

El séptimo hijo de doña Benilda

MARTÍN OLMOS

Puede que siga vivo el infame Pedro Alonso López,
que ostenta la marca mundial de asesinato de niñas



“En estos tiempos, el diablo está tan cansado que prefiere dejar las cosas en manos de los hombres, más eficaces que él”
LEONARDO SCIASCIA


[imageleft]Imagen[/imageleft]Mataron a Jorge Eliécer Gaitán en la Carrera Séptima de Bogotá y Colombia sucumbió a las balaceras. Mientras tanto, doña Benilda López, pvta de profesión, paría abundantemente y sin necesidad. Más que parir, doña Benilda López, pvta de profesión, demografiaba de vientre con soltura y vehementemente, sin practicantes y a las sentadillas y cagó trece meones a los que alimentó lo justo con el rendimiento del oficio. Doña Benilda López, pvta de profesión, recibía detrás de una jarapa y los chiquillos escuchaban los lances y se imaginaban que aquello era amor. Poco a poco se fueron desengañando. A Jorge Eliécer Gaitán, candidato del Partido Liberal, le mataron el 9 de abril de 1948 a la una de la tarde de tres tiros –dos en la espalda y uno en la nuca- a la salida de su oficina del Edificio Agustín Nieto, en la Carrera Séptima, cuando iba a coger la vía del Hotel Continental, en donde tenía reserva para almorzar. Le disparó Juan Roa Sierra, un tapujo medio raro que frecuentaba a los echadores de cartas y se creía la reencarnación de don Gonzalo Jiménez de Quesada, fundador de Bogotá. Roa Sierra consiguió un revólver Iver Johnson del calibre treinta y dos de los que les decían en Colombia “lechuceros” por el grabado de un búho que ostentaban en la parte superior de las cachas. Recién le mató, a Roa le trincó la turba y le arrastró por la calle atado con unas corbatas. En la Plaza de Bolívar le aplastaron la cara con un ladrillo, le pusieron en cueros, respetándole solo los calzoncillos y la corbata, y le mataron a palos. Dejaron su cadáver mutilado frente al Palacio Presidencial, al pie de un mástil en el que enarbolaron sus pantalones manchados de sangre. Seis meses después, doña Benilda López, pvta de profesión, contribuyó a infamar este mundo pariendo a Pedro Alonso López, que fue el séptimo de la camada, en la aldea de Santa Isabel, en el departamento de Tolima, en los Andes colombianos. El asesinato de Gaitán desembocó en el decenio que los colombianos llamaron La Violencia, para no buscarle una metáfora, en el que la guerra entre los partidarios de los liberales y los conservadores dejó medio millón de muertos y a la quinta parte de la población en la emigración. En el campesino, los comunistas se armaron para defenderse de las matanzas del presidente conservador Mariano Ospina, se agruparon en repúblicas independientes y ensayaron la crisálida de las FARC. Colombia dejó que sus hijos se matasen con desahogo. Doña Benilda López, como era pvta de profesión, aprovechaba las quimas de cualquier mata y no anotaba los linajes, pero recordó que el padre de Pedro Alonso López fue Megdardo Reyes, al que mataron a balazos los liberales cinco meses antes de que naciera su hijo.

Pedro Alonso López medró sin padre y con la madre repartida entre los hermanos de la recua y los comensales que venían al menú y cuando tenía ocho años se llevó a su hermana pequeña detrás de la jarapa y le tocó el juego de tazas. Irguió el pendejo y quiso estrenar pero le sorprendió doña Benilda López y le sacó a palos de la barraca y le echó al mundo a que se procurase la suerte por su cuenta. El niño Pedro tuvo que hozar en las basuras y dormir al sereno como una alimaña y un viejo le apiadó, le acarició la cabeza y le prometió techo y comida, pero cuando le confió le apretó uno por la retaguardia y le rompió el cagón. Le tuvo de huésped a la fuerza en un chamizo costroso amándole por el revés y cuando se cansó le devolvió a la vía, medio roto, de vuelta a hozar en las basuras y a dormir al sereno como una alimaña. Pedro Alonso López llegó a Bogotá con nueve años y se juntó con los gamines a fumar la escoria de la cocaína, que la dicen “basuko”, y a pelear a cuchillo por un portal. Una pareja de gringos le adoptó y le dio techo y un pupitre y durante tres años conoció el sosiego, pero una tarde en la escuela un profesor le intuyó cedido de fondo y le violó. Pedro Alonso López robó cuatro cuartos de la secretaría y por no alborotar volvió a la calle. Vivió del robo escuálido y aprendió a mangar coches hasta que a los dieciocho años le metieron en el trullo. En la cárcel demoró las noches mirando pornografía y tres presos le vieron casadero y le dieron sodomía en el retrete. Unos días más tarde los mató a cuchilladas y decidió ser más malo que una fiera.


El Monstruo de los Andes

ImagenPedro Alonso López salió del penal en 1978 con la determinación de no volver a ser la piel del tambor y corrió los Andes dándose al instinto como un animal. En Perú asesinó a más de cien niñas después de violarlas en el territorio de los indios ayacuchos. Después las enterraba en la selva y esperaba que las fieras hicieran su parte. Los ayacuchos le capturaron cuando intentó llevarse a una de nueve años y le enterraron vivo hasta la cabeza, que se la untaron de jalea para que las hormigas le comiesen los ojos. Una misionera gringa que aún creía en la redención convenció a los indios para que le soltasen y prometió entregarle a la ley, pero por el camino le liberó en la frontera de Colombia. La gringa era pelleja para el gusto de Pedro Alonso y por eso se salvó. Las mujeres hechas le desconcertaban porque se acordaba de doña Benilda López, pvta de profesión. Las PEDRO ALONSO LOPEZblancas le prevenían porque andaban más vigiladas y prefería a las mestizas porque iban sueltas y los pasmas no las ponían atención. Pedro Alonso López asesinó a otras doscientas niñas en Ecuador y Colombia haciéndose pasar por buhonero y engañándolas con baratos. A veces volvía a hablar con las muertitas y les contaba sus cosas. En 1980, una riada en San Juan de Ambato, en la provincia de Tungurahua del Ecuador, dejó al aire a sus doncellas muertas y le trincaron cuando le andaba detrás a la niña Carvina Poveda, una indita de nueve años que le salió desconfiada y pidió socorro. El capitán Córdoba Gudino se hizo pasar por cura y le sacó la confesión y encontraron sesenta cadáveres medio enterrados en los yermos que empezaban la selva. Pedro Alonso López pasó quince años de presidio en el Penal García Moreno grabando la cara del diablo en las cruces de las monedas con un punzón y evitando el solecito del patio para que no le partieran en dos. Cuando cumplió le detuvieron por indocumentado y le deportaron a Colombia, en donde le metieron en un sanatorio para darle inyecciones. Le dieron por sano en 1998 y le dejaron en libertad. La tele echó su excarcelación a la hora del culebrón. La poli le sacó en furgón para que no le linchasen y se fue a visitar a su madre, doña Benilda López, pvta de profesión, que ya no estaba para recibir detrás de la jarapa y tuvo que vender la cama para darle al hijo célebre dos cuartos y quitárselo de casa, en donde no hacía más que dar tertulia a las vecinas, ustedes verán. Los familiares de las víctimas reunieron un escote de 25.000 dólares y los prometieron por su cabeza. Pedro Alonso López cogió los cuartos de la vieja y desapareció. Tiene cara de peladito de cafetal y la napia doblada ligeramente hacia el oeste, seguramente de un puñetazo, el pelo de mata gruesa y los ojos pequeños. Es flaco y juncal y magrito de mal comer como un cholito de cumbia que anda corto a final de mes. Pertenece a la clase de rufianes que cuando se ven publicados se creen Moriarty y dijo: “Soy el Hombre del Siglo. Nadie podrá olvidarme”, y lo que pasa es que a nadie le importan las indias que van descalzas y se cuidó bien de no seguir rubias del turismo. Puede que lo hayan matado. Otros dicen que lo han visto caminando los Andes. Estará viejito, de seguir vivo. Carraco y yendo para setentón.

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Mensajepor Invitado » Vie 16 May, 2014 12:21 am

tendria que haber llamado a la poli y sentarse a esperar tomando cafe


Condenada por agredir a un hombre que se coló desnudo en su casa y se masturbó

La mujer sorprendió a la víctima ante su hija de 13 años y le propinó un sartenazo en la cabeza en Palma


La Audiencia ha confirmado la condena a tres meses y medio de prisión para una mujer que agredió a un vecino por colarse desnudo en su casa y masturbarse ante su hija de 13 años en Palma. La acusada propinó un sartenazo al hombre en la cabeza causándole graves lesiones.
Los hechos, según el fallo, se remontan a la tarde del 10 de septiembre de 2008 en un edificio de la calle Joan de Saridakis. Un vecino de la finca salió desnudo de su domicilio y se dirigió al de una familia que vivía en un apartamento de la misma planta. El hombre aprovechó que la puerta estaba abierta para entrar en la vivienda.

Ya en el interior, comenzó a realizarse tocamientos en los genitales a la vista de una de las moradoras del piso, una niña de 13 años. Los padres de la menor sorprendieron al intruso y comenzaron a recriminarle su actitud. Durante el altercado, la madre cogió una sartén y golpeó en la cabeza al exhibicionista.

La víctima sufrió un traumatismo craneoencefálico con herida contusa y ocho dermoabrasiones en la espalda y el pecho, lesiones por las que precisó ocho puntos de sutura.

La sentencia, considera probado además que dos días después, de madrugada, el hombre se dirigió de nuevo al apartamento de la familia y comenzó a golpear la puerta con una catana mientras amenazaba de muerte al padre.

Un juzgado de lo penal de Palma condenó a la madre a tres meses y 15 días de prisión por un delito de lesiones con la atenuante de dilaciones indebidas y a indemnizar a la víctima con 306 euros. La mujer recurrió el fallo ante la Audiencia Provincial, que ha desestimado ahora su alegato.

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Mensajepor Invitado » Sab 24 May, 2014 3:54 pm



"Espero tener mucho trabajo con los aficionados al fútbol”, sostiene Thais, de 16 años. Planea cobrar 23 dólares, cuatro veces más que el precio actual.

Hace un tiempo, el gobierno brasileño retiró de circulación una pieza de una campaña en redes sociales sobre enfermedades de transmisión sexual, en la que una mujer declaraba “soy feliz siendo prostituta”. Fue emitida en el marco del Día Internacional de la Prostituta.

Pese a la censura, se espera que la prostitución aumente a medida que se acerca la Copa Mundial de la FIFA en 2014. Especialmente, la prostitución infantil.

“Si bien es legal a partir de los 14 años, hay muchas niñas menores vendiendo sexo. Según la UNICEF, son alrededor de 250 mil”, informó Time.

“A los clientes se les cobra alrededor de 60 dólares. La prostituta obtiene la mitad de eso, menos las deudas por vestimenta, drogas, alcohol y cosméticos. La niña consigue un cuarto con lo que paga el cliente”, aseguró Thiago, quien admite haber tenido relaciones con niñas menores de 14 años.

De hecho, en 2012 una Corte de justicia resolvió que tener relaciones sexuales con niñas de 12 años no era necesariamente una violación, pues algunas de ellas trabajan como prostitutas. Amnistía Internacional calificó dicha resolución como una “luz verde para los violadores”.


RELATOS

El sitio trasandino Corriendolavoz.com, recogió los siguientes relatos:

Poliana, 14 años

“Cuando comience la Copa del Mundo habrá muchas más chicas de mi edad y más jóvenes. Yo soy una de las mayores”, sostiene Poliana, de 14 años.

La menor lleva sólo tres meses en el oficio. La niña vende su cuerpo a los trabajadores del Arena Corinthians por menos de 4,7 dólares durante su hora de comer.

La cama de Poliana, cubierta de muñecos de peluche, se encuentra en una pequeña habitación escondida en un laberinto de callejones con alcantarillado abierto adonde van los obreros para comprar a chicas como ella, consigna el medio electrónico argentino.

La adolescente relata que salió a la calle la misma noche que murió su madre: “No sabía cómo iba a encontrar dinero para comer o pagar el alquiler. Pero no pasé mucho tiempo así. Había muchos hombres de la construcción que buscaban sexo”.

Hace dos semanas se enteró de que estaba embarazada. Sin embargo, todos los días, a la hora del almuerzo, la joven se arregla para cumplir con sus clientes en uno de los hoteles cercanos a la favela.

Thais, 16 años

“Casi todos mis clientes son de la construcción, siempre pagan, pero no siempre me tratan bien. Pero, ¿qué puedo hacer? Mis padres están muertos, necesito dinero. Si no fuera por los hombres que trabajan en el estadio, no sé qué haría. Mañana uno de ellos ha reservado un día entero en el hotel conmigo, será un buen día de trabajo para mí”, dice la niña de 16 años, que es considerada como la menor más ‘vieja’ en la profesión.

“Espero tener mucho trabajo con los aficionados al fútbol cuando empiece el Mundial”, agrega la niña, explicando que planea cobrar 23 dólares, cuatro veces más que el precio actual.





Reporte Indigo (Ed. 416): Las niñas prostitutas del Mundial
Brasil no solo construye estadios y hoteles para el Mundial. Miles de prostitutas de 14 años o menos se alistan para el boom del turismo sexual.

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Mensajepor Invitado » Vie 30 May, 2014 9:24 pm

Dos adolescentes ahorcadas tras una violación en grupo en India

● La policía detiene a tres sospechosos por el ataque y muerte de las jóvenes

● El suceso ha ocurrido en el estado de Uttar Pradesh



La policía india ha detenido a tres personas por la presunta violación en grupo de dos adolescentes que han sido encontradas colgadas de un árbol en el estado de Uttar Pradesh, en el norte del país. Entre los arrestados se encuentra un oficial de policía.

Las dos víctimas, de 14 y 15 años de edad, eran primas y miembros de la casta intocable. Ambas fueron secuestradas el martes por la tarde en su aldea, Budaun, cuando se dirigían al baño. A la mañana siguiente, los propios residentes localizaron los dos cuerpos colgados en un huerto cercano.

Las autopsias han confirmado que las dos víctimas sufrieron abusos sexuales antes de morir ahorcadas. Los equipos médicos también han extraído muestras de ADN para tratar de determinar la identidad de los agresores.

El superintendente de la policía de Budaun, Man Singh Chouhan, ha informado de que el caso se ha abierto por la presunta comisión de varios delitos, "incluido el de violación", y "uno de los acusados ha sido puesto bajo custodia". En total, "cinco personas" habrían estado implicadas.

Las familias de las dos menores también han denunciado la presunta participación de cinco personas y han acusado a las fuerzas de seguridad de proteger a los atacantes al no tomar ninguna medida cuando se denunció la desaparición de las adolescentes. Chouhan ha confirmado la suspensión de dos responsables de la policía por conspiración.

Un reciente informe del Centro Asiático para los Derechos Humanos cifró en 48.338 el número de casos de abusos contra mujeres registrados entre 2001 y 2011 en India, con un incremento anual del 336% de media.

El conflicto trasciende lo social y alcanza lo político, toda vez que el sistema judicial no siempre escucha la versión de las mujeres y la policía llega incluso a sugerir un matrimonio entre víctima y agresor. Sólo las manifestaciones masivas generadas tras la violación de una mujer en Nueva Delhi en diciembre de 2012 llevaron al Gobierno a endurecer los castigos.

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Mensajepor Invitado » Dom 22 Jun, 2014 9:20 pm

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Madrid, a la caza del pederasta sin rostro

Rapta a niñas en zonas sin cámaras, las seda, abusa de ellas y después las abandona en la calle



El pederasta se hizo pasar por un amigo de la madre de la niña china

La Policía multiplica el dispositivo por toda la ciudad para dar con el raptor de dos menores

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Mensajepor Invitado » Lun 30 Jun, 2014 5:46 pm

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Fachada de la tienda en la que fue secuestrada la niña china de seis años

¿Cómo es el pederasta más buscado por la policía en Madrid?

Un análisis criminológico del hombre que secuestró a dos niñas concluye que es menor de 40 años, vive solo y no es “un raro”

Un hombre sin rostro tiene aterrorizada a la capital de España. Ha actuado al menos dos veces en los últimos tres meses, el 10 de abril y el 17 de junio, que se sepa. Ha secuestrado, drogado y abusado sexualmente de dos niñas de nueve y seis años y fracasó anteriormente en su intento con una tercera, según fuentes policiales. Todas en la misma zona. ¿Quién puede ser ese sujeto abyecto que mantiene en jaque a más de 125 agentes en Madrid y a centenares de familias de la zona del distrito de Ciudad Lineal? ¿Cómo es el pederasta? Un análisis de los hechos conocidos desde un punto de vista criminológico permite dibujar un perfil psicológico del tipo más buscado de la ciudad.

Aunque la policía no ha podido elaborar aún un retrato robot debido a las contradicciones de los testimonios de las víctimas y de los posibles testigos, su modus operandi sí puede arrojar algunas pistas. Lo primero que llama la atención es que, pese a que los estudios indican que los pedófilos suelen ser personas “con una personalidad inmadura, con problemas de relación, baja autoestima con fuertes sentimientos de inferioridad” y que, por lo general, suelen ser sujetos reservados y solitarios, una atenta observación del llamado caso Candy rompe con ese modelo a ojos de los criminólogos.

Por ejemplo, el hecho de que, una vez realizadas sus tropelías, haya abandonado a las niñas en un radio lo suficientemente lejano para evitar ser reconocido pero lo bastante cercano como para facilitar la rápida atención de las pequeñas, revela dos cosas importantes. “La primera es que el secuestrador no lleva a cabo una violencia más allá de la necesaria para su satisfacción sexual; no es un asesino de niños y no quiere correr el riesgo de que sufran algún percance posterior. Esto implica que presenta todavía una cierta capacidad moral y empática, probablemente más que suficiente como para tener una relación normal con sus vecinos y familiares”, considera el profesor de Criminología de la universidad de Valencia, Vicente Garrido, que se atreve a interpretar los hechos con todas las cautelas del mero observador. “Lo que quiero decir es que en este caso, a diferencia de otros, yo no destacaría tanto el perfil marginado o solitario del agresor, no debe parecer un “bicho raro”.

Se sabe que merodea a sus víctimas, las engatusa a plena luz del día —concretamente en los alrededores de las tiendas de golosinas o los parques, donde están más relajadas, menos alerta— y se las lleva en un coche a un lugar en el que perpetrar esos abusos solo, sin ser visto, por lo que debe contar con un sitio con entrada y salida seguras, probablemente no demasiado lejano porque en ambos casos las ha retenido durante cuatro o cinco horas. “Cualquiera tiene un coche, lo único que revela esto es que no es un indigente, pero tampoco alguien con mucho dinero”, argumenta Garrido.

Seguir leyendo en elpais.com

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Mensajepor Invitado » Lun 28 Jul, 2014 2:28 am

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Se teme por la vida de la niña afgana violada por un mulá tras volver con sus familiares

Desde que Berishna, pequeña de 10 años que fue violada por un mulá, volviera con su familia nadie sabe nada sobre ella. Protegida en un centro de menores de su propios familiares, que querían matarla y tirarla al río, la Policía la devolvió a su casa tras amenazas de las milicias locales.


Tras ser violada por un mulá en una mezquita de una remota zona de Afganistán, Berishna -de 10 años- fue acogida por un grupo de mujeres activistas ante la intención de su familia de matarla para "limpiar la vergüenza con sangre". La pequeña vivió durante casi un mes en un centro de acogida, pero hace 11 días la Policía devolvió a la niña a su familia tras amenazas de milicias locales y ahora se teme por su vida. Desde entonces, no hay noticias de Berishna.

El líder religioso Mohamed Amin pidió a la pequeña que se quedase a limpiar tras estudiar el Corán en la mezquita del remoto pueblo de Alti Gumbad en la norteña provincia de Kunduz el pasado 15 de mayo. "El mulá llevó a la niña a la zona de rezo, le ató las manos y la violó", narra Hasina Sarwari, pediatra que dirige un centro de acogida para mujeres. "Después la liberó y la amenazó de muerte si se lo contaba a alguien", añade Sarwari.

Cuando Berishna regresó a su casa, la madre alarmada por la sangre llevó a su hija a un hospital. "El informe médico reveló que la violación había sido tan violenta que le causó una fístula entre la vagina y el recto", explica Sarwari. La niña estuvo ingresada en el centro médico durante 22 días, tiempo durante el cual la Policía, los sanitarios y Sarwari protegieron a Berishna de su familia. Sus familiares querían llevársela y hablaron "claramente de matarla y tirarla al río", según la activista.

"Pero la tía de la pequeña no estaba de acuerdo y me avisó", cuenta Sarwari, quien añade que "gracias a ello pudimos protegerla y evitar el 'crimen de honor'". Los crímenes de honor son habituales en Afganistán, especialmente por casos de relaciones extra o prematrimoniales, en los que las mujeres suelen ser culpadas y castigadas con mayor dureza que los hombres, a pesar de ser objeto de violaciones o relaciones forzosas.

Los habitantes del pueblo apresaron al mulá, le dieron una paliza y lo entregaron a la Policía. El líder religioso admitió en prisión, donde continúa, la relación sexual, aseguró que fue consentida y que pensaba que la niña tenía 17 años. Además, se ofreció a recibir 20 latigazos como castigo y casarse con Berishna en dos años, oferta que la familia rechazó.

Una vez que la niña recibió el alta, la pediatra Sarwari se la llevó a un centro de menores, lo que le ha valido amenazas de mulás y milicias armadas. "Comenzaron a amenazarme para evitar que el caso se hiciese público. Los mulás y los líderes religiosos son muy respetados y querían evitar que la violación se hiciese pública. Querían que denunciase a otra persona por ello", narra Sarwari.

El marido de la pediatra fue apaleado por milicias locales y la jefa de la Oficina de la Mujer en Kunduz, Naderah Geyah, dimitió tras recibir amenazas de muerte. Finalmente, tras 25 días en el centro de acogida, la Policía entregó a la niña a su familia después de que asegurasen de que no sufriría ningún daño.

"Estamos en contacto con el jefe de Policía de Kunduz, que asegura que la niña se encuentra bien", dice la coordinadora de Asuntos de Mujer de Human Rights Watch en Afganistán, Latifa Sultani. "Pero la familia no responde a nuestras llamadas y no hemos vuelto a ver a la niña", asegura Sultani, quien subrayó que en realidad no saben si la pequeña sigue con vida.

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Mensajepor Invitado » Sab 02 Ago, 2014 5:36 pm

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Silencio ante el abuso sexual

Los casos de explotación de menores crecen en Uruguay, pese a los avances sociales


Pocas veces un delito de explotación sexual infantil en Uruguay había estado tan claro como el caso de Javier Moya. Así al menos lo consideró el juez de Primera Instancia que condenó a este hotelero de Punta del Este a una pena de prisión a finales de 2013 por haber mantenido relaciones sexuales con una menor de 15 años a cambio de dinero y regalos. Como es habitual en otros casos parecidos, la adolescente proviene de un entorno vulnerable y tiene problemas de drogadicción. Pero además, había sido explotada sexualmente desde los 11 años por sus padres, quienes también fueron procesados.


Reino Unido se rebela ante los abusos de pederastas con poder y fama
La evidencia de que el empresario era culpable, pese a la dificultad para reunir pruebas en este tipo de casos, parecía indiscutible tras una larga investigación policial. El juez comprobó que existía una red de explotación formada por al menos un intermediario que actuaba desde el interior del país y al que Moya pagaba enviando giros. Además, el propio acusado admitió haberse acostado con la menor, alegando en su defensa que la chica le había dicho que era mayor de edad. Javier Moya, de 75 años, excura, antropólogo y de origen español, ha permanecido en prisión seis meses, un breve periodo de tiempo antes de ser liberado, si se tiene en cuenta que la Ley 17.815 de violencia sexual comercial y no comercial cometida contra menores en Uruguay establece penas de dos a 12 años de cárcel. Todo se debe a que un Tribunal de Apelaciones revocó la sentencia aceptando el argumento de que “Javier Moya no sabía que la joven era menor” y que, por tanto, fue engañado.

Pese a los avances sociales que el país ha experimentado con el gobierno de Mújica, que ha despenalizado el aborto, ha aprobado la ley de matrimonio igualitario o ha regulado la marihuana, en Uruguay aparecen continuamente nuevos casos de explotación sexual infantil. La mayoría pasan inadvertidos. Y el de Moya no hubiera llamado la atención de no ser porque la sentencia del Tribunal de Apelaciones ha indignado a la ciudadanía y, sobre todo, a las organizaciones sociales que luchan para combatir el problema. El pasado 20 de junio hubo incluso una concentración frente a la Suprema Corte de Justicia de Montevideo para mostrar el rechazo por la liberación del empresario. “Este fallo ha sido la gota que colma el vaso. Puede sentar un precedente muy peligroso, da una señal de total impunidad. Demuestra que cualquier persona puede explotar sexualmente a un menor poniendo como excusa que no sabía su edad. Los hechos son tremendos, tanto por la diferencia de edad entre el explotador y la víctima [75-15] como por la evidencia de las pruebas. Por eso la sociedad ha reaccionado de forma contundente. Ahora la última palabra la tiene la Suprema Corte de Justicia y si no lo resuelve, acudiremos a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos”, advierte Andrea Tuana, directora de la ONG El Paso, organización comprometida con la defensa de los derechos humanos de las niñas, niños, adolescentes y mujeres afectadas por la violencia de género.

La reacción de la sociedad ante el conocido como caso Moya ha sido significativa en tanto que Uruguay es un país donde el machismo sigue siendo estructural y la violencia de género está a la orden del día. Pero no se ha traducido en una mayor preocupación de los políticos. A las organizaciones les llama la atención que con las elecciones generales a la vuelta de la esquina —se celebrarán en octubre—, la lucha contra la explotación sexual de menores no es una prioridad de ningún partido político en sus programas. La directora de El Paso asegura que no existe voluntad política para erradicarla. “Hace algunas semanas escuché consternada al presidente de la República hablar acerca de un incendio que provocaron unos jóvenes de entornos vulnerables en un colegio de Montevideo, pero aún estoy esperando a que se pronuncie sobre la explotación sexual que se extiende por todo el Uruguay. Parece que no interesa ni al Gobierno ni a la oposición”, lamenta.

Andrea Tuana asegura que llevan denunciando a las autoridades este problema desde hace muchos años. Ya en 1995 hubo una primera investigación titulada Uruguay adolescente: Prostitución de adolescentes y niños. Aproximación a un diagnóstico, realizada por la socióloga y ahora diputada del Frente Amplio, María Elena Laurnaga. El documento causó revuelo en el país porque hablaba de "turismo sexual con menores", "venta de vírgenes", y de "chicas en calles, locales y redes”. Otras investigaciones posteriores de Unicef y de la relatora especial sobre trata de personas de Naciones Unidas también mostraban que en Uruguay, la explotación sexual de menores es un fenómeno común en el que abunda la falta de información estadística, lo que hace que permanezca invisible y no reconocido por la población y las autoridades.

“Siempre ha estado ahí. No hay ni un solo departamento del país en el que no existan este tipo de casos. Está tan naturalizado que no se ve como un problema ni como una vulneración de derechos”, dice Tuana. Como consecuencia, añade, se produce la estigmatización de los menores, pues a ellos se les achaca el problema, y no al explotador. De hecho, es común escuchar por la calle o leer en redes sociales comentarios como “lo hacen porque quieren”, “en realidad les gusta” o “son unas vivas porque así consiguen ropa y celulares”.


“La sociedad no se escandaliza porque tanto la explotación sexual infantil como la prostitución cumplen una función social que tiene que ver con el manejo de la sexualidad: existe una especie de aceptación tácita de que tiene que existir porque hay gente que lo necesita. Y si en los últimos meses hemos conocido más casos es porque implicaban a políticos, conocidos empresarios o policías”, señala la directora de El Paso.

Las noticias de los últimos meses que aparecen en los medios corroboran estas declaraciones. Si bien el caso Moya ha sido el más sonado de este año, en 2013 lo fue el de la casita del parque. En aquel, fue condenado a una pena de presión Horacio De los Santos, el número dos del Ayuntamiento de Paysandú, al norte del país, por participar en fiestas en la que circularon drogas, alcohol y hubo sexo con adolescentes. Aquellos encuentros se celebraban en un local municipal —conocido como la casita del parque—, un espacio destinado a actividades culturales para los vecinos de la localidad. Más aún, poco tiempo después de que saliera a la luz el caso, una de las víctimas, de 16 años, que participó en una de esas fiestas murió en circunstancias poco claras que todavía están bajo investigación.

“Ocurre más de lo que imaginamos”

Según los datos extraídos de las denuncias, las víctimas suelen ser chicas adolescentes de entre 13 y 17 años que provienen de entornos de exclusión social y hogares vulnerables. Aunque hay excepciones. “Existen factores como el sometimiento o la violencia doméstica que también generan situaciones de vulnerabilidad, independientemente de la clase social. La pobreza aumenta el riesgo, pero no es la causa en sí misma. La causa es la mentalidad machista y patriarcal que hace que los hombres consideren que está bien pagar por sexo sin importar la edad. La industria del sexo en Uruguay es como una institución: fuerte, arraigada y en la que nadie se mete. Existen whiskerías (prostíbulos), casas de masaje, fiestas privadas donde hay mucho dinero... en las se paga por sexo como si fuera una tradición”, sostiene Tuana.

La explotación sexual a menores es importante especialmente en zonas de frontera donde el tráfico de camiones es intenso o en lugares donde hay importantes parques logísticos con abundante mano de obra masculina. También son complicadas las zonas turísticas y el interior del país, en los pueblos donde todo el mundo se conoce y en los que el silencio es cómplice. “Ocurre mucho más a menudo de lo que pensamos”, explica Karina Núñez, trabajadora sexual que sufrió abusos cuando era adolescente. “Si las chicas denunciaran, la mitad de los habitantes de muchos pueblos del interior iría a la cárcel porque no solo están los que abusan, sino también los que callan”, añade.


Las palabras de Karina son duras como la vida que le ha tocado vivir. Cuando era pequeña su padre era preso político y su madre tenía que sacar adelante a cinco hijas. Vivían a las afueras de Montevideo y pasaban mucho tiempo solas en casa. A Karina le llevó años asimilar y admitir que su vecino, aquel que siempre las ayudaba si necesitaban algo, había abusado de ella. “Tenía 12 años y quería comprar algo rico para comer, me daba envidia cuando veía a otros niños con algún dulce. Mi vecino solía darme una moneda a cambio de que me subiera en sus piernas y un día me dijo que me daba el doble si me quitaba las bombachas (bragas). Fui consciente de lo que había pasado muchos años después, cuando acudí a terapia”. A pesar de lo ocurrido, Karina asegura sentirse afortunada porque quien abusó de ella no era de su familia, como sucede en muchos otros casos. “Esa es la base de que yo sea tan fuerte, soy una mujer empoderada y no sumisa. No quiero imaginar lo que debe suponer que abusen de ti tus propios familiares”, dice con orgullo esta trabajadora sexual que da charlas a otras compañeras para asesorarles en temas de sanidad o vivienda.

Aumentan las denuncias

El Instituto Nacional del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU) ha dado la voz de alarma sobre el aumento de las denuncias judiciales por explotación sexual de menores en los últimos años. Si en 2012 se registraron 51 casos, en 2013 esa cifra se elevó hasta los 59. Y en lo que va de 2014, el programa de atención a víctimas de trata de explotación sexual comercial ya ha trabajado más de 70 situaciones en un país que cuenta con algo más de tres millones de habitantes. Los motivos de ese aumento, según los expertos, son principalmente dos: una mejor atención para detectar situaciones de abuso y el crecimiento económico del país. “Que Uruguay haya crecido económicamente no significa que se haya producido un desarrollo social en ciertos sectores. Sigue habiendo pobreza y exclusión y ese es un caldo de cultivo. Es necesario controlar el impacto del crecimiento económico”, advierte Luis Purtscher, director del Comité Nacional para la Erradicación de la Explotación Sexual Comercial y no Comercial de la Niñez y la Adolescencia (Conapees), dependiente del INAU.

Para poder afrontar con eficacia esta situación, desde el Conapees piden que los casos de explotación sexual sean de nuevo competencia de los juzgados de Crimen Organizado, donde cuentan con policía especializada y protección de testigos, entre otros recursos. En junio de 2012 se produjo un cambio en la ley para que el abuso de menores pasara a ser tratado en un juzgado común, algo que Purtscher considera un “auténtico retroceso”. “Complica mucho las cosas. No puede ser que una víctima se encuentre en el mismo pasillo con su explotador. Lo que han hecho con la nueva ley es dar prioridad al narcotráfico y a las armas; y en realidad son temas que van muy unidos a la explotación sexual porque muchas veces recorren los mismos caminos”, abunda.


Atención a las víctimas

Fue a partir del año 2011 cuando la explotación sexual infantil comenzó a ser más visible en Uruguay. Los casos empezaron a aparecer con más frecuencia en los medios de comunicación, había más procesamientos judiciales y las campañas de sensibilización se hicieron más intensas. Si bien es cierto que la situación ha mejorado en los últimos años, el país sigue sin contar con los recursos necesarios para hacer frente a esta problemática.

Sirve de ejemplo el INAU: solo cuenta con un equipo fijo en Montevideo formado por educadores, trabajadores sociales y psicólogos para atender a las víctimas de explotación sexual; y en el interior de Uruguay, donde el problema es mayor, solo hay dos equipos itinerantes que se desplazan por todo el territorio para asesorar cuando se detecta un caso (no atienden directamente a las víctimas). “Se han dado pasos muy importantes con jornadas de capacitación y campañas de sensibilización, pero aún queda mucho por hacer. Los cambios culturales llevan mucho tiempo, hacer cambiar la opinión de la población es todo un reto. Pero, además, necesitamos una mayor flexibilidad en la órbita estatal para que podamos tener más servicios, soluciones más rápidas. Hay veces que conseguir dinero para pagar una entrada de cine a los menores, comprarles ropa o facilitarles un curso se vuelve una tarea complicada porque los mecanismos actuales están pensados para otras instituciones”, señala Sergio Pereira, psicólogo y director del Programa de atención a situaciones de trata y explotación sexual infantil del INAU.

Las ONG hacen hincapié en que en el país se construya una política pública que involucre a diversos sectores, a los ministerios de Salud Pública, Interior, Turismo y Cultura, que aumenten las campañas de sensibilización y que haya una mejor prevención y atención a las víctimas. “La explotación sexual es un problema estructural que tiene que ver con la violencia de género, con el poder, con la dominación, con el machismo y el patriarcado. Sabemos que es muy complicado erradicarlo por completo, pero está claro que se puede combatir mucho mejor si hay más gente involucrada”, dice Luis Purtscher, quien ya ha propuesto a la comisión especial de Género y Equidad de la Cámara de Representantes cambios en las leyes para proteger mejor a los menores. “Existen protocolos como el de Palermo que Uruguay no está cumpliendo y hay marcos normativos que deben ser actualizados. Es realmente necesario avanzar hacia una ley integral de violencia de género que dé soluciones a estas víctimas”, insiste.

En todo caso de explotación sexual existe un proceso "de cosificación hacia la persona, se las trata como si fueran mercancía”, subraya el experto. Por eso, denunciar no solo requiere de valentía por parte de la víctima, sino también de apoyo. Ellas se pueden recuperar si existen condiciones que les brinden esa oportunidad y esa no se podrá dar si en Uruguay la explotación sexual de menores sigue formando parte de la vida cotidiana.

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Mensajepor Invitado » Dom 10 Ago, 2014 2:03 am

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En prisión el líder de ERC en Castellbisbal por pedofilia y corrupción de menores

El arrestado,habría acosado y chantajeado al menos a 25 chicas de entre 11 y 16 años tras haber creado un perfil falso en una red social de internet y conseguir fotos suyas desnudas

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Mensajepor Invitado » Dom 10 Ago, 2014 12:03 pm

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El mundo del turismo sexual infantil

Radiografía de la prostitución de menores en el mundo. Estos son los países más afectados

GRÁFICO Mapa del fenómeno


Es posiblemente la forma más cruel de explotación infantil. Pero no existen datos completamente fiables sobre turismo sexual con menores. Unicef calcula que son 1,8 millones de niños y niñas quienes la sufren, aunque tanto esta organización como la principal red de lucha contra la lacra, Ecpat International, reconocen que trabajan en función a aproximaciones y extrapolaciones.

Indican que la mayoría de los turistas que recurren a la prostitución infantil son ocasionales; no van expresamente en su búsqueda, no son pedófilos. “Simplemente se encuentran con disponibilidad de estos niños y se aprovechan de ello”, asegura Selma Fernández, responsable del Programa de Prevención de la Explotación sexual Comercial Infantil de la red Ecpat International.

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En algunos países es fácil, barato. Incluso ropa y comida son intercambiados a cambio de sexo. Aunque Ecpat recuerda que este fenómeno puede producirse en cualquier lugar y contexto, la pobreza y la desigualdad son importantes desencadenantes (ver el mapa interactivo).

La dificultad para abordar el fenómeno se debe en parte a que muchos Estados lo ocultan, no hay estadísticas homogéneas. “Al tratarse de una actividad ilegal no reconocida como un problema en algunas culturas o países, sumado a su invisibilidad, hace que se desconozca el verdadero alcance y naturaleza del fenómeno”, subraya Fernández.

Por eso es complicado saber con exactitud si va en aumento o en descenso. Lorena Cobas, responsable de emergencias del comité español de la agencia de la ONU para la infancia, explica que la sensación es que se van poniendo medios y que la concienciación es cada vez mayor: “Un 86% de los estados miembros han firmado el protocolo facultativo contra la explotación sexual infantil, con lo que deben legislar en consecuencia”.

Imagen Ecpat, sin embargo, indica que diversos estudios parecen indicar que, lejos de atajarse, la tendencia es creciente. Mientras que algunas medidas y campañas están cuajando, como sucede en Tailandia, uno de los destinos prototípicos de turismo sexual infantil, los países cercanos aprovechan para tomar el relevo, como hacen Camboya o Vietnam.

Igual que no hay cifras exactas de los afectados, tampoco es sencillo conocer quiénes son los abusadores. Más allá del uso que los nacionales hacen de la prostitución infantil, los flujos suelen describir un patrón, el mismo que el del propio turismo: de países ricos a países pobres. Así, las organizaciones denuncian que cada vez son más los ciudadanos de Estados Unidos y Canadá que aprovechan la vulnerabilidad de niños en Centroamérica y Latinoamérica. También a estos destinos acuden europeos. Como al sudeste asiático, aunque aquí hay diferencias. Una encuesta de la organización AIDéTouS realizada en 2002 mostró que de las 4.214 visitas con propósitos sexuales de las que hubo registro en Camboya, un 36% de los clientes fueron locales, un 42% asiáticos orientales (chinos, vietnamitas y japoneses). Los occidentales fueron minoría: un 22%. Aunque conviene tomar la cifra con cautela, ya que no es reciente y se refiere a un solo país, sirve para dar una idea de los flujos en la región.

Una de las líneas de trabajo para erradicar esta práctica es el Código de Conducta que más de 1.000 actores turísticos del mundo (aerolíneas, agentes de viaje, hoteles…) han suscrito. Algunas de las españolas son NH Hoteles, Meliá, Iberia y Grupo Barceló. El documento les compromete a luchar de forma activa contra la prostitución infantil en estos sentidos: “Establecer una política ética corporativa contra la explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes; formar a su personal tanto en el país de origen como en los países de destino; introducir una cláusula en los contratos con proveedores estableciendo el rechazo común de la explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes; proporcionar información a los usuarios (turistas) por medio de catálogos, folletos, vídeos durante los vuelos, etiquetas en los billetes, páginas web; proporcionar información a los agentes locales clave en cada destino. Informar anualmente sobre la implementación de estos puntos”.

Imagen23 empresas fueron reconocidas el pasado mes de julio como ejemplo en buenas prácticas del Código de Conducta, auspiciado entre otras organizaciones por la Organización Mundial del Turismo. "Son verdaderos líderes en la protección de los niños en el turismo. Han ejecutado acciones concretas para mantenerlos seguros y para concienciar sobre el crimen que supone el turismo sexual con menores dentro de la industria y del público en general", dijo Andreas Astrup, manager general de la plataforma The Code. Las españolas Meliá y Riusa II estuvieron entre las galardonadas por implementar los seis puntos del código.

Unos de los agentes clave que describe el docuemento son, por ejemplo, los policías turísticos de la República Dominicana. Cristina Alonso, responsable de Alianzas Corporativas de Unicef España, explica que con su cooperación y la de los agentes hoteleros en el país se ha conseguido que sea casi imposible ver a un adulto entrando con un menor sin parentesco en un hotel sin que salten las alarmas. “No es que se haya erradicado del todo, pero al menos cada vez está peor visto y ya no se practica delante de todos con impunidad”, asegura.

Según un informe de Ecpat de 2008 que la organización asegura todavía en vigor, explica sin embargo que son muy pocos los turistas sexuales ocasionales arrestados, juzgados y sentenciados. “Esto tal vez sea porque generalmente no producen imágenes del abuso perpetrado ni recurren a medios extremos para practicar el turismo sexual con niños y adolescentes, como comunicarse con redes de pedófilos o intercambiar pornografía”, argumenta. En el caso de los pederastas, la persecución es algo más efectiva, ya que son reincidentes, muchas veces están organizados y en ocasiones comparten materiales de los niños.

La persecución y la concienciación, aunque herramientas imprescindibles, solo sirven para paliar los síntomas de la enfermedad. Cobas asegura que, en tanto el problema parte de la pobreza y la desesperación, “para luchar efectivamente contra él hay que llegar a su raíz”.




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