Casa real de Belgica

Las últimas noticias de la Realeza. Monarquía vs. República
¿Cuánto reinarán Felipe VI y Letizia?


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Mensajepor Invitado » Lun 22 Jul, 2013 12:34 am

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Felipe, rey de los belgas
Desfile militar
21 de julio de 2013



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Mensajepor Invitado » Lun 22 Jul, 2013 12:43 am

Felipe, rey de los belgas
Los reyes llegan a la Fiesta del Parque
21 de julio de 2013



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sic

Mensajepor sic » Lun 22 Jul, 2013 12:47 am


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Mensajepor sic » Lun 22 Jul, 2013 12:51 am


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Mensajepor Invitado » Lun 22 Jul, 2013 1:00 am

Felipe, rey de los belgas
Discurso de agradecimiento del rey desde el Palacio Real
21 de julio de 2013



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Mensajepor sic » Lun 22 Jul, 2013 1:05 am





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Mensajepor Invitado » Lun 22 Jul, 2013 1:11 am

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Felipe, rey de los belgas
Fuegos artificiales
21 de julio de 2013



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Mensajepor sic » Lun 22 Jul, 2013 1:19 am








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Mensajepor Invitado » Lun 22 Jul, 2013 1:27 am

Felipe, rey de los belgas
Fotos oficiales
21 de julio de 2013



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turbo

Mensajepor turbo » Lun 22 Jul, 2013 3:20 am

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Declaración de amor para acallar rumores

El monarca prodiga los gestos de cariño a su mujer tras cuestionarse su matrimonio

EDUARDO ÁLVAREZ



El protocolo de la Corte belga concede todo el protagonismo al rey en el acto de proclamación. Hasta el punto de que sólo el nuevo soberano –sin su consorte– se sienta en el trono, colocado para tan solemne ocasión en la Asamblea ante todos los parlamentarios y autoridades del reino. Esa soledad remarca el carácter unipersonal de la magistratura regia. Y, contrasta, por ejemplo, con el protocolo que recientemente se siguió en Holanda, cuando en la entronización de su nuevo rey el protagonismo fue compartido casi por igual entre Guillermo Alejandro y su esposa Máxima. Allí los dos ocuparon sendos tronos y la ceremonia se concibió para remarcar la idea de toda una familia al servicio de la nación.

Y, sin embargo, Felipe I de los belgas se esforzó en el momento más importante de su vida por dar su lugar a la ya reina Matilde. Casi con sobreactuación. Primero, dedicando a su mujer las palabras más emotivas de su discurso: «Me doy cuenta de la suerte que tengo al contar con el apoyo permanente de mi esposa. Querida Matilde, desde hace años estás comprometida de todo corazón con numerosas actividades. Tienes un sentido innato para el contacto humano». Y, después, con continuas muestras de cariño, besos y caricias, durante su primera aparición en el balcón del Palacio Real de Bruselas, para satisfacción de miles de ciudadanos congregados con ganas de una foto con sabor a merengue.

No es asunto trivial. El nuevo rey de los belgas lanzó ayer muchos mensajes. Los fundamentales, de carácter político, al comprometerse a velar por la «integridad territorial» y a iniciar un «diálogo constructivo» con los líderes de las entidades federales belgas, que los analistas locales interpretaron como la inminente puesta en marcha de audiencias regulares entre el rey y los presidentes regionales, igual que todo jefe del Estado hace con su primer ministro.

Pero también lanzó un mensaje mucho más personal, y que tiene mucho de desquite: su mujer y él forman un tándem muy bien avenido.

Tras la publicación en octubre del año pasado del escandaloso libro Cuestiones Reales, escrito por el periodista Frederic Deborsu, se han sucedido en la prensa toda clase de rumores y de chismorreos que han afectado mucho a la pareja real. Desde las continuas insinuaciones de homosexualidad de Felipe I hasta las afirmaciones de que su matrimonio con Matilde fue un enlace de conveniencia, en el que nunca hubo ni amor ni complicidad. Aunque es costumbre en las familias reales no desmentir rumores, el Palacio de Laecken se vio obligado a tachar de «graves injurias» las aportaciones del libro y ha desmentir sucesivas noticias en el mismo sentido.

Y el propio Felipe, tan retraído y poco dado a cualquier exhibición de sentimientos, tuvo que salir al paso declarando el año pasado diciendo: «El día que Matilde me dijo sí a mi pregunta de si quería casarse conmigo fue el día más feliz de mi vida».

Ayer el rey de los belgas quiso mostrarse más cariñoso públicamente con su mujer de lo que lo ha hecho en estos 15 años de matrimonio. Para callar bocas. Y porque si el nuevo reinado supone el inicio de una etapa política distinta, seguro que los asesores de Palacio habrán determinado que también tiene que ser el inicio de un nuevo talante personal de Felipe, mucho más cercano, humano y atractivo. Todo cuenta para ganarse al pueblo, que es lo que está en juego.


EL MUNDO. LUNES 22 DE JULIO DE 2013

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turbo

Mensajepor turbo » Lun 22 Jul, 2013 3:26 am

Ejemplo a tener en cuenta

JAIME PEÑAFIEL



ESTE AÑO pasará a la Historia como el de las abdicaciones. Hasta hoy, la reina Beatriz de los Países Bajos, de 75 años, el 30 de abril. El emir Hamad de Qatar, de 61, el 25 de junio. Alberto de los belgas, de 79, ayer. Hasta el Papa Benedicto XVI, «monarca electo» (Pérez Maura dixit), de 86 años, el pasado 28 de febrero.

Y es, por tanto, el año de los nuevos titulares: Guillermo, de 45; Tamin, de 33; Felipe, de 53, y Francisco, de 76. Además, dos plebeyas se han convertido en reinas consortes: Máxima y Matilde. Y, desde ayer, una segunda niña, Isabel, de 12 años, pasa de ser heredera del heredero a heredera del rey. La primera fue Catalina Amalia de Orange, de nueve años, heredera del rey Guillermo de Holanda.

Ello no quiere decir que las abdicaciones sean obligatorias. En nuestro país, por supuesto, hasta que el rey muera, lo debe seguir siendo, a pesar de los irresponsables que piden que siga el ejemplo de sus colegas.

España y Bélgica son dos países con muchas similitudes. En ambos casos, la forma política de Estado es la monarquía parlamentaria. Y ambos tienen similares problemas territoriales, con la tensión entre flamencos y valones en Bélgica, y el nacionalismo vasco y catalán en España. Por ello, el leit motiv del discurso de abdicación de Alberto II fue la unidad. Con voz emocionada, pidió que todos se esfuercen en mantener la cohesión del país y que apoyen a su hijo, el nuevo rey.

A diferencia de España, donde hasta la consorte se permite decir que cuando ella sea reina muchas cosas van a cambiar, Felipe –no el nuestro, sino el de los belgas– no quiere cambios absolutos sino continuidad modificada con reformas pertinentes, nunca con cambios revolucionarios». Con ello demuestra no sólo sentido de responsabilidad y reconocimiento de que su padre ha sido un buen rey, sino inteligencia. Del heredero español se dice que es el «mejor preparado de todos los príncipes». A Felipe de los belgas siempre se le ha cuestionado su preparación.

Sólo un detalle de la injusticia de tal rumor: Felipe, en la época de duque de Brabante –título del heredero belga, equivalente al de Asturias para el español– era un habitual del club Bilderberg, al que acuden las personalidades más prestigiosas del planeta: altísimos ejecutivos de los principales bancos de inversión del mundo, líderes de parlamentos, abogados prestigiosos de Europa y Estados Unidos, estadistas, senadores, líderes de opinión y miembros de casas reales. La Reina Sofía, entre ellos. En sus reuniones anuales suelen tomarse grandes decisiones que mueven el mundo.

El nuevo rey de los belgas no lo va a tener fácil. Para empezar, se encuentra en vísperas de unas elecciones cuyos resultados pueden afectar profundamente a la Corona. Será la piedra de toque del soberano. Sus conversaciones, entre flamencos y valones, serán difíciles y complicadas. Como su padre, tendrá que descender desde el trono al ruedo de la política para coger el toro por los cuernos, a riesgo de ser empitonado. Las consecuencias serían demoledoras.

Pienso que el rey Alberto, título que sigue conservando, le será de gran ayuda, el más importante y leal de sus consejeros en la sombra. ¡Dios salve al rey!


EL MUNDO. LUNES 22 DE JULIO DE 2013

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Maxi

Mensajepor Maxi » Lun 22 Jul, 2013 5:33 pm

Muchas gracias por las fotos, hay un montón para comentar. En fin, qué diferencia con el circo holandés. Belleza, distinción, sobriedad y comedimiento, o sea, buen gusto y no aquella procesión tan patética con WZ de capa de armiño y la otra con aquel truño de corona a la que por cierto mandó poner una hilera de grillantes para hacer la corona aún más alta. Bueno, la tiara para hablar con propiedad.
Matilde es una bella mujer y se luce aún en los faux-pas, tiene dulzura y es naturalmente distinguida. Además como está bien educada o se lo dice el instinto no se coloca en primera fila ni pone caras de falsa. Me encantó particularmente el vestido de mañana, el de color mantequilla, y lo bien combinado que estaba con el tocado y los guantes. Suma la discreción en las joyas lo cual es de agradecer en estos tiempos de crisis.
Deseo suerte a los nuevos Reyes, deben afrontar una difícil y compleja situación.
PD. Peñafiel como siempre metiéndole la consabida puñalada a Letizia. Pues si Letizia ha dicho que cambiará cosas me alegro profundamente, está en su derecho de decirlo aún cuando lo que cambie sea una equivocación. Qué tío tan rastrero y tan machistorro y sobre todo qué cansinooooooooooo-

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Plaça del Diamant

Mensajepor Plaça del Diamant » Lun 22 Jul, 2013 8:02 pm

Hermosa ceremonia de entronización y fastos.
Distinta a la vivida hace apenas unas semanas en Holanda pués diferentes son también sus respectivas tradiciones.
Respecto a las consortes, ya convertidas en Reinas, Máxima estuvo espontanea, alegre y un tanto sofisticada mientras que Matilde, una vez más, hace gala de su naturalidad, sencillez y sobriedad. Cada una de ellas fieles a su personalidad y estilo y ambas "brillando con luz propia"; distintas entre sí como lo somos todas las mujeres.
En cualquier caso, ambas poséen el atractivo y ·"don de gente" del que carecen sus maridos por lo que auguro que serán buenas reinas consortes. De momento, las dos han sabido ganarse la simpatía e incluso el afecto de los ciudadanos de sus respectivos paises con independencia de cual sea su ideología; ¡eso no debe ser tarea facil en los tiempos que corren!.

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Mensajepor Invitado » Mié 24 Jul, 2013 12:36 am




Felipe, rey de los belgas
Fotos oficiales
21 de julio de 2013



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Mensajepor Invitado » Vie 25 Jul, 2014 11:13 pm

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Matilde, claroscuros de su primer aniversario como reina

■ Los cronistas de la corte belga la describen como una mujer gélida de puertas adentro

■ Según ellos, la influencia de Matilde en las decisiones de su marido es superlativa

■ A pesar de las maledicencias, es el miembro más querido de la familia real belga

■ La pareja ha remontado este año su popularidad de un 51% a un 68%


COTE VILLAR



"Me doy cuenta de la suerte que tengo al contar con el apoyo permanente de mi esposa. Tiene un sentido innato para el contacto humano". Con estas sentidas palabras, el rey Felipe ensalzaba la figura de su esposa Matilde durante su discurso de entronización, de la que se cumple estos días el primer aniversario. Durante estos doce meses, ese 'apoyo permanente' se ha hecho más palpable que nunca, sobre todo porque la dulce Matilde ha sido señalada por algunos periodistas de la corte como una mujer gélida más interesada por el poder de lo que pudiera parecer.

[imageleft]Imagen[/imageleft]Se trata de una imagen con la que Matilde ha tenido que luchar a menudo. De hecho, cuando el rey Alberto abdicó la corona en su hijo Felipe, existían ciertas dudas de que los belgas fueran a aceptar de buen grado la decisión. Antes de la coronación, la pareja contaba con un 51% de popularidad, un aprobado raso. Sin embargo, tras los fastos se pusieron manos a la obra y se emplearon durante semanas en recorrer el fragmentado territorio nacional. En apenas unos meses su buena fama había remontado a un 68%.

Matilde d'Udekem es, como ocurría con la reina Sofía en España, el miembro más valorado de la familia real. Es habitual verla junto a sus cuatro hijos (Elisabeth, Gabriel, Emmanuel y Eleonore) montando en bicicleta o acompañándoles al colegio. Siempre es amable con los niños que la esperan a la salida de los actos oficiales y no rehúye el contacto físico.

Sin embargo, varios cronistas reales han filtrado estos meses la sensación de que, de puertas para adentro, Matilde es otra persona. Los periodistas Robin Vissenaekens, Brigitte Balfoort o Thierry Debels han pintado a una Matilde que mantiene una relación estrictamente profesional con sus colaboradores de palacio, que ejerce su autoridad con puño de hierro y cuya influencia sobre su esposo es superlativa.

Con Doña Letizia mantiene una relación cordial, aunque no estrecha. Matilde es hija de condes, lo que la convierte en la única 'nueva' reina de origen noble de Europa. A pesar de su sangre aristocrática, estudió Logopedia y Psicología, y trabajó como logopeda unos años antes de dedicarse a sus labores oficiales. También, como Letizia, ha optado por repetir estilismos y ahorrar a las arcas del Estado el dispendio en vestuario.

A pesar de aquellas maledicencias, el pueblo belga cada día la quiere más. Cuando en septiembre el ministerio de Exteriores confirmó que la familia real usaba pasaportes auténticos con nombres falsos para viajar de incógnito en sus vacaciones privadas, Matilde apenas fue señalada. La polémica que ha mantenido su marido con el rey Alberto a cuenta de una entrevista no autorizada, apenas la ha salpicado. Éste ha sido su año de consolidación y, si no cometió grandes errores como princesa consorte, nadie espera que los cometa ahora. Su gran prueba de fuego la superó con nota cuando en octubre de 2012 un libro desvelaba la supuesta homosexualidad de Felipe de Bélgica, su marido. Ella se limitó a seguir haciendo su trabajo, sonreír más que nunca y no decir nada. Como una buena profesional.




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