¿Existe o no existe un dios?

Sólo tú eres el responsable de lo que aquí se diga.

Imagen

Avatar de Usuario
Assia
de Melbourne
de Melbourne
Mensajes: 22325
Registrado: Mar 29 Dic, 2015 2:19 am
Flag: Australia

Re: ¿Existe o no existe un dios?

Mensajepor Assia » Vie 23 Sep, 2016 1:22 pm

No he leido tu mensaje porque tu, investigador quieres demostrar que no hay Dios. En eso concuerdo contigo: No creo en la existencia de Dios, pero quizas, quizas, haya mas creyentes que creen en la existencia de Dios que agnosticos o ateos que no creemos en Dios.
Alla cada cual o cada quien con su creencia religiosa. 1 vez le preguntaron a Emily Brontes que si creias en Dios, Emily que era hija de 1 pastor protestante contesto: '' Eso es algo spiritual entre Dios y 1 misma.'' Textualmente no recuerdo. Pero los que conocemos la historia de los Brontes, sabemos todo lo que sufrieron Emily, Carlota y Ana Bronte con su hermano Patrick.
Assia

Avatar de Usuario
Invitado

¿Existe o no existe un dios?

Mensajepor Invitado » Dom 25 Sep, 2016 10:17 pm

Imagen Imagen Imagen Imagen Imagen Imagen Imagen

Spoiler:
Imagen

Avatar de Usuario
Assia
de Melbourne
de Melbourne
Mensajes: 22325
Registrado: Mar 29 Dic, 2015 2:19 am
Flag: Australia

Re: ¿Existe o no existe un dios?

Mensajepor Assia » Lun 26 Sep, 2016 4:47 am

Naturalmente que para muchos agnosticos y ateos no existe Dios. Pero para los creyentes sean de religion cristiana o de cualquier otra religion si creen en 1 Dios o en 1 ser superior creador del Universo.A mi me parecio muy acertada la repuesta de Emily Bronte: '' Eso es cosa entre Dios y 1 misma'' Textualmente no recuerdo, pero si que se nego a contestar si creia o no creia en Dios. Biografos de las hermanas Bronte aseguran que Emily dejo de creer en Dios. Por mi parte, yo no estoy segura si esos biografos dicen la verdad basandose en la severidad del Pastor Bronte que creia mas en las oraciones que en la medecina. Como tambien se basan esos biografos en el demonio que se convirtio Patrick para que todo influyera en Emily Bronte en dejar de creer en Dios.
Assia

Avatar de Usuario
Investigador

¿Existe o no existe un dios?

Mensajepor Investigador » Lun 26 Sep, 2016 9:39 am

Novena Revelación de

¿Existe o no existe un dios?


TERCER ARGUMENTO


Dios no es infinitamente bueno; el Infierno lo demuestra

El Dios Gobernador o Providencia es y debe ser infinitamente bueno, infinitamente misericordioso. La existencia del infierno prueba que no lo es.

Seguid bien mi razonamiento: Dios podía -puesto que es libre- de no crearnos; él nos ha creado.
Dios podía -puesto que es todopoderoso- crearnos a todos buenos; pero ha creado a buenos y a malos.
Dios podía -puesto que es bueno- admitirnos a todos en su paraíso, después de nuestra muerte, contentándose con el tiempo de pruebas y tribulaciones que pasamos sobre la tierra.
Dios podía, en fin -puesto que es justo- no admitir en su paraíso más que a los buenos y negar su acceso a los perversos, pero aniquilar a estos a su muerte , en lugar de destinarlos al infierno.

Pues quien puede crear puede destruir; quien tiene el poder de dar la vida tiene el de aniquilar.

Veamos; vosotros no sois dioses. Vosotros no sois infinitamente buenos, infinitamente misericordiosos.

Tengo, sin embargo, la certidumbre, sin que os atribuya cualidades que quizá no poseéis que, si estaba en vuestro poder, sin que ello os costase un esfuerzo penoso, sin que de ello resultase para vosotros ni perjuicio material, ni perjuicio moral, si, digo, estaba en vuestro poder, en las condiciones que acabo de indicar, de evitar a uno de vuestros hermanos en humanidad, una lágrima, un dolor, una prueba, tengo la certidumbre de que lo haríais. Y sin embargo; vosotros no sois infinitamente buenos, ni infinitamente misericordiosos.

¿Seríais vosotros mejores y más misericordiosos que el Dios de los Cristianos o cualquier otra religión?

Pues, en fin, el infierno existe. La Iglesias nos lo enseña; es la horrenda visión con ayuda de la cual se espanta a los niños, a los viejos y a los espíritus temerosos; es el espectro que instalan a la cabecera de los agonizantes, a la hora en que la proximidad de la muerte les quita toda energía, toda lucidez.

Pues bien: El Dios de cualquier religión, Dios que dicen de piedad, de perdón, de indulgencia, de bondad, de misericordia, precipita a una parte de sus hijos -para siempre- en esa mansión poblada por las torturas más crueles, por los más indecibles suplicios.

¡Cuán bueno es! ¡Cuán misericordioso!
¿Conocéis esta frase de las Escrituras?:
“Habrá muchos llamados, pero muy pocos elegidos”.
Esta frase significa, si no me engaño, que será ínfimo el número de los elegidos y considerable el número de los malditos. Esta afirmación es de una crueldad monstruosa que se ha intentado darle otro sentido.

Poco importa: el infierno existe y es evidente que habrá condenados -pocos o muchos- que en él sufrirán los más dolorosos tormentos.

Preguntémonos para qué y para quién pueden ser provechosos los tormentos de los malditos.

¿Para los elegidos? ¡Evidentemente no! Por definición, los elegidos serán los justos, los virtuosos, los fraternales, los compasivos, y no podemos suponer que su felicidad, ya inexpresable, fuese acrecentada por el espectáculo de sus hermanos torturados.

¿Sería provechoso para los mismos condenados? Tampoco, puesto que las Iglesias afirman que el suplicio de esos desgraciados no terminará jamás y que, en los millares y millares de siglos, sus tormentos serán intolerables como el primer día.
¿Entonces?...
Entonces, fuera de los elegidos y de los condenados, no hay más que Dios; no puede haber más que él.
¿Es para Dios, pues, para quien pueden ser provechosos los sufrimientos de los condenados?
¿Es, pues, él este padre infinitamente bueno, infinitamente misericordioso, quien se complace sádicamente con los dolores a los que el voluntariamente condena a sus hijos?

¡Ah! si es así, este Dios me parece el verdugo más feroz, el inquisidor más implacable que se pueda imaginar.

El infierno prueba que Dios no es ni bueno, ni misericordioso. La existencia de un Dios de bondad es incomprensible con la del Infierno.

O bien no hay Infierno, o bien Dios no es infinitamente bueno.






CUARTO ARGUMENTO

El problema del mal


Es el problema del Mal el que me facilita mi cuarto y último argumento contra el Dios-Gobernador, al mismo tiempo que mi primer argumento contra el Dios-Justiciero.
Yo no digo: la existencia del mal, mal físico, mal moral, es incompatible con la existencia de un Dios infinitamente poderoso e infinitamente bueno.

Es conocido el razonamiento, aunque sólo sea por la múltiples refutaciones -siempre impotentes, por lo demás- que se le han opuesto.
Se le hace remontar a Epicuro. Tiene, pues ya más de veinte siglos de existencia; pero por viejo que sea, ha conservado todo su rigor.

Helo aquí:
El mal existe: todos los seres sensibles conocen el sufrimiento. Dios que lo sabe, no puede ignorarlo.
Pues bien: de dos cosas una:
O bien Dios quisiera suprimir el mal, pero no ha podido;
O bien Dios podría suprimir el mal; pero no ha querido.
En el primer caso, Dios quisiera suprimir el mal; es bueno, se compadece de los dolores que nos abruman; de los males que padecemos.
¡Ah, sí sólo dependiese de él! El mal sería destruido y la felicidad florecería sobre la tierra. Una vez más: él es bueno; pero no puede suprimir el mal; en este caso, no es todo poderoso.

En el segundo caso, Dios podría suprimir el mal. Bastaría quererlo, para que el mal fuese abolido; él es todo poderoso; pero no quiere suprimirlo; en este caso, no es infinitamente bueno.
Aquí Dios es poderoso, pero no es bueno; allá, Dios es bueno, pero no es poderoso.
Para que Dios sea, no basta con que posea una de estas dos perfecciones; potencia o bondad; es indispensable que posea las dos a la vez.
Este razonamiento jamás ha sido refutado.
Entendámonos: yo no digo que no se haya intentado jamás refutarlo; yo digo que no se ha conseguido jamás.

El ensayo de refutación más conocido es éste:
“Planta usted en términos completamente erróneos el problema del mal. Injustamente hace usted responsable de él a Dios. Sí, es cierto, el mal existe y ello es innegable; pero es al hombre a quien hay que hacer de él responsable. Dios no ha querido que el hombre sea un autómata, una máquina, que él actúa fatalmente. Al crearlo, le ha dado la libertad; ha hecho de él un ser enteramente libre; de la libertad que le ha otorgado generosamente, Dios le ha dejado la facultad de hacer, en todas las circunstancias, el uso que quisiera; y, si place al hombre, en lugar de hacer de ella un uso juicioso y noble de este bien inestimable, hacer un uso odioso y criminal, no es a Dios a quien cabe acusar, porque sería injusto; de ello hay que acusar al hombre”.

He aquí la objeción, que resulta ya clásica.
¿Qué vale ella? Nada.
Me explicaré:
Distingamos primero el mal físico del mal moral.

El mal físico, es la enfermedad, el sufrimiento, el accidente, la vejez, con su cortejo de taras y de enfermedades; es la muerte, la pérdida cruel de los seres que amamos: criaturas que nacen y mueren algunos días después de su nacimiento sin haber conocido más que el sufrimiento; hay una multitud de seres humanos para los que la existencia no es más que una larga cadena de dolores y de aflicciones, de suerte que hubiera valido más que no hubiesen nacido; es, en el dominio de la naturaleza, los azotes, los cataclismos, los incendios, las sequías, las hambres, las inundaciones, las tempestades, toda esta suma de trágicas fatalidades que se cifran en el dolor y en la muerte.

¿Quién osaría decir que hay que hacer responsable al hombre de este mal físico?

¿Quién no comprende que, si Dios ha creado el Universo, si es él quien le ha dotado de las formidables leyes que le regulan y si el mal físico es el conjunto de las fatalidades que resultan del juego, normal de las fuerzas de la naturaleza; quien no comprende que el autor responsable de estas calamidades es, ciertamente, aquel que ha creado este Universo, aquel que lo gobierna?

Supongo que, sobre este punto no hay contestación posible.

Dios que gobierna el Universo es, pues, responsable del mal físico. Esto solo bastaría y mi respuesta podría quedar reducida a esto.

Pero yo pretendo que el mal moral es imputable a Dios de la misma manera que el mal físico, puesto que, si existe, él ha presidido a la organización del mundo moral como a la del mundo físico y que, consecuentemente, el hombre, víctima del mal moral como del mal físico, no es más responsable del uno que del otro.

Avatar de Usuario
Assia
de Melbourne
de Melbourne
Mensajes: 22325
Registrado: Mar 29 Dic, 2015 2:19 am
Flag: Australia

Re: ¿Existe o no existe un dios?

Mensajepor Assia » Mar 27 Sep, 2016 2:53 am

Naturalmente Investigador tu opinion es respetada aunque ni me interese leerla. Solo creo que estas insistiendo mucho en querer convencer a creyentes con tus largas explicaciones que al final no podras convencer a ninguna persona que crea en la existencia de Dios o en 1 ser superior creador del Universo. No creo que tus argumentos puedan demostrar la NO EXISTECIA DE DIOS NI NINGUN TEOLOGO HA PODIDO DEMOSTRAR LA EXISTENCIA DE DIOS. Confio que te aumente los no creyentes.
Assia

Avatar de Usuario
Investigador

¿Existe o no existe un dios?

Mensajepor Investigador » Lun 03 Oct, 2016 11:06 pm

Décima y Última Revelación de

¿Existe o no existe un dios?



Antes de continuar es preciso que me refiera a lo que tengo que decir sobre el mal moral en ésta tercera y última serie de mis argumentos.


TERCER GRUPO DE ARGUMENTOS

PRIMER ARGUMENTO

Irresponsable, el hombre no puede ser ni castigado ni recompensado

¿Qué es lo que somos?
¿Hemos presidido las condiciones de nuestro nacimiento?
¿Hemos sido consultados sobre la simple cuestión de saber si nos gusta nacer?
¿Hemos sido llamados para fijar nuestros destinos?
¿Hemos tenido, en un solo punto, voz en el capítulo?
Si hubiésemos tenido voz en el capítulo, cada uno de nosotros se habría gratificado, desde la cuna, con todas las ventajas: salud, fuerza, belleza, inteligencia, valor, bondad, etc., etc. Cada uno habría sido el resumen de todas las perfecciones, una especie de dios en miniatura.

¿Qué es lo que somos?
¿Somos lo que hemos querido ser?
Incontestablemente, no.
En la hipótesis Dios somos, puesto que es él quien nos ha creado, lo que él ha querido que fuésemos.
Dios, puesto que él es libre, hubiera podido no crearnos.
Hubiera podido crearnos menos perversos, puesto que él es bueno.
Habría podido crearnos virtuosos, sanos, excelentes. Habría podido otorgarnos todos los dones físicos, intelectuales y morales, puesto que es todopoderoso.

Por tercera vez: ¿qué es lo que somos?
Somos lo que Dios ha querido que fuésemos. Él nos ha creado como ha querido a su capricho.
No hay respuesta a esta interrogación: ¿qué es lo que somos?, si se admite que Dios existe y que somos sus criaturas.
Es Dios el que nos ha dado nuestros sentidos, nuestras facultades, de compresión, nuestra sensibilidad, nuestros medios de percibir, de sentir, de razonar, de actuar.
Él ha previsto, querido, determinado nuestras condiciones de vida: ha condicionado nuestras necesidades, nuestros deseos, nuestras pasiones, nuestros temores, nuestras esperanzas, nuestros odios, nuestros amores, nuestras aspiraciones. Toda la máquina humana corresponde a lo que él ha querido que fuese. Él ha concebido, organizado de la cabeza a los pies el medio en el cual vivimos; él ha preparado todas las circunstancias que, a cada instante, asaltarán nuestra voluntad y determinarán, nuestras acciones.

Ante este Dios formidablemente armado, el hombre es irresponsable.

Aquel que no está bajo ninguna dependencia, es absolutamente libre; aquel que está un poco bajo la dependencia de otro es un poco esclavo; sólo es libre por la diferencia; aquel que está muy supeditado a otros es muy esclavo; sólo es libre en lo que le resta de independiente; en fin, aquel que está por completo bajo la dependencia de otro, es por completo esclavo y no goza de ninguna libertad.

Si Dios existe, es en esta última postura, la de la esclavitud total, en la que se encuentra el hombre con respecto a Dios, y a su esclavitud es tanto más completa, cuanta mayor distancia haya entre el Amo y él.

Si Dios existe, sólo él sabe, puede, quiere, él solo es libre; el hombre no sabe nada, no quiere nada, no puede nada; su dependencia es absoluta.

Si Dios existe, él lo es todo; el hombre no es nada.
El hombre así mantenido en esclavitud, colocado bajo la dependencia plena y entera de Dios no puede tener ninguna responsabilidad.
Y, si es irresponsable no puede ser juzgado.
Todo juicio implica un castigo o una recompensa; y los actos de un ser irresponsable, carente de todo valor moral, no provienen de ningún juicio.
Los actos del irresponsable pueden ser útiles o perjudiciales; moralmente no son buenos ni malos, ni meritorios ni reprensibles; equitativamente no pueden ser recompensados ni castigados.

Erigiéndose en Justiciero, castigando o recompensado al hombre irresponsable Dios no es más que usurpador: se arroga un derecho arbitrario y usa de él en contra de toda justicia.

De lo que acabo de decir, saco en conclusión:
a) Que la responsabilidad del mal moral es imputable a Dios, como le es imputable la del mal físico.
b) Que Dios es un Justiciero indigno, porque irresponsable, el hombre no puede ser ni recompensado, ni castigado.


SEGUNDO ARGUMENTO

Dios viola las leyes fundamentales de la equidad

Admitamos, por un instante, que el hombre sea responsable y veremos, como en esta misma hipótesis, la divina Justicia viola las reglas más elementales de la equidad.

Si se admite que la práctica de la justicia no puede ser ejercida sin comportar una sanción y que el magistrado tiene por misión fijar esta sanción, existe una regla sobre la cual el sentimiento es y debe ser unánime: es que, del mismo que hay una escala de mérito y de culpabilidad, debe haber una escala de recompensas y de castigos.

Sentado este principio, el magistrado que mejor practicará la justicia, será aquel que proporcionará más exactamente la recompensa al mérito y el castigo a la culpabilidad; y el magistrado ideal, impecable, perfecto, será aquel que fijará una relación de un rigor matemático entre el acto y la sanción.

Pienso que esta regla elemental de justicia es aceptada por todos.

¡Y bien! Dios con el cielo y el infierno, desconoce esta regla y la viola.

Cualquiera que sea el mérito del hombre, es limitado (como el hombre mismo), y sin embargo, la sanción de recompensa: el cielo, es sin límites, aunque sólo fuese por su carácter de perpetuidad.


Cualquiera que sea la culpabilidad del hombre, ella está limitada (como el mismo), y, sin embargo, la sanción de recompensa: el cielo, es sin límites, aunque solo fuese por su carácter de perpetuidad.

Hay, pues, desproporción entre el mérito y la recompensa, desproporción entre la falta y el castigo; desproporción en todas partes. Así pues, Dios viola las reglas fundamentales de la equidad.

Mi tesis está terminada; no me resta más que recapitular y extraer las conclusiones.


RECAPITULACIÓN

Os prometí una demostración precisa, substancial, decisiva, sobre la existencia o no existencia de un Dios.

Creo poder deciros que he cumplido mi misión.
No perdáis de vista que no me he propuesto aportaros un sistema del Universo que hiciese inútil recurrir a la hipótesis de una Fuerza sobrenatural, de una Energía o de una Potencia extra mundial, de un Principio superior o anterior al Universo. He tenido la lealtad, como debía tenerla, de deciros que, considerado de esta suerte, el problema no encuentra, en el estado actual de los conocimientos humanos, ninguna solución definitiva y que la sola actitud que conviene a los espíritus reflexivos y razonables, es la expectativa.

El Dios cuya imposibilidad he querido establecer, cuya imposibilidad he establecido, puedo decirlo ahora, es el Dios de las religiones, el Dios creador, Gobernador y Justiciero, el Dios infinitamente sabio, poderoso, justo y bueno, que los clérigos se alaban de representar sobre la tierra y que intentan las religiones imponer a nuestra veneración.

No hay, no puede haber equívoco. Es a este Dios al que yo niego: y, si se quiere discutir útilmente, en este Dios al que hay que defender contra mis ataques.

Todo debate sobre otro terreno será una diversión y será, además, la prueba que el Dios de las religiones no puede ser defendido ni justificado.

He comprobado que, como Creador, sería inadmisible, imperfecto, inexplicable; he establecido que, como gobernador, sería inútil, impotente, cruel, odioso, despótico; he demostrado que, como justiciero, sería un magistrado indigno, violador de las leyes esenciales de la más elemental equidad.


CONCLUSIÓN

Tal es sin embargo, el Dios que desde, tiempos inmemoriales, se ha enseñado y que, en nuestros días todavía, se enseña a una multitud de niños en numerosas familias y escuelas.
¡Qué de crímenes han sido cometidos en su nombre!
¡Qué de odios, de guerras, de calamidades han sido desencadenadas furiosamente por sus representantes!

Este Dios, ¡de cuantos sufrimientos es origen!
¡Cuántos males todavía engendra!

Desde hace siglos, las Religiones tienen curvada a la humanidad bajo el temor, incrustada en la superstición, postrada en la resignación.

¿No amanecerá, pues jamás el día en que, dejando de creer en la justicia eterna, en sus decretos imaginarios, en sus reparaciones problemáticas, los humanos trabajarán, con ardor incansable, por el advenimiento sobre la tierra de una Justicia inmediata, positiva y fraternal?

¿No sonará nunca la hora en que, fatigados de los consuelos y de las esperanzas falaces que les sugiere la creencia en un paraíso compensador, los humanos harán de nuestro planeta un Edén de abundancia, de paz y libertad, cuyas puertas estarán abiertas fraternalmente a todos?

Durante demasiado tiempo, el contrato social se ha inspirado en un Dios sin justicia; es ya hora de que se inspire en una justicia sin Dios. Durante demasiado tiempo, las relaciones entre las naciones y los individuos han derivado de un Dios sin filosofía; tiempo es ya de que procedan de una filosofía sin Dios.

Desde hace siglos, monarcas, gobernantes, castas y cleros, conductores de pueblos, directores de consciencias, tratan a la humanidad como vil rebaño, bueno tan sólo para ser esquilado, devorado, arrojado a los mataderos.

Desde hace siglos, los desheredados soportan pasivamente la miseria y la servidumbre, gracias al espejismo engañoso del cielo y a la visión horrífica del Infierno. Hay que poner fin a este odioso sortilegio, a este abominable engaño.

Es hora de abrir los ojos, contemplar, observar, comprender. El cielo del que sin cesar nos hablan; el cielo con ayuda del cual se intenta insensibilizar nuestra miseria, anestesiar nuestro sufrimiento y ahogar la queja que, a pesar de todo, se exhala de nuestro pecho, es cielo irreal y desierto. Sólo nuestro infierno está poblado y es positivo.

Basta de lamentaciones: las lamentaciones son vanas.
Basta de prosternaciones: las prosternaciones son estériles.
Basta de rezos: los rezos son impotentes.

¡Yérguete, humanidad! Y, en pie, enardecido, rebelado, declara una guerra implacable al dios del que, durante tanto tiempo, se ha impuesto a tus hermanos y a ti misma la embrutecedora veneración.

Libérate de este tirano imaginario y sacude el yugo de aquellos que pretenden ser sus agentes de negocios en la tierra.

Pero no olvides que, una vez hecho este primer gesto de liberación no habrás realizado más que una parte de la tarea que te incumbe.
No olvides que de nada te servirá romper las cadenas que los Dioses imaginarios, celestes, y eternos han forjado contra ti, si no rompes también aquellos que contra ti han forjado los Dioses pasajeros y positivos de la tierra.

Estos Dioses merodean en torno tuyo, buscando la forma de someterte por el hambre a servidumbre eterna.
Estos Dioses no son más que seres humanos como tú.
Ricos y Gobernantes, estos Dioses de la tierra la han poblado de innumerables víctimas, de inexpresables tormentos.
Ojalá puedan los condenados de la tierra rebelarse al fin contra estos forajidos y fundar una Ciudad en la que semejantes monstruos no sean ya posibles.

Cuando hayas expulsado a los dioses del cielo y de la tierra; cuando te hayas liberado de los Amos de arriba y de los Amos de abajo; cuando hayas realizado este noble gesto de liberación, entonces, y solamente entonces, mi querida humanidad habrás evadido tu infierno y habrás conquistado tu cielo.

Avatar de Usuario
investigadora

¿Existe o no existe un dios?

Mensajepor investigadora » Mar 04 Oct, 2016 12:21 am

Dios puede que no pero seguro que existe una diosa. Demuestra que no.

Avatar de Usuario
Assia
de Melbourne
de Melbourne
Mensajes: 22325
Registrado: Mar 29 Dic, 2015 2:19 am
Flag: Australia

Re: ¿Existe o no existe un dios?

Mensajepor Assia » Mar 04 Oct, 2016 1:35 am

Seguro que ''existe una diosa,'' ya se lo dijeron a la filosofa francensa feminista Simon de Beauvoir: '' DIOS ES MUJER.'' Como en este hilo existe 1 perturbado mental llamado Alberto Canosa y este otro pobre charlatan que de vez en cuando quiere convencer a cristianos que no hay DIOS. Dejad a cada cual o cada quien que crea o no crea en Dios o en diosas o en payasos.
///VALGAME SAN RAFAEL/// TENER EL AGUA TAN CERCA/// Y POR SER UN IGNORANTE/// TE MUERES DE SED///
Assia

Avatar de Usuario
Assia
de Melbourne
de Melbourne
Mensajes: 22325
Registrado: Mar 29 Dic, 2015 2:19 am
Flag: Australia

Re: ¿Existe o no existe un dios?

Mensajepor Assia » Mar 04 Oct, 2016 1:54 am

DISCULPAD: me comi la e del nombre de la que fuera la companera de Jean Paul Sartre. SU NOMBRE DE PILA ERA: SIMONE. Soy de las que cree en la EVOLUCION, pero no trato de machacar a ninguna persona con la NO EXISTENCIA DE DIOS.
Assia

Avatar de Usuario
eltortuga

¿Existe o no existe un dios?

Mensajepor eltortuga » Vie 14 Oct, 2016 1:55 am

BERTRAND RUSSELL Y LAS CREENCIAS RELIGIOSAS

Lord Bertrand Russell (1872-1970) fue uno de los más grandes filósofos, matemáticos y críticos sociales del siglo XX.

Albert Einstein señaló: “Debo innumerables horas felices a la lectura de las obras de Russell, cosa que no puedo decir de ningún otro escritor científico contemporáneo, con la excepción de Thorstein Veblene”.

Uno de los incontables premios y honores otorgados a Lord Russell durante su larga vida fue el Premio Nobel de Literatura en 1950 “en reconocimiento a sus multifacéticas e importantes obras en las cuales se ha mostrado consistentemente como campeón de la humanidad y de la libertad del pensamiento”. Y naturalmente no existe ninguna comparación con el reciente ganador Bob Dylan.

Sin embargo corremos el riesgo que también sea acusado Lord Russell de ser un charlatán por nuestra ilustrísima crítica y comentarista de diversos temas en el foro, la cual es inepta a reconocer los límites de su sabiduría, por no decir la gravedad de su analfabetismo.

Entre las múltiples enfáticas locuras de su personalidad, una de las más desagradables es su necesidad de inundarlo todo.

Reclama para ella todo el respeto, siendo incapaz de respetar a los otros.

No se detiene a pensar antes de comenzar sus escritos absurdos que hace de una forma desinteresada y sin temor de deformarlos, exigiendo que ella es la única conocedora del arte, la literatura y la ciencia.

Pretensión vocinglera que de vez en cuando confiesa excusándose de haber cometido un error o defendiéndose que no debían permitir que se ataque su personalidad autoritaria, para cualquiera que inocentemente sea atrapado. Inevitablemente tenemos que reconocer que esta gran inmoralidad es el fondo mismo de toda moral dominista o servilista.

Su áspera desconfianza no admite que nada escape a su autoridad, porque su cobardía de dominista reclama por doquier reglas y balaustradas donde apoyarse; su temperamento perezoso extiende a todas las cosas lo que Nietzsche denominó irónicamente “la ciencia del buen sueño”, y por lo tanto su necesidad en criticar escritos sin leerlos como bien confiesa.


Y ahora al grano con nuestro tema.

Las siguientes citas de Bertrand Russell no sólo revelan sus puntos de vista acerca de la religión, sino que también dejan ver su combinación única de sentido común y poco común.

DIOS.

“Observo que una gran parte de la humanidad no cree en Dios y no sufre castigos visibles en consecuencia. Y si hubiera un Dios, pienso que sería muy improbable que Él tuviera una vanidad tan recelosa como para sentirse ofendido por aquellos que dudan de Su existencia”.

“Si todo tiene que tener una causa, entonces Dios debe tener una causa. Si puede haber algo sin causa, tan bien podría ser el mundo como Dios, de modo que ese argumento no puede tener ninguna validez”.

“En cuanto a Dios – bueno, hay una gran cantidad de argumentos que se han ofrecido a favor de la existencia de Dios, y yo he pensado, y todavía pienso, que todos y cada uno de ellos son inválidos, y que nadie habría aceptado tales argumentos si no hubieran querido creer en las conclusiones”.

“La mayoría de las personas cree en Dios porque se les ha enseñado desde la más temprana infancia a hacerlo, y ésta es la razón principal. Luego creo que la siguiente razón más poderosa es el deseo de seguridad, una especie de sentimiento de que hay un gran hermano que cuidará de uno. Esto juega un muy profundo papel en influir en los deseos de las personas de creer en Dios”.

“Ahora tomemos toda la cuestión de la peligrosa condición en que se encuentra el mundo. Constantemente recibo cartas de personas que dicen ‘Oh, Dios cuidará de eso’. Pero Él nunca lo ha hecho en el pasado, y no sé por qué piensan que lo hará en el futuro”.

“He observado que la creencia en la bondad de Dios es inversamente proporcional a la evidencia. Cuando no hay ninguna evidencia en absoluto a su favor, la gente lo cree, y cuando las cosas van bien y uno podría creer en ella, no lo hacen”.

“A veces me escandalizan las blasfemias de aquellos que se creen piadosos – por ejemplo, las monjas que nunca se bañan sin usar una bata todo el tiempo. Cuando les preguntan por qué lo hacen, si ningún hombre puede verlas, responden: ‘Oh, pero usted se olvida del buen Dios’. Aparentemente conciben a Dios como un Mirón cuya omnipotencia lo capacita para ver a través de las paredes del baño, pero que resulta frustrado por las batas de baño. Este punto de vista me parece sumamente curioso”.


LAS RELIGIONES.

“La religión se basa, pienso, principal y primariamente en el miedo. El miedo es el padre de la crueldad, y por tanto no es sorprendente que crueldad y religión han ido tomadas de la mano. La ciencia puede ayudarnos a superar este cobarde temor en que ha vivido la humanidad por tantas generaciones. La ciencia puede enseñarnos, y yo pienso que nuestros propios corazones pueden enseñarnos, a dejar de buscar apoyos imaginarios, a dejar de inventarnos aliados en el cielo, sino mejor a mirar a nuestros propios esfuerzos aquí en la tierra para hacer de este mundo un lugar más adecuado para vivir, en vez de la clase de lugar que las Iglesias han hecho de él durante todos estos siglos”.

“Pienso que todas las grandes religiones del mundo… son tan falsas como dañinas. Es evidente, como cuestión lógica que, ya que discrepan entre sí, no más que una de ellas puede estar en lo cierto. Con muy pocas excepciones, la religión que acepta un hombre es la de la comunidad en que vive, lo que hace obvio que la influencia del ambiente es lo que lo ha llevado a esa religión”.

“El hecho es que la religión ya no es lo suficientemente vital para asimilar nada nuevo; se formó hace mucho para satisfacer ciertas necesidades antiguas, y ha subsistido por la fuerza de la tradición, pero ya no es capaz de asimilar nada que no pueda ser visto de manera tradicional”.


LA FE.

“Lo que deseo sostener es que toda fe hace daño. Podemos definir ‘fe’ como la firme creencia en algo de lo que no hay evidencia. Cuando existe evidencia, nadie habla de ‘fe’. No hablamos de tener fe en que dos y dos son cuatro o en que la tierra es redonda. Sólo hablamos de fe cuando deseamos sustituir la emoción por la evidencia”.



LA INMORTALIDAD.

“Creo que cuando muera me descompondré, y nada de mi ego sobrevivirá. No soy joven, y amo la vida. Pero despreciaría temblar de terror ante el pensamiento de la aniquilación. La felicidad no deja de ser verdadera felicidad porque yo llegue a mi fin, ni el pensamiento ni el amor pierden su valor porque no sean eternos”.

“Si no tuviéramos miedo de la muerte, no creo que la idea de inmortalidad hubiera surgido siquiera”.


LA ORACIÓN.

“No es mediante la oración y la humildad que logras que las cosas se hagan como quieres, sino mediante la adquisición del conocimiento de las leyes naturales. El poder que adquieres de esta forma es mucho mayor y más confiable que el que antes se suponía adquirir por medio de la oración, pues nunca podías saber si tu oración era favorablemente respondida en el Cielo”.


JESUCRISTO.

“La evidencia histórica a favor de la existencia del Cristo humano es endeble. Las doctrinas a él atribuidas son otro asunto. Tales doctrinas lo capacitan a uno para juzgar que un individuo, hipotético o real, pudo haberlas sostenido. Algunas de las creencias éticas que se pretende que provienen de él son soportables. La alucinante convicción de que poseía divinidad era compartida por muchos místicos vagabundos y lunáticos de la época”.

“A mi modo de pensar hay un muy serio defecto en el carácter moral de Cristo, y es que creía en el infierno. Yo no siento que cualquier persona que realmente sea profundamente humana pueda creer en un castigo eterno. Ciertamente Cristo, tal como lo retratan los Evangelios, creía en el castigo eterno, y uno encuentra repetidamente una furia vengativa hacia aquellos que no escuchaban sus prédicas – una actitud que no es rara en los predicadores, pero que desdice algo de la excelencia superlativa”.

“Toda la idea de desperdiciar la vida ciegamente como un servicio imaginario a Cristo es una forma de glorificar el masoquismo y la propia humillación ante el poder. Es una actitud esencialmente oriental que el Cristianismo asumió cuando le atribuyó a Dios los defectos morales de los déspotas más crueles”.


LA FELICIDAD.

“Constantemente se me pregunta: ¿Qué puede usted, con su frío racionalismo, ofrecer al que busca la salvación, que sea comparable con la tibia comodidad hogareña del refugio de un credo dogmático?
La respuesta a esto tiene muchos aspectos. En primer lugar, yo no digo que pueda ofrecer tanta felicidad como la que pueda obtenerse abdicando de la razón. No digo que pueda ofrecer tanta felicidad como la que se obtiene de la bebida o de las drogas o de amasar grandes riquezas defraudando viudas y huérfanos. No es la felicidad del converso individual la que me importa; es la felicidad de la humanidad. Si deseas genuinamente la felicidad de la humanidad, ciertas formas de felicidad personal innoble quedarán cerradas para ti. Si tu hijo está enfermo, y eres un padre concienzudo, aceptarás los diagnósticos médicos, aunque sean dudosos y desalentadores; si aceptas la alegre opinión de un charlatán y tu hijo muere en consecuencia, no puedes tener como excusa lo agradable de la creencia en el charlatán mientras duró”.

Avatar de Usuario
Assia
de Melbourne
de Melbourne
Mensajes: 22325
Registrado: Mar 29 Dic, 2015 2:19 am
Flag: Australia

Re: ¿Existe o no existe un dios?

Mensajepor Assia » Vie 14 Oct, 2016 4:31 am

Creo que estas equivocado 'totuga cucaracha''a Lord Bertrand Russell, solo le concedieron el premio Nobel de La Paz. Diferente premio otorgado por diferente pais. Se te ve tu mala leche y tu ignorancia. Yo me registrer en este foro para opinar y ''no acaparo'' a nadie que quiera participar en el. Al contrario, me gustaria debatir temas con foreros/as. PERO NUNCA CON CUCARACHAS Y TORTUGAS TAN COBARDE COMO TU ERES.
HICISTE TODO LO POSIBLE POR ECHARME DEL FORO Y YO HASTA ME DESPEDI Y SI VOLVI ES PORQUE 1 PAULISTA Y SU FAMILIA NO PARABAN DE ENVIARME MENSAJES PARA QUE VOLVIERA AL FORO Y TU, CUCARACHA Y TORTUGAS LOS QUE TE APOYAN NO TE SALIERAS CON LA TUYA. PRIMERO APFRENDES A SABER EL SIGNIFICADO DE ''ACAPARAR.'' NADA TIENE QUE VER CON OPINAR.
///AY SAN RAFAEL/// QUE PENA DE SER IGNORANTE/// Y SEGUIR SIN APRENDER/// TU IGNORANCIA ES LA QUE TE DESCUBRE. POR SUS MENSAJES SEREIS SIEMPRE CONOCIDOS''
Assia

Avatar de Usuario
Assia
de Melbourne
de Melbourne
Mensajes: 22325
Registrado: Mar 29 Dic, 2015 2:19 am
Flag: Australia

Re: ¿Existe o no existe un dios?

Mensajepor Assia » Vie 14 Oct, 2016 4:51 am

Comprobado por GOOGLE: A Bertrand Russell le concedioron lo que yio escribi en mi mensaje de arriba: PREMIO NOBEL DE LA PAZ. ESTE premio lo concede los academicos noruegos y no los academicos suecos que son los que conceden el NOBEL de Literatura.EL UNICO NOBEL DE LITERATURA QUE FUE RECHAZADO POR EL FILOSOFO FRANCES, JEAN PAUL SARTRE. Dejadme en paz el tortuga y sus cucarachas que ni siquiera estais registrados en este foro y solo entrais para escupir vuestos odios contra mi.Al final quedais como eso: el tortuga y sus cucarachas que presumen de saber y confunden 1 NOBEL CON OTRO NOBEL.
Assia

Avatar de Usuario
desconocido

¿Existe o no existe un dios?

Mensajepor desconocido » Vie 14 Oct, 2016 5:52 am

Os ruego INVESTIGADOR y ELTORTUGA que continuéis con los temas teóricos que estáis presentando en este foro.

Ignorad los comentarios explosivos de odio por esa pobre analfabeta que simplemente responde con insultos porque es incapaz de desarrollar un debate que cuadre con buenos argumentos.

En vez de tanto criticar y por tu propia confesión “sin leerlos” ¿porque no respondes o contribuyes al debate de una forma civilizada?

Son muchos años que estamos soportando este bicho lleno de soberbia y maldad.

Perdonen que me interponga, pero necesito confirmar a toda voz que

¡Dios no existe!

No ha contestado a mis plegarias, pidiendo que se lleven de vacaciones al infierno para la eternidad, esa persona de tan mal humor.

Avatar de Usuario
Assia
de Melbourne
de Melbourne
Mensajes: 22325
Registrado: Mar 29 Dic, 2015 2:19 am
Flag: Australia

Re: ¿Existe o no existe un dios?

Mensajepor Assia » Vie 14 Oct, 2016 6:49 am

Eso se lo dice a LA ADMINISTRACION. No tieneis que soportar a ''este bicho'' si pasarais de mis mensajes. LO QUE NO PUEDEIS SOPORTA ES QUE OS DEMUESTROS CON PRUEBAS VUESTRAS IGNORANCIA COMO LO HE DEMOSTRADO EN MI MENSAJE DE ARRIBA:EL FILOSO INGLES, RECIBIO EL PREMIO NOBEL DE LA PAZ Y NO EL PREMIO NOBEL DE LETERATURA. EL PREMIO NOBEL DE LSA LITERATURZA SE LO OTORGARON A SU AMIGO FRANCES, EL FILOSOFO JEAN PAUL SARTRE Y SARTRE HA SIDO EL UNICO QUE HA RECHADO 1 NOBEL. MI ENFADO ES MAS CON LA ADMINISTRACION QUE CON LA TOTUGA SUS CUCARACHAS Y SU DESCONOCIDO QUE NO LO CONOCERA NI LA MADRE QUE TRAJO AL MUNDO A SEMEJANTE SERPIENTE.NO OS DARE EL GUSTAZO DE ECHARME DE ESTE FORO PORQUE COMO ME DIJERON 1 PAULISTA Y SU FAMILIA: '' HAN CONSERGUIDOS LO QUE QUERIAN'' Y POR ESO, VOLVI AL FOR PARA NO DAROS EL GUSTAZO
Assia.

Avatar de Usuario
desconocido

¿Existe o no existe un dios?

Mensajepor desconocido » Sab 15 Oct, 2016 8:24 am

¡Exactamente!

Está nuevamente demostrando su incapacidad de poder responder al tema que se está argumentando con relación a la existencia o no existencia de un dios.

El debate no se basa sobre los honores literarios otorgados a quien sea.

Aunque me gustaría saber en qué programa ha buscado su información sobre Bertrand Russell, pero sí que puedo confirmar que no tiene ninguna idea de cómo averiguar, interpretar, ni leer documentaciones históricas.

Le tendré que machacar para que se entere de una vez que
en 1950 El Premio Nobel de la Literatura se le concedió a Bertrand Russell.

Por lo tanto usted miente descaradamente con sus escritos, como siempre se aprovecha de la inocencia de las personas para fanfarronear de sus conocimientos o mejor dicho falta de conocimientos.

No confunda las cosas y trate de cambiar el tema del dialogo llevándolo hacia otro camino (que es la maniobra que siempre utiliza). Especialmente con personas que por la razón que sea desconocen las cosas y usted se aprovecha para equivocar, confundir y camuflar la verdad.

Si desea contribuir, responda a los argumentos presentados con su tesis a favor o en contra de la existencia de un dios.

Para finalizar el portal Nobelprize.org confirma los nombres de las personas concedidas el Nobel de la Literatura desde 1901 hasta 2016, conéctese y aprenda o por lo contrario si sabe leer lea detenidamente la biografía de Bertrand Arthur William Russell que podría aprender cómo comportarse.




Volver a “Foro Loko”