LA INMIGRACIÓN EN ESPAÑA
LA INMIGRACIÓN EN ESPAÑA
Detienen en Grecia a tres miembros de una ONG por tráfico de inmigrantes y refugiados, falsificación y lavado de dinero
La Policía griega ha detenido a tres miembros de una ONG, dos de ellos extranjeros, como sospechosos de pertenecer a una red de tráfico de inmigrantes y refugiados, informó este martes la institución.
Según un comunicado de la Policía de la isla de Lesbos, se sospecha que los tres detenidos y otros 27 miembros y voluntarios de la ONG griega, 22 de ellos extranjeros, formaban parte de una red de traficantes y actuaban en Lesbos y Samos desde 2015.
De acuerdo con algunos medios locales, se trata de la organización no gubernamental ERCI (Emergency Response Centre International), fundada en 2015 en Grecia por un empresario globalista especializado en seguridad marítima en zonas de conflicto.
Los miembros de la red presuntamente facilitaron la llegada a Grecia de centenares de inmigrantes desde agosto de 2016 hasta enero de 2018.
Los supuestos traficantes detenidos están acusados de pertenencia a banda criminal, falsificación de documentos, espionaje, lavado de dinero y violación de la legislación de inmigración.
La investigación de la Policía comenzó el pasado febrero, cuando miembros de la Guardia Costera detuvieron en Lesbos a un alemán y a una siria en un coche todoterreno, pintado con los colores de las fuerzas armadas griegas.
Ese mismo auto había sido detectado en varios puntos de llegada de las embarcaciones de refugiados, siempre con una matrícula del ejército falsa.
Según la Policía, los miembros de la red recibían mensajes cifrados sobre la concentración de refugiados en las costas turcas, el número de embarcaciones que salían hacia Grecia y su destino concreto.
Además, seguían sistemáticamente las comunicaciones de los guardacostas griegos y de los europeos de Frontex. En 2015, cuando estalló la crisis de refugiados, centenares de ONG se instalaron en las islas de Egeo para ayudar a los miles que llegaban cada día.
La red cuyos miembros han sido detenidos recibió importantes cantidades de dinero en las cuentas bancarias de la ONG, de acuerdo con la Policía.
LA INMIGRACIÓN EN ESPAÑA
Rumanos, gitanos, inmigrantes…son un problema
En 2016, una encuesta de la fundación porCausa y Metroscopia sobre la percepción de la inmigración en nuestro país reveló que a los españoles nos gustaban los inmigrantes en general, pero la aceptación de alguna nacionalidades era mayor que la de otras. Los rumanos, que junto con los marroquíes conforman la mayor población inmigrante que tenemos, quedaban peor parados que el resto. Personalmente, la gente rumana que conozco aquí es estupenda. Así que este verano viajé a Rumania con la firme intención de enfrentarme a todos los tópicos sobre los rumanos que tenemos en España. Y mi viaje me ha confirmado que se trata de un pueblo con el que tengo muchísima cercanía. Vuelvo llena de admiración por su gente, su cultura y su tierra. Resulta increíble pensar que todo el relato que se ha configurado durante años en España acerca de los rumanos, impide a mucha gente ver que la mayoría de los más de 600.000 ciudadanos rumanos que trabajan y enriquecen nuestras arcas públicas son personas magníficas y muy interesantes.
El discurso antimigratorio de Salvini no incluye, todavía, a las nacionalidades inmigrantes de origen europeo. Supongo que es cuestión de tiempo.
El campo en Rumania se despuebla. La gente joven no quiere quedarse y vuelve a sus pueblos solo en vacaciones, para a visitar a los familiares. Me contaba Miriam, una joven con dos hijos que lleva 10 años trabajando en Italia, que a ellos les gustaría volver, pero que para vivir en la ciudad preferían quedarse en Pisa. Aunque ahora en Italia hay muchos problemas con los inmigrantes. “Pero inmigrantes somos todos ¿no?”, le comenté. Tras un silencio largo, una sonrisa sustituyó al ceño fruncido inicial. “Sí, es cierto. No lo había pensado. El problema es con los otros inmigrantes, los que vienen de fuera”. El discurso antimigratorio de Salvini no incluye, todavía, a las nacionalidades inmigrantes de origen europeo. Supongo que es cuestión de tiempo.
“¿Y qué piensas de los gitanos?”. Los gitanos son un problema”. Según las estimaciones que existen, Rumanía sería, con España, el país que reúne la mayor población de etnia gitana del mundo. En todo el viaje no encontré nadie que me hablara bien de los gitanos. Sin embargo, tuve la suerte de visitar un pueblo donde la mayoría de los habitantes pertenecían a esta etnia. Allí disfruté de una de las conversaciones más bonitas y ricas de todo el viaje gracias a Miguel, un camionero retornado después de 10 años trabajando en España. No vi mucha diferencia con otros sitios en los que estuve.
Cualquier persona que tenga capacidad de influencia en la opinión pública debería ser consciente de que, repitiendo estos tópicos, no hace ninguna gracia y está emulando a los nazis de los años 30.
Los gitanos son ladrones, son vagos, son sucios. No me refiero a los supuestos chistes de Robert Bodegas que tanta polémica han causado. En esto se basaba el discurso que justificó la exclusión, tortura y exterminio de los gitanos en toda Europa central desde principios del siglo XX hasta después de la Segunda Guerra Mundial. Los textos sobre el exterminio gitano del Museo del Holocausto de Budapest (Hungría) encogen el alma. Que este discurso se mantenga después de todo lo que pasó me pone los pelos de punta, y cualquier persona que tenga capacidad de influencia en la opinión pública debería ser consciente de que, repitiendo estos tópicos, no hace ninguna gracia y está emulando a los nazis de los años 30.
Paseando por el Museo del Holocausto de Budapest me acordé de mi visita hace años a Auschwitz (Polonia). Fue un día gris y frío de febrero. Recuerdo las exposiciones de pelo, prótesis, dientes, las cámaras de gas, los barracones helados, y todavía me entran ganas de llorar. Por muchos museos y campos de concentración que visite, sigo sorprendiéndome de que millones de personas permitieran el Holocausto.
El silencio de los que no compartían las ideas y la forma de actuar del movimiento nazi llevo a normalización de la aberración que permitió el Holocausto
Analizando Bajo el signo de la esvástica, unos textos en los que el periodista Chaves Nogales narra su visita a la Alemania nazi en 1933, se pueden encontrar algunas de las claves más importantes para entender la impunidad con la que unos locos exterminaron a millones de personas. Para mí, la más importante fue el silencio de los que no compartían las ideas y la forma de actuar del movimiento nazi. La gente que no aprobaba pero permitió. Los que dejaron que el discurso xenófobo creciera a sus anchas sin pararlo. Fue esa normalización de la aberración la que permitió el Holocausto.
Miro a mi alrededor y tengo la sensación de que la historia se repite. El discurso antimigratorio crece con rapidez, en todos los entornos. El que ataca al que menos tiene grita demagogias, expande mentiras y tópicos, sin encontrar resistencia enfrente. La supuesta gente de bien, que no desea mal a nadie, no se atreve a defender los derechos humanos argumentando que no saben, que las migraciones son un tema complejo. Y lo son, salvo para los que quieren acabar con inmigrantes: parece que ellos sí que lo entienden todo perfectamente.
En 2016, una encuesta de la fundación porCausa y Metroscopia sobre la percepción de la inmigración en nuestro país reveló que a los españoles nos gustaban los inmigrantes en general, pero la aceptación de alguna nacionalidades era mayor que la de otras. Los rumanos, que junto con los marroquíes conforman la mayor población inmigrante que tenemos, quedaban peor parados que el resto. Personalmente, la gente rumana que conozco aquí es estupenda. Así que este verano viajé a Rumania con la firme intención de enfrentarme a todos los tópicos sobre los rumanos que tenemos en España. Y mi viaje me ha confirmado que se trata de un pueblo con el que tengo muchísima cercanía. Vuelvo llena de admiración por su gente, su cultura y su tierra. Resulta increíble pensar que todo el relato que se ha configurado durante años en España acerca de los rumanos, impide a mucha gente ver que la mayoría de los más de 600.000 ciudadanos rumanos que trabajan y enriquecen nuestras arcas públicas son personas magníficas y muy interesantes.
El discurso antimigratorio de Salvini no incluye, todavía, a las nacionalidades inmigrantes de origen europeo. Supongo que es cuestión de tiempo.
El campo en Rumania se despuebla. La gente joven no quiere quedarse y vuelve a sus pueblos solo en vacaciones, para a visitar a los familiares. Me contaba Miriam, una joven con dos hijos que lleva 10 años trabajando en Italia, que a ellos les gustaría volver, pero que para vivir en la ciudad preferían quedarse en Pisa. Aunque ahora en Italia hay muchos problemas con los inmigrantes. “Pero inmigrantes somos todos ¿no?”, le comenté. Tras un silencio largo, una sonrisa sustituyó al ceño fruncido inicial. “Sí, es cierto. No lo había pensado. El problema es con los otros inmigrantes, los que vienen de fuera”. El discurso antimigratorio de Salvini no incluye, todavía, a las nacionalidades inmigrantes de origen europeo. Supongo que es cuestión de tiempo.
“¿Y qué piensas de los gitanos?”. Los gitanos son un problema”. Según las estimaciones que existen, Rumanía sería, con España, el país que reúne la mayor población de etnia gitana del mundo. En todo el viaje no encontré nadie que me hablara bien de los gitanos. Sin embargo, tuve la suerte de visitar un pueblo donde la mayoría de los habitantes pertenecían a esta etnia. Allí disfruté de una de las conversaciones más bonitas y ricas de todo el viaje gracias a Miguel, un camionero retornado después de 10 años trabajando en España. No vi mucha diferencia con otros sitios en los que estuve.
Cualquier persona que tenga capacidad de influencia en la opinión pública debería ser consciente de que, repitiendo estos tópicos, no hace ninguna gracia y está emulando a los nazis de los años 30.
Los gitanos son ladrones, son vagos, son sucios. No me refiero a los supuestos chistes de Robert Bodegas que tanta polémica han causado. En esto se basaba el discurso que justificó la exclusión, tortura y exterminio de los gitanos en toda Europa central desde principios del siglo XX hasta después de la Segunda Guerra Mundial. Los textos sobre el exterminio gitano del Museo del Holocausto de Budapest (Hungría) encogen el alma. Que este discurso se mantenga después de todo lo que pasó me pone los pelos de punta, y cualquier persona que tenga capacidad de influencia en la opinión pública debería ser consciente de que, repitiendo estos tópicos, no hace ninguna gracia y está emulando a los nazis de los años 30.
Paseando por el Museo del Holocausto de Budapest me acordé de mi visita hace años a Auschwitz (Polonia). Fue un día gris y frío de febrero. Recuerdo las exposiciones de pelo, prótesis, dientes, las cámaras de gas, los barracones helados, y todavía me entran ganas de llorar. Por muchos museos y campos de concentración que visite, sigo sorprendiéndome de que millones de personas permitieran el Holocausto.
El silencio de los que no compartían las ideas y la forma de actuar del movimiento nazi llevo a normalización de la aberración que permitió el Holocausto
Analizando Bajo el signo de la esvástica, unos textos en los que el periodista Chaves Nogales narra su visita a la Alemania nazi en 1933, se pueden encontrar algunas de las claves más importantes para entender la impunidad con la que unos locos exterminaron a millones de personas. Para mí, la más importante fue el silencio de los que no compartían las ideas y la forma de actuar del movimiento nazi. La gente que no aprobaba pero permitió. Los que dejaron que el discurso xenófobo creciera a sus anchas sin pararlo. Fue esa normalización de la aberración la que permitió el Holocausto.
Miro a mi alrededor y tengo la sensación de que la historia se repite. El discurso antimigratorio crece con rapidez, en todos los entornos. El que ataca al que menos tiene grita demagogias, expande mentiras y tópicos, sin encontrar resistencia enfrente. La supuesta gente de bien, que no desea mal a nadie, no se atreve a defender los derechos humanos argumentando que no saben, que las migraciones son un tema complejo. Y lo son, salvo para los que quieren acabar con inmigrantes: parece que ellos sí que lo entienden todo perfectamente.
LA INMIGRACIÓN EN ESPAÑA
Dalái Lama, sobre los refugiados: “Europa pertenece a los europeos”
“Recibir a los inmigrantes, ayudarlos y educarlos es positivo, pero, al final, éstos deben contribuir a desarrollar su propio país”, dijo el líder espiritual budista tibetano
Dalái Lama dijo este miércoles en Malmö, Suecia, que “Europa pertenece a los europeos” y que a largo plazo, los refugiados deberían regresar a casa “para reconstruir su propio país”.
En una conferencia en la tercera ciudad más grande de Suecia, una ciudad que acoge a una gran población de inmigrantes, el ganador del Premio Nobel de la Paz en 1989, enfatizó que Europa es “moralmente responsable” en cuestiones de ayudar a “un refugiado cuya vida está realmente en peligro”.
LA INMIGRACIÓN EN ESPAÑA
¿ESPAÑA RACISTA? PERO SI INVENTAMOS EL MESTIZAJE
Hoy, viernes 28 de septiembre de 2018, el director de www.hispanidad.com, Eulogio López, recuerda que España no es racista.
LA INMIGRACIÓN EN ESPAÑA
ya ...... lo inventó, pero allá ... lo que en españa están muy mal visto ...... vamossss ..... negros, moros, gitanos y sudamericanos, se mezclen con los blancos y más si van a vivir a tu escalera.