Los regres y los progres

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Los regres y los progres

Mensajepor Invitado » Jue 08 Dic, 2011 10:27 am

La necesidad crea la voluntad, cuando necesitas, no te importa como y cuando hay avidez de poder, hay corrupcion, por que todos quieren mas, nunca tienen suficiente, alegan que si nosotros estubieramos en su lugar tambien lo hariamos, es una mentira hipocrita, pero como dice el dicho, cree el ladron que todos son de su condicion, la resistencia solo se produce por estupideces como desahuci os, en vez de ir ha protestar cuando se reforma la ley que les va ha oprimir mas cada dia, entre el miedo, que funciona, y el egoismo esta totalmente controla da la situacion por parte del poder.

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Pobre España....

El último testimonio de Unamuno

Mensajepor Pobre España.... » Mié 04 Ene, 2012 12:22 am



Pobre España....

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Assia
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Mensajepor Assia » Mié 04 Ene, 2012 12:41 am

Gracias "Pobre Espana" por colgarnos ese video.

Saludos,Assia

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Mensajepor Invitado » Jue 19 Ene, 2012 2:45 am

¿Nos gobiernan enfermos mentales?

El político y psiquiatra David Owen, que fue ministro de Sanidad y de Exteriores británico, afirma que sí, que muchos de los que hoy nos gobiernan son peligrosos enfermos mentales. La enfermedad explicaría muchos de lo que al pueblo le resulta inexplicable, incluyendo las mentiras, los fracasos y las medidas contra el ciudadano, la Justicia y la razón que se están adoptando frente a la crisis.

● El director general de Trabajo de la Junta de Andalucia se gastaba 900.000 euros, provenientes del dinero para luchar contra el desempleo en cocaina y en copas.

● La saqueada CCM concedió un crédito de 50 millones a un narcotraficante para que sus envios recalaran en el aeropuerto de Ciudad Real.

● El hijo del Presidente de la Junta de Andalucia, acusado por la Policia de formar parte de una red de blanqueo de dinero y cohecho a cambio de contratos en la Junta de Papá.

● La familia Botín ocultaba en Suiza unos 2.000 millones de euros evadidos al fisco español.

● El ex-ministro Pepiño recibió en mano cerca de 3 millones de euros en un maletin de la trama de su primo a cambio de contratos.


Abrimos un periódico y no tenemos más remedio que admitir que estamos siendo gobernados por delincuentes o por locos.

Cuando Zapatero se hundía sin remedio en las encuestas, rechazado visceralmente por los españoles, le preguntaron, en una entrevista, si se sentía mal ejerciendo el poder y con millones de ciudadanos rechazándole, pero, ante la sorpresa del entrevistador, afirmó que se sentía perfectamente y que dormía a pierna suelta. Lo mismo responderían hoy Rajoy, Montoro, Luis de Guindos, Artur Mas, Dolores de Cospedal, Griñán y muchos otros políticos españoles, a pesar de que deberían sentirse muy mal ante los estragos de la crisis, los millones de desempleados y pobres que llenan las calles de España y el inmenso sufrimiento que las medidas que ellos adoptan causan a millones de españoles.

Algunos idiotas creen que ser un buen político significa poder adoptar medidas dolorosas sin que les tiemble el pulso, sin que esas decisiones les afecten, por muy duras que sean. En realidad debería ocurrir lo contrario: el mejor político es el que siente dolor con sus administrados y el que duda, medita y sufre antes de adoptar decisiones graves que conllevan sufrimiento humano. Los insensibles son enfermos o canallas que han llegado al poder, mientras que los que sufren son seres humanos decentes que merecen la confianza de sus administrados.

¿Por qué ese comportamiento extraño e insensible de los políticos ante el sufrimiento que ellos mismos provocan o que no saben mitigar? La respuesta es que muchos de los políticos que hoy gobiernan son auténticos enfermos mentales, necesitados urgentemente de tratamiento psiquiátrico intenso. Lo que Zapatero definía en su entrevista como signos de salud, son, precisamente, los síntomas más claros del "Síndrome de la Arrogancia", la enfermedad mental que David Owen define y que reclama sea incluida, con un número propio, en el Código Internacional de Enfermedades (CIE).

Tras desempeñar cargos como el de ministro de Sanidad (1974-1976) y el de Asuntos Exteriores (1977-1979) en el Reino Unido, Owen, médico de profesión, se ha concentrado en los últimos siete años en la medicina y en la investigación del cerebro humano. Durante este tiempo, el inglés ha desarrollado una tesis sobre este "síndrome de 'hybris'", para él un desorden de personalidad cuyos síntomas serían el aislamiento, el déficit de atención y la incapacidad para escuchar a cercanos o a expertos. David Owen (In Sickmess and in Power, 2008) explica que el dominio del poder ocasiona cambios en el estado mental y conduce a una conducta arrogante, por lo que las enfermedades mentales necesitan una redefinición que incluya el Síndrome de la Arrogancia en el elenco mundial de enfermedades mentales.

A algunos políticos, el poder les hace perder la cabeza, los convierte en arrogantes y soberbios y les aleja de la realidad, situándolos en una peligrosa alienación que les hace perder la noción de la realidad. Pero a otros los convierte en verdaderos y peligrosos enfermos mentales, incapacitados, según Owen, para tomar decisiones y gobernar. Cuando acceden al poder se creen dioses o sus enviados en la Tierra, propician el culto a la personalidad y muchas veces se tornan crueles. Algunos creen que esa enfermedad se da únicamente en las tiranías, pero lo cierto es que también se desarrolla en las democracias, afectando a personas que han sido elegidas en las urnas. El síndrome, en los dirigentes que gobiernan las democracias, al no poder comportarse como dictadores crueles, tiene otros rasgos y manifestaciones: se sienten eufóricos, no tienen escrúpulos, no son conscientes de sus errores y fracasos y son capaces de dormir a pierna suelta (como Zapatero) sin que ni siquiera les afecte el rechazo masivo de los ciudadanos o su inmensa y aterradora cosecha de fracasos, dramas y carencias que, para cualquier persona con salud mental, resultarían insoportables. Su alienación es de tal envergadura que cometen un error tras otro, porque la capacidad de análisis no les funciona y sus decisiones y medidas son producto del desequilibrio, la soberbia y la confusión extrema.

Adolfo Suárez, Felipe González, José María Aznar y Zapatero han sido víctimas de lo que en España llamamos el "Síndrome de la Moncloa", un mal que aliena, atonta y aleja de la realidad a los mandatarios. Es probable que ese síndrome sea el mismo "Síndrome de la Arrogancia", descrito por Owen.

Es evidente que un tipo que duerme a pierna suelta, a pesar del sufrimiento y del rechazo masivo de sus conciudadanos, sin que su conciencia se conmueva ante los millones de desempleados, pobres y gente infeliz que ha generado su gobierno, ha debido perder la razón y estar gravemente enfermo.

Owen dice que los enfermos que padecen el "Síndrome de la Arrogancia" no están capacitados para gobernar y ponen en grave riesgo a los países que controlan.

¿Lo padece también Rajoy? ¿Hay alguna otra forma de explicar que un político prefiera subir los impuestos hasta asfixiar a sus ciudadanos, antes que suprimir lacras injustas y contrarias a la democracia como la subvención pública a los sindicatos y partidos políticos? ¿Por que Rajoyse esconde y no da la cara ante los españoles, a los que ha vaciado la cartera? Es probable que sólo un enfermo grave sea capaz de negarse a recortar gastos gubernamentales y prefiera meterles la mano en el bolsillo a los ya esquilmados ciudadanos. Es probable que sólo un enfermo sea capaz de adoptar esas decisiones, claramente contrarias al bien común, sin sentir dolor y angustia como ser humano.

Zapatero ya está en la tumba política, curándose, tal vez, de su enfermedad, retirado de la primera línea política, pero hay otros muchos políticos españoles en activo a los que se les ve la enfermedad nada más mirarles a los ojos u observando con atención su comportamiento. Carme Chacón deja a un lado su catalanismo radical y se presenta ante el PSOE como hija de un andaluz. A su flanco, sin que le moleste, se encuentra un despilfarrador empedernido como el manchego Barreda. Rubalcaba se presenta como ajeno al "zapaterismo",cuando ha sido su principal cómplice ¿Están locos o carecen de principios? Quizás las dos cosas, a juzgar por el aquelarre de insensateces y majaderías que ofrecen al ciudadano.

El caso más claro y evidente es el del presidente catalán Artur Mas, tan nacionalista, arrogante e insensible al sufrimiento ajeno que prefiere que algunos pacientes catalanes puedan morir por falta de atención médica, como consecuencias de los duros recortes en sanidad que ha ordenado, antes de cerrar sus innecesarias "embajadas" catalanas en el exterior.

A Artur Mas parece que no le importa lo que opinen sus administrados. Preso, probablemente, del "Síndrome de la arrogancia" se cree facultado para decidir sobre todo y optar por la política que él crea conveniente, incluso en contra de la voluntad de los ciudadanos. Es evidente que un dirigente que prefiere cerrar quirófanos a cerrar embajadas inútiles posee una inmensa y escandalosa carencia de democracia, pero es más evidente todavía que también podría padecer la enfermedad que el británico Owen ha descrito y tipificado con gran acierto. Los gobernantes valencianos parecen presos también, de la "locura de los políticos": no han podido pagar en diciembre la Seguridad Social de sus trabajadores y han necesitado la mediación del Gobierno por el vencimiento de una deuda de 123 millones, pero se niegan a recortar en el ruinoso Canal 9 de televisión regional. De manicomio, por lo menos.

Si esos políticos enfermos estuvieran en su sano juicio, dimitirían inmediatamente, ante la evidente incapacidad psicológica para gobernar a un pueblo de hombres y mujeres libres. Deberían comprender (pero la enfermedad les impide asumirlo) que, sin el apoyo de los ciudadanos, que son los "soberanos" en democracia, un gobernante rechazado equivale a un tirano.

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Creer en Politicos - La Mayor Ignorancia

Mensajepor Invitado » Jue 19 Ene, 2012 2:48 am


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Liberalismo

Las noches blancas. Liberalismo

Mensajepor Liberalismo » Vie 20 Ene, 2012 3:21 am



Las noches blancas. Liberalismo
Fernando Sánchez Dragó habla en las noches blancas de liberalismo con Carlos Rodríguez Braun, Juan Velarde, Tamarón y Jorge Vestringe.

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Crónica de la última vez que prometieron transparencia

Mensajepor Invitado » Vie 20 Ene, 2012 7:59 pm

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Rubén Díaz Caviedes: Crónica de la última vez que prometieron transparencia


Sabrán, me imagino, que Cristóbal Montoro acaba de anunciar que en la nueva ley de transparencia de su Gobierno los políticos tendrán “responsabilidades penales” por su actuación financiera. Hoy vamos a hablar de la última vez que anunciaron algo parecido y de qué fue lo que acabaron haciendo al final. Ya verán qué divertido. Es una historia que no defrauda. Garantizado.

La importancia de ser un PEP

Digan lo que digan los algoritmos de Google, la voz PEP no refiere sólo al señor estupendo que entrena al Barça, sino también a las siglas de politically exposed person, esto es, persona expuesta políticamente. Esta categoría incluye no sólo a los cargos electos —gobierno y oposición— de las tres instancias del power —Estado, autonomías y ayuntamientos—, sino a todos los cargos políticos del país y lo repetiré para darle empaque, porque en Jot Down no ponemos negritas así como así: a todos los cargos políticos del país. Desde la jefatura del Estado a la diplomacia pasando por ministerios, secretarías, instituciones de defensa, magistraturas, empresas públicas o empresas privadas concesionarias de un servicio público. Un PEP, por sintetizar, es cualquier persona con poder político o de origen político. Un PEP elige, dirige, licita, subvenciona y se queda o se marcha según sea la mayoría parlamentaria a la que se acoge. Por sintetizar y decirlo en inglés, claro, y además con siglas. Que queda como mejor y más dos punto cero aunque aquí, hasta donde alcanza mi entender, a esto se le ha llamado casta política de toda la vida. Que es a lo que en realidad refiere la noción de PEP, por cierto. A lo de casta. No por nada no se considera PEPs sólo a los cargos que les comentaba, sino también a sus cónyuges, familiares y allegados.

Y en España estuvimos a punto una vez de meterles mano. De vigilarles. O lo estuvieron ellos, mejor dicho. Los propios PEPs. Ellos estuvieron a punto de hacer una ley para vigilarse a sí mismos, pero al final dijeron que no, mira. Que mejor no. Les cuento la historia.

¿A dónde vas?

Lo anunció una mujer, señora doña Soledad Núñez, que era y sigue siendo directora general del Tesoro, allá por el año 2009. Que el glorioso Gobierno de España estaba preparando una ley antiblanqueo de capitales que iba a ser, bueno bueno. De agárrate y no te sueltes a la goma de la braga. No con estas palabras, claro; lo que ella dijo fue que el plan iba a ser “el más duro de Europa”. Contexto: el día anterior —2 de abril de 2009—, Zapateto había acudido de guest star a una cumbre del G20, la de Londres, donde abogó por el final de los paraísos fiscales. Se conoce que le dio uno de estos fervores demo-socio-progresistas que le daban a él y entonces, poco aficionado como era Zapatero a la improvisación, le pidió a Núñez que convocara a la prensa al día siguiente y anunciase a bombo y platillo que estaban trabajando en una ley antiblanqueo tan guay tan guay, pero tan sumamente guay, que hasta sometería a los PEPs españoles a, cito literal, “vigilancia reforzada”. Qué te parece.

Y Soledad Núñez lo anunció, claro. Y se tiró las flores consecuentes. No dijo para cuando estaría la ley, porque para qué adquirir compromisos, ni explicó que la medida se trata en realidad de la trasposición a ley orgánica de una Directiva Europea, la 2006/70/CE. Que en la UE, por cierto, hicieron para todas las naciones de la Unión, como compete, pero con especial funfún en el tipo de países que entendemos la economía pública un poco a la remanguillé, no sé si me explico. En los que hace más calorcito y cantamos y bailamos muy bien. Tampoco mencionó que ya en 2008 la UE le había dado un toque a España por tardar en aplicarla y por ser uno de los cinco países europeos carentes de una ley de transparencia —los otros, ilustro, son Grecia, Chipre, Malta y Luxemburgo.

Manzanas traigo.

Y la ley se hizo, no se crean. Había que hacerla, porque las directivas europeas es lo que tienen. Y se aprobó un año después, en abril de 2010. La clave, ya verán qué divertido, está en que el PSOE, con el apoyo del PP, decidió cambiar la denominación de lo que era un PEP. Donde el anteproyecto mencionaba a las “personas físicas, españolas o extranjeras, que desempeñen o hayan desempeñado funciones públicas importantes, así como sus familiares más próximos y personas reconocidas como allegados”, en la redacción de la ley puso “personas físicas que desempeñen o hayan desempeñado funciones públicas importantes en otros Estados”. Punto. Es decir, que eximió a los políticos nacionales. Sometió a vigilancia a los PEPs de origen extranjero —como los diplomáticos procedentes de otro país, por ejemplo, o los políticos españoles en instituciones comunitarias— y decidió que la ley no sometería a vigilancia a los PEPs españoles que viviesen en España, y lo voy repetir: a los PEPs españoles que viviesen en España. Que, por si a alguien se le escapa, vendrían a ser todos los políticos, cargos y funcionarios del Estado más familia más amigos. Quedaron exentos todos los diputados, los ministros, los concejales, los alcaldes, los secretarios y subsecretarios, los consejeros, los presidentes de autonomías y los presidentes de cajas de ahorro, por citar sólo algunos. Quedó exento Jaume Matas, por ejemplo. O Iñaki Urdangarín, sin ir más lejos. O Francisco Camps y El Bigotes. O Teddy Bautista. O Francisco Javier Guerrero.

¿Qué motivación tuvieron los políticos españoles para blindarse de su propia ley de transparencia? A mí, personalmente, se me ocurren varias. Corrupción institucional, por ejemplo, indecencia ideológica, secuestro de la voluntad popular, sinvergonzonería, amparo al latrocinio… Y en El País dijeron que la CECA —Confederación Española de Cajas de Ahorros— tuvo mucho que ver con el cambio porque, me imagino, a los presidentes de las cajas de ahorro no les gustaba la idea de verse sometidos a “vigilancia reforzada”. El ejercicio de poca vergüenza correspondió al grupo IU-ICV, que presentó una enmienda para incorporar a la definición el término “nacionales” que, por supuesto, fue rechaza por PP y PSOE tal que así, miren. En un decir pin pan, toma lacasitos. El texto, de hecho, gozó de lo que los medios llaman un amplio consenso y hasta hubo quien se animó a comentarlo. Gloria Gómez, del PSOE, aseguró entonces que “no tiene sentido investigar a todo el mundo y hacer una acumulación de datos de tal calibre”. Y Baudilio Tomé, del PP, manifestó que “que haya que vigilar a 60000 personas entre concejales, cónyuges y sus vínculos familiares” le parecía “exorbitante”. Desconocemos la opinión de Soledad Núñez o de la ínclita María Teresa Fernández de la Vega, que es quien anunció finalmente los contenidos de la ley. Ambas obviaron el tema de que fuera un despropósito porque, en fin. Futilidades, you know. Para qué explicar lo que está bastante claro.

Ley de transparencia.

Y hoy, lo dicho. Que Cristobal Montoro vuelve al mercado de la venta de burras en stock y jode con el tatachín una vez más con esa transparencia, bendita transparencia, que prometen a voz en grito con el mismo denuedo con que la eluden en silencio una y otra y otra vez más. Spain, one point. Les quiero invitar a que visiten la web Ley de Transparencia Ya, para que vean lo que se pierden, o que consulten la posición de España en el preceptivo ranking de corrupción de Transparency International, privilegiada como lo suele ser la de nuestro país en tanto ranking se publique en lo referente a dar vergüenza. Y animarles, por si no queda a claro, a que no se crean ni media. Lo que nos faltaba en este país, realmente lo último que nos faltaba, es empezar a creernos una misma milonga cuando no han transcurrido ni dos años desde la anterior.

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jaja

Mensajepor jaja » Vie 20 Ene, 2012 8:10 pm

La clave, ya verán qué divertido, está en que el PSOE, con el apoyo del PP, decidió cambiar la denominación de lo que era un PEP. Donde el anteproyecto mencionaba a las “personas físicas, españolas o extranjeras, que desempeñen o hayan desempeñado funciones públicas importantes, así como sus familiares más próximos y personas reconocidas como allegados”, en la redacción de la ley pusopersonas físicas que desempeñen o hayan desempeñado funciones públicas importantes en otros Estados”. Punto. Es decir, que eximió a los políticos nacionales. Sometió a vigilancia a los PEPs de origen extranjero —como los diplomáticos procedentes de otro país, por ejemplo, o los políticos españoles en instituciones comunitarias— y decidió que la ley no sometería a vigilancia a los PEPs españoles que viviesen en España, y lo voy repetir: a los PEPs españoles que viviesen en España. Que, por si a alguien se le escapa, vendrían a ser todos los políticos, cargos y funcionarios del Estado más familia más amigos. Quedaron exentos todos los diputados, los ministros, los concejales, los alcaldes, los secretarios y subsecretarios, los consejeros, los presidentes de autonomías y los presidentes de cajas de ahorro, por citar sólo algunos. Quedó exento Jaume Matas, por ejemplo. O Iñaki Urdangarín, sin ir más lejos. O Francisco Camps y El Bigotes. O Teddy Bautista. O Francisco Javier Guerrero.


:clap: :clap: :clap: partidocracia a toda mecha mientras los merluzos siguen creyendo en cuentos.

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Mensajepor Invitado » Vie 20 Ene, 2012 8:20 pm

ajajaja ... acaban de anunciar una ley y se dedican a criticar a zapatero.

españa está muuuu mal ... cuando se anuncian leyes y se critica al gobierno pasado ... .

vamossss ... que el futuro es NEGRO

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descojone

Mensajepor descojone » Sab 21 Ene, 2012 2:40 am

lizandro y la comprensión lectora = el agua y el aceite

:juas:

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lizandro

Mensajepor lizandro » Sab 21 Ene, 2012 2:44 am

prueba en el chat :>D:

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encima golfo

Mensajepor encima golfo » Sab 21 Ene, 2012 2:48 am

anda y diselo a tu meje :juas:

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Mensajepor Invitado » Sab 21 Ene, 2012 2:49 am

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Zoido inicia los trámites
La calle Pilar Bardem de Sevilla se llamará 'Avenida Virgen de las Mercedes'

El alcalde, que anunció que cambiaría el nombre de la calle nada más tomar posesión, afirma que ya han iniciado los trámites.

El alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, ha anunciado a través de Twitterque el Ayuntamiento ha iniciado los trámites para cambiar el nombre de la calle Pilar Bardem por el de "Nuestra Señora de las Mercedes".

Zoido recuerda que así lo han pedido "vecinos, entidades y hermandades", y alude a una recogida de firmas iniciada en septiembre pidiendo el cambio de nombre por el que ahora se propone. Desde que la Hermandad de Santa Genoveva lanzó la iniciativa, se han recogido más de 2.000 apoyos.

El alcalde anunció poco después de acceder al cargo su intención de cambiar el nombre de la calle por petición ciudadana. El anuncio suscitó muchas reacciones, a favor y en contra. Lo cierto es que, antes de ganar, Zoido ya se había mostrado en contra de dedicar una calle a Bardem.

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La historia mentida

Mensajepor La historia mentida » Sab 21 Ene, 2012 4:53 pm

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    La historia mentida

    Por Horacio Vázquez-Rial

    Cuando mis hijas empezaron a ir a la escuela, yo era progre. De modo que les tocó ir a un colegio laico, en el que, por no hablar de religión, se acababa por no hablar de nada.

Al cabo de un curso me di cuenta de que si las llevaba al Prado no iban a entender nada de las historias representadas en los cuadros de los grandes maestros. Y que, sin llevarlas al museo, se iban a perder partes importantes de las conversaciones cotidianas, que en España están constantemente trufadas con expresiones propias del universo católico. De modo que, como había ganado un premio literario y me había comprado un televisor estupendo con reproductor de videos, organicé una catequesis privada.

Vimos desde La Biblia de John Huston hasta Ben Hur, desde Los Diez Mandamientos hasta El manto sagrado, pasando por un buen número de peplos de todo pelaje. No creo que los viejos curas de Galicia que instruyeron a mi padre en esos asuntos fueran más eficaces a la hora de contar esas historias. De paso, aproveché para colar en el menú un poco de mitología clásica, invitando a casa a Ulises (Kirk Douglas) o a Hércules (Mike Hargitay). No importaba la fidelidad de las versiones. En última instancia, no se trataba de historia propiamente dicha, y pasó mucho tiempo antes de que empezáramos a hablar de la historicidad de Jesús y otros asuntos aledaños.

Por otro lado, yo continuaba con mi labor de historiador y de novelista, y me esmeraba, como sigo haciéndolo, por no decir mentiras; por no sacrificar un solo dato real a las necesidades de la ficción –juro que se puede hacer–; por mantener hasta la última coma las verdades confirmadas. Detesto la historia contrafáctica, el "y si las cosas hubieran sido de otro modo", "si los japoneses no hubieran bombardeado Pearl Harbor" o cualquier otra majadería por el estilo. Y detesto los errores que delatan el desaliño intelectual del narrador, de los que encontré últimamente un par de perlas en novelas muy bien acogidas: en una, la señorita alemana que discute con su amante americano en el Berlín ocupado de 1945 lo llama "machista"; en otra, un soldado de la División Azul, en el frente ruso, pregunta al médico de la compañía si hay antibióticos: sólo faltaba que el otro le respondiera que aún no se habían inventado.

Cuento todo esto porque la televisión española viene insistiendo en hacer series históricas que nada tienen que ver con la historia. Ya hemos sufrido en el cine una verdadera epidemia de películas sobre la Guerra Civil, y ninguna de ellas merece el menor elogio, al menos desde el punto de vista de la historicidad. La pantalla se sigue llenando de soldados republicanos con uniformes recién salidos del tinte y otros desatinos. Por no hablar de los relatos hagiográficos del tipo de Las Trece Rosas. En la tele la cosa es aún peor. Ya nos habían torturado con Hispania, que aún no se ha acabado, una serie en la que el espectador puede llegar a varias conclusiones equivocadas, a saber: a) a falta de ver el final, cabe que se convenza de que Viriato venció a los romanos; b) que lo más deseable para nuestra nación hubiese sido que los romanos fueran vencidos, como si descendiéramos de Viriato y no de Trajano o de Séneca; etcétera.

Ahora ha llegado Toledo. He leído en la prensa que los productores han hecho mucho caso a don Américo Castro, es decir, en busca de amparo historiográfico, se han acogido al santuario de un gran creador de mitos en relación con las tres culturas y la imaginaria convivencia entre cristianos, musulmanes y judíos, gentes que nunca se tragaron mutuamente y que distaban mucho de convivir a gusto, como vinieron a demostrar los acontecimientos. Claro que es una obviedad que la Reconquista fue una guerra que acabó con el triunfo católico, pero desde Castro y hasta Zapatero nunca han faltado quienes se empeñaran en negarlo. El relato, como no podía ser de otro modo, transcurre en el reinado de Alfonso X, llamado el Sabio, probablemente por su afán de conocer y por la creación de la Escuela de Traductores de Toledo, ya que no por su acción de gobierno, más bien desastrosa –remito a España, una historia única, de Stanley Payne–.

Como siempre, el producto es fallido. Todo sale mal. En la muy elogiada Juana la Loca, Felipe llega a Burgos por Navidad, cuando uno sabe que hace más frío que nunca, y le espera un criado con una palangana en la que va, empotrado entre hielos de gasolinera, un vaso de agua. La serie en que Fernando Rey encarnó al Quijote comienza en un lugar de La Mancha y con el hidalgo sentado a una mesa sobre la cual hay, cómo no, un queso manchego; de horma industrial, de los de ahora, sospecho que García Baquero, aunque alguien tuvo el buen criterio de no exhibir la marca.

¿A qué se debe que España sea especialmente incapaz de narrar su propio pasado con alguna fidelidad y sin caer en el ridículo? Por supuesto que en otras latitudes se cometen torpezas, y que Gandhi y Putifar tengan la misma cara de Ben Kingsley llega a resultar grotesco, sobre todo cuando uno aún recuerda a Paul Muni en Juárez, en La tragedia de Louis Pasteur o en La vida de Emile Zola, cambiando de rostro y hasta de alma, o a Peter O’Toole en Lawrence de Arabia. No, también los anglosajones se equivocan, pero menos, mucho menos.

Ya sé que es inútil insistir en la idea de que los productores deben tener al menos un historiador (serio) en su equipo, pero igual pruebo.

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joe

Mensajepor joe » Dom 29 Ene, 2012 5:13 am

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Zoido inicia los trámites
La calle Pilar Bardem de Sevilla se llamará 'Avenida Virgen de las Mercedes'

El alcalde, que anunció que cambiaría el nombre de la calle nada más tomar posesión, afirma que ya han iniciado los trámites.

El alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, ha anunciado a través de Twitterque el Ayuntamiento ha iniciado los trámites para cambiar el nombre de la calle Pilar Bardem por el de "Nuestra Señora de las Mercedes".

Zoido recuerda que así lo han pedido "vecinos, entidades y hermandades", y alude a una recogida de firmas iniciada en septiembre pidiendo el cambio de nombre por el que ahora se propone. Desde que la Hermandad de Santa Genoveva lanzó la iniciativa, se han recogido más de 2.000 apoyos.

El alcalde anunció poco después de acceder al cargo su intención de cambiar el nombre de la calle por petición ciudadana. El anuncio suscitó muchas reacciones, a favor y en contra. Lo cierto es que, antes de ganar, Zoido ya se había mostrado en contra de dedicar una calle a Bardem.



A mi me cae fatal Pilar Bardem, pero es curioso lo rapido que actuan algunos para quitarle su nome a una calle en Sevilla, y lo "despistados" que son los mismos para quitar nombres como Franco, José Antonio o General Mola... O no?




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