Las Paradojas del 11-M
Fernando Múgica, in memoriam
Fernando Múgica, in memoriam
Luis del Pino
Conocí a Fernando Múgica en la estación de Atocha. ¿Principios de 2005, tal vez? Yo ya había publicado mis primeras investigaciones sobre la masacre de Madrid y él era el maestro de periodistas que tanto había contribuido a abrirme los ojos con aquel primer artículo de su serie "Los agujeros negros del 11-M".
Llegué al lugar de la cita con antelación y él también lo hizo. Tomamos un café. Era un hombre cautivador, con esa manera socarrona de hablar de quien ha visto casi de todo y está de vuelta de casi todo, pero a la vez capaz de transmitir una cordialidad infinita, de hacerte sentir cómodo en su presencia. Era casi imposible no empatizar con él, a pesar de esa coraza que siempre percibías en su forma de expresarse. Y tenía esa forma de preguntar, a la vez incisiva y casual, que caracteriza a los buenos reporteros de investigación.
Desde entonces, nos vimos en varias docenas de ocasiones. Alguna vez colaboramos puntualmente. Muchas otras nos limitábamos a intercambiar puntos de vista sobre unas investigaciones protagonizadas, casi en exclusiva, por nuestros dos medios: El Mundo y Libertad Digital. "Si nos dejan seguir investigando", recuerdo que me decía, "es porque estamos aún muy lejos de la verdad. El día que nos acerquemos demasiado, nos meterán dos tiros". Y exhibía una sonrisa de niño travieso. Tenía la virtud de sugerir abismos como quien comenta que ha comprado dos barras de pan.
Los dos coincidíamos en que la versión oficial del 11-M no contenía un solo átomo de verdad, pero discrepábamos en cuanto a la autoría real de la matanza. Mientras que yo sostenía que era obra de las cloacas de nuestros propios servicios de información, él inscribía la masacre de Madrid dentro de una guerra mucho más global. Tenía una visión más geopolítica: el 11-M, según él, fue un atentado de bandera falsa ideado fuera de España, en el que nada salió como debía.
A él le debemos aquel primer artículo - publicado el mismo día que se anunció la retirada de las tropas españolas de Irak- en el que la versión oficial quedaba al desnudo, expuesta en toda su crudeza la inmensa chapuza con que se construyó. A él le debemos que el tribunal del 11-M dejara caer, como prueba falsa, aquel coche Skoda Fabia que apareció en Alcalá de Henares tres meses después de la masacre, cargado de prendas de ropa con el ADN de presuntos islamistas. A él le debemos, en suma, buena parte de la tarea de demolición que nos ha permitido constatar que seguimos sin saber quién cometió ese atentado.
Le escuché en muchas ocasiones comentar con ironía la actitud de algunos de nuestros compañeros de profesión, empeñados en defender lo indefendible. Pero aquella ironía no podía ocultar nunca del todo la tristeza que le causaban los ataques de alguna gente que diría lo que fuera por servir a sus amos.
Compartí con él algún viaje. Intercambiamos datos en más de una ocasión. Y siempre pude admirar en Fernando al auténtico periodista, al maestro de reporteros, a la persona insobornable dispuesta a ponerse al mundo por montera para perseguir la verdad. Fueran cuales fuesen las consecuencias. Y vaya si las tuvo su compromiso con el periodismo. "El 11-M me ha costado la vida", declaró en la que creo que es la última entrevista que le hicieron, hace ahora un año.
Resultaba difícil, para los que le conocieron, no sentir cariño por Fernando. Y resulta imposible, para los que le admirábamos, no sentir una pena inmensa por su muerte. Nos ha dejado un gran profesional y una gran persona. Alguien de quien tanto aprendí y a quien todos los españoles tanto debemos. Un hombre que amaba el periodismo hasta la extenuación.
Descansa en paz, Fernando. Dejas en nuestros corazones un inmenso agujero negro, que nadie podrá nunca llenar.
Las Paradojas del 11-M
Adiós a Fernando Múgica
Federico despide a Fernando Múgica, periodista que investigó el 11-M y al que ni su periódico, El Mundo, le están haciendo un verdadero homenaje.
Las Paradojas del 11-M
Fernando Múgica sobre la version oficial del 11-M: "El PP y el PSOE han fabricado esta mentira"
Las Paradojas del 11-M
UN NOUVEAU DREYFUS ? Jamal Zougam, bouc émissaire des attentats de Madrid ?
Un nuevo Dreyfus? Jamal Zougam, cabeza de turco de los atentados de Madrid?
Le site du film : http://nouveaudreyfus.net
Vous pouvez aussi le voir sur le site des MUTINS DE PANGEE, parmi d'autres films documentaires passionnants (N'hésitez pas à louer certains films et ainsi soutenir la production indépendante) :
http://lesmutins.org/un-nouveau-dreyfus (Cliquez sur l'icone à droite "Louer - VOD", puis "ajouter au panier", vous devrez juste créer un compte, le film est gratuit)
La enorme patraña del 11-M - Fernando Múgica
Uno de los vagones del tren de cercanías afectado por los atentados del 11-M.
La enorme patraña del 11-M
La muerte de Fernando Múgica truncó su proyecto de escribir un libro basado en sus investigaciones sobre el 11-M. Este texto, en el que sostiene que las Fuerzas de Seguridad taparon con pruebas falsas el papel de "potencias extranjeras", iba a servirle de prólogo. EL ESPAÑOL lo reproduce como homenaje a su tesón en la búsqueda de la verdad.
FERNANDO MÚGICA
Una de las personas más importantes del Gobierno de Aznar me hizo varias confidencias junto al mar. Fueron muchas horas de conversación durante dos días de verano. Hubo solo un mensaje que repitió en tres ocasiones.
"A mí lo que siempre me ha fascinado" -me insistió- "es por qué no has tenido problemas físicos. Sigues empeñado" -se refería claro está a la investigación sobre el 11-M- "en pasar de la cascarilla. Lo que me asombra es que a tu edad sigas con esa fantasía de que vas a poder llegar más allá de la espuma de lo que pasó. Estás loco. Tú eres perfectamente consciente de que en el momento en que traspases la espuma de la realidad duras exactamente 24h".
Y tenía razón. El conjunto de datos de la investigación policial que dio lugar al sumario y, más tarde, a la sentencia del 11-M constituyen una simple y gigantesca cascarilla. La razón de Estado, apoyada con el doble estímulo del terror y las prebendas, se impuso entre las fuerzas del orden para fabricar esa espuma envolvente que tanto nos ha distraído.
Los más escépticos entre los periodistas, los políticos y los agentes de la ley, fuimos laminados. A otros se les estimuló con reconocimientos, ascensos o traslados a diferentes embajadas. Se colocó en puestos clave de control a tres policías incondicionales del nuevo Gobierno, aunque para ello tuvieran que sacrificar durante una temporada a la maquinaria engrasada y eficaz de la Unidad Central de Inteligencia. Se controlaron llamadas y ordenadores. Se cambiaron cerraduras y protocolos.
Al final, unos antes y otros después, todos los cuerpos de seguridad terminaron apoyando una versión en la que cada cual trató de introducir a sus culpables. Fue una batalla sin cuartel, y contra reloj, de fabricación de pruebas, camuflaje de listados de teléfonos y tarjetas y terminales que llegaron a detenciones anticipadas y arbitrarias.
Fernando Múgica en la redacción de El Español en 2015.
UN ERROR GARRAFAL
Uno de los errores más grandes que hemos cometido a lo largo de la investigación es considerar que las Fuerzas de Seguridad del Estado actuaron desde el primer momento con una única intención.
“Al final, unos antes y otros después, todos los cuerpos de seguridad terminaron apoyando una versión en la que cada cual trató de introducir a sus culpables. Fue una batalla sin cuartel"
La realidad es que en los primeros dos meses tras el 11-M se produjo una batalla salvaje entre los distintos organismos policiales y de inteligencia. Cada grupo se enrocó, se impermeabilizó por instinto, ante la brutal sorpresa de los atentados. Cada departamento razonaba, dentro de su muralla, que si no habían sido los suyos, ni la gente que ellos controlaban, tenían que estar implicados los demás. Se montaron, unos a otros, escuchas y seguimientos porque nadie se creía que aquellos primeros personajes que ciertos departamentos de la policía presentaban como autores tuvieran nada que ver con lo sucedido.
El asunto era muy grave así que se exigieron pruebas de fidelidad, se desenterraron viejas hermandades de los años 80 y 90, como el clan de Valencia, los de Barcelona o los guarreras de la vieja Brigada de Interior. Tardaron varias semanas en ponerse de acuerdo y al final lo hicieron convencidos de que seguir por ese camino nos podía llevar a todos a una catástrofe mucho mayor de la que había sucedido.
La matanza ya no tenía remedio. El cambio político no tenía marcha atrás. Hubo un juramento por el que nadie iba a responsabilizar de nada a ningún colega si se llegaba a un consenso férreo sobre los culpables. El linchamiento público de Agustín Díaz de Mera, ex Director General de la Policía, -un político que no pertenece al Cuerpo- cuando quiso salirse del guion, camina en esta dirección.
UN ERROR GARRAFAL
Un oficial antiterrorista de la Guardia Civil definió la situación, delante de sus hombres, de una forma impecable: "El PP ya está jodido hagamos lo que hagamos. Esto se lo van a comer los moros. Son tan gilipollas que al final ellos mismos van a convencerse de que lo han hecho. Se acusarán mutuamente para salvar el culo. Y el que hable, ya sabe, está muerto".
Croquis realizado por la Policía Nacional de la mochila-bomba encontrada sin explotar en la comisaría de Vallecas.
Una consigna parecida caló en todos los estamentos de seguridad. No faltaban, claro está, los que aplaudían con las orejas por el cambio de régimen que los atentados habían alentado. La marcha del odiado Trillo o del prepotente Aznar -¡cómo aplaudían los de Información de Zaragoza en la noche del 14-M!- era un alivio para muchos. Pero la conspiración de silencio rebasó cualquier inclinación política.
“Tras el 11-M se produjo una batalla salvaje entre los distintos organismos policiales y de inteligencia… Se montaron, unos a otros, escuchas y seguimientos porque nadie se creía que aquellos primeros personajes que ciertos departamentos de la policía presentaban como autores tuvieran nada que ver"
Antes de llegar a ese pacto hubo una batalla sorda por averiguar implicaciones y complicidades. Todos querían guardarse munición -y lo hicieron- por si venían mal dadas...
La sentencia no ha sido más que la consagración salomónica de la parte de la versión oficial que resulta suficiente, de cara a la galería, para pasar página por parte de las distintas corrientes. Ha dejado al descubierto, sin embargo, suficientes lagunas como para que nadie pueda proclamarse vencedor.
Los políticos de ambos signos lo tenían asumido hace tiempo. Era mejor eso que desvelar que agentes incontrolados de potencias extranjeras hubieran cambiado, sin nadie que se lo impidiera, la historia de España. No podían admitir además el control, bordeando la complicidad, que habían desarrollado durante años para alimentar y tener controladas a las bandas del norte y del sur, a ETA y a los musulmanes radicales.
LOS AGENTES INFILTRADOS
España era, en las semanas previas a los atentados, un entramado gigantesco de observadores, vigilantes, confidentes y agentes encubiertos. Lo mejor de cada casa estaba en las calles con los ojos bien abiertos. Corría el dinero y se palpaba una euforia prepotente. Los posibles grupos terroristas de uno y otro signo estaban tan infiltrados, tan controlados, tan neutralizados que las propias fuerzas de seguridad les daban cuerda para que pudieran seguir adelante sin sospechas, por si tenían que utilizarlos.
Las redes de la UCO, de la UCE1 y UCE2, de la UCII y la UCIE, de la UCAO, de la UDYCO, del CNI y un largo etcétera controlaban las caravanas de la droga, las rutas de los explosivos, las reuniones de los integristas islámicos. Por eso los avisos exteriores solo provocaban sonrisas de suficiencia.
“Un oficial antiterrorista de la Guardia Civil: «El PP ya está jodido hagamos lo que hagamos. Esto se lo van a comer los moros. Son tan gilipollas que al final ellos mismos van a convencerse de que lo han hecho."
A veces tenían que jugar al ratón y al gato y al escondite para que unos grupos policiales no interfirieran en la labor de los otros. ¿El Tunecino? Pero si era uno de los chicos del CNI. Por eso tuvieron que espantarlo de su piso cuando el acoso de la policía se había vuelto asfixiante. Facilitaron su huida para desesperación de los controladores policiales.
¿Lamari? Pero si estaba enrolado en el mismo barco desde hacía tiempo. Por eso Safwan Sabag, El Pollero de Valencia no le perdía ni a sol ni a sombra desde que consiguieron sacarlo anticipadamente de la cárcel. Tuvieron que intervenir su teléfono, el 1 de julio del 2004 para que cuando la policía metiera las narices con el Skoda Fabia ya no pudieran escucharle. Y a Benesmail, su lugarteniente oficial, lo introdujeron en Asturias -y todo está grabado- en la misma cárcel, Villabona, y el mismo mes, julio de 2001, que ingresó Antonio Toro Castro el tapado en el comercio de los explosivos, y tan solo un mes antes de que entrara en la misma cárcel Rafa Zouhier, el tapado de la Guardia Civil.
Rafa Zouhier proclamando su inocencia durante el juicio.
Para completar el control de la zona estaba el argelino Rabiá Gaya, al que montaron una carnicería musulmana en Gijón y Fernando Huarte, el enlace con asociaciones Palestinas que sacaba a pasear a Benesmail con la excusa del dentista, como si eso fuese posible y habitual en un peligroso terrorista en régimen de vigilancia especial.
Durante los últimos años, todas las tramas de traficantes se habían puesto bajo la lupa policial con muchos medios. Para las caravanas de droga desde el Magreb, el PP contaba en 2003 -cuando aparece el proveedor Jamal Ahmidan, El Chino, procedente de una cárcel de Marruecos- con los ocho años de experiencia de Gonzalo Robles al frente del Plan Nacional sobre Drogas. El 21 de noviembre de 2003 el Consejo de Ministros le nombra Delegado del Gobierno para Extranjería e Inmigración. Se aduce algo que era verdad, su "gran conocimiento de las rutas del narcotráfico en El Estrecho".
Las rutas del explosivo hacía tiempo que estaban bajo la supervisión del CNI y de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil.
“Por eso, los atentados del 11-M produjeron una enorme sorpresa a los distintos grupos de inteligencia. Pero lo que realmente causó estupor fue la inmediata captura de los responsables y la aparición fulgurante de las pruebas"
EL HOMBRE DEL REY
El control y la infiltración de radicales islámicos estaba manejada por la UCIE, de la policía y la UCE2 de la Guardia Civil, pero sobre todo por el CNI. Las credenciales del servicio secreto para ello no podían ser mejores. Jorge Dezcallar, el primer civil nombrado como director del Centro en 2001 -y el primero que ostentó el cargo de Secretario de Estado-, era un verdadero especialista en el Magreb. Vino de la mano del Rey.
El exministro de Defensa, Federico Trillo (i), y el exdirector del CNI, Jorge Dezcallar (d).
No era un hombre de Aznar pero éste sabía de sus conocimientos en materia de terrorismo islámico ya que acababa de simultanear el cargo de embajador en Marruecos con el jefe de antena del CNI en la zona. No era un paracaidista. Llevaba muchos años en esos menesteres.
Para colmo, a su lado se promocionó a María Dolores Villanueva, asturiana, divorciada, un sabueso dedicada en cuerpo y alma a descubrir agentes infiltrados. La mujer con el puesto más alto en la historia del CNI. ¿Su especialidad?, contra inteligencia. ¿Su misión más reciente?, responsable de contra inteligencia del Magreb.
Después del 11-S se habían redoblado los esfuerzos en esa dirección. La realidad contradecía a lo que luego se convertiría en el latiguillo falso y estúpido de que el Gobierno había descuidado ese flanco. No faltaban traductores, ni analistas, ni agentes de campo, bien entendido que en un servicio secreto, siempre se considera que el doble aún sería insuficiente.
“Cuando colocaron la mochila de Vallecas no podían saber que las verdaderas bombas no llevaban metralla. La pusieron en el convencimiento de que lo normal es que la llevara"
Antes del 11-M se había constituido un comité de crisis compuesto por ministros y expertos en el que el propio Dezcallar explicaba, en cada reunión- y al menos durante los últimos dos meses-, los seguimientos en Lavapiés y en las mezquitas, la infiltración en asociaciones y pisos dormitorio, el control en locutorios, carnicerías y peluquerías. Tenían a sueldo a los individuos destacados en relación a las corrientes islamistas radicales.
Por eso, en contra de lo que muchos investigadores escépticos con la versión oficial piensan, los atentados del 11-M produjeron una enorme sorpresa a los distintos grupos de inteligencia. Pero lo que realmente causó estupor fue la inmediata captura de los responsables y la aparición fulgurante de las pruebas.
¿De dónde salían todas aquellas evidencias que habían pasado hasta ese día inadvertidas? ¿Estaban preparadas de antemano o fueron saliendo una detrás de otra, como las cerezas en un plato, en un puro ejercicio de improvisación?
Si hubieran estado preparadas no habrían tenido esas inmensas lagunas que más tarde fueron incapaces de cuadrar, aunque lo intentaran, incluso a martillazos y ante la ceguera y la apatía general.
Cuando colocaron la mochila de Vallecas no podían saber que las verdaderas bombas no llevaban metralla. La pusieron en el convencimiento de que lo normal es que la llevara. Luego tuvieron que decir a El gitanillo en su declaración de junio aquella frase presuntamente pronunciada por Trashorras en la mina: "No os olvidéis de los clavos y los tornillos", solo para justificar la metralla de esa mochila.
Imagen general de la mina donde trabajó hasta octubre de 2002 Suárez Trashorras.
Tampoco tuvieron tiempo de hacer coincidir la composición de los explosivos reales con los postizos. Sencillamente porque a la hora en que fabricaron la mochila de Vallecas aún no se conocían los resultados de los análisis de los restos de las bombas que habían estallado. Era más cómodo hacer coincidir la dinamita de la mochila con los restos encontrados en la Kangoo y con la muestra patrón.
“Durante el mediodía del 11-M lo primero que los encubridores decidieron fue que los culpables serían los moritos de Lavapiés. Y entre ellos, los que más podían relacionar con el terrorismo islámico internacional. Los tenían controlados así que iba a ser muy sencillo echarles el guante"
Y ni eso supieron hacer por culpa de la Metenamina que salía en unos análisis sí y en otros no. Sánchez Manzano, el responsable de los Tedax, llegó a firmar un escrito en el que se incluía la Metenamina como uno de los componentes básicos de la dinamita. El resto del debate sobre la composición de los explosivos es ya conocido de sobra por el lector.
LA MANIPULACIÓN DE LAS TARJETAS
Tuvieron que dejar los primeros análisis en una nebulosa para acoplarlos, en su momento, al atrezzo.
Durante el mediodía del 11-M lo primero que los encubridores decidieron fue que los culpables serían los moritos de Lavapiés. Y entre ellos, los que más podían relacionar con el terrorismo islámico internacional. Los tenían controlados así que iba a ser muy sencillo echarles el guante. Pero necesitaban pruebas que les encaminaran rápidamente a ellos. Decidieron que lo más práctico era una tarjeta de teléfono con un móvil como iniciador de las bombas -los locutorios de los musulmanes de Lavapiés las vendían-. El policía municipal Jacobo Barredo había declarado a la prensa que una de las bombas que los Tedax neutralizaron tenía una especie de gran teléfono con unos cables.
Tuvieron horas para preparar uno y para enterarse de los lotes de tarjetas que llevarían más tarde a Lavapiés. El aparato telefónico lo apañarían de la misma manera, con cualquier bazar de indios que los vendiera. No llevaban control alguno de las numeraciones. Sería sencillo presionarles para que reinventaran los libros contables. ¿Se acuerdan del juez Bermúdez y aquella teatralización pública durante el juicio en la que él mismo puso en evidencia que aquellas numeraciones de Imeis estaban fabricadas mucho después de la venta de los terminales?
El presidente del tribunal del 11-M, Javier Gómez Bermúdez.
No hay nada más manipulable que las tarjetas telefónicas. Con el material y los conocimientos adecuados se pueden clonar, cambiar, falsificar, redirigir y suprimir llamadas o reconvertir unas en otras. En ningún país serio se considera como prueba, más allá de puros indicios, nada de lo relacionado con las llamadas telefónicas. La posible manipulación invalida cualquier conclusión.
Por eso la subinspectora de la UCII, la unidad anti ETA, que llamó a la puerta del piso de Leganés y que desencadenó los acontecimientos de aquella tarde infernal del 3 de abril de 2004 -la misma a la que luego hicieron pasar a segunda actividad- le confesó a un colega: "No tenemos nada contra ellos. Solo cruces de llamadas y eso sabes que es como no tener nada".
Además de las tarjetas necesitaban una fuente para los explosivos y los detonadores. Echaron mano de lo que tenían más a mano. Mina Conchita había servido durante años como pantalla para la red de explosivos manejada por las fuerzas de seguridad que utilizaban la red de Antonio Toro para poder colocarla, marcada, en los depósitos de los terroristas.
Antonio Toro Castro el tapado en el comercio de los explosivos.
Esa pantalla había funcionado por la simplicidad del ex minero Trashorras, manejado por el inspector de policía de Avilés Manuel García Rodríguez Manolón. Un veterano de Información de Madrid menos fuerte de lo que él mismo creía y al que han tenido que sostener para que no terminara contando todo lo que sabe. La llegada del nuevo Jefe Superior de Policía a Asturias, Arujo, ex cuñado de Manolón y antiguo responsable de la comisaría de Gijón, consolidó ese flanco.
A Trashorras siempre lo utilizaron como a un tonto útil. Nunca supo que lo usaban desde mucho antes del 11-M.
La dinamita que vendía Toro, según testigos que detallaremos, venía directamente de fábrica. Toro utilizaba a su cuñado y a esa mina como señuelo para que los compradores no sospecharan su verdadera procedencia. Por eso podía ofrecer centenares de kilos a la semana, una cantidad que nunca hubiera podido sustraerse ni siquiera de la mina peor vigilada.
LA CÉLEBRE KANGOO
La furgoneta Kangoo fue otro recipiente de pruebas improvisado. No tenía huellas de los presuntos culpables de Lavapiés, porque cuando decidieron utilizarla, a primera hora de la tarde del 11-M aún no habían decidido quienes serían esos culpables.
Furgoneta Renault Kangoo supuestamente relacionada con los atentados.
Los primeros que inspeccionaron la furgoneta, todavía en el aparcamiento de la estación de Alcalá de Henares, no pudieron ver ni la cinta coránica, ni los detonadores, ni la mayor parte de las prendas de ropa porque no estaban. Fue luego, en Canillas, -cuando decidieron que utilizarían la furgoneta para terminar de encaminar a los investigadores hacia la pista islámica cuando introdujeron los objetos que necesitaban para sus fines. Antes de la inspección técnico-policial -eufemismo para referirse a una simple lista de los objetos- se guardaron algunas prendas del dueño de la Kangoo, los que luego aparecerían en el Megane del primo de Jamal Ahmidán, junto a más prendas de los presuntos terroristas que servirían para encontrar nuevos ADN inculpatorios.
“Además de las tarjetas necesitaban una fuente para los explosivos y los detonadores. Echaron mano de lo que tenían más a mano. Mina Conchita había servido durante años como pantalla para la red de explosivos manejada por las fuerzas de seguridad que utilizaban la red de Antonio Toro"
¿La tarjeta del Grupo Mondragón? Los primeros policías que llegaron hasta ella la vieron. Probablemente era un detalle sin la menor importancia. Ellos creyeron que sería importante y por eso lo resaltaron porque les parecía que encaminarían la investigación hacia ETA y que fue ocultada deliberadamente.
La caza de brujas de este episodio fue brutal. Se organizó una investigación interna. Se me hizo llegar una información según la cual si llegaba a revelar el nombre de mi fuente la competencia sacaría una foto de ese individuo con el brazo en alto en una manifestación. Era una presión inútil porque jamás desvelaré una fuente aunque eso me acarree un aparente descrédito.
Es realmente irritante e infantil que en la sentencia se destaque por su nombre solo una de las cintas encontradas en la Kangoo -la de la Orquesta Mondragón- con la clara intencionalidad de tratar de dejar en evidencia la posible confusión de esa casete con la tarjeta de visita mencionada. Patético en un juez que podría haber solventado el caso llamando a declarar a los primeros policías de Alcalá para salir de dudas.
¿Y el portero Garrudo y los tres encapuchados? Una simple coincidencia. Nunca tuvieron nada que ver con el caso. La sentencia dice que salieron de la furgoneta pero, como se puede comprobar por todos los testimonios, el portero solo dijo en su día que los vio al lado de la misma, y no dentro como el mismo se encargó de rectificar.
Los fabricantes del encubrimiento utilizaron la Kangoo sobre la marcha como podían haber utilizado cualquier otro vehículo si ese no hubiera salido a la luz. Los policías que la vieron vacía matizaron en el juicio que podía haber algunas cositas. Aceptamos que había las que se consignaron en la lista menos la cinta coránica, los detonadores y restos de explosivos y, por supuesto, todas las prendas de los terroristas en las que luego se encontrarían los restos de ADN comprometedores. Y que eso podía conformar una furgoneta con algunas cositas que no fueron suficientes para llamar la atención a los policías, ni de los perros.
ZOUGAM Y EL LOCUTORIO
¿Zougam y Bakkali? Pero ¿quiénes creen que les indujeron a montar el locutorio? Bakkali -al que las autoridades marroquíes se empeñaron en calificar de mecánico en todas las informaciones- dejó colgada una sustanciosa beca en una universidad madrileña en la que se doctoraba en ciencias físicas para meterse en un negocio bastante cutre en un barrio de inmigrantes marroquíes. Precisamente todo aquello de lo que él siempre -por su formación y clase social- quiso huir.
Jamal Zougam, en una imagen captada durante el juicio.
Los abogados que gestionaron el papeleo le aconsejaron que no renunciara a su tarjeta de residente como estudiante ya que era casi imposible que le dieran, como él pretendía, la de autónomo. No se la daban a nadie. Los mismos abogados se quedaron con los ojos a cuadros cuando poco después la policía se la había concedido. Si repasan sus declaraciones judiciales observarán como fue él quien apuntaló la culpabilidad de Zougam, su socio, cuando admitió que era un radical y que utilizaban la peluquería para reuniones islamistas.
Por cierto, al revés que Zougam, declaró que la policía no le había tocado durante los interrogatorios. Por supuesto, al final, el hombre que, según la versión oficial, guardaba en su piso las tarjetas telefónicas implicadas en los atentados, uno de los socios del locutorio que teóricamente las compró, quedó libre de toda culpa.
“'El Chino' fue la respuesta del CNI a la primera jugada de la policía al culpar de improviso a Zougam"
¿El locutorio de la calle Tribulete? Pero, por qué creen que lo asaltaron en plena noche, tres días antes de la explosión del piso de Leganés. Los desconocidos -"muy profesionales y con el material adecuado"- que rompieron los precintos policiales, en una de las calles más vigiladas de Madrid en aquella época, no querían llevarse nada. La policía ya se había incautado de todo lo de interés en los dos registros oficiales.
Solo quedaba limpiar el local. Quitar todas las cámaras y micrófonos que ellos mismos habían puesto mucho antes.
¿La peluquería de la calle Tribulete y sus reuniones clandestinas? Como la otra peluquería, Paparazzi, la del agua bendita, no podía tener más cámaras y micrófonos por metro cuadrado. Fue Zougam quien puso los 6.000 euros que le faltaban a un amigo para montar el negocio. Según declaró éste al juez, sacaban unos 300 euros al mes. Zougam tenía derecho a una tercera parte de las ganancias. Así que hubiera tenido que esperar al sexto año para ganar el primer euro. Un negocio redondo.
42.000 AÑOS DE CÁRCEL
Al CNI le pilló de sorpresa la detención de Zougam y sus socios. Pero lo que consideraron que sobrepasaba cualquier límite es la filtración a la prensa de que en ese locutorio se había encontrado el trocito de baquelita que faltaba precisamente en el teléfono de la mochila con explosivos encontrada en la comisaría de Puente de Vallecas.
También contó la policía, al principio, que fue en ese locutorio donde se prepararon las bombas. Era mentira pero los medios lo airearon en grandes titulares y mantuvieron durante meses el hallazgo de un trozo de baquelita. Eso contribuyó a que el gran público considerara a Zougam culpable indiscutible.
Comenzaron a salir en televisiones y periódicos espontáneos que certificaban la radicalidad de Zougam y por supuesto aparecieron testigos que lo habían visto en distintos trenes en la mañana del 11-M. Era también el culpable favorito de los americanos. A éstos les venía de perlas la versión primera sobre la culpabilidad de Al Qaeda.
Por eso, periodistas afines airearon en Europa que Zougam tenía incluso relación con los culpables de la célula alemana del 11-S. Hubo quien lo vinculó con el viaje de Atta -uno de los aviadores suicidas del 11-S- y con su viaje a Tarragona antes de los atentados de Nueva York.
Se difundió que Zougam había llamado seis días antes de los atentados del 11-S a Abu Dahdah, el islamista residente en España implicado por la justicia española en los atentados de Nueva York. Hubo quien detalló que Zougam había recibido entrenamiento militar y adoctrinamiento en los campos de Afganistán.
La intoxicación provino en parte de personal cercano a la embajada estadounidense. Los mismos que habían servido como tercera fuente a la cadena SER en la noticia sobre la aparición de terroristas suicidas en los trenes.
Todo aquello se fue cayendo como un castillo de naipes, pero el golpe de efecto ya no tendría marcha atrás. La realidad es que nunca han tenido nada sólido contra Zougam a pesar de que fuera condenado a 42.922 años de cárcel.
Los que señalaron a Zougam desde el principio -"Ha sido la mejor decisión profesional que he tomado en mi vida", dijo De la Morena en el juicio- le tenían preparado un protagonismo aún mayor.
EL CHINO SURGE DE LA NADA
El guion del primer encubrimiento contaba con su culpabilidad no solo como autor material sino como conseguidor de los explosivos. El lector recordará la insistencia de Emilio Suárez Trashorras, -el ex minero asturiano condenado por proporcionar la dinamita-, en sus declaraciones a El Mundo cuando denunciaba que la policía quería desde el primer momento que acusara a Zougam y a El Tunecino de recibir los explosivos. Fue mucho más tarde, según Trashorras, cuando se atribuyó la operación a El Chino.
A la izquierda, Jamal Ahmidan, alias El Chino; a la derecha, Serhane Ben Abdelmajid, El Tunecino.
De hecho, la policía aireó dos tarjetas de teléfono que habían viajado a Asturias los días 28 y 29 de febrero -los días en que teóricamente los terroristas se agenciaron los explosivos- atribuyéndoselas a Zougam.
Cuando se difundieron las tarjetas que supuestamente había usado El Chino en el viaje a Asturias de esos mismos días, las que relacionaban esas fechas con Zougam desaparecieron de la circulación.
El Chino fue la respuesta del CNI a la primera jugada de la policía al culpar de improviso a Zougam. Si hacía falta unos culpables creíbles tenía que armarse mejor el argumento, la recepción de los explosivos, los contactos con la llamada trama asturiana. El Chino surgió de la nada y rompió los esquemas de muchos policías en el primer momento. No se obtendrían sus huellas hasta que Marruecos quiso entregarlas. Su perfil era misterioso y difuso. Estaba en todas partes pero nadie parecía poder aportar nada concreto, al margen de las declaraciones de Trashorras y Zouhier.
Por eso todos los responsables policiales se esforzaron en repetir ante el juez Bermúdez que sus grupos operativos desconocían la existencia de El Chino y que nunca lo habían tenido como un objetivo. El jefe de la UDYCO, el que tenía controlados los teléfonos de ese grupo de traficantes, desde muchos meses antes del 11-M, se atrevió a asegurar en la Comisión de Investigación del Congreso que para ellos El Chino no era Jamal Ahmidán sino su primo. Otro afirmó que no supo de su existencia hasta después de la explosión de Leganés.
Fue el CNI quien proporcionó los listados de llamadas de El Chino, en el viaje a Avilés en esos días clave de febrero de 2004, a los miembros de la Guardia Civil encargados de la investigación de los explosivos asturianos. La trama asturiana estaba servida.
Las Paradojas del 11-M
porqué PJ alargó de una patada en el culo a mugica y puso al informatico (del pino)... yo te lo digo ... porque no se prestó a continuar con la teoría pepona.
Las Paradojas del 11-M
El director del programa "Sin Complejos" de EsRadio habla con Actuall sobre el 11-M, la crisis que viven PP y PSOE o las posibilidades de Podemos de llegar al poder.
Entrevista a Luis del Pino
"Los españoles estamos por encima de nuestras élites"
El periodista de EsRadio acusa a Rajoy de haber desideologizado el PP, una deriva -asegura- a la que el presidente del Gobierno ha llevado a su formación tras haber acatado la versión oficial del 11-M, la primera de todas las deserciones.
Lleva la última década luchando a brazo partido por demostrar que la versión oficial del 11-M es una patraña. Ha escrito libros y centenares de artículos -nunca refutados- aportando pruebas suficientes -asegura- que desmontan la prueba de la mochila de Vallecas, la matriz de la que parte toda la investigación judicial.
Luis del Pino cree que lo sucedido en la mañana del 11 de marzo de 2004 en Madrid no fue un atentado convencional organizado por terroristas, sino una trama perpetrada desde las cloacas de los servicios de información del Estado con el objetivo de disgregar España. Palabras mayores.
Incluso cuando analiza la España de hoy también vuelve al 11-M, el origen de todos los males que azotan a la nación: división, enfrentamiento, distanciamiento de la clase política con los ciudadanos o tensiones territoriales artificiales. Doce años después, España sigue en bucle.
Las Paradojas del 11-M
Fue un golpe de Estado desde las cloacas de los servicios de información.
ya tá ... fue la tia del mortadelo
ya tá ... fue la tia del mortadelo
Las Paradojas del 11-M
Invitado escribió:
Fernando Múgica sobre la version oficial del 11-M: "El PP y el PSOE han fabricado esta mentira"
Pues ya somos dos que no creemos al mas medalleados juez por parte drl Gobierno del PSOE Bermudez, un buen discipulo de Garzoncito
Las bombas del 11M - Jesús Sánchez Manzano
El comisario Sánchez Manzano: "Las teorías de la conspiración del 11M sirvieron para confundir sobre los errores del Gobierno"
Han pasado más de doce años del mayor ataque terrorista de la historia de España. El 11M marcó un antes y un después en nuestro país y dejó unas heridas enormes en la sociedad española, pero, también, eso que se llamó la teoría de la conspiración se cobró muchas víctimas tras el atentado. En Territorio negro, con Luis Rendueles y Manu Marlasca, hablamos con una de esas víctimas, el comisario Juan Jesús Sánchez Manzano, máximo responsable de los TEDAX aquel día de marzo de 2004.
El que fue comisario jefe de los Tedax el fátidico 11M fue acusado de engañar al Gobierno, y de falsear las pruebas del mayor atentado de la historia de España.
Ha tardado diez años en poder contar su versión, a través de su libro ' Las bombas del 11M' , y hoy reivindica que "debe quedar en la memoria el nefasto tratamiento mediático de un atentado como el 11M y las teorías de la conspiración".
El comisario asegura que desde el primer momento "los TEDAX descartaron que el explosivo fuera Titadyne y lo identificaron como Goma2 - Eco", y que "el comunicado del Gobierno hablando de la autoría de ETA me hizo pensar que íbamos a ser el chivo expiatorio".
Sánchez Manzano relata cómo le afectaron las acusaciones que se vertieron sobre él y explica que el principal objetivo era "dejar la idea de que el Gobierno se confundió porque le confundieron".
Un nuevo Dreyfus, Jamal Zougam ¿chivo expiatorio del 11-M?
Un nuevo Dreyfus, Jamal Zougam ¿chivo expiatorio del 11-M?
Un cineasta francés pone el 11-M patas arriba 13 años después de la masacre
Un cineasta francés de izquierdas, Cyrille Martin, reabre el caso con un documental en el que cuestiona la verdad oficial y que ya está disponible.
Lo ha hecho a través de un documental titulado Un nuevo Dreyfus, Jamal Zougam ¿chivo expiatorio del 11-M? que ha publicado en la red a través del canal de vídeos VIMEO. En esta plataforma estará disponible hasta el próximo 11 de marzo, día en el que se cumplirán 13 años de la masacre.
Cyrille Martin confiesa que su intención es la de "reabrir el debate sobre el 11-M desde un punto de vista de izquierdas". Martin quiere así luchar contra "el racismo y la islamofobia" y parte de la sospecha de que el único condenado como autor material de la masacre, Jamal Zougam es, en realidad, inocente.
A lo largo del documental de hora y media, Martin desgrana el caso y las sospechas que condujeron hasta Jamal Zougam, una serie de sospechas que apuntan a que todas las pistas que dieron con los huesos del marroquí en la cárcel proceden de fuentes policiales sin identificar o de testimonios de dudosa veracidad, como el de las dos testigos rumanas que se desdijeron de sus declaraciones originales años después del atentado, para situar a Zougam al mismo tiempo en dos trenes distintos. Este testimonio, valió el ingreso en prisión y la condena a 42.000 años de cárcel para Jamal Zougam, pero para las testigos significó su reconocimiento como víctimas de la masacre –que no lo tenían– y el consiguiente acceso a una indemnización.
Declarado activista anti-OTAN, Cirille Martin dice que la sentencia del 11-M es fruto del "odio hacia la minoría musulmana" en occidente y por eso compara el caso Zougam con el de Alfred Dreyfus, el militar francés de origen judío que fue condenado injustamente por alta traición a finales del siglo XIX.
El argumentario que despliega Martin en su documental desgrana las contradicciones en las versiones de testigos y cuestiona el origen de las pruebas sobre las que se asienta la sentencia que dictó el juez Gómez Bermúdez. Pruebas como la mochila de Vallecas, los explosivos o la explosión en el piso de Leganés.
El cineasta francés divide el documental en ocho puntos fundamentales: la cobertura mediática, la instrucción, el juicio, la bolsa, los explosivos, Leganés, los testigos, la sentencia.
El documental, muy minucioso, destaca todos los puntos que en Libertad Digital y esRadio Luis del Pino ha ido desgranando a lo largo de estos años, y en el diario El Mundo el ya fallecido Fernando Múgica en sus Agujeros negros del 11-M. La prueba de la mochila de Vallecas –que él llama "extraña bolsa"– es la pieza clave sobre la que gira el caso, cuyo origen es difuso y sin confirmar, ya que apareció sin más.
Analiza otras pruebas como el Skoda Fabia, que fue encontrado con una orgía de pruebas islamistas. Según dice Martin en su documental, las huellas dactilares que se encontraron en su interior fueron atribuidas a personas completamente distintas según las diferentes versiones que circularon de los análisis.
Sobre la instrucción recuerda que las supuestas huellas dactilares de Jamal Zougam en la furgoneta que supuestamente transportó los explosivos, o las que se situaron en la casa de Morata de Tajuña donde se supone que se fabricaron las bombas, no existieron.
Finalmente, Martin, desmiente la tesis de que Al Qaeda reivindicara el 11-M, ya que el grupo que asumió la autoría suele hacerse responsable también de catástrofes naturales, por lo que carece de credibilidad.
No podía faltar el arma del crimen, el explosivo, que tampoco quedó claro en el juicio ni en la sentencia, ya que los peritajes hablaron de Tytadin, pese a que en la sentencia se dice que explotó goma2-ECO. También destaca Martin que durante tres años no se hicieron públicos los componentes de la dinamita que se analizó.
Las testigos rumanas o el episodio de la explosión en el piso de Leganés también se desgranan en este documental, exponiendo las lagunas en la vinculación de estas declaraciones y acontecimientos con la condena de Zougam.
Finalmente, Cyrille Martin analiza la sentencia, tras desgranar el rosario de pruebas de dudosa credibilidad que representan la columna vertebral del definitivo fallo judicial. El cineasta francés se confiesa estupefacto ante la rotunidad de una sentencia que da por buenas pruebas y testimonios que, según dice, no merecen credibilidad alguna.
Martin ha autoproducido su película, que en Francia ha sido difundida con el apoyo de la cooperativa Les Mutins de Pangée, una productora de documentales conocida por su militancia izquierdista.
Las Paradojas del 11-M
Fernando Múgica y una tia fueron los únicos periodistas que investigaron en avilés y de aquella manera .... vamossss de risa.yo investigué los explosivos y es verdad que la banda de avilés robo la dinamita goma2eco.(con los moricos)
les conté que uno de los ladrones de la gomita trabajaba en un lavadero de coches y robaron un wgolf de color claro y cuando fueron a por la goma chocaron por culpa de la nieve camino de mina conchita (cerca de grao) y de paso desguazaron el coche. a avilés vinieron 2 wgolf y el robado.múgica fue al bar que se creía que era del hermano del ladrón ..... pero no , este hacía tiempo lo había traspasado ..... muy mal la investigación periodística iban al dictado de su jefe el de los tirantes.
les conté que uno de los ladrones de la gomita trabajaba en un lavadero de coches y robaron un wgolf de color claro y cuando fueron a por la goma chocaron por culpa de la nieve camino de mina conchita (cerca de grao) y de paso desguazaron el coche. a avilés vinieron 2 wgolf y el robado.múgica fue al bar que se creía que era del hermano del ladrón ..... pero no , este hacía tiempo lo había traspasado ..... muy mal la investigación periodística iban al dictado de su jefe el de los tirantes.
Las Paradojas del 11-M
ah!!!!! también pueden preguntar porqué cuando llegó el ingeniero (informatico) del pino ajajajajajaj a la investigación borró todo el foro de LD y dijo que fue un fallo de un novato y no tenían copia de seguridad ajajajajajaj
Las Paradojas del 11-M
he buscado por la internet al cineasta francés Cyrille Martin y no existe ajajajajajajajajajajaajajajaj solo engañais a los lelos.
su única obra Un nuevo Dreyfus, Jamal Zougam ¿chivo expiatorio del 11-M?
cualquiera puede comprobarlo
de verguenza ajena y con una entrada a foroloco ajajajajajajaj Las Paradojas del 11-M. Sab 05 Dic, 2015 11:41 pm
vaya fuentes MENTIROSOS.
PD: estamos peor que argentina .......
su única obra Un nuevo Dreyfus, Jamal Zougam ¿chivo expiatorio del 11-M?
cualquiera puede comprobarlo
de verguenza ajena y con una entrada a foroloco ajajajajajajaj Las Paradojas del 11-M. Sab 05 Dic, 2015 11:41 pm
vaya fuentes MENTIROSOS.
PD: estamos peor que argentina .......
Las Paradojas del 11-M
Ignorante dedicate a poner videos de cumpartitas y candombes que es lo unico que sabes masmarrasho
http://www.cinemed.tm.fr/cgi-bin/film/f ... g&lemenu=2
http://www.cinemed.tm.fr/cgi-bin/film/f ... g&lemenu=2