Franco tenía un solo cojón.

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Mensajepor Invitado » Mar 07 Ago, 2018 1:08 am

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Cuando Franco era considerado “un buen musulmán”


Corría diciembre de 1936, la Guerra Civil acababa de estallar y Radio Tetuán anunciaba a todo el protectorado español en Marruecos que el general Francisco Franco había preparado un barco militar de vapor para llevar a trescientos musulmanes de Ceuta a Jedda, el puerto saudí donde empieza el peregrinaje a la Meca. Desde entonces y hasta 1951, el régimen franquista organizó y financió el hajj, la visita que cada musulmán tiene que hacer, por lo menos una vez en la vida, al santuario más importante del islam.

En 1939, y no solo, en un gesto de hermandad hacia el fascismo italiano, los barcos de Franco cargaron también a los fieles de la Libia ocupada por Mussolini. A menudo, antes de volver a Marruecos, los peregrinos paraban en Sevilla o Córdoba, donde a veces el Caudillo se reunía con ellos para hablarles de Al Ándalus como la segunda Meca.

El mito de Al Ándalus sirvió para justificar la presencia española en el norte de África

“No fue sólo un gesto que sirvió para reclutar soldados marroquíes destinados a la Guardia Mora. Franco apoyaba la unidad cultural de Marruecos como parte integrante de Al Ándalus, un marco político, cultural y territorial que desde la Edad Media unía España y Marruecos. Al Ándalus era un concepto geoestratégico para justificar la presencia española en el norte de África y marcar la diferencia con el colonialismo francés, su gran rival en la región, que apostaba por dividir la sociedad marroquí favoreciendo el nacionalismo de la minoría bereber”.

Eric Calderwood, profesor de la Universidad de Illinois, ha empleado diez años viajando por España y Marruecos en la búsqueda de las raíces del mito de Al Ándalus. El resultado es Colonial Al-Andalus: Spain and the Making of Modern Moroccan Culture (Al Ándalus colonial: España y la formación de la cultura moderna de Marruecos) publicado por Harvard University Press. Un libro todavía inédito en España pero que ha suscitado un vivo debate entre los académicos españoles.

El mito hispano-árabe

Símbolo de convivencia religiosa y esplendor artístico, puente entre culturas a los dos lados del Mediterráneo, el concepto de Al Ándalus tiene una vida paradójica y resurge tal y como lo conocemos ahora “al final del siglo XIX como justificación del colonialismo español. Tanto la República como el franquismo se apropiaron de esta idea que se acabará convirtiendo en uno de los pilares fundamentales del nacionalismo cultural marroquí”, explica Calderwood.

El recuerdo de Al Ándalus es tan fuerte que figura en el preámbulo de la moderna constitución de Marruecos. La especial relación de España con el mundo árabe sigue siendo el eje de la política exterior de Madrid, con sus estrechas relaciones diplomáticas con Marruecos y Arabia Saudí, la Alianza de las Civilizaciones y la Fundación Tres Culturas.

Franco fomentó la unidad cultural, geográfica y racial entre España y Marruecos

Para este estudioso norteamericano, el franquismo tuvo un papel fundamental en la actualización del concepto de Al Ándalus: Franco fomentó la unidad cultural, geográfica y racial, un aspecto que Calderwood califica como “sorprendente” para un régimen fascista. Su permanencia en Marruecos durante los años veinte fue determinante para su visión de las relaciones hispano-marroquíes y le permitió entender la mentalidad musulmana.

No obstante, los republicanos también se sirvieron del concepto de Al Ándalus. El historiador Américo Castro, durante su exilio en los años 50, publicó muchos estudios sobre la convivencia en su origen como herramienta política para criticar el régimen.


Visita de Ramón Serrano Suñer, cuñado de Franco, a la Escuela de Artes Indígenas en Tetuán en 1938.

Franco y Al Ándalus

En su carrera para ganarse la confianza y el respecto de los marroquíes, Franco se atrevió a un gesto que hoy sería impensable: autorizar el uso de la mezquita de Córdoba para la oración musulmana. Cuenta Calderwood que incluso circuló el rumor de una secreta conversión del Caudillo al Islam. “Por el favor con el que trataba a los musulmanes empezaron a llamarle “El Hajj Franco”. Hajj es el título que se da a una persona que ha cumplido el peregrinaje a la Meca”. Franco nunca hizo tal viaje, pero consiguió que se le considerara “un buen musulmán”. Cuando un grupo de refugiados marroquíes de la zona francesa se asentó en el Protectorado español con el terreno y el dinero del gobierno franquista, llamó al asentamiento Aldea del Hajj Franco.

Fueron los nacionalismos periféricos los que dieron a Franco las herramientas culturales necesarias para su propaganda en Marruecos. “El andalucismo de Blas Infante reivindicó el rasgo euroafricano de Al Ándalus para criticar un catalanismo que rechaza lo semítico y mira a las catedrales góticas de Europa. Argumentos que posteriormente fueron incorporados por el nacionalismo franquista a pesar de que Blas Infante fue fusilado sin juicio por los falangistas”, explica el investigador.

ImagenLa Mezquita Muley el Mehdi en Ceuta, fundada por el régimen franquista durante la Guerra Civil, ostenta todavía una cita de Franco en la pared.

La lengua castellana tiene todavía amplia difusión en el norte de Marruecos, pero la herencia española -con su patrimonio histórico y arquitectónico- está a punto de desaparecer. Después de la independencia de Marruecos en 1956, las familias más importantes de Tetuán y Tánger se mudan a Rabat y Fez -es decir, a las zonas de lengua y cultura francesa-. Hassán II, el padre del actual monarca, tuvo una relación conflictiva con el norte y durante décadas no hubo inversiones.

El cultivo de hachís se ha convertido en la principal industria de una región deprimida. Los antiguos edificios neomudéjares de Tánger se han reconvertido en hoteles y restaurantes borrando todo rastro de su pasado como oficinas del protectorado español. En el patio de uno de ellos, el Pension Palace, existe también una reproducción de la Corte de los Leones de la Alhambra, abandonada y reducida a un jardín sin agua ni flores.

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Franco tenía un solo cojón.

Mensajepor Invitado » Lun 13 Ago, 2018 3:22 am

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Arriba, el conde de Bau y la heredera de la marquesa de Ramón y Cajal. Abajo, el conde de Maeztu y el conde del Alcázar de Toledo.


Los nobles de Franco se rebelan contra el Gobierno: "Lucharemos porque es una injusticia"

Se estudia la revocación de 40 títulos nobiliarios concedidos por Franco. LOC se cita con cuatro de los herederos de estos nobles

EDUARDO VERBO


En las postrimerías de la dictadura y los primeros años de la democracia, raro era el día en el que el caballo del Maeztu no se convirtiera, valga la redundancia, en caballo de batalla para los estudiantes opositores. En aquellos días, lo mismo le colocaban unos cigarros en la comisura de sus labios de bronce que le tiraban huevos. El Maeztu es, efectivamente, el Ramiro de Maeztu, el instituto ubicado en la calle Serrano de Madrid por el que han pasado desde la Reina Letizia a Pedro Sánchez.

En 1987, cuando el actual presidente del Gobierno tenía 16 años y cursaba tercero de BUP, decidieron quitar la estatua ecuestre de Franco frente a la entrada del centro. 31 años después, aquel alumno se ha propuesto llevar a cabo otra retirada, pero mucho más compleja: está estudiando, a través de la Dirección General de Memoria Histórica, "reformar la legislación vigente" para revocar los cerca de 40 títulos nobiliarios creados por el dictador. Una medida que ha molestado -eso sí, de manera diferente- a la llamada nobleza de Franco, entre los que destacan los descendientes de 16 militares sublevados o empresarios afines al régimen.

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Ramiro de Maeztu y Manso de Zúñiga, conde de Maeztu.

Precisamente, Ramiro de Maeztu y Manso de Zúñiga, conde de Maeztu y nieto del ensayista y político español fusilado por el ejército republicano en la Guerra Civil que da nombre al citado centro educativo, no parece demasiado preocupado por esta iniciativa socialista de retirar los honores a la aristocracia por gracia del Generalísimo, considerada habitualmente de segunda categoría por no haber sido designados por un rey. "No me importa mucho el título nobiliario. A ver, ni me importa ni me deja de importar. Creo que mi abuelo, al que me hubiera encantado conocer, no necesitaba condados. Lo que no quiero es que se aprovechen de él. Esto son balas de fogueo. Hay muchas cosas más importantes de las que preocuparse", relata a LOC.

En 1974, 38 años después de su muerte, y con motivo del centenario de su nacimiento, Francisco Franco otorgó a Ramiro de Maeztu y Whitney el condado de Maeztu a título póstumo por ser un "infatigable luchador por la unidad y grandeza de la Patria". "Creo que Franco se aprovechó. Como García Lorca era el mártir de los republicanos, pues cogió a Don Ramiro para compararlo con él", prosigue su nieto.

Ramiro, tercera generación de los Maeztu y cineasta ya jubilado, no gasta maneras de noble ni demuestra querencia alguna por aferrarse al blasón. "Nunca he usado el condado para nada. Lo llevo porque me lo pidió mi padre. A él sí que le gustaba lucirlo. Si lo quitan, no sé si reclamaría; lo que está claro es que me llevaría un gran cabreo". Además, avisa de que, con reforma o no de la ley, no tiene sucesora interesada. "Mi hija mayor y yo lo hemos hablado y ella no quiere ser condesa. Pasa. Hay que tener en cuenta que no es lo mismo el abuelo que el bisabuelo", explica. Y finaliza con unas palabras dirigidas al ínclito antiguo alumno del Maeztu. "Lo que sí que me molestaría mucho sería que Pedro Sánchez quitara el nombre del instituto, porque creo que mi abuelo se lo merece. Estaría bien pasar página, aunque no tomo partido en la cuestión política. Mi abuelo también está en una fosa común".

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María Urioste Ramón y Cajal, la futura marquesa de Ramón y Cajal.


Se abre el debate

En otro punto de la escala de grises se ubica María Urioste Ramón y Cajal, a quien el apellido la delata. Esta vecina de Riaza (Segovia), de 77 años, es bisnieta de Santiago Ramón y Cajal, la gran eminencia de la ciencia española. Cuando fallezca su madre, una señora ya centenaria y actual marquesa de Ramón y Cajal, ella será la heredera. Y tiene muy claro lo que hará. "Solicitaría la sucesión en el título porque es un honor llevar el apellido del abuelo de mi madre, quien está mundialmente reconocido por la labor tan grande que hizo... y por su humildad. ¡Y sin un duro!". Además, María cuenta la versión que le ha sido transmitida familiarmente. "Mi madre es una de las pocas nietas que le conoció, porque hay otros que hablan a través de lo que les contaron sus padres. Ella le trató mucho y tomaban café todas las mañanas en la casa de Don Ramón en Alfonso XII, Madrid. Mi madre me ha dicho que el rey Alfonso XIII le ofreció el título de marqués con Grandeza de España, pero él, muy agradecido por la propuesta, veía que no tenía tiempo para esas cosas y no lo hizo efectivo. También rechazó ser su médico de cámara".

De esta manera, Urioste quiere poner distancia y demostrar que el marquesado de Ramón y Cajal no fue una idea exclusiva de Franco. De hecho, al igual que Ramiro de Maeztu, se lo concedió a título póstumo, también con motivo del primer aniversario de su nacimiento. "Si prospera lo que quieren hacer, lucharía por mi familia y por mis hijos. Me parece muy injusto. Es una cuestión de dignidad", resuelve firme la bisnieta del creador de la teoría neuronal y premio Nobel en 1906. "Y que quede claro que nosotros nunca lo hemos usado. Nunca hemos presumido porque no es un mérito nuestro, pero sí un honor llevarlo. Mucha gente no sabe ni que mi madre tiene título. Todavía hay rencor, revanchismo y yo pensaba que eso había pasado", se lamenta.

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Joaquín Bau Miquel, conde de Bau.

María abre un interesante debate sobre las líneas rojas del Gobierno en este asunto. Aunque se lo concediera Franco, ¿retirarán también la dignidad a un científico cuyos logros y trayectoria parecen respetados de forma unánime por la sociedad española?

Joaquín Bau Miquel, funcionario de 70 años recién jubilado y tercer conde de Bau, se ubica en la misma línea que la bisnieta de Ramón y Cajal. "Sinceramente, todo me parece una ridiculez malsana propia de Podemos. No le veo sentido a que los políticos se dediquen a esto", comenta a LOC. Y alega que, antes de que lo hiciera Franco, también fue Alfonso XIII quien quiso reconocer a Joaquín Bau Nolla, alcalde de Tortosa (Tarragona), con el citado título. "Él ya le quiso hacer noble por su apoyo a la monarquía. Mi abuelo era muy de Don Juan y su intención siempre fue rehabilitar la monarquía". El Generalísimo destacó al concederle el condado la "línea de rectitud política y de fidelidad a los Principios del Movimiento Nacional".

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José Luis Moscardó y Morales-Vara del Rey, conde del Alcázar de Toledo.

Joaquín recuerda que sucedió a su padre, el segundo conde Bau, por unanimidad familiar entre sus más de 20 primos. "Fue un día feliz, porque lo celebramos todos juntos". ¿Y llegado el día en que el Gobierno le quite lo que Franco concedió a los descendientes de Bau? "Intentaría todo por la vía jurídica, si es posible. Habrá que esperar a que gobiernen otros", finaliza.


De Moscardó a Neville

De todos los entrevistados, José Luis Moscardó y Morales-Vara del Rey, militar jubilado y conde del Alcázar de Toledo, es el único que tiene la carta de sucesión firmada por Franco -los otros títulos ya cuentan con el refrendo de Don Juan Carlos-. "Fue concedido con toda dignidad, honor y justicia. Está admitido por la Casa del Rey y hace referencia a 1900 personas que defendieron hasta la muerte el Alcázar de Toledo pensando en una ideología nacional. Y que planteen su retirada me parece una solemne estupidez. Hay cosas más importantes como Cataluña, el paro... antes que ponerse a revocar títulos nobiliarios", cuenta el nieto de José Moscardó, el general que encabezó la sublevación del frente nacional en Toledo y héroe del Alcázar. "A nadie le importa sacar a Franco del Valle de los Caídos. Lo que provoca es reabrir heridas. El futuro es la unidad".


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El Príncipe Don Juan Carlos de Borbón juró en 1969 ante el pleno de las Cortes, lealtad al Jefe del Estado y fidelidad a los Principios del Movimiento y a las Leyes Fundamentales del Reino, de acuerdo con la ley aprobada ayer por la cámara y en cumplimiento de lo preceptuado en el artículo noveno de la Ley de Sucesión y en el 50 de la Ley Orgánica del Estado. EFE

Sobre si le importaría mucho perder la distinción y qué valor le da a la misma, Moscardó declara: "El valor es que le da la historia al hecho histórico del Alcázar de Toledo. La historia no es algo de hoy para mañana". José Luis también manifiesta a LOC su descontento con que hayan cambiado el nombre de la calle en la que vive. Curiosamente, residía en la avenida General Moscardó de Madrid que, "desde hace 20 días o un mes" ha pasado a llamarse Edgar Neville. "Tenemos que gastarnos un dineral cambiando las escrituras...".

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Ana Torroja no quiere ser marquesa


Entre las herederas de algunos de los títulos que otorgó Francisco Franco durante sus años en la Jefatura del Estado, hay importantes sorpresas. Como la de la cantante Ana Torroja, ex componente de Mecano. El abuelo de la artista, Eduardo Torroja Miret, fue reconocido con el marquesado de Torroja, concedido en 1961 a título póstumo. El dictador reconocía a este ingeniero madrileño por haber consagrado "su vida a la investigación, a la docencia y a la realización de importantísimas obras públicas en nuestras Patria". Entre sus hitos en la ingeniería civil: la aplicación del hormigón armado y pretensado a la arquitectura. En la actualidad, el titular del marquesado es José Antonio Torroja Cabanillas, padre de la cantante. Aunque LOC se ha puesto en contacto con la artista para conocer su opinión al respecto ha sido imposible hablar tanto con ella como con su progenitor y demás familia. Pero, unas declaraciones suyas de hace un tiempo en la revista 'Mujer Hoy' dejaban claro que a Ana, al igual que a la hija de Ramiro de Maeztu y Manso de Zúñiga no le interesa lo más mínimo ser aristócrata. "No lo va a heredar nadie [se refiere a ella y a sus hermanos, Javier y Yago Torroja [Fungairiño], porque es algo que nos da igual. Mi abuelo se lo merecía, pero nosotros no. A mí no me apetece que me llamen marquesa de Torroja", declaró. Si la medida del Gobierno prospera, su padre estaría entre los cerca de 40 nobles damnificados.

Hay otros nobles a los que ha sido imposible contactar y otros que han decidido quedarse en la sombra, "para evitar la crispación" en palabras de algunos de ellos. Tal es el caso del duque de Primo de Rivera, Miguel Primo de Rivera y Urquijo; la condesa de Labajos; Mercedes Redondo-Sanz Bachiller, hija de Onésimo Redondo y Ortega, fundador de las Juntas Castellanas de Actuación Hispánica (JCAH); el conde del Castillo de la Mota, Pelayo Primo de Rivera Oriol, o el marqués de Casa Cervera, Pascual Cervera Burgos.

María Eugenia Yagüe, la hija del general Juan Yagüe, señalado por los libros de historia como responsable de la matanza de Badajoz y ministro del Aire tras la guerra, no ha accedido a ponernos en contacto con su hermano Juan, el actual marqués de San Leonardo de Yagüe, pero ha dado su opinión: "La Ley de Memoria Histórica me parece aberrante y creo que es anticonstitucional. El odio que están sembrando es de una época de la historia que ya ha pasado. Tener ese título en la familia es un honor, porque se reconoce la labor social que hizo mi padre y su rectitud social".

Por su parte, Juan Ramón Vigón García, el "(todavía) marqués de Vigón" tal y como se despide, se ha negado a realizar declaraciones a LOC, pero ha querido transmitir algunas apreciaciones sobre cómo se otorgan las distinciones. "La normativa correspondiente a títulos emana de la Constitución y corresponde asesorar a la Diputación Permanente de la Grandeza. Desde luego, el Gobierno tiene que decir y por supuesto a S.M. El Rey D. Felipe VI le compete decir y decidir". Y el nieto del general Juan Vigón, ministro del Aire, termina con una reflexión a la que han llegado otros nobles consultados: "Franco instituyó unos títulos y restauró otros -el primero el de Rey de España- pero también los demás entonces existentes, incluso algunos de origen carlista".

Efectivamente, el dictador nombró a Don Juan Carlos su sucesor en la Jefatura de Estado con título de Rey. De este modo, el actual Emérito daba cuerpo a la Ley de Sucesión, aprobada por el Generalísimo en 1947, un año antes de que empezara a conceder sus primeros títulos nobiliarios. A su vez, Franco también firmó un decreto por el que autorizó en 1967 a Pilar de Borbón, hermana del rey Juan Carlos, a usar en España el título de duquesa de Badajoz. Esta es una reflexión recurrente entre los entrevistados.
Otra polémica

La controversia de los títulos nobiliarios saltó en 2011 cuando Mariano Rajoy llegó al poder. Entonces, el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, tramitó algunas sucesiones paralizadas por el último titular de la cartera con José Luis Rodríguez Zapatero. Tal fue el caso de la del duque de Mola, concedida por Franco al general Emilio Mola en 1948; la del conde de El Abra, en la actualidad en manos de Santiago Ybarra; la del marqués de Queipo de Llano, solicitada por Gonzalo Queipo de Llano Mencos, nieto del temido militar, y la del condado de Pallasar.

Sin embargo, fue la orden de sucesión del marquesado de Dávila, distinción otorgada por el dictador en 1949 a Fidel Dávila, quien fue estrecho colaborador de Franco y comandante en jefe del Ejército del Norte del bando nacional durante la guerra, lo que provocó la reacción de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) en 2012. Lo calificaron como "un acto reprochable desde cualquier punto de vista democrático, además de una forma de maltrato por parte del Estado hacia las víctimas de la dictadura". Desde el Ministerio explicaron a El País que "no había base jurídica para paralizar dichas sucesiones". ¿La habrá ahora?

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Mensajepor Invitado » Jue 23 Ago, 2018 3:07 am

Última hora

DAVID GISTAU




DE NUESTRO corresponsal, John Dos Passos IV. Fechada en el hotel Florida, en el mes de fructidor de 2018.

La caída del Nido del Águila es inminente. Después de setenta años de claustrofobia en blanco y negro, la dictadura estaría llegando a su fin. Así lo ha comunicado el presidente-comandante Sánchez en el centro de mando aerotransportable instalado en el Falcon. El presidente iba vestido con el mono guerrillero que le fue confeccionado a petición de la secretaría de comunicación y del que, combinado con las gafas ahumadas de puto amo, no se ha desprendido desde el comienzo de la guerra. Sánchez, que volvía de liberar personalmente tres campos de exterminio de los situados en la provincia de Ávila y abandonados en su retirada por las tropas franquistas, aseguró que la resistencia en Descuelgamuros es todavía dura por la determinación del fanático enemigo, que habría comenzado a alimentarse con los cuerpos de los hipsters capturados durante la razzia de hace un mes en un festival de cine iraní subtitulado. La noticia del canibalismo de las huestes franquistas está perfectamente acreditada al haber sido confirmada por tres Pe-Rio-Dis-Tas cuya neutralidad ha sido garantizada por no menos de tres mil tuits borrados por cabeza.

El peso mayor de los combates lo estarían soportando los tanquistas del coronel Iglesias, acogido con lluvias de pétalos en todos los pueblos de la sierra de Guadarrama que ha ido liberando en su avance hacia lo que él denomina el Vientre del Diablo. Aunque corrientes internas de su División prefieren llamarlo la Panza de Belcebú. Las heroicas prestaciones de Iglesias en primera línea han permitido solapar la polémica del cuartel de La Navata elegido por el bravo luchador antifascista para dirigir el asalto y del cual dijo que la piscina era una tentación burguesa que él se imponía para vencerla cada mañana, y que en cualquier caso necesitaba un sótano amplio por si llegaban a caer en sus manos los Romanov.

A pesar de la euforia en el Bando Correcto de la Historia, algunas declaraciones de comandos de los aliados indepes infiltrados en lo que ellos llaman la Guarida de la Bestia, como el gallardo capitán Rufián –no confundir con el rufián capitán Gallardo–, que tantas doncellas castellanas tiene enamoradas por su donosura, aseguran que las tropas victoriosas podrían encontrarse con que el dictador les ha hecho la faena de no esperarlos vivo para escamotearles la entrega en carreta a la justicia popular, la de la Gente.

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Mensajepor Invitado » Vie 24 Ago, 2018 4:04 pm

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Exhumación de Franco
El Gobierno aprueba por “urgencia” sacar a Franco del Valle de los Caídos 42 años después

El Consejo de Ministros, presidido por Pedro Sánchez, ha aprobado el decreto que autorizará la exhumación de Francisco Franco del Valle de los Caídos, 42 años después de que fuera enterrado allí. “No se puede perder ni un solo instante”, ha asegurado Carmen Calvo, vicepresidenta del Gobierno quien advertía: “Es urgente hacerlo porque vamos tarde”.

El decreto, que se aprobará en el próximo Consejo de Ministros del 31 de agosto, abrirá un plazo de 15 días para que la familia del dictador decida sobre el lugar al que serán trasladados los restos del dictador. Un plazo extensible a otros 10 días más, si no se pronunciaran decidirá el propio Gobierno. El decreto ley modifica dos aspectos puntuales de la Ley de Memoria Histórica, asegura el Gobierno que cumpliendo las recomendaciones de la ONU al Estado español.

“Es urgente hacerlo porque vamos tarde, es urgente escuchar lo que lo que han dicho las Cortes Generales en dos ocasiones, Naciones Unidas y los expertos que han indicado la preferencia que en esta decisión había de tomarse. Y este Gobierno, antes de sus 100 días, no ha querido tardar más”.

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El Gobierno decidirá dónde se entierra a Franco si no hay acuerdo con la familia

La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, ha explicado que la familia Franco “podrá ser escuchada” y dispondrá de quince días, a partir del 31 de agosto, para hacerse cargo de los restos y decidir a qué lugar quieren que sean trasladados los restos. Para ello, la familia deberá aportar dentro de ese plazo los documentos y autorizaciones necesarias.

No obstante, Calvo ha precisado que el Gobierno en el decreto plantea “todos los escenarios posibles, en los que la familia será escuchada” pero en el caso de que ésta “no se pronuncie o discrepe del lugar” será el Gobierno quien decida a qué lugar “digno y respetuoso se trasladen los restos”.

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Mensajepor Invitado » Vie 24 Ago, 2018 4:13 pm

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Exhumación del Generalísimo. Será profanación y asalto, o no será

Real decreto, y andando. El Gobierno lo ha aprobado esta mañana en Consejo de ministros. 15 días de plazo (a partir del 31 de agosto) para que la familia se pronuncie sobre el lugar al que quieren que sean trasladados los restos de Franco y, si no, designará un lugar, según Carmen Clavo para su “digna sepultura”, lo que podría interpretarse como cualquier punto de España. Las apuestas lo sitúan en Chafarinas o en el mismísimo Perejil, en la cabeza enfermiza y envilecida de los miembros del Gobierno. No Importa cuál vaya a ser, en adelante, el lugar al que tengan que peregrinar quienes se sientan agradecidos al Generalísimo. Calculamos que, en la dificultad, se harán más visibles y renacerá ese aletargado espíritu del 20N.

Como quiera que la familia ya se ha pronunciado, resta nada más el asalto y profanación del templo que, según el Gobierno, tiene ya su plan de ataque establecido. Será, dice, respetando los acuerdos con la Santa Sede. Si tal posibilidad pudiese darse, vaya nuestra renuncia por delante, porque sería evidente que la Santa Sede, o no es Santa, o no es Sede de la Iglesia Católica, por permitir la profanación y olvidar que la sepultura es la custodia del cuerpo a la espera del Juicio Eterno.

Calvo ha cargado también contra Felipe González y contra Rodríguez Zapatero por considerar que hicieron mal su trabajo en esta materia y transigieron con una situación inaceptable para un demócrata. Para ella, un verdadero socialista hubiese tenido que dar toda la prioridad a este tema, y es evidente que los anteriores presidentes del Gobierno socialistas no lo hicieron. Tal vez había algún motivo para ello. Pero los nuevos tiempos traen siempre gente mucho más lista, lo sabe cualquiera.

Así que, para el 15 de septiembre, ni Diada ni Cataluña ni nada. Franco, Franco, Franco.



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La Fundación Nacional Francisco Franco, advierte al presidente del gobierno que iniciará acciones legales de todo tipo si se profana la tumba del Caudillo

La Fundación Francisco Franco ha enviado una carta dirigida al presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, donde lo advierte que se reserva el derecho a emprender “acciones civiles y penales” si el Consejo de Ministros aprueba este viernes el decreto ley para exhumar los restos del dictador del Valle de los Caídos. La carta está firmada por el vicepresidente primero de la fundación, José Cristóbal Martínez-Bordiu Franco, nieto del Caudillo.

La familia de Franco se opone frontalmente a sacar los restos de Franco del Valle de los Caídos. Dejan claro y por escrito que el acuerdo del Consejo de Ministros sería contrario a la Constitución, puesto que el dictado de un decreto ley, tiene como fundamento de su utilización que se tiene que aplicar para casos “urgentes y de extraordinaria necesidad”.

Por eso, creen en la misma linea jurídica que anticipaba el Muro del Pueblo Español, que el gobierno de Pedro Sánchez podría incurrir en un grave delito de prevaricación administrativa y de usurpación de funciones. La situación sería que para evitar caer en la profanación se quieren dotar de un soporte juridico “ad hoc”, que les protegería de ser jurídicamente unos profanadores (que no de facto), pero les adentraría de pleno en la prevaricación, por el dictado de una resolución injusta a sabiendas, no sólo por el fondo, sino también por la forma. La FNFF a través de la carta, les realiza estas advertencias y les dice que los pone en conocimiento de la situación “por si les hubiese pasado inadvertido”.

A la carta, además, la Fundación Francisco Franco defiende que Francisco Franco se encuentra enterrado “en un lugar sagrado”, ya que el Valle de los Caídos es una basílica y que su exhumación con la oposición de la familia supondría una “profanación de sepultura ubicada en lugar de culto”, inviolable según el tratado internacional del Vaticano de 1979.

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Mensajepor Invitado » Sab 25 Ago, 2018 3:35 am


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Assia
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Re: Franco tenía un solo cojón.

Mensajepor Assia » Sab 25 Ago, 2018 12:57 pm

PAGINA GENTE EL PAIS: ''LA CASA DE LAS FLORES POR NOSTALGIA O POR OPERACION ESTETICA, SENTIMOS QUE LA FAMILIA DE FRANCO DESAPAREZCA DE ESPANA Y QUE LOS UBRIQUE CAMPANARIO REAPAREZCAN''

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Mensajepor Invitado » Mar 28 Ago, 2018 2:20 pm


FRANCO FUERA DEL VALLE DE LOS CAÍDOS Y CRISTO FUERA DE ESPAÑA
Franco fuera del Valle de los Caídos, los Borbones fuera de la Zarzuela, Cristo fuera de España y la Eucaristía, prohibida.

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Mensajepor Invitado » Jue 30 Ago, 2018 5:01 pm

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Sánchez no puede declarar civiles las tumbas de Franco y Primo de Rivera porque están en suelo de la Iglesia

La Basílica del Valle de los Caídos es inviolable como dictan los Acuerdos entre España y la Santa Sede

El enésimo plan del presidente del Gobierno para el Valle de los Caídos choca de nuevo con un serio problema legal: la tumba clave de todo este culebrón político -la del dictador Franco-, e incluso la de Primo de Rivera, se encuentran en terreno de la Iglesia. Por lo tanto la conversión del Valle en un cementerio civil -tal y como ha anunciado Sánchez desde Chile en su enésimo bandazo sobre este asunto- no solucionaría el problema: tocaría a todo el resto de tumbas, pero no a la que el presidente pretende sacar del Valle de los Caídos.

Los equipos jurídicos de la Fundación Francisco Franco y la familia del dictador hace tiempo ya que trabajan sobre este punto clave para evitar la exhumación de los restos mortales de Franco. Y es que el artículo 86 de la Constitución Española especifica que los decretos-leyes “no podrán afectar al ordenamiento de las instituciones básicas del Estado”.

Hay que recordar que en enero de 1979, unas semanas después de que se aprobara la Constitución Española, España y la Santa Sede cerraron sus acuerdos clave. Unos acuerdos que determinan las competencias legales de cada parte y el derecho a aplicar en cada materia.

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Franco tenía un solo cojón.

Mensajepor Invitado » Jue 30 Ago, 2018 8:40 pm

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Carta (imaginaria) de Franco a los españoles: “No permitáis que profanen mis restos mortales”

Españoles:

Los que se declaran enemigos, sin que yo los tuviera nunca como tales, han dejado al descubierto su abominable naturaleza revanchista. La pretensión del Gobierno socialista de exhumar mis restos del Valle de los Caídos, arroja muchas dudas sobre el estado mental y moral de los que os gobiernan. Ya os advertí en mi testamento que los enemigos de España y de la civilización cristiana estarían alerta, algo que los acontecimientos de estos últimos meses, por desgracia, han corroborado ampliamente.

No voy a disculparme ante ellos de que la España que me tocó gobernar fuese un país civilizado y un remanso de paz comparado con la de ahora. Hace falta estar cegados por las malas pasiones partidistas de los que por vocación y costumbre siempre reemplazan la verdad que percibe los sentidos por la ideología y sus mantras políticos.

España es hoy un inmenso estercolero. Eso es un clamor que millones de españoles no pueden callar. Y eso no era así hace pocas décadas. Hemos bajado a los infiernos en menos de lo que tarda un niño en convertirse en hombre.

Pretende exhumar mis restos el Gobierno de un partido que lleva en sus siglas la palabra “Obrero”. No aspiro a que reconozcan nunca, como ya ha sido apuntado, que en el ámbito laboral mantuviésemos una legislación protectora del obrero que luego ha sido minuciosamente desmantelada por los sucesivos gobiernos de la etapa democrática. Fue tanta la falta de respuesta política, que pude dedicar especial atención al bienestar material de mis gobernados. Así se explica, por ejemplo, que desde 1960 a 1970, la renta per cápita de los españoles pasase de 290 a 900 dólares, y que la economía nacional creciese a una media del 8 por ciento anual, hasta convertir a España en la novena potencia industrial del mundo. A mi muerte, la distribución de la población activa era la propia de una economía sana y pujante (mucho más sana y pujante que la actual): un tercio dedicado a la agricultura y ganadería, un tercio a la industria y un tercio a los servicios.

Con el esfuerzo de todos los españoles logramos la formación de unas nuevas clases medias con trabajos estables y bien remunerados.

Es importante aclararos que nunca mostré deseos de ser enterrado en el Valle de los Caídos; es más, compré un panteón familiar en el cementerio de El Pardo, muestra de mi última voluntad. Los que hoy pretenden profanar mis restos no buscan justicia ni cerrar heridas. Si tal cosa pretendieran habrían comenzado por reconocer sus muchos y sangrientos errores. Me acusan por ejemplo de ordenar los fusilamientos de terroristas de ETA en las postrimerías de mi mandato. Aquellos terroristas tuvieron un juicio justo y fueron condenados a la pena capital, por sus terribles crímenes, de acuerdo a las leyes vigentes. Es notablemente paradójico que me acusen los miembros del mismo partido al que pertenecían los que ordenaron las ejecuciones sumarísimas contra sospechosos de pertenecer a esa misma banda terrorista, en la década de los 80, sin juicios previos ni garantías procesales. La cuestión de fondo es que no han digerido que muriese en la cama tras 38 años de mandato, lo que oculta un resentimiento aún más destructivo: haber perdido la guerra que ellos mismos provocaron. Volver a librarla y ganarla es su mayor sueño. Como es físicamente imposible, se contentan con exhumar mi cadáver. Si pudieran, lo quemarían. Tienen que contentarse con sacarlo de donde está.

Si en ellos el honor y la decencia pudiesen encontrar albergue, les pediría entonces que se atuviesen al principio bíblico de dejar en paz a los muertos. Pero no concibo esperanza alguna. Son los herederos del mismo odio que anegó la convivencia de los españoles en la década de los años 30 del pasado siglo. Llegado a este punto, es preciso recordar a los representantes de la Iglesia, por la que tantos sacrificios hicimos, hechos y episodios que la conveniencia política del momento parece obligarles a olvidar. Miles de creyentes fueron asesinados por el simple hecho de sus creencias. Otros tanto fueron torturados. Sobre los creyentes católicos recayó el peso de los expedientes más simples, a base de sentencias improvisadas y fusilamientos inmediatos. La prensa oficial nunca nos contará historias de las terribles sacas de la cárcel Modelo, de Porlier o de San Antón, de Madrid, o de las sacas de Barbastro, de la cárcel de Lérida, o de Málaga, o de Bilbao, donde decidía la suerte de los creyentes un trágico juego de azar o el sadismo de los milicianos.

Esto en los mejores casos porque ocurría no rara vez la incitación por la autoridad republicana a organizar poco menos que una cacería de clérigos. La clave del odio a la Iglesia estuvo en la acusación, hábilmente adobada por la prensa de izquierda, de que el clero y sus adictos eran los culpables de todos los males que venían pesando inveteradamente sobre las masas humildes. Basta acudir a las hemerotecas y ver la prensa anticlerical en las fechas posteriores al 14 de abril de 1931, y sobre todo, a partir del 18 de julio de 1936. Es curioso que especies tan burdas como el supuesto enterramiento en iglesias y cementerios conventuales de supuestas víctimas de la crueldad de sus moradores, dieran pie a desenterramientos macabros por todos los puntos de la geografía republicana.

En la prensa de Madrid podía leerse, casi a diario, aparatosos relatos de las requisas efectuadas en palacios episcopales y casas religiosas, con hallazgos de millones en cifras casi astronómicas. A las Hermanitas de los Pobres, por ejemplo, se les daba por descubiertos nada menos que 200 millones de pesetas, entre títulos de propiedad y cuentas corrientes. No mejor parado salió aquel episcopado español, que había tenido que acudir a cuestaciones y ahorros angustiosos para sostener a su clero en los años republicanos. Según cifras de la ‘democrática’ prensa de la época, al obispo de Madrid le habían sido hallados 18 millones de pesetas, y 12 al de Tarragona, ocultaba 31 el de Tortosa, 10 el de Badajoz, 20 el de Gerona, y así otras personas físicas o moralmente pertenecientes de algún modo al ámbito eclesiástico. Había que dar soporte moral a las matanzas. ¡Y bien que lo hicieron personajes del bando socialista!

La monótona repetición en todos los casos de idénticos detalles, lo mismo en el terreno del acaparamiento que en el de los abortos sacrílegos, prueba que los exportadores de este material informativo apenas se cuidaban de enriquecer con adornos de su propia cosecha la especie prefabricada de la consigna oficial. ¡Ese es el pobre concepto que tenían y tienen de su clientela!

Claro que ninguno de esos bulos propalados es comparable al de los caramelos envenenados, e incluso la prensa republicana llegó a acusar formalmente a un religioso de envenenar con tabaco a los soldados; o a toda una comunidad de querer arrojar sobre la población civil una piedra enorme desde el campanario.

Políticos republicanos sublimados hoy como ursulinas, gracias a la manipulación histórica y a la cooperación de la derecha liberal, dictaron disposiciones oficiales y vertieron litros y litros de gasolina sobre parroquias y conventos. El respaldo legal para detener curas y apropiarse de los bienes eclesiásticos supuso dar carta blanca para todos los desmanes de la época. Salvo algunas entregas de bienes artísticos a la sospechosa custodia de los milicianos o del gobierno de Madrid, lo demás caía de lleno en los fueros de la rapiña o del incendio. Prevalecieron los métodos expeditivos, en los que los incontrolados pudieron sacar a su antojo los instintos de destrucción en iglesias, imágenes, casas religiosas y cuanto tuviese un tinte más o menos aproximado de objeto sagrado. Y lo peor es que no faltó la legalidad de estas tropelías, que respondieron en multitud de casos a disposiciones del municipio o de los comités. Las alcaldías republicanas cuidaban de acordar en el pleno municipal la demolición de la iglesia o de los monumentos religiosos, y hasta señalaban puntualmente el sitio donde se había de hacer la hoguera pública para la quema de imágenes y objetos sagrados.

Sería interminable la lista de localidades republicanas donde quedaron pruebas documentales de estos autos de fe al revés. A la hora de hacer balance total de las destrucciones, fue más fácil contar con los dedos de la mano los edificios o enseres religiosos que escaparon al exterminio.

¿Por qué en Ciudad Real, Valencia, Jaén, Lérida y la mayor parte de las ciudades donde el alzamiento no llegó siquiera a brotar fueron asesinados tantos sacerdotes y destruidos tantos templos? ¿Qué metralla habían disparado las imágenes de santos, cuadros, reliquias y estampas que ardían en las plazas públicas? ¿Qué delitos militares pesaban sobre las monjas fusiladas? ¿Por qué no se ha llevado al cine siquiera una sola de estas trágicas historias?

Sobre este clima se presentaba al clero como asesino del pueblo desde las iglesias convertidas en fortalezas, y señalaban cada recinto eclesiástico como arsenal de armamento y nido de facciosos. Fue éste el más socorrido recurso que manejaron en su defensa los responsables de la zona republicana, cuando vieron que la desolación producida por sus huestes pedía a voces una justificación ante la opinión extranjera. Un grupo de observadores franceses, cuando todavía operaba en el país vecino una eficaz propaganda del gobierno de Madrid, dedicó largas páginas a probar lo evidente: que el asesinato de los sacerdotes acaeció en la mayoría de los lugares controlados por los republicanos. Y ni siquiera pudieron urdir un proceso en forma para algunas de las iglesias que decían servir de reducto faccioso.

La desolación producida por las milicias republicanas obligaron a los políticos a dar alguna explicación ante la atónita opinión extranjera. El 5 de octubre de 1936, las Juventudes Socialistas de España, organización a la que pertenecían esas 13 rosas llevadas al cine por Fernando Martínez Lázaro, sostenían en la prensa una descarada incitación al crimen: “el Gobierno confirmó que casi todas las iglesias se habían convertido en fortificaciones; que casi todas las sacristías se habían convertido en depósitos de municiones, y la mayoría de los párrocos, curas y seminaristas en francotiradores de la rebelión. ¿Qué se le puede exigir al gobierno ante estas anomalías?”

Solidaridad Obrera, el 30 de julio de 1936, bajo el título “La pasión exacerbada tiene la palabra”, escribió un ‘pacífico’ alegato en favor de la convivencia y de la paz: “Que sea el tribunal del pueblo quien, a plena luz, con plena responsabilidad, depure lo que la depuración necesita. Y si ha de caer sangre, hay que matar, que todos vean y comprendan que tales muertes las necesita la laboriosidad del pueblo laborioso”.

Por lo tanto, tras el dato global de estas matanzas, de las que la Iglesia, en sus ministros y en sus fieles, fue la primera víctima, surgen estas preguntas: ¿quién condenaba? ¿con qué ley? ¿qué motivos alegaban? ¿Extraña pues, a la luz de estos hechos, que tenga que ser la sociedad civil la que honre hoy a esas inocentes víctimas, mientras los cabecillas del clero y de la derecha liberal prefieren ignorar estos hechos y mantener el enfoque unidireccional de una guerra provocada por los mismos personajes que siguen azuzando hoy las más bajas pasiones de mucha de la chusma que los vota?

Según la Constitución, en su artículo 62, le corresponde al Rey «expedir los decretos acordados en el Consejo de Ministros», por lo que si la estrategia de Sánchez de hacer un decreto ley por el que se modifican dos artículos de la ley de Memoria histórica para blindar su propuesta de desenterrarme prospera, Felipe VI se vería en la tesitura de refrendar la salida de mis restos del Valle de los Caídos. No tengo dudas de que Felipe VI no planteará ningún conflicto a los herederos políticos de los que echaron del Trono a su bisabuelo. José Antonio Girón, un monumento a la lealtad, ya me previno duramente contra los “Bribones”. Siempre desautoricé sus palabras, que hoy no juzgaría de forma tan severa.

¿Sería hoy Rey Don Felipe si yo no lo hubiese dispuesto? Más allá de lo probable diría que no. Lamento tener que remover hechos que la amnesia os aconsejó ignorar durante años, pero se diría que los Borbones no tienen memoria histórica, que representan a una institución huérfana de pasado. Debe ser la única en el mundo que no bebe ni se nutre de la tradición ni de la herencia. Cabría pensar que la Monarquía de Alfonso XIII -muerto en la Roma beligerante de Mussolini en 1941- se mantuvo ajena a la guerra y sin vinculación con ninguno de los contendientes.

Para echar por tierra esta tergiversación bastarían las declaraciones del propio Rey exiliado, los intentos del heredero por entrar en combate, a los que yo siempre me opuse, la ubicación inequívoca de los monárquicos en el bando nacional, sus victimario y su influencia.

En julio de 1969 las Cortes aprobaban, con la obediencia debida, al padre de Don Felipe como mi sucesor “a título” de Rey. A las siete de la tarde del 23 de julio de 1969, el nuevo Príncipe heredero introdujo su juramento con estas palabras: “Estoy profundamente emocionado por la gran confianza que ha depositado en mí Su Excelencia el Jefe del Estado…Formado en la España surgida el 18 de julio, he conocido paso a paso las importantes realizaciones que se han conseguido bajo el mando magistral del Generalísimo…”

Luego, el padre de Don Felipe juró tres cosas, por este orden; primero, lealtad a Franco, segundo, fidelidad a los principios del Movimiento Nacional y tercero, a las Leyes Fundamentales del Reino. A continuación pronunció lo que sigue: “Quiero expresar, en primer lugar, que recibo de Su Excelencia el Jefe del Estado y Generalísimo Franco la legitimidad política surgida el 18 de julio de 1936… Mi general: a pesar de los grandes sacrificios que esta tarea pueda proporcionarme, estoy seguro de que mi pulso no temblará para hacer cuanto fuera preciso en defensa de los Principios y Leyes que acabo de jurar”. Fui yo quién decidí quién me sucedería y bajo qué cláusulas. Que Don Felipe lo tenga en cuenta si se viera obligado a ratificar con su firma la profanación de mis restos.

Mientras Napoleón, Lenin, Ataturk, Mao y el Tío Ho siguen en sus mausoleos, la izquierda cainita de siempre tiene una visión patrimonialista y sesgada de nuestra historia. Ayudada por sus medios de comunicación, pretende exorcizar la pesadilla de su fracaso democrático desposeyendo a los españoles de la reparadora referencia de mi régimen. Que no lo haya conseguido, pese a convertirme durante lustros en el personaje de nuestra historia más difamado y calumniado, tal vez sea el mayor elogio que pueda recibir hoy. De ahí que deba insistir en una cuestión nuclear: no son sólo mis restos lo que quieren profanar, sino esa España unida, grande y libre que construimos. Esa España era mucho más libre y mucho más alegre que esta España oscura y triste, sin referencias morales, llena de trepas y ladrones campando a sus anchas por las instituciones, de inmigrantes ilegales, de sediciosos, de degenerados, de familias rotas, de hombres sin honor, de mujeres sin corazón, de regiones enfrentadas, de traidores a las órdenes de una élite oligárquica y apátrida. Aquella era una España de gente decente; esta es una España de gentuza. Aquella era una España que producía orgullo; esta España produce vergüenza.

Aquella España de progreso e ilusión fue la obra de millones de españoles, a los que aquí, agradecido, rubrico este elogio merecido. Si dejáis que profanen mis restos, estaréis también dejando que profanen la razón de que esos españoles hayan existido.

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Assia
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Re: Franco tenía un solo cojón.

Mensajepor Assia » Lun 03 Sep, 2018 10:43 am

La escritora Almudena Grandes ha vuelto de sus vacaciones y ha escrito 1 articulo en EL PAIS en la que agradece al PP su abstencion en la exhumacion de los restos de Franco que tendra lugar en el Congreso

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chacho fraskito

Franco tenía un solo cojón.

Mensajepor chacho fraskito » Mié 05 Sep, 2018 11:27 pm


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Franco tenía un solo cojón.

Mensajepor Invitado » Jue 06 Sep, 2018 3:48 am

Lizandro ha puesto un tuit .... :shock: :cheerleader3


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Franco tenía un solo cojón.

Mensajepor Invitado » Jue 06 Sep, 2018 9:30 pm

La Fundación Franco se querellará contra Wyoming por parodiar la exhumación del dictador

La entidad ultraderechista lanza además un boicot contra La Sexta y asegura que dejará de atender cualquier llamada de ese medio.

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Mal humor en la última caverna franquista del país. La Fundación Nacional Francisco Franco (FNFF) llevará a los juzgados al presentador El Gran Wyoming por parodiar la futura exhumación de los restos del dictador. En plena vorágine informativa sobre el futuro de la tumba de Franco y del Valle de los Caídos, la entidad ultraderechista ha anunciado también que boicoteará a La Sexta, cadena que, en principio, ya no podrá entrevistar a ninguno de sus representantes.

El sketch con un muñeco del dictador dentro de un féretro ha provocado la auténtica ira de la fundación franquista, presidida actualmente por el general retirado Juan Chicharro, ex ayudante de campo del Rey Juan Carlos. “No, no es libertad de expresión lo materializado en ese programa por este personaje sino una muestra vil de odio y rabia, factores que le alejan de los otros que atribuía Aristóteles a la persona como su condición social y racional”, sentencia la FNFF en un comunicado dado a conocer en las últimas horas a través de las redes sociales y de su página web, actualmente en fase de remodelación.

De nada han valido las satíricas disculpas que esta misma semana presentaba Wyoming en El Intermedio. “Ayer las cosas no fueron todo lo bien que nos hubiera gustado. Por eso El Intermedio, de manera oficial, quiere pedir disculpas por estas bochornosas imágenes. No supimos manejar la concordia por torpeza de Dani Mateo. Además, somos conscientes del malestar generado entre los más nostálgicos del anterior régimen”, bromeó en el programa de este martes. Instantes después, en el centro del plató volvió a aparecer el muñeco de Franco, que acabó por los suelos y con los brazos arrancados.

“Lo pavoroso de estos personajes - y el tal Wyoming es uno de ellos - , es que son ejemplo de una peligrosa casta que desprecia y ejecuta moralmente a los muertos que ya no le pueden responder”, escribe la Fundación. Tras asegurar que “afortunadamente la sociedad civilizada, en un Estado de Derecho, arbitra las relaciones humanas y sociales mediante la acción de la Justicia”, advierte que “el tal e insignificante personaje ‘Wyoming’ recibirá en breve noticias de esta Fundación al amparo de la Justicia”.

La entidad que defiende a Franco dice además que hasta ahora había atendido “con amabilidad las peticiones de asistencia a diferentes programas” de La Sexta, algo que, en principio, no volverá a repetirse. “A partir de este momento, y salvo rectificación oportuna, ninguna persona de esta Fundación volverá a acudir a la citada cadena. Sin duda dada la característica sectaria de la misma no nos echarán de menos. Nosotros tampoco”.

El año pasado, Wyoming y Dani Mateo fueron denunciados por la Asociación en Defensa del Valle de los Caídos por hacer bromas sobre ese sitio de devoción franquista. La demanda acabó archivada en noviembre de 2017. “Que ya me conocen en los juzgados, que no puede acabar con otra querella”, bromeaba esta semana Dani Mateo en el plató de El Intermedio. A los de la Fundación Franco, que ya habían preparado su comunicado, no les hizo ninguna gracia.

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Franco tenía un solo cojón.

Mensajepor Invitado » Jue 06 Sep, 2018 10:55 pm

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Reglamento de Honores Militares
Un decreto de Zapatero obliga a rendir honores militares a los restos de Franco en la exhumación

Deberá interpretarse el himno nacional completo, con arma presentada y descarga de fusilería

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La exhumación de los restos del dictador Francisco Franco no podrá ser secreta (como en algún momento ha dejado caer Moncloa), ni tampoco discreta. Un decreto del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero por el que se aprueba el Reglamento de Honores Militares impide que los restos del en su día general y jefe del gobierno de España puedan ser trasladados sin honores fúnebres.

En 2010, la entonces ministra de Defensa, Carme Chacón, en un contexto de puesta al día de las Reales Ordenanzas, firmó el decreto que aprobaba la “actualización” del reglamento que regula las personalidades y autoridades a las que corresponden honores militares y la gradación de éstos.

El artículo 36 del reglamento establece quiénes tienen derecho a que las Fuerzas Armadas rindan “honores fúnebres militares en señal de respeto y homenaje a los restos mortales”. Y ahí, además de al Rey, los Infantes de España, el presidente y los expresidentes del Gobierno, las Fuerzas Armadas tendrán obligación de rendir honores a los jefes del Ejército, desde el Jefe Mayor del Estado de la Defensa hasta el rango de generales de brigada y contralmirantes.

General desde los 33 años

Francisco Franco fue jefe del Estado desde 1936 hasta su muerte (20 de noviembre de 1975), jefe del gobierno desde 1936 hasta el 9 de junio de 1973 (sustituido por Luis Carrero Blanco) y general del Ejército desde 1926, con apenas 33 años, hasta alcanzar el nombramiento de Generalísimo 10 años después, ya en plena guerra civil, como máxima autoridad de los ejércitos del bando que terminó ganando la contienda.

El reglamento no contempla específicamente el caso de las exhumaciones, pero sí establece que los honores fúnebres militares ser rendirán en señal de respeto y homenaje “a los restos mortales”, que son precisamente los que serán desenterrados si el Gobierno socialista sigue adelante con su compromiso retirar los restos del dictador del Valle de los Caídos.

De hecho, no sería la primera vez en la historia reciente de España que alguna de las personalidades con derecho a honores han sido exhumadas y se les ha rendido homenaje militar. Así, los restos de Alfonso XIII llegaron de Roma a España en enero de 1980 para ser depositados definitivamente en el panteón de reyes de El Escorial, traslado que se realizó con todos los honores.

También contaron con honores los restos de la reina María de las Mercedes cuando fueron trasladados de El Escorial a la catedral de la Almudena en el año 2000.

Con himno nacional

En el caso de Franco, a la exhumación le seguirá, en cualquier caso, otra inhumación, que sí está específicamente contemplada en el reglamento. ¿En qué deberían pues consistir los honores fúnebres? Lo detalla el artículo 37: “Los honores fúnebres militares se rendirán por una unidad con Bandera, banda y música y consistirá en la interpretación del himno nacional completo, arma presentada y descarga de fusilería”.

Correspondería organizar los actos al Ministerio de Defensa en el caso de que se tratase del general Franco. Y a la presidencia del Gobierno en el caso de que a quien se estuviera exhumando fuera al Franco que dirigió el gobierno de España hasta el nombramiento de Carrero Blanco




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