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ARCADI ESPADA
EL EXTRAORDINARIO caso del hospital Sandro Pertini de Roma. En diciembre cuatro mujeres se someten a un tratamiento de fecundación in vitro. Este marzo, y en el curso del examen genético a los fetos (gemelos) de una pareja se descubre que el perfil genético no corresponde al de los padres. La hipótesis de los investigadores es que hubo un intercambio de óvulos fecundados entre dos de las cuatro parejas. ¡Al menos entre dos! Tres de los cuatro óvulos implantados han seguido adelante y las mujeres presentan embarazos normales. En el cuarto fracasó la implantación. La pareja frustrada ha presentado ahora una demanda ante la fiscalía de Roma. Dice su abogado: «Sospechamos, por una similitud en el nombre, que la confusión se ha producido entre el óvulo de mi cliente y este que ha dado un perfil genético distinto al de los padres.» El abogado razona que de haberse producido la confusión con los otros dos óvulos las parejas podrían decidir intercambiarse sus hijos en el nacimiento. «¿Pero con quién se los intercambia mi cliente?», se pregunta, con algo más que retórica. Y su respuesta es tajante: «Mi cliente reclamará los gemelos si se confirma que corresponden a sus perfiles genéticos.»
El departamento de fertilización del Sandro Pertini ha cerrado. El caos en Roma es total.
Che si può fare?, anotaba la pensadora Strozzi. De momento hay alguien que ha tomado una decisión importantísima y es la mujer que lleva en su vientre dos fetos confundidos. Ha decidido seguir adelante con ellos. (Por cierto: ¿podría hacer legalmente otra cosa?: ¿hasta qué punto, y en este caso, su cuerpo es suyo?) A los duros sentimientos que se cruzan en cualquier aborto hay que añadir los específicos del caso. Esta pregunta: ¿es moralmente más fácil o más difícil interrumpir el embarazo de un feto que no es genéticamente propio? Luego está la hipótesis del intercambio. Parece fríamente razonable desde la biología. Pero solo en apariencia: no todas las circunstancias biológicas que concurren en un nacimiento son genéticas. Y también hay que añadir la influencia de la propia circunstancia del parto en lo que nos hace humanos y de unos determinados humanos. Por último: la situación de la pareja frustrada, y sin posibilidad de intercambio: ¿quién podría convencerles de que renunciaran a sus hijos, a semejante posesivo?
Parece obligado que en cuanto arreglen el problema de las naciones sin Estado los hombres deberán ponerse a pensar en estas cosas.
[/imageleft]Quizá el sentir mayoritario de la ciudadanía tiene algo que ver con esta decisión gubernamental de mantener el anteproyecto al ralentí. El PP, además, parece interesado en que la ley del aborto no aparezca en la campaña electoral para las europeas que comenzará el próximo viernes.
[/imageleft] Corless ha descubierto certificados de defunción que indican que cientos de niños yacen en el espacio que ocupaba un tanque séptico del edificio conocido como «El Hogar», que acogía a madres solteras y que estuvo regido de 1926 a 1961 por la hermandad de monjas del Buen Socorro.
