Froilán y su hermana, el pasado septiembre, a punto de subirse a un cochazo, último capricho del nieto real.FROILÁN Y VICTORIA FEDERICADOS ‘PIEZAS’ REALES, 4º Y 5ª EN LA LÍNEA DE SUCESIÓNEl comportamiento de los hijos de la Infanta Elena durante la pandemia es pasto de las críticas en redes sociales y repercute en la imagen de la Monarquía.EDUARDO ÁLVAREZNUEVAS pesquisas de Anticorrupción cercan a Juan Carlos I en este caso por el presunto uso de tarjetas de crédito de titularidad y origen de los fondos desconocidos. Y medios como
eldiario.es han publicado que se estaría investigando a varios de sus familiares, incluidos algunos de sus nietos. Las redes se llenaron de tuits que apuntaban a Froilán, hijo de la Infanta Elena, con comentarios maliciosos como “calienta que sales”.
En realidad, las fuentes consultadas por EL MUNDO aseguran que la investigación afecta “exclusivamente” al ex Jefe del Estado, informa Ángela Martialay. Pero para una parte de la ciudadanía Froilán, igual que su hermana Victoria Federica, se ha convertido en un personaje permanentemente bajo sospecha por sus comportamientos nada ejemplares y actitudes más que reprobables que dañan la imagen de la Corona.
Sin ir más lejos, el mismo Froilán volvía a ser protagonista el jueves y objeto de las críticas más duras tras difundirse fotografías suyas por la calle junto a varios amigotes,
sin la obligada mascarilla, portando una botella de dos litros de refresco de cola con la que supuestamente se dirigía a hacer uno de esos botellones que han sido prohibidos. Comentarios como “se creen que España es su cortijo” o “se sienten impunes por ser quienes son” inundaron las redes.
Llueve sobre mojado. Desde marzo, cuando el Gobierno decretó el primer estado de alarma, Froilán y su hermana Victoria Federica no han dejado de protagonizar escándalos, de incumplir las normas o de adoptar decisiones tan polémicas como sus regresos a Madrid en primavera en un momento en el que la movilidad interprovincial aún estaba restringida al máximo, cansados de pasar el confinamiento Froilán en un hotel de lujo de Benahavís (Málaga) y ella en un cortijo jienense. La hija de Doña Elena llegó con posterioridad al decreto de alarma, incumpliendo así la ley que obligaba a confinarse en el lugar de residencia habitual. En las últimas semanas, se la ha vuelto a ver en polémicas fiestas sin mascarilla y sin conciencia ninguna de la gravedad del coronavirus.
Escándalos que incluyen peleas, altercados con la prensa o insultos forman parte de sus
currículums. Varios medios publicaron a principios de año que el Rey Felipe habría pedido a su hermana que hiciera algo, a lo que ella le habría contestado que ya no se hacía con sus hijos. La total falta de ejemplaridad daña a la Corona. Porque, aunque ellos no son miembros de la Familia Real, son familiares muy directos del Rey. Y sus vínculos con la Monarquía son más que estrechos. En el caso de Froilán, ocupa el cuarto lugar en la sucesión al trono; su hermana, el quinto. Ni han renunciado a sus derechos, ni la Constitución del 78, a diferencia por ejemplo de la Carta Magna
alfonsina, contempla que se les pueda excluir de la línea sucesoria por comportamientos que dañen a la Corona.

España adoptó un modelo de Monarquía muy singular en el que, a diferencia de lo que pasa en casi todas las dinastías, los hijos de los hijos de rey –a excepción del heredero– no adquieren condición real. Es el caso de Mónaco. Pero sí tienen la dignidad de Grandes de España y tratamiento de excelentísimos señores. Aunque aquí la excelencia brilla por su ausencia.
LA OTRA CRÓNICA EL MUNDO SÁBADO 7 DE NOVIEMBRE DE 2020