Palacios de la duquesa de Alba

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C.N.

Palacios de la duquesa de Alba

Mensajepor C.N. » Mié 12 Abr, 2006 1:46 am

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Diversas Madonas dominan uno de los salones interiores del Palacio de Liria.

Palacios de la duquesa de Alba

por: Marcia Morgado
Fuente: Vanidades


Tres mansiones reales: Liria, Monterrey y Las dueñas


María del Rosario Cayetana Fitz-James Stuart y de Silva tiene 46 títulos nobiliarios. Es ocho veces duquesa, 15 marquesa, 19 condesa y otras tantas Grande de España. La Casa de Alba nació en 1429: Juan II de Castilla le donó la villa Alba de Tormes al obispo Gutiérrez Alvarez de Toledo junto al título de señor, que fue sucedido por su sobrino Fernando Alvarez de Toledo, a quien Juan II nombró conde de Alba en 1438. Su hijo García Alvarez de Toledo fundó la dinastía en 1472 al convertirse en el primer duque. Desde entonces ha habido 18 titulados; tres mujeres han heredado el título por derecho propio: María Teresa Alvarez de Toledo y María del Pilar Teresa Cayetana, famosa por ser la gran musa de Goya, y la actual Duquesa, que nació en Liria el 28 de marzo de 1926. Fue bautizada en el palacio real —como padrinos tuvo a Alfonso XIII y Victoria Eugenia, reyes de España—, y el 24 de septiembre de 1953, tras la muerte de su padre, Jacobo Fitz-James, heredó el ducado. Con más de 20 palacios de la familia, el que la vio nacer cuenta con 3.500 metros cuadrados en pleno Madrid y fue construido entre 1770 y 1779 por Ventura Rodríguez.
El interior está dotado con una extensa biblioteca en la que destaca la primera edición de El Quijote y La Biblia de Alba, primera traducción en lengua romance que data de 1430, donde también atesoran 21 documentos firmados por Cristóbal Colón. Las obras de arte que cuelgan en los salones de Liria incluyen a Zurbarán, Tiziano, Rubens, Velázquez, El Greco; y uno de los 15 paisajes pintados por Rembrandt. Y, como es de suponer, Goya. La colección peligró el 17 de noviembre de 1936 cuando, dicen que por equivocación, la aviación del general Francisco Franco bombardeó el palacio, que después fue reconstruido. El Duque, previsivo, había puesto a salvo las obras de arte en las cámaras acorazadas del Banco de España y en el sótano de la Embajada Británica. Gracias a eso se mantuvo intacta una de las grandes colecciones de Europa.

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C.N.

Palacio de Liria

Mensajepor C.N. » Mié 12 Abr, 2006 4:11 am

Viaje al interior del Palacio de Liria, la majestuosa residencia de la Casa de Alba
Es la principal sede de su archivo histórico y de su colección de arte en la que custodia goyas, grecos, rubens, tizianos, velázquez, picassos... Ambos tesoros de incalculable valor


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C.N.

Mensajepor C.N. » Mié 12 Abr, 2006 4:18 am

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CARLOS: pilar indiscutible de los Alba


(2-10-1948) Carlos Fitz-James Stuart Martínez de Irujo, duque de Huéscar y futuro heredero de los 50 títulos de la casa ducal es, junto a don Jesús Aguirre, el principal gestor de los asuntos financieros de la familia. Licenciado en Derecho por la Complutense, compagina su trabajo en la empresa privada con su trabajo como presidente de la Fundación Hispania Nostra. En la actualidad, Carlos está separado de la noble sevillana Matilde de Solís, con quien tuvo dos hijos, Fernando Cayetano Luis Jesús, nacido el 14 de septiembre de 1990, y Carlos Arturo José y María, el 29 de noviembre de 1991. FERNANDO: un gran desconocido(11-7-1959)



Marqués de San Vicente del Barco.


Es el más serio e introvertido y, por ello, el más desconocido de los seis hijos de la duquesa. Estudió Economía en la Universidad Complutense y se especializó en banca con la Morgan Guaranty Trust, primero en París y luego en Nueva York. Actualmente, vive en Madrid y trabaja a las órdenes de Amusátegui en el Banco Central Hispano. Está soltero.


ALFONSO: un experto en números


(22-10-1950) Alfonso, duque de Aliaga, es el financiero de los Alba. Licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense y máster en el Instituto de Empresa. Desempeñó su primer trabajo como directivo de la banca Morgan durante su estancia en París. En España, trabajó en el Banco Saudí y, en la actualidad, preside el Instituto de Empresas. Alfonso está separado de María de Hohenlohe, con quien tuvo dos niños, Luis y Javier.

CAYETANO: el 'Don Juan' de los Alba


(4-4-1963) Conde de Salvatierra. La de Cayetano Martínez de Irujo es una vida dedicada a la hípica. Aprendió a montar a caballo a los cinco años y a los trece participó en su primer concurso de salto. Figura en la elite mundial del deporte ecuestre y es, sin duda, el número uno del ranking nacional. Cayetano, uno de los solteros más codiciados de España, se convertirá este verano en padre de mellizos, fruto de su relación con la mexicana, Genoveva Casanova



JACOBO: alma de artista


(15-7-1954) Conde de Siruela. Por su afición a la pintura y al arte decidió cursar la carrera de Filosofía y Letras. Sin embargo, Jacobo, un autodidacta e internacionalista nato, abandonó sus estudios universitarios para tomar contacto con otras culturas y grupos sociales. En 1981, recibió el Premio Nacional de Edición con el libro La muerte del Rey Arturo que él mismo había traducido con Mathilde de Neve. Este reconocimiento le animó a crear la editorial Siruela. En 1980, contrajo matrimonio con María Eugenia Fernández de con la que tuvo dos hijos, Jacobo y Brianda. En octubre de 1998, presentaron la demanda de divorcio de común acuerdo. Actualmente, después de romper su relación con Gloria Gagüer, sale con la periodista catalana Inka Martí.


EUGENIA: la pequeña gran duquesa

Duquesa de Montoro. Es la única niña y la más pequeña de los seis hermanos Alba. Terminó su bachillerato en Madrid y se trasladó a Sevilla donde abrió una tienda de ropa. Actualmente, es la imagen de firma de joyería, Tous. El 23 de octubre 1998, Eugenia contrajo matrimonio, en la catedral de Sevilla, con el torero Francisco Rivera Ordóñez, hijo de Paquirri y Carmen Ordóñez. La relevancia de los novios -ella, aristócrata, y él, torero con linaje- convirtió el enlace en todo un acontecimiento. Eugenia -gran aficionada al flamenco y a la poesía, como la duquesa- vive feliz en su finca ganadera, La Pizana, Sevilla, junto a su marido y a su hija, Cayetana.

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C.N.

Mensajepor C.N. » Mié 12 Abr, 2006 4:21 am

TITULOS Y CONDECORACIONES



LA DUQUESA DE ALBA está en posesión de 46 títulos nobiliarios, el último, marquesa de Oraní, concedido, según real decreto, en noviembre de 1991, y es veinte veces Grande de España. Los títulos de María del Rosario Cayet Fitz-James Stuart y de Silva son: duquesa de Alba y de Berwick; de Montoro, de Liria y Jérica, de Arjona, de Híjar, condesa-duquesa de Olivares, marquesa de San Vicente del Barco, de El Carpio, de Coria, de Eliache, de la Mota, de San Leonardo, de Sarria, de Villanueva del Rio, de Tarazona, de Villanueva del Fresno, de Barcarrota, de la Algaba, de Osera, de Moya, de Almenara, de Valdunquillo y de Mirallo, condesa de Lemos, de Lerín, condestable de Navarra, de Monterrey, de Osorno, de Miranda del Castañar, de Palma del Rio, de Aranda, de Salvatierra, de Andrade, de Ayala, de Fuentes de Valdepero, de Gelves de Villalba, de san Esteban de Gormaz, de Fuentidueña, de Casarrubios del Monte, de Galve, de Santa Cruz de la Sierra y Ribadeo , vizcondesa de la Calzada, marquesa de Oraní.
TÍTULOS CEDIDOS A SUS HIJOS. En esta lista no se incluyen los títulos que la duquesa ha ido cediendo a sus seis hijos a lo largo de las últimas décadas: el ducado de Huéscar, para su primogénito, Carlos. El de Aliaga para Alfonso; el condado de Siruela para Jacobo; el de Salvatierra para Cayetano; el marquesado de San Vicente del Barco para Fernando, y el ducado de Montoro para Eugenia.
Entre otros títulos honoríficos, la duquesa de Alba es miembro de Mérito de la Real Academia Hispanoamericana de Artes, Ciencias y Letras de Cádiz; Miembro de la Hispanic Society or America, de Nueva York; Presidente de Honor de la Ópera Filarmónica; Alcaldesa Honoraria de Liria (Madrid); Hija Adoptiva de Sevilla.
CONDECORACIONES. Cayetana Fitz-James Stuart ostenta, además, la Medalla de Oro de Madrid (1962); La Gran Cruz de Beneficiencia; La Gran Cruz de Isabel la Católica y la Gran Placa de Honor, Dama de Gran Cruz de Justicia de la Orden Constantiniana de San Jorge y Mérito de la Cruz Roja Española, de la que es Presidente Honorífico. En diciembre de 1992 fue elegida por unanimidad miembro del Consejo de la Diputación Permanente de la Grandeza de España, máximo órgano de la Grandeza de España, asociación que reúne a los trescientos títulos de nobleza poseedores de esta distinción.


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Vogue

la vida de Cayetana Fitz-James duquesa de Alba

Mensajepor Vogue » Mar 20 Abr, 2010 11:48 pm

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Doña Cayetana
Leticia Echavárri nos adentra en la vida de Cayetana Fitz-James, número 1 del quién es quién de la aristocracia.
Tiene 6 hijos, 2 Goyas, 44 títulos nobiliarios y una salud mediática de hierro. Leticia Echavárri nos adentra en la vida de Cayetana Fitz-James, número 1 del quién es quién de la aristocracia y mito del pueblo, que por primera vez abre las puertas de sus palacios, su familia, sus amigos y su corazón.

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En el Salón de Baile del Palacio de Dueñas, doña Cayetana con vestido de Victorio & Lucchino; mantón de manila, de Antigüedades Lola Ortega; y gargantilla pendientes y pulseras, de Tous. En la pared, tapiz flamenco del siglo XVI, y cuadro del Emperador Napoleón III, el marido de la Emperatriz Eugenia de Montijo, copia de Winterhalter.


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En el Salón Cuadrado Azul del Palacio de Dueñas. A la izquierda de Doña Cayetana –con chaqueta de Dries Van Noten para Ekseption; vestido de Dries Van Noten para Elite; cinturón de Miguel Palacio; zapatos de Gianvitto Rossi; y collares de Tous–, cuadro de la bailaora Josefa Vargas, de Antonio María Esquivel. Y, de frente, ocupando toda la pared, Los caldereros de Bassano.


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El primogénito en la biblioteca, que contiene joyas como una primera edición de El Quijote y la primera Biblia traducida al castellano.


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Duque de Huéscar. Don Carlos Fitz- James Stuart, el primogénito, en la biblioteca del Palacio de Liria. Sobre la pared de imitación de malaquita, obra de Paco Alonso, cuelga el retrato del Duque de Alba, abuelo de Don Carlos, realizado por Zuloaga.

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Duque de Aliaga. Don Alfonso Martínez de Irujo, el segundo de los seis hermanos, que además de economista es toda una institución del flamenco.

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Marqués de San Vicente del Barco. Cuarto de los seis hermanos, Don Fernando Martínez de Irujo en un salón de la primera planta de Liria que da a los jardines de Sabatini.


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En el patio interior del Palacio de Dueñas, la duquesa junto a Cayetano y Eugenia –con vestido de Teresa Helbig; cartera de Fun & Basics; y sortija y pulseras, de Tous–.

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Doña Cayetana -con el mismo look y zapatos de Gianvitto Rossi-, junto a sus hijos: Cayetano Martínez de Irujo, Conde de Salvatierra -con su propia ropa- y Eugenia Martínez de Irujo -con vestido de Cortana, y pendientes y brazalete, de Tous-.

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Curro Romero, en la Suite Ejecutiva del Hotel Alfonso XIII, en Sevilla.


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La pareja perfecta. Curro Romero, con camisa y pajarita de Lander & Urquijo, y Carmen Tello, con mantón de Antigüedades Lola Ortega; pendientes de Bárcena; y collar, brazalete y pulsera, todo de Vasari.

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Francisco Trujillo, neurocirujano de la Duquesa de Alba.


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Entre amigos. Marta Talegón, con vestido de MaxMara; pendientes de Bárcena; pulseras de Suárez y Vasari; y sortijas de Vasari. Carmen Tello, con vestido de Marni; mantón de Antigüedades Lola Ortega; pendientes de Bárcena; y brazaletes de Vasari. Y Curro Romero, de Lander & Urquijo.

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Isabel León, Marquesa de Méritos, con vestido de Pronovias; guantes de Guante Varadé; gargantilla de Suárez; y pendientes de Vasari.


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En el Salón de Música. Ana Abascal con jersey de CH; falda de Cortana; gargantilla de Vasari; zapatos de Casadei; guantes de Guante Varadé; pendientes de Suárez; y broche de Bárcena.



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Liria

Palacios de Liria y Dueñas de la Duquesa de Alba

Mensajepor Liria » Mar 20 Abr, 2010 11:49 pm

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Fachada de la entrada principal del Palacio de Liria.


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Entrada al Palacio de Dueñas, en Sevilla

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Patio interior del Palacio de Dueñas.


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Otra vista del espectacular patio interior.

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En el Salón Italiano, La Virgen de la Granada de Fra Angélico, uno de los cuadros preferidos de la duquesa.


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En el Salón Italiano, cuadro de la escuela belliniana sin atribución concreta y foto de la Reina Victoria Eugenia.


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En el Salón Flamenco, cuadro del Emperador Carlos V y la Emperatriz Isabel de Portugal, de Rubens, copia de un Tiziano perdido.


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El Salón Estuardo, con el retrato del Mariscal de Berwick, primer Duque de Berwick, de Kneller.

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Boceto preparatorio de Winterhalter que representa al Emperador Napoleón III.


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Mujer con sombrero de cerezas, de Renoir, en el Salón Capé.

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Una de las estancias, donde destaca el tapiz del S. XVI de los Marqueses de Osera.


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Retrato del gran Duque de Alba, de Tiziano.


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La Coronación de espinas, de Ribera, y un busto de terracota de la Duquesa presiden el Salón Antecapilla.


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El Salón Estuardo, con dos retratos del segundo Duque de Berwick, padre de quien construyó el Palacio. La armadura perteneció al Conde-Duque de Olivares, famoso valido de Felipe IV, y con la cual le retrató Velázquez.


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En el Salón Goya en el Palacio de Dueñas, el famoso retrato de Goya de la 13ª Duquesa de Alba.


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Salón de los Carteles. De cuyas paredes cuelga una colección de carteles de ferias de Sevilla que se remontan, en algunos casos, a finales del siglo XIX o principios del XX. Está ubicado en la planta baja del Palacio de Dueñas.

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Detalle de algunos recuerdos y fotos familiares.


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Detalle de los recuerdos familiares que abarrotan el Salón del Piano de Dueñas.


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El Salón Largo, que se utilizaba como Salón de Baile. Destacan los tapices flamencos del siglo XVI.


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Salón Español. En esta estancia, los cuadros más relevantes son, de izda. a dcha.: Santo Domingo de Guzmán, de Zurbarán, La Infanta Margarita, de Velázquez, El Cristo en la Cruz, de El Greco; Don Gonzalo de Chacón, de Antonio Moro.

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Un rincón de la biblioteca del Palacio de Dueñas.


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Foto de Doña María del Rosario Silva y Guturbay, Marquesa de San Vicente de Barco, madre de la Duquesa de Alba, con la pequeña Cayetana, en 1930.

V O G U E. ES

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que pena

Mensajepor que pena » Mié 21 Abr, 2010 12:02 am

Y la gente que critica la monarquía porque pagamos a una familia para que vivan como reyes rien las gracias a esta familia que tiene un patrimonio que mantenemos los españoles con nuestros impuestos y lo que es más grave no cumple con los compromisos de visita. Denuncias que se archivan etc, Y en el colmo de la mentira se ha llegado a decir en telecinco que fué su padre el que salvó las obras de el Museo del Prado, durante la guerra, por favor que cacicada, fueron los pobres desgraciados que se jugaron la vida por valorar más el bien común durante la guerra, y no del bando ganador precisamente. Y a esos señoritos que ríen las gracias a esta mujer les diría que pensaran si les haría la misma gracia oir hablar mal a una mujer con su aspecto, como se reirían de la pobre señora, pero como es duquesa y grande de España y está forrada, su idiotez es gracia, y así seguimos como en el siglo XIX. Que pena.

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a solas con la Duquesa

a solas con la Duquesa de Alba, su famila, sus amigos

Mensajepor a solas con la Duquesa » Mié 21 Abr, 2010 12:11 am



A solas con la Duquesa

Vídeo de la sesión fotográfica del especial de la Duquesa de Alba para el número de mayo de 2010 de Vogue España.



Sus amigos





Su familia


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Casa de Alba

Casa de Alba titulos nobiliarios

Mensajepor Casa de Alba » Mar 21 Dic, 2010 10:28 pm

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Casa materna Álvarez de Toledo
Casa de Berwick (Fitz-James Stuart)
Títulos Ducado de Alba de Tormes (1472)
Ducado de Huéscar (1563)
Jefe actual Cayetana Fitz-James Stuart

LA DUQUESA DE ALBA está en posesión de 46 títulos nobiliarios, el último, marquesa de Oraní, concedido, según real decreto, en noviembre de 1991, y es veinte veces Grande de España. Los títulos de María del Rosario Cayet Fitz-James Stuart y de Silva son:

duquesa de Alba y de Berwick; de Montoro, de Liria y Jérica, de Arjona, de Híjar, condesa-duquesa de Olivares, marquesa de San Vicente del Barco, de El Carpio, de Coria, de Eliache, de la Mota, de San Leonardo, de Sarria, de Villanueva del Rio, de Tarazona, de Villanueva del Fresno, de Barcarrota, de la Algaba, de Osera, de Moya, de Almenara, de Valdunquillo y de Mirallo, condesa de Lemos, de Lerín, condestable de Navarra, de Monterrey, de Osorno, de Miranda del Castañar, de Palma del Rio, de Aranda, de Salvatierra, de Andrade, de Ayala, de Fuentes de Valdepero, de Gelves de Villalba, de san Esteban de Gormaz, de Fuentidueña, de Casarrubios del Monte, de Galve, de Santa Cruz de la Sierra y Ribadeo , vizcondesa de la Calzada, marquesa de Oraní.

TÍTULOS CEDIDOS A SUS HIJOS. En esta lista no se incluyen los títulos que la duquesa ha ido cediendo a sus seis hijos a lo largo de las últimas décadas: el ducado de Huéscar, para su primogénito, Carlos. El de Aliaga para Alfonso; el condado de Siruela para Jacobo; el de Salvatierra para Cayetano; el marquesado de San Vicente del Barco para Fernando, y el ducado de Montoro para Eugenia.

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El escudo de los Álvarez de Toledo fue el de la Casa de Alba de Tormes hasta la muerte de la XIII duquesa en 1802, cuando al heredar el título un miembro de la Casa ducal de Berwick, los Fitz-James Stuart lo unieron a su escudo, dando lugar al que actualmente utiliza la Casa.

http://es.wikipedia.org/wiki/Casa_de_Alba

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Dueñas

La Duquesa de Alba y El Palacio de Las Dueñas - documental

Mensajepor Dueñas » Lun 04 Abr, 2011 11:24 pm



    La Duquesa de Alba y el Palacio de las Dueñas
    Documental biográfico dedicado a CAYETANA FITZ JAMES STUART, la XVIII Duquesa de Alba.

    Por primera vez, la Duquesa abre las puertas del Palacio de las Dueñas en Sevilla a un medio de comunicación para hacer un repaso en primera persona sobre su vida, sus amores, sus hijos... En el documental se podrán ver, además, unas doscientas fotografías del álbum privado de la Casa de Alba.

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LOC

La herencia de la Duquesa de Alba

Mensajepor LOC » Dom 19 Jun, 2011 1:15 am

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LA DUQUESA Y SUS HEREDEROS.
Cayetana Fitz-James con sus hijos. De iqda., a dcha.,: Carlos, Jacobo, Eugenia, Cayetano y Fernando. El único ausente es Alfonso, duque de Aliaga.


DUQUESA DE ALBA
CADA UNO DE LOS 6 HIJOS HEREDARÁ UN MÍNIMO DE 110 MILLONES

● Cayetana tiene cerrado su testamento. Su fortuna, mil millones
● La Fundación Casa de Alba administra otros 2.000 millones
● Alfonso Díez ha renunciado a la parte que le pudiera corresponder



Alfonso renuncia a su herencia

Para los dioses inmortales cuya voluntad fue no sólo el que yo heredase estas cosas de mis antepasados, sino el que se las transmitiera también a mis descendientes». Así reza la inscripción de Cicerón, que puede leerse al pie de la escalinata del Palacio de Liria, y que fue expresamente colgada por petición de Jacobo Fitz-James Stuart, XVII Duque de Alba, y padre de la actual duquesa. Siete siglos de historia avalan el patrimonio de la casa de Alba que asciende a unos 3.000 millones, aunque la cifra es difícil de determinar, ya que está distribuido entre palacios, castillos, terrenos agrícolas, propiedades inmobiliarias, participaciones bursátiles, colecciones de arte, biblioteca, joyas y reliquias... Un legado económico y cultural que Cayetana Fitz-James ha sabido administrar con austeridad e incluso incrementar. A los que habría que añadir 45 títulos. Entre ellos, cinco ducados, un condado-ducado, 20 condados, un vizcondado y 18 marquesados.

Luis Martínez de Irujo, su primer esposo, puso la primera piedra en la organización del patrimonio, pero sería Jesús Aguirre, su segundo marido, quien sentó las bases más importantes de lo que es hoy día la Fundación Casa de Alba. Como resumen, que luego desglosaremos, y para no perdernos en los datos, podríamos dividir el vasto patrimonio en dos partes: el correspondiente a la Fundación Casa de Alba, valorado en 2.000 millones, que se rige única y exclusivamente por los estatutos donde se protege claramente la conservación del patrimonio, así como quién debe presidirla -en este caso el primogénito-; y la fortuna personal de la duquesa que comprende joyas (5 millones), tierras (600 millones), pisos, locales, casas y acciones (395 millones).


MIL MILLONES

Cayetana, de 85 años, lo tiene todo pensado. Su testamento lleva años firmado y bajo llave y, aunque obviamente su contenido es secreto, hay partes de él que son de obligado cumplimiento y hacen que sepamos cómo puede ser distribuido entre sus hijos. «Mi objetivo es pasar todo el legado de los Alba a mis hijos, de la misma manera que mis padres me lo dejaron a mí, y así a través de todas las generaciones». Así pues, e independientemente de cómo quiera legar el patrimonio de libre disposición, existe una legítima que es de obligado cumplimiento por la ley, y de la que se benefician los familiares directos como son los hijos y el cónyuge (si finalmente contrae esponsales con Alfonso Díez, 25 años menor).

El patrimonio personal de la duquesa asciende a 1.000 millones de euros. Este dinero tenemos que dividirlo en tres partes (una parte es la legítima, otra es de mejora y la otra es de libre disposición). La parte de la legítima sería 333,3 millones de euros que serían para repartir entre sus seis hijos. La parte de la mejora, que sería la misma cantidad, es para mejorar la herencia de algunos de sus herederos con derecho a la legítima -sus hijos- y, en este caso, Cayetana piensa repartirlo entre los seis, también a partes iguales. Y la última parte -también es la misma cantidad-, es de libre disposición. Es decir, la duquesa puede legarlo a quien quiera. En este caso, tenemos que recordar que Cayetana tiene nueve nietos que no entrarían incluidos en las partes anteriores y, posiblemente serían los depositarios de este tercio (o de una gran parte), así como fundaciones, amigos…

Como hemos explicado, sus seis hijos, fruto de su matrimonio con Luis Martínez de Irujo, serían sus herederos directos y por lo tanto, heredarían directamente 55,5 millones de euros cada uno de la légitima y otros tantos del de mejora. En total: 110 millones.

El primogénito, Carlos Fitz-James Stuart, duque de Huéscar, de 62 años, se licenció en Derecho y será el heredero del ducado de Alba y del resto de títulos nobiliarios, así como el presidente de la fundación que gestiona el patrimonio. Así pues, los 2.000 millones del patrimonio que está en manos de la fundación son intocables. Carlos se divorció de Matilde Solís, con quien contrajo matrimonio en 1988 y tuvo dos hijos. Fernando Cayetano, el hijo mayor, será a su vez el heredero de su padre en el ducado de Alba. Una nota importante en estos términos es que el matrimonio se celebró con separación de bienes (igual que todos sus hermanos), por lo que ni el divorcio, ni la herencia afectará al legado.

Alfonso Martínez de Irujo (60 años), duque de Aliaga es licenciado en Ciencias Económicas y encargado, junto con su hermano Carlos, de velar por la situación financiera de los Alba, y de ser vicedecano de la Diputación Permanente y Consejo General de la Grandeza de España. Se casó con la princesa María Trinidad de Hohenlohe en 1977 -de esa unión nacieron también dos hijos- y se divorció unos años después. Él también accederá a su parte de la legítima, en la misma medida que el resto de sus hermanos.

Jacobo Fitz-James Stuart (56 años), conde de Siruela, comenzó la carrera de Filosofía y Letras, pero dejó la universidad. Con todo, consiguió destacar en el mundo editorial y crear Siruela y más adelante Atalanta. Contrajo matrimonio con Eugenia Fernández de Castro de quien está divorciado y tuvo un hijo varón y una hija. En 1981, contrajo segundas nupcias con la periodista Inka Martí. El cuarto hijo de la duquesa, Fernando Martínez de Irujo (50 años), marqués de San Vicente del Barco, también es licenciado en Derecho y está soltero. Generalmente, ayuda a sus dos hermanos mayores en la gestión del patrimonio y, además trabaja para el Banco Central Hispano. También heredará 110 millones. Cayetano Martínez de Irujo (48 años), conde de Salvatierra, es internacionalmente conocido por su participación en las competiciones ecuestres. Tuvo una relación con Genoveva Casanova, de la que nacieron dos mellizos. Y finalmente, la menor de los hermanos, Eugenia Martínez de Irujo (42 años), duquesa de Montoro, e imagen de la conocidísima firma de joyas Tous, está divorciada del diestro Francisco Rivera, de quien tuvo la que es la novena nieta de Cayetana y lleva su mismo nombre. Al margen de lo que se supone patrimonio histórico, los Alba tienen varios negocios que desarrollan a través de cuatro empresas. Todas con sede social en el Palacio de Liria: Eurotécnica agraria SA, Euroexplotaciones agrarias SA, Inversiones Princesa SA. y, Castrofresno SL. Las dos primeras están dedicadas a la «producción agrícola, combinada con la ganadería» y cuentan con 34.000 hectáreas de terreno, valoradas en 600 millones de euros, y que proporcionan más de 500 empleos. En todas las empresas figuran como presidenta Cayetana Fitz-James Stuart (Jesús Aguirre lo fue hasta su muerte), seguida del vicepresidente, Carlos Fitz-James Stuart, y de su segundo hijo Alfonso Martínez de Irujo, que ocupa el cargo de Consejero Delegado.


SUBVENCIONES

Con todo, Cayetana quiso que todos fueran accionistas de las empresas a partes iguales, lo que en un principio generó algunos problemas a sus hijos por la cantidad de activos que debían depositar por las acciones. Así, la duquesa, decidió cederles a cada uno de ellos una finca de la provincia de Córdoba (todas ellas valoradas en unos 10 millones de euros). Por otro lado, estas empresas reciben subvenciones por la PAC que rondan los dos millones de euros. La tercera empresa, Inversiones Princesa, está dirigida a las inversiones y accionariados bursátiles. Y, la cuarta empresa, Castrofresno SL., cuya actividad es la compra, venta y alquiler de pisos, locales comerciales y garajes. Todas estas empresas dan un beneficio aproximado de unos dos millones de euros anuales.

Volviendo al patrimonio artístico que incluye la Fundación, encontramos verdaderas joyas arquitectónicas como el Palacio de Liria, en Madrid; Palacio de Dueñas, en Sevilla o el Palacio de Monterrey, en Salamanca... Sin embargo, algunos de estos palacios y castillos están cedidos a instituciones públicas para mejorar su conservación y uso.

Dentro de esta fundación, también se encuentra la biblioteca -de un incalculable valor-, con más de 30.000 volúmenes, entre los que destacan los 21 documentos autógrafos de Cristóbal Colón (una sola carta alcanza los 6 millones), o la famosa biblia de 1430, cuyo valor está en más de dos millones y medio… Por otro lado, tenemos la pinacoteca. Obras de Neri di Bicci, Vaccaro, Murillos, Ribera, Tiziano, Velázquez, Goya, Auguste Renoir, Rembrandt, hasta llegar a Picasso, Madrazo o Zuloaga… Finalizando, una pieza clave que se lleva a cabo desde la fundación, son las ayudas económicas que ofrecen a otros legados históricos. Cayetana ha contribuido de forma activa a apoyar diversas labores humanitarias, como la financiación de salud pública de la Asociación de Esclerosis Múltiple de La Línea, así como la financiación de proyectos de restauración y conservación del Patrimonio Histórico, entre los que se encuentra la capilla del Cristo de los Gitanos en Sevilla, piezas de arte y edificios históricos de España. De esta manera queda protegido uno de los imperios con más valor histórico y económico de nuestra geografía española, así como el expreso deseo de la XVIII duquesa de Alba.




Y si Alfonso es su marido...

Pues posiblemente no pasaría nada. Lejos de la ficción y de las especulaciones, si la duquesa contrajera matrimonio con su novio, la herencia de los Alba quedaría intacta. Aclaremos que puede depender mucho del régimen en el que contraen el matrimonio, es decir, si lo hacen con gananciales o separación de bienes. La segunda opción es la que escogería Cayetana, ya que es la forma en que lo han hecho sus hijos. En cualquier caso, y si así fuera, Alfonso tendría una serie de derechos como conservar el usufructo de la residencia familiar, y la disposición -también en usufructo- del tercio de libre disposición (333,33 millones de euros). Pero esto que parece tan sencillo, en la práctica no resulta tan obvio porque para eso la ley contempla lo que se conoce como las capitulaciones matrimoniales, que no son otra cosa que pactos que uno firma antes del matrimonio y que deja completamente protegida a las partes.

Alfonso, según ha podido saber esta revista, ya ha firmado sus capitulaciones renunciando a ese usufructo. Otra cosa, claro está, es que Cayetana considere oportuno, y si se convierte en su tercer esposo, legarle una parte de la libre disposición.

Con todo, y para alejar los dimes y diretes, lo que si podemos asegurar es que Alfonso Díez, por voluntad propia, no quiere tener ningún derecho sobre los bienes ni posesiones de los Alba.

Así, que si contrajera matrimonio con Cayetana y ella falleciera antes que él, ya podemos aventurar que no se quedaría a vivir en el Palacio de Liria. Otra cosa, y repito, es que a la duquesa le «salga del pie» meterle dentro de sus herederos de libre disposición, quiera él, o no quiera. Si no quisiera, siempre podría renunciar a la herencia. En cualquier caso, ha quedado claro por parte del novio que no es su interés el que le mueve y para ello está dispuesto a renunciar a lo que haga falta.


EL MUNDO SÁBADO 18 JUNIO 2011

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ep

La Duquesa reparte su herencia en vida

Mensajepor ep » Lun 01 Ago, 2011 1:39 am


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turbo

Cayetana Fitz-James Stuart, XVIII Duquesa de Alba

Mensajepor turbo » Sab 17 Sep, 2011 5:11 pm



“EL REY ES LO MEJOR QUE TIENE ESPAÑA EN ESTOS MOMENTOS”

Cayetana de Alba, a un paso de la leyenda

Es una novia de 85 años y en unos días se casará por la Iglesia por tercera vez. Sin embargo, más allá de los avatares de su vida privada y de su ‘reinado’ indiscutible en la prensa del corazón, Cayetana Fitz-James Stuart, XVIII Duquesa de Alba, es, quizá, la única gran aristócrata que queda en Europa. Desde la Fundación Casa de Alba que preside, esta mujer ha conservado e incrementado de forma significativa el enorme legado recibido de sus antepasados.Puso en pie un palacio –Liria– destruido por la guerra y ha sabido gestionar su libertad desde sus responsabilidades, ganándose el cariño de la sociedad española.Menos moderna de lo que algunos puedan pensar o creer, la duquesa, o Cayetana a secas, es, sobre todo, una mujer que, a base de ser ella misma, se ha convertido en una auténtica leyenda.

Por: Nicanor J. Cardeñosa
Fotos: Ruven Afanador
Estilismo: Bernat Buscato


  • “Yo tengo mucha fortaleza. Y muchos ánimos.”
  • “Aquí se ha destruido todo lo que se ha podido para construir cosas nuevas. ¿Cree que alguien va a venir a España para ver los rascacielos de la Castellana? ”
  • “Encuentro que estamos en el peor periodo que ha tenido España desde el comienzo de la Democracia. ”
  • “La pareja es muy importante. Yo por lo menos nunca me he divorciado, y mis hijos, todos. Para eso es mejor no casarse.”
  • “Si se olvidan de ti no eres nadie.”

Palacio de las Dueñas.

No se confundan, esto es la Casa de Alba.

Tarde de calor en Sevilla. Nervios. Todo el mundo espera. Dejo la bolsa con mis cosas en un banquito de madera en el antepatio que da paso al jardín. Cuando vuelvo no está. «Lo encontrará guardado ahí –me dice un hombre sencillo, de esos que tienen la educación grabada en los genes–, a la señora no le gusta ver cosas fuera de sitio.» Más calor. Nos han dicho que la duquesa no se encuentra bien, que ha estado a punto de cancelar la sesión de fotos y la entrevista. De pronto se oye un jaleo suave de pasos y alguien anuncia que «ya viene». Todo el mundo se levanta a saludar. Llega guapa, con un cierto aire de frescura en el vestido de tonos rosa de Victorio & Lucchino. Ella ha impuesto el vestuario. Hay un protocolo estricto de presentaciones –nervios porque a una de las personas del equipo no se le ha presentado. Tiene que saber quién es cada uno de los presentes–. Todo el mundo la besa. Yo también. Y entonces me encuentro con esos ojos fijos, fríos, que me miran y me dejan de piedra. Cayetana de Alba escruta de forma implacable y yo me doy cuenta de que algo va mal. Empiezan las fotos y se oyen las primeras toses de pecho. Cae el calor en el patio del este Palacio de las Dueñas donde el sol ha bajado inmisericorde durante siglos. Ella tiene la protesta permanentemente en la punta de la lengua pero, paradójicamente, se deja hacer. Me sorprende su inteligencia felina. Nada, nada, se le escapa y, sin embargo, puedo darme cuenta de lo fácil que le resulta que la gente vea de ella sólo lo que ella quiere que vean. Le calzan unos zapatos dorados de purpurina y le ponen encima algo. Algo que la transforma de forma sutil. Voy a sentarme en un banco y una voz amiga, la misma que me informó de dónde estaba mi mochila, me dice de forma callada: «No te sientes, no le gusta». Me quedo de piedra. Creo que es pompa, tardaré semanas en entender. Está sentada en un sillón noble, mira de forma desafiante al fotógrafo porque comprende, perfectamente, que esto es otra cosa, que hay poco de rosa en lo que está pasando aquí. La sensibilidad de esta mujer hacia todo lo que tiene que ver con el arte es mortalmente afilada. Me muevo a uno de los laterales y entonces la veo. La veo por primera vez ahí, con el peso del tiempo, de los años, de la historia, del esfuerzo enorme para haber puesto en pie, de nuevo, la Casa. Algún pájaro canta y, por lo demás, hay un silencio total. Sentada ahí, siento de forma indubitable que en el patio del Palacio de las Dueñas está el corazón de esta Casa. La piedra angular. Ahí, quieta, como una Diana Orsini en su Bomarzo particular. Sólo que ella no es un personaje de ficción; es absolutamente real y, en este momento el cien por cien de su mitad, pura duquesa de Alba (a la otra mitad de Cayetana tardaría en encontrármela varios días). Entonces me di cuenta de que me observaba y sabía que yo la observaba, ojos como dos tizones, que escrutan…, ojos de una extrema juventud. En un cambio de localización para una foto, a tres pasos de mí, le dice a Lola, su secretaria: «La entrevista, no». Y eso fue todo.


Palacio de Liria.

Han pasado casi dos semanas del desencuentro de Sevilla y hay, parece, una nueva fecha para la entrevista. Esta vez en el Palacio de Liria, en Madrid. Toco el timbre y me abren la verja señalándome el otro lado del jardín: la puerta del centro. Me sorprende la belleza lujosa de este palacio frente a la calidez y el informalismo de Las Dueñas. Siento mis propios pasos hacer un ruido horroroso sobre la gravilla del parterre en un lugar en el que no hay nadie a la vista.

No existe una puerta sino varias, y no sé muy bien a cuál de ellas es a la que me tengo que dirigir. Dudo. Las puertas son acristaladas y se puede ver el interior. Un interior desierto. Llevo la mano, finalmente, al pomo de la puerta y me dispongo a entrar. En ese momento aparece el que supongo que es el mayordomo. Intento verlo todo, los salones, las obras de arte, la escalera que comparo con la imponente escalera del palacio de Sevilla. Todo es tan distinto. Subimos y allí no aparece nadie. Sólo el silencio y la frescura de los muros del palacio sobre este verano agobiante. Por fin llega Lola, siempre atenta, siempre haciendo que las cosas funcionen, aunque yo entiendo que las cosas funcionan con menos campechanía de la que los medios dibujan para esta Casa. «Quizá tenga que ser menos tiempo de lo que acordamos –me dice–, le han surgido cosas para esta tarde.» No sé si será así o no, pero creo que la entrevista se puede ir al garete en cualquier momento. Yo me relajo. Lola me acompaña –con esa manera de hacer que la identifica de forma inconfundible– a un salón… curioso. Es un salón femenino, íntimo; con un cierto aire inglés. Muy personal. Hay cuadros, algunos pintados, juraría, por la propia Duquesa. No sé por qué, pero pienso que es un salón contiguo a sus habitaciones. Lola me explica dónde se va a sentar la Duquesa y dónde tengo que sentarme yo… y desaparece en busca de Cayetana. Quedarse solo en un salón desconocido, pero muy personal, en medio de un palacio en el que no parece que haya más que las cuatro personas que han salido en esta historia hasta el momento es una sensación, como mínimo, rara. Extrañamente cómoda… a pesar de todo. Hay una atmosfera de historia en cada paso de esta entrevista que nunca llega del todo. Vuelve Lola y dice: «Quiere hacerla en otro salón». Y caminamos de nuevo –privilegiado yo– por los pasillos de este palacio bellísimo que tantos ojos quisieran ver. Entramos en un salón mucho más solemne, con unos sofás rojos y algunas obras de arte impresionantes. Finalmente Cayetana entra y me da la mano fría, extremadamente correcta. Nos sentamos según lo acordado, y ella permanece rígida, juraría que incómoda. Lola se queda sentada también. Pregunto, de entrada, por el comentario de hace unos días de su hijo Cayetano sobre las dos facetas de su madre: «la duquesa, y Cayetana, la mujer». Me contesta con una concisión y una brevedad preocupantes. «Pues eso –dice–, está por un lado lo que yo trabajo, en esta fundación, o yendo a algún premio que me dan, o cosas que yo presido. Esa es la duquesa de Alba. Y Cayetana es lo que me gusta hacer. Me gustan los deportes –bueno ahora ya no los práctico–, pintar, mi afición al arte… eso es. Pues no puedo decir más...»

«No puedo decir más.» Esa es la frase que hace que a cualquier periodista se le enciendan todas las luces de alarma y, sin embargo, hay algo en su actitud que me hace permite estar tranquilo. Creo que es su curiosidad. Está curiosa, y está en su sitio. Si aquí va a pasar algo me va a tocar hacer a mí el primer movimiento.

YD - YO DONA. La aristocracia solía jugar en la sociedad un papel de modelo, de referencia. Usted ha sido modelo de muchas cosas... Sobre todo en la forma en la que ha ejercido su libertad y sus responsabilidades…

    CAYETANA DE ALBA. Pues eso que le he explicado. Una cosa son obligaciones y otra, lo que me gusta hacer, como el flamenco, que me encanta.
YD - ¿Alguna vez tuvo dudas de qué era lo correcto hacer o no hacer?

    Ah, no. Yo soy muy decidida. No soy una persona pendiente…, hago lo que yo creo que puedo, y debo, hacer.

YD - Un compañero me ha dicho [me da un poco de vergüenza lo patoso de la introducción, pero con esta mujer, mejor ser directo] que le pregunte por qué se expone tanto en la prensa.

    En cierto tipo de prensa. Porque me lo piden... Pregúnteles a ellos.
YD - Pero esa exposición…, en realidad, ha repercutido a la larga en su imagen de una forma positiva…

    Yo creo que muy positiva. Si se olvidan de ti no eres nadie.
YD - Parece difícil que el próximo duque de Alba [yo mismo me quedo de piedra mientras me escucho enunciar la preguntita] sea capaz de alcanzar un nivel de notoriedad como el que usted ha alcanzado.

    Ah, no lo sé, porque como yo no voy a estar aquí para verlo, no me importa….

YD - Pero usted ha conseguido darle un equilibrio.

    ¿A qué?

YD - A la vida de Cayetana dentro de las responsabilidades del Ducado.

    A mí me interesan muchas cosas… Yo tengo mucha fortaleza. Y muchos ánimos.
YD - No sé si me permite una pregunta sobre Alfonso…

    De eso prefiero no hablar porque es un tema personal.
Claro que pienso, pero si no ha dejado de hablar, a cuenta gotas, en entrevistas, ante micrófonos abiertos y cerrados, del tema, pero, curiosamente, respeto su postura. Incluso me gusta. Esa no es la entrevista que he venido a hacer y ella parece que tampoco es la entrevista que ha venido a dar… En caso de que me dé alguna. Ataco a ver qué pasa.

    YD - Sólo una pregunta, si no lo considera oportuno, no me conteste y vamos a otra cosa. Tengo curiosidad por saber qué película vieron.

      Uy, no me acuerdo… Era en el Avenida... o en el Verdi.
    YD - ¿Qué tipo de cine le gusta?

      El de emoción… Las películas de otras épocas.. Me gusta mucho el cine inglés...
    YD - ¿Cómo ve el momento de España?

      Encuentro que estamos en el peor periodo que ha tenido España desde el comienzo de la Democracia. Porque a mí no me diga…
La duquesa de Alba, que ve el cine en versión original –habla 5 idiomas–, se lanza a hacer comparaciones y opina sobre la situación actual de España, sacando a pasear uno de sus encantos más personales: su irritabilidad. Va de cero a 100 en un segundo… es como un Miura –en su primera corrida vio torear a Manolete– o, si se prefiere, como un Tercio de Flandes. Cuando acaba, dice: «No quiero que ponga eso. No quiero molestar.»

Lola interrumpe un poco para protestar porque la ve irritada. Yo insisto.

    YD - Pero a mí, y creo que a mucha gente, le interesa lo que piensa usted sobre el momento actual…Usted tiene una perspectiva muy particular.

      Yo he viajado mucho y no he visto en otros países cosas que veo aquí, como esa falta de cuidado por el pasado, por el patrimonio. Aquí se ha destruido todo lo que se ha podido para levantar cosas nuevas. ¿Cree que alguien va a venir a España para ver los rascacielos de la Castellana? Pues no. Pero yo no soy política. Ni quiero que diga lo que he dicho. ¡Que miren a Italia! Allí no se toca una piedra, eso es cultura. Y en el norte de Europa, lo mismo.
    YD - Ahora se están haciendo esfuerzos…

      Ay, ¡por Dios!…
    YD - ¿Y de quién es la culpa?

      Dígamelo usted. Del que manda, ¿no?
    YD - A lo mejor tenemos también nosotros un poco la culpa…

      Ah, yo no. Y lo siento, soy muy española, pero con eso no me identifico. En Alemania lo destruyeron todo, Dresde, Berlín, y lo han reconstruido igual que estaba.
    YD - Me sorprende…, yo siempre la había visto a usted como una persona muy positiva…

      Hombre, porque no voy a ir diciendo por ahí las tristezas que estamos pasando.
    YD - Y la prensa, ¿cómo la ve?

      Fatal. Me sacáis muy mal. La televisión... Es una vergüenza, todo lo que dicen es mentira; no les gustan más que los programas ordinarios. Lo siento. España no está pasando un bueno momento… ¿Dónde están los grandes hombres?
    YD - Pero su marido fue un intelectual, por ejemplo...

      Y qué dicen de él en ese libro [se refiere a Aguirre, el magnífico, de Manuel Vicent, editado por Alfaguara]. Ese asqueroso.
    YD - ¿Habló el autor con usted?

      Yo le tengo puesta una demanda porque no dice más que mentiras. Era un gran hombre… inteligente, y no ese chiquilicuatre.
    YD - ¿Escribió el libro sin hablar con usted?

      Desde luego. Y le he demandado. Para que lo sepa. ¡Y yo tengo más valor que el Gran Duque. O igual! Soy de esa familia, que defendía a su patria y a su Rey… Yo soy igual. ¡Aunque sea muy moderna vistiéndome!

De todas las imágenes que he visto de esta mujer antes de hoy, y de todas las que veré durante la entrevista, la que tengo ahora delante de mí se queda grabada en el recuerdo y volverá una y otra vez: una mujer clavada en el sillón, apoyada en los dos brazos y tiesa como toda la historia de España, puesta en pie para defender a alguien a quien quiso y a quien respetó. Estos dos sentimientos son los que más parecen pesar en el corazón de esta duquesa, capaz de irritarse, pero de una honestidad que desarma. Esa misma honestidad que le hace ganarse el cariño de la gente cuando le hace un corte de mangas a un periodista o se pone el mundo por montera para defender su derecho a vivir su vida con libertad absoluta… dentro de unas reglas: las que ella considera y tiene muy claras. ¿Moderna? Eso sería simplificar mucho cuando se habla de la duquesa de Alba. «No creo en el divorcio, ni en el aborto», dirá más adelante y, más adelante aún, también se dolerá de una de las batallas que quizá da por perdida… las vidas privadas de sus propios hijos. Si se quiere saber algo sobre el amor, la pasión y, sobre todo, la pareja, quizá haya que preguntar a esta mujer que pronto se habrá casado tres veces, pero que no se ha divorciado jamás.


Del pasado.

«Hace calor», dice, y pide que abran una ventana. El verano se agota rabioso fuera de las paredes del palacio. Se acuerda de un Madrid en llamas cuando era «muy pequeña » –pero no quiere hablar explícitamente de la Guerra Civil ni de la República– y, se acuerda, también, de los bombarderos alemanes sobre aquel Londres en el que vivió con su padre durante la II Guerra Mundial. «Fue muy duro» –recuerda– y añade una frase obvia pero que yo no he oído pronunciar nunca, así, como una reflexión, una frase que sólo puede pronunciar quien vivió la Historia en primera persona: «Y menos mal que ganaron, y no los alemanes». Porque hubo otro final posible, y la duquesa no lo olvida.

    YD - ¿Qué recuerdo le queda de los abuelos del Rey, sus padrinos?

      Alfonso XIII… era cariñosísimo, pero yo era muy pequeña. Me acuerdo de estar con él en el barco en Santander. De la Reina Victoria, nunca olvidaré cómo se portó conmigo cuando murió mi padre. Ella en persona me estuvo esperando en la escalera del hospital, y fue ella con quien estuve durante todo ese trance tan triste… A mí [reflexiona] me interesa mucho mí país.

    YD - Me ha parecido que le molesta que se hable de su fortuna…

      Después de la guerra esto [dice aludiendo al palacio] estaba en ruinas, y yo tuve las agallas de levantarlo en lugar de gastarme el dinero en un yate, en un avión particular o en otras cosas que los ricachones hacen. Porque yo no soy una fortuna de esas que hablan ni muchísimo menos. Y, ahora, lo estamos pasando mal, igual que todo el mundo, cada uno en su nivel.
    YD - Para usted, ¿qué es peor: un divorcio o una infidelidad?

      La pareja es muy importante. Yo por lo menos nunca me he divorciado, y mis hijos, todos. Para eso es mejor no casarse.
    YD - ¿Usted no se divorciaría nunca?

      No. Soy muy religiosa.
    YD - ¿Sólo porque es religiosa?

      Creo en ello. Me habré equivocado muchas veces, yo no lo sé, pero, como funciono con el corazón y con el alma, pues comprendo dónde me he equivocado y dónde no.
    YD - ¿Se ha equivocado?

      Como todo el mundo. Nadie es perfecto.
    YD - Así y todo, ¿se sigue pensando poco las cosas?

      Ah, porque lo siento.
    YD - Es algo que se admira...

      A mí me paran en los sitios, me dan besos... me abrazan. He entrado en una plaza de toros y me han aplaudido y me he tenido que levantar a saludar.
    YD - Usted es la Duquesa de Alba.

      Sí...
    YD - ¿Qué significado tiene eso para Usted?

      Yo estoy muy orgullosa de serlo.
    YD - Pero, ¿cree que hoy en día los jóvenes, por ejemplo, entienden el significado del Ducado de Alba?

      A mí los más jóvenes son los que me dan más besos por la calle... no hay un joven que o sea amable conmigo. Ni uno. Más que la gente mayor.
    YD - ¿Pero cree que es como Duquesa o como Cayetana?

      Hombre, por el título no va a ser. Es por mi persona, y yo lo agradezco. Pero yo no me creo nada. Engreída no soy. Sé lo que me gusta y lo qe quiero. Soy monárquica, hasta la médula, pero luego soy muy sencilla, vivo muy normalmente, aunque esto sea muy grande. Aquí no hay nada más que arte.

    YD - Durante la sesión de fotos en Sevilla, en un momento, iba a sentarme y alguien de la casa me dijo: "No te siente, que no le gusta."

      Es verdad. Las sillas tienen ceras muy antiguas, y las máquinas... quieras o no hay mucho movimiento... Protección nada más. Igual que en el museo del Prado. A nadie se le ocurre sentarse allí en los muebles. Pues esto es igual. No es por engreimiento, es por conservación... Porque hay cosas que no se pueden reponer.

No sólo cosas, Doña Cayetana, no sólo cosas...

Me pregunta que si quiero beber algo y acepto por cortesía, habrá más conversación, pero la entrevista ha terminado aquí. Entiendo, ahora, el verdadero significado del aviso que recibí en Sevilla. Me doy cuenta de que las cosas no han sido fáciles para esta mujer que ha tomado decisiones y que deja un Ducado considerablemente más próspero, también en fama, de lo que se encontró.


YO DONA. 17 SEPTIEMBRE 2011

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repe

Mensajepor Invitado » Sab 17 Sep, 2011 7:04 pm

jo, lo siento! :oops:

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Assia
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Mensajepor Assia » Lun 19 Sep, 2011 12:35 pm

Es 1 pena que teniendo la Sena Duquesa hijos con titulos en economicas,derechos y otros titulos universitarios,ningun hijo,ni siquiera el heredero al ducado de Alba,se preucuparan de llevar el patrimonio y 1 de las fortunas mas grande de Espana.

Es bien sabido que quien puso todo ese desorden en orden formando la fundacion Alba,fuera su segundo marido, el ex-jesuita Jesus Aguirre. Gracias a el, todo lo dejo bien pero que muy bien solucionado. Incluso se dijo que ya enfermo de cancer,Aguirre se levantaba muy temprano y se encerraba en su despacho trabajando para que todo quedara bien hecho.

Si algunos de los hijos ahora sigue ese trabajo que tantos quebraderos de cabeza dio al padrasto,no hacen mas que lo que tenian que haber hecho hace muchos anos. Aguirre lo dejo todo atado y muy bien atado para que los hijos de la duquesa no hicieran con ese inmenso patrimonio lo que les diera la gana tirando cada uno para su bolsillo. Bien que deberia de estar agradecida la Sena Duquesa a su marido Jesus Aguirre.

Volviendo a su famosa boda,parece ser que la duquesa esta creandose enemigas. Al parecer,esta telefoneando a algunas amigas pidiendole disculpas por no poder invitarlas a su boda. Excusa: El palacio de las Duenas es muy "pequeno" para tantos invitados. Al parecer este es el ultimo chiste que esta corriendo de su boda. Tengo entendido,segun http://www.abc.es que lo que es muy pequena es la capilla del palacio y no el palacio. La duquese cree que entre los hijos,nuesras,ex-nueras y nietos,no podra caber mas invitados. Ahora hace falta sabar si todos sus hijos y ex-nueras asistiran a la boda. Fernando aun esta indeciso y no sabemos si Jacobo y segunda esposa asistiran. La duquesa no se retracta de lo que dijo de Minka,al contrario, la RATIFICA.




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