Azul y Rosa - MI SEMANA - Cronica de Jaime Peñafiel
Azul y Rosa - MI SEMANA - Cronica de Jaime Peñafiel
Isabel II, la reina más reina del mundo
JAIME PEÑAFIEL
Su Graciosa Majestad la reina Isabel II de Inglaterra podía considerarse, con todo derecho, como la reina más reina del mundo, admirada y reverenciada no solo por su pueblo sino por todos los soberanos y soberanas de las actuales monarquías.
La propia Reina Sofía lo ha reconocido con una anécdota elocuentemente expresiva. Sucedió durante una visita del real matrimonio a Londres donde se hospedaron, por invitación de la prima Lilibeth, como familiarmente la llama su primo el rey Juan Carlos, en Buckingham. Y una noche, cuando se disponían a salir para cenar, se cruzaron, en uno de los corredores del gigantesco edificio, con una señora con la cabeza cubierta por un pañuelo, botas de agua y rodeada de una serie de pequeños perros colghi quien, al cruzarse con ellos, ¡con sus primos!, simplemente les dijo: "Good night", continuando su camino. Doña Sofía, sorprendida, le musitó a don Juan Carlos: "¡Juanito, Juanito, es la reina!".
Esto es un ejemplo de la existencia de un verdadero foso entre la vida cotidiana de todo el mundo, incluidos los demás reyes, y la reina de Inglaterra para quien, como reconoció Beltrand Meyer, uno de sus biógrafos, "no atravesaríamos jamás el espejo: el outside world no existe para ella sino como virtualidad. Su realidad es la vida de palacio, la vida del castillo".
La monarquía británica sabe que su supervivencia depende del apego y la estima que le demuestra la nación. De ahí la doble necesidad de parecer accesible a sus súbditos, guardando, no obstante, las distancias, la actitud y el mínimo de pompa, sin las cuales el respeto declina. La reina Isabel mantenía inalterables dos normas que regían los comportamientos de su vida. No se trataba de simples formalidades: "Never complain, never explain" (Nunca lamentarse, nunca dar explicaciones). También: "Nunca delante del servicio".
La reina Isabel era una mujer flemática y firme, constante y diligente que a lo largo de su reinado se mantuvo fiel a sus señas de identidad, como son su famoso bolso Launer, una especie de código cifrado con el que advierte a sus escoltas y a sus damas de compañía que le ayudaran a dar por finalizada una conversación con un interlocutor pesado o que ya estaba lista para marcharse si el bolso cambiaba de una mano a otra o si lo colocaba sobre la mesa o en el suelo.
El contenido del bolso de la reina era algo así como un secreto de Estado. Pero, durante una recepción, un invitado se aproximó a la soberana y cuando ésta abrió el bolso descubrió, con estupor, que en el interior no había nada mas que galletas para sus perros.
Y no viajaba jamás sin su tetera, su jarra, su agua de Malverne para las indisposiciones estomacales, su azúcar Barley para las náuseas, sus píldoras homeopáticas, su almohada de plumas y su rosco para el wáter. Y, por supuesto, toda la vestimenta de su modisto, sir Norman Hartnell. Elizabeth escribía con pluma Parker, bebía whisky Haig y para el desayuno gustaba de los copos Kellogs. La elección de los colores en su ropa y en sus sombreros, respondían a un solo imperativo: hacerse identificable de inmediato en medio de una multitud. A diferencia de Letizia, a quien Felipe prohibió, desde el mismo día que se casaron, que escribiera un diario, la reina Isabel, antes de acostarse, anotaba muy puntillosamente sus impresiones en un diario que vale oro. Dicen que Laurence Olivier necesitaba horas para desembarazarse de Hamlet. A Lilibeth le hacía falta otro tanto para desearle buenas noches a la reina de Inglaterra.
Azul y Rosa - MI SEMANA - Cronica de Jaime Peñafiel
MI SEMANA
JAIME PEÑAFIEL
Sábado 10 de septiembre de 2022
SOLO TRES MUJERES
LA RECIBIÓ CON EL BOLSO COLGADO DE SU MANO
AMOR EN LA OLIMPIADA DE LA MUERTE
CHSSSSS ••• Han retomado sus obligaciones institucionales después de dos semanas privadas en su paraíso. Ya nadie pregunta dónde han estado. Posiblemente porque no interesa. ••• Yo le hubiera preguntado a él y a su palmera rubita ¿De qué coño os reís cuando hablo? ••• No se lo van a creer. Un senador se llama Bienvenido de Arriba Sánchez y una diputada Carolina España Reina ••• ¿Qué le pasa a la revista de mis amores y mis dolores? Según Boris en ‘El País’ “después de las grandes “exclusivas” de lo de Esther y su juez y lo de Iker Casillas, necesita una perestroika o una “nueva ilusión”. ••• Lo del presunto hijo del presunto archifamoso padre de renunciar a la presunta herencia (que nadie puede) me suena a chantaje. ••• Es conocido por las pedanterías que escribe, pero ninguna como la de confesar, el muy cursi, que siempre que viaja en avión lo hace con dos maletas exactamente iguales y con contenido repetido “por si se pierde una”. ••• El libro del ex ministro ha sido prologado por el más inútil y surrealista personaje de la Sanidad. ••• En Francia los desplazamientos en aviones privados tendrán una especial revisión de la fiscalidad cuando no la supresión pura de los mismos. ••• ¿Se prohíbe la presencia en Balmoral de Meghan Markle, la impresentable esposa del nieto? Tal para cual.
SUBE BAJA
▲A quien el Ayuntamiento de Estoril-Cascaes le ha rendido homenaje dando su nombre a una calle, ceremonia que contó con la presencia de la Infanta y toda su familia, incluido su nieto. Con este gesto, las autoridades han querido agradecer públicamente el amor de Margarita por la costa del sol portuguesa.
▲La medicina de cuidados paliativos está de enhorabuena con el nombramiento de quien fuera jefe del Departamento de Medicina Interna de la Clínica La Luz como director médico del Hospital Centro de cuidados paliativos Laguna, dedicado a aquellas personas necesitadas de apoyo de toda índole.
▲Hija mayor de mis inolvidables Ramón y Felicidad, que después de once años de relación ha contraído matrimonio religioso con el empresario talaverano Javier Moro, acompañados por los tres hijos de la novia, habidos en su matrimonio con Espartaco, y también los dos de él, de su anterior relación.
▼Ex ministra de Vivienda del PSOE, ha dicho en un congreso inaugurado en la ciudad marroquí de Tetuán por su jefe, el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero, que Ceuta y Melilla son “una afrenta a la integridad territorial marroquí”. ¡Toma ya! Y lo dice en la celebración del Día de Ceuta.
JAIME PEÑAFIEL
Sábado 10 de septiembre de 2022
SOLO TRES MUJERES
- El Reino Unido ha estrenado nuevo primer ministro en sustitución del polémico Boris Johnson. El nombramiento ha recaído en Liz Truss, la tercera mujer, junto a Margaret Thatcher, la primera, el 4 de mayo de 1979, y Theresa May, el 13 de julio de 2016, entre los quince primeros ministros de la reina Isabel.
Aunque Thatcher fue la de mayor duración en el cargo, nada menos que ¡once años! la relación personal entre ella y la desaparecida reina Isabel no fue fácil a pesar de que solo les separaba en edad cinco meses. A la soberana parecía divertirle el hecho de poder dejarla en evidencia. Cierto es que la Dama de hierro, como la llamaban, era una mujer de armas tomar. El carácter de ambas también las distanció. Mientras Isabel siempre hizo uso de un ingenio irónico, Margaret era de una gran frialdad, con una falta total de sentido del humor. Esta diferencia servía a la soberana para divertirse y, a veces, hasta para humillarla. Mientras que la primera ministra llegaba a las audiencias con 15 minutos de antelación de la hora fijada, a la reina le gustaba hacerla esperar otros 15. Y cuando se encontraba ante ella, tardaba minutos en invitarla para que se sentara. Dicen que, en la intimidad, Isabel gustaba imitar magníficamente la manera de hablar de la Dama de hierro.
LA RECIBIÓ CON EL BOLSO COLGADO DE SU MANO
- El primer encuentro oficial y protocolario de la primera ministra no tuvo lugar en el palacio de Buckingham, sino en el palacio de Balmoral, donde se encontraba recluida por sufrir, a sus 96 años, problemas de seria movilidad, necesitando de un bastón no solo para andar, sino para mantenerse en pie, como así la recibió y como pudimos ver en las imágenes facilitadas por la casa real británica. Lo que más sorprendía en estas fotografías es que Su Graciosa Majestad mantenía, cuando saluda a Liz Truss, su bolso de la marca Launer, siempre negro, colgado de su brazo desde hace más de 60 años. Había una gran curiosidad en el Reino Unido por saber su contenido. Se dice que no podía faltar una barra de labios, un estuche de gafas, pañuelos de papel, los crucigramas que sus ayudantes recortaban cada día de los periódicos, como yo para mi gran amiga María Dolores Góngora. Y, como pudo ver alguien, galletas para sus perros. Dicen que utilizaba el bolso para señales secretas a sus ayudantes: si lo pasaba de un brazo a otro es que debían intervenir y dar por terminada la conversación con un invitado pesado o que la recepción había terminado y deseaba marcharse. Por ello, nunca se separaba de él. Quién iba a decirnos que, 48 horas después de recibir a la primera ministra en Balmoral, la casa real anunciaría su fallecimiento. ¡Descanse en paz!
AMOR EN LA OLIMPIADA DE LA MUERTE
- El 5 de septiembre de 1972, el pasado lunes hizo ¡¡¡50 años!!! los Juegos Olímpicos de Múnich acabaron en un baño de sangre, tras una masacre del grupo terrorista Septiembre Negro, que asesinó en la villa olímpica a once atletas de la delegación israelí y a un oficial alemán. Aquellos Juegos pasarán a la historia gracias al nadador norteamericano y judío Mark Spitz, que ganó siete medallas de oro. Pero no podemos olvidar que allí surgió el amor entre una azafata alemana, Silvia Sommerlath, hija de un alto ejecutivo y de una dama de origen español apellidada Toledo, encargada de la recepción de las personalidades internacionales, y el príncipe heredero de Suecia, Carlos Gustavo, que asistía en representación de su país. El apuesto y rubio príncipe, un hombre tímido, incapaz de expresarse con fluidez debido a su dislexia, y la azafata se dieron la mano al ser presentados y él fue incapaz de quitarle la mirada en toda la noche. “Fue un flechazo”, me reconocería en una larga entrevista que ya siendo rey me concedió en su palacio de Estocolmo, en marzo de 1983. Cierto es que no perdieron el tiempo, aprovechando las noches para realizar escapadas a los clubes de Munich, donde hablaron y bailaron hasta el amanecer y se enamoraron.
Tuvieron que pasar casi cuatro años para que, el 19 de junio de 1976, Silvia, de quien el Gobierno sueco investigó su vida, la de su familia y sus amistades, sus tendencias y hasta sus aficiones (si se hubiera hecho lo mismo en España, quizá Letizia no sería hoy quien es), se convirtiera en reina consorte al casarse con el hombre que conoció en tan dramáticas circunstancias. En un momento de la ceremonia, a la que este periodista asistió especialmente invitado, se le oyó decir a la novia, recordando el terrible y sangriento día en el que conoció al hombre con el que se estaba casando: “Creo que voy a llorar”.
El rey Carlos Gustavo ha declarado recientemente que no piensa retirarse jamás, dejando bien claro y de forma rotunda y enérgica que no piensa abdicar nunca. “Un rey lo es de por vida”, confesaba en la rueda de prensa con motivo de su 60 cumpleaños.
Esta respuesta me ha recordado a la de la reina Margarita de Dinamarca quien, al preguntársele por la misma cuestión, respondió sin vacilar: “No, en Dinamarca eso está fuera de lugar. Reina hasta la muerte.” Como así ha hecho la prima Lilibet, la gran reina Isabel de Inglaterra, quien, en uno de los últimos encuentros que tuvo con el rey de España, le dijo: “Juanito, nunca abdiques” (siempre que tu hijo y tu nuera no te echen, como le ha sucedido al gran Rey Juan Carlos I).
CHSSSSS ••• Han retomado sus obligaciones institucionales después de dos semanas privadas en su paraíso. Ya nadie pregunta dónde han estado. Posiblemente porque no interesa. ••• Yo le hubiera preguntado a él y a su palmera rubita ¿De qué coño os reís cuando hablo? ••• No se lo van a creer. Un senador se llama Bienvenido de Arriba Sánchez y una diputada Carolina España Reina ••• ¿Qué le pasa a la revista de mis amores y mis dolores? Según Boris en ‘El País’ “después de las grandes “exclusivas” de lo de Esther y su juez y lo de Iker Casillas, necesita una perestroika o una “nueva ilusión”. ••• Lo del presunto hijo del presunto archifamoso padre de renunciar a la presunta herencia (que nadie puede) me suena a chantaje. ••• Es conocido por las pedanterías que escribe, pero ninguna como la de confesar, el muy cursi, que siempre que viaja en avión lo hace con dos maletas exactamente iguales y con contenido repetido “por si se pierde una”. ••• El libro del ex ministro ha sido prologado por el más inútil y surrealista personaje de la Sanidad. ••• En Francia los desplazamientos en aviones privados tendrán una especial revisión de la fiscalidad cuando no la supresión pura de los mismos. ••• ¿Se prohíbe la presencia en Balmoral de Meghan Markle, la impresentable esposa del nieto? Tal para cual.
SUBE BAJA
MARGARITA DE BORBÓN
▲A quien el Ayuntamiento de Estoril-Cascaes le ha rendido homenaje dando su nombre a una calle, ceremonia que contó con la presencia de la Infanta y toda su familia, incluido su nieto. Con este gesto, las autoridades han querido agradecer públicamente el amor de Margarita por la costa del sol portuguesa.
MANUEL SERRANO
▲La medicina de cuidados paliativos está de enhorabuena con el nombramiento de quien fuera jefe del Departamento de Medicina Interna de la Clínica La Luz como director médico del Hospital Centro de cuidados paliativos Laguna, dedicado a aquellas personas necesitadas de apoyo de toda índole.
PATRICIA RATO
▲Hija mayor de mis inolvidables Ramón y Felicidad, que después de once años de relación ha contraído matrimonio religioso con el empresario talaverano Javier Moro, acompañados por los tres hijos de la novia, habidos en su matrimonio con Espartaco, y también los dos de él, de su anterior relación.
MARÍA ANTONIA TRUJILLO
▼Ex ministra de Vivienda del PSOE, ha dicho en un congreso inaugurado en la ciudad marroquí de Tetuán por su jefe, el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero, que Ceuta y Melilla son “una afrenta a la integridad territorial marroquí”. ¡Toma ya! Y lo dice en la celebración del Día de Ceuta.
EL MUNDO / LOC / 10 DE SEPTIEMBRE DE DE 2022
Azul y Rosa - MI SEMANA - Cronica de Jaime Peñafiel
LO QUE DESCUBRÍ DEL NUEVO REY, CARLOS III, EN BUCKINGHAM
El periodista de LOC cuenta en primera persona cómo fue la velada que pasó con el hijo de Isabel II en Buckingham que, tras la muerte de su madre, será su nuevo hogar.
JAIME PEÑAFIEL
LA REINA HA MUERTO... VIVA EL REY, CARLOS III
Con la reina Isabel II de Inglaterra, a Jaime Peñafiel le ha sucedido lo mismo que con la Princesa Grace de Mónaco. Eran de esas soberanas que por ser la una, la representación máxima de la belleza, y la otra, la de la realeza, nadie pensó que un día podían morir. Las grandes tragedias son peor presentirlas que sufrirlas porque tanto la muerte de la princesa como la de Su Graciosa Majestad Británica pueden considerarse las dos tragedias que más han conmovido al mundo: la una, mucho más inesperada, en la mitad del siglo XX; la otra, a pesar de sus años, también inesperada. A lo largo de su carrera el periodista ha tratado a casi todas las cabezas coronadas del mundo. Y desde el jueves, puede decir lo mismo de Carlos III, a quien conoció en una velada en Buckingham y con el que pudo conversar. No le decepcionó.
EL PASADO JUEVES A LAS SEIS de la tarde me encontraba como invitado en el programa de Risto Mejide Todo es mentira, dedicado por entero a la agonía de la reina Isabel. Durante esas horas y con la llegada a Balmoral de todos sus hijos se especulaba con la posibilidad de que pudiera haber muerto. Yo, haciendo uso de esa intuición que Dios me ha dado, me atreví a decir, en directo a las seis en punto de la tarde: “Yo creo que la reina ha muerto ya”. Y miren ustedes por donde y estando, en directo, en otro programa Cuatro al día, presentado por Ana Terradillos, a las 19.30, se anunciaba por la Familia, la muerte de la Soberana.
Desde ese preciso momento de la frase tradicional de “La Reina ha muerto, ¡Viva el Rey!”, Carlos se convertía, automáticamente a los 73 años, en el nuevo Soberano, con el tratamiento de Carlos III y su esposa Camilla, de 75 años, en Reina Consorte.
Hace unos meses, en concreto el pasado 6 de febrero, la propia reina Isabel expresó públicamente su apoyo absoluto hacia la duquesa de Cornualles: “Es mi sincero deseo de que, cuando llegue ese momento, Camilla sea conocida como reina consorte mientras continúa su propio y leal servicio”. La noticia llegó poco después de concederle el nombramiento de Dama Real de la Muy Noble Orden de la Jarretera. La primera reina consorte desde 1937 y será coronada con el Rey, en una ceremonia similar pero más simple. Resulta curioso recordar hoy que cuando el príncipe Carlos contrajo matrimonio con Camilla, la muy cortesana prensa española se atrevió a descalificarla diciendo que nunca sería reina porque era una divorciada. Cuando Felipe se casó con Letizia, otra divorciada, tuvieron que tragarse lo que habían escrito. Tras la muerte de la reina, no solo su hijo se convierte en Rey y Camilla en Reina consorte, sino que el príncipe Guillermo, duque de Cambridge, de 40 años, en Príncipe de Gales y su preciosa esposa, Kate Middleton, en la nueva Princesa de Gales.
MI CENA CON CARLOS EN BUCKINGHAM
Siempre he sentido una gran admiración por el hoy rey Carlos III de Inglaterra. Fui testigo de su boda, el 29 de julio de 1981, en la Catedral de San Pablo. Su gran equivocación: casarse con la mujer menos adecuada, la más inmadura, la menos equilibrada, la menos “profesional” y las más frívola que había intentado “ligarse” al rey Juan Carlos durante unas vacaciones en Palma. Durante años y por culpa del impacto emocional de la muerte de aquella desgraciada, muchos británicos y ciudadanos de medio mundo dejaron oír su voz airada, pidiendo la renuncia del príncipe, hoy Rey de Inglaterra, a favor de su hijo Guillermo, olvidando que las monarquías no son selectivas, sino hereditarias. Afortunadamente, aquella histeria colectiva de la que fui testigo el día del entierro desapareció con el tiempo y el tema de la sucesión volvió a su sitio, donde estaba. El heredero natural de la reina ha sido quien tenía que ser y Camilla, “la mala de la película”, gustará o no, la Reina Consorte. Carlos, a sus 73 años, ha sido el heredero de mayor edad, superando a su tatarabuelo, Eduardo VII, que accedió al trono con 60 años.
Puedo presumir de haber sido invitado a la mesa del hoy Rey de Inglaterra, gracias a mi amigo del alma Manuel Colonques, en el propio palacio de Buckhingham, en 2017. Para tal ocasión, decidí llevarle un regalo muy especial. Se trataba de una fotografía de su padre, el fallecido Felipe de Edimburgo, tomada el 9 de abril de 2001, durante la entrevista que mantuvo conmigo hacía ... ¡20 años!, la única vez que se ha sometido a las preguntas de un periodista, como me lo reconoció su propio hijo Carlos cuando vio la foto. “No me puedo imaginar a mi padre con un periodista”. Posiblemente sabía la poca simpatía que por la prensa sentía el duque de Edimbugo, hasta el extremo de que, durante una visita a Gibraltar en nombre de la reina, al descender del avión no se le ocurrió otra cosa que preguntarle al Gobernador quiénes eran los periodistas y quiénes ...¡¡¡los monos!!!
LA REINA CONSORTE
Camilla, la nueva Reina Consorte del Reino Unido, ha tenido que sufrir un calvario de dolorosas estaciones que llenaron de sufrimiento su vida, desde 1971, cuando inició su relación amorosa con el príncipe, hasta que se casaron, el 8 de abril de 2005.
Camilla, al igual que Letizia, es una mujer fuerte y directa que supo aguantar los ataques y desprecios no solo de la prensa británica sino de muchos ciudadanos. Antes que esposa fue una polémica amante hasta el extremo de que cuando Carlos pretende casarse con Camilla, su tío lord Mountbatten, le advierte: “¡Cuidado Carlos, uno no se casa nunca con su amante!”. Y aunque se amaban, decidieron darse un tiempo y reflexionar los dos sobre esta relación. A pesar de ello, Carlos seguía pensando que era la mujer de su vida. No le importaba, como a Felipe, cuando conoce a Letizia, que no fuera virgen, casta y pura como le recomendaba su tío Mountbatten.
Pero Carlos no solo decidió poner tierra de por medio, sino también el océano, incorporándose a la escuela naval de Darmouth para prestar servicio en el Caribe durante nueve meses.
La separación no enfrió esta pasión sino que, incluso, la incrementó y se convirtió en amor desesperado. Hasta que un día Carlos vio anunciado en The Times el compromiso matrimonial de la mujer que amaba con Andrew Parker Bowles. La boda se celebraría el 4 de julio de 1973.
Cuando se volvieron a ver, Camilla le propuso ser su amiga sin derecho a sexo y le pidió que fuera padrino de su primer hijo, Tom, nacido en 1975.
Después del nacimiento de su segundo hijo, Laura, en 1979, Camilla descubre que su marido le engaña y decide volver con Carlos. ¿Por venganza?, ¿porque seguía amándole? Lo cierto es que volvieron a sus relaciones clandestinas. Tan secretas que Camilla no deseaba pasar de ahí, sobre todo por sus dos hijos. Por ello, aconsejó a Carlos, incluso, que se casara. “A ser posible con una joven virgen y de pocas luces para que, en su día, acepte la situación del trío real”, según la escritora Concepción Calleja.
También su padre, el príncipe Felipe de Edimburgo, le exige que se case con Diana Spencer, a la que desprecia, pero consideraba manejable, tonta, simple y sin personalidad. Ideal para ser la esposa de su hijo y darle un heredero. ¡Menudo folletón amoral tanto por parte de Felipe como de la nueva Reina Consorte!
Carlos, sin voluntad, se casa no solo sin amarla, sino que nunca la amó. El regalo de bodas que Camilla ofreció a su amante fueron unos gemelos con dos “c” entrelazadas, todo un símbolo, un mensaje y una premonición de lo que serían sus vidas en el futuro.
Y, ¡POR FIN!, LA BODA
Habían de pasar nada menos que seis años para que Camilla, la mujer más odiada no solo en el Reino Unido sino en el mundo entero, se convirtiera, el 8 de abril de 2005 y con la autorización de la Reina y la bendición del arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, en la esposa del príncipe de Gales y futuro rey, desde el 8 de septiembre de 2022, y ella en duquesa de Cornualles y reina consorte, hoy.
Pero siete días después del anuncio de la boda, el 17 de febrero, la reina comunicó a su hijo que no tenía ningún deseo de volver a ver a Camilla antes de la boda y que ésta, en modo alguno, iba a celebrarse en el castillo de Windsor sino en Windsor´s Guildhall, el Ayuntamiento, edificio situado en una calle llena de tabernas, restaurantes y tiendas, nada adecuado para un futuro rey. Y que se olvidara de tener 750 invitados para el servicio religioso en la capilla de San Jorge en Windsor que seguiría a la ceremonia civil. Sería una ceremonia pequeña y familiar durante la cual, la reina ni miró una sola vez a Camilla. El London Daily Mail publicaba al día siguiente: “La reina, tan reservada y contenida, está furiosa ante lo que considera mera farsa”.
Aunque Felipe y Letizia habían sido invitados a la ceremonia, declinaron la invitación por la sencilla razón de que mamá cumplía años. ¿A qué mamá se referían? Posiblemente, a la de Letizia. Se rumoreó que la prima Lilibeth había pedido a su primo el rey Juan Carlos que no fuera nadie de la Familia Real Española a la boda. Todo pudo suceder.
Llegar hasta aquí no fue fácil. Como no lo fue que la reina Isabel conociera y aceptara a la prometida de su hijo y heredero.
La primera vez fue en un hotel, con motivo del cumpleaños del rey Constantino. Carlos le presentó a Camilla, que le hizo una profunda reverencia aunque la Soberana se marchó sin despedirse.
La segunda ocasión fue en el palacio de Buckingham donde el violinista Rostropovich ofreció un concierto. Tras mucho insistir, Carlos logró la presencia de su madre. Camilla volvió a saludarla con el mismo ceremonioso plongeon. En esta ocasió,n los reyes Juan Carlos y Sofia conocieron a la hoy reina consorte que ocupó en la cena un lugar junto a don Juan Carlos mientras el príncipe lo hizo junto a Sofia.
Este es el resumen de la vida de dos seres que lucharon por su amor, atravesaron tempestades y, al final, extrañamente, y como si del cuento del Príncipe y la Cenicienta se tratara, desde el pasado jueves son el rey Carlos III y la reina consorte Camilla.
EL MUNDO / SÁBADO 10 DE SEPTIEMBRE DE 2022