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Las últimas noticias de la Realeza. Monarquía vs. República
¿Cuánto reinarán Felipe VI y Letizia?


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Mensajepor tv » Jue 15 Dic, 2011 6:44 am



Theodora de Grecia habla para el programa Entertainment Tonight sobre su papel en la serie estadounidense Belleza y poder

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Mensajepor tv » Jue 19 Ene, 2012 12:30 am




CNN's Max Foster sits down with the exiled Greek King and family to talk about the rising popularity of royals in Europe.

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Theodora

Una princesa de película

Mensajepor Theodora » Mar 24 Ene, 2012 9:58 am

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Theodora
de Grecia

Una princesa de película

Podría haber tenido una vida cómoda en Londres, como tantos otros miembros de la realeza europea, pero decidió abandonarlo todo para perseguir sus sueños lejos de los suyos. Desde el anonimato de su nueva vida en Los Ángeles, centrada en su carrera de actriz, Theodora de Grecia cuenta en exclusiva a YO DONA sus recuerdos de la infancia, sus anhelos y sus objetivos profesionales.

Por Nuria Domenech / Fotos Nunu/ Estilismo Bernat Buscato



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Theodora lleva vestido (como camisa), de Max Mara; bustier y falda, de Viktor&Rolf; medias, de Donna Karan, y pendientes vintage, de Ralph Lauren.[/left]
aunque he tenido la fortuna de convivir con Theodora en varias ocasiones, recuerdo bien el día que la conocí. La esperaba un poco nerviosa frente a una taza de té, quizá consciente, como nunca antes, de mis orígenes plebeyos, porque ¡cuánto abolengo estaba a punto de sentarse junto a mí! La Princesa Theodora, sobrina carnal de sus Majestades la Reina Sofía y la Reina Margarita de Dinamarca, hija de los Reyes Constantino de Grecia y Anne-Marie de Dinamarca, nieta de los Reyes Pablo de Grecia y Federica de Hanover, así como de Frederick de Dinamarca e Ingrid de Suecia, y prima hermana de dos príncipes herederos: Felipe de Borbón y Federico de Dinamarca… No menos impresionantes resultan sus padrinos de bautizo: el Príncipe de Yugoslavia, el Rey de Rumanía, la Reina de Dinamarca y la Reina de Inglaterra. Estaba distraída pensando en su increíble linaje, cuando la vi aparecer con su metro ochenta de estatura. Entonces, nada más sentarse, comenzamos a conversar, y pronto vencí la timidez: enseguida me di cuenta de que era mil veces más tímida que yo, quizá incluso más que nadie que hubiera conocido antes.

Lo primero que observé en ella fueron sus preciosos ojos verdes y su expresión inocente, casi de niña, que pasaba de un minuto al otro del sonrojo a la sonrisa. Me gustó su historia. Muchas jovencitas sueñan con ser princesas, pero Theodora siempre tuvo claro que quería ser actriz, desde pequeña, cuando empezó a actuar en las obras de teatro que se organizaban cada año en su colegio. Después de estudiar Arte Dramático en la Universidad de Boston, llegó a Los Ángeles con pocas maletas y muchas ilusiones. Se matriculó en una escuela, una de tantas de las que proliferan en la ciudad de las estrellas. Aquí empezó una nueva vida y ha convivido en el anonimato como una actriz más que lucha en la meca del cine por conquistar su sueño junto a sus compañeros de estudios. Hace relativamente poco, uno de ellos vio su foto en una revista y le preguntó: «¿Esta eres tú? ¿Eres princesa?». Y, como a veces sucede en las películas, sus amigos se enteraron de pronto de que su sencilla compañera, Theo Greece, no era, ni más ni menos, que una auténtica princesa de sangre azul. El esfuerzo y constancia de Theodora han empezado a dar sus frutos en Hollywood. Ya ha trabajado en películas, televisión y teatro, y numerosos proyectos se agolpan en este nuevo año, al regreso de sus vacaciones de Navidad.


YO DONA. ¿Por qué no comenzó su carrera en Inglaterra? ¿No habría sido más fácil?

THEODORA. Definitivamente, no. Me hubiera resultado mucho más complicado, aunque me habría encantado. La calidad del cine allí es impresionante, pero para alguien que, como yo, empieza desde abajo, es una tarea prácticamente imposible. Es casi como una pequeña sociedad secreta en la que necesitas una clave para entrar. Aquí todo el mundo tiene una oportunidad.


¿Cuéntenos su día a día en Los Ángeles?

Voy a mis clases de actuación tres veces por semana. La mayor parte del tiempo estoy con mi grupo de estudio, en el cine o ensayando escenas. Tengo clase de Teoría y otra de Cámara. Dicen que actuar es como un músculo que tienes que entrenar todo el tiempo. Si no, no puedes competir. Además de eso, me apunto a los castings que encuentro en internet y mando mi currículum. Si es un día de suerte, acudo a alguna audición. Si no, me encanta la montaña y aquí hay unos lugares fantásticos para ir a caminar. También me entusiasma la música. Siempre que puedo, voy con amigos a conciertos y festivales.


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Theodora de Grecia con un vestido de Dior
¿Qué tipo de música le gusta?

Mi gusto es muy ecléctico, con una amplia variedad que va desde las bandas indies, al rock o la electrónica. No soy tan fan del jazz o de la música country. Fuera de eso, mis listas de canciones son gigantes.


Los Ángeles es una ciudad inmensa y puede convertirse para algunos en un lugar muy solitario. ¿Tiene un buen grupo de amigos?

He sido muy afortunada, aunque sí, es una ciudad difícil, nada que ver con Londres o Nueva York. Hay áreas pequeñas con algo de vida y, si no tienes cuidado, te quedas atrapado en tu pequeña burbuja. Mis amigos son fantásticos y, como suele decirse, tienen los pies en la tierra. Mis compañeros de clase me han ayudado mucho a conocer gente, porque ellos fueron las primeras personas que conocí cuando llegué aquí y se han convertido en una segunda familia para mí. Ahora también voy ampliando mi círculo con amigos que no son actores o actrices, y eso también es refrescante.


Al igual que muchas actrices, ¿se considera un poco adicta al drama, no sólo en el escenario, sino también fuera de él?

Nada de nada. Odio los conflictos y trato de mantenerme siempre fuera de confrontaciones. Soy capaz de correr una milla si ocurre algo. Quizá puedo reaccionar emocionalmente a algunas situaciones, pero muy rara vez lo demuestro. Por eso me encanta actuar. Logro canalizar mis emociones cuando estoy interpretando un papel. De otra forma, suelo interiorizar todo, algo que no es muy saludable.


Así que ve la actuación como su verdadera vocación…

Sí, me da la oportunidad de expresarme, de comportarme de una manera que normalmente no hubiera podido, de convertirme en otras personas…

    «Actuar ha sido mi verdadera vocación. Me da la oportunidad de expresarme, de comportarme de una manera que normalmente no hubiera podido y de convertirme en otras personas. Mis padres siempreme han apoyado. Cuando estaba en el colegio o en la universidad, venían a ver mis obras de teatro.»
¿Cómo reaccionaron sus padres cuando decidió emprender su carrera como actriz?

Mis padres, como todos, sólo quieren ver felices a sus hijos. Siempre me han apoyado. Cuando estaba en el colegio o en la universidad, mi padre era el típico que siempre, siempre, ¡siempre! venía a verme cuando yo actuaba en alguna obra.


¡Qué afortunada! No es algo que hagan todos los padres, si pueden evitarlo…

Desde luego [dice riendo], y además, se emocionaba muchísimo. Siento un lazo muy especial con mi padre. Él siempre bromea con lo mucho que me quiere, desde la primera vez que fui a un internado, que me decía: «¿Quieres que me mude a la casa de al lado?» [recuerda partida de risa]. «No papá, gracias, estoy bien…»


¿Qué es lo que menos le gusta de sí misma?

Sin duda, mi timidez. Y eso que ya no soy ni la mitad de lo que era antes… Hay veces en que mi actitud me hace parecer distante o fría, no sé si son esas las palabras correctas… Pero es todo por timidez. Creo que eso me hace extraordinariamente observadora, aunque la gente puede percibirme como alguien demasiado tranquila... Pero cuando me conocen más, se ríen, y se dan cuenta de que he visto más allá. ¡Nada se me escapa!


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Podría haber tenido una vida relativamente cómoda en Londres. En cambio, abandona todo y se lanza sola a perseguir sus sueños, lejos de los suyos. ¿En qué se diferencia su vida aquí de la de Inglaterra?

Si te soy sincera, siempre he vivido en colegios, porque iba a internados. Después vine a estudiar la carrera a EE UU y luego regresé a Londres durante año y medio para hacer un máster. Así que ese último año y medio en Inglaterra también lo pasé estudiando. Con lo cual, apenas he vivido seis meses en Londres de la misma forma que estoy viviendo aquí. Me encanta esa ciudad, es fantástica y echo de menos a mis amigos y, más que a nadie, a mi familia. Pero lo que más me gusta de Norteamérica, y la gran diferencia entre los dos continentes, es que aquí no hay una actitud conformista, sientes el esfuerzo de todo el mundo por convertir sus anhelos en realidad, creen en sus sueños y van tras ellos. Yo, de alguna forma, necesito ese empuje… Por otro lado, no creo que haya dejado nada atrás. Soy una persona bastante indecisa, pero cuando tomo una decisión, llámalo terquedad o determinación, ya no hay vuelta atrás. Cuando decidí ser actriz, ya no hubo quien me parara.


¿Cuál podría decir que fue el día más feliz de su vida? ¿O su recuerdo más bonito?

Tengo tantos recuerdos preciosos que no puedo decantarme por ninguno en especial… [Hace una larga pausa pensando.] Los mejores momentos de mi vida son definitivamente aquellos en los que la familia entera está reunida, como por ejemplo, en las vacaciones de verano. Después de eso, sé que nunca olvidaré un viaje que hice recientemente al sudeste de Asia, con la mochila al hombro. Visité con unos amigos Vietnam, Camboya, Tailandia, Laos… Lugares fabulosos. El amanecer allí fue lo más impresionante que he visto.


¿Y él más triste?

Sin duda, el día que falleció mi abuela Ingrid, hace ya 10 años… [las lágrimas afloran inmediatamente a sus ojos y pide disculpas]. Era una de esas personas que… [Hace una pausa muy emocionada, aunque pronto se recompone para continuar]. Fue la única que llegué a conocer de mis cuatro abuelos. Era un persona que sabía escuchar a la gente. Siempre quería saber qué hacía en todo momento cada uno de nosotros. Estaba totalmente involucrada en nuestras vidas y jamás juzgaba ni criticaba a nadie. Creo que mi hermana Alexia heredó de ella esa cualidad. No he conocido a nadie con más facilidad en el mundo para no juzgar a nadie que a mi hermana.


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Theodora de Grecia con estola de piel, de Miguel Marinero. Collar vintage de Oscar de laRenta.


De sus padres, ¿qué le conmueve?

Esos días que les llamo por teléfono y, si por algún motivo, aunque no me pase nada, me notan la voz un poco rara, inmediatamente se preocupan muchísimo. «¿Estás bien? ¿Te pasa algo? ¿Segura? ¿Va todo bien?» [comenta con una sonrisa].


¿Cuál cree que es su mayor tesoro?

Mi familia, sin duda. Al final del día, es lo único que importa. En mi último año de universidad, escribí un monólogo para mi clase de teatro. Trataba de la idea de qué era el hogar, dónde estaba y qué significaba. Fue sobre mi primera visita a Grecia. Llegué a la conclusión de que el hogar está donde quiera que esté tu familia.


¿Cómo fue su primer viaje a Grecia?

Lo recuerdo con gran emoción y, por supuesto, nunca lo olvidaré. Tenía 10 años. Fue una sorpresa… A mi hermano Phillipos y a mí no nos lo dijeron hasta el día antes. Recuerdo que me invadió un sentimiento abrumador. Fue un viaje muy emotivo, supongo que para todos. Me encantó sentir la alegría, el cariño de la gente cuando reconocían a mis padres. Fue fabuloso. Simplemente, el hecho de recorrer las calles donde mi padre creció de niño. Habíamos escuchando las historias de su infancia con sus hermanas tantas veces... Viajamos mucho en coche, porque a él le encanta conducir. Sé que va siempre que puede. Por desgracia, yo no he podido ir tanto como hubiera querido. Es un país bellísimo. Aún hay mucho de Grecia que quisiera ver. La gente allí es tan generosa y tan apasionada… Mi padre siempre ha tratado de inculcárnoslo: su amor por Grecia va más allá de todas las cosas.

    «No puedo decir que no me siento princesa, porque así nací; es una parte de mí que significa que tengo una familia muy extensa. Ahora vivo en Los Ángeles y mi vida es igual a la de cualquier joven actor que va a clase y a audiciones.»
¿Se siente más princesa o una mujer moderna del siglo XXI que quiere triunfar como actriz?

No creo que tenga que decantarme por una de las dos cosas… No puedo decir que no me sienta princesa, porque así nací, es una parte de mí que significa que tengo una familia muy extensa [dice con simpatía y sencillez]. Ahora vivo en Los Ángeles y estoy completamente centrada en mi carrera. Mi vida es igual a la de cualquier joven actor que va a clase y a audiciones. Pongo mucho empeño en mi formación, para estar preparada cuando me lleguen las oportunidades.


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La princesa Theodora posa con un vestido de Gucci[/left]
Ya que menciona su extensa familia… ¿Cómo es la relación con sus hermanos y sus primos?

Estupenda… Cuando nos vemos todos, que lamentablemente ya no es tan a menudo, lo pasamos genial. La mayor parte tiene sus propios hijos y es muy divertido ver cómo se llevan los niños de mis primos con mis sobrinos y sobrinas.


[font=Georgia]¿Sueñan también las princesas con encontrar un príncipe azul? ¿Le gustaría formar una familia?


Por supuesto, cualquier mujer lo sueña, ¿no? Aunque pensar en mi príncipe azul lo hago desde luego en el sentido más metafórico de la expresión.


¿Qué es más difícil, prepararse para ser princesa o estudiar para convertirse en actriz?

Sin duda, estudiar para ser actriz [dice riendo]. Hasta donde yo sé, no existe una educación específica para las princesas.


¿Su tipode cine favorito?

Me gustan las películas que me hacen pensar y son originales, que tienen grandes personajes. Por ejemplo, ¡Olvídate de mí!, Algo en común, Extrañas coincidencias…


Si le ofrecieran alguno de estos papeles, Sissi Emperatriz (Romy Schneider), La reina Cristina de Suecia (Greta Garbo), Roma, ciudad abierta (Anna Magnani), Mogambo (Grace Kelly), Eva al desnudo (Bette Davis)… ¿Por cuál se decantaría y por qué?

Seguramente por el papel de Bette Davis en Eva al desnudo. Es un personaje fabuloso. De hecho, en mi clase de actuación estoy trabajando ahora en una de las escenas de esa película.


YO DONA. 21 ENERO 2012

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Marie-Chantal

Mensajepor Marie-Chantal » Jue 01 Mar, 2012 4:06 am


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Londres

Pablo y Marie Chantal de Grecia en desfile de moda filipina

Mensajepor Londres » Sab 10 Mar, 2012 4:27 am

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Constantino, Tatiana, Marie Chantal fashion show 2012

Mensajepor Invitado » Mié 21 Mar, 2012 1:03 am

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exilio

Mensajepor exilio » Vie 29 Jun, 2012 7:27 pm

El mejor ejemplo para el pueblo español, es el pueblo griego. Llegará la hora de pagar al pueblo, todo el daño causado lo tendrán que pagar. Puede que no puedan deshacerse de las dictaduras de los mercados internacionales pero al menos se han deshecho de esa panda de parásitos asquerosos

Sigo haciendo amigos, no tengo nada que perder al hablar bien de chusma así

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Tatiana de Grecia en desfile de alta costura de Armani Privé

Mensajepor Invitado » Vie 06 Jul, 2012 2:16 am

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Mensajepor Invitado » Vie 06 Jul, 2012 2:24 am

Jaime de Marichalar y los príncipes Pablo y Marie Chantal de Grecia coinciden en la Casa Dior

La realeza se dio cita en el homenaje a Doris Brynner, ejecutiva de la firma francesa, que recibió la insignia oficial de la Orden de las Artes y las Letras


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Mensajepor Invitado » Mié 20 Mar, 2013 9:08 pm

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Marie-Chantal Miller posa por primera vez junto a su hija Olympia
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'En España todo es mucho más relajado. Visitar La Zarzuela es como ir al campo' (Marie-Chantal)

'Carlos de Inglaterra me invitó a ‘Shrek’. Me subieron a un coche con escolta y recorrimos Londres mientras el tráfico se paraba a nuestro paso' (Olympia)



Es la primera vez que posan juntas y ofrecen una entrevista. Marie-Chantal Miller, 44 años, y su hija Olympia, 16, reciben a Vanity Fair en su casa de Londres dónde nos descubren cómo es su vida privada y más íntima.


[imageleft]Imagen[/imageleft] Marie-Chantal Miller, hija del multimillonario rey de los duty free asiáticos y mujer de Pavlos de Grecia (sobrino de don Juan Carlos y doña Sofía), relata sus vivencias en nuestro país, al lado de la Familia Real Española, de la que guarda grandes recuerdos: "En España todo es mucho más relajado. Visitar la Zarzuela es como estar en el campo", dice por comparación con otras casas reales, más estrictas y envaradas.


No es la única "revelación real" que nos hacen madre e hija. Olympia es ahijada de Carlos de Inglaterra, que un día la llevó al teatro a ver 'Shrek'. "Fue una ocasión excepcional. Me subieron a un coche con escolta y recorrimos Londres mientras el tráfico se paraba a nuestro paso. ¡Tan divertido! No me gustaría que eso fuera mi día a día, pero ocurrió una vez y guardo un buen recuerdo", cuenta divertida.


Marie-Chantal Miller, que de joven fue becaria chic de Warhol y amiga personal de Basquiat, hoy es una empresaria dueña de su propia línea de ropa infantil y miembro del consejo de administración de la empresa de su padre, Robert Miller. "Arki [por Arpad Busson, gran amigo de la familia] dice que antes eras muy cool mamá", le replica su hija, que, tal y como cuenta aguanta con resignación, la estricta educación a la que le somete su madre.


"El otro día estaba en una fiesta y me dijo: 'Mándame una foto de la casa donde estás'. Lo hice y de repente recibo un segundo mensaje: 'No, Olympia, quiero verte en la foto, y asegúrate de que sea el mismo fondo que me has mandado hace un rato'". No lo podía creer remacha la joven levantando los ojos con esa cara de resignación que ponen los santos en los cuadros de Zurbarán y que sólo los adolescentes ofendidos saben imitar a la perfección.


El clan Miller nos abre la puerta de su casa en Londres, un hogar conocido por sus amistades como 'Kids Central' ya que durante los fines de semana no es difícil encontrarse escaleras arriba y abajo a los hijos de Kyril y Rosario de Bulgaria, a los de Arpad Busson y Elle McPherson, o a Lourdes María, la hija de Madonna, amiga íntima de Olympia.

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LOC

Mensajepor LOC » Sab 07 Dic, 2013 2:07 am

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Tatiana Blatnik y el príncipe Nicolás, durante los Premios T de ‘Telva’[col]Imagen[col]Imagen

Constantino de Grecia y la princesa Ana María de Dinamarca, en Atenas[/table]

FAMILIA REAL GRIEGA
« NOS MUDAMOS A GRECIA PORQUE QUEREMOS AYUDAR»

Dice a LOC el príncipe Nicolás, quien estaría intentado crear un partido político en el país en el que un día reinó su padre. Constantino también ha vuelto

CORINA VASILOPOULOU / Atenas
CARMEN DUERTO / EDUARDO VERBO



Me encanta haber vuelto a mi país, aunque ahora haya problemas». El príncipe Nicolás de Grecia, hijo del ex rey Constantino y la princesa Ana María Dinamarca, está orgulloso del paso que acaba de dar, tal y como se desprende de las palabras que ha ofrecido en exclusiva a LOC. Ha abandonado su vida en Londres y se ha instalado en Atenas, junto a su esposa, la venezolana Tatiana Blatnik, que ha dejado su trabajo como relaciones públicas de la diseñadora belga Diane von Fürstenberg en la capital británica. «Nos hemos desplazado por solidaridad con el pueblo. Queremos ayudar como podamos», confirma a LOC la bella caraqueña.

El que fuera monarca de los Helenos también se ha mudado definitivamente al país en el que un día reinó, junto a su hijo y su nuera. Este verano vendió su palacete en el barrio londinense de Hampstead y ha emprendido su particular viaje a Ítaca 46 años depués del exilio. Siempre fielmente escoltado por su mujer y matriarca del clan: la princesa Ana María de Dinamarca.


VIAJE EXPRESS

Esta semana, Tatiana y Nicolás han visitado España desde el que ya es su lugar de residencia. Blatnik ha recogido el premio especial a la solidaridad, que le ha otorgado la revista Telva. El galardón, que ha donado a la asociación Desmos, reconoce su trabajo en la promoción de los tejidos tradicionales de Epiro para conseguir que las artesanas de esta región, una de las más deprimidas de Grecia, puedan obtener ingresos. Una labor filantrópica todavía tímida, en ciernes, ya que viven allí desde hace tan sólo tres meses, pero que se antoja prolífica en su nueva vida de princesa consorte griega. Lo de los títulos en Grecia es algo simbólico ya que quedaron abolidos en 1974.

En cambio, su marido ha regresado a sus orígenes con ganas de entrar en materia política. Según apunta el periódico griego de derechas Parapolitika, el hijo de Constantino pretende entrar de lleno en la agitada escena política helena. El sobrino de Sus Majestades estaría preparando el lanzamiento de un partido, formado por tecnócratas y miembros cercanos a la depuesta familia real. Una información que no cuenta con confirmación oficial, porque el regreso de los royals griegos se ha producido por los cauces oficiosos.

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SIMEÓN DE BULGARIA COMO PARADIGMA

SIMEÓN DE SAJONIA-COBURGO-GOTHA fue rey de Bulgaria con tan sólo seis años tras la muerte de su padre, el zar Boris III, quien expiró después de una entrevista con Hitler. Al igual que Constantino de Grecia, su reinado duró muy poco: también tres años, pero a una edad demasiado temprana para las responsabilidades que conlleva el cargo. Luego tuvo que abandonar el país al abolirse la monarquía e instalarse la república socialista. Al pasar los años, recaló en España y aquí se quedó. Se enamoró de la noble Margarita Gómez-Acebo, con la que se casó y tuvo cinco hijos, las cinco K de Bulgaria: Kyril, Kardam, Kubrat, Konstantin y Kalina. En 2001, regresó al país abanderando un partido político, Movimiento Nacional Simeón II, con el que ganó las elecciones parlamentarias del 24 de julio de ese año. Un caso nunca visto: un antiguo rey convertido en primer ministro de una república. Su mandato duró cuatro años, pero desde entonces vive a caballo entre Sofía y Madrid. Y sus hijos siempre han defendido sus orígenes búlgaros. De hecho, Kalina ha luchado para conseguir la naconalidad búlgara con el objetivo de competir en torneos hípicos, representando el que considera su país. De momento, parece que éste no es el recorrido que le gustaría recorrer a Constantino, de 73 años. Pero parece que su hijo Nicolás, de 44, sí que estaría dispuesto a fundar un partido y lanzarse a las urnas. Con Simeón como paradigma.


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REGRESO SOSEGADO

Sin avisar. Su presencia pasa casi totalmente desapercibida. Los innumerables problemas de la sociedad, abocada a una cruenta crisis económica, les hacen invisibles. Ni siquiera la Asociación Amigos de Tatoi lucha por su futuro institucional, sino por la preservación del antiguo palacio real y demás dependencias, en un estado precario. Así lo confirma su presidente, Vasílis Kutsavlís. Han optado por una sigilosa vuelta. No quieren provocar. Los ciudadanos griegos tienen una opinión muy negativa de la monarquía y de su papel en el desarrollo político de Grecia. Los reyes y los príncipes ya no tienen ningun peso específico en el país y son conscientes de ello.

Nicolás y su mujer se han instalado en un inmueble de lujo alquilado en Atenas en un edificio propiedad de Sophia Papandreu, hija de Andreas Papandreu, el ex primer ministro que nacionalizó todas las propiedadesreales en 1994 y que les retiró su nacionalidad. «Sí, vivimos de alquiler», ratifica Tatiana. Los rencores del pasado se han apaciguado. De ahí, esta especie de reconciliación entre los Papandreu y los Grecia, antiguos enemigos. El domicilio actual de los príncipes había sido ocupado con anterioridad por el mejor amigo de la pareja, el banquero Nassos Thanopoulos, quien ha ejercido de cicerone en su aterrizaje. A su vez, Tatiana ha comenzado a aprender griego. «Entre nosotros siempre lo hablamos. Y con mis tías Irene y la reina de España también. Mi mujer se está empleando a fondo», cuenta Nicolás, hombre de respuestas concisas y siempre a la defensiva con las grabadoras, a LOC. Mientras éstos han asumido el rol de herederos en potencia (aunque en verdad el sucesor es Pablo, quien reside en Londres, junto a su mujer Marie Chantal Miller y sus hijos), Constantino de Grecia no se ha significado todavía sobre cuál será su cometido en el país en el que un día reinó. Si es que tiene alguno. Este verano se deshizo del pequeño palacio que ha sido su casa durante cerca de 40 años en Londres por una cantidad cercana a los diez millones de libras esterlinas.


CONSTANTINO Y LA CRISIS

Tras el destierro, el antiguo rey aterrizó en Atenas por primera vez en 1981 para asistir al entierro de su progenitora, Federica de Hannover. La segunda visita tuvo lugar en 1993. Al manifestar que seguía pretendiendo reinar, el Gobierno reaccionó a los pocos meses expropiándole todos su bienes y retirándole el pasaporte. Entonces, Constantino comenzó una larga batalla legal para recuperar su patrimonio familiar, que finalizó en 2002 cuando el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo dictó sentencia a su favor. En 2004, anunció el final de su exilio.

A partir de entonces, comenzó a pasar largas temporadas allí. Una de las primeras cosas que hizo fue comprar un terreno para edificar un chalé, donde recibir a sus familiares y amigos de la jet set internacional. «Ese proyecto está paralizado de momento. Lo que ahora hace don Glücksburg [término con el que la prensa se refiere al ex monarca] es alquilar villas en Porto Jeli, en el Peloponeso. Antes se hospedaba en grandes casas, ahora parece que mira mucho más el dinero. Por ejemplo, por la residencia en la que está instalado ahora paga un alquiler mucho más bajo que en años anteriores. En torno a los 50.000 euros anuales», informan desde el periódico Ethnos.

Según esta cabecera, el hermano de la reina Sofía no pasaría por un buen momento económico, ya que se habría deshecho de la cohorte de 25 personas que trabaja como parte del servicio cada vez que se desplazaba hasta Grecia, entre los que destacaban cocineros, guardaespaldas, jardineros... «La crisis ha golpeado a Constantino, pero les ha pagado a todos religiosamente su despido», prosiguen. Porto Jeli se ha convertido en el Shangri-La soñado para Constantino y su esposa, que han contado con el apoyo de su hijo Nicolás y Tatiana, en este nuevo camino, en el que de momento no se han topado ni con lestrigones ni cíclopes.

Si antes la Reina Sofía visitaba con frecuencia a su hermano en Londres, ahora lo hará en Grecia. Con la diferencia de que ella también volverá a casa.


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UNA CASA EN LA PERLA DEL PELOPONESO

LOS EX REYES DE GRECIA Y PRÍNCIPES DE DINAMARCA, (Ana María es hermana de la reina Margarita de Dinamarca), se han instalado en el ‘casoplón’ de la imagen por el que pagarían 50.00 euros de alquiler anual en Porto Jeli, una de las zonas más demandadas por la ‘jet set’ internacional para pasar sus vacaciones. Los ex monarcas siempre buscan la discreción, sin olvidar su seguridad. Contratan guardaespaldas y buscan casas con vallas y arbolado
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LOS PREDIOS DE LOS PAPANDREU, ETERNOS ENEMIGOS ‘REALES’

TATIANA Y NICOLÁS DE GRECIA han alquilado un lujoso apartamento en un complejo que pertenece a Sophia Papandreu, hija de Andreas Papandreu, el ex primer ministro que nacionalizó todas las propiedades reales en 1994 y que les retiró su nacionalidad. Las casas son de 200 a 300 metros cuadrados y tienen acabados de lujo. De hecho, la propia Sophia tiene una, así como Yorgos, el tercero de la dinastía.
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EL MUNDO / LA OTRA CRÓNICA / SÁBADO 7 DICIEMBRE 2013

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LOC

Mensajepor LOC » Sab 22 Feb, 2014 3:51 am

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ALEXÍA DE GRECIA / CARLOS MORALES
LA MODESTA VIDA DEL OTRO IMPUTADO

Desde su declaración de hace un año, el matrimonio vive más discretamente. La princesa, «una ama de casa normal», lleva a sus hijos a un colegio concertado

COTE VILLAR / YIRA ARREDONDO



Dos mujeres de mediana edad charlan intensamente en torno a una mesa. Las dos cuidan el tono y miran a su alrededor de vez en cuando, cautas. Una de ellas, rubia y más alta, tiene el gesto preocupado y es la que más habla. Parece estar desahogándose ante el rostro tranquilo de la otra, que la contempla con su belleza plácida. La tranquiliza. La escena se desarrolla en Barcelona, antes de la declaración de la Infanta Cristina ante el Juez Castro. Es la hija del Rey (48) la que se está confesando, y su prima Alexía de Grecia (48) quien la escucha. Los lazos que las unen van más allá de la sangre y, una vez más, Alexía lo demuestra.

Al parecer, la presencia de la hija de Constantino de Grecia en Barcelona no se debía a su amistad con la Infanta sino a un asunto familiar. Una de sus hijas estaba temporalmente ingresada en la Clínica Teknon. Cristina de Borbón, de hecho, aprovechó su estancia en la capital catalana para visitar a su sobrina. Y, de paso, apoyarse una vez más en el hombro amigo de Alexía. La princesa griega y la española han escrito sus vidas en paralelo. No sólo por lo azulísimo de la sangre que les corre por las venas. Ambas tienen cuatro hijos (tres niñas y un niño en el caso de la griega, tres niños y una niña en el de Cristina), han practicado la vela, han vivido en Barcelona (donde acudían juntas a clases de catalán y al gimnasio), han dado a luz a sus hijos en la Teknon y... han visto cómo sus maridos eran imputados en sendas causas judiciales.

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HABRÁ QUE DERRIBARLA

EN UNA PARCELA DE 5.134 M2 Carlos Morales construyó en 2005 una casa de alto standing para su familia numerosa. La nota registral especifica que la superficie construida alcanza los 1.511 metros cuadrados. Se distribuye en dos plantas más un sótano, y goza de todo tipo de equipamientos. En la planta baja hay cuatro dormitorios, cuatro vestidores, cuatro baños, sala de estar, salón, comedor, despensa, cocina, cuarto de máquinas, lavandería, garaje y un área para el servicio que cuenta con sus propios dormitorios, su salón y su baño. La planta alta está destinada para el matrimonio adulto. Hay un salón estudio, un dormitorio, un vestidor y un baño. Tiene además una piscina exterior de 167 metros cuadrados, suficiente para toda la familia

En el caso Unión se cuestionó cómo le había sido otorgada a Morales la licencia de construcción de la casa, dado que la mansión se asienta sobre suelo no urbanizable e invade 20 metros el dominio público marítimo-terrestre. De hecho, parte de la mansión que está en terreno ilegal está pendiente de derribo.


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EL ‘CASO UNIÓN’

Por eso, el apoyo de Alexía era, una vez más, tan importante. En mayo de 2009 se destapó en Lanzarote el mayor caso de corrupción de Canarias. En tres días, el juez César Romero ordenó la detención de 25 personas y el registro de empresas, domicilios y los ayuntamientos de Yaiza y Arrecife. Comenzaba la operación Unión, que dio pie al cambio de gobierno en casi todas las instituciones insulares y supuso un escándalo sin precedentes en la isla. Hoy, el caso sigue instruyéndose dividido en más de una docena de piezas con cerca de 100 imputados. Uno de ellos era el arquitecto Carlos Morales (43), el marido de Alexía de Grecia.

Así, como le ocurriera a Urdangarin, Morales pasó de ser conocido por ser el yerno de Constantino de Grecia y sobrino político de Doña Sofía, a estar involucrado en una investigación policial y judicial que destapó delitos relacionados con la corrupción urbanística. Morales permanece imputado por alteración de concurso público. Según la investigación, el arquitecto está ligado al presunto intento de amaño del Plan General de Ordenación Urbana de Arrecife. Sobre el joven profesional pesaba además otra imputación por un delito contra la ordenación del territorio por construir su vivienda, que supera los 1.500 metros cuadrados de superficie construida, sobre un terreno no urbanizable. El esposo de Alexía de Grecia vivió su particular paseíllo, algo ensombrecido —afortunadamente— por coincidir con el de Iñaki Urdangarin, el año pasado. Tras aquel mal rato se libró de la imputación en marzo de 2013.

«No te preocupes, todo pasará, el tiempo es el mejor bálsamo», podría haberle susurrado Alexía a su prima aquel día en Barcelona. El mejor ejemplo es ella misma. Hoy, la princesa griega y su marido han olvidado ya aquellos convulsos días y han vuelto a su vida normal. La operación Unión les afectó anímicamente, especialmente al sobrino político del Rey. Ellos, que hasta ahora no habían roto un plato, que se marcharon a Lanzarote para darles a sus cuatro hijos (Arrieta, de 12 años; Ana María, de 10; Carlos, de ocho, y Amelia, de seis) un entorno normal en el que vivir, lejos de los cantos de sirena de Barcelona. Un año después de aquella declaración, la vida sigue, pero más discretamente, si cabe, que antes.

La familia formada por Morales y la sobrina de la Reina vive lejos de los flashes de las cámaras y de una forma muy discreta en la isla. Alexía, aficionada al deporte desde muy pequeña, continúa practicando la natación y suele ser figura de varios eventos deportivos que se desarrollan en Lanzarote. Hace unos meses participó en un campeonato organizado por el Real Club Náutico de Arrecife. También es madrina de un equipo de vela en el que compite uno de sus cuñados. Al mudarse a la isla, la princesa abandonó su trabajo en la Fundación Catalana de Síndrome de Down (ahora es vocal) y desde entonces está dedicada al cuidado de su familia.
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UNA AMISTAD A PRUEBA DE TRIBUNALES

LA RELACIÓN entre la Infanta Cristina y Alexía de Grecia se ha extendido a sus respectivos esposos, Iñaki Urdangarin y Carlos Morales. Aunque alguna vez se ha publicado que las dos parejas se conocieron en los Juegos Olímpicos de Barcelona, en realidad Alexía y Carlos se enamoraron dos años más tarde. Les presentaron amigos comunes con los que compartían su afición conjunta a la vela, y a partir de ahí fueron afianzando una relación que, cinco años más tarde, acabó en boda. El apoyo de los Morales-Grecia hacia la Infanta Cristina nunca ha tenido fisuras. Mientras los Urdangarin residieron en Washington, Alexía y su familia visitaban la capital estadounidense todos los años en septiembre, antes de empezar el colegio. A veces en compañía de la Reina Sofía. Hace un año, ya de regreso a España y en medio de la tormenta (mediática) perfecta, se pudo fotografiar igualmente a las dos familias compartiendo mesa y mantel en Baqueira Beret. En aquel momento, tanto Carlos como Iñaki, estaban imputados y a punto de declarar. Lo que darían algunos por saber de qué hablaron.


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«Su vida social se desarrolla con los amigos de la infancia de Carlos», explica una conocida. «Ella es un ama de casa normal, lleva a sus hijos al colegio y está en el grupo de WhatsApp de las madres de los alumnos, en el que participa como una más. A las niñas no les gusta nada que las llamen princesas, es una broma que cortan de raíz».


INFANCIAS MUY DISTINTAS

Sin embargo, no pueden negar su árbol genealógico. Alexía es princesa por partida doble, al ser hija de Constantino de Grecia y de Ana María de Dinamarca. Nació en el palacio familiar de Mon Repos, en Corfú, donde residió hasta que empezó su exilio dos años más tarde. Se ha criado entre Roma, Dinamarca y Londres. Una infancia muy diferente de la de su marido, conejero (como se conoce a los nacidos en Lanzarote) hasta las cejas. Carlos Javier Morales Quintana creció en el seno de una familia numerosa de cinco hermanos, hijo de un funcionario y de una auxiliar administrativo. Se crió en uno de los barrios más populares de la isla, Puerto del Carmen. Hasta que se marchó a estudiar Arquitectura a la Universidad Politécnica de Barcelona, su vida transcurrió plácida en una casa frente al mar.

Hoy, el arquitecto y su esposa han querido reproducir aquella feliz infancia del canario para sus hijos. Los niños no estudian en ninguna institución privada, sino en un colegio católico concertado ubicado en la capital. Su único delirio de grandeza es también el que más quebraderos de cabeza les ha traído. Viven en un chalé diseñado por Morales y ubicado en una de las zonas más exclusivas de Lanzarote, Puerto Calero (Yaiza), al sur de la isla. Una casa de dos plantas más sótano ubicada en una parcela de más de 5.000 metros cuadrados. La mansión se asienta sobre suelo no urbanizable e invade 20 metros el dominio público marítimo-terrestre. De hecho, parte de la casa está pendiente de derribo, una decisión que debe tomar la Agencia de Protección del Medio Urbano y Natural del Gobierno canario. «No sabemos nada, no podemos hablar de casos particulares por la Ley de Protección de Datos», se escudan en la institución canaria, que no avanza cuándo será el derribo.

Morales reconoció hace unos meses en un reportaje para la revista Vanity Fair que el caso Unión le podía haber afectado también en los negocios. «Mi trabajo se basa en la seriedad y en el rigor. Afortunadamente, aquí me conocen bien y siguen confiando en mí», explicó. En Lanzarote tiene un despacho de arquitectos desde donde dirige varios trabajos importantes, aunque su proyecto estrella no llegará a realizarse. El deseado Palacio de Congresos de Lanzarote, que diseñó junto a Henning Larsen Architects, está parado por problemas administrativos y falta de liquidez.

A pesar de este revés, es cierto que el arquitecto goza de gran predicamento en la isla, donde tiene proyectos importantes. El nombre de su estudio aparece en la ampliación de uno de los centros deportivos de alto rendimiento más exclusivos de Europa, La Santa Sport. También está involucrado en el diseño del Marina Arrecife, un exclusivo puerto deportivo en la zona de Naos (Arrecife), propiedad de la familia Calero, con quienes tiene, por cierto, una estrecha relación.

El 9 de julio de 1999 Carlos Morales dio el ‘sí quiero’ a la sobrina de la Reina Sofía en la catedral londinense de Santa Sofía, lejos de la pequeña ciudad donde nació y creció el novio. Alexía llevaba un vestido de Inga Sprawson y una tiara de diamantes de su abuela, la reina Ingrid. Entre los invitados, una generosa representación de la realeza europea y un puñado de lanzaroteños «como peces fuera del agua». Aquel enlace bañado de oropel, y la inevitable presencia del matrimonio en las citas familiares, son las únicas pistas de que, tras más de una década de unión, la pareja y sus cuatro hijos son algo más que un matrimonio de clase acomodada de la isla. Quizá Alexía le deslizó a la Infanta Cristina algún consejo al respecto: «haz como yo, que no se note».






ALEXÍA DE GRECIA. DE PRINCESA A AMA DE CASA CON MARIDO IMPUTADO
Parte de su residencia familiar en Lanzarote, de 1.511 m2, pendiente de derribo. Fue confidente de su prima, la Infanta Cristina, antes de su declaración ante el juez Castro. Su esposo, Carlos Morales, está relacionado en un caso de corrupción urbanística



EL MUNDO / LA OTRA CRÓNICA / SÁBADO 22 FEBRERO 2014

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Mensajepor LOC » Sab 15 Mar, 2014 4:21 am

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MARÍA OLIMPIA DE GRECIA
UNA PRINCESA CON FUTURO DE ‘IT GIRL’

Sus títulos no están reconocidos pero es portada de la ‘biblia’ de la moda inglesa: ‘Taltler’. Ha sido becaria en Dior y su madre, Marie-Chantal, es su ejemplo. No habla griego ni danés

CONXA RODRÍGUEZ / Londres


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«EL MEJOR PARTIDO DEL MUNDO»

ADOLESCENTE. Fundada en 1901, la revista británica Tatler está dedicada al estilo de vida de las clases altas y, en un país tan consciente de las clases sociales como Reino Unido, ser la biblia en esta campo es too much. De ahí la importancia que tiene la portada que ha protagonizado María Olimpia de Grecia. Especialmente por su titular: «El mejor partido del mundo». Es decir, una soltera de oro a la que cazar como se pueda. Así pues, en estos momentos suponemos a un montón de lords y ladys hablando con sus acaudalados hijos para que traten de conquistar a la chica. Amén de unos cuantos cazafortunas forrando con la cover sus carpetas.

Tatler sirve a la hija de Marie Chantal y Pablo de Grecia en bandeja de plata: la joven posa seductora sobre un sofá con vestidos de Dior, Lanvin y Mary Katrantzou. A pesar de que no haya cumplido los 18, en el making of del reportaje se pueden ver las caídas de ojos que la rica heredera dedica al fotógrafo. Un plus añadido es el poco photoshop que ha necesitado para salir pluscuamperfecta en la publicación. Su cutis inmaculado y los ojazos son propios y no fruto de los retoques fotográficos (que, por supuesto, también ayudan). Sin duda, haber posado junto a Marie-Chantal (una profesional de los photocall) desde que era niña, le ha ayudado en esta experiencia.


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Quizás Grecia como legítimo Estado político no reconozca reyes ni princesas, pero los medios (revistas sobre todo) nos prodigamos en ello. Una nueva princesa acaba de saltar a la palestra: María Olimpia de Grecia y Dinamarca, de 17 años, ya está en la portada de Tatler y ha posado con su (reina) madre para la de Vanity Fair. Méritos no le faltan para destacar por sus maneras fashionistas: asistió a la inauguración de la exposición de Valentino en Londres, donde vive; atendió la gala benéfica de alto copete ARK; ha posado para firmas de ropa como it girl; ha estado de prácticas en Dior (sí, las princesas también pueden ser becarias) y hace poco fue una de las luminarias en la conmemoración del 50 aniversario de la muerte del rey Pablo de Grecia, su bisabuelo. Una melena rubia y un cuerpo atlético ayudan a redondear su imagen pluscuamperfecta. Y todo ello sin haber cumplido aún la mayoría de edad.

Olimpia tiene una buena maestra de la promoción publicitaria en su madre, Marie-Chantal, quien no posee sangre azul pero pertenece a otro tipo de realeza: la del dinero. Su padre es Robert Miller, apodado el rey del duty-free, ya que en este tipo de tiendas gestó su inicial fortuna. La familia de Pablo de Grecia (o simplemente Pablo Glücksburg) y Marie-Chantal reside desde 2002 en Londres y la adolescente de moda nació en 1996 en Nueva York.

Sus padres se casaron en 1995 en la capital británica. Antes de la boda, los reyes de Grecia en el exilio convocaron a la prensa griega, danesa y española en su lujosa residencia de Hampstead, al norte de Londres, para anunciar el compromiso matrimonial, y allí Marie-Chantal contó que de casada se quería dedicar a dirigir la colección de arte de su familia, sin saber con certeza en qué tipo de arte se centraría, si clásico o moderno.

Tras casarse y tener a María Olimpia (después ha tenido cuatro varones más) cambió de parecer y se dedicó a diseñar ropa infantil. Y con ello ha creado una curiosa red de tiendas. Curiosa por su ubicación geográfica: tres en Londres, una en Hawai, otra en una isla remota del Pacífico y cero en Nueva York y/o París. Marie-Chantal, apostillada princesa heredera al trono de Grecia, se ha incorporado a la vetusta realeza europea con más tiaras, toisones y bandas que la mismísima reina Isabel II. No falla nunca a ningún acontecimiento y se ha hecho una estrella en las redes por colgar fotos de su intimidad en Instagram (algunas tan poco apropiadas como el selfie con sus primas españolas, Doña Elena y la imputada Doña Cristina). Con una madre así, la bella María Olimpia puede aspirar a un trono en el viejo continente y, si no, a las portadas de las revistas del glamour, ésas que ya está conquistando.


SIN IDIOMAS

A su edad María Olimpia combina su interés por la publicidad y el famoseo con la vida cotidiana de una estudiante en Londres. Reside en el barrio de Chelsea y acude a una escuela para estudiar historia del arte, fotografía y arte dramático. Duda si se quedará en Reino Unido para ir a la universidad u opta por Nueva York, donde estudió su madre. Decida lo que decida, el futuro lo tiene garantizado como princesa de Grecia y de Dinamarca. Quizás por ello, lamenta no hablar griego ni danés.

El padre de la princesita trabaja de financiero y, además de heredar los títulos reales, está heredando también los negocios de Robert Miller, de 81 años, americano con sede en Hong Kong y nacionalidad británica. Miller tiene otras dos hijas de apellidos conocidos (Pia Getty y la princesa Alexandra von Fürstenberg, de título alemán) pero está delegando ya sus negocios en su real yerno, que tiene más caché que el resto.

Pablo y Marie-Chantal fueron dos de los invitados a la reciente fiesta en Londres del 90 cumpleaños de Alfred Taubman, accionista de Sotheby’s y rey del mercado del lujo y de las galerías comerciales en EEUU. María Olimpia, que asoma con desafío en las páginas de las revistas, deberá continuar la saga que combina títulos (reconocidos o no) con las altas finanzas.


EL MUNDO / LA OTRA CRÓNICA / SÁBADO 15 MARZO 2014

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Mensajepor Invitado » Jue 17 Abr, 2014 3:02 am




Marie-Chantal Miller y su hija Olympia: princesas sin cuento

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Marie-Chantal Miller es hija de multimillonarios y mujer de Pavlos de Grecia

Olympia, la única hija del matrimonio, es ahijada de Carlos de Inglaterra

MC fue becaria de Warhol y hoy es dueña de su propia línea de ropa infantil

Sus hijos reciben una estricta educación para que tengan "los pies en el suelo"



A sus 44 años, Marie-Chantal ha vivido tres vidas. La primera como la multimillonaria hija del rey de los duty free asiáticos que trabajaba como becaria chic para Andy Warhol en Nueva York. La segunda, ya como esposa del príncipe Pavlos de Grecia y Dinamarca —sobrino de don Juan Carlos y doña Sofía— codeándose con la realeza europea y envuelta en trajes de alta costura. Y, ahora, en la tercera, centrada en la faceta de empresaria, dueña de su propia línea de ropa infantil y en su poderoso papel como miembro del consejo de administración de la empresa de su padre, Robert Miller. Da la sensación de que las bodas reales han pasado a un segundo plano comparadas con la emoción de presenciar ese huracán de dinamismo financiero que viene de Asia.

Hace unas semanas coincidí con ella en una fiesta de temática pop organizada en Londres por Giancarlo Giammetti, socio de Valentino. Con el pelo cardado y un traje de Marc Jacobs, Marie-Chantal parecía una reencarnación de Catherine Deneuve recién aterrizada desde los años sesenta. Eddie Redmayne, el flamante actor de 'Los miserables' educado en Eton, charlaba con los asistentes. Anne Hathaway (vestida, literalmente, de plátano como la portada que diseñó Andy Warhol para el primer disco de la Velvet Underground) y Tom Ford pululaban entre los auténticos y gigantescos warhols de la estancia. Marie-Chantal (MC, es decir Emsi, para sus amigos) lo estaba pasando en grande, sobre todo porque, además de Pavlos, la acompañaba también su hija Olympia. La rubia y esbelta adolescente de 16 años había encontrado el traje perfecto esa misma mañana de compras con su madre en Kate Spade, la marca que adoran las neoyorquinas. Había tomado prestadas, además, unas gafas redondas y blancas del anfitrión Giammetti, quien la conoce, al igual que Valentino, desde que nació. “No me quiero ir tarde a casa”, me comentaba Marie-Chantal, famosa entre sus amigos por esa estricta disciplina que la lleva a ser una de las primeras en abandonar una reunión, “pero Olympia se lo está pasando tan bien que no me gustaría estropearlo”. Cuarenta y cinco minutos más tarde, Marie-Chantal ya no necesitaba excusas y ponía cara de Marilyn con unas amigas mientras se sacaba fotos para colgarlas en su cuenta de Instagram.

    En España todo es mucho más relajado.
    Visitar La Zarzuela es como ir al campo"
    (Marie-Chantal)

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“Mamá, en aquella época tú eras supercool, hasta Arki me lo decía el otro día”, le comenta su hija con un guiño que provoca una sonrisa en la madre. Se refiere al financiero Arpad Busson, amigo de la infancia de su madre que estudió con ella en los mismos internados suizos (y que tiene dos hijos con Elle Macpherson y una hija con Uma Thurman). Para Olympia, no hay nada más irrefutable que la palabra de Arki cuando se trata de juzgar qué es cool. En la época a la que se refiere, Marie-Chantal era solo un poco mayor que ella y se codeaba con Basquiat, Warhol y toda la movida neoyorquina de los ochenta. “Hasta dice que llevabas el pelo así, todo enorme”, prosigue, gesticulando con las manos separadas de la cabeza. Cuesta imaginarla de esa forma ahora que la heredera norteamericana aparece en las listas de las mejor vestidas y no lleva jamás un cabello fuera de sitio. Su matrimonio, sus cinco hijos y su trabajo han hecho de ella una campeona del autocontrol, pero la princesa deja traslucir destellos de aquel excitante pasado de vez en cuando.

“La década de los 40, en la que estoy, es complicada. No quieres vestir como una matrona, pero tampoco pasarte. Lo ideal es conseguir una imagen actual y original, algo en lo que Olympia me ayuda muchas veces”. Marie-Chantal admira el estilo de su hija. Hace unos meses, me mostraba orgullosa en su iPhone el atuendo que eligió para su decimosexto cumpleaños: “Mira qué estilo tan fresco, mezclar un Hervé Léger dorado con unas Converse”.

Al fin y al cabo, Olympia es la única hija de Marie-Chantal y Pavlos. Tras su nacimiento solo vinieron varones: el príncipe Constantine-Alexios, de 14 años, es un guapo adolescente que ha comenzado sus estudios en un prestigioso internado inglés; Achileas-Andreas, de 12 —muy parecido a su abuelo, Constantino de Grecia—, todavía vive en casa acompañado por sus hermanos, los rubios Oddysseas-Kimon, de 8 años, y Aristides-Stavros, de 4.

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Esta tarde lluviosa me encuentro con ella en la casa de la familia en el barrio de Chelsea, frente al Támesis. El doble retrato de Marie-Chantal que hizo Warhol está al lado de un basquiat. Dos pandas de purpurina rosa de Robb Pruitt dan un toque de color desde la entrada. Los tonos de la casa son austeros, una gama de cremas de Francois Catroux con acentos de bronce típicos de los muebles de Van der Straeten. Marie-Chantal lleva unos jeans de J Brand, un blazer de Stella McCartney y las zapatillas de deporte de Isabel Marant con un fular al cuello. Está contenta. Un popular diario británico ha publicado una foto de Victoria Beckham con su hija Harper Seven ataviada con un abrigo de la firma de ropa de niños que MC creó hace más de una década. “Victoria es fantástica. Un auténtico encanto. Tan educada. Siempre se acuerda de escribir una nota de agradecimiento”, afirma de ella.

La princesa ha insistido en que la entrevista tenga lugar durante el fin de semana para no interferir en los estudios de Olympia, que se une a nuestra conversación. Estamos en la cocina privada que hizo instalar en la planta baja cuando compraron la casa, que perteneció a Victoria de Rothschild. En el sótano se encuentra la cocina del chef, donde se preparan las grandes comidas para sus invitados, una mezcla de aristocracia (como la princesa Mary de Dinamarca y Mette-Marit de Noruega, que son muy amigas suyas), viejos conocidos, amigas del internado y, por supuesto, su hermana mayor Pia que, como ella, vive en Londres (su hermana pequeña, Alexandra von Furstenberg, exnuera de Diane von Furstenberg, reside en Los Ángeles). Pero aquí, en la cocina familiar, está la mesa de desayuno y es donde MC cocina para sus cinco hijos y su marido. “Adoro la pasta que hace mamá”, proclama Olympia. Su madre la mira orgullosa y la joven coge carrerilla: “Y también su pollo frito. Le encanta cocinar, pero es muy maniática con sus cuencos y utensilios y le molesta que le cambien las cosas de sitio”, añade riéndose.

Marie-Chantal es una perfeccionista que hoy amenaza con unir con pegamento el último Lego que ha hecho su hijo Odyseas porque se vuelve loca si se pierden las piezas. “Te pasas tres horas de un domingo haciéndolo y dura tres minutos”, se queja.

    —¿Es usted estricta con Olympia? —pregunto.

    —Creo que piensa que soy más estricta con ella que mi madre lo fue conmigo. Aunque yo era más independiente que ella.

    —Bueno mamá, tú te rebelabas y, sin embargo, yo te obedezco —replica Olympia casi con resignación. Y de repente empieza a reírse porque acaba de recordar algo que demuestra de qué forma su madre trata de controlarla aprovechando las ventajas tecnológicas de la era informática—. El otro día estaba en una fiesta y me dijo: “Mándame una foto de la casa donde estás”. Lo hice y de repente recibo un segundo mensaje: “No, Olympia, quiero verte en la foto, y asegúrate de que sea el mismo fondo que me has mandado hace un rato”. No lo podía creer —remacha la joven levantando los ojos con esa cara de resignación que ponen los santos en los cuadros de Zurbarán y que solo los adolescentes ofendidos saben imitar a la perfección.
Marie-Chantal suelta una carcajada: “Estoy chapada a la antigua. Todavía adoctrino a mis hijos en que no deben fiarse de los extraños que dicen conocernos. Ni de los que les pidan que se acerquen a un coche a ver un perrito. Con tanta red social hay muchos peligros nuevos. Aunque, dicho esto, no sé cómo sobrevivía mi madre con tres hijas en una época sin teléfonos móviles”.

Su madre, la ecuatoriana Chantal Miller, es coleccionista de arte y copresidenta, junto con su marido Robert, de la Feria de Arte Asiático de Hong Kong. Chantal es conocida por sus amigos por el exquisito gusto con el que decora sus residencias: desde su mansión en la playa de Habour Island hasta su finca de caza en Inglaterra. “Mi madre me ha enseñado mucho. Nos ha criado a las tres hermanas con integridad, decencia, amor, humor y, sobre todo, humildad”, dice Marie-Chantal.

[imageleft]Imagen[/b][/imageleft]Olympia también ha crecido inspirada por el sentido estético de su abuela y de su madre. Quizá por ello quiere dedicarse al mundo de la moda o al del arte. “Mi foto favorita de mamá es la de la fiesta de la noche antes de su boda. Lleva un traje azul y está sentada en un carrusel”, recuerda la niña. “Sí —se suma MC—. Esa fue la sorpresa que me preparó mi madre. Cuando acabó la cena, se abrieron las puertas del jardín y ahí estaba un tiovivo de feria”. La madre de la princesa no solo ideó el carrusel. Con la colaboración del organizador de eventos neoyorquino Robert Isabell concibió cuatro días de festejos para la boda, entre ellos un baile para 900 invitados. A la ceremonia asistió la reina de Inglaterra y también los reyes de España, Holanda, Dinamarca y Bélgica… Alberto de Mónaco la prefirió a la de su propia hermana Estefanía, que contraía matrimonio en esas mismas fechas con Daniel Ducruet. Se levantaron dos carpas gigantes en Wortham Park para reproducir el Partenón con los colores de Grecia y se enviaron 100.000 flores hasta Londres desde Ecuador, el país de origen de la madre de Marie-Chantal. El traje que llevó la contrayente, creado por Valentino es, 18 años después, la pieza central de una exposición del modisto en la londinense Sommerset House. El día de la inauguración el pasado noviembre me encontré con madre e hija mientras posaban ante los fotógrafos y recorrían juntas las galerías. Hasta entonces, Olympia solo conocía el vestido a través de fotos: “Quiero el velo de su traje de novia. Es tan bonito”. Se refiere al velo de cuatro metros y medio que requirió cuatro meses de elaboración para mezclar doce tipos de encaje de Chantilly. —¿Tú también quieres casarte con un príncipe azul? —Sí —dice Marie-Chantal entre carcajadas—. ¡Con el príncipe Harry!

No me parece una idea tan descabellada. Carlos de Inglaterra es el padrino de Olympia y ella misma me cuenta, con ingenuidad y ese ligero acento americano que conserva “por su valor sentimental”, a pesar de que lleva viviendo en Londres 11 años, el día en el que Carlos de Inglaterra la llevó al teatro a ver Shrek. “Fue una ocasión excepcional. Me subieron a un coche con escolta y recorrimos Londres mientras el tráfico se paraba a nuestro paso. ¡Tan divertido! No me gustaría que eso fuera mi día a día, pero ocurrió una vez y guardo un buen recuerdo”. Como cualquier otra chica de su edad disfruta de poder caminar por Londres con sus amigas a su aire sin que nadie la moleste. “Cuando voy a visitar a mis primos a Dinamarca me escoltan mientras bajo las escaleras y me abren la puerta del coche. Yo respeto ese estilo de vida, pero prefiero mi independencia”, continúa.

Marie-Chantal recibió su primera maleta personalizada de Louis Vuitton a los 12 años y su primer traje de alta costura a los 18. Pero afirma que no va a educar a su hija de la misma manera. Aunque ya la ha llevado a algún desfile en París, quiere que sus hijos tengan los pies en el suelo. “Yo estoy casada con un aristócrata, pero creo en la meritocracia. Aunque mis hijos son príncipes y, tanto mi marido como yo, los hemos criado para que sean responsables y buenas personas, puede pasar cualquier cosa. Fíjate en la Familia Real griega. Fueron depuestos y tuvieron que rehacer su vida sin la ayuda de nadie. Realmente los admiro”.

    Yo estoy casada con un aristócrata,
    pero creo en la meritocracia"
    (Marie-Chantal)

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Pero a la princesa empresaria también le preocupan las formas. Cuenta Olympia que su madre la persigue con un cepillo cuando lleva el cabello enredado. “Pelo bien peinado, siéntate recta, las manos siempre cuidadas. Es la herencia de tener una madre latinoamericana. Hay que estar perfecta, cuidar tu dieta, ser saludable y atlética”, explica MC. También hay que saber ordenar: “Cuando mi madre se pone las gafas de ver significa que se va a trabajar o va a reorganizar una de nuestras habitaciones. Yo he heredado ese afán por el orden, pero lo aplico a mis apuntes y deberes”, explica. Pero, además, es importante para Marie-Chantal dar buen ejemplo: “Mi madre trabaja todos los días. Si ella puede hacerlo, yo también”, prosigue Olympia. La princesa matiza: “Empecé mi negocio hace 12 años, estaba embarazada de mi tercer hijo, atravesaba una fase muy creativa y quería hacer algo con mi vida. Ahora estoy en posición de aceptar retos: los niños son mayores y puedo manejar responsabilidades mucho más grandes que cuando empecé. Mi negocio de ropa infantil requiere originalidad. Pero la posición en el consejo de administración de la compañía de mi padre también me llena intelectualmente. Ahora poseo la confianza necesaria para aceptar este puesto. No creo que hubiera estado preparada antes. Me gusta llevar a cabo las cosas sin prisa ni precipitaciones”.

A pesar de la decoración sobria y las obras de arte por doquier, el hogar de los príncipes de Grecia es conocido por sus amistades como “Kids Central”. No es difícil encontrar durante los fines de semana a más de 12 niños escaleras arriba y abajo con los tres perros detrás o con ocho conejos en el jardín. Por allí aparecen los hijos de Kyril y Rosario de Bulgaria, los de Arki y Elle. Pavlos los lleva a montar en bicicleta al parque y luego les sirve unos inmensos platos de pasta o pizza. El fin de semana anterior, Marie-Chantal y Pavlos se llevaron a siete chavales al cine y a cenar. Es más fácil encontrarla en este entorno que en una cena social. Se diría que la vida “normal” —cenar con los niños y sentarse a ver 'Desayuno con diamantes' o 'Clueless' con su hija— es lo que más valora. De hecho, su serie favorita es 'Modern family'.

    —¿Es igual de exigente con los chicos que con Olympia?

    —Olympia se enfada conmigo porque sus hermanos invitan a quienes quieren sin consultarme y como ella es la única chica de la casa siempre tiene que pedir permiso para traer amigos.

    —Cada vez que quiero traer a alguien la sucesión de preguntas es interminable —afirma la adolescente.

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Marie-Chantal nació en Londres a pocos metros de donde vive ahora, pero creció en Hong Kong y sus padres todavía residen allí: “Asia ha cambiado tanto que antes eran los fabricantes de productos y ahora son también hambrientos consumidores. Ha explotado y presenciar esa transformación me ha enseñado a desarrollar mi negocio”, me explica.

Por su hogar pululan numerosos miembros del servicio, pero Marie-Chantal prepara ella misma el café, un plato de bresaola y otro de pollo para no saltarse la dieta que la ha devuelto a su peso de soltera. Estamos en la misma casa donde, hace dos años, se celebró el 70 cumpleaños de Constantino de Grecia, hermano de doña Sofía y primo del duque de Edimburgo, al que la reina de Inglaterra adora y apoya desde que se exilió al Reino Unido en los años setenta. Precisamente en esa fiesta, en junio de 2010, la reina protagonizó una anécdota que la prensa británica recogió en una foto que ocupó titulares durante días. Isabel II salió de allí con el bolso roto y el vestido manchado de café, después de un pequeño accidente en el que alguien tropezó con ella y le derramó su taza por encima. Marie-Chantal dice sentir una gran admiración por la reina, quien ofreció un té en su honor una semana antes de su boda. Pero su vida está ahora orientada hacía otros objetivos.


    Carlos de Inglaterra me invitó a ‘Shrek’.
    Me subieron a un coche con escolta y recorrimos
    Londres mientras el tráfico se paraba a nuestro paso"
    (Olympia

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“Mi prioridad son los míos y después, el trabajo. La familia de Pavlos lleva una existencia fantástica, llena de ceremonias bellísimas. Es viajar a un mundo diferente a nuestra vida real”, aclara. Su esposo pasó muchos veranos con sus primos, Elena, Felipe y Cristina, en Mallorca. Otra de sus tías es la reina de Dinamarca, país que visitan a menudo. “La corte danesa es mucho más ceremoniosa que la española. Parece un cuento de hadas de Hans Christian Andersen —asegura Marie-Chantal—. La reina es una figura legendaria rodeada de lacayos perfectamente uniformados. Es un ambiente muy tradicional donde todo el mundo ama a la Familia Real”.

Madre e hija guardan buenos recuerdos de nuestro país y les encanta encontrarse con la Familia Real española. “En España todo es mucho más relajado, visitar La Zarzuela es como estar en el campo”, continúa MC. Los veranos transcurren en el Mediterráneo junto a la familia de Alexía de Grecia, que reside habitualmente en Canarias. “Las vacaciones en Grecia son un sueño: vamos en el barco de mi abuela —la reina Ana María posee una pequeña, pero exquisita kaiki, la embarcación de vela típica de Grecia— y el agua es increíble”, dice Olympia. Y los inviernos, en Gstaad, donde la hija de Marie-Chantal se ha hecho amiga de Lourdes María, la hija mayor de Madonna. “Es tan divertida... Nunca dice que su madre es Madonna. Si yo no lo supiera ni lo sospecharía”, explica. Pero cuenta que se puso nerviosa cuando Valentino le presentó a la actriz Anne Hathaway. “Quería evitar acercarme y gritarle: ‘¡Dios mío, eres Anne Hathaway!’. Solo podía pensar: "Finge que es una persona normal, finge que es una persona normal”. Quizá no le costó tanto fingir, al fin y al cabo, Olympia ha sido criada para ser también una persona equilibrada y... normal.

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Mensajepor Invitado » Vie 18 Abr, 2014 1:06 pm

joder, y dale conque la abuela fuma... que en Grecia no existe familia real, que no nos enteramos!




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