El Rey, su ‘salud’ y su ‘abdicación’ ..Peñafiel .

Las últimas noticias de la Realeza. Monarquía vs. República
¿Cuánto reinarán Felipe VI y Letizia?


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C.N.

El Rey, su ‘salud’ y su ‘abdicación’ ..Peñafiel .

Mensajepor C.N. » Sab 01 Abr, 2006 1:25 am

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El Rey, su ‘salud’ y Y su ‘abdicación’

Jaime Peñafiel



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Me dice una fuente allegada, experta en esas lides, que hay un axioma periodístico que reza así: “Una noticia no está confirmada hasta que no esté desmentida” (de la viñeta “Diario Regio” de Máximo, ese grandísimo comentarista de la actualidad quien, junto a Peridis, dice todos los días en El País lo que los analistas y editorialistas no se atreven ni borrachos).

Puede que Máximo tenga razón. No en lo referente a los comentarios del diario francés Le Figaro, sobre una posible abdicación de Don Juan Carlos por motivos de salud (personalmente no lo creo), sino por el rotundo y urgente desmentido del Palacio de la Zarzuela. Nada frecuente. No es la primera vez que se ha abordado este tema (de la abdicación) sin que la Casa se tomara las molestias de salir al paso.

Posiblemente por el poco respeto que posiblemente al staff real le merece la prensa española. Otra cosa muy diferente es la extranjera, que como en la época de Franco recogía lo que nadie se atrevía a públicar. ¿Para estar enterados tendremos que recurrir de nuevo a Le Monde Le Figaro o al Times como antaño?

Lo más curioso y soprendente es que la información publicada por el prestigioso diario francés tiene como origen no París (¿qué sabrán ellos?), sino Madrid. Concretamente su corresponsal en España, quien de fuentes de toda credibilidad y próximas a la Zarzuela le habían transmitido para su público, y aprovechando la visita de Estado del soberano, que “El Rey Juan Carlos está preparando la sucesión en el Príncipe Felipe”, indicando que el monarca, de 68 años de edad, “piensa transmitir de aquí a algunos años la dirección de la monarquía a su hijo el Príncipe Felipe del Asturias (sic)”.

Ítem más: “Más allá de los problemas de salud (¿no confirmados por la Casa Real?), Don Juan Carlos desearía asegurar la sucesión de su hijo, que tiene ahora 38 años.

Referente al Príncipe, el periódico francés señala que “el heredero al trono está encargado ahora de todos los actos oficiales. Como una tarea que Felipe ha asumido con facilidad.

Nunca creí que para visitar una fábrica de chocolate y otra de zapatos el pasado martes había que hacer un máster ni demostrar preparación alguna.

En lo referente a los actos oficiales a los que se refiere Le Figaro, hasta ahora el Príncipe se limita a representar a papá en las tomas de posesión de los nuevos presidentes de las repúblicas hispanoamericanas, viajes de ida y vuelta capaces de matar a un cristiano.

Lo que hoy se preguntan los analistas españoles (a lo peor a la Zarzuela no le agrade quien o quienes han informado a la corresponsal francesa) es ¿con qué intención?, ¿quién o quiénes desean la abdicación del Rey?, ¿a qué círculo de la Zarzuela pertenecen los informadores?, ¿al del Príncipe?, ¿al de Letizia? Son simples y lógicas preguntas a las que, hasta ahora, nadie tiene respuesta.

Referente a la salud de Don Juan Carlos, sobre la que también especula Le Figaro, nunca, a pesar de lo que se suele decir, he tenido dudas de que es aceptablemente buena; tan buena como para soportar horas cazando bajo cero en los montes de Toledo. A lo peor es que tiene una mala salud de hierro.

Y siguiendo con lo de la abdicación, siempre he mantenido que ni los reyes abdican ni los políticos dimiten. En más de 40 años sólo he conocido dos casos de un soberano que renunciara al trono aún en plenitud de sus facultades físicas: Juliana de los Países Bajos en su hija Beatriz y Juan de Luxemburgo en su hijo Enrique.

Dejar la responsabilidad de una jefatura del Estado en las circunstancias por las que actualmente atraviesa España? No creo que sea ni para pensarlo. Y menos hacerlo en la persona de un joven que, a pesar de lo que se diga, no tiene ni la preparación ni el prestigio de su padre.

No olvidemos que los méritos del Rey no son heredados, sino personales e intransferibles. Lo más que Felipe puede recibir en su día son los derechos dinásticos.

Además, ¿quién garantiza que los juancarlistas de hoy sean felipistas mañana?



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