Cristina e Iñaki, en sus últimas vacaciones CRISTINA E IÑAKIRETAN A DON FELIPE EN ESPAÑATodo menos discreta ha sido la polémica Semana Santa de la Infanta Cristina y Urdangarin en la finca La Toledana, propiedad de la familia Calabria, muy allegada también al Rey Felipe. Con aroma de estrellas de Hollywood, la pareja no paró de callejear por los pueblos vecinos, secundados por la Infanta Elena. Algo que en el entorno de Don Felipe se ha tachado de nueva afrenta por parte de su hermana, quien además de dejar claro que no piensa agachar la cabeza, ha puesto en evidencia la “desaparición” de los Reyes y sus hijas, en paradero desconocido hasta la misa de Resurrección en Palma.CONSUELO FONT
PEDRO LÓPEZ QUESADA, ENTRE EL REY Y URDANGARIN
Tras regresar de Japón el 7 de abril, los Reyes y sus hijas, Leonor y Sofía, estuvieron missing hasta el domingo 16, en que junto a Doña Sofía, que pasó la Semana Santa en Marivent, acudieron a la misa de Resurrección en la catedral de Palma. Ese mismo día, en Ciudad Real, la Infanta Cristina y Urdangarin pusieron broche a su Semana Santa en la finca La Toledana, propiedad de Pedro de Borbón Dos Sicilias, duque de Calabria, cuya familia, pese a ser muy allegada a Don Felipe, les ha acogido estas Pascuas. Algo sólo explicable si se conoce la estrechísima relación entre ambas familias, originada entre el Rey Juan Carlos y Don Carlos, padre de Pedro de Borbón, cuyo progenitor, el Infante Don Alfonso, era hermanastro de Doña Mercedes, madre del Emérito. Sus hijos, de la misma edad, se hicieron íntimos cuando Franco determinó que se educaran en Las Jarillas, internado montado para educar al futuro monarca. Más que primo, el Emérito le consideraba un hermano, hasta el punto de nombrarle Infante de España. De su unión con la princesa Ana de Francia nacieron Pedro y sus hermanas, Cristina, Paloma, Inés y Victoria, que se criaron junto al Príncipe y las Infantas Elena y Cristina. Cuando la mayor de los Calabria se casó con Pedro López Quesada, hoy director del Citybank, en 1994, Don Felipe se hizo también íntimo suyo. Posteriormente entró en escena Urdangarin, que pronto conectó con López Quesada, lo que reflejan correos entre ambos aportados al juez por Torres, socio de Urdangarin, donde se apodan “cabroncete” y “pichoncete”. López Quesada, Iñaki y el Príncipe Felipe se convirtieron así en un trío inseparable, la prueba es que cuando se casó con Doña Letizia, López Quesada le organizó la despedida de soltero y Urdangarin se encargó de comprar el anillo de pedida en Barcelona. Es comprensible que la ruptura entre Don Felipe y el matrimonio Urdangarin por los tejemanejes de Nóos haya situado a los Calabria y especialmente a Cristina y a su marido, López Quesada, en una difícil encrucijada.
LA TARDE DEL JUEVES SANTO PASADO, los vecinos que asistían a los oficios de Pascua en la iglesia de San Sebastián de Porzuna, un pueblecito de Ciudad Real, seguramente tuvieron que frotarse los ojos cuando vieron entrar nada menos que a la Infanta Cristina (51) y a Iñaki Urdangarin (49). No quedó ahí la cosa ya que, acto seguido, la pareja asistió a la procesión desde el gallinero –el palco del templo– y hasta se pasearon entre el gentío que abarrotaba las calles saludando muy sonrientes, estrechando manos y haciéndose fotos con los vecinos que se acercaban. Una escena insólita que se repitió en Retuerta del Bullaque, ubicado a media hora por carretera, donde acudieron también esa noche a la procesión, acompañados de Pedro López Quesada y su mujer, Cristina de Borbón Dos Sicilias, sus anfitriones en la finca La Toledana, propiedad del hermano de Cristina, Pedro, actual duque de Calabria tras la muerte de su padre, el Infante Don Carlos, primo de Don Juan Carlos, el 5 de octubre de 2015. La finca, de 2.500 hectáreas y gran riqueza cinegética, ubicada en el término de Retuerta del Bullaque, ha sido el enclave elegido por los ex duques de Palma para pasar su Semana Santa más controvertida. Porque lejos del secretismo del que suele hacer gala la pareja desde que estalló el escándalo
Nóos, esta vez han puesto acento en exhibirse públicamente con cierto
tufillo a estrellas de Hollywood en la promoción de una película.
Muchos se preguntan a qué obedece este radical cambio de actitud que ha incendiado las redes sociales de comentarios poniendo de nuevo en la picota a la Corona. Según reconoce a
La Otra Crónica un personaje cercano a la Familia Real “Doña Cristina ha vivido un infierno, especialmente por la humillación de sentarse en el banquillo, y ahora que ha sido absuelta quiere dejar muy claro ante aquellos que la señalaban en este país que no está dispuesta a agachar la cabeza por nada. El problema es que a su lado va Urdangarin, que está condenado a seis años y tres meses de prisión (acaba de recurrir la sentencia), por tanto no tiene sentido que haga exhibición alguna”.
Una sobreexposición pública que supone una nueva afrenta al Rey Felipe, su hermano, con quien la relación está totalmente rota desde que éste la despojó del título de duquesa de Palma en junio de 2015. Con el agravante de que el Monarca, además de pariente, es íntimo de Pedro de Orleans y sobre todo de su cuñado, Perico López Quesada, marido de Cristina de Borbón Dos Sicilias. “Si la Infanta Cristina y Urdangarin se hubieran limitado a pasar discretamente la Semana Santa con sus hijos en la finca, la cosa hubiera sido distinta. Pero venir a España, a La Toledana, propiedad de una familia tan allegada al Monarca y dedicarse a llamar la atención copando portadas y resucitando el fantasma de
Nóos ha tenido que levantar ampollas”, asegura el personaje antes mencionado. Todo un órdago de los ex duques de Palma que además ha puesto en evidencia a los Reyes. “No sé si hubo o no esa intención, pero acudir a las tradiciones religiosas de Semana Santa y mezclarse entre la gente es lo que muchos ciudadanos esperan que hagan Don Felipe y Doña Letizia, en vez de estar casi diez días desaparecidos con sus hijas y acudir a Mallorca de trámite a hacerse la foto el domingo de Resurrección”.
Otro detalle que ha llamado la atención es que los Calabria, tan leales a Don Felipe, se hayan prestado a hacerle el juego a la Infanta Cristina y su marido. Es cierto que, según un miembro de su círculo, parece que la estancia de los Urdangarin en La Toledana tiene que ver con el fallecimiento el 28 de marzo pasado de la infanta Alicia, abuela de los Calabria, con 99 años. Dado lo repentino de su muerte, la Infanta Cristina no pudo desplazarse desde Ginebra. Además, a sus actos fúnebres asistieron los Monarcas, por lo que coincidir públicamente no era aconsejable. La Infanta Cristina prometió viajar a España para darle el pésame personalmente y seguramente de ahí surgió la invitación.
AMIGOS DE LETIZIAHay que decir que la Infanta y Cristina de Borbón Dos Sicilias son como hermanas, hasta el punto de que cuando en enero de 2016 los Urdangarin tuvieron que instalarse en Mallorca para acudir al juicio de
Nóos, su amiga se trasladó a Ginebra para cuidar de sus hijos. Aunque también su relación es muy estrecha con Don Felipe, quien es gran amigo de Pedro López Quesada e incluso con Doña Letizia, no muy proclive a intimar con los círculos de su marido, pero con la que tiene buena química e incluso varias veces han acudido juntas a conciertos de música como el de Alejandro Sanz cuando aún era Princesa. Sin embargo, en el círculo de los Calabria reconocen que últimamente los Monarcas se prodigan menos con esta familia. ¿Ha influido la polémica que envolvió a López Quesada en julio de 2016 cuando se destapó que había regularizado más de un millón de euros de una herencia acogiéndose a la amnistía fiscal de Rajoy? Aunque no era ilegal, levantó ampollas, y conociendo lo estricto que es el Rey Felipe para los chanchulleos en su entorno, no sería extraño.
Otro detalle es que en septiembre de 2015, cuando fue bautizada María, hija de Pedro de Borbón y Sofía Melgarejo, duques de Calabria, que son padres de siete hijos, el Monarca asistió con sus dos hijas, Leonor y Sofía, pero la Reina Letizia no le acompañó, un detalle significativo que podría ayudar a comprender estas sorpresivas vacaciones de los Urdangarin Borbón en La Toledana, en donde el matrimonio ha vivido intensamente las tradiciones religiosas exhibiendo un inusual populismo.
El Viernes Santo de nuevo repitieron procesiones y baño de masas en Porzuna y Retuerta, esta vez con su hija Irene. Y el sábado, tras hacer una excursión diurna con sus anfitriones al conjunto volcánico del Cerro de los Santos, acudieron por la noche a la vigilia pascual de Porzuna. Al grupo se añadió la Infanta Elena, que fue vista el miércoles en Segovia comiendo con unas amigas y posteriormente se desplazó con su hija Victoria Federica a La Toledana para reunirse con su hermana Cristina y su familia. Con ellos permaneció hasta el domingo, en que asistió a la corrida del domingo de Resurrección en Sevilla.
Ese mismo día, en Mallorca, los Reyes reaparecieron con sus hijas Leonor y Sofía para asistir a la misa del domingo de Resurrección en la catedral. Les acompañaba la Reina Sofía, que componía así la foto de la actual Familia Real –cada día más mermada–, de la que Don Juan Carlos fue de nuevo el gran ausente. Mientras tanto, en la finca La Toledana, la otra parte de la antigua Familia Real, de la que fueron eliminadas las Infantas Elena y Cristina y sus familias, integraba la foto de este clan Borbón alternativo, cada día más numeroso. Esta vez junto a los que fueron su segunda familia en tiempos del Rey Emérito, los Calabria.
LA OTRA CRÓNICA EL MUNDO SÁBADO 22 DE ABRIL DE 2017
