NO ENTIENDO PORQUE ME BORRAN ESTE POST, ESPERO Q NO SEA CENSURA, SOLO QUIERO DISCUTIR SOBRE LAS OTRAS OPERACIONES DE LOS BORBONES:
El 'estreno' se adelantó ocho días
Estaba previsto que luciera nariz nueva en la cena que pone fin a las vacaciones en Mallorca. Pero la tragedia aérea de Barajas obligó a que la Princesa Letizia diera la cara una semana antes.Es la cuarta «retocada» de la Familia Real. Federica, madre de la Reina, falleció tras una operación de estética
CARMEN DUERTO
Hasta la cena del pasado viernes, ofrecida por los Reyes en el Palacio de la Almudaina como despedida de las vacaciones a las autoridades mallorquinas, no tendría que haberse conocido la nueva imagen de la Princesa de Asturias. Ella esperaba que para entonces, 19 días después de la operación, los hematomas y la hinchazón hubiesen desaparecido. Pero el accidente de Barajas trastocó sus planes y se vio obligada a aparecer en público sólo 11 días después de la intervención, a la que se sometió en una clínica privada.
El nuevo apéndice real, sin estar del todo recuperado, pudo apreciarse a la salida del hospital madrileño de La Paz, cuando los Príncipes de Asturias acudieron el jueves 21 de agosto a interesarse por los heridos del accidente aéreo de Spanair ingresados allí.
Ante la evidencia del cambio, la Casa Real no tuvo más remedio que confirmar la operación y dar un mínimo de explicaciones.«La intervención ha sido una septorrinoplastia recomendada por los servicios médicos de la Zarzuela para paliar sus problemas respiratorios». Esa desviación del tabique nasal, no el caballete prominente, le ocasionaba cefaleas, catarros frecuentes y dificultad para respirar. En un primer momento parecía, por los ángulos de algunas fotos, que podría haber aprovechado para limar el mentón, como hizo su prima política, María Zurita Borbón, que se arregló la nariz y la barbilla en la misma intervención.
Posiblemente, Letizia tenía que habérselo hecho antes de casarse con el Príncipe, ya que el suyo es un problema que arrastra desde el nacimiento. Sin embargo, la incertidumbre ante una operación, por leve que sea, retrasó sus planes. Por otra parte, con el cambio de presentadora a Princesa, su imagen pasó a ser reproducida hasta la saciedad en todos los medios y eso, en una persona tan perfeccionista y preocupada por su aspecto -la nariz y el mentón que tenía le endurecían las facciones, según algunos expertos en estética-, le hizo tomar la decisión de ponerse en manos de los cirujanos. Lo hace aprovechando las vacaciones de agosto.En apenas una hora de intervención, la necesaria para corregir a través de los orificios nasales la desviación y rebajar el caballete -a lo que hay que sumar unas tres o cuatro horas de recuperación de la anestesia-, le dan un nuevo perfil en el quirófano.
Se trata de una cirugía ambulatoria, que no requiere hacer noche en la clínica, cercana a La Zarzuela. Sólo tiene que llevar una férula (funda de escayola) durante una semana y puntos internos que, o bien se caen solos, que sería su caso, o bien deberán ser retirados a los siete días de la operación.
Cuando los cirujanos hablan de rinoplastia se refieren a una intervención cerrada, la practicada a Letizia, cuya ventaja, además de la rapidez, consiste en no dejar cicatrices a la vista.Es posible, aunque el tiempo lo dirá, que el cirujano le haya reducido los alares al tener su nariz original mucha proyección, dejándole un perfil recto.
Su primera aparición pública no le impidió repartir besos y dejarse besar por los familiares a los que visitó en los cinco centros sanitarios acompañada por su marido.
Su rostro, cubierto por un espeso maquillaje, ocultaba las secuelas de la intervención. Aún así, se podían apreciar algunos moratones en las ojeras, un pequeño hematoma en el ojo derecho y la cara más rellenita, algo que sin duda le favorecía y disimulaba el mentón.
Al tener la cara menos afilada, los surcos nasogenianos -los de las mejillas- parecían más rellenos, e incluso algunas arrugas, como la del entrecejo. Ello dio pie a pensar que podría haberse operado de algo más. Sin embargo, todo era debido a la hinchazón producida por la fractura que aún le durará unos meses. Aunque el resultado final no podrá apreciarse hasta dentro de uno o dos años. Entonces, todo volverá de forma natural a su sitio.Como la piel, que se readapta al nuevo contorno sin necesidad de quitarle la sobrante de una nariz prominente. Letizia, que está enterada de las últimas novedades en estética, tiene la suerte de disfrutar de una piel resistente que aguanta, por ejemplo, un tratamiento estético facial con ácido glicólico de 70. Además, reacciona muy bien a las terapias, lo que unido a los masajes linfáticos diarios que le aplican, contribuye a que se recupere de una manera más rápida.
El verano no es precisamente el momento más adecuado para llevar a cabo este tipo de intervenciones, aunque ella no tome el sol porque le salen unas antiestéticas manchitas faciales. De ahí su uniforme de navegar, las enormes gafas oscuras, la gorra calada hasta las orejas y la crema bloqueadora solar de 50.
Para preparar la operación, Letizia tuvo que adelantar dos días, respecto al regreso del Príncipe, su vuelta a España desde Pekín.Ella lo hizo el 10 de agosto, y Don Felipe el 12. Lo cual que el 11 estaba ya todo listo para su cambio de imagen en el quirófano.
Los riesgos de una septorrinoplastia en pacientes sanos son casi inexistentes. Aún así, y tratándose de quién es, no parecía aconsejable llevarla a cabo en el recinto de La Zarzuela, por muy bien provisto que se encuentre. De hecho, se optó por una clínica cercana al palacio, donde ya tienen su historial. Además, tampoco era necesario irse al extranjero, pues en España -donde se hacen 400.000 operaciones de estética al año, de las cuales el 20% son arreglos de nariz- se encuentran muchos de los mejores cirujanos plásticos y otorrinos del mundo. Entre otras personalidades, Carla Bruni, la primera dama francesa, se retoca en nuestro país.
No es, sin embargo, la única cirugía que se ha practicado a un miembro real, ni posiblemente será la última, ya que la del Rey es una familia concienciada con la estética, dada su relevancia pública.
Además de los tratamientos antiedad que siguen en la clínica Planas de Barcelona, no sería descabellado dar crédito al posible lifting que la Reina, contraria a este tipo de intervenciones, se pudo haber realizado en Burdeos (Francia) hace unos años.La reticencia de Doña Sofía podría deberse a la muerte de su madre, fallecida a raíz de una intervención de estética -en concreto, una blefaroplastia o eliminación de bolsas y exceso de piel de los párpados- que se hizo en Madrid. Toda la familia, excepto Don Felipe, se encontraba en Baqueira Beret, pero Federica insistió en que ella iría sola a operarse.
Nadie podía imaginar que una complicación con la anestesia -se dijo entonces- fue el origen del paro cardiaco posterior. Quizás por ese luctuoso hecho, la Reina sólo vería con buenos ojos los tratamientos del doctor Cham, médico iraní que asegura tener entre sus clientes al propio Monarca.
Es conocido que las dos Infantas siempre han tenido problemas para controlar el peso, y que gracias a su altura han podido disimular mejor las épocas en las que han estado más gruesas.Los regímenes más variados y alguna liposucción han contribuido a mejorar las figuras de Elena y Cristina, como le sucede a su prima hermana Simoneta Gómez-Acebo.
Después de un viaje a las antípodas, a Elena se le apreció un pecho más prominente, y su hermana, hace un par de años, se pudo quitar las lentillas gracias a los rayos láser. Intervención, por otra parte, que dos médicos catalanes desaconsejaron, pues al haber abusado de las lentillas, su córnea había perdido grosor, aumentando así el riesgo de que la intervención saliera mal.Parece ser que Cristina no quedó del todo bien, arrastrando durante un tiempo algún problema ocular.
Comentados también fueron los retoques que se hizo en la clínica Teknon de Barcelona, tras haber ingresado, explicaron en su día, por unas molestias gástricas. Pero la menor de las Infantas salió del centro médico más esbelta y con una nariz visiblemente retocada.
Como la de una princesa.