LIBRO RANIA DE JORDANIA, ESCRITORA
UNA REINA
DE
CUENTO
Pasa por ser gran lectora y en varias ocasiones ha citado
Orgullo y prejuicio y Cumbres borrascosas como sus
libros favoritos. En colaboración con una conocida autora
para niños norteamericana, la reina Rania de Jordania ha
escrito Salmay Lily, un relato basado en un episodio de su
infancia que ahora se publica en España. por Emilia Landaluceeer es una de mis mayores alegrías. Abrir un libro es una forma barata de viajar, de soñar, de tener esperanzas. La lectura provee a las personas de un afán de superación que mueve montañas”. La reina Rania, cuyo libro infantil
Salmay Lily –coescrito con una exitosa autora norteamericana para niños,Kelly DiPucchio– se publica ahora en España, es una voraz lectora que conoce bien la literatura occidental, además de a los poetas en lengua árabe.
Nació hace 40 años en Kuwait, hija de una familia de clase media de refugiados palestinos. Se educó en un colegio inglés y, desde muy niña, se acostumbró a dedicar al menos unos cuantos minutos al día a la lectura, hábito que hoy mantiene incluso durante esos periplos mundiales cargados de actos y cenas. “Me metía debajo de las sábanas con una linterna y leía hasta que me quedaba dormida. Era una manera de viajar a tierras lejanas”, suele recordar.
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UN BOCADILLO DE MERMELADA. Cuando Rania iba al parvulario, una compañera le dio a probar un sándwich de mermelada, un sabor desconocido para ella. Aquella anécdota le ha servido para escribir Salma y Lily.
SALMAY LILY, DE RANIA DE JORDANIA Y KELLY DIPUCCHIO(EDICIONES B), SALE A LA VENTA EL MIÉRCOLES 23 DE MARZO
[/table]Pero la joven Rania nunca imaginaría que acabaría tornada en heroína de novela, rosa, cuando marchó a Egipto, a estudiar Administración y Dirección de Empresas a la Universidad Americana de El Cairo. Tras graduarse, empezó a trabajar en Citibank, pero en una cena consiguió que un apuesto príncipe, Abdalá de Jordania, se prendase de ella. En 1993 se casaron y fueron felices, aunque no comieron perdices hasta que, meses antes demorir, en 1999, el rey Hussein postergó a su hermano para nombrar a Abdalá príncipe heredero.
La educación anglosajona que recibió en el colegio y la Universidad influyó en los gustos literarios de Rania. Sus dos libros predilectos son
Orgullo y prejuicio (1813) y
Cumbres borrascosas (1847), de Jane Austen y Emily Brönte, respectivamente. Ambos son de obligada lectura en el sistema escolar británico. Resulta llamativo que la soberana jordana se decante por dos escritoras que tuvieron que ocultar su autoría:
Orgullo y prejuicio se publicó como obra anónima y
Cumbres borrascosas, bajo el seudónimo de Ellis Bell. “No puedo imaginarme un mundo donde Mr.Darcy no existiera o Heathcliff fuera alegre”, afirma sobre los protagonistas masculinos de las dos novelas.“Y comparto esa sensación con millones de lectores en el mundo”.
Como comparte, a su pesar, el destino de las naciones árabes que florecen en su particular primavera política. Hoy el pueblo jordano, beduinos de costumbres áridas aunque refinadas, como el desierto, y amante de los versos y las canciones contenidas en ese espacio mágico que se crea al calor de la lumbre y un vaso de té con azúcar, cuestiona a su reina por su excesiva afición al lujo, sus gastos… Pero como rezan los versos de la poetisa árabe Nazik Al Malika: “Creí en una vida del color del rocío y las flores, que libraría a nuestros duros días de penosas cargas”.
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Desde que
Salma y Lily [en inglés
The Sandwich Swap, el cambio de bocadillos] se publicó en Estados Unidos, una de las preguntas más frecuentes que recibo es “¿Cómo llegó usted a escribir un libro con una reina de verdad?” ¡Yo misma estoy tratando de encontrar la respuesta todavía!
Nunca olvidaré el día que recibí la llamada de mi editora. Empezó preguntándome si estaría interesada en escribir un libro con un monarca. Siguió hablando pero yo era incapaz de concentrarme. ¡Pensé que lo que realmente me estaba preguntando era si me gustaría escribir un libro sobre las mariposas monarca! Continuó describiendo el proyecto y, cuando mencionó las palabras “su majestad la reina Rania Abdalá de Jordania”, pensé: “¿Pero qué tiene que ver la reina Rania con las mariposas?”. De repente, caí en la cuenta de lo que me estaba proponiendo. Me sentí honrada y abrumada a un tiempo. No me podía creer que me estuvieran dando la increíble oportunidad de trabajar en un libro que podía marcar un antes y un después en el mundo.
Mi entusiasmo inicial, sin embargo, no duró mucho. Empecé a sentir pánico y a preguntarme si sería capaz de hacerlo. Al final, llegué al convencimiento de que, sin saber muy bien cómo, el destino había orquestado esta asociación inesperada y que no me correspondía a mí poner en cuestión un regalo tan extraordinario del universo. Dejé a un lado mis dudas y empecé a pensar que ya me orientarían lo suficiente para hacer el papel que me correspondiera desempeñar a mí a la hora de dar a luz este libro tan especial.
El proceso ha sido una experiencia única. La reina Rania es una filántropa increíble que carga con un gran número de responsabilidades en su país y en el extranjero. Debido a su apretada agenda, la redacción y el intercambio de información se hubieron de realizar a través del correo electrónico.
En la nota de la autora, la reina Rania escribe sobre una experiencia en el parvulario que le inspiró el relato. El marco fundamental de la historia ya estaba ahí. Mi trabajo como coautora consistía en ayudar a llenar los huecos para crear una ficción atractiva sobre dos niñas de diferentes orígenes culturales que reflejara la experiencia infantil de la reina y se ajustara al formato de libro ilustrado. No estaba segura de cómo iría a funcionar el proceso, pero, como se vio después, resultó muy fácil trabajar con su majestad.
Una vez que se dio por terminado el texto, se envió el manuscrito a la ilustradora, Tricia Tusa. Tricia hizo un trabajo maravilloso para insuflar vida a los personajes. Recuerdo cómo me emocioné la primera vez que vi un boceto de
Salma y Lily abrazándose. Se me saltaron las lágrimas. Esa imagen era un símbolo de la reconciliación y el perdón que necesita nuestro mundo. Espero que cuando los niños lean el libro también se sientan movidos a comprender y aceptar las diferencias.
La promoción de
Salma y Lily en EEUU resultó emocionante. Para mí, el momento culminante fue ir al programa de Oprah Winfrey, en el que la reina apareció como invitada en abril del año pasado. Oír hablar a Winfrey de un libro en el que yo había trabajado fue totalmente surrealista. Inmediatamente después de la grabación del programa, la reina Rania y yo visitamos una escuela en Naperville, en el estado de Illinois. Aquella era mi primera oportunidad de conocerla en persona. Estaba muy nerviosa, no quería hacer o decir ninguna inconveniencia. Cada vez que la había visto en televisión, la reina se había mostrado muy tranquila y se había expresado magníficamente. Como pude comprobar después, no tenía por qué haberme puesto nerviosa en absoluto. Su majestad me sonrió afectuosamente y de inmediato hizo que me sintiera de lo más cómoda. Tuve el placer de descubrir que era igual de hermosa y amable en persona que en la televisión. Luego, cuando esa misma mañana leyó
Salma y Lily a un numeroso grupo de niños, vi con toda claridad que esta reina de nuestros tiempos era, además, madre. Me impresionó lo relajada y divertida que estaba con los niños. Fue espectacular.
He aprendido mucho de esta experiencia. Por ejemplo, que entre las personas hay más parecidos que diferencias y que la paz no sobreviene de la noche a la mañana. Se consigue paso a paso, con una nueva generación de niños y nuestro deseo de un futuro mejor. Precisamente ahora, viendo la inestabilidad en Oriente Próximo, las lecciones de
Salma y Lily son más importantes que nunca. Un poco de tolerancia puede hacer avanzar mucho.
No podría sentirme más feliz de que
Salma y Lily se publique en varios idiomas y en varios países. Me siento honrada de haber participado en la creación de un libro que tiene el poder de abrir los corazones y las mentes a la posibilidad de una raza humana más unida.
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*Kelly DiPucchio, escritora norteamericana de libros para niños,
es coautora de Salma y Lily (http://www.kellydipucchio.com).EL MUNDO Nº 599. M A G A Z I N E. DOMINGO 20 DE MARZO DE 2011
