Reflexiones sobre la monarquia, Letizia y Felipe.

Las últimas noticias de la Realeza. Monarquía vs. República
¿Cuánto reinarán Felipe VI y Letizia?


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Reflexiones sobre la monarquia, Letizia y Felipe.

Mensajepor Invitado » Vie 12 Ene, 2018 4:43 pm


Crónica Rosa: El feo de la Casa Real a los Franco
Federico aborda toda la actualidad del corazón con Marina Pina, Beatriz Miranda y Daniel Carande.

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Mensajepor Invitado » Dom 14 Ene, 2018 3:09 am

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‘YO HE JURADO BANDERA DOS VECES’





El relato completode cómo ha marcado ya su camino el discurso ‘catalán’, el papel jugado por el ‘sanedrín’ de Zarzuela y ‘la burbuja’ de Madrid de la que el rey se siente muy distanteQuienes le criticabanllamándole el ‘Escondido’, ahora callan o le tildan de ‘Rey de Bastos’. La periodista Ana Romero, autora de ‘Final de partida’ sobre la abdicación de Juan Carlos I, relata en un nuevo libro las bambalinas del “discurso catalán del rey de hierro”Los cinco del sanedrín: un gallego que es su mano derecha, un guardia civil que todo lo sabe en palacio, un periodista que trabajó en la catalana TV3, un general con avenida propia en Jerez y un diplomático asturiano como la reina


ANA ROMERO


Ese martes se levantó temprano y desayunó con su mujer y sus hijas en el complejo de La Zarzuela, como siempre que está en Madrid durante la semana. La historia, al final, es una mezcla de rutina doméstica y de hechos extraordinarios. El 3 de octubre de 2017 no fue distinto de otros días. Las niñas se marcharon al colegio y el calor siguió apretando en el monte de El Pardo, pero la decisión que tomó Felipe VI esa mañana determinará su reinado para bien o para mal.

«Yo he jurado bandera dos veces», llegó a afirmar el rey en la recepción del 12 de octubre en el Palacio Real para justificar el discurso fiero de seis minutos que pronunció dos días después del referéndum ilegal en Cataluña, cuando España se asomó al abismo de la desintegración. Se refería a su primera jura en la Academia Militar de Zaragoza en 1985 y a la llamada rejura en la Academia General del Aire de San Javier (Murcia) en 2014. A esta segunda vez, apenas seis semanas antes de convertirse en rey, acudieron la reina Letizia y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía. Así, convencido profundamente de su obligación como jefe del Estado y como capitán general de los tres ejércitos de España, repasó el discurso escrito por última vez con el círculo más íntimo de su sanedrín, tres hombres venidos de distintos rincones del país y que llevan media vida en palacio.

Jaime Alfonsín Alfonso, el abogado del Estado gallego de 62 años que suma 22 al servicio de Felipe VI, el jefe de la Casa, su mano derecha y su más directo asesor. Un hombre introvertido y discreto, muy a tono con el hermetismo que el nuevo rey ha impuesto en torno a su vida personal y profesional. Domingo Martínez Palomo, de 63 años, andaluz criado en Murcia, el teniente general de la Guardia Civil que entró en Zarzuela de escolta del príncipe niño hace 36 años. Además de secretario general y número dos de la Casa, es la memoria histórica de la monarquía reciente, el hombre que todo lo sabe en palacio y todo lo intuye. Meticuloso hasta la extenuación, Palomo es un servidor leal cuya única ambición es no defraudar nunca al rey. Alfonsín y Palomo, como son conocidos en la Casa, aparecen sentados en la foto detrás del rey durante el desfile militar el pasado 12 de octubre. En esa ocasión, Palomo no vistió uniforme militar, como hace a veces en su afán por pasar lo más desapercibido posible. Nada querrían más estos dos hombres, posiblemente dos de los que más poder atesoran en este país, que ser invisibles para dejar que todo el foco brille sobre el rey, al que han entregado su vida.

El tercero es el periodista catalán Jordi Gutiérrez Roldán, 58 años, que trabajó en TV3 antes de entrar en Zarzuela hace 24 años en el gabinete de Comunicación que ahora dirige. Todos contribuyen con sus ideas al discurso, de la misma manera que lo hicieron al de proclamación el 19 de junio de 2014. En Zarzuela se escribe a varias manos, esta vez también. No hay nadie que haga de Rudyard Kipling, el redactor del primer mensaje navideño de la historia para el rey Jorge V de Inglaterra en 1932. Todo, también las palabras elegidas y el orden de inclusión, es fruto del trabajo de equipo. Pero el rey es el alma de este discurso de apenas dos folios, más breve de lo normal. Alfonsín fue el encargado de enviárselo a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, su interlocutora habitual, abogada del Estado como él. Con ella como enlace del Gobierno está Alfonsín en continuo contacto desde mediados de agosto, cuando se produjo el atentado yihadista en Barcelona. Hubo varios borradores.

A última hora de la mañana, el documento está listo para el visto bueno final, el que le da el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, sentado ya frente al rey en el despacho oficial en el palacio de La Zarzuela propiamente dicho, a un kilómetro escaso del edificio donde vive Felipe VI con su familia, el llamado Pabellón del Príncipe. Al igual que Soraya, Rajoy no cambia absolutamente nada. Pasadas las seis de la tarde trabajan en ese mismo despacho las cámaras de Televisión Española de la mano del equipo de institucionales, los mismos que tres años antes fueron conducidos en secreto a grabar el discurso de abdicación de Juan Carlos I. Se graba rápido, el rey tiene interiorizado el discurso desde hace días. Ha pasado la tarde repasándolo y trabajándolo antes de que llegaran los técnicos. Hay partes que se sabe casi de memoria.

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SUS ASESORES. Domingo Martínez Palomo (a la izquierda) y Jaime Alfonsín Alfonso (derecha), con quienes preparó el discurso sobre Cataluña, acompañan al rey Felipe en el desfile militar del pasado 12 de octubre. Esa vez Palomo no vistió uniforme militar, como hace a veces, en su afán por pasar lo más desapercibido posible.

Finalmente, a las nueve de la noche de ese martes 3 de octubre de 2017, Felipe VI se asoma a la pantalla, como llevan haciendo los reyes más de medio siglo para felicitar la Navidad o hacer una declaración excepcional. La de Felipe VI fue la primera de su reinado, y muy mal tendría que irle a España para que tuviera que volver a intervenir de esa manera un par de veces en su vida. Con el discurso del 3 de octubre puso fin a un mes de cavilaciones. La línea roja la marcaron las leyes de desconexión del Parlamento catalán, pero Zarzuela estaba en modo 24 horas desde el atentado yihadista en Barcelona el 17 de agosto. La manifestación contra el terrorismo el 26 de agosto, con su abucheo organizado contra el rey, les dio la medida de lo que se avecinaba.

Todo el mes de septiembre lo pasó el rey consultando con su sanedrín, que en su totalidad incluye además de los tres mencionados al general José Manuel Zuleta, duque de Abrantes con avenida propia en su Jerez de la Frontera natal y secretario de la reina Letizia, y al diplomático Alfredo Martínez, asturiano como la reina, jefe de protocolo de la Casa. Desde agosto Felipe VI habla a diario con el presidente Rajoy, a veces hasta dos veces. Sabe a lo largo de todo el mes que va a hacer esta intervención y así se lo comunica a algunas personas de fuera de Zarzuela que re reunieron con él a petición suya. Pero no sabe cuándo será el día exacto.

Las imágenes del domingo 1-O en Cataluña —unos españoles, civiles, intentando votar ilegalmente para separarse de España y otros españoles, policías, intentando evitarlo— le helaron el corazón. Como jefe del Estado, «símbolo de su unidad y de su permanencia» según la definición que de él hace la Constitución, y como capitán general de los tres ejércitos, supo que había llegado el momento de intervenir. Era lo único que podía hacer: defender el país tal como lo conocemos ahora y todo lo que él mismo y su apellido representan en España desde 1700. Todo eso peligraba seriamente esa primera semana de octubre.

«Moncloa pensó que se precipitaba, pero él insistió en hacerlo. El discurso se escribió en Zarzuela y se mostró a Moncloa, que dio luz verde», explican fuentes solventes. El rey guardó las formas institucionales durante 48 horas: dejó que hablara primero el presidente del Gobierno el domingo por la noche, cuando Rajoy negó la existencia del referéndum que todos pudimos ver en directo en las televisiones, y al día siguiente esperó a que el líder del Ejecutivo consultara con sus oponentes políticos, Pedro Sánchez y Albert Rivera.

Aunque el discurso ya estaba listo, el rey pagó un precio por esa espera de 48 horas transcurridas entre el referéndum y el discurso: las redes lo ridiculizaron por su inacción, y con el apodo del Escondido se convirtió en trending topic en Twitter. Sus clientes naturales, la derecha y los pocos monárquicos que hay en España, estaban exasperados. Por WhatsApp mandaron imágenes poco apreciativas. ¿Para qué un rey? ¿Este era el Preparado? Desprecios del tipo «ya lo decía yo» tan típico del Madrid pequeño formado por periodistas, políticos, funcionarios, asesores y correveidiles. Lo que en Zarzuela se denomina «la burbuja» y de la que el rey se siente tan distante. Una Almendra Central que abarca todo lo que ocurre dentro de la M-30, el cinturón que separa a la capital del reino, la de los coches oficiales y los restaurantes caros, de la España normal. Un territorio físico y mental parecido al cinturón que existe en Washington DC, el famoso beltway del que se nutrió el populismo de Trump.

En las horas previas al 3-O, ardía la Almendra Central con indignación. Felipe VI es un hombre prematuramente envejecido con barba cana y patas de gallo. Algunos dicen que su aspecto se debe al enorme esfuerzo que realiza por no levantar la voz, por tragarse sapos con deportividad, por ganarse a pulso el sobrenombre del Paciente, como su abuelo materno, Pablo. En esta corte hermética que es la nueva Zarzuela, Felipe VI muestra además el perfil de un hombre frío que evita las decisiones en caliente. También se achaca a su mujer, la reina Letizia, la capacidad de tomar nota y no olvidar. Cuenta diez antes de estallar, dicen, pero cuando toca lo hace. Como el martes 3 de octubre, cuando en seis minutos acabó con la caricatura de el Quieto, el Ausente, el Falto de Carácter, el Hombre en Manos de su Mujer. Se hizo con otra, la del Rey de Bastos que le han colocado la izquierda más radical, los independentistas catalanes y los nacionalistas vascos. Pero esa es otra historia cuyo final aún no está escrito.

Dos discursos marcan los últimos años de la monarquía española: el de la abdicación de Juan Carlos I el lunes 2 de junio de 2014 y el catalán de Felipe VI el martes 3 de octubre de 2017. Los dos causaron sorpresa. Nadie esperaba que el padre fuera a abdicar. Tampoco que el hijo mostrara tan pronto el hierro del que está hecho. «Es responsabilidad de los legítimos poderes del Estado asegurar el orden constitucional... y el normal funcionamiento de las instituciones, la vigencia del Estado de derecho y el autogobierno de Cataluña, basado en la Constitución y en su Estatuto de Autonomía», dijo Felipe VI, vestido de oscuro, a juego con el ambiente sombrío de su despacho. Nada de ramas de olivo o de palabras en catalán, un idioma que domina, como hará también su hija Leonor, la heredera.

«No se habla con quien se ha saltado un semáforo. Primero se le multa, y luego se pregunta por qué lo ha hecho», explican en su entorno. «No se renuncia de golpe a un tercio de la población», afirman lejos de su entorno en referencia a esos independentistas catalanes, nacionalistas vascos, izquierdistas y escépticos, los del Rey de Bastos, que a partir de ese momento se sintieron un poco más lejos de esa Corona que Felipe VI lucha por institucionalizar. A falta de encuestas fiables, se estima que en Cataluña el 80% de la población sintió rechazo a sus palabras. Eso incluye a unionistas o constitucionalistas. El resto de España lo aplaudió en proporción similar, a la inversa. «En Madrid se lee mal Cataluña», afirma un empresario catalán cuya compañía ha abandonado el territorio por miedo a la independencia y que lo último que querría es ver una Cataluña independiente. Pero esa misma persona sabe que tiene que convivir con la mitad de la población que no piensa como él: «Desde Madrid se ve todo muy fácil. Desde Barcelona es distinto».

Felipe VI no ha variado su posición. El discurso de Navidad incluye un cambio en el tono pero no en el fondo. El Estado español que representa el rey sufrió un disgusto el 21 de diciembre porque los independentistas volvieron a revalidar la mayoría absoluta. El problema político y constitucional es de largo recorrido, pero Felipe VI ya fijó su posición el 3 de octubre: las autoridades catalanas no podrán volver a repetir esa «deslealtad inadmisible».

Fuera de Cataluña, el discurso ha hecho subir enteros la figura del rey. Los más entusiastas lo comparan con el que pronunció el 3 de septiembre de 1939 del rey Jorge VI, padre de la actual reina de Inglaterra, al declarar la guerra a Alemania. Es conocido por la frase «Con la ayuda de Dios prevaleceremos», pero sobre todo por la película El discurso del Rey (2010) sobre el monarca tartamudo, hermano del abdicado duque de Windsor. España no está en guerra con Cataluña, que sigue sin ser una nación extranjera, y el único parecido entre Jorge VI y Felipe VI es el esfuerzo que pone el monarca español en la buena dicción. A base de trabajo, ha conseguido evitar los molestos quiebros de voz.

Dentro de dos semanas cumplirá 50 años, esa edad que supuestamente corona la madurez personal y profesional. Felipe VI, el primer rey verdaderamente constitucional de la historia de España, es un hombre discreto, desconfiado y frío que separa con mano de hierro su vida profesional de la personal. Ha aprendido la lección: cometerá otros, pero no los errores que aprendió de su padre. Ese martes, como todos los días entre semana que está Madrid, acabó como empezó: en casa, con su familia.

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«El rey ante el Espejo»,
de Ana Romero
(ed. La Esfera de los Libros),
a la venta este martes



EL MUNDO. CRÓNICA. DOMINGO 14 DE ENERO DE 2018

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Mensajepor Invitado » Mar 16 Ene, 2018 3:33 pm


Crónica Rosa: La segunda Casa Real
Federico analiza con Alaska, Paloma Barrientos y Daniel Carande toda la actualidad del corazón. "Juan Carlos ha creado una segunda Casa Real paralela para malmeter contra Felipe"

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La Noche del Rey

Mensajepor Invitado » Jue 25 Ene, 2018 3:26 am

Presentación de "La Noche del Rey", un retrato audiovisual de Felipe VI

El reportaje, que se estrena en Telemadrid el martes 30, relata los días previos a la abdicación de Juan Carlos I


Madrid Directo ha estado en el Teatro Real en la presentación de "La Noche del Rey", un documental producido por Telemadrid con motivo del 50 cumpleaños de Felipe VI, y que relata los días previos a la abdicación de Juan Carlos I.

El documental, dirigido por Nieves Herrero y que se estrena el martes 30, recoge los testimonios de cuarenta personalidades protagonistas de la vida política y social de España en aquel momento histórico, así como amigos y otras personas cercanas al Rey: Mariano Rajoy, José Luis Rodríguez Zapatero, José María Aznar, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera, entro otros.

Para Felipe VI, el 2 junio 2014 fue un momento clave en su vida. Esa mañana, su padre anució públicamente la abdicación que le convertía en Rey de España. El documental recoge los testimonios de las personas que, aún sabiendo lo que iba a ocurrir aquella mañana, tuvieron que guardar este secreto de Estado.


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Mensajepor Invitado » Dom 28 Ene, 2018 1:38 am


LA REINA LETIZIA SIRVE SOPA MINESTRONE Y LA PRINCESA LEONOR DEMUESTRA QUE ES ZURDA
El 50 cumpleaños de Su Majestad el Rey Felipe VI da pie para que la Casa Real filme a la familia real en momentos de su intimidad en el pabellón del Príncipe, residencia oficial de los reyes de España, junto a la Zarzuela. Los monarcas, Felipe y reina Letizia aparecen en su dia a dia junto con las infantas, la princesa de Asturias Leonor y la Infanta Sofía. Nos hemos percatado de que la infanta es ambidiestra porque exhibe para comer la mano izquierda, osea, zurda.

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Mensajepor Invitado » Dom 28 Ene, 2018 3:11 am


Rey Felipe, 50 años - Informe Semanal - 27/01/18
Felipe de Borbón y Grecia celebra el próximo día 30 de enero su 50 aniversario. ‘Informe Semanal’ ofrece mediante un reportaje especial un amplio retrato biográfico del Rey a través de imágenes inéditas de su vida rescatadas del archivo de TVE y a través de imágenes institucionales y familiares que se espera difunda la Casa Real este sábado 27 de enero.

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Mensajepor Invitado » Dom 28 Ene, 2018 4:58 pm


Felipe VI, imágenes familiares a institucionales por su 50 cumpleaños
El Rey Felipe cumple medio siglo este 30 de enero de 2017 y nos adelantamos a su aniversario para festejarlo con imágenes clave de su vida institucional y familiar.​

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Mensajepor Invitado » Lun 29 Ene, 2018 2:36 pm


EL MISTERIO DEL OSITO EN EL VÍDEO DE LA FAMILIA REAL DEL CUMPLEAÑOS DE FELIPE VI

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Mensajepor Invitado » Lun 29 Ene, 2018 7:44 pm

¡Qué sana envidia producen los Ortices en la intimidad!¡Qué majetes, qué resalaos, qué naturales! Especialmente espontánea resulta la matriarca, que recuerda al invicto general Franco cuando le soplaba el guión a su hija Carmencita en el Nodo de los años 30. Y luego dicen que no se respetan las tradiciones. Lo que pasa es que el ferrolano tenía más mérito, porque era un amateur, y no una profesional del espectáculo como la Letys.
Visto el éxito, hay que agradecer a la Providencia que la consorte esté plenamente dedicada a la cocción de sopitas ricas y no tenga tiempo para perpetrar más documentos audiovisuales.

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Mensajepor Invitada » Mar 30 Ene, 2018 9:35 am

Carmen Iglesias: “El Rey ha acometido la crisis catalana con valentía ”

La historiadora y preceptora de Felipe VI aborda en una entrevista los retos de su reinado y sus cualidades como monarca

Carmen Iglesias (Madrid, 1942), historiadora y directora de la Real Academia de Historia, es una de las personas que mejor conoce a Felipe VI. Fue su profesora desde 1988 hasta que terminó sus estudios universitarios y académicos y como preceptora pudo contemplar de cerca cómo se iba forjando su carácter como persona y como futuro Rey de España. Iglesias atiende a EL PAÍS en conversación telefónica, justo la víspera del 50 cumpleaños de su antiguo alumno, mientras prepara su comparecencia en la Comisión para la Modernización del Estado Autonómico en el Congreso.


Pregunta: ¿Cómo llega don Felipe a los 50 años?

Respuesta: Creo que llega en plena madurez intelectual y emocional, personalmente y como estadista. Don Felipe lo ha demostrado públicamente con el discurso del 3 de octubre y los que le han seguido, donde creo que ha habido un antes y un después en la percepción del problema principal que en este momento tenemos en España, que es el intento de secesión saltando las leyes de Cataluña. Personalmente, ha demostrado lo que hemos aprendido en historia, que un príncipe es el que sabe ponerse a la cabeza de su tiempo en el momento oportuno.

P. ¿Cree, precisamente, que el desafío independentista catalán es el principal reto del reinado de Felipe VI?

R. Desde el punto de histórico-político lo que tiene verdadera hondura es la crisis catalana. Efectivamente, a mí me parece que hay un problema serio, que se han saltado el imperio de la ley. La Constitución y nuestras leyes son producto del diálogo, de haber consensuado y haber cedido unos y otros. Cierta parte de los dirigentes catalanes han utilizado el poder que les da el Estado para ir contra el Estado y contra los que no piensan como ellos. Eso, en ciencia política, es la técnica característica del golpe de Estado, utilizar la legalidad para subvertirla desde dentro. Don Felipe, el Rey, lo ha acometido con toda valentía, rigor y dentro de la Constitución. Siempre sin pasarse más allá, dentro de su función de moderación y de arbitraje, que ha sido muy importante.

P. ¿Existe algún hecho o personaje histórico al que recomendaría a don Felipe que se remitiese como ejemplo de cómo actuar ante la crisis catalana?

R. Ahí está, por citar algo muy a mano, ¿Qué pasa en Cataluña? de Manuel Chaves Nogales, lo que ocurre en 1931. En la historia nunca los contextos son iguales, parece que se repiten los mismos hechos porque la condición humana cambia poco. La historia, en general, enseña cuando pasa el tiempo que nada es irremediable, nada es inevitable.


P. ¿Se diferencia en algo la educación que se debe impartir a un rey de la de cualquier otro estudiante?

R. Para mí, en sustancia, ninguna diferencia. Soy muy webberiana en el sentido de que, en las aulas, lo fundamental es la probidad intelectual y mostrar, abrir puertas, abrir horizontes. Y en ese abrir puertas es el estudiante el que las tiene que pasar solo. Esta única enseñanza privada que he tenido con el rey ha sido un privilegio, porque me encontraba con un interlocutor lleno de curiosidad, con adicción al conocimiento, algo que cada vez que uno se lo encuentra en las aulas, es muy fructífero, para uno mismo. Siempre he explicado los hitos históricos a don Felipe de la misma manera que los he explicado en las aulas universitarias. Depende a veces de las preguntas que hace el propio interesado, el poner más o menos énfasis en el sentido de proporcionar más material, más ejemplos, para que pueda profundizar en un tema.

P. ¿Hizo especial hincapié en que don Felipe aprendiera alguna asignatura de manera más específica?

R. La Historia, en general, es absolutamente básica para todo, porque si no entendemos nuestro presente, no podemos planificar nuestro futuro. Para alguien que va a ser rey, mucho más, indudablemente. Supone conocer todas las vicisitudes, desde luego las de sus antepasados directos. Don Felipe siempre ha leído constantemente, sobre todo a cerca de los momentos más críticos, los estudios científicos básicos que se han hecho sobre un tema, pongamos, por ejemplo, Fernando VII.

P. ¿Hay algún momento histórico o algún monarca en concreto por el que sintiera más curiosidad o que le llamara más la atención?
R. Me resulta difícil precisar. Le he visto entusiasmado en el siglo XVII, con todo el movimiento que surge en Gran Bretaña de Locke, de Hobbes, es decir de la modernización. Y le he visto entusiasmado con la Ilustración y con los griegos. Dicho todo esto, es indudable que la Ilustración, que es también mi especialización personal, le ha encantado siempre, porque seguimos siendo herederos todavía de la Ilustración. En España, qué duda cabe que Carlos III ha sido para él un modelo en el fundamento del Estado. Ha puesto su retrato en su despacho.

P. ¿Qué cualidad tiene Felipe VI que pueda definir o contribuir a asentar su reinado?


R. Su fortaleza es el sentido de la realidad profunda que tiene. Cree en lo que hace, lo tiene verdaderamente interiorizado. Se trata de lo que los clásicos llaman la “libertad de aquiescencia”, que vale para él sobre todo, pero vale para todos, en el sentido de que uno no elige el nacimiento. Te toca lo que te toca. En su caso está muy determinado. Lo que decían los clásicos es que hay aceptar eso y hacerlo propio, es decir hacerlo tu vocación y tu destino. Don Felipe eso lo tiene muy arraigado, el ser muy de su tiempo, el tener convicciones profundas y estar muy identificado con la función que tiene que hacer, y, al mismo tiempo, estar muy atento a todo lo que ocurre en el exterior y en su propio tiempo. Creo que lo ha demostrado con su vida personal y con su proyección pública.

P. ¿Ha apreciado cambios en la personalidad de don Felipe desde que es Rey?

R. Sigue siendo igual de afectuoso. Además, una cualidad de don Felipe, además de la inteligencia y del sentido común que tiene, de la serenidad, es que es una persona buena.
Y eso lo sigue mostrando. El cambio que le he apreciado es el paso del tiempo y la preocupación porque tiene la responsabilidad que tiene ahora.

P. ¿Cuál es el mejor recuerdo o anécdota que conserva de su etapa como preceptora de don Felipe?

R. Uno de los episodios que siempre recuerdo con emoción es el primer momento, al cabo de tres o cuatro clases, que le vi emocionado al comprender algo más profundamente de lo que él había leído, esa emoción. Y un comentario, si no en ese momento, un poco después, que me hizo sobre la apertura a la vida y al conocimiento de la condición humana que da la Historia. Para él, la Historia no se destila en unas líneas simples y dogmáticas, sino todo lo contrario, se hace más compleja y más rica.

https://politica.elpais.com/politica/20 ... 55447.html

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Mensajepor Invitada » Mar 30 Ene, 2018 9:41 am

Felipe VI: 50 años... y seis minutos

El discurso del 3-O representa la contribución catártica de su incipiente y difícil reinado
RUBÉN AMÓN
29 ENE 2018 - 20:34 CET

Puede que la historia, cuando se repite, se degrade a una farsa, pero el aforismo atribuido a Karl Marx -parece más propio de Groucho- se malogra en la experiencia de los Borbones contemporáneos. Juan Carlos I detuvo el golpe militar del 23F igual que Felipe VI abortó el golpe civil del Parlament, dirigiéndose a la nación con la solemnidad y el aplomo de una emergencia, reivindicando para sí la noción de la autoritas en tiempos de desasosiego.

Era la manera de espolear la pasividad contemplativa de Mariano Rajoy. Y el modo de justificar la “actualidad” de su propia figura, más todavía cuando el republicanismo había adquirido corpulencia en la Carrera de San Jerónimo y cuando las alusiones al anacronismo de la monarquía no sólo aspiraban a cuestionar la primera magistratura del Estado, sino formaban parte del sabotaje al sistema. Ninguna manera más oportunista de zaherirlo que el enunciado de la “monarquía constitucional”, una fórmula perversa del imaginario soberanista -¿cabe mayor redundancia provocadora?- a la que Podemos, las mareas y la prensa de pabellón tricolor incorporaron munición dialéctica. Se trataba de reivindicar la república no desde el fervor sentimental o desde el convencimiento político sino desde su valor instrumental en la enmienda total al “régimen del 78”.

Felipe VI, timonel del relevo generacional en la crisis más grave de la institución, no proporcionaba trascendencia su misión, más allá de haber ofrecido su hermana al sacrificio de los humores plebiscitarios y de haberse garantizado la jubilación de su padre, hasta el extremo de marginarlo en los fastos que conmemoraron los 40 años de la restauración de la democracia.

Felipe VI operaba la transición de la monarquía a la monarquía, pero costaba trabajo encontrarle otros méritos más allá de la prudencia o de la justificación. Parecía un rey gobernado por el pueblo. Y no al revés.

Naturalmente porque la monarquía parlamentaria constriñe el menor atisbo del absolutismo, pero también porque nuestro rey se desenvolvía permanentemente escrutado, vigilado y hasta intimidado. Sabíamos lo que gana. Lo que hace. Y el ansia de la normalización monárquica, expuesto estos días con sesgo de propaganda en las revistas del corazón, no sólo ha transformado el antiguo boato borbónico en prosaismo funcionarial, también había despojado al monarca de su misterio o de sus poderes litúrgicos. Se había convertido en vulnerable, no digamos cuando presidía las finales de Copa, expuesto al tormento del abucheo y del vilipendio balompédicos.


Felipe VI cumple 50 años. Y el pasaje cualitativo y decisivo de este medio siglo consiste en los seis minutos televisados de su discurso del 3 de octubre. La tutela de la Constitución, el principio de unidad territorial y el papel integrador de la Corona adquirieron una dimensión terapéutica frente la psicosis nacional. El rey se hizo necesario. Y se revistió de legitimidad.

No ya preservándose a sí mismo de la guillotina, sino proporcionando garantías a la línea sucesoria de Leonor, cuyos 12 años se observan entre la ternura y el escalofrío hojeando las páginas del Hola.


https://elpais.com/elpais/2018/01/29/op ... 68734.html

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Mensajepor Invitada » Mar 30 Ene, 2018 3:14 pm

FELIPE VI, 50 AÑOS

La Reina Letizia: el verso suelto que modernizó la Corona


RAÚL PIÑA
30 ENE. 2018 11:25
Del telediario al Palacio, Letizia transitó por un aprendizaje exprés para ejercer una labor donde su carácter y el corsé del protocolo libran un pulso interno en esta madre real.



Mediodía en el Palacio del Pardo. Hay tormenta. Llueven flashes de las cámaras en el Patio de los Austrias. Fuera, el sol luce con fuerza pese a estar ya en noviembre. Nervios. Muchos. Sonrisa confusa. "¡Aquí!"; "¡Aquí atrás, por favor!". Todos la llaman. "¿Cómo puedo poner la mano?", pregunta ahogada en un mar de inquietud. "¿Qué, qué hago?", acierta a preguntar. Han pasado 14 años de la pedida de mano del Príncipe Felipe y Letizia Ortiz. Aquella sobrepasada periodista del telediario es ahora Reina de España. Los nervios y la inexperiencia mutan en una Monarca diferente, con una personalidad que imprime un sello propio y distinto a la Corona. Rompe de cuajo el patrón de sus predecesoras. No es la Reina consorte. Es Letizia."Déjame hablar a mí". La Reina Letizia hace 14 años, ayer, hoy y mañana. La interrupción a su futuro marido en aquella pedida, regateando todo protocolo, resume su esencia: un fuerte carácter que convive con la disciplina que impone la Corona, pero que a veces rompe el corsé y sale el ramalazo.
Letizia, para quienes la conocen, es el puente que busca conectar ese búnker que es Zarzuela con la realidad de a pie de calle. Son sabidas las salidas al cine o a locales del centro de Madrid de los Reyes para disfrutar de una película en familia o de una cena en pareja o con amigos. Y si se tercia, hasta un concierto de música indie.

Pero cruzar el puente de ambas realidades a veces ocasiona encontronazos. Durante la Apertura Solemne de la XII Legislatura en el Congreso de los Diputados lo más comentado entre políticos y periodistas no fue el discurso del Rey, sino el gesto serio, casi hasta de enfado, de la Reina durante toda la jornada. Hay quien lo achacó al temor a que alguna reivindicación de algún partido político perturbara a sus hijas allí presentes.
Es en este eslabón, en el de la constancia en la inflexible rectitud que impone su posición y el domesticar el temperamento, donde libra una intensa disputa personal. Pero, por contra, esa dicotomía también impregna de naturalidad y distensión al examen diario al que son sometidos los Reyes. Durante un viaje a Murcia, los entonces Príncipes de Asturias eran jaleados por la gente. Los acompañaba un equipo de la revista Vanity Fair. "Tenéis que viajar la semana que viene con nosotros al extranjero. Allí podréis observar otro tipo de trabajo", les inquirió Letizia. "¿Verdad, Felipe? ¡Felipe!". "¿Sí, perdón, qué decías, cariño?", reaccionó el Heredero, centrado en la gente. "¡Hijo, hoy estás sordo, la verdad!", respondió su mujer, según desgrana el libro Vanity Fair. Lo que nunca se ha contado de las mejores exclusivas.


Doña Letizia se preparó para dar la noticia, no para serlo. Y cruzar ese umbral necesitó de un aprendizaje exprés que Felipe VI traía de serie. Aprender contención y a lidiar con el protocolo. Su llegada a Zarzuela abrió las ventanas a una nueva mirada de la realidad. Quienes conocen bien la Casa explican que suya es la decisión de levantar un muro entre la agenda pública y la privada. Priorizar la conciliación y la profesionalización de su quehacer. Actos oficiales en los horarios más racionales posibles y de lunes a viernes. Y vacaciones y celebraciones familiares "privadas", donde ni se informa ni se sabe dónde viajan. Zarzuela se escuda en que no es agenda oficial para no dar detalles. La Corona esperaba que también trajera más cercanía y empatía con una sociedad que recelaba de una institución que daba tumbos. No lo tuvo fácil. Fueron muchos quienes recelaron de su idoneidad por sus orígenes plebeyos. El inicio exigió de derribar muros y prejuicios. Lo suyo sigue siendo un examen diario. Desde que Felipe VI fue proclamado Rey, Doña Letizia ha acudido a 380 actos, ha realizado 21 viajes y ha pronunciado 57 discursos.

La Reina, que en 2016, recibió una asignación de 130.092 euros, trabaja a conciencia sus discursos, además de implicarse en las causas solidarias. La lucha contra el cáncer o la visibilización de las enfermedades raras son dos prioridades fundamentales en su labor. Dos causas que abandera y que gracias a su implicación logran un hueco otrora imposible en los medios.
En marzo de 2017, en el Día Mundial de las Enfermedades Raras, Doña Letizia tuvo una intervención especialmente emotiva, donde, además, dejaba implícito un mensaje a navegantes: "Estaba en el Congreso de Mujer y Discapacidad y se acercó una mujer, una madre que he visto más veces y que tiene un hijo con una enfermedad rara. Me dijo: 'Majestad, mi hijo se muere, mi hijo se está muriendo, hay un medicamento, pero no llega y se está muriendo, sé que probablemente él se irá y mi vida va a seguir. Pero Majestad, aunque mi hijo se vaya, le ruego que no se canse, que insista en este mensaje porque es muy importante. No se canse'. Así que por eso estoy hoy aquí, porque necesitamos volcarnos en la investigación científica. Lo necesitamos. Por eso estoy aquí, porque no me canso", dijo emocionada, con las lágrimas en los ojos.

Esa humanización de la Corona es el valor y el activo que aporta Doña Letizia.

También la presencia mediática de la Monarquía, pues su asistencia a un acto garantiza su eco en los medios. Bien lo saben en Zarzuela, donde son conscientes de que siempre despierta interés y, por ende, la Casa Real se beneficia. El debe es que en muchas ocasiones es por el look escogido por la Reina más que por sus palabras o las del Rey, que quedan eclipsadas y hasta olvidadas. Hecho este que quienes la conocen aseguran que le molesta sobremanera.

Porque su implicación en los temas de alimentación, salud o educación es superada por los zapatos elegidos. Y de nada sirve que su saber de las enfermedades raras sea "exhaustivo". Pero al margen de su labor institucional, Doña Letizia es, sobre todo, madre y esposa. Su implicación en el crecimiento de Leonor y Sofía es máxima. Dando, incluso, la apariencia de un férreo control. Supervisa su educación y alimentación y permanece atenta a ellas en los escasos actos públicos a los que permiten que acudan -la premisa ha sido mantenerlas alejadas de la esfera pública lo máximo posible-. Y cuando participan en actos, si es preciso, hasta les instruye, de forma disimulada, juntando las palmas de sus manos para que mantengan las piernas juntas. O les indica con un gesto cuando inclinar la cabeza en un desfile militar.

Felipe VI definió a su esposa como "personalmente un tremendo apoyo". Y lo ha sido, sobre todo, durante la disputa con su hermana, la Infanta Cristina, por el caso Nóos. Doña Letizia fue una firme defensora del cordón sanitario impuesto a los entonces Duques de Palma, para evitar que la mancha sobre la Corona aún se extendiera más.

La periodista que aún pervive en Doña Letizia

Aunque se vio obligada a dejar de ejercer como periodista, el oficio sigue impregnado en la Reina Letizia. Los más familiarizados con la Corona señalan su influencia en la comunicación de la Casa Real, sobre cómo y qué informar. También sobre cómo proceder. Durante el viaje de Estado que realizaron los Reyes a Portugal, llegó a sus oídos cierto descontento de la prensa que los acompañaba. Inmediatamente pidió poner remedio.
El periodismo sigue siendo un poderoso imán. Cita obligada de cada año es el Seminario Internacional de Lengua y Periodismo, que organizan la Fundación San Millán de la Cogolla y la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA). En su intervención en mayo de 2017, la Reina lanzó una petición directa a sus colegas periodistas: claridad. Desde su punto de vista, es necesario discernir si, para "construir el relato periodístico", ha de optarse por "un lenguaje más apacible aunque no menos riguroso". "Si debe o no sacrificarse todo a la claridad o si ser claro significa ser simple, o si dejamos la abstracción, la complejidad semántica y la suntuosidad de adjetivos sólo a los textos académicos y literarios". En octubre de 2017, durante los Premios Mariano de Cavia, Luca de Tena y Mingote, quiso "renovar con nuevas energías y aires de juventud lozana el amor por un oficio, el del periodismo riguroso, que uno al compromiso con la democracia y con la libertad".


http://www.elmundo.es/espana/2018/01/30 ... b4601.html

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Reflexiones sobre la monarquia, Letizia y Felipe.

Mensajepor Invitado » Mar 30 Ene, 2018 7:00 pm

Qué ganas de darle vueltas al manubrio del ludibrio. Leticia es un zorrón pueblerino, vulgar, municipal y espeso. Voilà tout. No hay más trampa ni cartón. Un pendón francamente desagradable que sospecha que no va a pasar a la historia como ejemplo de persona recomendable, y por eso mismo pasa de todo y se comporta como la choni que es. Antes muerta que sencilla.

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Hey

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Mensajepor Hey » Mar 30 Ene, 2018 8:51 pm

Invitado escribió:Qué ganas de darle vueltas al manubrio del ludibrio. Leticia es un zorrón pueblerino, vulgar, municipal y espeso. Voilà tout.


Nop. Tas dejao "errante". Errante, municipal y espeso. :grin:

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Mensajepor Invitado » Mar 30 Ene, 2018 9:22 pm

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