Letizia Ortiz: caballo de Troya
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LA ‘NO’ BIOGRAFÍA DE LA REINA LETIZIA EN MÉXICO
“No sabría decirte qué queda de aquella chica alegre, simpática y guapa hasta rayar en altanería”, responde Diego Petersen, ex jefe de Doña Letizia en el periódico ‘Siglo 21’, sobre si reconoce en la Reina de hoy a la estudiante que pasó ocho meses en Guadalajara en el año 1996. La etapa mexicana de la Reina, siempre envuelta en cierto misterio, era uno de los temas que abordaba la editorial Debate en el libro ‘La reina impaciente’, que iba a ver la luz en mayo. Ahora, tras la polémica suscitada, su publicación podría retrasarse y ceñirse a “un texto general sobre la Monarquía”.
MARÍA EUGENIA YAGÜE
EN EL VERANO DE 1996, una desconocida Letizia Ortiz, que entonces tenía 24 años, decidió marcharse a Guadalajara (México) para cursar allí el último curso de un Máster en Comunicación Social. Se había licenciado en Periodismo en la Universidad Complutense y el país le fascinaba. “Desde 3º de BUP o COU es un país que siempre me ha llamado la atención. Me interesa el país, me interesan los procesos de comunicación de allí... todo”. Lo contaba ella misma pocos días antes de marcharse al país azteca, en un programa emitido por Antena 3 que luego, tras el giro que dio su vida, ha sido emitido hasta la saciedad. La Reina pasó allí ocho meses. Compartió piso, trabajó primero promocionando tabaco y luego en un suplemento cultural, e hizo buenos amigos.
“SIEMPRE ME HA LLAMADO LA ATENCIÓN” AZAFATA OCASIONAL PARA UNA MARCA DE TABACO
Los entonces Príncipes de Asturias realizaron una de sus primeras visitas oficiales a México, en el año 2004, donde fueron recibidos por el presidente del momento, Vicente Fox, y su mujer. La joven Letizia Ortiz de 1996 confesó en un programa de televisión que el país “siempre” le había llamado la atención, razón por la que decidió estudiar allí.
La Reina trabajó en un par de ocasiones regalando tabaco de la marca Boots por las calles de Jalisco. Las fotos fueron publicadas años después por la revista italiana ‘Chi’ y por el diario ‘Daily Mail’. Para su publicación en España pedían 20.000 euros que no se pagaron.
Según Vanitatis, el libro tenía ya fecha de publicación, el 18 de mayo, y un título, La reina impaciente. Su autor es un periodista argentino afincado en Barcelona, Leonardo Faccio, factótum también de una de las biografías más trabajadas de Leo Messi. En el libro se aborda (o abordaba, como veremos después) la peripecia mexicana de la Reina sin obviar ningún tema polémico, incluida su presunta relación con un hombre casado. Sin embargo, la versión de la editorial Debate, responsable de la publicación del libro, es diferente: “De todo esto se ha hecho una gran bola. Leonardo Faccio está todavía trabajando en el texto, ni siquiera está terminado, es un encargo de nuestra división en Argentina y no tenemos aún ni fecha de publicación ni nada, calculamos que saldrá en el último trimestre del año teniendo en cuenta que un libro tarda un tiempo en producirse”. Es más: “Es un texto sobre los retos de la monarquía española en el siglo XXI, no es una biografía de Doña Letizia y mucho menos de su etapa en México. Algo mucho más general”.
¿En qué quedamos? Lo cierto es que, tras las filtraciones de los distintos medios y su efecto en las redes, la editorial parece haber repensado la estrategia de publicación. Que el proyecto estaba más pulido de lo que ahora reconocen lo demuestra el hecho de que distintos distribuidores online tienen ya en catálogo, a la espera de su publicación, un libro editado por Debate llamado Letizia, la reina impaciente: ¿Qué significa ser reina en pleno siglo XXI?, escrito por Leonardo Faccio, con ISBN 978-84-9992-573-8, 240 páginas y hasta un precio: 18,89 euros.
MESES TRABAJANDO
Parece que tendrá que esperar. Este suplemento ha intentado hablar con el autor, Leonardo Faccio, un periodista de cierto prestigio que ante la polémica ha preferido permanecer en silencio. Trabaja como freelance, es editor asociado de la reconocida revista Etiqueta negra y publica en una docena de medios de Europa y América Latina, como Elle o El Periódico de Cataluña. Lleva meses trabajando en el texto, entrevistando a amigos y familiares de la Reina y a expertos en la Monarquía. Un trabajo seguramente más farragoso que su anterior biografía sobre Messi. Otros antes que él ya sufrieron los reparos editoriales a la hora de abordar la monarquía. “David Rocasolano, el primo de Doña Letizia, se recorrió todas las editoriales grandes con su Adiós, Princesa y todas le fueron rechazando. Sólo consiguió que se lo publicara una editorial pequeña y muchos medios le vetaron”, explica una experta en el mundo editorial. Rocasolano, de hecho, tenía pensado lanzar una segunda parte, pero finalmente no lo hará.
Lo cierto es que la etapa mexicana de Doña Letizia no guarda mayor misterio, como explica Petersen, que ayuda a LOC a reconstruir los primeros pasos de la Reina en Jalisco. “Nos conocimos en una fiesta de unos amigos, españoles también, que estaban en ese momento haciendo un doctorado en Antropología en Guadalajara. Quien la llevó a la fiesta fue una amiga nicaragüense, compañera de Letizia en la maestría en comunicación. Era como ves una fiesta de estudiantes (yo estaba ahí porque mi esposa era también en ese momento alumna del doctorado en Antropología). Cuando Letizia se enteró de que yo trabajaba en Siglo 21 como subdirector me dijo que ella era periodista y que le gustaría trabajar en el diario. Quedamos de vernos el lunes siguiente. La entrevisté y unos días después también la entrevistó el director del periódico, Jorge Zepeda”, relata.
“Cuando se requirió una persona más para el suplemento semanal de ocio y cultura Tentaciones (aclaro que el Tentaciones de Siglo 21 fue anterior a el de El País) pensamos en ella. Existe el mito de que se le dio plaza definitiva por una cuestión de favoritismo. Es falso. Como todos los extranjeros que trabajaban en el periódico (había varios españoles del máster de El País) y argentinos del grupo de Miguel Bonaso, requerían tener una plaza por razones de migración. Su plaza inicial era, literal, la más baja del periódico”, continúa.
Letizia intentaba ganarse la vida en México como cualquier estudiante. Son famosas unas fotografías que publicó primero la revista italiana Chi y muchos años más tarde el británico Daily Mail de la joven Ortiz regalando tabaco de la marca Boots, hoy desaparecida, por las calles de Jalisco. Fueron sólo un par de ocasiones y no hay nada de malo en ellas, por más que algunas personas del entorno más antiletizista las usaran durante años como herramienta de desprestigio. Cuando se intentaron comercializar en España, recién ascendidos al trono los Reyes, pidieron hasta 20.000 euros por ellas y nadie las compró. El conocido cronista real Jaime Peñafiel también las guardaba en un cajón. “Me las hizo llegar una persona desde México pero consideré que no debía publicarlas”, contó entonces. “Las tengo en un cajón, no sé ni dónde. Nunca las usé porque no me gustaban los motivos por los que esa persona quería que se publicaran”.
Una vez dejó su trabajo como azafata por el de periodista, Letizia Ortiz mostró su hambre profesional. Según ha contado el periodista Jorge Zepeda “llegó a firmar el 80% de los artículos de la revista”, lo que llevó a sus jefes a pedirle que buscara un seudónimo. Aunque al principio vivió con una familia mexicana, luego compartió piso con un español y una mexicana. “Trabajaba mucho y salía, como todos, de vez en cuando. Los fines de semana le gustaba explorar el país y se iba en camión o como fuera. ¿Si tuvo una relación con un jefe casado del periódico? Yo nunca los vi, pero quién sabe, tenía un carácter arrollador, era muy guapa y tenía a media redacción encandilada”, dice una de sus amigas de entonces que ahora prefiere el anonimato.
¿Qué hay en la Reina actual de esa mujer que quiso comerse el mundo? El periodista Diego Petersen –que no ha sido contactado por Faccio, por cierto– intenta responder a la pregunta: “Creo que la Letizia actual tiene poco que ver con la de aquellos años, pero la verdad es que yo no he vuelto a tener contacto alguno con ella, por lo que no sabría decirte realmente qué queda de aquella chica alegre, simpática y guapa hasta rayar en altanería”.
La vida le tenía preparada una sorpresa.
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LA VIDA DE LOS OTROS
EMILIA LANDALUCE
ES MEJOR NO HABLAR DE LAS BIOGRAFÍAS DE LAS DOS PRINCESAS
BELÉN ESTEBAN
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DAVID ROCASOLANO
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El miércoles, Pablo Iglesias estrenó chaqueta para la sesión de control al Gobierno. [E Irene Montero también lo hizo]. El líder de Podemos sacó lustre a su verbo con aportaciones tan adecuadas al Parlamento como “me la suda” o “me la bufa”. Quizás esté acostumbrado a que todos los asuntos, ya sean los relativos a la política o a otras lides, pasen por su membresía viril. O inguinal… No sé qué me parece más cursi. Iglesias se dedicó a nombrar a Lope de Vega aunque sólo de pasada. Ni un “Fuenteovejuna, todos a una” ni nada por el estilo. A lo mejor, se quedó en blanco como en aquel patético debate universitario que mantuvo con Albert Rivera en el que fue incapaz de nombrar un solo libro de Kant. Y eso que se supone que de Filosofía algo debía de saber. Quizás haya comenzado a subrayar con sus fosforitos la autobiografía de Belén.
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JESULÍN DE UBRIQUE
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REINA LETIZIA
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La escapada en bussines de Letizia que ocultó la Casa Real para apagar el fuego
Contábamos en exclusiva en ESdiario que los Reyes aplazaron un viaje a Suiza. La Infanta Cristina tenía la “culpa”, pero la Reina rebelde siguió sus planes y se escapó con una de sus hijas.
La pasada semana les contábamos en exclusiva en ESdiario que el Rey Felipe VI tenía previsto durante este fin de semana visitar de forma rigurosamente discreta a su hermana la Infanta Cristina y al esposo de esta, Iñaki Urdangarin, en su domicilio de Ginebra. De esta forma, siempre según apunta la misma fuente, el Rey intentaría zanjar, o por lo menos aliviar, las enormes discrepancias familiares existentes en la actualidad y mantener un encuentro con su hermana por primera vez en prácticamente año y medio. Un encuentro familiar que finalmente no se produjo por expresa negativa de la Reina, tal y como detallaba ESdiario.
Ahora ha trascendido, tal y como detalla LOC, que el pasado lunes, 20 de marzo, los pasajeros que viajaban en clase business de Ginebra a Madrid en el vuelo de Iberia de las seis y media de la tarde se quedaron asombrados cuando vieron entrar nada menos que a la Reina Letizia acompañada de una de sus hijas, que "presumiblemente" era Leonor, Princesa de Asturias, seguidas ambas por un escolta. Este "presumiblemente" se debe a que "la niña, que iba ataviada con un plumífero, como la Reina, la capucha de la parka le cubría prácticamente la cara cuando subió al avión, motivo por lo cual no se la distinguía bien".
Según recoge la información, no se descarta que Don Felipe tomase otro vuelo con la Infanta Sofía, dado que para salvaguardar la sucesión al Trono, el Rey y la Infanta Leonor, heredera al Trono, no deben viajar juntos. "Tienen que procurar no viajar en los mismos medios de transporte", confirman fuentes de Casa Real.
De esta forma sí se habría producido el viaje que adelantaba ESdiario aunque, como recoge LOC, la pregunta del millón es: ¿qué hizo la Familia Real en Suiza? Y, más concretamente, en Ginebra, una ciudad con el morbo añadido de que allí reside la Infanta Cristina con su marido Iñaki Urdangarin, aunque parece descartado que el objetivo de este viaje fuera visitarles.
El caso es que la expresa negativa de la Reina ha evitado ese encuentro familiar que habían impulsado, tal y como les contaba ESdiario, tanto el Rey Don Juan Carlos como la Reina Sofía. Así que desde la Casa Real, para evitar un aumento de las tensiones familiares, se han limitado ni a confirmar ni a desmentir la "escapada" real hasta Suiza con una frase recordatoria: "no se comenta nada de los desplazamientos privados de la Familia".
Letizia Ortiz: caballo de Troya
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Felipe y Letizia, de nuevo carne de librería: así es la nueva biografía no autorizada según su autor
19 de junio de 2014. Hotel Villareal de Madrid. Desde una habitación situada frente al Congreso de los Diputados, un francotirador se graba simulando que apunta a Felipe VI a su llegada al Palacio de las Cortes, a punto de ser proclamado Rey de España. Nadie se percata de su presencia, ni siquiera las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado que ese día velan para que el acto se desarrolle sin incidencias. Este detalle, que logró pasar desapercibido para la mayoría de los españoles, es lo que sirve de génesis en la última biografía no autorizada del actual monarca. Bajo el título ‘Felipe VI de España. El Rey normal’, Jean Chalvidant, periodista y doctor en civilización española, recrea los últimos años del hijo del rey Don Juan Carlos y analiza sus distintas facetas, entre ellas, la de jefe del Estado, la de padre y, también, la de marido.
Para analizar qué cuenta la próxima biografía del soberano que verá la luz en Francia el próximo 18 de abril, LOOK se ha puesto en contacto con el autor, que asegura no ser ningún cortesano de la actual monarquía ni tener ningún prejuicio contra un rey que, hasta la fecha, no ha demostrado si está o no a la altura de su cargo. “Felipe no ha tenido que afrontar aún ningún reto. No ha tenido que acabar con los procuradores franquistas, instalar la democracia, autorizar al Partido Comunista Clandestino, o enfrentarse con Tejero. Felipe, hasta hoy, ha vivido solo una crisis, la de la ausencia de Gobierno, durante la cual ha hecho su trabajo de hablar con todos. Por lo tanto, no merece laureles. No ha tenido atentados de ETA o de los islamistas, no ha tenido pronunciamientos, y enhorabuena por él. El único elemento desestabilizador que puede convertirlo en un gran Rey o en un Rey normal es el conflicto separatista de Cataluña. Ese será su examen porque solo él tiene el poder de proteger la unidad de España”, dice tajante el escritor.
Si a Felipe VI lo define en su titular como “el Rey normal” eso es porque, según él, no tiene ningún defecto. “En su juventud lo que más le gustaba era echarse la siesta. Ya no. Le encantaba dormir y solía llegar con retraso. Ya no. Era tímido a la hora de hablar. Ya no. Además, es buen marido (los ‘Peñafieles’ no han sido capaces de sacarle un solo romance ajeno), buen padre y trabaja con constancia y con talento. Comparándole con ciertos jefes de Estado europeos, es casi un genio”, comenta.
Pero para Chalvidant, ese éxito no hubiera sido posible sin el papel de doña Letizia. Cree que forman un tándem perfecto porque ella “le dio sencillez y un mejor conocimiento del pueblo”. “Letizia sabe lo que es un fin de mes, esperar a un autobús o enfadarse con su banco. Él le enseño los usos del palacio, a refrenar su carácter y a callarse, lo que fue, seguramente, lo más difícil”, apunta el autor.
Chalvidant no titubea al reconocer que doña Letizia es una perfecta desconocida en Francia. Lo afirma, no sin antes disculparse, pero cree que la figura de la consorte solo es analizada con lupa en España, donde no comprende las críticas ya que, para él, “Letizia no ha cometido en trece años ningún error grave aparte del e-mail (que era privado) enviado a López Madrid. “¡Es sorprendente ver cómo una plebeya supo vestirse de Princesa y hoy de Reina, sin falta de gusto y con clase y categoría!”, exclama.
En su opinión, ninguno de los escándalos protagonizados por la familia de la Reina han menoscabado su popularidad y, mucho menos, la del Rey. “Más le han afectado los escándalos que han rodeado a Juan Carlos, entre los que se encuentran la caza en Botsuana, Corinna, y la supuesta fortuna oculta acumulada por el antiguo Rey y que ha desprestigiado a la corona”, puntualiza a LOOK.
Respecto a la implicación de Iñaki Urdangarin en el Caso Nóos, Chalvidant asegura que esto tampoco ha ensombrecido la imagen de Felipe. “La historia de Urdangarin ya era conocida varios años antes de que Felipe llegara al trono”, comenta. Un episodio en el que, a pesar de que el nombre de la infanta Cristina cobró mucho protagonismo, Chalvidant prefiere desvincularlo. “Hay que separar el caso Nóos de la Infanta. Por un lado, y así lo han estimado los jueces, están Urdangarín y Torres, que han sido castigados. Por el otro, Cristina, que parece haber desempeñado el papel de la boba de servicio, enamorada hasta las trancas de su marido, que no merecía tanta pasión, y sin percibir que su actitud perjudicaba a Juan Carlos, a Felipe y, peor aún, a la institución”, matiza.
Sin pelos en la lengua a la hora de hablar de la vida íntima del monarca
Chalvidant habla también de los amores más conocidos de Felipe, como Isabel Sartorius, Gigi Howard, Eva Sannum y, su ahora esposa, Letizia. Sin embargo, el francés también le dedica varias líneas a un sinfín de mujeres que, hasta la fecha, se desconoce si forman parte del currículo amoroso del Rey, o son especulaciones.
“La primera, Vicky Carvajal, seguida de nombres, reales o inventados: Bibiana Corcuera, Yasmeen Ghauri, Tatiana de Liechtenstein, Carolina de Waldburg, Marcela Cuevas, la modelo checa Alicia Krezjlova, Lady Gabriella Windsor (hija del príncipe Michael de Kent y nieta del rey George V), Diana Martínez Bordiú Aznar ‘Didi’ (prima de Alfonso de Borbón), Flor de María Valero Pérez-Jiménez (nieta del dictador venezolano Marcos Pérez-Jiménez), Anna Jussil y, por qué no, la actriz Gwyneth Paltrow”, desvela Chalvidant.
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El poco parecido empaña el estreno de la nueva figura de cera de la Reina
Es la tercera estatua que se hace de ella en el museo de Madrid y, una vez más, se ha llevado grandes críticas por su falta de semejanza con la realidad
Como ya ha ocurrido con otras figuras de este museo, la nueva incorporación ha despertado todo tipo de comentarios. “¿Estáis seguros de que quien os hace las figuras no odia al ser humano?”, “Por favor, son terribles”, o una serie de emoticonos llorando son solo algunas de las reacciones que los usuarios han tuiteado desde que la cuenta oficial del museo compartiera la imagen.
Esta es la tercera figura que el Museo de Cera de Madrid ha hecho de doña Letizia. El autor de la pieza es M.Wade y para elaborar el cabello de la Reina ha usado 1.750 gramos de pelo natural en varios tonos de color castaño que han sido injertados uno por uno. El vestido tiene bordados de guipur y la tiara es una réplica de la que le regaló el Rey a su esposa, con la flor de lis en el centro de la joya..
La nueva estatua de Letizia entra así en el club de las polémicas figuras del Museo de Cera de Madrid entre las que se encuentran la dedicada a Fernando Alonso, Rafa Nadal, Mark Zuckerberg, Beyoncé, Arantxa Sánchez Vicario y por supuesto, la de su hija Leonor.
Uno de los momentos para la polémica fue cuando el museo retiró a Jaime de Marichalar de la zona de la familia real para situar su efigie en zona taurina por su afición a la llamada fiesta nacional. Finalmente y ante las críticas fue retirado un fundido.
El Museo de Cera también trasladó en 2011 la figura de Iñaki Urdangarin a su nueva ubicación en el área de Deportes, separándole así del conjunto de la Familia Real. Ese cambio se produjo después de que esposo de la infanta Cristina fuera apartado de la vida oficial de la Casa del Rey.