Homenaje a Antonio Machado

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Etiopia
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Homenaje a Antonio Machado

Mensajepor Etiopia » Dom 21 Feb, 2010 3:56 pm




domingo 22 de febrero de 2009

ANTONIO MACHADO: 70 AÑOS EN EL RECUERDO

Tal día como hoy, a las cuatro de la tarde, moría Antonio Machado en Colliure. La Universidad Internacional de Andalucía ha realizado una serie de actos para conmemorar el 70 aniversario de la muerte del poeta. Nuestra biblioteca quiere homenajear su memoria con la voz de Serrat.

msquelibros.blogspot.


Murió deprimido y olvidado en 1939 en Colliure, Francia, dónde tan sólo hacía un mes que había llegado acompañando a las fuerzas republicanas en su huida. Hoy se celebra el 70 aniversario de la muerte del poeta andaluz Antonio Machado, perteneciente al movimiento literario conocido como generación del 98, y lo queremos recordar con un hallazgo que hemos encontrado en la hemeroteca digital del periódico La Vanguardia de Barcelona. La presencia del gobierno de la República en la capital catalana durante los últimos meses de la contienda convirtió a este diario, entonces incautado a los Condes de Godó, en su principal órgano de expresión. Por sus páginas desfilaron firmas de intelectuales y escritores defensores de la República como Thomas Mann, André Malraux, Max Aub, Carles Riba y un Antonio Machado que ya había vinculado su destino al de la causa republicana. En las 26 colaboraciones que el autor de Campos de Castilla escribió para La Vanguardia, alterna las (pocas) reflexiones sobre literatura con la defensa de la República y la crítica a los gobiernos occidentales que le estaban dando dado la espalda. El último artículo, dedicado al primer ministro británico Neville Chamberlain, fue escrito el 6 de enero de 1939. Un mes después el poeta moría en el exilio.

http://www.lecturalia.com


“Caminante son tus huellas el camino, y nada más”
Caminante no hay camino, se hace camino al andar,
Al andar se hace camino y al volver la vista atrás,
se ve la senda que nunca, se ha de volver a pisar”.


Antonio Machado.-

Sevilla, 26 de Julio de 1875.
Colliure (Francia), 22 de Febrero de 1939

Tal día como hoy, hace 70 años, murió en el destierro de Collioure (Francia) el poeta Antonio Machado. Salía desde Cataluña hacia Francia junto con miles de republicanos derrotados que formaban aquella inmensa columna, todavía hostigada por la aviación alemana al servicio de Franco. Iba con su anciana madre, con su hermano José y la compañera de este. En un cuaderno de notas poco conocido y apenas difundido, José, que era pintor, relata los últimos días del poeta.

Cuenta José las penalidades del camino hasta llegar a la localidad de Cerbére, donde se refugiaron en la cantina de la estación. “Allí el espectáculo que se ofrecía a los ojos era desolador. Los españoles caídos y deshechos, sin dinero, éramos tratados por los mozos de aquel establecimiento con tan innoble y repugnante desprecio, que lo primero que preguntaban era si teníamos dinero con que pagar. En caso negativo, no daban ni un vaso de agua. Esto sucedía en la cantina.

En los andenes de la estación, todavía peor, porque se sufría el acoso de los gendarmes, que no se ocupaban más que de formar las levas para los campos de concentración, separando a los hijos de los padres y a las mujeres de los maridos. Y todo esto de la manera más bárbara y brutal”.

Tras su muerte, su hermano José encontró un papel con las últimas anotaciones del poeta.

En el cuaderno de notas que escribió, ya en Chile, para sus hijas y su hermano Manuel, añade José que “fue un verdadero milagro que escapásemos a las garras de estos esbirros, verdadera vergüenza de la especie humana”. Se refugiaron en un vagón arrumbado en vía muerta. “Así fue la entrada del poetaAntonio Machado y la madre, en Francia, gravemente enfermos y sin un solo franco en el bolsillo: casi desnudos, como los hijos de la mar”.

Con el horizonte cerrado

Al atardecer del día siguiente, cambió su suerte. “Corpus Barga, uno de los mejores amigos que nos acompañaron en el éxodo, logró llegar aPerpigñan, y regresó (con posibles) para llevarnos al cercano pueblo de Colliore.

El comportamiento de este generoso amigo llegó hasta el punto de coger en brazos a nuestra madre y llevarla desde la estación al pueblo por la ancha calle que lo cruzaba y que terminaba en el mar. Por allí marchamos todos con ellos. Siguiendo este camino, llegamos a la plaza principal, donde, ante un pequeño arroyuelo, se levanta el pequeño hotel Bougnol-Quintana, en el que quedamos alojados”.

El último verso de Machado decía así: «Estos días azules y este sol de la infancia»

Era la noche del 28 de enero y aquella sería la ultima morada del poeta. Recibió, del secretario de la embajada española en París, los medios para hacer frente a las necesidades más apremiantes. “Transcurrieron unos días añade José en los que el reposo material pareció aliviarle la afección del corazón. No obstante veía claramente que se aproximaba el final de su vida. Pensándolo decía: Cuando ya no hay porvenir, por estar cerrado el horizonte a toda esperanza, es ya la muerte lo que llega”.

“No podía sobrevivir a la pérdida de España. Tampoco, sobreponerse a la angustia del destierro. Este fue el estado de su espíritu el tiempo que aún vivió en Collioure. Sin embargo, unos días antes de su muerte, me dijo ante el espejo, mientras trataba en vano de arreglar sus desordenados cabellos: Vamos a ver el mar.

Esta fue su primera y última salida. Nos encaminamos a la playa. Allí nos sentamos en una de las barcas que reposaban sobre la arena. El sol de mediodía no daba casi calor. Era en ese momento único en que se diría que el cuerpo entierra su sombrabajo los pies”.

Al cabo de un largo rato, el poeta, señalando una de las humildes casitas de pescadores, le dijo a su hermano: “¿Quién pudiera vivir tras una de esas ventanas, libre ya de toda preocupación”. Después se levantó trabajosamente y, en silencio, regresaron al hotel. Dos días antes de su muerte, escribió una carta a su querido amigo Luis Santullano. Ya inmóvil, en la cama, la muerte le sobrevino la tarde del 22 de febrero, miércoles de ceniza.

«No podía sobrevivir a la pérdida de España ni sobreponerse a la angustia del destierro»

“La noticia se propagó rapidísimamente añade José, y en las primeras horas de la mañana siguiente recibí una emocionada carta del insigne escritor Jean Cassou, solicitando en su nombre y en el de los escritores franceses, que el entierro se verificase en París. Pero, agradeciendo infinito este homenaje de laFrancia inmortal, decliné tan grande honor, pues, aunque en esos momentos estaba lejos de los demás hermanos, creí interpretar así los sentimientos de todos, mirando más que nada la sencilla y austera manera de ser delpoeta. Y así preferimos que durmiese el último sueño en el sencillo pueblo de pescadores de Collioure”.

Y añade José que al entierro se sumó todo el pueblo, con su alcalde a la cabeza. “Pero lo más emocionante fue que seis milicianos, envolviendo el féretro con la bandera de la República española, lo llevaron en hombros hasta el cementerio. Y téngase en cuenta que para realizarlo tuvieron que escapar de la implacable vigilancia del tristemente famoso castillo de Collioure, donde con tan injusto rigor se les trataba”.

Madre y niña

Quedó el poeta en la tumba de la familia de una buena señora, amiga íntima de la dueña del hotel. La madre, muy enferma y agotada, yacía en la cama. “Volviendo por un momento a la realidad, me preguntó llena de angustia, mirando al lecho que había quedado vacío: ¿Qué ha sucedido? Traté de ocultárselo. Pero a unamadre no se la engaña y rompió a llorar como una pobre niña. Dos días después, sus bellos dulces ojos se nublaron para siempre”.

Algunos días después, José halló un papel arrugado en el gabán del poeta. En él había escrito a lápiz tres anotaciones. “La primera reproducía en inglés las palabras con las que comienza el famoso diálogo de Hamlet: “Ser o no ser”. La segunda tenía sólo un renglón. Pero en este renglón se veía escrito el último verso que escribió en su vida. Dice así: “Estos días azules y estesol de la infancia”.

Y en la tercera y última, Antonio Machado reproducía completos estos versos suyos, ya publicados, pero en los que introducía una corrección:

“Y te daré mi canción:

Se canta lo que se pierde

con un papagayo verde

que la diga en tu balcón”

La corrección consistía en decir “te daré” en vez de “te enviaré o te mandaré mi canción”.

Hasta el nicho que ocupó Don Antonio, era prestado, alguien, minutos despues de poner la lápida entregó al sepulturero un cofre con tierra de España enviada por republicanos españoles.


Fuente: rtve (Del especial en los 50 años de su muerte)

Joan Manuel Serrat hizo para el disco con poemas de Machado que musicó, esta bella letra:

”En Colliure”

Soplaban vientos del sur
y el hombre emprendió viaje.
Su orgullo, un poco de fe
y un regusto amargo fue
su equipaje.

Miró hacia atrás y no vio
más que cadáveres sobre
unos campos sin color.
Su jardín sin una flor
y sus bosques sin un roble.

Y viejo,
y cansado,
a orillas del mar
bebióse sorbo a sorbo su pasado.

Profeta
ni mártir
quiso Antonio ser.
Y un poco de todo lo fue sin querer.

Una gruesa losa gris
vela el sueño del hermano.
La yerba crece a sus pies
y le da sombra un ciprés
en verano.

El jarrón que alguien llenó
de flores artificiales,
unos versos y un clavel
y unas ramas de laurel
son las prendas personales,

del viejo,
y cansado,
que a orillas del mar
bebióse sorbo a sorbo su pasado.

Profeta
ni mártir
quiso Antonio ser.
Y un poco de todo lo fue sin querer.

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Assia
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Mensajepor Assia » Dom 21 Feb, 2010 6:58 pm

Gracias Etiopia querida por haber escrito muy bien y explicitamrnte como murio el gran REPUBLICANO-SOCIALISTA Antonio Machado. Yo iba a poner aqui lo que la estrofa del poema que su hermano Jose encontro en el bolsillo de su gaban. Gracias por haberte adelantado y ahorrarme tiempo.

1 poema muy sencillo pero muy realista del gran Antonio Machado:

Era un nino que sonabs
un caballo de carton
Abrio los ojos el nino
el caballito no vio

Con un caballito blanco
el nino volvio a sonar
y por la crin lo cogia
ahora no te escaparas

Apenas lo hubo cogido
el nino se desperto
tenia el puno cerrado
el caballito volo

Se puso el nino muy serio
pensando que no es verdad
un caballito sonado
y ya no volvio a sonar

El nino se hizo mozo
y el mozo tuvo un amor
y a su amada le decia
tu eres de verdad o no?

Cuando el mozo se hizo viejo
pensaba todo es sonar
el caballito sonado
y el caballo de verdad

Y cuando vino la muerte
el viejo a su corazon
preguntaba tu eres sueno?
quien sabe si desperto.


Estrofas de 1 poema muy profundo del gran Antonio Machado:

Nuestras horas son minutos
Cuando queremos saber
y siglos cuando sabemos lo que se puede aprender

No extraneis,dulces amigo
que este mi frente arrugada
yo vivo en paz con los hombres
y en guerra con mis entranas

Ayer sone que veia
a Dios y que a Dios hablaba
y sone que Dios me oia...
Despues sone que sonaba

Bueno es saber que los vasos
nos sirven para beber
lo malo es que no sabemos
para que sirve la sed

Ya hay un espanol que quiere
vivir y a vivir empieza
entre una Espana que muere
y otra Espana que bosteza
Espanolito que vienes
al mundo te guarde Dios
una de las dos Espanas
ha de helarte el corazon.

Cuando su hermano Manuel Machado supo de la muerte de Antonio y de la de su madre (su madre murio pocos dias despues)
viajo a Collioure en 1 coche grande del regimen franquista,(Manuel Machado se paso al bando franquista.) No sabemos lo que su otro hermano Jose le dijo. No seria nada agradable porque el franquista de Manuel despues de visitar la tumba de su hermano y madre,se largo para Espana.

Antonio,descansa en paz,no eres tu solo el que estas enterrado en tierra extanjera, Azana,Prieto, el poeta Leon Felipe y Miguel de Molina tambien estan enterrados en tierras extranjeras y no volveran sus restos a Espana hasta que se larguen los Borbones y se proclame la III REPUBLICA!!!

Un abrazo querida Etiopia, Assia

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Mensajepor Invitado » Dom 21 Feb, 2010 8:50 pm

RECUERDO INFANTIL

Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales.

Es la clase. En un cartel
se representa a Caín
fugitivo, y muerto Abel,
junto a una mancha carmín.

Con timbre sonoro y hueco
truena el maestro, un anciano
mal vestido, enjuto y seco,
que lleva un libro en la mano.

Y todo un coro infantil
va cantando la lecciòn:
mil veces ciento, cien mil;
mil veces mil, un millòn.

Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de la lluvia en los cristales.

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Mensajepor Invitado » Dom 21 Feb, 2010 8:52 pm

YO ESCUCHO LOS CANTOS

Yo escucho los cantos
de viejas cadencias,
que los niños cantan
cuando en corro juegan,
y vierten en coro
sus almas que sueñan,
cual vierten sus aguas
las fuentes de piedra:
con monotonías
de risas eternas,
que no son alegres;
con lágrimas viejas,
que no son amargas,
y dicen tristezas,
tristezas de amores
de antiguas leyendas.

En los labios niños,
las canciones llevan
confusa la historia
y clara la pena;
como clara el agua
lleva su conseja
de viejos amores,
que nunca se cuentan.

Jugando, a la sombra
de una plaza vieja,
los niños cantaban...

La fuente de piedra
vertía su eterno
cristal de leyenda.

Cantaban los niños
canciones ingenuas
de un algo que pasa
y que nunca llega:
la historia confusa
y clara la pena.

Seguía su cuento
la fuente serena.
Borrada la historia,
contaba la pena.

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Mensajepor Invitado » Dom 21 Feb, 2010 11:16 pm

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Hache
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Mensajepor Hache » Dom 21 Feb, 2010 11:21 pm

La foto la subí yo, pero con el imageshack en otra ventana y no salí conectada.



EL CRIMEN FUE EN GRANADA: A FEDERICO GARCÍA LORCA

1. El crimen

Se le vio, caminando entre fusiles,
por una calle larga,
salir al campo frío,
aún con estrellas de la madrugada.
Mataron a Federico
cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos
no osó mirarle la cara.
Todos cerraron los ojos;
rezaron: ¡ni Dios te salva!
Muerto cayó Federico
—sangre en la frente y plomo en las entrañas—
... Que fue en Granada el crimen
sabed —¡pobre Granada!—, en su Granada.

2. El poeta y la muerte

Se le vio caminar solo con Ella,
sin miedo a su guadaña.
—Ya el sol en torre y torre, los martillos
en yunque— yunque y yunque de las fraguas.
Hablaba Federico,
requebrando a la muerte. Ella escuchaba.
«Porque ayer en mi verso, compañera,
sonaba el golpe de tus secas palmas,
y diste el hielo a mi cantar, y el filo
a mi tragedia de tu hoz de plata,
te cantaré la carne que no tienes,
los ojos que te faltan,
tus cabellos que el viento sacudía,
los rojos labios donde te besaban...
Hoy como ayer, gitana, muerte mía,
qué bien contigo a solas,
por estos aires de Granada, ¡mi Granada!»

3.

Se le vio caminar...
Labrad, amigos,
de piedra y sueño en el Alhambra,
un túmulo al poeta,
sobre una fuente donde llore el agua,
y eternamente diga:
el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!


Antonio Machado

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la vanguardia

Mensajepor la vanguardia » Lun 22 Feb, 2010 3:10 am

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Antonio Machado

Sobre la defensa y difusión de la cultura
El poeta y el pueblo


Cuando alguien me preguntó, hace ya muchos años, ¿piensa usted que el poeta debe escribir para el pueblo, o permanecer encerrado en su torre de marfil –era el tópico al uso de aquellos días– consagrado a una actividad aristocrática en esferas de la cultura sólo accesibles a una minoría selecta?, yo contesté con estas palabras, que a muchos parecieron un tanto ingenuas: «Escribir para el pueblo –decía un maestro– ¡qué más quisiera yo! Deseoso de escribir para el pueblo, aprendí de él cuanto pude, mucho menos –claro está– de lo que él sabe. Escribir para el pueblo es, por de pronto, escribir para el hombre de nuestra raza, de nuestra tierra, de nuestra habla, tres cosas de inagotable contenido que no acabamos nunca de conocer. Y es mucho más, porque escribir para el pueblo nos obliga a rebasar las fronteras de nuestra patria, escribir para los hombres de otras razas, de otras tierras y de otras lenguas. Escribir para el pueblo es llamarse Cervantes, en España; Shakespeare, en Inglaterra; Tolstoi, en Rusia. Es el milagro de los genios de la palabra. Tal vez alguno de ellos lo realizó sin saberlo, sin haberlo deseado siquiera. Día llegará en que sea la suprema aspiración del poeta. En cuanto a mí, mero aprendiz de gay-saber, no creo haber pasado de folklorista, aprendiz, a mi modo, de saber popular.

Mi respuesta era la de un español consciente de su hispanidad, que sabe, que necesita saber cómo en España casi todo lo grande es obra del pueblo o para el pueblo, cómo en España lo esencialmente aristocrático, en cierto modo, es lo popular. En los primeros meses de la guerra que hoy ensangrienta a España, cuando la contienda no había aún perdido su aspecto de mera guerra civil, yo escribí estas palabras que pretenden justificar mi fe democrática, mi creencia en la superioridad del pueblo sobre las clases privilegiadas.

Los milicianos de 1936

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Después de puesta su vida tantas veces por su ley al tablero...

I


¿Por qué recuerdo yo esta frase de don Jorge Manrique, siempre que veo, hojeando, diarios y revistas, los retratos de nuestros milicianos? Tal ves será, porque estos hombres, no precisamente , sino pueblo en armas, tienen en sus rostros el grave ceño y la expresión concentrada o absorta en lo invisible, de quienes, como dice el poeta, «ponen al tablero su vida por su ley», se juegan esa moneda única –si se pierde, no hay otra– por una causa hondamente sentida. La verdad es que todos estos milicianos parecen capitanes, tanto es el noble señorío de sus rostros.

II


Cuando una gran ciudad –como Madrid en estos días– vive una experiencia trágica, cambia totalmente de fisonomía, y en ella advertimos un extraño fenómeno, compensador de muchas amarguras: la súbita desaparición del señorito. Y no es que el señorito, como algunos piensan, huya o se esconda, sino que desaparece – literalmente–, se borra, lo borra la tragedia humana, lo borra el hombre. La verdad es que, como decía Juan de Mairena, no hay señoritos, sino más bien «señoritismo», una forma, entre varias, de hombría degradada, un estilo peculiar de no ser hombre, que puede observarse a veces en individuos de diversas clases sociales, y que nada tiene que ver con los cuellos planchados, las corbatas o el lustre de las botas.

III


Entre nosotros, españoles, nada señoritos por naturaleza, el señoritismo es una enfermedad epidérmica, cuyo origen puede encontrarse acaso en la educación jesuítica, profundamente anticristiana y –digámoslo con orgullo—perfectamente antiespañola. Porque el señoritismo lleva implícita una estimativa errónea y servil, que antepone los hechos sociales más de superficie –signos de clase, hábitos o indumentos– a los valores propiamente dichos, religiosos y humanos. El señoritismo ignora, se complace en ignorar –jesuíticamente– la insuperable dignidad del hombre. El pueblo, en cambio, la conoce y la afirma, en ella tiene su cimiento más firme y la ética popular. «Nadie es más que nadie» reza un adagio de Castilla. ¡Expresión perfecta de modestia y de orgullo! Si, «nadie es más que nadie» porque a nadie le es dado aventajarse a todos, pues a todo hay quien gane, en circunstancias de lugar y de tiempo. «Nadie es más que nadie», porque –y éste es el más hondo sentido de la frase–, por mucho que valga un hombre, nunca tendrá valor más alto que el valor de ser hombre. Así habla Castilla, un pueblo de señores, que siempre ha despreciado al señorito.

IV


Cuando el Cid, el Señor, por obra de una hombría que sus propios enemigos proclaman, se apercibe, en el viejo poema, a romper el cerco que los moros tienen puesto a Valencia, llama a su mujer, doña Jimena, y a sus hijas Elvira y Sol, para que vean «cómo se gana el pan». Con tan divina modestia habla Rodrigo de sus propias hazañas. Es el mismo, empero, que sufre destierro por haberse erguido ante el rey Alfonso y exigiéndole, de hombre a hombre, que jure sobre los Evangelios no deber la corona al fratricidio. Y junto al Cid, gran señor de sí mismo, aparecen en la gesta inmortal aquellos dos infantes de Carrión, cobardes, vanidosos y vengativos; aquellos dos señoritos felones, estampas definitivas de una aristocracia encanallada. Alguien ha señalado, con certero tino, que el Poema del Cid es la lucha entre una democracia naciente y una aristocracia declinante. Yo diría, mejor, entre la hombría castellana y el señoritismo leonés de aquellos tiempos.

V


No faltará quien piense que las sombras de los yernos del Cid acompañan hoy a los ejércitos facciosos y les aconsejan hazañas tan lamentables como aquella del «robledo de Corpes». No afirmaré yo tanto, porque no me gusta denigrar al adversario. Pero creo, con toda el alma, que la sombra de Rodrigo acompaña a nuestros heroicos milicianos y que en el Juicio de Dios que hoy, como entonces, tiene lugar a orillas del Tajo, triunfarán otra vez los mejores. O habrá que faltarle al respeto a la misma divinidad.

* * *


Entre españoles, lo esencial humano se encuentra con la mayor pureza y el más acusado relieve en el alma popular. Yo no sé si puede decirse lo mismo de otros países. Mi folklore no ha traspuesto las fronteras de mi patria. Pero me atrevo a asegurar que en España el prejuicio aristocrático, el de escribir exclusivamente para los mejores, pueda aceptarse y aún convertirse, en norma literaria, sólo con esta advertencia: la aristocracia española está en el pueblo, escribiendo para el pueblo se escribe para los mejores. Si quisiéramos piadosamente, no excluir del goce de una literatura popular a las llamadas clases altas tendríamos que rebajar el nivel humano y la categoría estética de las obras que hizo suyas el pueblo y entreverarlas con frivolidades y pedanterías. De un modo más o menos consciente es esto lo que muchas veces hicieron nuestros clásicos. Todo cuanto hay de superfluo en «El Quijote» no proviene de concesiones hechas al gusto popular, o como se decía antes, a la necedad del vulgo, sino, por el contrario, a la perversión estética de la corte. Alguien ha dicho con frase desmesurada, inaceptable ad pedem litera, pero con profundo sentido de verdad; en nuestra gran literatura casi todo lo que no es folklore es pedantería.

* * *


Pero dejando a un lado el aspecto español o, mejor, españolista de la cuestión que se encierra, a mi juicio, en este claro dilema: o escribimos sin olvidar, al pueblo, o sólo escribiremos tonterías, y volviendo al aspecto universal del problema, que es el de la difusión de la cultura, y el de su defensa, voy a leeros palabras de Juan de Mairena, un profesor apócrifo o hipotético, que proyectaba en nuestra patria una Escuela Popular de Sabiduría Superior.

La cultura vista desde fuera, como la ven quienes nunca contribuyeron a crearla, puede aparecer como un caudal en numerario o mercancías, el cual, repartido entre muchos, entre los más, no es suficiente para enriquecer a nadie. La difusión de la cultura sería para los que así piensan –si esto es pensar– un despilfarro o dilapidación de la cultura, realmente lamentable. ¡Esto es tan lógico!... Pero es extraño que sean, a veces, los antimarxistas, que combaten la interpretación materialista de la Historia, quienes expongan una concepción tan espesamente materialista de la difusión cultural.

En efecto, la cultura vista desde fuera, como si dijéramos desde la ignorancia o, también, desde la pedantería, puede aparecer como un tesoro cuya posesión y custodia sean el privilegio de unos pocos; y el ansia de cultura que siente el pueblo, y que nosotros quisiéramos contribuir a aumentar en el pueblo, aparecería como la amenaza a un sagrado depósito. Pero nosotros, que vemos la cultura desde dentro, quiero decir desde el hombre mismo, no pensamos ni en el caudal, ni en el tesoro, ni en el depósito de la cultura, como en fondos o existencias que puedan acapararse, por un lado, o, por otro, repartirse a voleo, mucho menos que puedan ser entrados a saco por las turbas. Para nosotros, defender y difundir la cultura es una misma cosa: aumentar en el mundo el humano tesoro de conciencia vigilante. ¿Cómo? Despertando al dormido. Y mientras mayor sea el número de despiertos...

Para mí –decía Juan de Mairena– sólo habría una razón atendible contra una gran difusión de la cultura –o tránsito de la cultura concentrada en un estrecho círculo de elegidos o privilegiados a otros ámbitos más extensos –si averiguásemos que el principio de Carnot-Clausius, rige también para esa clase de energía espiritual que despierta al durmiente. En ese caso, habríamos de proceder con sumo tiento; porque una difusión de la cultura implicaría, a fin de cuentas, una degradación de la misma que la hiciese prácticamente inútil. Pero nada hay averiguado, a mi juicio, sobre este particular. Nada serio podríamos oponer a una tesis contraria que, de acuerdo con la más acusada apariencia, afirmase la constante reversibilidad de la energía espiritual que produce la cultura.

* * *


Para nosotros, la cultura ni proviene de energía que se degrada al propagarse, ni es caudal que se aminore al repartirse; su defensa, obra será de actividad generosa que lleva implícitas las dos más hondas paradojas de la ética: sólo se pierde lo que se guarda, sólo se gana lo que se da.

Enseñad al que no sabe; despertad al dormido; llamad a la puerta de todos los corazones, de todas las conciencias; y como tampoco es el hombre para la cultura, sino la cultura para el hombre, para todos los hombres, para cada hombre, de ningún modo un fardo ingente para levantado en vilo por todos los hombres, de tal suerte que tan sólo el peso de la cultura, pueda repartirse entre todos; si mañana un vendaval de cinismo, de elementalidad humana, sacude el árbol de la cultura y se lleva algo más que sus hojas secas, no os asustéis. Los árboles demasiado frondosos necesitan perder algunas de sus ramas, en beneficio de sus frutos. Y a falta de una poda sabia y consciente, pudiera ser bueno el huracán.




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Los 26 artículos publicados por Antonio Machado
El poeta andaluz Antonio Machado publicó un total de 26 colaboraciones en las páginas de La Vanguardia entre los años 1937 y 1939

La presencia del gobierno de la República en Barcelona convierte a La Vanguardia en su órgano de expresión. Publican en sus páginas los más destacados intelectuales y escritores que apoyan la causa republicana; entre ellos, Antonio Machado, Thomas Mann, Illya Erenburg, André Malraux, Max Aub, Ramón J. Sender, María Zambrano, Manuel Altolaguirre, Carles Riba, José Gaos, José Bergamín, Arturo Serrano Plaja, Corpus Barga, etc.

16/07/1937 - El poeta y el pueblo
27/03/1938 - Notas inactuales, a la manera de Juan de Mairena
06/04/1938 - Apuntes del día
03/05/1938 - Desde el mirador de la guerra
14/05/1938 - Desde el mirador de la guerra II
22/05/1938 - Desde el mirador de la guerra III
02/06/1938 - Desde el mirador de la guerra IV
12/06/1938 - Desde el mirador de la guerra V
25/06/1938 - Desde el mirador de la guerra
07/07/1938 - Saavedra Fajardo y la guerra total
19/07/1938 - En el 19 de julio de 1938
23/07/1938 - Para el congreso de la paz
09/08/1938 - Desde el mirador de la contienda
16/08/1938 - Lo que recuerdo yo de Pablo Iglesias
24/08/1938 - Viejas profecías de Juan de Mairena
01/09/1938 - Desde el mirador de la guerra
06/10/1938 - Desde el mirador de la guerra
21/10/1938 - España renaciente. Arturo Serrano Plajá
23/10/1938 - Desde el mirador de la guerra
29/10/1938 - Unas cuartillas de Machado
10/11/1938 - Desde el mirador de la guerra
13/11/1938 - Glosario de los 13 fines de guerra
22/11/1938 - Una alocución de don Antonio Machado dirigida a todos los españoles
23/11/1938 - La gran tolvanera
07/12/1938 - Recapitulemos
06/01/1939 - Desde el mirador de la guerra[/hide]

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Mensajepor Assia » Lun 22 Feb, 2010 10:34 pm

Quiero expresar mi agradecimiento a tod@s los que habeis contriubuidos a recordar la muerte del gran poeta sevillano,Don Antonio Machado

1.) A Etiopia que abrio el hilo y me ahorro mucho tiempo en poner algo del exilio a Francia de Machado. Yo no lo hubiera podido hacer tambien como tu,Etiopia.

2.A invitado (no se si es 1 o mas.) A todos los invitados muchisimas gracias por vuestras contribucion.

3 A Hache por la bonita poesia que nos colgo de Don Antonio recordando la muerte de Lorca asesinado por falangistas 1936

4.) A La Vanguardia por su homenaje a Machado

5.) A Invitada Ts As que a peticion mia colgo la foto de la tumba de Machado en otro hilo porque este aun no estaba abierta.

Y por ultimo, mis mas sinceras gracias a LA ADMINISTRACION DE foroloco por haber borrado el mensaje de 1 invitada y mi contestacion a esa invitada.

A tod@s, un abrazo muy fuerte. Assia

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Mensajepor Hache » Lun 22 Feb, 2010 10:56 pm

UN LOCO

Es una tarde mustia y desabrida
de un otoño sin frutos, en la tierra
estéril y raída
donde la sombra de un centauro yerra.
Por un camino en la árida llanura,
entre álamos marchitos,
a solas con su sombra y su locura
va el loco, hablando a gritos.
Lejos se ven sombríos estepares,
colinas con malezas y cambrones,
y ruinas de viejos encinares,
coronando los agrios serrijones.
El loco vocifera
a solas con su sombra y su quimera.
Es horrible y grotesta su figura;
flaco, sucio, maltrecho y mal rapado,
ojos de calentura
iluminan su rostro demacrado.
Huye de la ciudad... Pobres maldades,
misérrimas virtudes y quehaceres
de chulos aburridos, y ruindades
de ociosos mercaderes.
Por los campos de Dios el loco avanza.
Tras la tierra esquelética y sequiza
—rojo de herrumbre y pardo de ceniza—
hay un sueño de lirio en lontananza.
Huye de la ciudad. ¡El tedio urbano!
—¡carne triste y espíritu villano!—.
No fue por una trágica amargura
esta alma errante desgajada y rota;
purga un pecado ajeno: la cordura,
la terrible cordura del idiota.


Antonio Machado

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jose

El mejor poema jamas escrito

Mensajepor jose » Dom 15 May, 2011 10:35 am

Colgado de un barranco
duerme mi pueblo blanco
bajo un cielo que, a fuerza
de no ver nunca el mar,
se olvidó de llorar.

Por sus callejas de polvo y piedra
por no pasar, ni pasó la guerra.
Sólo el olvido...
camina lento bordeando la cañada
donde no crece una flor
ni trashuma un pastor.

El sacristán ha visto
hacerse viejo al cura.
El cura ha visto al cabo
y el cabo al sacristán.
Y mi pueblo después
vio morir a los tres...

Y me pregunto por qué nacerá gente
si nacer o morir es indiferente.

De la siega a la siembra
se vive en la taberna.
Las comadres murmuran
su historia en el umbral
de sus casas de cal.

Y las muchachas hacen bolillos
buscando, ocultas tras los visillos,
a ese hombre joven
que, noche a noche, forjaron en su mente.
Fuerte pa' ser su señor.
Tierno para el amor...

Ellas sueñan con él,
y él con irse muy lejos
de su pueblo. Y los viejos
sueñan morirse en paz,
y morir por morir,
quieren morirse al sol.

La boca abierta al calor, como lagartos.
Medio ocultos tras un sombrero de esparto.

Escapad gente tierna,
que esta tierra está enferma,
y no esperes mañana
lo que no te dio ayer,
que no hay nada que hacer.

Toma tu mula, tu hembra y tu arreo.
Sigue el camino del pueblo hebreo
y busca otra luna.
Tal vez mañana sonría la fortuna.
Y si te toca llorar
es mejor frente al mar.

Si yo pudiera unirme
a un vuelo de palomas,
y atravesando lomas
dejar mi pueblo atrás,
juro por lo que fui
que me iría de aquí...

Pero los muertos están en cautiverio
y no nos dejan salir del cementerio.

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Invitado

Mensajepor Invitado » Dom 15 May, 2011 2:55 pm





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