CARLOS FALCÓ ESTHER DOÑALAS CLAVES DE LA DISCUTIDA HERENCIA DEL MARQUÉS Carlos Falcó falleció a los 83 años el pasado 20 de marzo víctima del coronavirus. Emprendedor audaz pero demasiado atrevido, el patrimonio de su herencia no está del todo claro y la mayor parte irá para su hijo Manuel, primogénito y financiero de enorme éxito. El testamento determinará qué hereda Doña, su viuda.MARÍA EUGENIA YAGÜECONFINADA EN EL PALACIO DE EL RINCÓN, donde guarda cuarentena por contagio del coronavirus, Esther Doña, de 41 años, marquesa viuda de Griñón, afronta un incierto futuro económico y personal. Sola y distanciada desde hace tiempo de los cinco hijos de Carlos Falcó, no pudo asistir al traslado de los restos mortales de su marido para ser incinerado, ni tampoco este martes pasado al responso en la capilla familiar de Malpica del Tajo, donde la familia Falcó depositó las cenizas del aristócrata.
Triste final de una sorprendente historia de amor, que durante poco más de tres años se presentaba como la romántica relación de una pareja desigual, ella 37 años, Falcó 79, dispuesta a vencer toda clase de prejuicios y convenciones sociales.
Solo la lectura del testamento de Carlos Falcó despejará dudas sobre el verdadero patrimonio del marqués y la herencia que podría corresponderle a su viuda y a sus cinco hijos. Sin embargo, hace tiempo que tanto familiares como gente cercana al aristócrata, mantienen que la mayor parte de sus propiedades habían pasado a manos de su hijo Manuel, nacido como su hermana Sandra, del primer matrimonio de Carlos con Jeannine Girod.
SINTONÍA CON EL MARQUÉS DE CUBAS
Los hermanos Carlos y Fernando Falcó han tenido una relación muy estrecha y cercana, aunque sus caracteres han sido bien distintos. Carlos ha sido un emprendedor más audaz y más visible socialmente que su hermano mayor. Fernando ha tenido una vida sentimental más discreta. A la fiesta del 80 cumpleaños de Fernando, en 2019, su hermano Carlos asistió solo. El marqués de Cubas nunca simpatizó con Esther Doña.
Culminando una brillante carrera financiera, el futuro marqués de Griñón fue nombrado hace dos años en Londres codirector global de una nueva unidad de negocio de la banca estadounidense Citi. A lo largo de los años, el prestigio profesional del hijo ha ido paralelo a la decadencia económica del padre. Carlos Falcó ha sido un emprendedor audaz, imaginativo y moderno en sus negocios de vinos y aceites, pero ir demasiado lejos en sus proyectos se tradujo en distintas ocasiones en números rojos, hasta que se vio obligado a vender parte de sus marcas de vinos a bodegas conocidas, aunque continuando como embajador de las mismas por todo el mundo, con su título y su prestigio por bandera.
En lugar de préstamos, su hijo Manolo le echó una mano, comprándole desde un buen piso en la calle Fortuny, heredado por el marqués de sus padres, los duques de Montellano, a adquirir paquetes de acciones de sus empresas, que convierten a Manolo en propietario de la mayor parte de ellas. “Carlos siempre estuvo al límite en sus negocios, arriesgándose mucho. Pero acababa saliendo adelante“, explicó a LOC en una ocasión, una de sus ex esposas.
Parece que el palacio de El Rincón, la mansión, bodega y finca de 123 hectáreas en Aldea del Fresno, donde tenían fijada su residencia el marqués y Esther Doña, es prácticamente propiedad de Manuel Falcó. Como también pertenece a su hijo mayor desde hace años, la finca Casa de Vacas en la provincia de Toledo, donde Griñón plantó sus primeros viñedos.
SEPARACIÓN DE BIENESAlgunas de las 30 habitaciones y salones de El Rincón fueron acondicionadas por Fátima de la Cierva, la tercera esposa del marqués, con vistas a celebrar allí fiestas privadas y bodas, ingresos que ayudaban a conservar una mansión muy cara de mantener. También se rodaron en sus jardines y alrededores, series de éxito como Águila Roja, escenas de La escopeta nacional de Berlanga y más recientemente, Mientras dure la guerra, la película de Alejandro Amenábar.
El Rincón figura como domicilio conyugal de los marqueses de Griñón y allí está censada la viuda de Carlos Falcó. El tiempo que pueda quedarse Esther Doña en el palacio depende de lo que negocie con su propietario. “Si no tienes dinero, El Rincón tiene un mantenimiento costoso”, asegura alguien cercano a la familia. “Pero comprarle a Esther Doña el usufructo, puede ser una buena solución económica para ella”, añade esta fuente.
Esther Doña, modelo ocasional en una agencia andaluza cuando conoció al marqués, se quedó con dos pisos en Las Rozas, un coche de alta gama y alguna joya después de separarse de su segundo marido, un funcionario de Las Cortes, con el que acabó en pleitos económicos.
Durante su primer matrimonio, abrió un modesto centro de estética en el centro de Madrid, que acabó cerrando. Ella procede de una familia modesta, en la que ninguno de ellos posee un patrimonio destacable.
Como desmentido a críticas y rumores que consideraban a la nueva esposa del marqués una mujer interesada en sus títulos y posible fortuna, Esther Doña declaró en una entrevista a Hola: “Firmé un acuerdo prematrimonial en el que queda claro que nuestra relación está basada en el amor y no en temas materiales”.
No serán muchos esos bienes, confirma la gente cercana a los Falcó. Y en todo caso, los primeros beneficiarios serán sus cinco hijos, aunque el marqués podría haber dispuesto que el tercio de libre disposición fuera para su viuda.
Manolo y Sandra Falcó Girod, tienen su vida asegurada. El primero como financiero de éxito, casado además con Amparo Corsini, miembro de una familia con poderío económico y empresarial. Por su parte, Sandra, que trabajaba con su padre en la comercialización del aceite, es la esposa del banquero Jaime Carvajal, hijo del marqués de Isasi, compañero de estudios de Juan Carlos de Borbón, cuando el joven príncipe vino a estudiar a España. Por su parte, Tamara, la hija que nació del matrimonio de Griñón con Isabel Preysler, ha demostrado que sabe salir adelante por su cuenta. Carlos Falcó tenía enorme cariño y admiración por esta hija, con el mismo carácter alegre y emprendedor de su padre.
TAMARA Y SU TÍO, FERNANDO FALCÓ
Tamara siempre ha estado muy unida a su familia paterna. Su hermano mayor Manolo Falcó, con quien pasa parte del verano en Sotogrande, le da consejos sobre cómo administrar su economía, sobre todo después de ganar MasterChef Celebrity y convertirse en un personaje, invitada estelar de fiestas y eventos publicitarios y muy solicitada por las marcas. Y siempre tuvo enorme cariño por su tío Fernando, el único hermano vivo de su padre.
En cambio, Duarte y Aldara, los hijos que tuvo con Fátima de la Cierva, que tienen poco más de 20 años, son los más desprotegidos económicamente. A Duarte le cuesta acabar los distintos estudios que ha empezado hasta ahora y va trabajando en empleos temporales de poca entidad. Aldara, muy inteligente y brillante alumna de la Universidad de ciencias de Viena, todavía depende de la economía familiar.
Consciente de que su marido tenía más nombre que fortuna, Esther Doña intentó hacer rentable su propio personaje, como lo hizo Isabel Preysler en su momento, y lo consiguió con éxito.
A Esther le hubiera gustado que saliera adelante el proyecto de convertir en marca cosmética, con ella como embajadora, los aceites de su marido, pero era un tema costoso que ni siquiera se puso en marcha. En un momento dado, estuvo buscando un representante que canalizara las ofertas que iba recibiendo para asistir a fiestas o promocionar firmas, pero es una persona tímida, que teme las preguntas de la prensa en un photocall y carece de soltura para evadir temas personales complicados.
Los hijos mayores de Carlos Falcó nunca aceptaron a la nueva esposa de su padre y los enfrentamientos cara a cara, que tuvo en El Rincón con los menores, Duarte y Aldara, dañaron la imagen social de la nueva esposa del aristócrata. Esther Doña acabó aceptando que no bastaba con ser marquesa de Griñón para hacerse un nombre propio que asegurara su presente y su futuro.
Pero fue la publicación en LOC del escándalo del matrimonio en el hotel Eurobuilding, en febrero de 2019, lo que hizo dudar a la opinión pública de la felicidad que parecía trasmitir la pareja.
Carlos Falcó pasó una noche en comisaría y ni la jueza que le escuchó al día siguiente, ni ninguna de las personas que le conocían, creyó por un momento que ese caballero cordial, amable y educado, fuera un hombre violento.
IMPOSIBILIDAD DE VENTAEl Palacio del Marqués de Mirabel, en Plasencia, es una de las propiedades más valiosas, desde el punto de vista histórico y cultural de la familia Falcó. El marqués de Griñón es dueño de esta joya arquitectónica del siglo XV, junto con su hermano Fernando, marqués de Cubas y Carla Falcó, actual duquesa de Montellano, hija de su hermano mayor Felipe, fallecido en accidente de automóvil a los 33 años.
La familia abrió al público el palacio declarado Bien de Interés Cultural, en 2011, unas visitas que ayudan al mantenimiento del recinto, pero el valor incalculable de Mirabel y los tesoros artísticos de su interior, serían difíciles o imposibles de vender por sus propietarios.
En 2017, la Junta de Extremadura, prohibió que saliera a subasta una de las obras de arte más importantes del palacio, el busto del emperador Carlos V, atribuido a Pompeo Leoni, que los Falcó ponían a la venta en la casa Durán, con un precio de salida de 400.000 Euros.
Una decisión discutida por los expertos en patrimonio histórico que, sin embargo, los Falcó prefirieron acatar sin más.
A la marquesa viuda, le quedan más recuerdos que fortuna. Con su marido viajó por países que no conocía, descubrió los personajes más interesantes. Fue anfitriona del Rey Juan Carlos en Casa de Vacas. El marqués escribió su libro Oleum, alojado con su esposa durante largas estancias en el hotel La Mamounia de Marrakech, considerado el summum del lujo y la exclusividad. Imposible olvidar esa vida.
LA OTRA CRÓNICA EL MUNDO DOMINGO 28 DE MARZO DE 2020
