tipos de parafilias y perversiones sexuales

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Betty

Re: tipos de parafilias y perversiones sexuales

Mensajepor Betty » Jue 01 Sep, 2011 9:30 pm

prisioneroTM escribió:Amiquesis: Excitación sexual al rascar a la pareja durante el acto sexual.


:up: No estaría nada mal una pareja con Amiquesis que me rasque la espalda.

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uhmmm

Mensajepor uhmmm » Vie 02 Sep, 2011 1:09 am

Betty escribió:
uhmmm escribió:es que me pongo morcillona solo pensarlo


Creía que morcillona se refería a una erección a medio gas pero acabo de leer que te pones morcillona viéndo a un tío con peineta. Cómo lo haces? Tu cuerpo se reblandece o algo así? Te vuelves negra? :roll:


es cuando mi bajo vientre se convierte en una zumería y el chimuelo se pone rondón de ahi al tembleque musculoso, un paso.

joe, ya me estoy poniendo morcillona otra vez :>D:

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petunia
Pequeño saltamontes
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Mensajepor petunia » Vie 02 Sep, 2011 1:14 am

Esto es sodoma y gomera

Estoy hecha un basilisco y ojito que cuando me indigno, además, también me cabreo :dead

Aquí os dejo una foto de Benedicto equis uve palito, reflexionad golfos

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Assia
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Mensajepor Assia » Sab 03 Sep, 2011 9:51 am

Petunia guapa, ya te he comentado (no lo has leido?) que el hombre propone porque juega a los dados. Dios no dispone porque no existe y si existiera,segun Einstein,Dios no juega a los dados.

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invitada

Re: Fantasías sexuales femeninas

Mensajepor invitada » Sab 03 Sep, 2011 4:11 pm

fantasias escribió:Fantasías sexuales femeninas

Fantasías sexuales femeninas según un artículo publicado en una revista inglesa, por lo que no encontraréis fantasías más adecuadas de la mujer española en nuestros días como puede ser hacerle una trenza a Sergio Ramos, echarle Reflex en las piernas a Piqué o afeitar a Iker Casillas (tras encerrar a Sara Carbonero en un armario). Están ordenadas del 10 al 1 y en vuestras manos dejo la valoración sobre lo acertadas o surrealistas que puedan resultar. Al fin y al cabo son eso, fantasías:

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10. Dominar a un hombre

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9. Ser dominada

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8. Rol estudiante-profesor

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7- Hacerlo con un extraño

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6. Un trío (con otra mujer)

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5. Un trío (con dos hombres)

Según la autora del reportaje, la fantasía sexual de este número erótico sólo se sostiene si ambos hombres son perfectamente heterosexuales. El atisbo de cierta bisexualidad entre ambos no entra dentro de los esquemas de esta fantasía.

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4. Voyerismo

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3. Violación

Esta fantasía requiere una explicación, teniendo en cuenta la gravedad del hecho. Según muchos psicólogos esta fantasía obedece al deseo de tener relaciones sexuales fuera de control sin sufrir el sentimiento de culpa que suele aflorar tras ciertos combates sexuales. Disfrutar del sexo desmedido sin posteriores quebraderos de cabeza. Eso sí, al tratarse de una fantasía, el ‘violador’ siempre tiene un polvazo.


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2. Exhibicionismo

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1. Hacer un striptease


elmundo.es/blogs/elmundo/camaredonda
uk.askmen.com


a mi me encantaria hacerlo esposada.en serio,las esposas puestas en las muñecas jejejeje

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jesuso

Re: las axilas

Mensajepor jesuso » Mié 30 Nov, 2011 12:46 pm

daniel escribió:yo tengo exitacion con las axilas como se llamara eso???????????


Yo también tengo excitación por axilas atractivas, había leído antes el nombre pero lo olvidé.

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Mitosbdasm

y yo busco xicas en ser mi esclava!

Mensajepor Mitosbdasm » Dom 19 Ago, 2012 3:57 pm

busco xica sumisa para q haga todo lo q yo deseo!
Temas BDSM
gvanrellr g m a i l com

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Invitado

Mensajepor Invitado » Jue 07 Feb, 2013 2:37 am


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O_O

Mensajepor O_O » Mié 15 May, 2013 3:56 am

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Lo normal es sobrevivir

Marta Peirano

    And how do you know that you’re mad?
    “To begin with,” said the Cat, “a dog’s not mad. You grant that?”
    “I suppose so”, said Alice.
    “Well then,” the Cat went on, “you see a dog growls when it’s angry, and wags it’s tale when it’s pleased. Now I growl when I’m pleased, and wag my tail when I’m angry. Therefore I’m mad”

Hace años un hombre me dijo en una cena que no le interesaba la pornografía porque las cosas que a él le gustaban no salían allí. Como es lógico, antes de llegar los postres empezamos a mirarle mal. Desde la explosión de los 80, cuando el VHS democratizó el consumo y los venerables padres de familia pudieron conocer a Tracy Lords en la sacrosanta intimidad de sus garajes, clubs de caballeros y salas de fumar, la industria había producido géneros para todas las filias, incluyendo el gangbang con anguilas vivas y una combinación tan formidable de edades, razas, parafilias y paraplejias que hasta el Divino Marqués se taparía sus divinos ojos. Las fantasías del tipo —pensábamos nosotros con la mirada turbia— deben de ser criminales. Pero de eso también existe, acabó diciendo alguien. Y, como es lógico, también le miramos mal.

Internet nos cambió la vida a todos, pero a él más. Ya a finales de los 90 había foros dedicados exclusivamente al intercambio de material de su gusto que, a pesar de nuestras oscuras divagaciones, no era criminal sino simpático y hasta abundante en ciertas franjas de la programación familiar en las cadenas nacionales. El tipo, descubrimos aliviados, era un hipnofílico, una variante del fetichismo de dominación que entonces no abundaba en el porno, pero no por eso poco habitual. Y el mismo hombre que de pequeño se iba a la cama cuando empezaban las escenas de hipnosis como hacíamos nosotros cuando caía el primer sujetador, descubrió que no estaba solo en el mundo. Que había muchos, muchos, muchos más.

En los foros, los hipnofílicos (o somnofílicos) intercambian grabaciones de mujeres en estado de hipnosis (la variante inversa es poco corriente), un género que una vez era fruta abundante en los programas de sábado noche. Después de ver unos cuantos vídeos, en su mayoría versiones digitalizadas de grabaciones VHS con la clásica textura de rayas verticales que revela la popularidad de ciertas secuencias con más elocuencia y naturalidad que los subrayados del Kindle, es difícil no pensar que todos están en el ajo.

Para empezar, la inducción hipnótica televisiva suele involucrar a un engominado de ojos intensos y caderas zimbreantes, una exmodelo semidesnuda y la presentadora del programa, cuya función es taparse la boca y abrir mucho los ojos para indicar que la invitada es una fresca y que ni ella ni las espectadoras se dejaría hacer en público las cosas que le ha encargado hacer al grasiento prestidigitador. Pero es que después de unos malabares con baraja y alusiones de baja estofa a las perolas de la invitada, el mago siempre le dice: “¡tranquila! No te puedo obligar a hacer nada que tu no quieras hacer”. Que en realidad es el “quiere que se lo meta dentro” del género, porque lo que realmente nos dice es que la invitada quiere gatear por el escenario enseñando la tira del tanga, ingerir vegetales de gran tamaño como quien toma el té de las cinco y sentarse en las rodillas de los otros invitados mientras la segunda cámara nos muestra la agonía del marido. Lo que nos dice es que la chica quiere pero no se atreve y que el mago no la está puteando, está revelando su verdadero yo.

A esta gente, decíamos, la Red les cambió la vida más. Son los grandes triunfadores de la Long Tail, descartes de la sociedad que han encontrado validación, apoyo y hasta marido en los foros exclusivos de parafilias tan bizarras que no podemos imaginar. El mundo es un poco más libre, diría alguno, cuando lo puedes compartir. Como los pies, los nudos japoneses, lo de la hipnosis es una filia simpática. Pero ¿qué me dicen de aquellos individuos en perfecto estado de salud con una vida aparentemente normal, cuya única obsesión es amputarse un brazo, una pierna, una mano o todo lo anterior? Como el amante de las modelos mesmerizadas, todos los apotemnofílicos pensaban que lo suyo era único hasta que teclearon la palabra Amputee en un buscador. Ellos también cabalgan a lomos de la Long Tail.

Los foros de apotemnofília son idénticos a los de hipnofilia, salvo que donde aquellos intercambian consejos sobre cómo hipnotizar a la pareja con un péndulo del mercadillo o puntúan a los hipnotizadores locales, estos se pasan fórmulas para gangrenarse una pierna con hielo seco, perder un brazo en la vía del tren o el teléfono de clínicas clandestinas en Mexico, Moscú o Nigeria, donde por 5000 dólares puedes pedir amputaciones a la carta y volver para contarlo (o no). La comunidad incluye acrotomofílicos, cuyo fetiche son los amputados y se hacen llamar “devotos”. Curiosamente (según un raro estudio de 2007) aparte de lo suyo por la falta de extremidades, los devotos suelen preferir que sean las piernas y “se adhieren a los estándares comunes de belleza para todo lo demás”. En todos los pueblos hay feos.

Aunque catalogada como filia —un sufijo que indica una desviación de tipo sexual— los especialistas no saben muy bien si se trata de un desorden en la percepción del propio cuerpo como la anorexia, donde los pacientes perciben un exceso de peso donde solo hay piel y huesos; o de identidad, como las personas que aseguran haber nacido en un cuerpo del sexo equivocado. Como otras extravagancias de la mente humana, es extremadamente difícil decidir si es física o mental, el resultado de una malformación neurológica o de un trauma sin resolver. Y eso sin adentrarse en el laberinto ético de sus posibles tratamientos.

Los aspirantes a amputados —en los foros, aspirantes— sienten que les sobra algo y sufren la deformidad con el mismo horror monomaníaco del que nace con extremidades de sobra, rasgos que crecen fuera de lugar o en números inadecuados. Es una obsesión, pero no una adicción; a diferencia de los adictos a la cirugía plástica o los que se achicharran en las cabinas de bronceado, los apotemnofílicos tienen un objetivo específico —quieren cortarse las piernas exactamente siete centímetros por encima de la rodilla, o el brazo 15 centímetros por debajo del codo— y, una vez lo consiguen, quedan felices y tranquilos, su patología erradicada. Por suerte o por desgracia, la medicina se niega a practicar esas amputaciones. Simpatizamos con el niño de tres piernas que se somete a cirugía, pero no toleramos que lo haga un adulto que tiene dos, aunque sufra por ello.

La solución es jodida. En el juramento hipocrático, el médico se compromete a establecer “el régimen de los enfermos de la manera que les sea más provechosa según mis facultades y a mi entender, evitando todo mal y toda injusticia” pero, como en todos los contratos morales, en la virtud está la trampa. Muchos apotemnofílicos mueren en la mesa de carniceros sin escrúpulos, o víctimas de su propia ineficacia practicando una autoamputación que a menudo se registra como accidente o suicidio. Para aquellos, el médico faltó a su juramento, negándose a proporcionar el remedio a una enfermedad que resultó ser mortal. Como sociedad, hemos normalizado la cirugía estética innecesaria, aceptamos la modificación del cuerpo como proyecto artístico y empezamos a entender que el cambio de sexo podría ser necesario para llevar una vida normal. ¿Por qué aceptar la amputación electiva?

La respuesta está en la pregunta misma: porque lo normal es asimilar. La biblia de los aspirantes a amputados es Geek Love, una novela donde la matriarca de la familia Binewski se “trata” con anfetaminas, fumigadores e isotopos radioactivos durante sus embarazos para producir hijos “excepcionales” con los que rellenar su troupe circense. El primogénito, Arturo, nace con aletas en lugar de extremidades y, después de triunfar en el negocio familiar como Aquaboy, acaba fundando una secta donde sus sermones y sus aletas acaban proporcionándole una ola de admiradores, que llegan de todas partes y renquean detrás de su caravana esperando su turno para una “amputación artúrica”. Nadie se salva del machete, incluyendo un pobre caballo al que Arturo rebana a la altura de las rodillas. En uno de los momentos más citados en los foros apotemnofílicos, Arturo le dice a una gorda acomplejada y llorosa:

    ¿Crees que yo sería más feliz si tuviera brazos y piernas y pelo como todo el mundo? ¡NO! ¡Porque entonces estaría preocupado de que alguien me quisiera! ¡Tendría que mirar fuera de mí mismo para saber qué pensar de mí mismo!
A todas luces, Geek Love es una sátira. Su autora, Katherine Dunn, debe de estar tan perpleja como los Nikis cuando los fachas empezaron a cantar El imperio contraataca.

Hace unos días lo comenté en la cena y, como es lógico, antes de llegar los postres empezaron a mirarme mal. Pero después de ver la televisión en España durante los últimos 28 días, querer cortarse una pierna ya no me parece tan raro. Salgan del país y vuelvan dentro de tres años, a ver qué les parece. Todo lo que hacemos juntos es absurdo. Lo normal es asimilar.

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Invitado

Mensajepor Invitado » Sab 29 Jun, 2013 10:27 pm


Detenido por mantener sexo con bicicletas en la calle

Antes de eyacular encima del sillín, pinchaba las ruedas traseras y se masturbaba mientras se desinflaban


Un hombre de 35 años ha sido detenido en Osterlund (Suecia) por masturbarse encima de bicicletas que veía en la calle.

Según informa que.es, el detenido pinchaba la rueda trasera de las bicis que iba encontrando y, mientras ésta se desinflaba, se masturbaba sentado en el sillín. Incluso fue capturado por la cámara de una de las casas. Antes de ser arrestado el hombre pinchó las ruedas de 20 bicicletas y eyaculó sobre sus asientos.

Peter Edstrom, uno de los tantos dueños afectados, declaró según The Sun que no le tiene miedo y solo quiere que pare de hacerlo porque él tuvo que gastar dinero en arreglar su vehículo: "Este hombre es probablemente inofensivo y las bicicletas solo son lo suyo".



A la cárcel por tener sexo con un sofá

Un hombre de 47 años fue detenido por un agente mientras «se complacía» con los cojines en plena calle


Cinco meses de prisión por tratar de mantener relaciones sexuales con su sofá. Es la condena que le han impuesto a Gerard Streator, un hombre de 47 años de Wisconsin que fue detenido el año pasado y acusado de escándalo público. Esta semana, Streator ha conocido su sentencia, tal y como informa The Huffington Post. Además, el juez le prohíbe tener cualquier tipo de material pornográfico.

Los hechos sucedieron en septiembre de 2012 cuando un agente de policía fuera de servicio le sorprendió cuando practicando sexo con un sofá en plena calle. "Estaba empujando su área pélvica contra los cojines y tratando de complacerse sexualmente con el roce de su pene", según figura en su declaración.

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MOLI

PREGUNTA

Mensajepor MOLI » Sab 28 Mar, 2015 5:24 am

alguien podria decirme que es el dirty harry?




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