EL FRAUDE DEL PER

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EL FRAUDE DEL PER

Mensaje por Invitado » Vie 12 May, 2023 9:25 pm



El boicot a un mitin de Vox en Marinaleda acaba con un herido entre insultos y agresiones

Vox había convocado un mitin ante el Ayuntamiento de la localidad con el eurodiputado Jorge Buxadé

Una persona ha resultado herida leve durante un acto electoral de Vox en Marinaleda (Sevilla), feudo del histórico líder jornalero Juan Manuel Sánchez Gordillo, en el que se han enfrentado unos 20 vecinos de la localidad con un número similar de militantes y simpatizantes del partido de Santiago Abascal.

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Mensaje por Invitado » Jue 16 Mar, 2023 8:41 pm

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Mensaje por Invitado » Lun 23 Ago, 2021 1:39 pm

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Sánchez Gordillo despide a una empleada por coger vacaciones: «Nos dijo que eso es cosa de burgueses»

El alcalde ‘proletario’ de Marinaleda echa a una auxiliar de ayuda a domicilio por ejercer este derecho laboral


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En el «oasis comunista» de Marinaleda –como lo definió el periódico The New York Times– no hay vacaciones. No lo permite Juan Manuel Sánchez Gordillo, alcalde y ‘patrón’ de este municipio sevillano de 2.592 habitantes que gobierna con mano de hierro desde hace 42 años. En la «utopía hacia la paz», el lema que figura en el escudo municipal, las vacaciones son también una quimera. El dirigente proletario ha despedido a una auxiliar de ayuda a domicilio contratada por el Ayuntamiento por irse de vacaciones, después de 23 años trabajando sin poder ejercer este derecho.

«A mí me han despedido por cogerme vacaciones y por afiliarme al sindicato CGT. Me han castigado, me han cortado la cabeza para

que el resto de mis compañeras y la gente del pueblo sepa que no puedes hacer lo que quieras, que eso es lo que hay», se lamenta la empleada destituida. Concepción Gómez Rodríguez, como se llama esta auxiliar de asistencia a domicilio, ha presentado una demanda ante el Juzgado de lo Social de Sevilla contra el Consistorio para que declare nulo su despido, que considera una represalia.

La reivindicación de vacaciones viene de mucho tiempo atrás. Hace once años, la plantilla se reunió con el alcalde para intentar llegar a un acuerdo que les permitiera disfrutar de 30 días de descanso, como cualquier trabajador. Pero Sánchez Gordillo se puso hecho una furia en aquel tenso encuentro. «Nos dijo que en nuestro pueblo no hay cultura de vacaciones. Eso es cosa de burgueses. Que bajo ningún concepto él iba a pagarle a nadie un sueldo sin trabajar», relata a ABC la afectada.

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Mensaje por Invitado » Dom 27 Sep, 2020 10:10 am

Tienen lo que se merecen. Después de cuarenta años continúan siendo unos parias.
Progreso cero.

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Mensaje por Invitado » Dom 27 Sep, 2020 3:11 am

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El reino del comunista Gordillo se desmorona: la rebelión en Marinaleda tras 41 años de alcalde

El delicado estado de salud de salud ha propiciado que vecinos disidentes se atrevan a alzar la voz contra él, desafiando a los seguidores más radicales de Gordillo


En el Ayuntamiento de Marinaleda (Sevilla) han instalado una mampara transparente anti-covid sobre la mesa de su alcalde desde 1979, Juan Manuel Sánchez Gordillo. Pero la barrera sirve de poco, porque hace meses que el histórico líder jornalero y referente de la izquierda radical en España no sale de su casa ni pisa su despacho. Afectado por el ictus que sufrió en 2018, que le limita el habla y la movilidad, Sánchez Gordillo, de 71 años, está ausente.

Y esa ausencia (reflejada en el vacío de su mesa, presidida por la escultura de dos puños en ademán de romper sus cadenas ante la que posaba en las entrevistas) está acelerando el ocaso del poder casi unánime que ha tenido durante más de cuarenta años en este microcosmos de 2.600 habitantes que es su feudo en la Sierra Sur de Sevilla.

Su estrella roja declina mientras crece la división de su familia política en el pueblo. La oposición, nacida como disidencia interna, da cada día pequeños pasos que debilitan su “régimen” y acercan el fin de su hegemonía.

Y, aunque aún sean sólo unos pocos, cada vez hay más particulares (en especial, mujeres) que se atreven a dar la cara y a que los más extremistas entre los seguidores del alcalde los señalen como traidores.

Sánchez Gordillo, pese a su infarto cerebral, se presentó a las elecciones municipales de 2019 como cabeza de cartel por Adelante Andalucía, alianza electoral de Podemos y de Izquierda Unida (IU), donde se integra su partido, la Candidatura Unitaria de Trabajadores, CUT.

Retuvo la Alcaldía por apenas 44 votos de diferencia, con 891 sufragios frente a los 847 de la nueva lista opositora de Avanza Marinaleda, agrupación independiente salida en gran parte de sus propias filas.

Sus apoyos cayeron del 72,54% de las elecciones de 2015 al 48,53% cuatro años después. El pleno municipal de Marinaleda es de izquierdas cien por cien y se reparte entre los seis concejales de Sánchez Gordillo y de su teniente de alcalde y regidor de hecho, Sergio Gómez, y los 5 de Avanza. En 2019, el PSOE obtuvo 63 votos y el PP, 27.


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Sánchez Gordillo es alcalde de Marinaleda desde 1979


Sánchez Gordillo, que empezó como maestro del colegio local y ha sido también parlamentario andaluz por IU de 1994 a 2000 y de 2008 a 2014 (tuvo que renunciar al escaño por incompatibilidad), ha ganado siempre en las urnas con limpia legitimidad democrática, pero sus mayorías absolutas de antaño han dejado de ser aplastantes, y eso se nota en el día a día.

Por ejemplo, septiembre ha arrancado con dos episodios que han llamado la atención de los medios de comunicación nacionales y han revelado la tensión social que vive el municipio, con una división política que se traslada al interior de muchas familias, dicen los consultados por EL ESPAÑOL.

Margarita Pradas, antigua devota del alcalde, se encerró aquí con su marido y su hija durante seis días, en el vestíbulo del Ayuntamiento, frente al despacho vacío, para reclamar la apertura de la bolsa de trabajo de ayuda a domicilio, cerrada desde 2016, de la que su hija, según denuncia, fue apartada irregularmente tras una baja médica.

La familia ejercía así una medida de presión y lucha laboral, el encierro, que Sánchez Gordillo y sus compañeros y compañeras en las filas del Sindicato de Obreros del Campo (el SOC, luego Sindicato Andaluz de Trabajadores, SAT) han practicado durante décadas, tanto al final de la dictadura y en la Transición como en democracia, en nombre de la justicia, progreso y libertad de un campo andaluz hundido en la represión y la pobreza.

La Guardia Civil de entonces los detenía y desalojaba a porrazos; ahora, paradójicamente, el gobierno local de Sánchez Gordillo es el que ha denunciado por la vía penal a los encerrados y ha llamado a la Guardia Civil para desalojarlos del consistorio.

Días después, a este pequeño pero representativo conflicto laboral (que en cualquier otro municipio no tendría apenas repercusión) se ha sumado otro también elocuente, cuando seis de las 11 trabajadoras municipales de la plantilla de ayuda a domicilio –que han cometido la osadía de afiliarse a otro sindicato, el anarquista CGT– han iniciado una campaña de protestas públicas, concentrándose ante el Ayuntamiento y haciendo huelga cada miércoles en demanda de mejoras laborales.


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La concejal Cristina Martín, portavoz de Avanza Marinaleda, única oposición.


Este miércoles las trabajadoras volvieron a manifestarse, con el apoyo de la portavoz municipal de la oposición, la cabeza de lista de Avanza Marinaleda, Cristina Martín, una profesora particular de inglés de 43 años.

Martín es hija de una familia que ha participado siempre en las luchas jornaleras lideradas por Sánchez Gordillo, como las marchas a Sevilla con las que consiguieron que la Junta de Andalucía cediera al pueblo la finca El Humoso para instalar allí la cooperativa agraria que sigue dando trabajo a centenares de vecinos.

El día después de la protesta, la portavoz de Avanza describe el hostigamiento que recibieron de los partidarios más acérrimos del alcalde. “Se acercaban pequeños grupos para increparnos e insultarnos. Es muy característico señalar. Cuando no se está de acuerdo, te califican directamente de facha. Pero facha es señalar, facha es que las trabajadoras no tengan condiciones dignas, facha es no permitir la libertad de expresión. ¡Estamos en el siglo XXI, en una democracia, y aquí aún no hay libertad de expresión!”, exclama la concejala opositora.

Añade que a las trabajadoras de las protestas las están sancionando “por defender sus derechos”, y expone como prueba máxima de la parálisis y la falta de transparencia del equipo del alcalde el hecho de que no se haya celebrado ningún pleno ordinario desde el 31 de diciembre, pese a que la ley obliga a realizar al menos uno cada tres meses.

El último pleno, pero extraordinario, fue el 13 de marzo, convocado de urgencia para no perder una subvención. Desde entonces no ha visto a Sánchez Gordillo, al que tiende la mano: “Queremos sentarnos y hablar”.


Nadie habla

En el Ayuntamiento no está el alcalde, pero tampoco su brazo derecho, Sergio Gómez (que trabaja fuera de Marinaleda), ni ningún miembro del equipo de gobierno. No hay con quien hablar en persona. Es que “no cobran por sus cargos” y vienen sólo algunos días, justifica una funcionaria al preguntarle por la ausencia de responsables políticos.

La pared frente al mostrador de información está decorada con una galería monotemática de retratos del caudillo guerrillero de la revolución cubana Ernesto Che Guevara, el santo particular de Sánchez Gordillo, que bautizó con su nombre el polideportivo y una calle.

El callejero de Marinaleda es un mapa o prontuario de sus maestros ideológicos y culturales, desde el papa Juan XXIII a Salvador Allende, pasando por Boabdil –el rey del mitificado Al Ándalus que inspira el nacionalismo andaluz de su CUT– o Hugo Chávez, patrón del socialismo bolivariano en Venezuela.


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La finca El Humoso fue cedida por la Junta de Andalucía a la Marinaleda de Sánchez Gordillo para usarla como cooperativa de los jornaleros.


Juan Manuel Sánchez Gordillo vive a pocos metros del Ayuntamiento, en una de las casas adosadas municipales de la Barriada Pepe El Gallo, a 15 euros el mes de alquiler, construidas con el trabajo personal de los vecinos, que se han convertido en una de sus medidas más populares y difundidas.

La iniciativa le ha merecido hasta un reportaje en el New York Times, como ejemplo de economía comunitaria que rescata la vivienda de la especulación del capitalismo salvaje. En un balcón con la persiana cerrada cuelga una bandera blanquiverde de Andalucía con la estrella roja comunista en medio (en lugar del escudo oficial) que caracteriza a la de su partido. La bandera está un poco rota y el agujero parte la estrella por el centro.

Una mujer vuelve a casa con su niño del cole. Es la compañera del alcalde, Carmen, una antigua trabajadora de la extinta Radio Marinaleda (el político es padre de otros dos hijos con su primera esposa). El periodista le pide poder hablar con el regidor, recluido dentro, y ella contesta amablemente que no es posible.

Al mediático Sánchez Gordillo se le recuerda como un gran agitador de multitudes en mítines, cortes de carretera (incluso el aeropuerto de Sevilla una vez) y ocupaciones de fincas de terratenientes y del ejército (el Tribunal Supremo lo salvó de la condena previa de siete meses de cárcel por la ocupación de la finca militar Las Turquillas de 2012).

También se le reconoce como un dirigente que sabe ser dialogante y noble en el trato personal, y más aún cuando se enfrenta a supuestos antagonistas de la clase obrera y jornalera, como con los señoritos Mario Conde o Cateyano Martínez de Irujo, de la Casa de Alba; a este último lo trajo como invitado al pueblo para que viera la cooperativa y el Ayuntamiento, después de haberle ocupado su finca de Carmona.

Pero el locuaz líder de Marinaleda se ha refugiado ahora en el silencio. Como cuando sufrió una grave depresión en 2013, uno de los peores trances de su vida junto al caso de una antigua limpiadora municipal detenida por robar cheques del Ayuntamiento que lo acusó en falso de acoso sexual en 2002. Las secuelas en el habla por el infarto cerebral de 2018 hace más difícil entenderlo, dicen quienes lo han escuchado en sus últimas intervenciones en los plenos o en asambleas del sindicato.

Aunque el antiguo maestro y también poeta no pueda o no quiera hablar, no falta quien lo defienda. A la salida de la guardería infantil municipal, una madre jornalera que viene a recoger a su niño, y que no quiere, como la mayoría, identificarse, descalifica a quienes “quieren machacar a Sánchez Gordillo y van a ir a por él” con la ayuda de “los medios de comunicación”, que a su juicio exageran las denuncias.


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Retratos del Che Guevara, el gran referente de Sánchez Gordillo, cubren el vestíbulo del Ayuntamiento

"Trabaja el que quiere"

“Votaré por él mientras viva. Somos humanos, y ha hecho cosas malas, buenas y regulares como todo el mundo, pero yo siempre le voy a agradecer sus luchas por este pueblo. Tenemos las casitas (aunque la mía no es del Ayuntamiento sino comprada), el instituto, El Humoso...”

¿Es cierto que a los disidentes no les daban trabajo en la cooperativa controlada por el sindicato y el alcalde? “Quien diga eso, miente. Todo el que quiere trabajar en El Humoso, trabaja, no importan las ideas que tenga”, responde.

Cuenta que tiene 35 años, es jornalera desde los 16 y estos días en la finca de la cooperativa trabajan recogiendo pimientos, quitando yerbajos de las alcachofas y sembrando brócolis, a unos 47,50 euros limpios el jornal, unos céntimos por encima del convenio del campo para la provincia de Sevilla.

Otro joven jornalero, que hoy descansa porque se reparten el trabajo en turnos, defiende también, sentado en la terraza de la Casa del Pueblo del sindicato, bajo el letrero de herrería 'Otro mundo es posible', que no hay discriminación ideológica en la cooperativa: “Tengo compañeros de Avanza y trabajamos juntos”. Admite que “hay tensión” y una fuerte división política en el pueblo, pero matiza que no ha llegado a extremos graves y cree que los medios de comunicación han magnificado el conflicto.

Cerca de las tres de la tarde, Leo Blanco, de 53 años, hace un alto en su trabajo de hoy arrancando yerbas secas en el parque municipal. Estaba parado hasta que lo han llamado del Servicio Andaluz de Empleo de Estepa, cabecera de la comarca, para darle quince días de trabajo.

Es significativo este cambio: antes, en los tiempos de apogeo de Sánchez Gordillo, los parados acudían a asambleas para que el Ayuntamiento repartiera las peonadas públicas disponibles. Ahora, de la adjudicación se encarga asépticamente la administración laboral de la Junta de Andalucía, por teléfono y desde fuera, lo que reduce también el contacto entre vecinos y alcalde y la posibilidad, real o imaginada, de la dependencia clientelar entre unos y otro.

Tampoco se hacen ya, debido a la pandemia, las asambleas en el salón de la Casa del Pueblo del sindicato adonde había que ir para apuntarse en las listas para trabajar en la finca El Humoso. Ahora las contrataciones se hacen a distancia, y puede que se mantenga el sistema, lo que rebaja la comunión entre trabajo y actividad política.

Cuenta Blanco que también se han dejado de hacer, desde antes de la pandemia, los míticos “domingos rojos” de antaño, cuando Sánchez Gordillo convocaba a la población a participar en trabajos comunitarios.

Él los añora y dice que deberían recuperarse, “aunque ya no se llamen ‘domingos rojos’”, porque “lo más bonito es el trabajo voluntario y trabajar juntos para que el pueblo esté bonito”.


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Clientes en el bar de la Casa del Pueblo del sindicato jornalero


El veterano jornalero no extiende un cheque en blanco al líder y dice que “ha cometido errores”, como, a su juicio, haber apostado más por ser parlamentario andaluz en detrimento de la Alcaldía. Observa además que el pueblo, sin el alcalde al frente por motivos de salud, ha entrado en decadencia. Pero lo defiende y confiesa que lo votó en 2019 porque, a pesar de todo, “lo bueno que ha hecho es muchísimo más”.

Leo Blanco representa a esos votantes de Sánchez Gordillo que no lo abandonan, por fidelidad y respeto a su legado, pero que tampoco quieren entrar en el juego de los seguidores radicales de atacar a los que piden un cambio político a fondo en Marinaleda.

Afirma que esos fanáticos son una minoría. “El que ha querido ir a trabajar al Humoso, ha ido, y no se han metido con ellos [por no ser de la cuerda del líder]. Siempre hay tres o cuatro que los miran así de arriba abajo, ‘mira, ha venío…’, pero son los menos”.

Una participante de la oposición, que como la mayoría de los preguntados pide permanecer en el anonimato, lamenta que en el pueblo, después de tantos años de movilización, “está todo politizado” en el mal sentido.

“Hay fanatismo entre los seguidores de Sánchez Gordillo. Es todo ‘o estás conmigo o contra mí’. Me gustaría que viviéramos como en El Rubio, a tres kilómetros [gobernado por el PSOE], donde los políticos de los diferentes grupos hablan con normalidad. Aquí la mujer que te ha insultado en la protesta es tu vecina que viene al cumpleaños de tu hijo con un pastel. Se transforma. Es una situación muy desagradable”.


"Miedo a que pase algo"

No ha llegado la sangre al río y lo peor de momento es que le han rayado el coche a la trabajadora que protagonizó el encierro en el Ayuntamiento. Pero esta vecina refugiada en el anonimato asegura que tiene “miedo de que pase algo” más grave. En El Coronil, otro antiguo bastión del sindicato de Sánchez Gordillo, gobernado entonces por su compañero Diego Cañamero, a un concejal disidente lo atacaron hace una década tronchando ramas de sus olivos.

La portavoz de la oposición en Marinaleda posa en su casa sin quitarse la mascarilla. No por seguridad ante el coronavirus, sino para ocultarse su cara un poco y no exponerla demasiado, lo que ya es un indicativo del miedo que, dice ella, sigue aún coartando la libre expresión por temor a ser atacada verbalmente en las redes sociales o en la calle.

En los muros exteriores de la piscina municipal, cerrada este año por la covid, van perdiendo color los murales pintados años atrás por colectivos de izquierda o extrema izquierda, revolucionarios, nacionalistas o antifascistas de Cataluña, País Vasco, el barrio madrileño de Vallecas, Francia o Berlín, que visitaron Marinaleda para hermanarse con la “Utopía hacia la paz” (como dice el lema municipal) de Sánchez Gordillo y sus compañeros.

Otro, desconchado, clama “Por la reforma agraria”; uno más defiende “soberanía y socialismo” con una bandera andaluza con una estrella roja. Un tercero incluye el símbolo del mapa de Euskadi y las flechas que aluden implícitamente al acercamiento de los presos de ETA, lo que recuerda la buena relación del alcalde con la izquierda abertzale.

Salimos de la original Marinaleda y en el pueblo de al lado, El Rubio, a tres kilómetros, ya impera otro mundo, el habitual: el PSOE gobierna con mayoría absoluta, la única oposición es el PP y el partido de Sánchez Gordillo no tiene ni un edil.

Los equipamientos públicos son similares o mejores (aquí también tienen instituto, piscina, campo de fútbol) pero no hay consignas en las calles, ni utópicas ni de ningún tipo. La impronta del Mesías Rojo, como lo definió el periodista Carlos Mármol en su biografía, desaparece fuera de las fronteras municipales de Marinaleda.

Seguimos unos kilómetros hacia la finca El Humoso, donde funciona la cooperativa agrícola que es el mascarón de proa económico del longevo regidor. El Humoso está vacío por la tarde, después de que unos 200 hombres y mujeres, según calcula el vigilante, hayan terminado la jornada agrícola.


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Mural político en Marinaleda


En el muro encalado luce en letras rojas el eslogan: “Este cortijo es para los jornaleros en paro de Marinaleda”. A su lado, el retrato de una pareja campesina, enmarcada por las palabras “Tierra-Utopía”, se ha desdibujado. Mañana, piensen lo que piensen, los jornaleros de carne y hueso volverán todos al tajo para seguir recogiendo pimientos o escardando malas yerbas en los campos de alcachofas, codo con codo.

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Mensaje por Invitado » Dom 17 Nov, 2019 3:46 am

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La profecía del comunista Gordillo tras el ictus: “Iglesias se someterá, Podemos desaparecerá”

El alcalde de Marinaleda critica el pacto con Pedro Sánchez. "Iglesias quiere demasiado poder" y puja por el indulto a los presos separatistas.


Anda Sánchez Gordillo rebelado desde hace días por dos asuntos. El primero: el único médico de Marinaleda se jubila y el pueblo sevillano del que es alcalde desde hace décadas se queda sin nadie que pase consulta. La situación hace que, por tercer día consecutivo, los vecinos de este municipio de agricultores y jornaleros se citen en el Ayuntamiento para celebrar una asamblea como protesta. Después de dos horas y con el salón de plenos atestado de personas de todas las edades, Sánchez Gordillo se sitúa frente a todos y explica enérgicamente los pasos que se están dando para remediar la situación.

El alcalde es vehemente, como de costumbre, y a pesar del ictus que sufrió hace escasos meses y que le ha dejado visibles mermas físicas. Desde su púlpito, con tono mesiánico, lanza ataques contra el sistema, el capitalismo, la prensa y una retahíla de enemigos del pueblo. Al acabar su homilía, todos salen del ayuntamiento dándose la paz y citándose para la próxima jornada de protesta. Porque el nuevo médico vendrá, “aunque lo tenga que traer yo por las barbas”, promete Sánchez Gordillo. Todos aplauden.

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Los vecinos de Marinaleda escuchando atentamente a su alcalde durante una asamblea.

El segundo asunto que le perturba tiene lugar más allá de las fronteras de Marinaleda: el pacto entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, rubricado por ambos líderes con un abrazo. “El acuerdo no fue posible tras las anteriores elecciones, aunque estuvimos cerca de lograrlo. Somos conscientes de la decepción”, admitía el líder del PSOE. Aunque para decepción, la de Sánchez Gordillo: “Quien abraza a un oso acaba muerto”.

EL ESPAÑOL entrevista a Juan Manuel Sánchez Gordillo en una conversación marcada por el deterioro físico del líder comunista. A petición de este periódico, aunque sin esforzarse, esboza las líneas maestras del programa de Gobierno que debería seguir el vicepresidente Iglesias. O, al menos, las deseables para el alcalde de Marinaleda por la CUT, Candidatura Unitaria de Trabajadores, partido que integra la coalición de Unidos Podemos en Andalucía.

—Es la segunda vez que le escucho lo del abrazo del oso. La primera fue tras el pacto de Diego Valderas, de Izquierda Unida, y José Antonio Griñán, del PSOE, para formar gobierno en la Junta. Y acertó.

—Se cumplió y se volverá a cumplir. El PSOE seguirá y Unidas Podemos morirá. El PSOE es un partido del sistema, pro capitalismo, pro orden establecido, pro Bruselas, pro lo que digan los bancos. Es un partido del capitalismo, del fascismo reinante, que no es Podemos ni Vox ni Le Pen; el fascismo dominante es Macron y Sánchez, y eso es lo peligroso.


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Sánchez Gordillo frente a un retrato del Che que ocupa toda la fachada del pabellón deportivo municipal.

Culpa Sánchez Gordillo al líder de lo socialistas de agitar el avispero de la ultraderecha española, “dormida en el PP y Ciudadanos”, pero resucitada por —a su juicio— los dos temas que han marcado la última campaña electoral: Cataluña y Franco. También culpa a Iglesias de haber olvidado el discurso de la izquierda y de aliarse con el PSOE bajo el argumento de prometer formar el gobierno más progresista desde la II República Española.

Galapagar, la casa que simboliza la traición

—Eso dijo Sánchez.

—Sánchez ha dicho tantas cosas que uno ya no sabe qué creerse.

—¿Y cree que un Iglesias vicepresidente podrá cambiar las cosas?

—No creo que cambie nada. No veo a Pablo Iglesias saliéndose de la Moncloa, quiere demasiado el poder.

—¿Hasta el punto de traicionarse a sí mismo?

—Ya se ha traicionado. La casa de Galapagar es un síntoma, ya no puede hablar de lucha social. ¿Cuándo un obrero va a tener ese nivel de vida? Él no debería tener algo que no tengan sus iguales. ¡Piscina y dos mil metros cuadrados! Eso le ha hecho mucho daño porque se le ha caído el discurso. Hay que vivir como se piensa y pensar lo mismo que se dice. Él vive como los ricos, pero habla de los pobres. Lo siento mucho, pero es lo que pienso de Pablo Iglesias.

Juan Manuel Sánchez Gordillo vive en una casa igual que la del resto de vecinos de Marinaleda, el pueblo en el que se fomenta la autoconstrucción de vivienda. Suelo y materiales son gratis, la mano de obra la pone el inquilino, que paga 15 euros al mes. Esa es la fórmula que sustenta la “utopía” que el alcalde consiguió inocular en sus vecinos. En la actualidad, 50 familias se construyen sus propias casas. Todas semejantes: un gran patio trasero, cocina, salón, cuarto de baño y dormitorios en la planta baja y una segunda altura con otros tantos dormitorios. No hay lujos.

En su casa, Sánchez Gordillo explica a los reporteros que solo se hizo la suya cuando el resto de vecinos ya se habían hecho el resto. Antes vivía en la casa del antiguo maestro, “la más mala del pueblo”, oficio que ejerció durante algunos años el ahora político, hijo de un albañil. Allí vive con su mujer, Carmen, y sus tres hijos: Libertad, Mizraim —tierra, en egipcio— y Said —felicidad—, el pequeño de ocho años.


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Sánchez Gordillo en la cocina de su casa de Marinaleda, Sevilla.

“Para hablar de la gente hay que vivir como la gente, porque si ya no eres la gente, acabas olvidándola y convirtiéndote en un vividor de la gente”, argumenta Sánchez Gordillo, alcalde desde el 6 de mayo de 1979 y, durante otros tantos años, también diputado del Parlamento de Andalucía. “Siempre he vivido como mis vecinos, y nunca he cambiado de casa”, advierte. “Pablo Iglesias se ha equivocado”, sentencia. “Lo siento, pero lo tengo que decir, porque Jesucristo dijo que “la verdad os hará libres” y el Che Guevara que “con la verdad se llega a todas partes”.

—Precisamente, Unidas Podemos quiere hacerse con las competencias de vivienda

—La vivienda tiene que ser pública, inembargable e inheredable, solo a los hijos. No se puede vender ni negociar con ella. Hay que prohibir la especulación. La vivienda es un Derecho, artículo 47 de la Constitución, no es una mercancía que se compre, se venda o se alquile. No podemos especular con mi derecho a vivir en paz, a sufrir o expresar mi dolor en un hogar.

—¿Qué parte de este discurso se materializará en la gestión de Pablo Iglesias?

—Tendría que enfrentarse a dos poderes básicos del capitalismo: los bancos y las grandes constructoras. Y no, no espero que Pablo vaya a afrontar esa guerra. Pedro Sánchez no se lo va a consentir.

—Si Sánchez Gordillo fuese ministro de Vivienda, ¿qué haría en materia de vivienda?

—El suelo para la primera vivienda es público e inespeculable. Fomentar las viviendas de autopromoción. Hay que hacer muchas viviendas de alquiler social, solo el 3% de las viviendas son públicas, el resto son privadas. Eso bajaría el precio del alquiler.


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Un retrato de un joven Sánchez Gordillo en una estantería de su casa.


La entrevista sigue en la alcaldía, presidida desde siempre por una bandera republicana y un retrato del Che Guevara. Sobre su mesa, dos puños de mármol se liberan de unas cadenas rotas. A apenas un metro, su hijo Said hace los deberes del colegio. Él viste con su ya típico shemagh, un pañuelo típico palestino, que le regalaron en una de sus visitas a Gaza y Cisjordania. Hay días que usa chándal, verde oliva y con el escudo de Marinaleda. Con él recuerda al Fidel Castro de sus últimas apariciones: la barba larga y cana, arrugas, prominentes ojeras y la cara huesuda y fina.


40 años de alcalde y un ictus

Sánchez Gordillo habla con torpeza como consecuencia del ictus, pero es apasionado como de costumbre. Con su mano izquierda sostiene su temblorosa derecha. Solo la suelta cuando subraya con gestos su discurso. “Estoy cascado”, explica con una sonrisa amable a los reporteros. “He cambiado mucho físicamente”, explica a sus 67 años. “Veo que acaba mi vida y me doy cuenta de que he perdido mucho tiempo, que se acaba y que después ya no hay otra vida. Que no hay cielo ni infierno, que de haberlos están aquí, la lucha está aquí y hay que decidir si se es un luchador por la paz o por la guerra —confiesa Juan Manuel—; y creo que he sido de los primeros”.

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—¿Debería mirar más Iglesias a Marinaleda para copiar su fórmula, ahora que llega Podemos al poder?

—Rápido, si no se lo cargan antes. [Ríe].

—¿Ha cambiado mucho su pueblo desde que es alcalde?

—Sí, mucho. Hoy tenemos el pueblo con menos desempleo de toda España, entre un cuatro y un cinco por ciento, y porque hay gente que no quiere trabajar y otra que, por desgracia, se dedica a la droga. Me encontré un pueblo que estaba parado más allá de la recogida de la aceituna. Hoy todos los vecinos tienen su vivienda. Campos de fútbol, gimnasio, pistas de pádel, piscina, guardería…

—¿Aquí, en Marinaleda, cómo se fomenta el empleo?

—Con cooperativas, tenemos 2.250 hectáreas de regadío y ahí el objetivo no es ganar dinero, es crear el máximo de empleo posible. Dentro del capitalismo, claro. ¿Por qué no puede haber fábricas obreras? Que no prime la rentabilidad y sí el trabajo, o la necesidad.

—¿Qué haría con el empleo?

—Los ricos no pueden ser tan ricos y los pobres tan pobres. Amancio (Ortega), es rico a costa de los pobres que les hacen la ropa en países asiáticos. Yo establecería un sueldo mínimo, pero también máximo. En el centro de la economía debe estar el ser humano y su felicidad.

—¿La tierra para el que la trabaja?

—Sí, porque el latifundio es un problema en Andalucía: el 2% de los propietarios tienen el 50% de la tierra cultivable. Un latifundio es antisocial y un minifundio es antieconómico, cuesta mucho vivir de él.

—¿Y cree que Iglesias expropiará?

—No, el PSOE no lo consentiría.

—¿Vamos a ver a un Pablo Iglesias totalmente descafeinado y sujeto de manos?

—Sí, y si es así se debería ir. Si no hace una revolución contra el sistema se deberá ir. Una de dos, o se va o se somete. No hay términos medios.

—¿Se irá o se someterá?

—No soy adivino, pero es más fácil que se someta a que se rebele. Y que venda el chalet y que vuelva a vivir como cualquier obrero.


‘No’ a Sánchez, 'Sí' a Cataluña

No espera Sánchez Gordillo que le suene el teléfono y que del otro lado esté Iglesias para ofrecerle un ministerio. “No caerá esa breva”, responde entre risas a la fabulada oferta. “Yo no aceptaría un sillón en un pacto con los socialistas porque el que se acuesta con el diablo amanece en el infierno”, añade el alcalde, siempre crítico con el PSOE, al que le atribuye la muerte del andalucismo y de Izquierda Unida. “Podemos correrá la misma suerte”, vaticina Sánchez Gordillo, defensor del nacionalismo andaluz.

—¿Indultaría a los políticos presos del separatismo?

—Sí, porque no creo que deban estar en la cárcel.

—¿Presionará Iglesias a Sánchez para que lo haga?

—Si no lo hace, se equivoca.

—¿El independentismo pierde fuelle con un gobierno progresista?

—Sí, porque se le caerán muchos mitos. El independentismo ha perdido con Sánchez e Iglesias, pero les obligarán a posicionarse: o a favor o en contra de la autodeterminación. Pablo deberá seguir su conciencia.

Recuerda Sánchez Gordillo el día que conoció a Pablo Iglesias. Fue en un acto del Sindicato Andaluz de Trabajadores. “Era un tipo afable, amable… pero eso era antes de que se comprase el chalet”, comenta entre risas. “Creo que se ha equivocado —insiste—, y lo terrible es que sometiera su chalet a consulta y las bases se lo aprobaran”.

—En los populismos nadie cuestiona la autoridad del líder carismático.

—Vivimos en una sociedad estúpida, cada vez más superficial. Dame dinero y dime tonto. Conviene que nadie piense, que consuman: productos e ideas. En Podemos hay muchos niños de papá, hay gente que no se ha rozado con los obreros.

—Sigamos con el programa de Gobierno, ¿qué haría un Sánchez Gordillo de vicepresidente?

—La energía es un sector básico, estratégico; nacionalizaría o socializaría la energía. Es un sector demasiado importante como para que alguien pueda hacer negocio con ella, debe ser pública, del Estado. En un país con sol, ¿cómo se le pone un impuesto? La energía también es soberanía.

—En un país de puertas giratorias en el que muchos políticos acaban recalando en eléctricas, ¿le da miedo que Iglesias acabe al otro lado?

—¡Sería ya demasiado! Espero que no. [Ríe poco crédulo con su respuesta]. Sánchez tiene atadas las manos por el IBEX35, es un político del sistema. El PSOE es el sistema sonriente; el PP, el sistema a las bravas; y VOX, a las bravas bravísimas. PSOE y PP quieren el capitalismo y ponen medidas para defenderlo.

“Aquí hubo un luchador”

A las puertas de la alcaldía, entre los vecinos presentes en la asamblea de protesta para conseguir un médico para Marinaleda, un grupo de brasileños asalta a Sánchez Gordillo. Se llaman Álvaro, Luis, Esther y Ademar y vienen representando al Movimiento de los Trabajadores Rurales Sem Terra, formado por unas 350 mil familias que han conquistado la tierra a través de la lucha y la organización de los trabajadores rurales. Llevan varios días aprendiendo el modelo de Marinaleda.

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El líder jornalero, llegando a su casa, construida por él mismo.

Allí coinciden con la fotógrafa francesa Carole Pariat, que se ha desplazado desde París a Marinaleda para hacer un documental sobre la utopía de Marinaleda con un equipo de sociólogos. Estará diez días con Sánchez Gordillo y sus vecinos. Cuenta que conoció la historia en una entrevista de Paris Match, una revista de actualidad nacional e internacional. Le sorprende la forma en la que la gente mira a su alcalde. También se extraña por el poco peso que su discurso tiene en la escena política nacional.

—Alcalde, ¿todos los días son así de movidos?

—[Sonríe]. No te creas.

Son las nueve de la noche y Sánchez Gordillo sigue de un lado para otro por Marinaleda. No hay un alma en la calle.

—¿Se ha planteado dejar la alcaldía?

—Si veo que no puedo, lo dejaré; si puedo, seguiré. Yo no voy a dejar de luchar hasta que me muera. Aquí hubo un luchador contra el sistema. Si pude cambiarlo o no es discutible, pero yo hice todo lo posible por cambiarlo.

—“Aquí hubo un luchador”, ¿así le gustaría que le recordasen?

—Yo sé que la muerte lleva al olvido. Cuando muera se acordarán pocos. Después, el silencio. La nada.

—Pero usted se ha granjeado muchos amigos, y también enemigos, que se acordarán de usted.

—Claro, si uno no se crea enemigos es que no ha hecho nada en la vida.

Reconoce Sánchez Gordillo que ahora le preocupa que su legado siga vigente cuando él deje la alcaldía. Como dice, “la utopía nunca se conquista”. Ha escrito dos libros y pretende publicar un tercero sobre su vida, desde sus orígenes hasta la actualidad.

—¿El ictus lo ha hecho pensar más en la muerte, en lo que ha hecho y lo que deja por hacer?

— [Silencio]. Siempre he tenido en cuenta la muerte, la veo como algo propio de la vida. Que hay un tiempo finito. Nadie quiere que el tiempo pase rápido, pero cuando te das cuenta se te ha pasado. Me quedan muchas cosas por hacer. No estaré conforme hasta que acabe con el capitalismo.


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Juan Manuel Sánchez Gordillo, alcalde de Marinaleda, en su despacho.

EL FRAUDE DEL PER

Mensaje por Invitado » Dom 08 Sep, 2019 3:10 am

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El comunista Sánchez Gordillo trajo a la última perla del Barça, Ansu Fati: “Que reparta lo que gane”

Alcalde de Marinaleda desde 1979, pagó los billetes a España de Ansu, su madre y sus hermanos. Antes, había acogido al padre del futbolista.


Ansu Fati, la nueva estrella del Barça, llegó a España gracias a Juan Manuel Sánchez Gordillo, único profeta comunista con vara de mando en el país. Así lo cuenta él... y así lo confirma Bori, el padre del talentoso chaval nacido en Guinea-Bisáu hace 16 años. Tan poca edad en la mochila (31-10-2002) y ya se ha convertido en el goleador más joven de la Historia del equipo. Extremo... izquierdo. Para sosiego del alcalde.

No fue la Masía. Tampoco el Sevilla, su anterior club. La perla que mima el Barça fue descubierta por un Sánchez Gordillo reconvertido a ojeador, el mismo que gobierna Marinaleda ininterrumpidamente desde 1979. Allí, el comunismo es de verdad. Ascético. Nada de sucedáneos ni marcas blancas. En esta localidad andaluza de apenas 3.000 habitantes, "todos los trabajadores públicos cobran lo mismo" y las casas son iguales: tres habitaciones y patio interior por cien euros al mes. Los juguetes bélicos acaban en la hoguera. No hay policía.

-Alcalde, buenos días.

-Hola.

-He escuchado que usted trajo a Ansu Fati. ¿Es así?

-Sí. Tal cual lo cuenta.

El relato -que brinda Sánchez Gordillo a este periódico y que coincide con el del padre de la criatura en una entrevista con la Cope- es el siguiente: Bori Fati partió a Portugal desde Guinea-Bisáu cuando su mujer estaba embarazada de Ansu. Buscaba "una vida mejor" para su familia. En tierra vecina, escuchó que un alcalde andaluz ayudaba a los inmigrantes. Viajó a Marinaleda. Lo acogió este hombre que calza barba canosa y la mirada alucinada de los poetas.

-Juan Manuel, ¿qué hizo usted exactamente?

-Bori, el padre de Ansu, llegó en muy malas condiciones. Creo que era 2001. Tenía papeles falsos porque le habían engañado. Yo le ayudé a ponerlos en regla. También pagué los billetes del chaval, sus hermanos chicos, la mujer... Traje a todos -Ansu vino con seis o siete años-.

-¿Sin pedir nada a cambio?

-Sin pedir nada a cambio. La solidaridad no se escribe con dinero. Bori, además, era y es un hombre de bien.

Bori Fati, en la mentada entrevista radiofónica, secundó la versión del regidor: "Yo trabajaba en un Ayuntamiento, era chófer de Juan Manuel Sánchez Gordillo. Me ayudó a traer a toda la familia. Fue él quien apostó por mí".

-Alcalde, ¿cómo acabó Bori siendo su chófer?

-No era mi chófer.

-Eso dice él.

-Iba conmigo a todos los sitios... Pero ya está.

-¿Entonces? No lo entiendo.

-Bori comía lo mismo que yo. Vivía igual que yo.

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Es la magia del fútbol: la inocencia, el trabajo y la habilidad de un niño saca de la pobreza a una familia y le regala un futuro apasionante. Fati, en palabras de los técnicos del Barça, está llamado al éxito.


"Yo ya veía que podía ser futbolista"

El ímpetu de Ansu Fati, unido a su calidad y capacidad de sacrificio, le han llevado a donde está. En Guinea, él mismo construía su balón ensamblando varios pares de calcetines. Un día, Bori regresó a casa tras conducir el coche de Sánchez Gordillo. Decenas de niños revoloteaban en torno a su puerta. El pequeño Ansu se había presentado en el campo de Herrera -pueblo muy cercano a Marinaleda donde se establecieron los Fati- y había eclipsado a todos los chavales mayores que él. Lo fichó el Sevilla. Y luego el Barça, en 2012. El Real Madrid se quedó con las ganas. Ansu saltó al Camp Nou frente al Betis. Messi lo abrazó a modo de reconocimiento. Sigue Sánchez Gordillo:

-Juan Manuel, ¿usted se percató del talento de Ansu?

-Cuando tenía seis o siete años... Yo ya veía que tenía poderío, que podía ser futbolista. ¡No había más que mirarlo! Nadie le quitaba la pelota. Poco tardaron los equipos grandes en venir a por él.

-¿Vio su debut?

-No en directo, pero luego me pusieron el vídeo. Me hizo mucha ilusión. Cuando llegaron, no tenían nada. Y verlos así ahora... Imagínese.

El primer entrenador de Ansu, en el Peloteros de Herrera, José Luis Pérez Miera, avala -al otro lado del teléfono- las palabras de Sánchez Gordillo: "Con siete años, era mejor que Messi con esa misma edad, al que también vi de muy crío en un torneo. Ansu es liderazgo, desparpajo. Se nota que se ha criado en la calle. Es valiente, afronta los retos sin miedo. Ahora, los críos están demasiado arropados por los padres y no saben sacarse las castañas del fuego. Con Ansu pasa todo lo contrario".

-Alcalde, ¿de qué equipo es usted?

-Me gustan todos...

-Claro, como buen comunista tiene que ser de todos en general, de ninguno en particular.

(El alcalde se ríe y acepta de buen tono la broma)

-Me gustan el Real Madrid, el Barça, el Betis...

-Mójese.

-Quizá un poco más el Madrid.

-El debut de Ansu Fati ha sido una jugada maestra. El comunismo ha vuelto a encontrar un escaparate mundial. No sucedía desde la caída de la URSS y la muerte de Fidel.

-Bueno, bueno, visto así... Pero no era esa la intención.

Con los cien millones de la cláusula de rescisión que blinda el contrato de Ansu Fati, Juan Manuel Sánchez Gordillo podría convertir Marinaleda en Leningrado. Aunque, según se desprende de lo que cuenta, no es ésa su voluntad...

-¿Sabe? Aquí las casas tienen tres habitaciones y un patio interior. Cuestan cien euros al mes. También disponemos de más de mil hectáreas que le ocupamos al Duque del Infantado.

-¿Qué consejo le daría a Ansu para que acabe siendo comunista?

-Debe tener mucho cuidado con los millones. Es muy joven. Que reparta todo lo que gane.

EL FRAUDE DEL PER

Mensaje por Invitado » Jue 30 May, 2019 2:10 am

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HA ESTADO A 44 VOTOS DE PERDER LA ALCALDÍA
Gordillo amenaza con "tinieblas" a los que no le votaron y dará casas gratis a los que sí

“¡Que se atengan a las consecuencias! ¡Vamos a ser duros!”, grita Juan Manuel Sánchez Gordillo en su discurso de celebración de la victoria en las elecciones de Marinaleda. “¡Aquella gente que da la cara por este proyecto va a tener recompensa! ¡Y el que no dé la cara no va a tener recompensa, va a ser destinado a las tinieblas si hace falta!”, explota el alcalde en una amenaza clara, sin tapujos, a la formación Avanza Marinaleda, que se ha quedado a solo 44 votos de arrebatarle la alcaldía. Gordillo también señala, por supuesto, a los 847 traidores que votaron en su contra, un verdadero hito en el ‘pueblo comunista’ de Andalucía, gobernado con puño de hierro y absoluto control social desde 1979.



Y qué mayor recompensa para sus fieles, en estas horas tan bajas, que darles el bien más preciado de Marinaleda: vivienda gratis y trabajo asegurado, las joyas de su célebre economía comunista. “Vamos a seguir soñando con la utopía, vamos a seguir haciendo viviendas. ¡Eso sí, las viviendas primeras van a ser para aquella gente que más dio la cara por este proyecto!”, y en este momento su audiencia, casi un centenar de vecinos, irrumpe en un estruendoso “síii”, en ovación y en cánticos de “Gordillo, Gordillo”, para celebrar que los próximos pisos gratis serán para ellos, nada de baremos por necesidad familiar si no puro clientelismo político reconocido en abierto.

“Vamos a seguir dando empleo, y el primero que tiene que desaparecer es ese de ahí [y señala la nave de la conservera Los Lugares, la única fábrica privada que se ha atrevido a abrir en Marinaleda] y llevarse ahí [señalando hacia los dominios de la cooperativa Humar, agencia de colocación del ayuntamiento desde hace casi 30 años]”.



“¡Le vamos a cerrar la nave, le vamos a quitar la nave!”, prorrumpe Gordillo, otra vez desatado, anunciando a bombo y platillo que de forma arbitraria, sin ajuste a ninguna irregularidad, piensa echar del pueblo a Los Lugares para que nadie en toda Marinaleda más que el ayuntamiento sea capaz de ofrecer trabajo a sus habitantes. Sus fieles reciben con otra ovación tremenda el anuncio. Solo en Marinaleda se entiende como algo lógico que el alcalde prometa, como proyecto de legislatura, cerrar la empresa más grande del municipio, que en su día dio trabajo a 70 personas. Y que la gente lo celebre.

¿Qué ocurrirá desde ahora con los 847 vecinos que osaron hacer frente al régimen de Gordillo? Nadie lo sabe, pero desde el lunes son oficialmente traidores. “Los marinaleños que dicen enhorabuena [por el gran éxito de Avanza Marinaleda] más tarde dirán ‘enhoramala’. Es la traición más grande que se puede hacer a un pueblo, que es votar a gente que no ha hecho nada por este pueblo. Nosotros hemos obtenido la mayoría y vamos a seguir mandando. (…) Aquellos que ahora se ríen mañana tendrán que empezar a llorar”, dice el alcalde, visiblemente desmejorado tras una larga convalecencia por un ictus.

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“Nos nos gusta que inciten el odio hacia nosotros, es algo que debemos denunciar públicamente”, reacciona Avanza Marinaleda, todavía asombrado por el nivel de bilis vertido por Gordillo, más incluso de lo que suele ser habitual en él al hablar de sus enemigos políticos. Varios concejales electos de Avanza son, de hecho, antiguos colaboradores de Gordillo hartos de la deriva que ha tomado el municipio en los últimos años.

“Nos preocupa no por nosotros, sino por nuestras familias. Tenemos gente mayor y niños que pueden quedar marcados. Sabíamos que hacer frente a Gordillo podía tener consecuencias, hemos sufrido una campaña muy sucia por su parte, pero vamos a seguir firmes y denunciaremos todas las injusticias. Por primera vez, Marinaleda va a tener una oposición fuerte”, avisan. Esta legislatura, el consistorio se dividirá entre los seis concejales de Adelante de Gordillo y los cinco de Avanza. PSOE y PP se han quedado sin representación.

El alivio de los 847 votantes de Avanza es que, 'a priori', nadie sabe quiénes son. “Todos fueron con las papeletas preparadas desde casa, nadie se atreve a cogerlas en el colegio por miedo. Tuvimos que repartirlas casa por casa y encima aguantar que Gordillo dijera que estábamos engañando a la gente. Él no es la izquierda, la izquierda siempre está abierta a regenerarse y es democrática. Si no está para llevar el pueblo, que dé un paso atrás y no nos eche la culpa de su mala gestión. Esto es más propio de un régimen dictatorial que de un pueblo democrático”, sostienen.

Re: EL FRAUDE DEL PER

Mensaje por Assia » Mar 18 Dic, 2018 4:13 am

Voy a ver si recojo firmas en este foro Sr. Febarsal para que la Administracion de este foro o condecondere a usted: '' POETA LAUREDO DE ESPANA.'' Hasta donde yo se, el unico poeta laureado en vida murio hace anos y ningun poeta ha vuelto a ser laureado desde la muerte de Ted Hughes.

Gordillo está cabreado. ¿Qué le pasa a Gordillo?

Mensaje por febarsal » Lun 17 Dic, 2018 8:07 pm

¡Cuarenta! han votado a VOX ¡Cuarenta!
en la localidad sevillana de Marinaleda,
¡Que afrenta! ¡Dios mío! ¡Qué afrenta!
Gordillo por los ojos echa candela,
y la sesera se le hincha y se le revienta.
Ali Baba y los cuarenta de Marinaleda
la han robado a su alcalde comunista
la poquita paciencia que aún le queda,
pues de una forma inhumana e imprevista
han vendido al Pueblo por trece monedas.
Y con angustia a los vecinos pasa revista.
¡Quiénes son! ¡Los traidores! ¡Quiénes son!
que han vendido al “Cristo” de Marinaleda;
juro que no pararé en las investigaciones
hasta encontrar a esos cuarenta ladrones.
¡A mí! Comisarios de la “Sexta Cadena",
en Marinaleda hay cuarenta fascistas
que se merecen la peor de las condenas.
¡Belcebú salve a esta ciudad comunista

EL FRAUDE DEL PER

Mensaje por Invitado » Mié 05 Dic, 2018 4:21 pm

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Los 44 de Vox en Marinaleda: piden echarlos del pueblo, pero nadie sabe quiénes son

El partido ultra irrumpe simbólicamente en Marinaleda, el paraíso comunista de Andalucía. Un Gobierno de PP y Ciudadanos podría ser una "hecatombe" para Sánchez Gordillo


"Yo he votado a Vox y más que teníamos que ser. Estoy harto de este régimen que tiene Gordillo en Marinaleda y…". De repente, la madre sale al portal hecha una furia. "¡Que te he dicho que de política no hables! Que en esta casa estamos de okupas y se la debemos a Juan Manuel. Tanto Vox y tanto Vox". El hijo sonríe pero la madre se hace cruces imaginando al alcalde ordenando el desahucio. "Es que mi madre se pone fatal, pero si los del pueblo no empezamos a hablar aquí no cambia nada. Yo hasta fotos de Franco tengo colgadas". "Anda, déjalo ya", le suplica la madre. De sacar una foto a las estampas de Franco en la habitación de su hijo, ni hablar. "Que me buscas un problema, que aquí ya sabes que no se puede hablar de política", sigue riñéndole ella. Al poco, la mujer se mete a la casa y él se suelta un poco más: "A mí me ha dejado de hablar gente aquí por ser de Vox. Estoy harto de esto, no lo quiero para nadie". Por ahora, este hogar ubicado sobre la carretera de Marinaleda es lo más cercano a una sede que tiene Vox en el pueblo más comunista de España.

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Miguel es ese hijo que quiere matar de un disgusto a su madre. Es la única persona de Marinaleda que en Facebook ensalza a la ultraderecha y que no esconde que el domingo votó verde. "Ya sé que aquí hay pocos inmigrantes, pero les he votado porque quiero un cambio. De PP y PSOE estoy harto ya. En las generales voté a Pedro Sánchez, pero ya no me engañan más", dice este operario de obras públicas mirando al frente, hacia esos vecinos que van carretera arriba y abajo y que hace tiempo que le ven como a un bicho raro. "Lo que me sorprende es que hayamos votado 44 personas a Vox. ¿Que si lo tenía hablado con alguno? ¡Qué va! Si no les conozco. Aquí nadie te diría que vota eso. Actuamos como comandos", dice orgulloso.

En realidad, Miguel es una especie de milagro en Marinaleda. No por votar a Vox, sino por algo tan sencillo como reconocer que no vota a Izquierda Unida. "Estos muertos de hambre que han votado a Vox serán todos de Matarredonda, que ahí hay mucho 'pepero'. Mira que un campesino votando a la derecha, hay que ser…", bufa Juan Antonio Montero en mitad del corrillo de jubilados que cada tarde sale a tomar el fresco a la carretera. Matarredonda es el núcleo de población anexo a Marinaleda y con quien forma conjuntamente municipio. Marinaleda tiene la fama de revolucionaria y Matarredonda de no mostrar suficiente afección al régimen. En los comentarios al 'post' de Facebook en el que Juan Manuel Sánchez Gordillo dio el escrutinio, algunos fueron un poco más allá: "Busca a los 44 que han votado a Vox y expulsarlos [sic] del pueblo", propuso uno.

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Varios jubilados charlan en los bancos de la carretera de Marinaleda.


En el corrillo de jubilados se producen algunos guiños de lo que es hablar de política en Marinaleda. "Uno ya no sabe a quién votar", resopla Manuel Moreno, sentado en el banco con su boina calada. A su lado, Juan Antonio intercede rápido ante la blasfemia. "Juan Manuel [Sánchez Gordillo] es un hombre muy bueno, muy bueno, todo lo hace por su gente. Yo he votado siempre a Izquierda Unida desde que está", dice con tono afectado. "Pues ahora anda un poco enfermo", le confiesa Manuel al visitante levantando una ceja, sin haberse enterado aún de que aquí lo prudente es esquivar los asuntos delicados. Su compañero vuelve a interrumpir para cambiar de tema. En efecto, el alcalde de Marinaleda lleva varios días saliendo a la calle a caminar con ayuda, por fin en casa tras su repentina hospitalización. Necesitará una recuperación muy larga, pero nadie se atreve a especular sobre un asunto de Estado como es la salud del alcalde.


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Juan Manuel Sánchez Gordillo (centro) ha participado en varios actos de la CUP.

Recoger tempestades

El resultado de las elecciones andaluzas ha sido una catástrofe para Marinaleda. No por esos 44 votantes de Vox, pues al fin y al cabo son votos robados al Partido Popular. En 2015, el PP sacó en Marinaleda 138 votos y Vox solo tres. Ahora son 100 votos para PP y 44 para Vox, solo tres votos más en total que hace tres años. Tampoco es una catástrofe por el resultado de Adelante Andalucía, que ha obtenido 992 votos por los 1.204 que obtuvieron entonces Izquierda Unida y Podemos por separado (un descenso del 18%). El problema viene del resultado global, de esa alianza probable entre PP, Ciudadanos y Vox, tres partidos que por distintos motivos tienen a Juan Manuel Sánchez Gordillo y su utopía comunista entre ceja y ceja. Así lo resume un vecino: "Gordillo se ha pasado 40 años metiéndose con todo el mundo y ahora se le ha girado la tortilla. Despotricando del PSOE vivía muy bien porque le dejaban hacer, pero el PP y Ciudadanos no van a tener tantos miramientos. Esto para él es una hecatombe".

Gordillo se ha pasado 40 años metiéndose con todo el mundo y se ha girado la tortilla. Despotricando del PSOE vivía muy bien

El primer asunto que deberá abordar Marinaleda si finalmente PP y Ciudadanos se hacen con la Junta de Andalucía es poner la bandera española en el mástil del ayuntamiento. Ya en 2015, un bisoño Santiago Abascal se acercó a Marinaleda exigiendo que Gordillo cumpliera con la legalidad a riesgo de ser denunciado. Abascal se dirigió a la Delegación del Gobierno en Sevilla pero Gordillo no hizo ni caso. Diez días más tarde, dos simpatizantes de Vox izaron la bandera española armando un buen alboroto en el pueblo. En Marinaleda la gente está acostumbrada a ver la bandera de Palestina ondeando, incluso la estelada catalana, como ocurrió antes del reférendum del 1-O. Pero la bandera de España era toda una novedad. Apenas duró unas horas.



"Lo de la bandera es una anécdota. El problema grande lo tendrán en El Humoso", cuenta un marinaleño ilustre que pide no ser identificado. "El PSOE les ha dejado hacer lo que han querido, pero el PP no le debe nada a Gordillo y si entra en el Gobierno va a obligar a los cooperativistas a comprar el cortijo como exige la ley. También tendrá derecho a exigirle los 20 años de arrendamiento impagado [más de cinco millones de euros] de la tierra. Yo te digo de buena mano que Gordillo está asustado".


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Dos simpatizantes de Vox izan la bandera española en el Ayuntamiento de Marinaleda en 2015.


La Consejería de Agricultura del PSOE adelantó a este diario que estaba abierta a "establecer fórmulas de arrendamiento a largo plazo" para que las 1.200 hectáreas de El Humoso, el cortijo que da trabajo a los marinaleños, continuaran siendo públicas y no tuvieran que ser compradas por capital privado, aunque así lo establece la liquidación de terrenos públicos del antiguo Instituto Andaluz de Reforma Agraria. Si PP o Ciudadanos toman la Consejería de Agricultura, los 40 cooperativistas que explotan la finca tendrán una patata muy caliente entre manos, ya que el Ayuntamiento de Marinaleda se niega en redondo a que nadie sea dueño de El Humoso, el hito fundacional de la Marinaleda comunista. El Humoso, dice el ayuntamiento, siempre será del pueblo.

Desde el Partido Popular de Marinaleda no valoran si habrá 'vendetta' por los insultos y desplantes del alcalde durante décadas porque directamente no hay grupo municipal. Las cosas se llevan desde Estepa, a 12 kilómetros, y sus representantes prefieren esperar acontecimientos. Tampoco encontrará el Ayuntamiento de Marinaleda apoyo en Ciudadanos, en especial tras la larga campaña de apoyo al independentismo catalán de su alcalde, con varias participaciones en mítines de la CUP como estrella invitada. Gordillo fue muy vehemente en los días del referéndum diciendo que los andaluces "deberían tomar lección" de los catalanes.

El Ayuntamiento de Marinaleda es uno de los más endeudados de Andalucía, con cerca de tres millones de agujero más otro millón de sanción por haber manipulado las listas de beneficiarios del subsidio agrario del PER, sanción todavía no abonada.

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Mensaje por Invitado » Mié 28 Nov, 2018 4:40 pm

ImagenCarteles antiguos de una candidatura de Sánchez Gordillo a la alcaldía de Marinaleda. (EFE)

EL OCASO DE LA UTOPÍA COMUNISTA DE ANDALUCÍA
El 'soviet' de Marinaleda se hunde: "Los jóvenes sobreviven plantando marihuana"

El proyecto de Juan Manuel Sánchez Gordillo languidece mientras el alcalde muestra signos de agotamiento político. No hay economía y los vecinos han de ir a otros pueblos a trabajar

Cuentan que el alcalde de Marinaleda salió hecho un basilisco de la última comisión de la cooperativa Humar. Quería que la cooperativa contratara a un buen puñado de vecinos para la siguiente campaña agrícola y le dijeron que no, que no hay trabajo para tantas manos. Juan Manuel Sánchez Gordillo insistió, se le volvió a decir que no y se marchó furioso. En sus 27 años de existencia, Humar siempre había canalizado las necesidades de empleo de Marinaleda. Si la campaña del pimiento necesita diez manos pero hay que colocar a treinta vecinos en paro, se les coloca. Si vienen elecciones y hay que decirle al mundo que Marinaleda tiene pleno empleo, se hace un esfuerzo y se traen autobuses de jornaleros durante meses aunque muchos se pasen el día mano sobre mano. Humar siempre fue el corazón de la utopía de Sánchez Gordillo, el pilar que sostenía su famosa economía de corte comunista. Pero de un tiempo a esta parte, ese castillo de naipes se está desmoronando.

"Los cooperativistas se han cansado de perder dinero. Se arruinaron por la exigencia de Gordillo de meter gente a trabajar aunque no hubiera trabajo y tuvieron que ser rescatados por la banca ética [Coop57 y Autonomía Sur]. La forma de trabajar aquí es para salir corriendo. De veinte contratados aparecen ocho o diez y da igual, saben que no los van a echar. Por eso ahora la cooperativa está harta y ha tomado el control", explica Eladio Martos, ex gerente de Humar (2000-2002) y ex teniente de alcalde de Marinaleda durante 16 años. "Siempre se ha consensuado a cuánta gente se contrata para las campañas, pero últimamente Gordillo quiere imponer a cuántos meten y asegurarse de que cogen a su gente, y no se da cuenta de que esto ya no funciona como antes. La gestión de la cooperativa siempre fue un desastre por las injerencias del ayuntamiento, pero tuvieron la suerte de que la subvención al olivo [actualmente unos 600.000 euros anuales y que llegó a cerca de un millón] compensaba todos los disparates laborales".


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El alcalde de Marinaleda dirige una de sus célebres asambleas populares. (Reuters)


Mientras Gordillo es repudiado en su propio 'soviet', Marinaleda, el paraíso comunista de los campesinos españoles, vive su particular hundimiento. Su historia es un reflejo en miniatura de la Unión Soviética y se puede dividir en tres etapas. La primera transcurre en los años 80, cuando un carismático maestro de historia lidera una revolución de campesinos desposeídos contra la aristocracia terrateniente que les asfixia. Esta guerra de clases termina en victoria en 1991, cuando la Junta de Andalucía, tras varias ocupaciones populares, expropia el cortijo de El Humoso al ducado del Infantado. La Junta paga las 1.200 hectáreas de finca a precio de mercado y las cede al pueblo de Marinaleda para que haga usufructo de ellas. Se crean ocho cooperativas para cumplir con la legalidad y estas se agrupan en una cooperativa de segundo grado, la cooperativa Humar - Marinaleda.

Ahí comienza la segunda etapa, la del esplendor de un modelo de gestión municipal único en el que la tierra se pone a disposición del pueblo. No se busca el beneficio económico sino dar de comer a través del trabajo agrario a todos los marinaleños. Es un proyecto económico pero sobre todo ideológico. Son los años de las grandes marchas, de los discursos marxistas de Sánchez Gordillo, de Diego Cañamero y de toda la gente del Sindicato Andaluz de los Trabajadores (SAT). Es la etapa de los muros pintados con caras del Che Guevara y otros motivos revolucionarios. En definitiva, son los años dorados de la Marinaleda comunista, feliz de trabajar la tierra y tener un sustento tras toda una vida de pobreza y falta de alimentos.


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Un grupo de jornaleros trabaja en las tierras de El Humoso. (EFE)


La tercera fase no tiene una fecha de inicio clara. Es más bien la degradación progresiva de un modelo de gestión basado en el culto al líder, en el gasto indiscriminado de presupuesto público, en la absoluta falta de exigencia laboral y productiva a los trabajadores, en la agitación perpetua de la calle y en el aplastamiento de la disidencia mediante asambleas públicas donde se señala al díscolo. Es, también, la fase en que el ímpetu de Sánchez Gordillo decae por motivos de agotamiento psicológico y envejecimiento, arrastrando junto a él un proyecto que vivió demasiado pendiente de su liderazgo, sus ocurrencias y sus humores. Marinaleda es hoy uno de los pueblos más endeudados de Andalucía (cerca de tres millones en préstamos, servicios y multas impagadas) y aun así el ayuntamiento funciona al trantrán, sin dirección política ni planes de promoción económica o desarrollo social.

El despacho de alcaldía refleja este ocaso. Libros y papeles se amontonan sobre la mesa, con una enorme fotografía aérea del municipio en lo alto. Dos manos de escayola encadenadas, una bandera de Palestina y una de la España republicana ponen el toque revolucionario. Se nota que Sánchez Gordillo no usa ese despacho desde hace tiempo. Solo los empleados de administración acuden diariamente al ayuntamiento. El alcalde, dicen los vecinos, suele despachar los asuntos desde su casa, situada a un paso del consistorio. Si alguien tiene una urgencia, o necesita que le firmen un permiso de obra, o una licencia de apertura, o cualquier trámite relevante, acude directamente a su domicilio a probar suerte. Saben que en el ayuntamiento les dirán 'vuelva usted mañana'. Es decir, vuelva usted cuando esté el alcalde.


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Despacho de Juan Manuel Sánchez Gordillo en el ayuntamiento de Marinaleda. (D.B.)


Sánchez Gordillo aceptó ofrecer sus puntos de vista para este reportaje, pero un repetino problema de salud le ha tenido estos días hospitalizado. Nadie sabe quién será capaz de tomar el relevo del hombre que desde 1979 gobierna con mano de hierro este pueblo de 2.700 habitantes. Los pocos que se atreven a hablar de política con un desconocido suspiran al pensar en ello. Marinaleda se ha acostumbrado tanto a vivir en la rutina de los jornales de El Humoso y el PER y en las viviendas sociales a 15 euros de alquiler cortesía del ayuntamiento que es un misterio lo que pasará cuando toda esta red de clientelismo político y falta de alternativas explote.

"Claro que seguimos creyendo en la utopía", sentencia Dolores Tejada, concejal de Cultura y una de las dos personas de confianza de Sánchez Gordillo. "Hoy esa utopía sigue siendo mantener los puestos de trabajo de El Humoso y luchar para que no pase a manos privadas". La Junta de Andalucía quiere que los cooperativistas que pusieron su nombre como formalismo para poder cultivar la tierra ejerzan su derecho de compra. Son cerca de 40 personas y algunos, en privado, reconocen que sería mucho mejor comprar y hacer de Humar una cooperativa convencional. Pero decir eso en público en Marinaleda es tabú. "El Humoso es propiedad del pueblo", insiste Tejada. “Queremos que nos prorroguen el arrendamiento 50 o 100 años más. También hemos pleanteado crear una fundación compuesta por el ayuntamiento y varios colectivos sociales para que gestione la tierra y asegure que siempre va a estar a disposición de la gente".

"Hoy la utopía sigue siendo mantener los puestos de trabajo de El Humoso y luchar para que no pase a manos privadas", afirma el ayuntamiento

La Junta de Andalucía quiere deshacerse del cortijo, al cual ha dotado de regadío y última tecnología agrícola, aunque reconoce que está abierta a negociar "fórmulas de alquiler". Lo que no ve "jurídicamente viable" es que una fundación sea propietaria de El Humoso. Otro asunto controvertido son todos los años de cánones impagados por Humar, que la Junta no quiere cuantificar pero que ascenderían a más de cinco millones de euros por más de 20 años de usufructo de la tierra sin pagar arrendamiento. El gobierno de Andalucía simplemente admite que "hay discrepancias entre las partes" y "considera que muchas anualidades están pendientes de cobro" en contraposición a la cooperativa, que dice que esas anualidades han prescrito. Desde 2015, Humar ya está pagando el canon como parte de ese proceso de profesionalización al margen su alcalde.


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Puerta de acceso al cortijo El Humar, la gran victoria social de Marinaleda. (D.B.)


Un pueblo sin ley

Un adolescente en moto pasa zumbando sin casco por la carretera que vertebra el municipio, zigzagueando entre los coches. En Marinaleda no hay policía municipal, el chico sabe que nadie le pondrá una multa ni le pedirá el carné. Tampoco hay señales de prohibido aparcar, ni vados en vigor, ni servicio de grúa, por no haber no hay siquiera camión de la basura. Es El Rubio, el pueblo vecino, quien presta su camión de recogidas desinteresadamente cuando algún concejal de Marinaleda, nunca su alcalde, llama pidiendo ayuda. El polígono industrial es un gran solar vacío en lo alto de una loma. Hay una decena de parcelas delimitadas pero solo tres naves construidas. Una, la más grande, acoge la fábrica conservera de la cooperativa Humar. Las otras dos naves siempre han estado vacías. No hay más industria en el pueblo, ni comercio más allá de dos farmacias, tres bares y un restaurante. También hay un supermercado propiedad de Eladio Martos que el alcalde está intentando clausurar.

"Nadie quiere invertir en Marinaleda. Los empresarios saben que este pueblo es una fuente de problemas", explica José Antonio Capitán. Lo dice con conocimiento de causa. Capitán levantó hace seis años la mayor industria que ha tenido Marinaleda al margen de Humar. Se trata de la conservera Los Lugares, que llegó a dar empleo a 70 personas envasando hortalizas, aceitunas y otros alimentos. Los Lugares lleva un año en punto muerto debido a la orden de desahucio presentada por el ayuntamiento. Toda la inversión realizada por Capitán y sus dos socios, el ex teniente de alcalde Eladio Martos y el constructor local Francisco García, pende de un hilo.


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El polígono industrial de Marinaleda, a medio terminar, solo acoge la cooperativa municipal.


"Sabíamos cómo funciona Marinaleda, pero quisimos apostar por su gente y crear una industria potente al margen de la cooperativa. Gordillo nos exigió entrar como socio para poder abrir, aceptamos pero nunca puso el dinero, creándonos ya de inicio un problema grande. Acordamos pagar 56 euros de alquiler a cambio de acondicionar la nave municipal en la que nos encontramos, pero él nunca nos quiso cobrar nada y nunca nos dio número de cuenta. Ahora nos quiere desahuciar porque dice que debemos cinco años de alquiler. Hemos depositado los 3.000 euros que nos pide en una notaría, pero él nunca ha querido ir a recogerlos. No nos queda otra salida que cerrar e irnos a otro pueblo. Nos da lástima que Marinaleda se quede sin 70 puestos de trabajo por la obsesión de su alcalde en echarnos", resume Capitán sentado en su oficina.

La mano derecha de Gordillo advierte que Los Lugares "es un asunto que lleva el alcalde" y no se quiere pronunciar. Sí se remite al pleno extraordinario convocado para desahuciar a Los Lugares como prueba inequívoca de la voluntad popular. Un pleno al que solo acudieron tres de los nueve concejales de Izquierda Unida, ya que el desahucio es el asunto más controvertido de Marinaleda en los últimos años. Decenas de familias se juegan su subsistencia en ello, y no todos entienden que se quiera echar a la única empresa al margen de la cooperativa que ha dado trabajo en el pueblo en los últimos treinta años.


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El gerente de Los Lugares muestra una de las múltiples acusaciones vertidas por Sánchez Gordillo.


"Desde el principio nos ha hecho una campaña de acoso brutal en las asambleas y en Facebook. Nos ha puesto de ladrones, de explotadores, a mí hasta me ha llamado cocainómano", resopla Capitán, quien lleva más de un año medicándose por este asunto, en el que se juega 100.000 euros de ahorros y otros 100.000 de un préstamo bancario que utilizó para lanzar Los Lugares. "Gordillo nos quiere echar porque no quiere que nadie controle el empleo al margen de él. Hemos demostrado a los vecinos que se puede ir a trabajar ocho horas a una fábrica e irse a casa sin necesidad de acudir a asambleas, a manifestaciones o a marchas para hacer méritos y sumar puntos. Él cree que quien controla el empleo, controla a la gente. Es lo que lleva haciendo treinta años".

"Gordillo nos quiere echar porque no quiere que nadie controle el empleo al margen de él", denuncia el gerente de Los Lugares

Desde el ayuntamiento rechazan todas las acusaciones de clientelismo político y persecución de la disidencia. "Los medios de comunicación nos tratan fatal, pero no somos analfabetos. Marinaleda molesta al capital y a los grandes empresarios porque demuestra que se puede ser autosuficiente. Quien diga que aquí señalamos a la gente o que la cooperativa coloca a los más allegados miente", dice Tejada. Dolores Valderrama es concejal de Economía y jefa de administración de Humar. Ante la misma pregunta, responde indignada: "El ayuntamiento aquí no decide nada. El alcalde es uno más y se le escucha como al resto, pero la tierra la trabajan todos, voten a quien voten. Todo aquel que acude a la asamblea de parados donde se contrata trabajadores para la siguiente campaña trabaja y cobra como los demás". Es cierto que la cooperativa, en los últimos ejercicios, ha obtenido beneficios que permiten sufragar parte de sus deudas. Tan cierto como que es imposible que nadie vinculado al ayuntamiento o a la cooperativa diga públicamente que algo funciona mal en Marinaleda. Los vecinos, de política, directamente no hablan.


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Interior de la fábrica de conservas de Humar, parada por falta de campaña agrícola.


En este paralelismo con el destino de la Unión Soviética también existe un muro de Berlín. Marinaleda encarnaría a Alemania Oriental de los 70 y 80, lastrada por la parálisis burocrática, la quiebra económica y la paranoia política. El Rubio, el pueblo vecino, sería Alemania Occidental, donde todos los servicios funcionan y la economía crece. Hace 30 años, El Rubio era tan pobre como Marinaleda. Hoy es un referente comarcal en carpintería con cuatro fábricas, está ampliando su tejido industrial y tiene una dirección política clara.

"Sin quererlo me he convertido en el rival político de Sánchez Gordillo. El Rubio es un espejo en el que se compara permanentemente. Mientras ellos salían en los medios de comunicación, nosotros aquí hacíamos los deberes sin dar ruido. Hemos hecho huertos sociales, hemos solicitado fondos para las viviendas de autoconstrucción que tanto han dado que hablar en Marinaleda, hemos captado empresas… La historia me ha dado un papel que no quiero jugar, pero él sabe que tiene mi mano tendida para lo que necesite", dice Rafael de la Fe, alcalde de El Rubio.

"Mientras ellos salían en los medios de comunicación, nosotros aquí hacíamos los deberes sin dar ruido", dice el alcalde de El Rubio

El puente que sortea el arroyo de Río Blanco es su particular muro de Berlín. Cada día, docenas de marinaleños lo cruzan para trabajar en El Rubio. "Cada vez son más. Por las mañanas ves hileras de coches hacia El Rubio y hacia otros pueblos a trabajar, otras hileras de padres que llevan a sus hijos a estudiar a Estepa porque aquí no hay instituto. A las diez de la mañana aquí no queda nadie. ¿Quién va a quedar si no hay tiendas ni fábricas? Mucha gente se ha ido de Marinaleda. Los que no se van es porque tienen aquí sus casas o porque no tienen alternativa y se contentan con ir tirando de los jornales de la cooperativa y de las viviendas baratas", confirma el gerente de Los Lugares.


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El alcalde de El Rubio, Rafael de la Fe, en su despacho


La conservera es precisamente el gran conflicto entre Marinaleda y El Rubio. Meses atrás, Los Lugares decidió abandonar la utopía comunista y buscarse otro pueblo. Pronto El Rubio les tendió la alfombra roja, a tal punto de que se aprobó un borrador para hacer de la 'nueva' Los Lugares un centro de referencia conservera en la Sierra Sur de Sevilla. 18.000 m² para envasar espárragos, alcachofas, habas y bonito del norte. Socios como el navarro Grupo Celorrio, cereales Astigi y otros referentes empresariales andaluces. Inversión inicial de 2,6 millones de euros. Más de 140 empleos, casi todos femeninos, como punto de partida. "En cuanto Gordillo se enteró de este plan corrió a asustar a los inversores. Empezó a publicar en Facebook que Celorrio son unos explotadores y le montó un escrache en casa al gerente de cereales Astigi junto al de Fuerza Ecijana [Ángel García]”, cuenta Capitán. "Lleva años tratando de hundirnos, estamos hartos".

Los Lugares abandona Marinaleda harto del acoso y planea montar un centro conservero en el pueblo vecino con 140 empleados

El establecimiento de la conservera ha estado a punto de venirse abajo por el miedo de los inversores a que Sánchez Gordillo les monte día sí y día también manifestaciones en la puerta de la nave con acusaciones muy gruesas. Nadie quiere ver su nombre salpicado en los medios ni en redes sociales y hay infinidad de pueblos en Andalucía que acogerían esta inversión como agua de mayo. "Ojalá esto salga adelante", suspira el alcalde de El Rubio, consciente de lo que se juega. "Genera mucha impotencia tratar de crear cosas y que te las destruyan. No quiero que los empresarios duden en invertir en El Rubio por estar junto a Marinaleda. Por desgracia ya lo hemos sufrido en el pasado".


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Juan Manuel Sánchez Gordillo, junto a Diego Cañamero, en una protesta del SAT. (Reuters)


Una de las últimas salidas de tono de Sánchez Gordillo antes de caer enfermo vino a cuenta de una sesión informativa en El Rubio para solicitar viviendas de autoconstrucción a la Junta. Cuando Sánchez Gordillo se enteró se puso hecho una furia, hasta el punto de que movilizó a su gente para ir a El Rubio a reventar la reunión. Finalmente, algunos concejales le imploraron que se calmara y se quitara esa idea de la cabeza. No le sentó nada bien al alcalde que su vecino tocase una de las dos patas de su utopía. La primera pata es la cooperativa agraria, la segunda son las viviendas sociales con alquileres de 15 euros al mes.

"Lo de las viviendas sociales es pura propaganda, todos los pueblos las han hecho sin tanto bombo. Al contrario, en todas partes te dan tu escritura y esa casa pasa a ser tuya, en cambio aquí es del ayuntamiento, que te la arrenda muy barata, de acuerdo, pero sin contrato ni nada. Puede echarte cuando quiera y al final utiliza ese piso para recordarte que le debes la vida", subraya Mariano Pradas, concejal del PSOE durante 20 años y recién retirado de la vida política.


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Un grupo de turistas posa para un foto en uno de los múltiples murales pintados en Marinaleda. (Reuters)


En Marinaleda hay 325 viviendas sociales. El ayuntamiento defiende su modelo, que se basa en acogerse como cualquier pueblo al plan de la Junta de Andalucía que subvenciona los materiales de construcción a cambio de que el ayuntamiento y los compradores asuman el resto de gastos. "Marinaleda se hace cargo de todo, del suelo, de los suministros, de las aceras. El inquilino no paga nada y nos quitamos de en medio a los intermediarios. Eso en otros pueblos no ocurre. Aquí nadie especula con la vivienda", explica la concejal de Cultura.

La última hornada de viviendas sociales de Marinaleda no tiene cédula de habitabilidad y tiene enganches ilegales de luz

La ultima hornada de viviendas sociales es otro reflejo más del ocaso de Marinaleda. Se trata de 26 casas sin cédula de habitabilidad y sin contadores de luz. La gente vive enganchada al suministro general con cables tirados descaradamente sobre las farolas. Total, no hay policía local y es el propio ayuntamiento quien ha facilitado la instalación ilegal. "Hemos tenido algunos problemas pero se resolverán pronto. Hemos entregado ya las llaves y algunos se han metido antes de que esté todo listo. Las cosas de palacio van despacio", le quita hierro Tejada.


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Casas de autoconstrucción enganchadas ilegalmente a la luz con consentimiento del consistorio. (D.B.)


Lo que tiene peor solución es el florecimiento de las plantaciones de marihuana en las casas particulares. En Marinaleda se cuentan por decenas, el ayuntamiento lo sabe y en cierto modo lo tolera. "Hay muchos jóvenes que sobreviven gracias al trapicheo de marihuana. Es la única industria en el pueblo aparte de la cooperativa y hablamos de chavales con pocos estudios que ven en esto una salida. Es triste decirlo pero la marihuana quita a mucha gente de hacer cosas peores para ganar dinero. Quien quiere progresar en la vida ha de irse fuera", sostiene Martos, otrora delfín de Sánchez Gordillo. Tejada, actual mano derecha del alcalde, sonríe incómoda ante este tema y sencillamente confima que en Marinaleda hay patios de marihuana empalmados al tendido eléctrico. Días atrás robaron un aparato de aire acondicionado del colegio municipal, y nadie duda que los ladrones querían ese electrodoméstico para secar marihuana. Varios vecinos se han acercado al ayuntamiento a quejarse del olor insoportable de la marihuana. Sus protestas parece que no han sido escuchadas.

Días atrás robaron un aparato de aire acondicionado del colegio municipal y se sospecha que su destino es secar plantas de marihuana

"El futuro pinta muy feo. Con otro alcalde, aunque siga siendo de Izquierda Unida, ya será distinto, pero el odio sembrado entre familias enfrentadas no lo resuelves en un día, para eso tienen que pasar dos o tres legislaturas como poco. El ambiente está muy viciado. Hablamos de una cultura promovida por el ayuntamiento del trabajar poquito, ir tirando con mis matitas de marihuana y cobrar el paro cuando me corresponda. Tengo una casa barata por la que no tengo que sacrificarme aunque no sea mía y así con todo. Tienen que pasar muchos años para quitar esa mentalidad", prosigue el portavoz del PSOE. Su compañero y actual concejal, Hipólito Airas, le secunda: "A Gordillo le decimos 'te estás quedando solo, aquí los concejales han venido a los plenos hasta con la pata partida, no faltaba ni uno. Y ahora la mayoría no viene. Tu política ha tocado techo ya'. Antes organizaba 150 asambleas al año y ahora se pasa meses sin convocarlas".


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Marcha de protesta organizada por el SAT y encabezada por Sánchez Gordillo. (Reuters)


No hay una sola pintura revolucionaria fresca en las calles de Marinaleda. Todo son reclamos del pasado. Lemas, rostros y banderas ajados por el tiempo. Con todo, en el pueblo nadie duda que si Sánchez Gordillo se presenta a las próximas elecciones municipales de mayo, ganará de nuevo, si bien ya dificilmente podrá gastarse 1,7 millones en contratar jornaleros para El Humoso durante seis meses como hizo en 2011. "Esto se ha convertido en un régimen y la gente se ha amoldado a sus ventajas y desventajas. Si tú a la gente le das casa, luz y agua gratis, le dejas hacer lo que quiere y le das algunos jornales en el campo para ir tirando, qué otra cosa van a votar", indica Martos, antes de sentenciar: "Un día creí en este proyecto con los ojos cerrados, la vida hubiera dado. Yo nací en un pueblo de mucha penuria y necesidad, he visto amigos con problemas muy serios de alimentación y cuando este proyecto iba a dar un cambio real al pueblo lo creí. La decepción ha sido enorme. Gordillo ha creado una lógica perversa y me duele en el alma decirlo. Si nada cambia, Marinaleda irá muriendo lentamente".

El 8 de diciembre, la sala Palo Palo acogerá un 'concierto contra la represión' con el grupo Ska-P como cabeza de cartel con el objetivo de recaudar fondos para pagar las multas del sindicato agrario SAT. La fiesta revolucionaria continúa en Marinaleda, aunque todos saben que la revolución agoniza desde hace tiempo.

EL FRAUDE DEL PER

Mensaje por Invitado » Sab 10 Nov, 2018 8:15 pm

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El PER, la ruina de los agricultores: "Prefieren el subsidio a trabajar, es un drama, las cosechas se están perdiendo"

Los agricultores denuncian grandes pérdidas económicas en sus cultivos. Culpan a las ayudas agrarias por "frenar a los trabajadores".

Las cosechas están en peligro. Muchos empresarios del campo están desesperados, no encuentran mano de obra disponible. Hay cultivos que están en riesgo por falta de empleados que recolecten aceituna o tomates. El origen del problema está muy claro para los afectados: las ayudas y subsidios agrarios están generando un incentivo perverso, ya que hacen que el jornalero prefiera cobrar el desempleo antes que ir a trabajar.

Si bien Andalucía o Extremadura han sido, históricamente, los grandes referentes del PER, lo cierto es que el polémico Programa de Empleo Rural, implantado en 1986, no sólo afecta a las regiones del sur. Otras comunidades han copiado el modelo. En 1996, Canarias, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Murcia y Aragón también empezaron a implantar el polémico subsidio. Y en otras regiones del norte, las rentas mínimas han empezado, igualmente, a mostrar sus perniciosos efectos, hasta el punto de que el sindicato de Unión de Trabajadores y Ganaderos de Navarra (UAGN) denuncia que el cobro de la Renta Garantizada "es un freno brutal a la hora de encontrar trabajadores".

¿Dónde están los 100.000 parados extremeños que, en teoría, deberían estar en disposición de trabajar? Esta misma pregunta se hace Luis Cortés, presidente de Unión Extremadura, una entidad privada que defiende los intereses de 300 agricultores asociados. "Muchos agricultores nos llaman desesperados, las aceitunas se nos están poniendo negras, tenemos grandes pérdidas económicas. Estamos viéndonos obligados a mecanizar todo y pequeños empresarios están desembolsando grandes sumas de dinero y arriesgando capital para comprar maquinaria y así recolectar aceitunas, tomate, tabaco o arándanos. Pero, insisto, ¿cómo es posible que con el 25% de parados en Extremadura tengamos que recurrir a la costosa mecanización? Es un sinsentido. El PER es el culpable", alega Cortés.

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Fraude masivo

En la actualidad, apena se precisan 20 peonadas para que los jornaleros puedan solicitar el subsidio agrario, una ayuda que procede del Estado y gestionan las autonomías. Es decir, tan sólo se necesitan 20 días de trabajo al año para cobrar 426 euros durante seis meses como trabajador eventual. "En el momento en el que un parado se va a trabajar al cultivo, deja de recibir la AEPSA (antiguo PER). Por ello, prefieren cobrar el subsidio agrario y no perder la ayuda en lugar de venir a trabajar. Es un sistema perverso e imposible de desactivar, creado para cuando no había trabajo, pero ahora cuando que hay muchísima faena no quieren venir".

Ramón Jumilla, un joven agricultor del pueblo de Torreperogil, en Jaén, conoce de primera mano la carestía de trabajadores que sufre el campo. Él mismo cuenta a Libre Mercado cómo se las ve y se las desea para reunir cuadrillas de recolectores. Jumilla trabaja todo el año como encargado de un olivar de 58 hectáreas. "Está todo muy despoblado, los más jóvenes se van porque no quieren trabajar en el campo, aunque también es cierto que muchos de los que se quedan prefieren cobrar el subsidio que trabajar. Normalmente, los trabajadores actuales proceden de Senegal", confiesa el empleado de la finca.

Ambos, Cortés y Jumilla, coinciden en el modus operandi para cobrar el subsidio, generándose un auténtico mercado negro entre agricultores jornaleros y familiares: "Normalmente, es el padre, marido o abuelo, dueño de olivares, quienes apañan las peonadas a sus familiares para que puedan percibir la AEPSA. Es algo común. Muchas mujeres amas de casa cobran el subsidio y no han venido al campo nunca o vienen unos días, los necesarios nada más, los maridos son quienes les arreglan el papeleo para que puedan percibir la renta", desvela el agricultor jienense.

"Es obvio que hay gente muy honrada andaluza que trabaja en el campo a diario y esto es muy duro, pero no vamos a negar los trapicheos. Normalmente, pagan el seguro, unos 360 euros al propietario, y después van a sellar al Ayuntamiento" y así pueden solicitarla la prestación. desvela Jumilla. Otro olivarero, que prefiere mantener el anonimato, desvela que también hay jornaleros que, para ir trabajar, exigen al agricultor que certifique peonadas fantasma a sus familiares.

Estos métodos fraudulentos están a la orden del día en el resto de regiones que cuentan con sistemas de prestaciones similares, no solo en Andalucía y Extremadura. A ello se suma, además, el desincentivo a trabajar. El presidente de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Navarra, Félix Bariáin, denunciaba recientemente que "hay productos que corren el peligro de quedarse en las fincas sin poder ser recolectados" por la falta de mano de obra. La Renta Garantizada es "un fracaso absoluto del Gobierno foral".

"Desea que todo el mundo que de verdad necesite la ayuda la tenga, pero no podemos tolerar el fraude en el cobro de esas subvenciones. Se rechaza el trabajo". Además, Bariáin explicaba que esta situación fue propiciada por el actual Gobierno de la nacionalista Uxue Barkos: "Había un convenio y un plan de empleo que nos permitió hacer más de 60.000 contratos desde 2007, era un rotundo éxito", pero hoy la situación es radicalmente distinta.

"Os vamos a quemar los olivares"

Desde la Unión de agricultores extremeños, por su parte, inciden en que "para la vendimia se necesitan alrededor de 380.000 jornadas, más de 350.000 para la recolección de la fruta, más de 100.000 para los cultivos de huerta y más de 250.000 para el resto de labores que se realizan en un periodo aproximado de 3 meses, lo que significa que se están dando alrededor de 1.100.000 de jornales".

Cortés se defiende así de las acusaciones de los sindicatos estatales, CCOO y UGT, que describen a los empresarios como caciques o negreros. "Las explicaciones de los sindicatos son peregrinas, dicen que somos unos explotadores, pero nada más lejos de la realidad. Firmamos un convenio con UGT y CCOO donde cada trabajador cobra 45 euros por una jornada de seis horas y media", se queja el empresario.

El representante de esta asociación reconoce que "el campo es duro". No obstante, también destaca que en estos momentos hay 60.000 agricultores extremeños que se levantan todos los días para que la gente pueda tener aceite en sus casas. "Nos dicen negreros y caciques, es falso", espeta el empresario. "Si alguien no quiere venir a trabajar, de acuerdo, ¿pero que me cobren impuestos para pagar el subsidio a una persona que no quiere venir a trabajar? Es indecente, una injusticia", insiste.

Y el drama se va acrecentando en los pueblos donde todo el mundo se conoce. Este agricultor narra la crudeza de su situación: "Hemos llegado a estar amenazados por los subsidiados. A mí me han dicho que me van a quemar el campo, mis olivares y mis naves. Por ejemplo , si yo voy a Almendralejo y visito la oficina del servicio de empleo solicitando obreros para coger aceitunas, estás jugando con fuego porque pones en peligro que puedan cobrar las ayudas agrarias".

Asimismo, Cortés denuncia el miedo a hablar de sus asociados. "Nos han llegado a decir que vendrían a recoger aceitunas, pero que, posiblemente, mis olivares peligrarían en el futuro. Sólo queda aguantarse, no queremos tener conflictos con 50 vecinos del municipio porque si no esto es un sin vivir, no nos hacen la vida fácil".


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"El PER, un granero de votos"

A pesar de que Castilla y León, por ejemplo, está teniendo que recurrir a trabajadores traídos de Bulgaria, Senegal o Marruecos, las Administraciones no parecen estar preocupadas por la problemática rural. Desde la Unión Extremeña apuntan la razón: "El subsidio agrario es un granero de votos para los políticos. Hemos intentado reunirnos con la Consejería de Empleo de Extremadura y hemos recibido la callada por respuesta. No quieren perder votantes. Los tienen cautivos y comprados con los subsidios".

Además de la mecanización, las entidades que representan a los agricultores están barajando una nueva propuesta que salve las plantaciones, por ejemplo, de tabaco. "Antes había grandes cuadrillas en la zona de la Vera recogiendo tabaco. Eran casi todos magrebíes, había unos 3.000. Pero este año no tenemos mano de obra tampoco extranjera, no sabemos por qué", lamenta Cortés. En este sentido, los empresarios quieren traer empleados de Bielorrusia con contratación en origen. Los castellanoleonenses ya están ello y numerosos autobuses con mano de obra búlgara están llegando a la tierra del cochinillo.

Libre Mercado ha encontrado dificultades para recoger declaraciones que atestigüen este secreto a voces de las zonas rurales ibéricas. Varios agricultores consultados han confesado temer por las represalias de sus vecinos si cuentan lo que ven a diario, mientras que otros sindicatos han preferido dar la callada por respuesta. La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) y la Unión de Agricultores y Ganaderos de España (UPA) no han querido responder a las preguntas de este periódico.

EL FRAUDE DEL PER

Mensaje por Invitado » Jue 14 Jun, 2018 6:00 pm

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TRAS SER DETENIDO
‘El Pancetas’ insulta al Rey y después denuncia la ‘persecución’ del Estado

“La detención constituye una intimidación y coacción por la vulneración de derechos fundamentales que el SAT está denunciando en la provincia de Huelva”, ha sostenido Reina en rueda de prensa.

El secretario general del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), Oscar Reina, detenido por un presunto delito de odio y de injurias a la Corona, ha declarado su inocencia y ha calificado la detención de “coacción e intimidación”, que ha vinculado a la ley Mordaza.

Reina fue detenido a mediodía de ayer en la localidad de Gilena (Sevilla) por el Grupo de Información de la Comandancia de la Guardia Civil de Sevilla, por un presunto delito de odio y de injurias a la Corona por los comentarios y publicaciones realizadas a través de las redes sociales desde diciembre de 2016.

La detención se produjo cuando el sindicalista paró su coche en un contenedor de reciclaje, momento en el que -según él- varios agentes de paisano detuvieron su vehículo para comunicarle el arresto y trasladarlo a la Comandancia de la localidad de Osuna.

“La detención constituye una intimidación y coacción por la vulneración de derechos fundamentales que el SAT está denunciando en la provincia de Huelva”, ha sostenido Reina en rueda de prensa.

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Pancetas y su banda

“Lo que me paso ayer no es un hecho aislado, me tocó a mi como activista, pero es un hecho que se viene sucediendo en los últimos tiempos”, ha criticado, a la vez que ha exigido la derogación inmediata de la denominada ley Mordaza y de los artículos que conciernen a la libertad sindical y de expresión.

Además, ha tildado de “sospechoso” que la Guardia Civil y la Fiscalía argumenten para la detención un tuit en su cuenta personal de diciembre de 2016 “justo ahora”, un mensaje que ha ratificado: “Hay que tener poca vergüenza, Felipe de Borbón es usted un miserable. Su puesto que nadie ha votado viene heredado de una institución que se mantuvo a raíz de un golpe de estado franquista y terrorista. Yo le daría el premio a la indecencia y la hipocresía con una viaje al exilio”, ha reproducido ante los periodistas.

Preguntado por las informaciones que apuntan a que habría realizado más comentarios en otras redes sociales en los que aparecería rompiendo y quemando fotografías de mandatorios y denunciado la actuación policial en el referéndum de Cataluña, Reina ha respondido que “tendrán que probarlo”.

EL FRAUDE DEL PER

Mensaje por Lastra » Dom 27 May, 2018 10:12 pm

No entiendes nada de lo que dices

Pronto te meterán al casaplon

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