CARLA VIGO, LA SOBRINA DE LETIZIA"ME PARECE CHULO LO QUE HACE MI TÍA LETIZIA POR LA SALUD MENTAL"La hija de Erika Ortiz abre su corazón sobre como vivió el suicidio de su madre, cuando ella tenía 6 años, y nos cuenta la desgarradora lucha que libra desde niña contra la ansiedad y los transtornos alimenticiosCarla Vigo, sobrina de la reina Letizia, se sincera como nunca sobre los graves problemas de salud mental que arrastra desde niña para dar visibilidad a unas enfermedades en las que su tía Letizia se ha volcado.
Estos últimos meses han sido muy difíciles.Sí, han sido muy duros porque no he estado muy bien, pero ahora ya estoy mucho mejor.
¿Te está costando estar bien?Sí. Hay que trabajar en uno mismo. Te lo enseñan en terapia.
¿Qué sientes cuando ves los discursos de tu tía Letizia sobre las enfermedades mentales?Lo del rap me pareció muy chulo, la verdad, me gustó bastante y me pareció muy bonito [se refiere al discurso que dio Letizia para el Día Mundial de la Salud Mental y que inició recitando un rap] Me siento representada por ella. Es la mejor. Apoyo en todo a mi tía.
Tu tía ha pasado por un mal momentoSí, y lo pasó mal por un hombre que está fuera de lugar. Esto ponlo por favor [se refiere al periodista Jaime Peñafiel].
¿Te ha hecho daño?No, me resbala lo que diga. Lo que ha dicho de mi madre me parece una barbaridad y una sobrada. No sé de dónde lo ha sacado.
¿Te importa más por tu tía que por ti?Sí
Sabemos que tu tía está pendiente de ti, que se pone en contacto con amigos tuyos, y que, a veces, se acerca al centro de Madrid de incógnito.[sonríe] Ella es como Dios, está en todas partes.
¿Desde cuándo vas a terapia?Desde que se murió mi madre.
¿Cuando ocurrió tenías 6 añitos, no sabrías ni lo que es ir a terapia?No, era como si fuese a jugar. Imagino que querrían que contara como me sentía.
¿Cuándo fuiste consciente de que tenías un problema?Con 12 años, más o menos. Estaba triste, me sentía mal a veces.
¿Y sabías por qué?No, lo relacionaba con lo de mi madre, pero tampoco entendía muy bien por qué estaba así. Era una cosa que sentía y no contaba a nadie, no sabía que tenía que hacer.
¿Te sentías sola?No estaba sola, sabía que estaba acompañada, pero me sentía sola porque estaba en una batalla conmigo misma.
¿Cómo lleva una niña de 12 años el no ser feliz?Es una sensación bastante fea. Como no me sentía bien conmigo misma, me dio por la rebeldía, no quería estudiar, hacía fiestas en mi casa... No era feliz, sentía que me faltaba mi madre. Era un vacío que quería llenar pero no sabía cómo.
Debía ser difícil también para la gente que te quiere.Sí. Era difícil vivir conmigo.
¿Cual es tu primer recuerdo de sentirte mal?Mi primer ataque de ansiedad me dio con 4 años, yo no era consciente, eso lo he visto muchos años después, tras mucha terapia. Se acababan de casar mis tíos [Letizia y Felipe], fue un día en que yo estaba saliendo del colegio... ¡No sabía ni cuanta gente había ahí, fuera del cole! Salí de allí y me escondí detrás de mi madre para que no me pudiesen ver, me agarré muy fuerte a su mano. Me dio mucho miedo ver tanta gente.
¿Te duele hablar de la muerte de tu madre dieciséis años después?Sí. Es que yo sabía que se había muerto, pero no me dijeron cómo, ese fue otro trastorno. Me enteré mucho después porque me lo dijo mi familia. Lo entiendo. ¿Cómo me iban a explicar eso? Es imposible.
¿Con cuántos años te enteraste?Con 12 años. No pude ir al funeral. No es que no pudiese, sino que los adultos debieron pensar que era lo mejor para mí.
¿Te duele no haber ido al funeral de tu madre?Sí, me ha costado muchos años ser consciente, pero tampoco guardo rencor por ello. Entiendo por qué no fui. Hubiese sido muy duro para mí, siendo una niña, ir al funeral de mi madre. Sí que me hubiese gustado despedirme de ella. Me despedí de ella en una carta que publiqué en Instagram hace un año más o menos.
¿Hasta los 22 no te despediste de tu madre?No pude
¿No la dejabas ir?Sí. Me aferraba a ella. Son muchos años sin poder hacer el luto.
¿Cómo te sentiste cuando te explicaron cómo había muerto tu madre?Entendí que mi madre tenía una enfermedad, pero me sentí abandonada, porque tú eliges vivir o no vivir. Es muy duro. Supongo que, por lo que le ha pasado a mi madre, en mi familia la salud mental nunca ha sido ningún tabú. Siempre me han llevado a psicólogos y me han cuidado.
Es normal que te sintieses así en ese momento.He tenido sentimiento de culpa, pero no por tener el sentimiento de abandono. Ahora lo veo. ¿Con 6 años, qué iba a hacer? Me di cuenta de que mi madre estaba mal y ese día me llevó a dormir a casa de una amiga. Me he sentido culpable. Si ese día le hubiese dicho que no, que quería quedarme a dormir con ella, quizás hubiera sido todo diferente. Otras veces pienso que si no lo hubiese hecho ese día, lo habría hecho más tarde. Si lo hubiese hecho cuando yo tenía 13 años, habría sido mucho peor, ahí ya sí que me habría enterado de todo.
¿Quién te dijo que se había ido tu madre?¡Me quedé tan en shock que no me acuerdo! Me lo dijeron con mucho tacto, pero fue muy doloroso.
¿Y qué hiciste después de enterarte de cómo murió tu madre?Me intenté hacer daño por primera vez. Ni siquiera me acuerdo de quién me ayudó en ese momento. Fue horrible.
¿Cómo contarías a una niña que su madre se suicidó?Como me lo contaron a mí, con mucho tacto. Aunque lo hagas así va a doler igual, es muy doloroso.
Desde los 12 fuiste rebelde. ¿Cuánto duró aquella etapa?Hasta los 20 años, que me fui de casa y me independicé para ir a Alemania a trabajar de 'au pair'.
¿Cuándo dejaste de estudiar?Cuando terminé la ESO. Luego empecé a formarme como actriz y nunca he dejado de bailar. Hago de todo, baile clásico, contemporáneo, moderno, ahora también flamenco...
¿Cuándo te das cuenta que tienes un problema con la alimentación?A los 14 años, que fue cuando empecé a hacer cosas dañinas para mí como dejar de comer, vomitar... Haciendo un estudio interior, creo que empecé con todo esto a los 8 años, fue cuando empecé a mirarme al espejo y a odiarme. No me quería.
¿Tardaste mucho en explicar este problema en casa?No, porque sabía que era autodestructivo para mí. Por la experiencia que tuvo mi madre, me daba mucho miedo. Por eso se lo dije a mi familia: "Me estoy matando poco a poco y no quiero que me pase lo mismo que a mi madre".
¿Cuántos días podías estar sin comer?
Días, semanas y si hubiese podido, meses. Mi problema fue que un médico me dijo que no tenía ninguna enfermedad. No me creyó y eso me hizo sentir mal, no me escuchó, ni me comprendió. Me estaba invalidando porque todavía no estaba en infrapeso. Me pesó y me dijo que no tenía ningún problema y que no iba a continuar con el tratamiento.
¿Qué sentiste?Eso me hizo actuar peor y creo que por ese médico es por lo que he arrastrado este problema hasta ahora. Aunque me estoy recuperando y ya como bien, tengo secuelas todavía. Los médicos te dicen que esto se cura, pero la guardia no la puedes bajar nunca. Aunque estés mejor, tu imagen en el espejo no te va a gustar y cuando tengas un momento malo siempre te vas a querer hacer daño así.
¿Era peor dejar de comer durante semanas o comer demasiado y vomitar?No sé, no me daba muchos atracones. Si comía acababa vomitando, aunque no me diese un atracón. He sido más de dejar de comer y tomar laxantes y tuve que ir al hospital, estaba deshidratada. Me llevé un susto muy grande, me di cuenta de que era grave. Es muy duro.
¿Ese fue el ingreso al que luego fueron a buscarte tus abuelos?Sí.
¿Cuántos años pasan hasta que un médico te diagnostica que tienes un trastorno de la conducta alimentaria (TCA)?Muchos. La primera vez que me dijeron que tenía un problema con la comida fue durante mi primer ingreso, en noviembre del año pasado. Me han dicho que tengo un TCA mixto en el que voy rotando. He tenido épocas de anorexia y épocas de bulimia.
Debías estar muy débil.Como bailaba tenía fuerza. Es verdad que alguna vez en clase de baile me he desmayado. A veces si me desmayaba pensaba que era porque lo estaba haciendo bien.
¿Te han enseñado ahora unas pautas de alimentación?Sí. Ahora como cinco veces al día para no darme atracones. Tuve una fase en la que era vegana pero me dijeron que no podía porque necesitaba muchas proteínas.
¿Cuál es tu mecanismo para vencer la tentación de castigarte con la comida?Saber que me estoy haciendo daño. Soy consciente de que haciéndome daño me puedo morir, y no me quiero morir porque la vida es muy bonita.
¿Qué pasa cuando te ingresan por primera vez?Me ingresan porque pensaban que tenía Trastorno Límite de Personalidad y se ha descubierto que no. Estuve una semana sin comer y sin dormir porque había cortado con Álvaro y me llevaron al médico. Estuve un mes y medio en un hospital psiquiátrico.
¿Cómo es estar allí?Es mucho menos duro de lo que parece. Es un sitio en el que estás relajado y te cuidan mucho. Sí que es verdad que hay normas muy estrictas, llevaba un bolso que tenía una cadena y me dijeron que no podía pasarlo y que si querías fumar había unos mecheros atados con unos candados para que nadie pudiese hacer nada.
¿Saliste bien después de estar un mes allí?De un ingreso se sale al 10%. Sales mejor de lo que entraste, pero sin energía. La terapia por las mañanas y las tardes te consume mucho. Los fines de semana podía salir pero da miedo enfrentarte a la vida real, no estás tan cuidado fuera. Ya no tienes a nadie que te está vigilando. Mi familia me apoyó mucho.
¿Qué pasó después?Estuve en un hospital de día, que es como si fuese un medio ingreso. Estaba en terapia todos los días, pero ya no dormía allí. Es un proceso muy cansado. He tenido otros ingresos.
Vives en un piso tutelado ¿Con cuánta gente lo compartes?Con ocho personas, nos apoyamos mucho.
Has dado mucha visibilidad a la bisexualidad, ¿cómo está ahora tu corazón?Mi corazón ahora está que no está. No tengo pareja, ni chica ni chico.
¿Y tienes alguna ilusión?Me gustaría, pero ahora mismo tampoco lo busco ni lo necesito.
¿Qué es lo que más valoras en una pareja?La confianza.
¿Te cuesta confiar en la gente?Sí. He aprendido a poner distancia y a diferenciar cuando alguien quiere aprovecharse de mí.
¿Tu ilusión es dedicarte al mundo artístico?Sí. Me encantaría trabajar con Lola Índigo. También con Elton John y Nacho Cano.
¿Ha habido algún momento en estos años en el que no tuvieras ilusión por nada?No, el baile me ha salvado la vida.
¿Tienes amigos dentro del mundo de la danza?Sí. Trabajé con Rafael Amargo y estuvo muy bien, independientemente de lo que le haya pasado. Me pagaba puntualmente y no tengo queja.
¿Te preocupa tu futuro laboral?Esta es una profesión que no es lineal. Lo que salga salió y si no, me buscaré otro trabajo. Trabajaré en lo que sea mientras tanto.
A muchos les sorprende que te ganes la vida siendo tu tía quien es.La única paga que tengo es la de mi madre, la de orfandad. Te la dan hasta los 25 años. Mucha gente me echa en cara tener esa paga, y la tengo como la puede tener cualquier persona. ¡Ya me gustaría tener a mi madre y que no la diesen! Encima que es poco, de ahí tengo que pagar el alquiler, me ayudan pero también lo pago yo. ¡Me quedo en nada!
Estás haciendo voluntariadoSí, en 'Adopta un abuelo' me encanta. Voy a ver a una anciana me da sabiduría.
Eres antitaurina y eso ha hecho que Victoria Federica se enfade contigo.Solo le dije a su novio de entonces que me parecía muy listo para ser torero y se enfadó conmigo. Lo hice para halagarla en plan: "¡Date cuenta!". Desde entonces, ella está enfadada conmigo.