«Salir en la revista ‘Hola’ es un trabajo»TAMARA FALCÓ. Madrid, 1981. Nadie confiaba en ella, pero la hija de Isabel Preysler y Carlos Falcó se ha convertido en la revelación de ‘MasterChef Celebrity’. Se ha ganado el favor del público por su naturalidad y su calma en los momentos difíciles.Pregunta.– Jordi Cruz ya lo avisó en una entrevista en este periódico: ‘La gente va a flipar con Tamara Falcó’.
Respuesta.– Todos los concursantes hemos sido una revelación. Pero, bueno, ésa es la opinión de Jordi. Yo a mí sí que me conocía.
P.– Su madre no daba un duro por usted y le dijo que la iban a echar a la primera, ¿no?
R.– A la primera, no [ríe]. Tampoco especificó. Mi madre me pica bastante a menudo.
P.– Pensaba que
MasterChef estaba trucado y que le ayudaban a preparar el guiso.
R.– Yo pensaba que te hacían el plato.
P.– Y usted sólo daba el retoque final, ¿no?
R.– Sí, que yo presentaba y decía: ‘Mira, esta tarta la he hecho yo’. Pero no ha sido el caso.
P.– ¿Cuál ha sido su mayor desastre culinario?
R.– He tenido varios. El espárrago ése que no pelé dio a conocer mi nivel.
P.– Ha relatado que le gustan los hombres con uniforme. ¿Jordi Cruz con la chaquetilla de chef, en particular?
R.– ¡Madre mía con la preguntita! A ver, Jordi es un tío superatractivo. Los hombres, con uniforme están muy favorecidos. Después de estar en la cocina, el respeto que tengo por esa chaquetilla de chef es mayor que el que tenía antes. Pero, además, en el caso de Jordi, es que es un chico guapísimo.
P.– ¿Se siente identificada con esa imagen frívola que sale en la prensa del corazón?
R.– Tengo un lado muy frívolo. En determinadas dosis, la frivolidad te ayuda a sobrellevar la intensidad de la vida.
P.– Mucha gente se ha burlado de sus ‘fenomenales’ y su forma de hablar. ¿Le molesta?
R.– No. Publicaron un vídeo de
MasterChef y, cuando me vi, me entró un ataque de risa. Es que a veces me sorprendo de lo pija que soy. O sea, es como si me llamara Borjamari.
P.– ¿Es difícil ser creyente en estos tiempos?
R.– Creo que era más complicado cuando los echaban a los leones [ríe].
P.– ¿Se planteó llegar a ser monja?
R.– Sí, claro que me lo planteé yo, pero Jesucristo, no. Yo lo estuve buscando muy atentamente, pero no llegó.
P.– ¿Qué es mejor: salir en el
Hola o trabajar?
R.– Es que salir en la revista
Hola es un trabajo. La gente lo ve como que nos ponemos delante del árbol de Navidad y ya está. Detrás está el trabajo de un montón de gente. Tienes que cerrar los contratos, el peinado, la maquilladora, el fotógrafo... Organizar un reportaje no es tan sencillo y me gustaría ver hacerlo a toda la gente que lo critica.
P.– Ahora es diseñadora, ¿aspira a convertirse en la nueva Victoria Beckham?
R.– Ha tenido un ascenso estelar, pero tengo mis reparos en torno a ella.
P.– ¿La ha conocido en persona?
R.– Sí, vino aquí, a cenar a casa.
P.– Y no le ha caído bien, por lo que parece.
R.– No me siento identificada con ella.
P.– ¿Vestiría a Manuela Carmena?
R.– A mí, Manuela Carmena me parece una señora estupenda. En sus políticas puedo estar más o menos de acuerdo. A todos nos molesta no poder llegar en coche a la almendra central, pero es más molesto un enfisema.
P.– Dígame la verdad: ¿cómo es Isabel Preysler recién levantada de la cama?
R.– Guapísima. Mi mami tiene un halo.
P.– Su casa está repleta de libros. ¿De quién son: de Boyer o de Vargas Llosa?
R.– La biblioteca era de tío Miguel. Ahora Mario la ha rellenado con libros suyos.
P.– ¿Lee a Vargas Llosa?
R.– Me hace mucha ilusión que se publique
Tiempos recios, el libro de Mario, porque he visto el proceso creativo desde el principio.
LA ÚLTIMA PREGUNTA CONFESÓ QUE LAS RECETAS DE SU LIBRO DE ‘CUPCAKES’ NO ERAN SUYAS. Una agente con la que colaboraba me dijo que iba a posar con unos ‘cupcakes’. Más tarde, me encontré con las
recetas de Tamara y la volví a llamar porque a mí no me gusta mentir. Aborrezco la mentira. Un sacerdote me dijo: ‘Eso de la mentira piadosa no existe’.