María Teresa Campos junto a sus hijas Terelu y Carmen y su nieta Alejandra en 2020, en la puerta de la mansión de la comunicadora.MARÍA TERESA CAMPOS
EL PISO EN MÁLAGA ES LO ÚNICO QUE LE QUEDABA DE SU FORTUNÓN
Como ‘reina de las mañanas’ ganó una considerable fortuna pero su megamansión fue un pozo sin fondo que la llevó casi a la ruina. Vendió en vida prácticamente todo su patrimonio.
LUIS FERNANDO ROMOMARÍA TERESA CAMPOS siempre se consideró la reina catódica. Y se comportó como tal. De ahí su mastodóntica residencia en la urbanización Molino de la Hoz en Las Rozas de Madrid fue su bastión de 1.615 metros cuadrados edificados en una parcela de 6.345 con 12 dormitorios, 15 cuartos de baño, gimnasio, sala de cine, biblioteca y piscina interior... ¡Incluso superaba en un baño a
Villameona, la mansión de Puerta de Hierro de Isabel Preysler, otra reina, pero del cuché! La reforma de la mansión, que se prolongó durante meses, y la fastuosa decoración de Jaime Fierro, interiorista de otras celebs como la Infanta Elena y Jaime de Marichalar, le costó una fortuna.
Ya no queda rastro de ese palacete. La Campos se vio forzada a ponerla en venta en 2016 por 4,5 millones de euros por diferentes problemas, entre ellos, los altos costes de mantenimiento. Se dijo que mantener la piscina le costaba 8.000 euros mensuales. Nunca se bajó del burro, quería ese dinero a toda costa, pero no encontraba comprador. Pasaron cinco años, la vivienda se devaluó y se vendió por 2,5 millones de euros. En esa época se juntaron varios inconvenientes que menguaron el que fue un vasto patrimonio de una de las mejores comunicadoras de la historia de la televisión española.
Había una hipoteca, unos gastos fijos de conservación y ya no tenía casi ingresos. Cuando en 2017 finiquitaron
¡Qué tiempo tan feliz! tras siete temporadas se produjo un tsunami económico-afectivo de proporciones bíblicas. Había invertido casi todos sus ahorros en la mansión y poco a poco fue deshaciéndose de otras inversiones en ladrillo. Por ejemplo, en 2017 vendió su ático en la urbanización Las Terrazas de Aravaca por 1,3 millones de euros –50.000 euros menos de lo que le costó– ya que tal y como afirmó en el
docu-reality Las Campos (2016-2018) “me vendría bien vender el ático para vivir más desahogadamente. No quiero sacarle ni un euro más de lo que costó”. En Madrid ya no tenía propiedades. En los últimos tiempos pagaba un alquiler de 2.400 euros por un ático en Aravaca.
Nacida en Tetuán en 1941, con un añito la familia se mudó a Málaga, su tierra amada. Allí invirtió en dos viviendas. En ese afán por tener liquidez para solventar sus acuciantes problemas, María Teresa vendió en 2020 un piso de 103 metros cuadrados ubicado entre el río Guadalmina y el Museo Carmen Thyssen por el que percibió 400.000 euros.
La única residencia comprada en 1981 que mantuvo hasta sus últimos días tiene unos 200 metros en el antiguo barrio de pescadores de Pedregalejo. Con unas impresionantes vistas al mar, según el portal Idealista, una vivienda de similares características tendría un valor estimado de 850.000 euros. Éste es el único patrimonio tangible que heredarán los descendientes de la periodista, sus hijas Terelu (58) y Carmen (57), o sus tres nietos, Alejandra (23), José María (33) y Carmen Rosa (30). Pero, ojo al dato: fuentes cercanas al entorno de María Teresa han asegurado a LOC que la casa está hipotecada porque se tuvieron que pagar los gastos de sus cuidados médicos.
También hay que recordar que Bigote Arrocet le prestó dinero, un hecho que reconocieron a posteriori sus hijas. Por tanto, se demuestra que el humorista no vivió a su costa y que en su últimos años de vida María Teresa no tenía liquidez.
Mención aparte son las cuentas corrientes y las empresas que tenía. Dicen que aún le quedaba un dinerillo importante del que se presupone que también se beneficiará su chófer, Gustavo, que ha estado a su lado como confidente durante 33 años y que tras su fallecimiento aseguró: “Era la mujer más generosa del mundo”.
LA ÚLTIMA SEMANA SANTA Nunca faltaba a la cita con la Semana Santa de su querida Málaga. En su última aparición, el año pasado, ya mostraba su deterioro.Según el Registro de la Propiedad, como administradora única fundó dos empresas. En 2000 fundó Producciones Lucam SL dedicada a actividades de producción de programas televisivos extinguida en 2014 y en 1994 creó Teteco SL, también para producción de programas, que aún sigue en activo. Según las cuentas presentadas el año pasado cerró con unas pérdidas de 10.000 euros pero tenía un activo de 2.863.687,90 euros.
Ganó ingentes cantidades de dinero desde que en 1987 Jesús Hermida la fichó para ser una de sus chicas en el magacín Por la mañana, que le sirvió para empezar a extender la alfombra roja para acceder al trono.
A mi manera (1989-1990) y
Pasa la vida (1991-1996) en TVE la convirtieron en
la reina de las mañanas, por lo que Telecinco llamó a su puerta para reflotar esa misma franja horaria. Por presentar
Día a día (1996-2005) le ofrecieron 500 millones de pesetas (3 millones de euros), convirtiéndose en el primer fichaje millonario de la tele que pavimentó el camino para la guerra entre cadenas. Mikel Lejarza, subdirector general de contenidos, salió al paso con respecto a esta escandalosa cifra aduciendo que ahí estaban incluidos las nóminas del equipo y los gastos de decorados y montaje. Pero sigue en el aire la pregunta mágica, ¿fueron 500 millones anuales? ¿Cuántos contratos se firmaron?.
Su ruptura con la cadena de Fuencarral se produjo porque Vasile se negó a darle un programa de tarde a Terelu, por lo que María Teresa se pasó a Antena 3 donde se puso al frente de
Cada día (2004-2005). Tres millones de euros fueron suficientes para convencerla, más otros 30.000 por programas especiales. Fracasó. Fue el inicio de su ruina. Volvió a Telecinco con
¡Qué tiempo tan feliz! (2009-2017), pero ya nunca volvió a ser lo mismo. Tras la cancelación del programa se inició un declive inevitable.
EL MUNDO / SÁBADO 9 DE SEPTIEMBRE DE 2023