Mensaje por Soy Troll letiziero » Mié 12 Mar, 2014 9:44 pm
No sé si es autosugestión o de verdad existe un mundo invisible a los ojos, pero si he sabido de casas donde pasan cosas. Para más señas, la primera casa donde vivimos en Argentina. Mis padres emigraron en los 80's, por miedo a ETA. Mi padre era un falangista de pro y creyó que podía ser, en algun momento, un objetivo. Eligieron Argentina, porque mi abuela paterna era argentina y mucha de la familia de mi padre, incluyendo hijos de su primer matrimonio, se encontraban en ese país. A pesar de que mi padre doblaba en edad a mi madre y que no era ni de lejos el mejor esposo, habían tenido siempre una relación, si no buena, al menos aceptable.
Yo no tengo muchos recuerdos, porque era casi un bebé cuando dejamos España, pero si que algunas de las cosas que aún me acuerdo es haber visto sombras, ruidos, que me llamasen y el tener siempre el corazón oprimido. Mi madre me cuenta que era mucho peor, y que esa casa les cambió el carácter a todos, que mi padre se volvió violento y que cada vez que se emborrachaba, se le inyectaban los ojos en sangre y parecía un demonio, maltrataba a mis hermanos y llegó al punto de tratar de matar a mi madre y esa fue la causa de la separación. También a veces veían manchas de sangre, que desaparecían tan rápido como aparecían y vivíamos en la pobreza permanente sin razón, porque mi padre trabajaba y ganaba bien para ese tiempo. Además sucedieron otras cosas que son muy íntimas de contar, y que me afectaron directamente a mi, por lo que lo dejo aquí.
Esa casa estaba en el barrio de La Chacarita, a poca distancia del cementerio. Era una casa antigua, de más de cien años en ese entonces y por lo que se pudo saber, es que en principio había sido un prostibulo y las malas lenguas decían que la dueña original había hecho pacto con el demonio, que se practicaba brujería y que por haber sido un burdel, un par de clientes murieron en riñas. No soy supersticiosa ni creo que brujas ni pactos ni cosas raras, pero quien sabe. Eso sí, hay casas que me han dado mal rollo, en las que me he sentido deprimida. Quizás sea la energía que ha quedado de las personas que han vivido en esos lugares, mal que mal, los seres humanos estamos hechos de energía pura, átomos y moleculas.
No sé si es autosugestión o de verdad existe un mundo invisible a los ojos, pero si he sabido de casas donde pasan cosas. Para más señas, la primera casa donde vivimos en Argentina. Mis padres emigraron en los 80's, por miedo a ETA. Mi padre era un falangista de pro y creyó que podía ser, en algun momento, un objetivo. Eligieron Argentina, porque mi abuela paterna era argentina y mucha de la familia de mi padre, incluyendo hijos de su primer matrimonio, se encontraban en ese país. A pesar de que mi padre doblaba en edad a mi madre y que no era ni de lejos el mejor esposo, habían tenido siempre una relación, si no buena, al menos aceptable.
Yo no tengo muchos recuerdos, porque era casi un bebé cuando dejamos España, pero si que algunas de las cosas que aún me acuerdo es haber visto sombras, ruidos, que me llamasen y el tener siempre el corazón oprimido. Mi madre me cuenta que era mucho peor, y que esa casa les cambió el carácter a todos, que mi padre se volvió violento y que cada vez que se emborrachaba, se le inyectaban los ojos en sangre y parecía un demonio, maltrataba a mis hermanos y llegó al punto de tratar de matar a mi madre y esa fue la causa de la separación. También a veces veían manchas de sangre, que desaparecían tan rápido como aparecían y vivíamos en la pobreza permanente sin razón, porque mi padre trabajaba y ganaba bien para ese tiempo. Además sucedieron otras cosas que son muy íntimas de contar, y que me afectaron directamente a mi, por lo que lo dejo aquí.
Esa casa estaba en el barrio de La Chacarita, a poca distancia del cementerio. Era una casa antigua, de más de cien años en ese entonces y por lo que se pudo saber, es que en principio había sido un prostibulo y las malas lenguas decían que la dueña original había hecho pacto con el demonio, que se practicaba brujería y que por haber sido un burdel, un par de clientes murieron en riñas. No soy supersticiosa ni creo que brujas ni pactos ni cosas raras, pero quien sabe. Eso sí, hay casas que me han dado mal rollo, en las que me he sentido deprimida. Quizás sea la energía que ha quedado de las personas que han vivido en esos lugares, mal que mal, los seres humanos estamos hechos de energía pura, átomos y moleculas.